Partida Rol por web

Observo con recelo cómo los portadores de esa enfermedad, a mi juicio, recogen sus armas de nuevo. Lanzo una mirada a Jeff. - Ten cuidado, compañero. No es momento para fiarse ni de tu sombra. - Le digo a modo de consejo, dejando entrever clarísimamente mi desconfianza en ellos. Tras ver esas imágenes, mi rostro se tiñe de una seriedad implacable. Miro la cúpula de la Iglesia. - Señor, tú que estás en los cielos, asístenos con tu brazo de hierro y danos templanza para el mal que se cierne sobre nosotros - Me santiguo, tras lo cual, comienzo a andar hacia Ted.

Me sitúo a su lado, y preparo el arma. - Muy bien, abrámosles camino. Desde el campanario seguro que es más fácil tener una visión amplia. Tal vez incluso podamos avisarlos en caso de que puedan verse emboscados. O algo por el estilo. - Miro al otro forajido, que supuestamente se queda con nosotros. 

Asiento a Mathew ante su advertencia - No me fío de ellos, pero tengo que traer a Michael aquí. Él me acogió en su tienda y su casa hace años, es la única familia que me queda. - Hago un gesto a Ted y hablo con él aparte.

Me vuelvo hacia Bill: - Sheriff, ¿viene con nosotros o me da la llave de su oficina para coger las armas que necesitemos?

Me dirigo hacia la puerta y, cuando todo el mundo esté dispuesto, salimos de la iglesia.

Justo antes de salir, me dirijo a Ted.

- Hazme un favor, vigila a ese James además de a los infectados. No creo que me esté muy agradecido por haberle saltado un par de dientes y me da la impresión de que está como una puta cabra. Si hace algo raro, vuélale la cabeza. Si necesitáis algo de vuestras casas, decídmelo y haré lo posible por traerlo, pero mi prioridad es traer a la gente que no esté infectada a la iglesia.

Espero al indio pues el sabe moverse bien por el pueblo y por eso tampoco he querido dividir mas los grupos.

 El rostro, con barba de una semana, de Ted asiente sin palabras ante la petición de Jeff. Luego acerca de nuevo la culata de su rifle al hombro y desjarratea un nuevo disparo ante las criatiras que asoman ente las puertas atrancadas.

Bill se sienta en un banco mientras se apoya con sus manos en la cabeza. Hace unas horas, todos eran felices e iban a cobrar una buena recompensa, ahora, esto parece el infierno. Tras escuchar las palabras del grupo, Bill comienza a recobrarse y se levanta del banco lentamente.

- Esta bien... Que la banda de Kid se quede aquí y que James, Kid y Jeff me sigan. Iremos a mi oficina y trataremos de salvar a los supervivientes que encontramos. Después, se gira hacia donde esta Ted. - Chicos, espero que vuestra puntería sea buena, pues vais a tener que cubrirnos el culo desde el campanario...

Tras decirlo, Bill comienza a andar hacia las puertas de la iglesia y se pega a ellas, apartando unos pocos bancos.

- Ahí afuera de la puerta están los rabiosos, chicos, preparaos. Nada mas abra las puertas, disparar a todo lo que se acerque y cuando salgamos, volver a cerrar las puertas.

En ese momento, Bill se aferra a la puerta y aparta varios bancos, después, abre la puerta de una patada. En ese momento, un grupo de unos 6 “rabiosos” comienzan a andar hacia ellos. Quitando a esos seis, el resto esta lleno por los alrededores, pero parece no avanzar, solo fijarse en estos.

Preparado por el comentario del sheriff para los rabiosos, nada mas que abre la puerta me fijo en el mas cercano y le suelto un balazo con mi rifle.

No me gusta matar a nadie porque si pero no quiero encontrarmelos a la vuelta tan cerca de la iglesia.

 Nada más Bill abre la puerta y Ted desjarratea un disparo, con su rifle de repetición, al rabioso más cercano, intentando causarle un daño importante, tal vez con el disparo lo deje inutilizado sin necesidad de matarlo...

El instinto de cazador desarrollado tras años en el desierto hace presa en Jeff. Sale deprisa por la puerta y se agazapa junto a la iglesia, echándose el rifle al hombro. Apunta a uno de los cuatro que se acercan a la cabeza, pero cuando está a punto de apretar el gatillo reconoce a su vecino. Duda un momento antes de fijarse en los ojos amarillos.

- Maldita sea - masculla entre dientes.

Rápidamente cambia el blanco y dispara a la rodilla de su vecino rabioso. No quiere matarle, pero tampoco va a dejar que se acerque.

Agazapado junto al muro, Jeff espera a ver el efecto de los disparos de sus acompañantes (y el suyo propio) en los ciudadanos rabiosos.

Agarro mi escopeta y reviso que tenga balas, cuando veo que el sheriff se acerca a la puerta alcanzo a decir palabras.

- GILIPOLLAS, no abras la puerta, no...

Es demasiado tarde, entonces veo como esos engendros (¿de verdad serán rabiosos?) entran, acercándose a nosotros. No me importa si les mato o no. En realidad, si les mato mejor. Así que me acerco y disparo con la intención de enviar a esta gente al infierno.

En cuato abren la puerta, James se queda un poco descolocado, pero enseguida se recompone y apunta con su revolver a una de esos tipos y apreta el gatillo.

BANG

Luego se gira hacia su compañero de banda, Bill con su rifle de precisión en la mano derecha tendiéndoselo a él

Déjame tu escopeta si voy a ir con ellos, tú quedate mi rifle de precisión, te será de más utilidad para disparar desde el campanario y cubrirnos. Cogelo y cubrenos.

Espero la respuesta de mi compañero para empezar a ir con mi grupo.

Asiento de forma distraída mientras intercambiamos armas, siempre atento a que los putos pueblerinos locos no me maten.

- Trataré de cubriros, pero sabes que nunca he sido muy bueno con ese rifle... Da igual, iros ya.

Una vez hayamos liquidado a la mayor parte de los hombres que nos atacan, me dirijo al campanario con el rifle de precisión.

Me sitúo junto a Ted y espero a que salgan para comenzar a despejarles el camino según el recorrido que hagan. Principalmente, cubro a Jeff, los otros dos ya pueden buscarse la vida por mí.

Al ver que Mathew no dispara, Bill apunta con su arma en la cabeza de un rabioso y aprieta el gatillo, destrozando la cabeza del otro rabioso.

Vuestros disparos hacen estragos en los rabiosos. Los primeros disparos, los de Kid y Ted provocan una herida en el pecho, haciendo que caigan al suelo muertos. El disparo de Jeff acaba destrozando la rodilla del Rabioso que parece, que casi se la ha arrancado de cuajo y se queda quieto en el suelo, sin moverse.

El disparo de la escopeta destroza completamente al rabioso que cae al suelo lleno de agujeros, también muerto, y el disparo de James acaba destrozando la cabeza del otro que viene y por finalizar, el disparo de Bill, que acaba con la vida del ultimo.

Ya no hay mas rabiosos cerca de vosotros, pero podéis ver a unos cuantos afuera de la iglesia. El panorama afuera es desolador. Hay muertos por el suelo, muchos, sangre en todos lados, edificios en llamas...

Bill comienza a acercarse al tiempo que enfunda su revolver y camina lentamente hacia afuera, después, se sujeta el sombrero con su otra mano y se gira hacia ellos.

- Bien chicos... Ha llegado nuestra hora. James, Kid y Jeff, seguirme. Los demás, mas vale que nos cubráis desde la iglesia...

Tras acabar de hablar, comienza a avanzar lentamente y desenfunda su revolver, aparentemente, avanza hacia camino de la cantina.

- ¡Chicos! ¡Creo que primero sera mejor ir a la cantina!

El camino hacia la cantina esta bloqueado por unos ocho rabiosos que os miran con unos ojos brillosos.

 Una vez despejada la entrada Ted se gira y se apresura para subirse al campanario, para tener un buen sitio desde el que poder cubrir el avance de Jeff y los demás. Por lo menos si no se esconden apartan mucho de las vías principales.

 - Voy arriba.- Dice escueto el joven mientras su gabardina se agita al aire fruto de sus apresurados pasos.

No quiero una visita guiada chicos asi que indicad por donde se va mejor y salgo corriendo. Prefiero hacer el recado rapidamente y guardar la mayor cantidad de balas posible que sino lo tenemos claro contra estos.

Porque esta viendo lo que han hablado antes que sino pensaria que estaba soñando o algo por el estilo. El olor a sangre es abrumador

y esas cosas estan por todas partes.

Vaya panorama.