Partida Rol por web

Cuando los veo lo bastante cerca me preocupa, no sólo que hubieran venido preparados por si tenían que luchar, sino que lo muestren abiertamente.

Me adelanto un paso a mi sobrina ya que sería extraño en nuestra sociedad que estando yo al lado fuera ella la que dialogara con los guardias de los Manning, aunque no tenga ninguna duda que sabría hacerse escuchar.

– Soy Normand Serf, vengo con mi sobrina lady Lylian y dos de nuestros servidores. Queríamos hablar con vuestro señor, evidentemente si tiene a bien recibirnos. – Empleo un tono distendido consciente de la tensión que hay. Y que no pretendo incrementarla sino disminuirla.

Lylian se quedó un poco asombrada al ver la guardia de seguridad que habían montado los Manning, resultaba más que evidente que habían viajado preparados para cualquier cosa. Cuando los guardias les dieron el alto se mantuvo en discreto segundo plano a la espera de que su tío hablase. De cualquier forma le parecía lo suficientemente obvia la respuesta a la escueta pregunta del guardia.Venían a hablar con su señor, ¿por que otra cosa iban a estar a su puerta?

-Aguardad aquí. -Les ordenó manteniéndose frente a ellos para impedirles el paso. Hizo un gesto a uno de los guardias de la puerta y éste entró en los aposentos de los Manning. Tuvieron que esperar un par de minutos hasta que volvió a salir durante los cuales sintieron las miradas penetrantes de los miembros de la guardia, estudiándolos sin ningún pudor. Con un gesto a su superior, el guardia le indicó que podían pasar mientras sostenía la puerta para mantenerla abierta. Los soldados les dieron paso, aunque las miradas no disimularon. 

-Me temo que tendréis que dar vuestras armas fuera. -Les dijo antes de que cruzaran el umbral de la puerta. 

-Déjalos pasar de una vez. -Dijo una voz desde el interior. -No van a hacerme nada, son los enviados del Rey. Por el amor de los Siete. 

Kevan Manning se encontraba apoyado en la pared contigua a la ventana, observando algún punto indeterminado en el horizonte de la campiña colindante a Cimera. Volvió su mirada a ellos cuando finalmente su guardia les dio paso y les invitó a sentarse y a tomar algo. Kevan era un joven robusto, muy alto y de espaldas anchas. La viva imagen del guerrero. Sin embargo su rostro no era muy agraciado debido a las marcas de la viruela que intentaba ocultar bajo una espesa barba. Sentado en una silla, al otro extremo de la habitación se encontraban Darren Manning, el hermano pequeño. La otra cara de la moneda de la familia Manning: enclenque, bajo de estatura y con una cara más agraciada que la de su hermano mayor, de hecho era un joven que se podría considerar guapo.  

Después de tomar asiento aguardo un instante por si alguno de los dos hermanos desea comentarnos alguna novedad antes de exponerles el motivo de nuestra visita.

Mirando también al hermano pequeño para que se sienta incluido en la conversación, no excluido. – En primer lugar, expresados mi pésame, así como el de la Casa Serf por la muerte de vuestro padre. Lo inesperado de la situación me desbordo y en aquellos momentos seguramente no emplee las palabras adecuadas.

Señalando al maestre de mi casa. Fácilmente identificable por su collar de eslabones. – Os presento al maestre Anselminius, quería ofrecerse por si alguien de vuestra casa requiriera de sus atenciones para templar los nervios.

Al ser nombrado, el maestre dio un paso al frente y se presentó con una pronunciada reverencia, y pronunció unas pocas frases en su papel más diligente. - Permitidme presentar mis respetos Lord Manning, así como ofreceros mis servicios. Nunca llegamos a conocer a vuestro maestre, y al caer en la cuenta de que tal vez no os hubiese acompañado pensamos que tal vez precisaríais de mis servicios. Estoy a vuestra disposición. -

Poco acostumbrado a aquellos protocolos, y superado por la tensión del ambiente, Anselminus prefirió no decir nada más de la cuenta por si sonase poco apropiado o presuntuoso. No había hablado antes con ser Kevan, pero recordaba cómo lo había descrito el joven Etan, y dudaba que prestase mucha atención a las palabras de alguien que no fuera Ser Normand o Lady Lylian.

Lylian se mantuvo en un discreto segundo plano, dejando que su tío tomase la iniciativa. -Lamento mucho vuestra pérdida. Comentó en un tono suave sumándose a las condolencias y dirigiéndose a ambos hermanos.
Esperaba que no tardasen en terminar los formalismos para poder tratar el tema por el que habían ido realmente a los aposentos de los Manning, sin embargo no podía obviar el protocolo. Lo primero era expresar su pesar por la reciente muerte del patriarca de la casa.

Yoren no presento sus respetos verbalizándolos, pero se unió al resto en una muda y marcada reverencia cuando Normand y su señora lo hicieron, desde su lugar a espaldas del resto de la comitiva. En su amarga experiencia, los señores u otros nobles de rango no apreciaban especialmente a los bastardos, por más que hubieran demostrado méritos u ocupasen cargos, y cuanto menos llamase la atención de los hermanos Manning tanto mejor. La sangre era la sangre. Además, en esta ocasión estaba para escuchar y observar, más que para hablar. Al menos en principio.

La diferencia de portes no se le pasaba por alto, una que tenía connotaciones difíciles de olvidar. Por esa razón, aunque los observaba ambos, presto más atención a Darren y a sus reacciones a medida que se desarrollaba la conversación... ¿Qué estaría sintiendo el nuevo heredero de la casa?

Kevan agradeció las muestras de condolencia, aunque parecía que deseaba pasarlas cuanto antes al ser el dolor reciente y recordado constantemente por, precisamente, esas mismas muestras de apoyo. Cerró los ojos y asintió como si hubiese tenido que repetir aquel gesto más de un centenar de veces en unas pocas horas, lo cual era probablemente muy próximo a la realidad.

-Lord Manning... - repitió pensativo sin poder esbozar una sonrisa difícil de definir en el rostro. -Sí, supongo que ahora yo soy ese. Aunque para mi Lord Manning siempre será mi padre. -La formula era correcta, aunque no fuese todavía oficial su nombramiento como Señor de sus tierras y su Casa, pero a Kevan se le hacía tremendamente extraña y desconocida. -No necesito vuestros servicios, amable maestre. A excepción de mi padre nadie necesita cuidados en estos momentos, pero de ser así os tendré en cuenta. - La mirada de Kevan fue afilada, se podría entender por aquel ofrecimiento que tendría la necesidad de los cuidados de un maestre en poco tiempo.

-Bueno, supongo que esto no es lo que os ha traído hasta mis aposentos. ¿Qué es lo que deseáis realmente?- Al igual que su difunto padre, y tal vez de manera más acentuada, Kevan era directo y le gustaba ir siempre al grano.

Con su poderosa presencia, Kevan monopolizaba la atención de la habitación en la que se encontraba, dejando a la sombra a quienes se encontrasen junto a ella. Esto era algo que Darren Manning ya había vivido desde que tenía edad para recordar. El hermano menor siempre había permanecido en un segundo plano, observador y distante. Descubrió que los ojos de Ser Yoren se clavaban en él y le mantuvo la mirada para mostrarle que sabía que lo observaba a él, algo nada habitual cuando su hermano Kevan estaba presente.

Tras la palabras del nuevo Lord Manning Lylian decidió intervenir,- Mi lord tenéis toda la razón al pensar que no sólo hemos venido hasta aquí a expresar nuestras condolencias. Desconozco si Lord Harte os ha avisado ya de su intención de reunirse con vos, pero me consta que es una decisión en firme. Él quiere que os sentéis a dialogar con él y que el matrimonio entre vos y su hija se lleve finalmente a cabo. Nosotros simplemente hemos venido para aseguraros que la casa Serf es totalmente neutral y que únicamente persigue que se consiga la tan ansiada paz entre los Harte y los Manning. Dirante su breve intervención no perdió de vista al nuevo Lord, especialmente al inicio, pues quería tratar de averiguar se Kevan conocía ya las intenciones de Lord Harte de celebrar una reunión con él.

-Ya veo... -Dijo mientras estudiaba las palabras de la heredera de la casa Serf. Lady Lylian observó el gesto del nuevo Lord, a pesar de que no sabía nada de dicha reunión no le extrañó que así fuera, pues Lord Harte había tratado de organizar una especie de juicio rápido para arreglarlo cuanto antes. -Si quiere que esta boda continúe tendrá que darnos justicia, y no esa pantomima de antes. Quiero la cabeza de Hogg en una pica, y así continuaré con el compromiso. Si no nos hemos ido ya, es porque mi padre también quería que esta boda llegase a buen puerto. Esa será la respuesta que tenga de mi parte en dicha reunión. 

Intento que no sea evidente mi expresión de “deja vu” al oír las mismas palabras de nuevo. Aguardo un instaste por si mi sobrina quiere responderle antes de intervenir.

– Lord Kevan, sabe que yo no estaba presente cuando la flecha alcanzo a su padre. Propuse que se juzgara al caballero de Lord Gerard Harte, Ser Etan. Rechace la propuesta de aceptar solamente la palabra de Lord Harte y vos mismo fuisteis testigo de su reacción. No he traído soldados de mi casa como para imponerme a lo que acabe decidiendo Lord Harte si decide eludir el juicio. Si puedo comprometerme a acompañaros al Trono de Hierro si queréis que declare ante el Rey lo que vi.

Hago una pausa antes de añadir. – Además de la muerte de vuestro padre, el difunto Lord Artur, puede que al mismo tiempo murió la pequeña Eilene, ¿habéis pensado en ese suceso?

Hago una nueva pausa agregando. – Visto desde fuera lo que creo es que alguien esta haciendo todo lo posible para que vuestras dos casas se lancen la una contra la otra. – Le pido calma con la mano antes de proseguir. – El Rey personalmente fue quien sugirió vuestra boda para que vuestras casas se unan. Todos sabemos de como reacciona Robert de Baratheon, el Primero de su nombre cuando cree que lo desafían. Sospechamos que alguien esta manipulando los hilos para beneficio de su casa o personal. Y no, no es la mía ya que el fracaso puede arrastrarnos a sufrir el mismo destino que las vuestras a manos del Rey. Allí pensé que pudo ser un accidente y que Ser Etan apuntara realmente al ciervo. Tengo grabadas las palabras que no cesaba de repetir hasta que apareció su Lord.

-Erré el disparo... yo... quería darle a... Lo... lo siento.

– Después de la muerte de la pequeña Eilene creo que eráis vos quien debía morir y así impedir la boda. Sin novio la boda se vuelve imposible. Alguien pudo manipular a un joven recién armado caballero, puede que, prometiéndole un caballo de guerra, una armadura y un pabellón para participar en los torneos. No son nada baratos y son el sueño de casi todos los recién armados caballeros.

Aunque también pudiste ser tú que quisieras casarte siendo Lord asegurándole que lo cubrirías de dragones de oro para pasar a pedir su cabeza en una pica. Al igual que los principales sospechosos de impedir la boda son los padres de ella.

Lylian permaneció atenta a las palabras de su tío, no estaban exentas de razón, tal vez de tacto.Pero el tiempo se le echaba encima y no podían permanecer ajenos a lo que estaba ocurriendo. -Creo que los más sensato es que todos reflexionemos e intentemos mirar más allá de lo que resulta evidente.Todos tenemos tiempo aún antes de que se celebre la reunión, tiempo para pensar, para afinar teorías... y sobre todo para calmarnos. Miró a su alrededor tratando de discernir si el mensaje había calado en el resto de los presentes.

El maestre permaneció en silencio observando en intercambio de declaraciones entre lord Kevan, ser Normand y lady Lylian; no poco sorprendido por alguno de los comentarios que se estaban haciendo allí, ya que las sutilezas de las intrigas y los juegos políticos entre casas se le escapaban.

Por un lado, el maestre no tenía dudas sobre el merecido castigo de ser Etan. La muerte de un lord era algo grave, y por muy accidental que pudiera ser el responsable debía pagar por ello. Sin embargo, en el otro extremo, la idea de que el padre de Lord Kevan hubiera muerto por una flecha perdida se le antojaba extraordinaria, incluso ridícula si pensaba en ello con detenimiento. Un tiro limpio que matase a su presa al instante solo podía ser hazaña de un tirador experto, y tenía sus dudas de que ser Etan fuera tan diestro en ese arte; también podía ser el fruto de una tremenda casualidad, pero ¿2 muertes seguidas bajo aquellas circunstancias? Parecía que demasiadas casualidades estaban a la orden del día.

- Si me lo permiten... - se atrevió a sumar su voz el maestre a la de los demás, aunque con cierta timidez - la petición de lord Kevan me parece... justificada, dado lo ocurrido. No obstante, una exigencia de semejante magnitud debe ser tratada con cuidado. Una sentencia a muerte concedida tan a la ligera podría humillar a los Harte; dando a entender que su recién nombrado caballero cometió asesinato en lugar de tratarse de un accidente, lo que empañaría el buen nombre de su casa.

Deberíamos seguir los canales adecuados: celebrar un juicio en toda regla, con todos los nobles presentes, que cada uno exponga lo ocurrido e incluso ser Etan tenga la posibilidad de hablar. Por supuesto, esto no le librará de su castigo, pero con este sencillo acto los Harte tendrán que admitir que han sido tratados con justicia y el nombre de su casa ha permanecido intacto; entonces estarán más dispuestos a aceptar las exigencias de lord Kevan. -

Anselminus sabía que sus palabras eran especialmente duras con ser Etan, a quien daba ya por condenado a muerte; y se sentía especialmente mal por el destino de aquél joven caballero, pero las cosas eran así. La paz de ambas casas por una sola vida, tal vez culpable por accidente, era en realidad un pequeño precio a pagar. Fuera como fuese, necesitaban aquél respiro en sus negociaciones con Lord Kevan y la posibilidad de llegar a un acuerdo con él que les beneficiase a todos.

Guardo silencio, no tan sorprendido por la dureza de las palabras de Normand y Anselminus como preocupado. Estaban creando una base de argumentos que podrían ser… complicados, en el mejor de los casos y fácilmente tergiversados por las partes. Aunque viéndolo, Kevan ciertamente no daba la impresión de ser una mente intrigante. Su hermano, por otro lado…

-Jumm, si me permiten...+carraspeo+ Ciertamente, las palabras de todos deben ser escuchadas para aclarar este asunto tan trágico, que ha manchado lo que por lo demás debía ser una ocasión festiva. Al respecto del mismo, quisiera saber cuál es vuestra opinión, ser Darren, si no es molestia. Después de lord Kevan, no hay otra voz que pese más por vuestra familia.

Ya que todos estaban hablando bastante directo, parecía el mejor momento de formarse una impresión del segundón de los Manning…

El nuevo Lord Manning no se mostró muy receptivo con ellos en un primer momento; todos pudieron sentir su mirada de desconfianza y aprensión hacía ellos. Kevan Manning era un hombre directo y sincero, y disimular sus sentimientos era algo que no sabía hacer y que sus gestos traicionaban. En un mundo como aquel, sería más un defecto que una virtud, aunque él considerara que ser sincero era lo más noble. Por ello valoró las palabras duras y directas de Normand Serf y eso provocó un cambio en él que le hizo ser más receptivo a ellos. 

-Si una tercera casa está conspirando para atentar contra nosotros e impedir esta boda juró que se lo haré pagar con sangre. Pero hasta entonces creo en la culpabilidad de ese mequetrefe que se hace llamar Ser. - Hizo una pausa y meditó las palabras de Normand con calma, después tomó aire y prosiguió. - No obstante, lamento la muerte de lady Eilene. Aunque no acabo de entender que relación tiene con el atentado contra mi padre, o contra mí, si fuera el caso. 

Después, Kevan fue asintiendo a las palabras que pronunciaba el maestre de los Serf, dándole la razón firmemente de manera silenciosa. No podía tener más razón. Tras las palabras de Anselminus, Ser Yoren Piedra intentó que el pequeño de los Manning participase en la conversación invitándole a expresar su opinión, Darren abrió la boca para expresarse pero fue interrumpido por su hermano, quien con cierto desdén, contestó por él. 

-Mi hermano está muy apenado por la muerte de nuestro padre. - Dijo Kevan sin llegar a mirar a su hermano. No lo hacía con mala intención pero para él todavía era un niño cuya opinión en temas de adultos no era demasiado valiosa. Darren cerró la boca y asintió con la cabeza gacha. 

-Mi familia y los Harte siempre han estado enemistadas. Desde los tiempos del abuelo de mi abuelo e incluso puede que más. Mi intención era que esta boda sellara una alianza y una paz definitiva, vine aquí con ese propósito. No pretendo humillar a Lord Harte, ni a su familia. Sólo quiero justicia para mi padre. Un juicio serio y auténtico es una idea que apoyo sin condiciones.

-Señores,dijo Lylian tratando de llamarles la atención,-Si les parece bien creo que ya es hora de que nos retiremos. Lord Manning, ya os hemos puesto al día sobre la reunión y creo que hemos dejado clara la intención de nuestra casa de no beneficiar a unos por encima de otros.Nos mantendremos neutrales y trataremos de que alcancéis un acuerdo.En mi humilde opinión, el resto de la conversación será mejor dejarla para la reunión en sí. No quería ofender a nadie con sus palabras, ni excederse en sus comentarios, pero sentía que su tío y el maestre le estaban vendiendo a Lord Kevan la piel del oso antes siquiera de cazarlo.Le estaban haciendo ver que estaban de su parte, y eso no era bueno.-Creo uqe todos deberíamos de intentar descansar al menos un rato. habitualmente la excusa del descanso les servía a las mujeres de la corte para dar por concluídas todo tipo de reuniones, esperaba que este fuera uno de esos casos.

Lord Kevan asintió a las palabras de la joven Lady Serf una vez más. La joven parecía sensata y sabía cuando debía hablar y cuando callar, algo que Kevan admiraba de una mujer. También le habían caído bien el resto de su comitiva, pues parecían mostrarse favorables a hacer justicia para con su difunto padre y contar con su apoyo frente a Lord Gerard Harte sería importante para sus propósitos de resarcir el daño provocado a su casa.

-Coincido con vos. El resto de cosas conviene tratarse en dicha reunión, y con la presencia de Lord Harte. - Se dirigió a la puerta de la estancia para acompañarles al exterior y les mostró una sonrisa cordial. Su actitud había mejorado hacía ellos tras aquel encuentro.

Mientras me debatía en como decirle que estaba prácticamente seguro de que la pequeña Eilene Harte había sido asesinada, sin que lo considerada una acusación o un insulto, mi sobrina acudió a cubrir el embarazoso silencio proponiendo que nos retiráramos.

– Tienes toda la razón Lylian, marchemos. Gracias por dedicarnos parte de vuestro tiempo Lord Kevan Manning.

Una vez sobrepasamos sus guardias le susurro a mi sobrina. – Lylian, ¿dónde sugieres que vayamos ahora?

Lylian se despidió con una ligera inclinación de cabeza y una leve sonrisa mientras abandonaba las estancias de los Manning.
-A nuestros aposentos,contestó también susurrando a la pregunta de su tío,-No quiero dejar sola a Grisel mucho tiempo, el desgraciado final de lady Eliene le ha afectado mucho.