Partida Rol por web

Oliver ignoró mi advertencia, y no sólo eso, sino que tuvo la desfachatez de meterme a mí en la retalía de insultos y puyas. El tono en "prefecta" dejaba claramente claro lo que quería decir: Los Premio Anual tienen más autoridad que los prefectos. Si no, ¿para qué iba a mencionar eso en lugar de llamarme por mi apellido como siempre?

Pero no iba a meterme en su juego. No. Yo SÍ que hacía lo que tenía que hacer, no cómo el resto. Yo no había aceptado el puesto por prestigio ni autoridad, ni por pensar como parecían creer otros que el título te hacía inmune a cualquier cosa y eras el rey o la reina del mambo.

La voz de Kyle me sacó de mis pensamientos, y aunque no llegué a captar qué decía, vi que se dirigía a Laura y Will. Yo tenía algo que hacer ahora mismo, de todos modos, así que pasé al lado de mis compañeros para decirles que no me esperasen. Sobretodo Laura, claro, ya que al fin y al cabo compartíamos habitación. 

Me despedí y salí del comedor decidida.

- Ni yo misma sé lo que tienen Carrie y Zac. Lo único que sé es que él se ha portado muy bien con ella y que lo que hizo fue muy desinteresado. Es un buen tipo.

Se pararon cuando Kaitlin lo hizo, sujetando su mano, gesto que pareció incomodar algo a Deirdre, quien no supo muy bien cómo proceder. Finalmente, decidió no apartar la mano de su hermana quien en aquellos momentos, y por muy irónico que pareciese, estaba siendo su apoyo.

- Y lo de Oliver ya te lo advertí, Kait, pero preferiste apoyarle a él que a mí. Lo de Katherine fue un engaño en toda regla hacia mí y no me extrañaría que no fuera el único. ¿Ganas de reconquistarme? No me hagas reír... Espero que tras lo que acabáis de ver en el comedor os entre en la cabeza que Oliver no es quien finje ser. Ya no sé cómo decírtelo.

Parecía algo impaciente por el hecho de que tuviera que repetir aquello, como si fuera una niña pequeña mentirosa que dice no haber roto el jarrón más caro de la casa. Finalmente suspiró.

- En fin. Será mejor que me vaya a la sala común. No quiero que Jackie también se enfade conmigo.

Cuando Eve salió, Leonard continuaba intentando mediar entre una agresiva Jackie y una pedante Victoria en el vestíbulo. Según fue avanzando hacia el despacho de la directora, vio al fondo cómo Kaitlin y Deirdre hablaban normal, paradas y sujetándose una mano. Deirdre estaba seria y parecía dolida por algo mientras que Kaitlin la miraba con cariño.

Una vez terminó de subir, dio la contraseña y subió por las escaleras. La directora estaba en su despacho, a punto de marcharse.

- Pase señorita Colleman. Es un poco tarde pero la puedo atender antes de la hora de la guardia. Dígame.

Carrie terminó la cena y se marchó del Gran Comedor ante las miradas de los curiosos que aún permanecían ahí. Zac se unió a su paso, sin importarle el hecho de que pudieran decir nada sobre él. Le hubiera gustado abrazarla o pasarle el brazo por los hombros o la cintura, pero pensó que eso a la chica no le gustaría.

Una vez empezaron a bajar por las escaleras hacia las mazmorras, tras observar que Victoria y Jackie continuaban siendo separadas por Leonard y que Deirdre y Kaitlin conversaban, el chico se decidió a hablar.

- En el duelo debí matarlo.

En el Gran Comedor quedaron pocos e Eve se marchó corriendo a saberse donde, por lo que la única que reaccionó ante las palabras de Kyle fue Laura que elegantemente se levantó del asiento y se unió a él.

- Creo que todos tienen cosas importantes que hacer. Vamos a la sala común y allí les esperamos. ¿Te parece?

Tampoco le dio muchas más opciones, por lo que empezó a caminar junto a él. Fuera Leonard continuaba mediando entre una más que enfurecida Jackie y una pedante Victoria. Al avanzar más hacia las escaleras vieron a Kaitlin y Deirdre hablando, serias y cogidas de una mano. Por la escalera que descendía a las mazmorras Carrie y Zac bajaban.

El silencio continuó entre Kyle y Laura hasta que esta terminó por hablar tras adivinar el enigma que les permitía entrar en la sala común.

- Escucha, Kyle. Yo... no quiero que pienses que te... que te ordeno las cosas. Yo... solo me preocupo por ti.- Laura parecía bastante incómoda con aquella conversación, pero estaba decidida a zanjar varios asuntos que habían asolado su mente durante las vacaciones e incluso antes.

Oliver salió del Gran Comedor solo, a sabiendas de que su nueva relación con Victoria podía haber trastocado un poco sus planes. ¿Pero qué más podía hacer? Ya la había liado con el compromiso de Carrie y Victoria era la única opción que les quedaba a los Carrow.

Por otro lado estaba Zac. Obviamente aquello era el comienzo de una guerra entre ambos adolescentes. ¿O era una continuación?

Sea como fuere, Oliver llegó a las mazmorras solo, tras comprobar que Leonard seguía mediando entre Victoria y Jackie y que por otro lado Kaitlin continuaba con Deirdre.

Victoria se miró las uñas, antes de mirar a Leonard a los ojos. Acababa de ver a Oliver salir del Gran Comedor y dirigirise a las mazmorras, por lo que le entró un poco de prisa.

Victoria:- Mira, no tengo por qué contarte nada. Es tarde, así que me voy.

Y sin más se largó con andares creídos que aparentaban exotismo.

Jackie continuó fulminándola con la mirada. Por el fondo se veía a Kaitlin hablar con Deirdre tranquilamente. La primera sujetaba la mano de la segunda con cariño.

Jackie:- Lamento todo este espectáculo. - le dijo entonces Jackie a Leonard. Entonces le dio un beso en la mejilla, sujetándole el antebrazo- Gracias, Leonard.

Tras ello empezó a irse también en dirección a las mazmorras.

Iba pensativa, andando al lado de Zac mientras la ira se iba apagando lentamente en su interior. No, Carrie sabía que no era el momento de ejecutar su venganza aunque este empujón que le había dado Oliver la había ayudado a poner en marcha su mente creativa y debía admitir que estaba dando buenos resultados. Iba a seguir con el plan y esperaría, esperaría hasta que la creyeran rendida, asustada, o quién sabe, reducida a la nada. Podía esperar, como siempre, ese no era un defecto en ella. Si el resultado merecía la pena no le importaba que se demorara años, tal y como había hecho el Señor Tenebroso para volver a alzarse, obviando el fracaso de su plan, que había fallado por culpa de su obsesión con Harry Potter.

Las palabras resentidas de Zac la sacaron de su ensimismamiento. Le miró con fijeza durante un par de segundos antes de alzar levemente la varita y hacer un aspaviento que insonorizó su alrededor.

- No, Zac, no debiste. Estarías en Azkaban compartiendo celda con mi padre, lo cual no suena a una idea demasiado seductora. Pero - alzó una mano, instándole a que la dejara continuar - morirá. No llegará a las vacaciones de verano. Que disfrute ahora mientras pueda - sentenció con calma.

Suspire, cuando Deirdre me reprochó haberme equivocado con Oliver- ¿A que te refieres con que no es quien finje ser? ¿Hay algo mas que no sepa, Deir? -le pregunté, al ver aquella impaciencia, tras escuchar la forma en la que habia elogiado a Zac Bolton, acabando por soltarla, al notar su incomodidad.

Y entonces, guardé silencio unos instantes, en los que parecia estar dandole vueltas a algo, con aire pensativo- Escucha, Deir... Supongo que seguramente no querra saber nada de nosotros pero... Dile a Carrie que, si nos necesita, estaremos ahi. - dije, suponiendo que una cartera desinflada seria un motivo mas que de sobra para que sus grandes amigos le dieran la espalda.

Suspiré yo tambien, acabando por asentir, con una pequeña sonrisa.

-Y tu tambien, si me necesitas, ya sabes donde encontrarme. - dije, acabando por dejarle un beso en la mejilla, dejando que se fuera, si era lo que queria.

Por mi parte, mi intencion era darme media vuelta y volver al lugar en el que habia dejado al resto, para cumplir con mis obligaciones de prefecta, si era necesario.

Increíble. Esto era increíble. No solo tenía en contra a todos los Slytherins, sino que también estaban llevándose al otro bando a Kaitlin y Leonard. Todo era culpa de la dichosa Deidre y la maldita agonías de Carrie. Ella y su victimismo; todo un grano en el culo.

Y luego estaba Zac. La piedra en el camino. Por suerte, todo obstáculo podía derribarse, costase más o menos trabajo. Y aunque estaba seguro de que en esta ocasión se trataría de lo primero, estaba dispuesto a hacer lo que fuese necesario para conseguir sus objetivos. Había perdido el control sobre los Slytherins, lo que se convertía en un completo handicap para poner en marcha las directrices encomendadas por su primo. Pero no le preocupaba. Sabía que Bolton, en su intento de proclamarse como el héroe imprescindible de la historia, lideraría la comitiva. Muy bien, que lo hiciera. Ya se encargaría Oliver de cogerle el relevo cuando se quedase inútil, o directamente desapareciera del mapa.

Pero no debía precipitarse. Necesitaría ayuda, y en estos momentos no contaba con muchas opciones. De personas ajenas a Slytherin ya podía olvidarse. Ni siquiera Katherine estaría dispuesta a llevar a cabo un plan como el que tenía en mente. Demasiado casta y pura para ello. Además, estaba seguro de que no llevaría nada de bien el nuevo compromiso con Victoria.

Victoria. Ella sí que le ayudaría. Haría lo que fuese necesario por su prometido. Hasta deshacerse de una vida, si fuese necesario. Y no podía olvidarse del joven Nicholas. Su fiel seguidor. A Jack no lo metería en esto, por el momento. Demasiado cercano a Lewis y Bolton, y demasiado moralista para según qué situaciones. Quizá se equivocaba, pero no podía arriesgarse. Al menos no por el momento.

Cuando quiso darse cuenta se encontraba sentado en su butaca favorita. Colocada junto a la chimenea y ligeramente incrustada en una esquina, tenía una visión perfecta de toda la sala común. Estaba vacía.

Entonces, ese era el plan. Hablaría con Victoria y la convencería de cambiar su actitud. Debía mantener la calma con el resto, y empezar a aprender a tomarse la venganza en frío. Después, sería el momento de trazar el plan. Por su parte, Nicholas iría directo a ablandar las posturas de los Slytherin. Comenzaría con Nixie, el eslabón débil del grupo. Con la organización necesaria, no podía salir mal.

Salgo del comedor, siguiendo a Laura hacia la sala común. El silencio que se ha instaurado a nuestro alrededor me resulta algo incómodo y no puedo parar de preguntarme en qué momento sacará el tema del hombre de la maldición imperdonable. Sé que tarde o temprano lo hará y por eso me había dirigido a ambos cuando sugerí que abandonásemos el comedor. Pero, como por arte de magia, Will ya no estaba ahí. Me las pagarás, pienso. No creo que se tratase de una coincidencia. 

Me alegro de que sea ella la que resuelve el acertijo pues sinceramente, en esos momentos mi mente no está para pensar. Al entrar en la sala común de Ravenclaw, me acomodo en uno de los sofás junto a ella y me dispongo a escuchar. La miro fijamente, sin mostrar un ápice de impaciencia o disconformidad con esa conversación. Me sorprende verla así, en ese estado. Hacía mucho que no la veía así de nerviosa e incómoda ante algo. Ella siempre había destacado por su capacidad para controlar sus emociones. La única ocasión en que la había visto perder los estribos fue el otro día en aquel callejón con Aly. En cierto modo, me alagaba pensar que había sido yo quien había provocado eso. Pero también es verdad que preferiría no tener que haber pasado por esa situación. 

- No lo pensaba...- digo. Si bien es cierto que en muchas ocasiones me había sentido agobiado por esa actitud controladora de Laura, entendía perfectamente por qué la había empleado el otro día, cuando creyó que yo estaba a punto de perder la vida. Se preocupaba por mí. Siempre lo había hecho y en ese momento me parece necesario hacerle ver que lo sé.- Lo sé...eres de las personas que más lo hacen.- confieso.- y de verdad que te lo agradezco. No sabes lo bien que sienta ser querido.- Sonrío, para hacerla sentir más cómoda e intentar aliviar la ligera tensión que se respira en el ambiente. 

No me paré aunque vi a mis amigos en tal vez necesidad de algo de ayuda. Ya no podía esperar más. Me había dicho a mí misma que le diese una última oportunidad (ay, pobre inocente de mí) y la había mandado a la mierda. Pues bien, si nadie hacía lo que debía aquí, yo lo haría.

- Disculpe venir a estas horas, pero necesito cursar una reclamación oficial cuánto antes mejor. Solicito que se le retire a Oliver Carrow el Premio Anual. - sabía que esa clase de cosas no solían ocurrir y que cogería a McGonagall por sorpresa, por eso empecé a dar explicaciones antes de que las tuviese que pedir - El alumno al que se le concedió el honor era merecedero de ello a pesar de estar en un curso inferior, pero ya no. No sólo ha estado involucrado en accidentes y otros problemas, sino que ha mentido sobre ello y ha interferido con las investigaciones para aclarar los sucesos de manera negativa conscientemente. El Premio Anual se concede a un alumno que sea un modelo a seguir para el resto del colegio y es un honor que agradecer no del que abusar. Oliver Carrow evade sus responsabilidades y abusa de su autoridad para crear problemas e incluso insultar a otros alumnos o prefectos de manera absolutamente consciente. Es por todo ello que solicito la retirada de su título. - estaba sonando a abogado, pero estás cosas eran serias para mí y no simples nombres y juegos como para el resto. - Si necesita un reporte escrito y detallado lo escribiré.

McGonagall, que había observado la escena en el Gran Comedor, no veía raro que una prefecta ejemplar como Eve Colleman no dudase en presentar aquella reclamación. Al fin y al cabo era responsable, inteligente y con las ideas claras.

- Entiendo. Para reforzar su petición, es necesario al menos que hable con los dos prefectos de Slytherin. Ambos son responsables y actúan con lógica. Si ellos acceden a tu petición, le será retirada la insignia de Premio Anual al señor Oliver Carrow.- no contaba con que nadie de Slytherin fuera a llevarle la contraria a él. Antes se apoyarían entre ellos que a una Ravenclaw, pero eran las normas. ¿Y quién sabe? A lo mejor se llevaba una sorpresa.- Si no apoyan tu petición entonces tendrá lugar una reunión de prefectos en la que todos tendrán que votar.

Nunca le había gustado darle el Premio Anual a aquel chico. Pertenecía a los Carrow y era algo que no soportaba después de lo ocurrido en el colegio hacía cinco años. No obstante, pensando quizás que hablaba su rencor, había cedido a concedérselo. Y aún así seguía sin gustarle.

- Mañana se notificará lo ocurrido. Puede irse a su sala común.
 

- No te ofendas, pero Carrie no está sola y no os necesita. Está Jackie, está Zac, y estoy yo.- Deirdre estaba convencida de que Carrie no necesitaba de nadie más aparte de sus verdaderos amigos y lo último que quería era que pareciese que su querida Carrie era una desgraciada- Aún así... gracias, Kait. Eres demasiado buena, siempre lo he dicho.

Aceptó el beso en la mejilla de su hermana, mientras por su mente pasaban cantidad de planes para vengarse de Victoria. No lo dejaría estar. Aquella chica había traspasado la línea.

- Y por eso, odio decirlo pero me haces decir cada cosa...- apartó la mirada de los ojos de su hermana, claramente incómoda y terminó la frase tras soltar el aire por la boca.- te quiero.

Y tras ello cada una se fue para un lado.

Kaitlin y Leonard se reencontraron en el vestíbulo justo cuando Jackie se alejaba de Leonard. La Slytherin le dedicó una leve sonrisa y una afirmación leve de cabeza a la chica, como saludo, antes de marcharse. La gente ya se estaba yendo a sus respectivas salas comunes.
 

Laura escuchó a Kyle, mirándole directamente, tal y como siempre hacía con las personas. Le gustaba que Kyle le hiciera sentir más cómoda en situaciones que no se lo resultaban y ciertamente se alegró mucho de que al final sus vacaciones hubieran sido positivas. Tenía muchas preguntas que hacerle sobre el tema de aquel hombre misterioso, pero por alguna razón sentía que se iba a entrometer donde nadie le había llamado.

Por otro lado, estaban sus dudas desde lo ocurrido. O incluso desde antes. Asintió a Kyle ante sus palabras mientras por su mente pasaban otras cosas.

Siempre he sido poco impulsiva, con las cosas demasiado controladas. Quizás ese es el problema. Que el resto de personas no tienen miedo a hacer algo y luego lamentarlo.

- Debería irme a dormir.- se quedó callada, mirando a Kyle directamente, con un mar de pensamientos cruzando su mente. Después se levantó, se apretó bien la coleta y se estiró levemente. Momento justo en el que una corriente la invadió, provocando un cambio en su actitud. Se agachó un poco, se acercó a Kyle, le sostuvo la barbilla con la mano y depositó un beso suave y tierno en sus labios. Se apartó rápidamente, sin mirarle siquiera. Y lo último que dijo antes de empezar a subir las escaleras fue un:- Buenas noches.

Zac escuchó las palabras de Carrie agradecido por el hecho de que estaban pensando lo mismo. Era de agradecer tener una compañera a la que no le temblase la mano en ciertas situaciones.

- No dudes de que lo pagará.

Y ahora sí, en plena soledad, el chico rodeó a Carrie por la cintura, haciendo que caminasen juntos.

Cuando Zac y Carrie entraron en la sala común, Oliver estaba allí, sentado en su butaca favorita mirando al fuego.

El prefecto decidió no mirarle más de lo necesario e ignorarle, tirando de Carrie hacia la zona de dormitorios.

El hecho de que la profesora no se sorprendiese de mi petición ni pareciese estar en contra me pareció buena señal. Eso quería decir que las posibilidades de que mi petición fuese aceptaba aumentaban. No era ningun tipo de guerra personal contra Oliver, ni tampoco eran mis motivos propios. Era una cuestión de responsabilidad y justitcia. Oliver no se merecía esa insignia. Era deshonesto, se desentendía de sus responsabilidades, abusaba de su poder, mentía y creaba problemas. Y todo perefectamente consciente de lo que hacía. El Premio Anual debía ser la imagen a seguir en el colegio y no un alumno destructivo. Había docenas de estudiantes mucho más capacitados que además no utilizarían un honor como éste de manera egoísta y para sus propios motivos en lugar de ayudar al resto. 

Lo que sí me sorprendió fue el proceso. Creía que igual que el director regente los asignaba los podía retirar del puesto. Tener que correr mi propuesta entre los prefectos no me lo esperaba. No iba a dejarlo de lado por ello, de todos modos, pues no estaba haciendo esto por mí ni iba a esconderme por ello. Era por la escuela.

- Hablaré con ellos. - nunca había tenido problemas con Jackie si no era por algo que Carrie hubiese hecho y ella apoyado. Fuera de eso admitía que era una persona responsable y razonable y cumplía con sus responsabilidades de prefecta mejor que la mitad del resto. Con Zac era distinto, siempre tan distante y elitista, pero sobretodo después de lo ocurrido podía ver que optase por escucharme con atención - Gracias por su tiempo y disculpe la intromisión. - dije antes de marcharme. 

Con suerte me encontraría a alguno en las rondas y podría hablar con ellos tranquilamente. Si no, mañana a primera hora les pediría un minuto. No iba a esperar hasta que algo más ocurriese.