La vida no era tan hermosa como pensabas hace ya algunos años. Apretabas los dientes con fuerza mientras recordabas lo sucedido hace seis meses.
No era normal. Nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido. Una pequeña parte de ti todavía quería creer que tu padre no hacía nada malo. Que lo que había pasado hace seis meses solo era un sueño. Un muy mal sueño. Pero no. No era así. Estabas totalmente convencido de lo que habías vivido, el fuerte rencor que guardabas en tu pecho era el testigo de ello. Noche tras noche soñabas con lo mismo. Miu, Ren, ¿dónde se encontraran ahora mismo? ¿Estarán bien? No tenías idea alguna de ello, pero estabas convencido de que pronto encontrarías una respuesta.
Empuñabas fuerte el puño mientras mantenías un perfil bajo. Tu cara era tapada por la capucha de tu chaqueta y llevabas un pequeño bolso a tus espaldas. ¿Hacia dónde te dirigías? A la empresa de tu padre. Llevabas meses esperando por este momento. Era la hora de confrontarlo cara a cara, pero una vez que lo tuvieses en frente ¿Cuál era el plan?
Ya pensarías en algo más adelante, ya que el momento clave había llegado. La empresa estaba justo delante.
¿Cuál era tu siguiente paso?
Tú dirás, Sora-kun.
Estoy en la puerta del edificio principal de la empresa de mi padre. Fue de aqui de donde me fuge, fue algo complicado, pero al final pude escapar. Pense que mi padre me mandaria a buscar, por lo que me prepare para cambiar de aspecto e incluso dejar la ciudad. Sin embargo, aparte de denunciar mi desaparicion, no hizo mas. La verdad no se por que me sorprendi, ademas de su compañia, a mi padre no le importaban muchas cosas.
Miro hacia arriba, hacia los ultimos pisos; ahi fue donde pase casi toda mi niñez, nunca pense que regresaria y ni mucho menos por voluntad propia. -Aaaah- exhalo mientras bajo la mirada y me dirijo hacia la entrada del edificio. Un guardia me al acercarme y no parece reconocerme, pues se acerca con mala cara. Para el debi ser un niño de la calle que venia a pedir limosna.
-Hey, mocoso ¿Que haces rondando por este lugar? No puedes estar aca, ¡Fuera de aqui!- exclama dispuesto a echarme. Yo, sin embargo, sigo caminando sin hacerle caso.
-¡Oye! ¿Acaso eres sordo? ¡Te he dicho que te larges!- El hombre se me acerca amenzadamente. No obstante cuando llega frente a mi, alzo mi rostro mirandolo de frente dandole una helada mirada
-¡!- Parece que al fin se dio cuenta de quien soy -J...jo..Joven Maestro- habla entrecortadamente tal vez pensando que ha cometido un grave error -Y..yo..Lo siento, no lo habia reconocido, le ruego que me perdone- dice rapidamente para tratar de encubrir su error -Por favor, pase. Ha sido un largo tiempo desde que....salio- no parece saber que decir en cuanto mi escape -Su padre ha estado muy preocupado por usted. Se llevara una grata sorpresa, por favor no se detenga, sirvase a pasar mientras llamo a su padre- termina, dando un paso al lado para dejarme pasar
Por mi parte, no le doy mucha importancia ni me creo lo que me dice. Padre es asi despues de todo, si alguien lo desafia, la otra parte no puede esperar estar tranquila. Si el guardia cree que soy algo como el, no se podia extrañar que estuviera aterrorizado de que pudiera hacerle algo.
Entro al edificio, como si no hubiera pasado 2 años fuera, como si nunca me hubiese ido. Cojo el ascensor y subo hasta los ultimos pisos, hasta donde era mi habitacion.
Al cabo de unos segundos dentro del ascensor este se detiene. Las puertas se abren y puedes salir.
Lo que se posa frente a ti es nostálgico. Todo se te hacia familiar. Todo estaba en el mismo sitio, es casi, como si el tiempo se hubiese detenido. Una amplia habitación ostentosa.
Sin embargo, no pudiste evitar que una sensación desagradable inundara tu cuerpo. Recuerdos, recuerdos de aquel suceso. Se quedaron grabados en tu mente. Como te arrebataron a tus amigos. Tu padre, eso es. ¡Tú padre! ¿Dónde está en estos momentos? Es raro que no haya venido a recibirte. Era un hombre sin lugar a dudas que despreciabas. Rituales... ¡Era simplemente asqueroso! Aunque, una parte de ti todavía quería creer que tu padre era inocente, pero... ¿porqué te dejó solo todo este tiempo? Muchas incógnitas que querías que contestase.
En eso, la puerta del ascensor se abrió una vez más. A tus espaldas, pudiste escuchar una voz muy familiar para ti.
—Ha pasado tiempo, Sora.
-Mmm- digo pensativo mientras recorro la habitacion con la mirada. El lugar no habia cambiado nada desde que me fui, puede que fuera por que a mi padre no le importara el estado de mi habitacion, pero eso ya sonaria demasiado dramatico, por lo que le resto importancia. Entro al cuarto y tiro mi mochila sobre una silla, disponiendome a tumbarme sobre la cama para dormir un rato, sin embargo cuando estoy por hacerlo, oigo como la puerta se abre.
-Ha pasado tiempo, Sora-
Oigo una voz familiar, puedo saber quien es sin siquiera voltear. Mi padre, dueño de una de las compañias mas ricas del pais. El hombre que me "crio", si se podria llamar asi el solo pagarme mis necesidades y no tener casi ningun tipo de contacto.
Me quedo de espaldas por unos momentos. Recuerdo lo que habia escuchado en esa furgoneta. ¿Rituales? ¿Compra de niños? Mi mente se llena de preguntas y de preocupacion por Ren y Miu, pero no hay nada que pueda hacer en estos momemtos, aunque preguntara ¿Acaso me responderia?, lo mas probable es que no, por lo que solo podia fingir que no sabia nada y investigar por mi cuenta, puede que sea extremadamente dificl, pero era mas problable a que mi padre me respondiera algo.
-Padre- respondo de mecanicamente, mientras me volteo a mirarlo
Sí. El hombre a quien estabas encarando era tu padre.
Hace algún tiempo ya que no le veías. No ha cambiado demasiado. No, podrías decir que no lo ha hecho. No pudiste detectar ningún sentimiento hostil en sus palabras, cuando dijo tu nombre. Todo lo contrario, sonaron apacibles, sinceras. Se mantuvo en su posición mientras algunas lágrimas hacían brillar sus ojos. ¿Lágrimas falsas? Es lo más seguro. De seguro todo es una actuación, una muy buena.
—Sora, estoy muy feliz... —su voz se quebraba— ¡estuve buscándote todo este tiempo! ¿Dónde estabas metido? No. Eso no es lo importante. Lo importante es que has vuelto una vez más a tu hogar. ¿Eso no te hace feliz?
Lo notó en tu rostro. Una expresión fría. Eso no lo hizo retroceder y se acercó un poco más a ti, con las intenciones de abrazarte. De alguna forma todo empieza a parecer... sobre actuado.
¿Cuáles son sus verdaderas intenciones? ¿En verdad estaba buscándote todo este tiempo? A la vez que parece que sobre actúa todo, es difícil decir si lo hace o no. ¿En verdad se preocupó por ti?
Me dejo abrazar, pero no devuelvo el abrazo. Mas bien mis ojos se afilan cuando lo escucho, era raro que mostrara algun signo de afecto, cuando no lo habia hecho en 18 años. Pero bueno, le resto importancia, si me engañas una vez es culpa tuya, pero si lo haces una segunda vez, la culpa es mia.
-Si padre, me complace- respondo monotonamente, como siempre lo habia hecho con el. -¿Hay algo que desees padre? Estoy algo cansado y me gustaria poder descansar un rato, si es posible- Ahora mismo no soporto verlo, mis emociones estan bullendo en mi interior, pero estoy luchando por mantenerlas bajo control.
Mmm bueno, yo lo habia planteado como una persona fria, casi helada XD pero veamos que planes tienes XD
Takahiro te soltó y retrocedió un par de pasos.
—Entiendo. Eres libre de descansar todo lo que quieras. Al fin y al cabo, estás en tu hogar. Todo está tal y como estaba antes de que te fueras. He dicho a las sirvientas que no tocasen nada y que solo se limitaran a limpiar —se dio la vuelta con un gesto complacido— Oh, sí. Pasa a verme cuando puedas. Hay muchas cosas sobre las que tenemos que hablar —concluyó mientras se dirigía al ascensor.
Las puertas se abrieron, tu padre entró, y el ascensor se cerró una vez más, dejándote completamente solo en tu habitación.
Jojojo, no quiero adelantarte nada.
Ahora bien, te dejo total libertad para explorar en la habitación, hacer o ir a dónde desees.
-Gracias- digo simplemente, siguiendo hablando de manera monotona y fria. Cuando salio de la habitacion, lo primero que hago es darme una ducha, puede que afuera en las calles haya tenido mas libertad y todo eso, pero eso no quitaba que apenas tuviera oportunidad de asearme-
Luego, me visto con una muda de ropa limpia, no hay mucha diferencia en el tipo de ropa, pero esta esta en mucha mejor condicion. Después lo unico que hago es tumbarme en la cama, hace tempo que no dormia en una, por lo que no tardo en dormirme. El estres y la tensiom de los ultimos dias me pasa factura, no puedo dormir bien, imagenes y momentos de mi vida en las calles pasan por mi mente una y otra vez, momentos pasados con Miu y Ren, las peleas y el secueestro. Todo esto no me deja conciliar un buen sueño. por lo que no despierto hasta bien entrad la tarde.
Suspiro, me siento frustrado por no haber mandado a ese tipo al hospital antes, al menos asi Miu y Ren no hubieran sido secuestrados. Tengo que empezar a buscarlos, pero el problema es que no se como hacerlo. De repente recuerdo que mi padre me dijo que lo buscara luego de despertar, puede que si pregunte con cuidado se el escape algo.
Decidido voy hacia su oficina, en el piso superior. Me paro frente a su puerta y toco un par de veces-
TOC TOC.
Tocas una fina puerta de roble. Parece muy trabajada y cara. Tu padre siempre ha sido fan de las cosas clásicas, por lo mismo, no usa en su estudio puertas de cristal con sensores, o cosas por el estilo.
Desde dentro escuchas su voz. Te indica a que pases.
Giras el picaporte y entras a la habitación.
Su estudio no ha cambiado en nada. Un viejo toca discos, reproduciendo una obra de Chopin. Un televisor bastante grande apoyado en una de las paredes. Muebles caros. Estantes llenos de libros y un escritorio con un ordenador y butaca roja —que era donde se encontraba sentado—. Frente al escritorio, se encontraba un mueble rojo de terciopelo. Tu padre instó a que te sentaras ahí.
—¿Y? ¿Cómo estás? ¿Ya te sientes mejor?
Te esbozó una gran sonrisa y se apartó del ordenador.
—Sora, ¿dónde has estado todo este tiempo?
Entro apenas escucho la voz de mi padre. No le prestó mucha atención a la habitación, mi padre siempre compraba lo mas caro de lo caro, por lo que este tipo de decoración no me sorprendia.
Me siento en el sillón rojo en el que se me indica que me siente y miro de frente, a mi padre.
-Si, ya me encuentro mejor padre, perdón por haberte preocupado- respondo neutramente. Me preguntó por qué el repentino interés en mi, ¿Ocurrió algo mientras estaba fuera? Era raro que padre m me preguntara donde había estado y mucho menos como estoy. Sin embargo me guardo mi curiosidad y sigo respondiendo con neutralidad
-he estado viviendo con unos amigos que hice al salir. Siento haberme ido sin avisar, pero quería expertimetar como es vivir afuera
Enarcó una ceja y te miró perplejo.
—¿Experimentar como era vivir fuera? ¿No estabas conforme con esta vida? ¿Acaso te faltaba algo? ¿Quienes fueron esos amigos? Les debo mostrar mi gratitud por cuidar de mi hijo todo este tiempo.
-Jaja- río de manera educada. La verdad no había nada de eso, simplemente.... me aburría, solo quería probar cosas nuevas, se me había dado todo desde pequeño, así que ¿Por qué no probar con nada? Esa línea de pensamiento fue la que me llevo a escaparme.
-No te preocupes padre, solo quería saber, no hay nada que le falte. U esos amigos.... Bueno, eran extranjeros que estaban de viajes, por lo que cuando volvieron a su país, regresé digo sonriendo -Pero, padre dijiste que tenías algo que decirme cambio de tema rápidamente, no me sentía cómodo con ese
Tu padre aclara la garganta mientras te mira. Al parecer, no ha quedado demasiado satisfecho con esa explicación, pero tampoco parece tener intenciones de seguir hablando del mismo tema.
—Sora, ¿recuerdas a Sona? Sona Kiyoshi —preguntó mientras acariciaba su barbilla.
Sona Kiyoshi.
Ese nombre penetró hasta el fondo de tus recuerdos, hasta dar con la incógnita de ese nombre.
Sona Kiyoshi era la hija de Samuru Kiyoshi. ¡Un bastardo con bastante dinero! Amigo de tu padre. Desde muy pequeño has tenido cierta relación cercana con Sona. Venía mucho a tu casa a jugar, son buenos recuerdos. Hace cinco años que no escuchabas ese nombre, se debe a que sus padres la mandaron a estudiar a Rumanía. No has tenido contacto con ella desde entonces. Era una Ojou-sama bastante linda, por cierto. Sus rasgos eran muy delicados, medía más o menos tu estatura y tenía un cuerpo bastante desarrollado para su edad. ¿Qué será de ella ahora?
Tu padre ha tocado su nombre ¿Por qué? Te miró con una cara bastante seria mientras lo mencionó, hasta algo pensativo. ¿Qué se trae entre manos? ¿Algo le pasaría Sona?
Lo sabrías pronto.
Takahiro se recostó en el sillón y habló.
—Dentro de un par de días llegará a Japón y arreglaremos su celebración de compromiso —¿Qué se supone que estaba diciendo? ¿Compromiso?— Sora, has vuelto en excelente momento. Quiero que te cases con Sona-san.
Mi cara interna en este momento
AAAAAAAAAAAAHHHHHH??????????????
-...- me quedo callado por unos instantes -¡¿Casarme!?- exclamo en mi mente -Espera espera ¿Cómo? ¿Donde? ¿Cuando? y sobre todo ¿POR QUE?- infinidad de preguntas me llegan a la mente en este momento. Acababa de regresar y ya tenía una prometida, bueno aún se tenía que llevar la ceremonia, pero aún asi. ¿¡A quien se le ocurre!?. Estoy demasiado alterado, pero haciendo un enorme esfuerzo mantengo la compostura y forzando una sonrisa ddigo -Oh ¿A qué se debe este repentino compromiso? Nunca oí hablar de algo como eso- la verdad estoy algo sorprendido de que no me tiemble la voz.