Partida Rol por web

Alex quería decir muchas cosas. Pero en su interior bullían una serie de sentimientos y miedos que habían hecho que la pequeña no fuera capaz de responder a Mei. Su rostro había palidecido y se habría puesto a gritarle, si no fuera por el miedo que tenía a quedarse en la isla y explotar... 

Vio como Bora empezaba a tocar a gente que desaparecía y sus ojos se abrieron como platos. Bora es lo más... Pensó, mirándola nuevamente con admiración. Entonces apareció a su lado y clavó su mirada azul en la de ella. En ese momento fue consciente de lo que pasaba y se volvió a mirar a Eileen, estirando una mano, antes de desaparecer. 

De repente se encontraba en el hangar y sintió como sus pupilas empezaban a llenarse de lágrimas al ver allí a Arturo, Baltazar y Elí. En ese instante vio aparecer a Eileen a su lado y respiró, aliviada. - No te preocupes... Se te pasará enseguida... - Le dijo al ver que tenía ganas de vomitar. Esperó un segundo, vio que Puleun también aparecía y sus labios se torcieron en una mueca. - ¿Qué pasa con Jason, Ciara y con los otros...? - La pequeña no había terminado de entender todo lo que había dicho la tal Mei y no sabía qué había ocurrido, pero parte de sus amigos estaban allí y... La isla iba a explotar... 

Se volvió a mirar nuevamente a sus amigos. Por fin los encontraba, había tenido tanto miedo... Alex llevaba un chaleco antibalas sobre una sudadera con capucha. Como pantalones llevaba los del pijama, que no le había dado tiempo a cambiárselos, y las deportivas. 

En ese momento Baltazar se acercó a ellas y Alex rompió a llorar cuando sintió el resguardo de sus brazos. - ¡Balt...! Han muerto muchos niños... - La pequeña hipó un poco y se secó los ojos al escuchar sus palabras. Sus ojos se abrieron como platos y se volvió a mirar a Elí... - ¡Elí, no puedes quedarte aquí... Va... Va a explotar todo... Tienes que venir con nosotros! - Su voz sonó en ese momento muy aniñada, sentía un nudo en la garganta ante el temor de que su amigo se quedara en aquella isla del infierno. - Eileen... Díselo tú... - Volvió a mirar a Balt, con ojos brillantes y asintió con la cabeza. - ¿Qué pasa...? - Le preguntó, bajando ligeramente la voz. 

Cuando Alex acepta hablar conmigo la llevo a un lado y la abrazo con fuerza, para luego empezar a hablar con ella en voz baja.

Estoy tan feliz de que estés a salvo, por un instante creí que ya habías llegado, Jason y Carlos me convencieron de adelantarme. ¿Dónde están ellos? Por favor no me digas que les ocurrió algo, yo debí haber ido con ellos, el plan de ir a buscarlas era mío. - comento bastante preocupado por el bienestar de mis amigos.

Por un instante creí que te perdería y estaba con el corazón en la boca, no te vuelvas a alejar de mi, entramos juntos a este infierno y saldremos juntos, tal como te lo prometí hace cinco años. ¿Lo entiendes verdad? Ya pronto todo esto quedará atrás. - digo mientras la abrazo con fuerza.

No puedo imaginar por lo que has pasado, pero a partir de aquí caminaremos juntos y no dejaré que nadie te lastime. Ahora cuéntame, ¿Qué es eso de que esta maldita roca va a explotar? - pregunto con curiosidad.

El joven que estaba cerca del helicóptero se sorprendió con esa aparición, pero al ver quienes eran su rostro volvió a la normalidad, pero al ver a la jefa medica frunció el ceño en disgusto, luego desvía su mirada a los bebes y su expresión vuelve a ser de desconcierto.

Su rostro se giró hacia Mei y digo con un tono de voz que mostraba poco interés -A la final sus experimentos no iban solo de quitarnos nuestras habilidades imagino, siempre pensé que buscarían una forma de dar poderes a otros- volvió a mirar a los bebes -pero ahora se me ocurre también que pudieran estar planeando crear soldados, posiblemente adoctrinándoles desde muy jóvenes y creándoles una lealtad ciega- en su rostro se dibuja una sonrisa melancólica y susurra como para si mismo -Un mundo feliz-

Me sorprendió mucho la aparición de las chicas, fue bastante inesperado, pero ver a la doctora no me hacia gracia, pero imagino que ha de tener algún tipo de conocimiento que puede ser de mucho interés para nuestras rescatadoras, espero poder tener un día su confianza para que me compartan sus verdaderos planes.

Muchos de mis compañeros las juzgan únicamente por sus acciones, sin ver sus razones o sus planes, además Mei prometió que aquellos que quieran ir por su cuenta podrán hacerlo y en parte puedo creer en sus palabras.

Luego veo a los bebes y mi mente empieza a tejer teorías, talvez sin ningún sentido y algo rebuscadas o apresuradas, pero no puedo evitarlo, es algo innato en mi mente, pero ahora que esta Mei aquí ¿significa eso que el tiempo se acabó para los que no han llegado? O ¿ella dará algo más de tiempo?.

Durante unos segundos Alex fue incapaz de responder a Baltazar. No podía dejar de llorar mientras se abrazaba a él. Había pasado tanto miedo...  - Sí... Siempre estaremos juntos... - Consiguió articular y se apartó un poco para mirarle a los ojos y poder responder a sus preguntas. 

- Jason y Carlos están en el comedor... Esa tal Mei quería dejarnos allí... Estaba poniéndonos a prueba para decidir quién venía, pero... Llegó MegaMax en el último momento llevando al capitán Terry Pf... Pitx y no sé qué ha pasado con ellos al final. Bora me tocó y aparecí de repente aquí. Es una pasada lo que puede hacer cuando toca a alguien. A Eileen le quitó los pantalones meados y le puso otros con sólo tocarlos... - Alex estaba aturrullada y un tema le llevaba a hablar de otro sin ningún sentido... Se mordió el labio y volvió a abrazarle. - Tenía mucho miedo, yo... No sabía dónde estabas y habían muchos guardias que nos disparaban... y... - Las lágrimas volvían a deslizarse por sus mejillas. - Mataron a Xue delante mío con un tiro en la cabeza y... Iban a dispararme a mi también cuando apareció Bora... - Baltazar podía notar como temblaba su delgado cuerpo.

Tras unos segundos, volvió a apartarse y le miró a los ojos. - MegaMax lo dijo... Que el jefe de seguridad estaba intentando hacer volar la isla y que un tal Andrés había ido para intentar detenerle... - 

Con unas consecuencias temibles, Puleun aparecía con la mayoría del daño que le habían ocasionado a un tercero, un dolor terrible y unas ganas de vomitar increíbles, lo segundo por suerte no iba a hacerlo puesto que no tenía nada en el estómago tras el anterior viaje. Dal nunca sintió semejante dolor, reacia a llorar o gritar se sentó a intentar respirar, pues le dolía incluso eso, remangó su manga derecha para morderla y aguantar mejor aquella temible sensación. Mientras que hacían a su alrededor pequeñas sombras que se formaban de negro humo y desaparecían. Sufría una combinación de sentimientos desagradables; dolor, miedo, duda, culpa... Por suerte nadie le provocaba esos sentimientos y pese a verse formas entre el vórtice humanoides unas grotescas otras, más grandes o pequeñas, ninguna se formaba del todo y explotaban suavemente volviendo a ser humo y desapareciendo.

No me sorprende en lo más mínimo, esa mujer es despiadada, pero ya no podrá volver a lastimarte, creo que ella y O'Connor harían una bonita pareja. - respondo intentando tranquilizar a Alex, al tiempo que seco sus lágrimas con mi mano.

Confío en que Carlos, Jason y Ciara lograrán salir del comedor a tiempo, lo que no entiendo es porqué fueron allí en primer lugar, el plan era venir al hangar, es más, les dejé los acertijos resueltos camino aquí.

Sólo tenían que internarse en el banco de niebla y estarían a salvo, cree la niebla para ustedes. - comento consternado mientras le doy un beso a Alex en la frente.

Creo que lo mejor es ir abordando, tenemos que confiar en nuestros amigos, son fuertes y astutos.

Jane noto mejoria, pero continuaba estando herida, se reincorporo pero permanecio al suelo, fuera como fuera, nadie le habia dirigido la palabra de esas mujeres tan raras...no sabia si tomarselo bien o mal....como siempre era invisible para el resto.

Asi que sabiendo que se tenia que espabilar sola, se preparo para levantarse y ver que queria hacer el resto.

Baltazar consiguió su propósito y una breve risa brotó de los labios de Alex al imaginarse a O'Connor y Mei juntos. Poco a poco había empezado a tranquilizarse y continuó explicándole lo que había ocurrido.

- Cuando íbamos a salir de nuestro edificio llegaron Jason y los demás. Pero habían fancotinadores y estaban matando a muchos chicos que huían. La chica muda hizo una pequeña niebla, para cubrirnos, pero le dispararon y Jason tuvo que cargar con ella. Eileen hizo ilusiones. ¡Es una pasada! cuando fui a quitarle la pistola a un guardia y me descubrió, ella hizo aparecer copias mías y él se despistó y no me hizo mucho daño. Sólo me pegó en el hombro... - Recordó, llevándose la mano a la zona que todavía tenía dolorida. En ese momento se dio cuenta de que se había desviado del tema y sus mejillas se sonrojaron. - Perdona, lo que te estaba diciendo... Fuimos al comedor porque no podíamos llegar a otro sitio... Yo conseguí saltar hasta la puerta del comedor y la abrí. Era lo que estaba más cerca para protegernos de los disparos - .

Tras explicarle lo que había ocurrido, se quedó un momento pensativa... - ¡Oh! ¡No me acordaba! - Exclamó y empezó a meter las manos por el cuello del chaleco que llevaba. Rebuscó y arrugó ligeramente el ceño... - ¡Oh...! - Finalmente, se desabrochó el chaleco y, enganchada en el pantalón del pijama llevaba una arma. - No sabía que hacer con ella y la guardé por si acaso... - Le dijo, mientras le entregaba la pistola. 

Suelto a Nahuel sonriente.... Bueno, me escapé por una ventana, llegué aquí, me encontré con Mei y me fui con Andrés a por el señor Pfizx porque sabe pilotar y... Bueno, pues aquí estoy. No he parado de pensar en vosotros y donde estaríais, de verdad, no te imaginas lo que me alegro de veros.

Por regla general Max no era tan efusivo pero la situación de poder perder a sus amigos y compañeros le había llevado al límite.

Ciara, Ororo, Nahuel... chicos... Hace un gesto abarcándolos a todos. Vámonos de esta maldita isla y empecemos una nueva vida... ¡¡¡Libres!!! 

Y agarro la mano tendida de Boro una vez que me aseguro que Ciara lo haya hecho antes que yo...

Aunque me encantaría llevarla, Gina nos está obligando a dejarlas, así que ni modo, mejor no buscarles las cosquillas que ya sabes como se ponen, pero eso sí, no la vamos a dejar cargada. - digo sacando la caserina y apartándola del arma, la que dejo en el suelo.

En cuanto estemos a salvo quiero que te hagas ver esa herida. ¿Está bien Alex? Ya falta poco, algunos minutos más y nos largamos de este infierno, lo que nos espera afuera puede ser un poco más duro, pero seremos libres y con algo de tiempo podremos ir a dar un paseo por Nueva York o por cualquier otro lugar que deseemos.

Ahora déjame quitarte la pulsera, ya no la necesitarás a dónde vamos. - añado con una sonrisa mientras tomo a Alex de la mano y me concentro en cubrir de escarcha el broche de la pulsera para hacerlo quebradizo. - Listo, ahora podríamos intentar romperla.

¡Vamos al helicóptero! Ya casi es hora.

Afiló la mirada al escuchar a Mei, ciertamente no gustándole mucho que le dijera que podría obligarla a hacer lo que quisiera. – No te equivoques. – Le dijo con simpleza, advirtiendo que no le gustaban esas palabras. No dudaría en dar lo mejor de sí misma para pelear contra cualquier poder que aquella mujer pudiera tener. No iba a dejar que alguien le privara de su voluntad con total facilidad. No iba a cambiar una prisión por otra, y la expresión de cabreo en su rostro lo dejaba bien en claro.

No obstante, en el momento en el que Mei comenzó a explicar lo que podría hacer para ser sacada de aquel lugar, no pudo evitar fruncir el ceño. La opción de matar a Shen Long hizo que la joven le dedicara una mirada al chico en cuestión. Estuvo a punto de moverse, antes de continuar escuchando el resto de las opciones. Una de ellas hizo que Sun Hee mirara a Mei con pura intención de matar. – No. – Sabía muy bien de quién estaba hablando, y no pensaba matar a alguien tan importante para ella.

– Nunca. – Declaró con frialdad, dejando en claro que tendría que privarla de su voluntad para hacer algo así. Sin embargo, la otra opción no era algo que estuviera dispuesta a aceptar tampoco. No estaría encerrada en otra prisión, no sería el juguete de nadie. Una cosa era actuar de manera voluntaria, y otra muy diferente que permitiera que la controlara de esa forma. Sin dudarlo demasiado, la joven cogió la pistola que Mei le había indicado, dispuesta a apuntar a Shen Long con la misma. Jamás había establecido una relación demasiado profunda con él, en comparación a perder su libertad, o torturar a quien quería, la opción era bastante clara.

No obstante, antes de que llegara siquiera a dispararle al chico en cuestión, la voz de un chico llamó su atención… así como también la explicación de que la doctora habría experimentado con Ciara. Sun Hee no dudó en clavar una mirada asesina en la doctora, más que dispuesta a matarla… tan sólo para recordar que las misteriosas mujeres la querían con vida. Chasqueando la lengua, bajó su arma, comprendiendo que no era necesario que matara a nadie, ya que Mei se había marchado. Su atención se desvió a Max, luego al resto de los presentes, y por último a Ciara, a quien no pudo sostenerle la mirada, principalmente por lo que había estado cerca de hacerle a Shen Long. Sea lo que fuera, se preparó para seguir al resto, dispuesta a abandonar aquel horrible lugar.

Sabía que era un hombre bien entrenado, pero temía que fuera más hábil, por suerte para mí solo se alejó, dejándome su arma a mi alcance, no deseo matarlo, no es mi estilo, sin embargo saber que él no la tiene es un motivo de calma, por otro lado aunque es obvio que nos ve a todos como criminales capaces de todo es posible que si lleve un registro de quienes saben usar armas con habilidad, tiene razón, vine a evitar la explosión, claro que le guardo rencor, pero solo es un mal trago que encontré en mi camino, dejar su asquerosa cara en el pasado es suficiente para mí, espero que el apuntarle con las dos armas sea suficiente para mantenerlo a raya mientras intento acercarme a la pantalla.

_Para tener un cargador si consigo un arma cuando esté lejos de aquí. Tiene más sentido preguntarte para qué quieres que lo deje, justamente si no tengo un arma. Pero déjalo, que parece que estoy por convertirme en un guardia o científico, que son lo único que eliminan porque no eliminan gente inocente -dijo Nacho con sorna y mirando con desdén a los drones que lo rodeaban-. Listo ya lo descarté -finalizó dejando también el cargador-. Luego la pregunta que le hizo fue opuesta a lo que Nacho le había dicho antes, como si no le hubiera siquiera prestado atención. Le preguntaba si creía que no había más pilotos cuando Nacho había creído que sí, precisamente por algo que Gina había dicho antes por los proyectores de la isla. Decidió que no tenía sentido intentar razonar con ella por lo cual si siquiera respondió a ello. Lo de las llamas fue inesperado, y más inesperada aún la llegada de las personas. Nacho olvidó su malestar por Gina y se acercó a ellas, sonriéndoles. _¡Qué bueno verlao! ¿Están bien? ¿Han visto a alguien más? No se había dado cuenta de los bebés hasta que Baltazar habló de ello. También notó que dentro del grupo estaba Denzel. Se acercó a él. _¿Has visto a Nahuel y al resto? Lo lamento, aquí está Ilia pero no sabemos nada de Tiana.

Alex no tenía ni idea de cómo utilizar el arma. Había estado todo el rato que la había sujetado con las manos sin saber qué hacer con ella. Pesaba mucho y sabía que era peligrosa. Pero al ver como Baltazar la cogía para desarmarla y dejarla, sus labios formaron un pequeño mohín. 

- Jo... Podía haberla seguido escondiendo... - ¿Para qué la quería? Ni ella misma lo sabía. Lo único que sabía era que Jason, Carlos y Nahuel llevaban varias y las habían protegido cuando corrían por en medio del patio.

- No te preocupes, no estoy herida, sólo ha sido un golpe. Todavía duele un poco, pero no es nada - . Le sonrió y levantó el brazo para demostrar que estaba bien. 

- ¡La pulsera! - Llevaba tantos años con ella puesta, que ni se acordaba de que la llevaba. Miró como Baltazar congelaba su cierre y conseguía quitársela y sus ojos se abrieron como platos. - ¿De verdad vamos a irnos de aquí? - Le preguntó con un hilo de voz, clavando sus ojos llenos de esperanza en los de él. En ese momento, en cuanto vio como la pulsera se desprendía de su brazo, la realidad de su escape empezó a hacerse más tangible. 

- Sí, volvamos... Tenemos que convencer a Elí, no puede quedarse aquí - Le cogió de la mano y empezó a tirar de vuelta a donde se encontraban los demás.

Chasqueo la lengua frustrado ante la negativa de Mei para ejecutar a la doctora, pero bueno la prioridad es salir de esta isla de una vez. Mejor noticia es la de Max, que independientemente de volver con un piloto, lo hace vivo y demostrando que pese a la fama somos un grupo necesario para la supervivencia de los metahumanos de la isla.

Cedo mi sitio cerca de Jane para ser curada y cuando trata de levantarse le ayudo, siendo consciente que Paleun y las niñas ya están bien.

Max estoy orgulloso de ti, felicidades que nos has salvado a todos, poniendo una de mis manos donde Bora le parezca bien y la otra ayudando a caminar y sujetando a Jane y marcharnos con la teleportadora. Jane, nos vamos así que sujétate en mi, que alguien ayude a Ororo en el teleport. Mirando a todos sonrío, que se jodan estos cabrones y se mueran con la isla... deseo la muerte de todos aquellos que me han torturado, que lo han hecho con muchos niños y con mis amigos...

Cuando Nahuel vio a Kim tomar el arma y apuntar a Shen abrió los ojos con sorpresa -¡Qué haces!- grito -¡Tenemos un código y debes respetarlo lo aceptaste cuando te uniste a los ángeles!- luego la vió bajar el arma y respiró tranquilo, deseando creer que lo hacía porque todavía había algo de humanidad en ella. 

Denzel apretó los puños con rabia tras la bomba que le soltó Mei. Su mente era un batiburrillo de sentimientos, pena, por la muerte de una de sus amigas, rabia, contra los que la habían matado, en su mente el mayor culpable era O´Connor, aunque no podía evitar pensar que si Mei y el resto no hubiesen venido ella seguiría con vida, culpa, por no haber podido estar ahí para protegerla…

Sentía como esos sentimientos se agolpaban, pero no podía permitirse, llorar en aquel momento, si el malnacido de O´Connor pensaba volar la isla, de nada servía quedarse allí para vengarla.

-La oferta sigue siendo la misma entonces, nos salvas a mi amiga y a mí y prometo ayudarte y obedecer lo que me pidas, solo pido que si el cabron de O´Connor sale vivo de esta, me permitas vengarme de él, no ahora, no soy estúpido, sé que no podría hacerle ni cosquillas, pero si cuando esté preparado.

Miro al resto de su grupo.

-Gracias por todo chicos, sin vosotros no hubiera podido llegar hasta aquí ni de coña, espero que todos podamos largarnos de esta isla, sea lo que sea lo que nos espera, no creo que sea peor que lo que hemos vivido.

Agarró la mano que Boro le tendió, dispuesto a saber quién de sus amigas se había salvado, ya suponía que era Ilia, pero hasta que no lo viese con sus propios ojos, no quería sacar ninguna conclusión.