Partida Rol por web

La joven asintió sin añadir palabra y buscó entre la multitud al joven Darren, había que mantenerlo alejado pero... ¿como?
Eso era lo único que le preocupaba ahora mismo, no dudaba de que Lady Sylvie fuera capaz de engañar a Lord Manning, lo había hecho muy bien hasta ahora.De hecho los había engañado a todos.
Lylian buscó sin cesar a Darren, no debía permitir que le comentase a nadie lo que sabía.
 

Darren se había ido del lugar donde la dama de los Serf y el joven muchacho habían estado momentos antes. Lady Lylian recorrió el lugar con la vista pero no pudo encontrarle en la sala. Entre tanto, la gran mayoría de los invitados al evento se agolpaban junto a la puerta del lecho nupcial para dar ánimos a la labor de Kevan Manning para con su nueva esposa durante el encamamiento. Aunque a juzgar por lo encandilado que parecía ahora Kevan con su esposa, no sería necesario. 

Habían trazado el plan, pero debían detener a dos sujetos que por lo que podían saber de ellos estaban bastante decididos a llevar a cabo sus planes. Por un lado, Sylvie debía perder al hijo bastardo que crecía en su interior, mientras que Darren debía ser convencido para no contar todo lo que sabía.

De pronto, un grito aterrador congelo la sangre de todos aquellos que estaban en el gran salón del castillo de Cimera. Fue un grito agudo y potente, que heló la sangre a más de uno. El grito provenía del interior del aposento de los novios. El grito se detuvo un instante y volvió a sonar aún con mayor intensidad. Era, sin lugar a duda, lady Sylvie la que estaba gritando con todas sus fuerzas.

-¡Socorro! ¡Socorro!

Ser Yoren trataba de convencer al ceñudo Darren de que se olvidara de destapar aquello que había descubierto sobre el embarazo de la ahora esposa de su hermano. Pero el caballero pronto se percató de que Darren no iba a ceder en su empeño de detener el encamamiento y la unión de ambas casas, dolido como estaba por la afrenta que significaba para su casa todo lo ocurrido desde la muerte de su padre.

-Ayudadme o dejadme en paz. -  Llegó a espetarle al caballero cuando terminó cansándose de la discusión.

Ser Yoren comprendía que si quería detener al joven de los Manning únicamente tenía una opción. Pero de pronto escucharon un grito que provenía del interior del gran salón. En un primer momento les llegó ahogado y distante, pero luego sonó con más fuerza y no quedaba duda de que era un grito de mujer pidiendo auxilio. Darren echó a correr devuelta al salón.

Yoren comprendía perfectamente el razonamiento de Daren, e inclusive compartía su resolución; al menos en lo que iba con su familia. Pero la idea del joven iba en contra de la misión que tenía encomendada...

No había otra salida: golpearlo y dejarlo inconsciente no era una opcion. Asi que se apresto a negociar algo que seguro le haría merecedor de una reprimenda; una posibilidad para desviar la atención del joven hacia si mismo… Fue entonces que el grito los interrumpio. Si no fuera por las implicaciones, daría gracias a los 7… Pero ahora solo pudo correr detrás de él segundo de los Manning, de regreso al salón.

Darren apareció cruzando el salón a toda prisa al escuchar los gritos seguido de cerca por ser Yoren, al igual que todos se dirigió a la puerta que daba acceso al dormitorio donde los recién casados iban a consumar su unión, pues era de donde procedían los gritos. La gente que animaba frente a la puerta a los recién casados y soltaban improperios subidos de tono se habían quedado petrificados y muchos de ellos habían dado un paso atrás.

Lord Harte se acercó apartando gente a empujones para abrirse paso hasta la puerta, intentó abrir la puerta pero estaba cerrada por dentro así que la zarandeó violentamente por el pomo sin lograr abrirla, luego la golpeó con el hombro pero él ya no era un joven zagal capaz de tales proezas. Un caballero le pidió paso para ayudarle, aunque hicieron falta un par de personas más para lograr echar la pesada puerta de madera abajo. Lord Harte se abrió paso de nuevo para entrar el primero y se dio de bruces con su hija que salió desnuda y aterrorizada al exterior. Lord Harte la abrazó y la cubrió con su capa, le preguntó que ocurría pero la muchacha no fue capaz de pronunciar palabra, únicamente sollozaba.

-Está muerto. -Dijo uno de los caballeros que miraban desde la puerta al interior de la habitación.

Sorprendido por la súbita alarma, Anselminus se había detenido mirando incrédulo en dirección al dormitorio. Se abrió paso como pudo entre el resto de la multitud de curiosos a tiempo de ver a Lady Sylvie cubierta por la capa de su padre mientras la consolaba. El anuncio del guardia eliminó de un plumazo sus preocupaciones por hacer la poción de la luna. ¿Estaba muerto...? Solo podía hablar de Lord Manning.

- ¿Cómo, por todos los dioses...? - El maestre estaba anonadado, solo habían pasado unos segundos y no le veía el sentido a aquella última y estrafalaria sorpresa. Abandonó sus modales para abrirse paso hasta la habitación cuanto antes; tenía que ver el cuerpo con sus propios ojos.

Cuando Lylian escuchó al guardia decir que el novio estaba muerto buscó automáticamente a su tío y fue junto a él. Estaba claro que Lady Sylvie había perdido por completo el juicio, era peligrosa. Buscó sentierse segura junto a su tío, pero le era imposible desviar la vista de la joven, ¿como podían destaparla sin que todos supieran que prentendían dejar que engañase a Lord Manning? Y ¿ Que pasaría ahora que Darren era el Lord de su casa? Él sí sabía que la joven estaba embarazada, y también sabía que los Serf se habían callado esa información.
¿Volverían con vida a sus casas o se desataría el caos en Cimera? -Tío, dijo con voz titubeante, ¿Y ahora que hacemos?

Darren se abrió paso a empujones y codazos hasta llegar a la puerta de la habitación nupcial, donde sobre la cama de matrimonio descansaba el cuerpo sin vida de su hermano. El joven, ahora el único Manning que quedaba con vida, echó a correr hacía su hermano y lo abrazó sollozando. El cadáver no tenía ninguna lesión física, parecía completamente intacto, como si la muerte hubiera sido súbita.

-¡Asesina! - Gritó el joven dándose la vuelta de golpe. -¡Lo habéis envenenado!

Levantándose de un salto con los ojos llenos de lágrimas, Darren fue directo a por Lady Sylvie pero varios caballeros se interpusieron para detenerle. Lord Harte creyó conveniente llevar a su hija a sus propios aposentos y ordenó a su maestre que atendiera a Kevan. Los Serf sentían que, con toda certeza, las esperanzas de cumplir con su cometido allí para mantener la paz entre ambas casas acababan de resquebrajarse en pedazos muy pequeños.

Me maldigo a mi mismo por haber mantenido la actitud de toda mi vida de intentar quedar en las sombras sin llamar la atención. Después de esta ultima muerte y lo rápido que han neutralizado a Darren Manning.

Me sacudo enérgicamente de hombros para intentar descargar la tensión en lugar de llamar la atención maldiciendo a Los Siete, y con especial dedicación a la Doncella.

Le indico a Ser Yoren que se aproxime y una vez a nuestro lado bajo la voz. – Las cosas se están acelerando. Ya intentaron matarnos nada mas entrar en las tierras de los Harte, y nunca me convenció la reacción de Lord Gerard Harte. No envió sus soldados a capturar a quienes osaban atacar a los invitados a la boda de su hija, ni se enfureció con Ser Yoren por usurpar su derecho a hacer justicia, puede que le estuviera agradecido no fueran a reconocer a los que capturamos como soldados de su Casa. – Espero un par de segundos y miro a Anselminius. – Prácticamente le habéis explicado a Lord Gerard Harte que su hija está embarazada, y no ha reaccionado sorprendido ni atacándoos, ¿necesitamos más pruebas de que él ya lo sabía? Han muerto dos lords de la Casa Manning y justo antes de morir su último lord ha dejado embarazada a su esposa, eso es lo que dirán a todo el mundo. Corregirme si me equivoco, pero el actual heredero de la Casa Manning está ahora en el vientre de su hija Lady Sylvie.

Busco con la mirada a Grisel. – Debemos buscar a Grisel y después a Konrad es más capaz de defenderse a sí mismo. Una vez estemos todos juntos debemos hablar con Darren. – Mirando a mi sobrina mayor. – Lylian, no lo hemos engañado, lo hemos planificado sin llegar a llevarlo a término. La confirmación ha sido el que Lady Sylvie volviera a vomitar. Sin su ayuda no saldremos con vida, no pueden dejar testigos y por si tuviera una hija o un aborto Darren tampoco debe sobrevivir. Puede que se suicide de dolor lanzando desde una torre o las murallas sobrepasado por las muertes de su padre y su hermano en pocas horas.

Mirando a los dos alternativamente. – Olvidaros de que soy vuestro tío o el hermano de vuestro lord y ser sinceros si pensáis que es mejor hacer otra cosa.

Desde detrás de todos, Yoren escuchaba y se mesaba la sien; su misión no solo había sido bruscamente interrumpida, sino que iba directamente a un barranco. Dos lores de la casa Manning y una joven de la casa Harte, muertos en apenas un par de días, en lo que debía haber sido la ocasión de dicha y paz. ¿Ahora que diantres le había pasado al novio?

Mientras, Normand lo llamo y él se aproximó, aunque su primer instinto le decía seguir a Anselminus a buscar respuestas; pero proteger a sus señoras era también importante. Escucho la exposición del castellano y luego frunció el ceño. Habia cosas que estaba de acuerdo, otras que este necesitaba saber

-Ciertamente, Darren ya sabe del embarazo de la muchacha y estaba a punto de venir a exponerlo como el hijo bastardo de ser Etan cuando lo entretuve. +gruño en tono bajo+ A él le importa muy poco preservar la paz, solo el honor familiar. Ahora tiene toda la motivación que necesita para reanudar las hostilidades. Por otro lado, si esto realmente es un plan de los Harte, en verdad su vida corre tanto peligro como la nuestra, ya que es el único que podría reclamar la regencia por encima de su abuelo… en el caso que ese bebe fuera aceptado como hijo de Kevan. Pero por lo que hablamos hacia el final, su confianza en los Serf es casi nula… No contaría mucho con su ayuda a menos que podamos ofrecerle algún incentivo concreto.

Y aun asi, Yoren tenia sus dudas. No encajaba la muerte de la niña en todo esto. ¿Acaso iba a exponer tambien a lady Sylvie y los mismos Harte la silenciaron? Eso explicaria mucho... pero si era el caso, estaban en un antro de gente realmente despiadada. Un lugar donde su mision de proteger se iba a complicar mucho la verdad. 

Tengo que asentir con gravedad ante las objeciones de Ser Yoren.

– Tenéis razón Ser Yoren, no hemos hecho nada por ganarnos las simpatías de su Casa, pero si Lady Selyse da a luz un niño somos los únicos que podemos testimoniar a su favor como Lord de la Casa Manning. – Hablo en tono aun más grave. – Para eso debe vivir él y nosotros. Alguno de los Harte mato, no creo que se lo ordenarán a ninguno de sus servidores, a la pequeña para silenciarla. Con nosotros no tendrán la menor duda.

Volviendo a mirar a mi alrededor. – Lo que más me preocupa en este instante es la seguridad de Grysel. Encontrémosla y posteriormente a Konrad. Después, si las circunstancias nos lo permiten, todos juntos intentamos reconstruir lo que ha sucedido aquí.

Con la conmoción causada por Darren no parecía que nadie fuese a detenerle, de modo que Anselminus se adentró en la habitación y fue directamente a examinar el cuerpo de su hermano muerto. La muerte había sido súbita, pues no había pasado apenas tiempo desde que la pareja entrase en la habitación.

Con un ojo clínico entrenado tras sus años de cuidados al venerable Lord Serf, buscó los sospechosos habituales que le indicasen exactamente qué pudo causar la muerte inmediata de Kevan Manning: manchas en el blanco de los ojos, uñas ennegrecidas o con olor a podredumbre, un cambio de color en la lengua o verdugones alrededor del bajo viente... cualquiera de esas era una señal que podía indicar que Kevan muriese envenenado, pero la intuición del maestre le decía que las cosas podían no ser lo que parecían. Solo por si acaso, dio la vuelta cuidadosamente al cuerpo para examinar el cuello y la base de la nuca en busca de una contusión y, mientras apoyaba la oreja sobre el pecho del fallecido, dio unos golpecitos buscando el sonido ahogado de unos pulmones inundados.

El maestre Anselminus no confiaba del todo en que la causa de la muerte de Lord Kevan Manning fuera debida a un veneno como apuntaba su dolido hermano, y es que ¿acaso había veneno que actuara con tanta rapidez?. Por ello, aprovechando la discusión entre los hombres que estaban en la puerta del dormitorio y la confusión creada, aprovechó para colarse en la estancia y examinar el cadáver de Manning. Buscó marcas de contusión o de cualquier indicativo de que lady Sylvie le hubiera atacado de alguna manera, pero éstas no existían. Tampoco había marca alguna de envenenamiento visible, ni los ojos, ni las uñas, ni el vientre, ni el color de la lengua.

Anselminus comprobó que los pulmones de Kevan Manning efectivamente estaban encharcados como consecuencia de haber fallecido por un terrible ahogamiento. Pero ¿tendría lady Sylvie tanta fuerza como para ahogar a un hombre tan enérgico, robusto y vigoroso como Kevan Manning? No lo parecía. La primera sospecha que lo situó en el buen camino la encontró en el rostro compungido y amoratado de Lord Manning, todo hacía indicar que el ahogamiento era la causa principal de la muerte. Pero más bien, por la postura y la posición de las manos dirigiéndose a su propia garganta parecía que se había atragantado con algo. Cualquier maestre experimentado y con suficiente pericia y experiencia en el campo hubiera confirmado que aquella era la causa de la muerte. Pero cuando Anselminus le abrió la boca para comprobar qué había sido lo que había atragantado a Manning descubrió que no había ningún cuerpo extraño que obstruyera su garganta. No obstante, ésta se encontraba cerrada de tal manera que ni un el agua hubiera sido capaz de cruzarla.

El maestre Anselminus había leído algo semejante, nunca lo había visto ni presenciado, pero recordó que algún tomo viejo y polvoriento de alguna biblioteca donde le había dado por leer sobre los venenos contenía una explicación de una sintomatología parecida. Había unas hojas de una planta que crecía en las islas del Mar de Jade que, una vez secas, se empapaban en una mezcla de lima, agua azucarada y especias exóticas de las Islas del Verano. Después, el líquido resultante se espesaba con ceniza hasta formar unos cristales que adquirían un color púrpura. Dichos cristales, se disolvían con facilidad en cualquier líquido, y cuando la victima lo ingería su garganta se cerraba de golpe impidiéndole respirar y causándole una muerte por asfixia. Aquel veneno era comúnmente conocido con el acertado nombre de 'estrangulador'.

La familia Serf decidió que era hora de retirarse y plantear su siguiente paso con más calma. A Normand le preocupaba la seguridad de su sobrina Grisel, que no había asistido a la ceremonia debido al brote sufrido antes de la misma. Su enfermedad había surgido con fuerza por el estrés vivido por la pequeña tras visionar la espantosa muerte de su reciente amiga Eilene Harte. Konrad había quedado con ella en la habitación para garantizar que descansara y estuviera protegida, y cuando regresaron a los aposentos que la familia Serf había ocupado durante su estancia en Cimera, allí se encontraron a ambos. Lady Grisel durmiendo en su cama y Konrad vigilando en el recibidor de la habitación que nadie molestara ni perturbara el descanso de la pequeña, y por supuesto, que nadie intentara agredirla.

Cuando la familia volvió a la habitación, Konrad les dijo que todo había estado tranquilo por allí. Nadie se había acercado a la habitación, lo cual era lógico porque todo el mundo estaba en la ceremonia. Lo que incluía a los sirvientes del castillo, que se habían esforzado por que la ceremonia fuera de la mejor manera posible, aún a pesar de su desenlace.

Una vez supieron que la familia al completo se encontraba sana y a salvo, debieron proceder a, tal y como lo había descrito Normand, reconstruir que había pasado allí. Muchas sospechas se levantaban en torno a los Harte, especialmente, y el hecho que el anterior y el actual Lord Manning hubieran muerto en un lapso tan breve de tiempo hacía indicar que algún miembro de la histórica familia rival pudiera estar detrás. Sin embargo, también había muerto la pequeña Eilene Harte, la niña de los ojos de su padre y el corazón de su madre, el cual estaba tan roto que le había impedido asistir a la boda de su propia hija mayor.

Lylian había permanecido en silencio desde que se anunciara la muerte de Lord Manning. Se sentía perdida, pero sobre todo muy decepcionada. Había comenzado a creer que podrían cumplir con su misión cuando lady Sylvie entró en aquella habitación y ahora no sólo tenía que asumir su fracas osino que el futuro inmediato que se les presentaba no era nada alagüeño.
Estaba claro que la paz entre ambas familias era imposible tras lo acontecido, Darren no se quedaría callado y podría ser que ahora la única misión de los Serf fuese sobrevivir.
-Tal vez lo más sensato sea volver a nuestras tierras y alertar al rey sobre todo lo que aquí ha ocurrido. La verdad, no creo que nadie piense jamás que ese hijo sea de Lord Kevan Manning, la joven apenas acababa de entrar en el dormitorio cuando comenzó a gritar. Estoy pensando... ¿Estamos seguros de que el amante de la joven sigue encarcelado? En algunos dormitorios hay entradas secretas que llevan a otros lugares, ¿y si alguien ayudo a Sylvie a matar a Kevan?
 

Tengo la sensación de volver a respirar al comprobar que realmente Grisel está bien. Me quedo en silencio esperando que alguien hable para no influir en la opinión de los demás, se perfectamente que mi sobrina expresara su opinión, pero los demás…

Después de que ella lo hago vuelvo a intervenir.

– Puede haber algún pasadizo para que los miembros de la familia del Lord puedan intentar salvarse si el castillo esta a punto de caer, pero sería más fácil que si había alguien dentro lo estuviera quedándose allí después del encamamiento. Al entrar todos hemos iro directamente al lecho. No creo que nadie se haya detenido a mirar se había alguien tras la puerta.

– No sé si seguirá Ser Etan en la celda, sería una manera de exculparla… – Negando con la cabeza. – Más bien de inculparla y en ese caso sería Darren el gran beneficiado, se convierte en Lord en horas. Aunque no me explico como pudo convencer a Ser Etan, a menos que este errada su tiro. No, no podía arriesgarse a que aparecieran dos flechas juntas nadie lo habría creído capaz de disparar dos flechas tan rápido.

Mirando a todos de uno en uno. – No dejo de darle vueltas a que Darren Manning este detrás pero no se me ocurre como pudo manipular a Ser Etan. Si este se encuentra bajo el control de alguien para mi es evidente que es el de Lady Selyse, ¿qué interés podría tener en convertir en Lord a su cuñado? Y menos quedando como sospechosa de haber estado ella implicada en la muerte de como mínimo su esposo.

Mirando a mi sobrina. – Lylian tendrías que despertar a tu hermana, por si no fuera apropiado que saliera de la cama directamente. Creo que nos falta su punto de vista. Siempre ha sabido ver rápidamente a través de todas las capas de convencionalismos poniendo el dedo justo sobre el punto concreto.

El maestre vuelve con el resto de los Serf a sus aposentos pensando para sí mismo, ¿podía ser todo tan simple como parecía? Al fin y al cabo Lady Sylvie podía haber intentado librarse de Kevan Manning sin pensar en las consecuencias para evitar el casamiento, pero aquél método... no era algo que estuviera al alcance de cualquier jovencita, aunque si estaban en lo cierto aquella joven en concreto había sido capaz de quitar de en medio a su propia hermana y, al menos fingir, condenar a muerte a su amante sin mudar el gesto. Pero tal vez no estuviera sola...

- Debo contaros algo, lo descubrí examinando el cuerpo de Kevan; tan solo no lo aireé para evitar que las familias se masacrasen ahí mismo. Realmente fue envenenado, y no con cualquier cosa. El estrangulador es un veneno terrible, difícil de conseguir y preparar; la víctima debe beberlo, pero el efecto es inmediato. - el maestre dejó que calasen sus palabras. Si Kevan Manning había sido asesinado y el veneno causaba la muerte de inmediato, solo podía haber sido Lady Sylvie ¿verdad?

El maestre recordaba, pese al continuo movimiento de gente, la tensión del momento y la confusión generalizada, que en el suelo de la habitación que habían compartido lady Sylvie y Lord Kevan Manning antes de la muerte de este último, había un par de copas esparciendo el vino sobre la alfombra.

También, haciendo memoria sobre las circunstancias de la muerte de la pequeña Lady Eilene, recordó que la niña había caído justo bajo el lugar de donde la habían empujado al vacío.

- No puedo negar la evidencia, todo parece obrado por la propia mano de Lady Sylvie. El veneno en la alcoba nupcial; el hecho de que su hermana Elaine fuera arrojada por una persona de poca fuerza. Me cuesta creer que una joven de esa edad sea capaz de tales actos, pero todo apunta a que es así. - Sentenció Anselminus

- ¿Cómo deberíamos actuar? Darren no se casará con Lady Sylvie bajo ningún concepto ahora, y toda posibilidad de paz entre ambas casas ha desaparecido. Solo es cuestión de tiempo que se declaren la guerra mutuamente. -

Yoren se mesaba la frente con fuerza, poco acostumbrado a aquel ejercicio pero demasiado involucrado y preocupado para evitarlo. En verdad detestaba las intrigas de corte, por eso siempre había optado por el camino más simple y directo de las armas. Con una espada en mano era fácil saber quién era enemigo y quien no (todo el que la apuntase contra ti, lo era); con las capas y las lenguas, esa claridad se desvanecía totalmente.  Escuchando las conjeturas del resto, trato de imaginar la escena. Era difícil.

-No parece existir otra opción que creer que lady Sylvie es la responsable de todo esto…  +murmuro+ salvo que alguien plantase el veneno en la habitación antes, mientras la mayoría estaban en la boda. Alguien como por ejemplo, Lady Ella Harte; nadie cuestionaría a una madre en duelo.

Era una posibilidad claro, pero nada más sin evidencias. Tampoco resolvia el dilema presente.

-No parecen haber otros ganadores en esto que los Harte, a los cuales solo les faltaría “silenciar” a Darren Manning para tener el control de ambos feudos.  Ah, sí, y a nosotros… La sugerencia de irnos parece la más sensata a cada momento. Incluso si pudiéramos probar la culpabilidad de alguien, la grieta entre ambas casas ya ha vuelto a abrirse y no hallaríamos ni una voz imparcial en este castillo para demostrarla.  Queria pensar que habría un tercer lado que no veiamos, alguna otra facción que ganaría un beneficio de reanudarse las hostilidades, pero no hay nada… solo la despiadada codicia de uno de los bandos.