Partida Rol por web

En absoluto, Orphen, tan solo me extrañó una salvación tan extrema... Se excusó el bárbaro tratando de relajar el ambiente, percatándose de que había sido excesivamente indiscreto con una mera suposición. Los juegos del destino fueron caprichosos si os trajeron hasta aqui cuando la derrota era cuestión de minutos.

No obstante, no solo no te cuestiono sino que una vez más te agradezco como todos la ayuda prestada. Aclaró el bárbaro.

Debería haberlos dejado aqui...y seguir ese ejercito orco o lo que fuera...hubiera sido mucho mas entretenido.

Orphen mira el barbaro, y sin ningun tipo de exaltacion, Bien.

Durante la conversación permanezco callado, atento a cada cosa que se dice, comiendo del delicioso "faisán"

Vanth, no dudes de Orphen, es nuestro compañero, estoy seguro que de haber podido hubiese llegado antes, no creo que le apeteciese que esto terminase así

La guerrera habla con la mirada fija en Orphen y algunos de sus hombres que aún están cerca de su antiguo jefe.

Como dijimos a tus amigos, somos caballeros de Berfôska mandados por nuestras órdenes a investigar poco más que rumores. Al encontrarnos con un pueblo asediado descubrimos que estábamos sobre la buena pista, avisamos a nuestros refuerzos en cuanto pudimos pero aún así no pudieron llegar a tiempo. Quizá lleguen mañana o pasado mañana y podréis contarles vuestra historia.

Por cierto, el ejército contra el que nos enfrentamos no es más que una fracción de las fuerzas que se movilizan en esta zona, sería una gran ventaja poder seguir a los huidos. He oido que tenías rastreadores...

Sobre los huidos pocos quedaron, varios hombres los persiguieron, Razzek les podrá decir algo más. El se encargó de perseguir los grupos que se retiraron.

Sobre el rastreador, lo dices bien, tenia rastreadores, si bien no sé qué se hizo de él, aunque si se espera... busca a unos de los hombres que aún quedaban en el pueblo. Busca el escriba que venga por favor.

Ahora sabremos si aún está entre nosotros o se fue de regreso. ¿Por lo tanto entiendo que pretendéis perseguir al resto de ejercito por la zona?

Así es, en última instancia nuestra misión era localizar al núcleo de ese esquivo ejército.

Asiente la guerrera con gesto grave.

Y habeis descubierto alguna informacion, grupos, cantidad aproximada de hombres, tipos, cosas asi.?  deja pasar unos segundos. O alguna pista de donde pueden parar? El interes de orphen en la conversacion a augmentado considerablemente.

Es Derek, aún con las ropas ceremoniales con las que ofició el funeral, el que responde la pregunta de Orphen. Pasado el turno del guerrero, los caballeros se esfuerzan por compartir toda la información.

Han atacado pueblos y pequeñas ciudades, saqueado granjas... todo desde hace unos meses. Lo que sabemos nos hace esperar un número inmenso aunque, afortunadamente, parecen estar divididos en grupos más pequeños. No pasaría de lo habitual para esos salvajes (con más actividad, eso sí) de no ser porque parece haber algún tipo de nexo, una guarida común o un único líder. Las fuerzas se mueven caóticamente pero se repliegan y retroceden volviendo con más efectivos después. Nunca dejan señal, solo aparecen y se van, por eso necesitamos encontrar la fuente de toda esta maldad. El Ejército.

Entiendo, sin duda es interesante, pero todo ejercito se mueve con un objetivo o finalidad, no creo que ataquen y arrasen por simple maldad...no cree?

El explorador no había estado desde el inicio de la cena, pero no se había demorado demasiado en acercarse a la multitud. Naldar escuchaba con atención la conversación que mantenían los conocidos. Aunque el montaraz no era dado a hablar, en otras ocasiones habría dicho algo, pero su semblante era algo distinto. Una palidez inundaba su rostro y algunos escalofríos recorrían su cuerpo, aunque solo eran apreciables si se prestaba atención al elfo.

Cuando Derek, Diana y Orphen hablan sobre los huidos, Naldar intenta sobreponerse, emitiendo de vez en cuando algún suspiro.

-Yo podría... seguirles el rastro. Creo... que podría dar con el paradero de ese Ejercito-interrumpe el montaraz con voz tosca. Mientras habla, se nota como las palabras le pesan, como si le costase pensar lo que va a decir-. ¿Parece importante no?

La última pregunta, aunque la lanza hacia todos, mira finalmente a Derek y Diana, dirigiéndose más hacia a ellos.

Derek solo puede encogerse de hombros con gesto serio ante las palabras de Orphen.

...todo ejercito se mueve con un objetivo... quizá eso sea lo más preocupante.

Ante la oferta de Naldar el caballero calla unos instantes, con la vista fija y el pensamiento muy lejano.

No puedo negar que es una cuestión de gran importancia pero no se os puede pedir más de lo que habéis hecho y, seguramente, arriesgaríais inutilmente vidas si os lanzárais en persecución de los huidos. No obstante alguien como tú podría hacerlo, quizá.

Parece sorprendido por el ofrecimiento incondicional del elfo.

Si fueras a hacerlo no podrías esperar hasta que vengan nuestros superiores para dar su bendición, dependería solo de ti.

Kandalian asiste atento a la conversación que los guerreros mantienen.

- ¿Estamos hablando de que Naldar localice la guarida del enemigo para después lanzarnos sobre ella con la ayuda de los refuerzos que provengan de Berfoska? ¿Crees, Derek, que ellos apoyarían este plan? Desde luego si hay alguien con capacidad para realizar esa misión, ese es nuestro amigo Naldar. Y si necesitas ayuda, ya sabes que puedes contar con mis habilidades!

Sin duda valorarían la información pero no creo que mis superiores apoyaran que arriegárais más en esta guerra, ya habéis hecho demasiado. Tampoco es que sea necesario, los caballeros de Berfôska no temen a esas alimañas, una vez sepamos localizarlas las aplastaremos.

Derek asiente con orgullo y un aire de tristeza.

El ejército de nuestra ciudad incluye a Diana con una mirada es fuerte, con suerte y algunos pequeños milagros como el que presenciamos anoche bien podría barrer la oscuridad de esta tierra.

Niega con la cabeza desechando pensamientos.

Pero eso me trae otra pregunta... cambia de tema ¿qué haréis ahora? vinísteis a defender este pueblo y por todos los dioses que lo habéis conseguido; tenéis una carta para Hagen que mañana mismo, espero, podréis darle en persona: ¿a donde os llevará vuestro camino después de este merecido descanso?

El explorador sonríe ante la confianza que deposita el gnomo en él. Aunque en las últimas jornadas Naldar ha estado algo ausente y alejado de Kandalian, considera al monje amigo suyo y de total confianza.

-Derek... -empieza a decir el montaraz, callando un instante para toser-. Daré con ellos, está decidido. Descansaré unas horas y saldré todavía siendo de noche. La luna llena me permite seguir el rastro y no hay tiempo que perder. Esta misión es vital para la gente de la región.

En su cabeza ya está haciendo los preparativos para partir cuanto antes. Aunque algo hace que no pueda pensar con claridad, como segundos antes cuando interrumpía en la conversación.

-Antes de venir a Asbrav intentábamos descifrar un mapa para saber cual sería nuestro próximo destino. Y lo conseguimos. Sabemos hacia donde deberíamos dirigirnos-hace una nueva pausa para toser un par de veces más antes de que otro escalofrío le haga temblar considerablemente-. Si no me equivoco y todavía quieren, supongo que mis compañeros pondran rumbo al oeste, hacia Scornubel, el lugar indicado era en una zona del Bosque Extenso.

Los gnomos no suelen guiar sus pasos en la vida tal y como hacen los humanos mayormente y los elfos en menor medida. Kandalian solo quiere vivir. Si el siguiente paso en la vida es el oeste, hacia allí irá, siguiendo los preceptos de San Culthbert y haciendo lo justo por donde quiera que vaya y quien quiera que conozca.

El monje sabe que no querrá compañía pero aún así no puede evitar hacer la proposición. Naldar, si quieres compañía, yo soy veloz y silencioso en el bosque. Y bueno, también se hacer de comer y si me concentro, hasta puedo hacerte reir.

Con sus ojos encendidos por la ilusión y sus labios grasientos por el festín, Kandalian espera una respuesta.

-Entonces prepara tu cosas, porque... ¿Quién mejor que tu, Kandalian?-pregunta el explorador, con una sonrisa desdibujada.- Pero será peligroso amigo, deberás tener todos tus sentidos alerta. Como la otra vez con los mercaderes. Aunque espero que esta vez no nos sorprenda ningún draco.

Luego el montaraz mira a Derek con la seriedad que le caracteriza.

-Creo que tú deberías guardar la carta que se le debe entregar a Hagen-mientras dice esto, Naldar le tiende la carta que guardaba el paladín-. Cuando encuentre la guarida, o el Ejército... ¿Cómo me pongo en contacto con vosotros? Tal vez el halcón con el que viajas sepa volver contigo, por lo tanto podría traerte un mensaje.

El bárbaro permanecía en silencio ante la conversación que se desarollaba. Por una parte quería seguir haciendo todo lo posible por aquellas tierras, pero por otra se había decidido a ayudar a aquellos aventureros en su extraña misión como si fuese la suya propia.

Vanth dejó que siguieran hablando mientras decidía hacia donde guiar sus pasos.

No pierdo detalle de cada palabra, y al oir a Naldar hablar sobre un nuevo destino no puedo resistirme a la curiosidad.

Naldar, ¿Cual es ese destino del que hablas? Llevamos tiempo distanciados pero contad conmigo para lo que sea.

Despues me giro hacia Orphen.

Me gustaria hablar con el mago un rato, parece un tipo peculiar del que sin duda seguramente pueda aprender algo nuevo.

Ge ge ge. Vaya. Genial! Estaré preparado en un periquete, Naldar! ¿A qué hora partiremos? ¿Tendremos tiempo de hacer la digestión? ¿Y de dormir? ... ...

Kandalian se da cuenta de que habla demasiado y muy rápido.

Me callo. Seguiré disfrutando de la cena!

Pero el monje ya no puede pensar en otra cosa.

Devuelve la mirada al mago, solo puedo recomendarte una cosa, paciencia.