Partida Rol por web

Gilridir miró roja de la rabia a Shiori, mientras apretaba su mano aún más sobre los hierbajos verdes. Se estaba mordiendo los dientes, enrojecidos por la sangre.

—¿Tan poca... cosa me crees? —replicó la rubia, explotando de ira. Haciendo un esfuerzo sobrehumano por levantarse, su cabeza cayó hacia atrás. No podía, estaba exhausta. Aunque lo que había hecho Shiori la había molestado, no podía levantarse. Fue entonces que Sayaka intentó atacar a la chica, esta no se dio cuenta, hasta que el chorro de agua impactó contra su pecho una vez más. Gilridir tosió más sangre, en medio de lo que parecía ser un quejido.

Sus manos, temblorosas por el dolor, se mantuvieron a un lado, mientras el charco de sangre a sus espaldas crecía poco a poco.

—No puedo rendirme. Por Ruby-sama yo... —la rubia dio un grito, intentando sentarse, pero no pudo. No parecía que fuese a caer inconsciente aún, sin embargo, el círculo de transmutación verde apareció debajo de ella y, ante su mirada desconcertada, fue transportada a otro plano, dejando brumas de color verde en el aire, y sangre en el suelo.

Antes de que Shiori y Sayaka pudiesen darse cuenta, les estaba sucediendo lo mismo.

—¡Los Belphegor han ganado esta batalla, sorprendiendo a todos!

Shiori y Sayaka habían aparecido una vez más sobre la tarima circular. 

Las personas en las gradas gritaban, sorprendidas, el resultado del combate. En la gran pantalla en medio del estadio apareció la imagen de las magulladas Sayaka y Shiori.

Val se hallaba de pie, al lado del sofá, con las manos en los bolsillos. Al ver llegar a las chicas no escondió su preocupación, acercándose.

—¡Muévanse! Es necesario que Itomi las cure —el peliblanco observó las heridas de Shiori y Sayaka; no parecía estar atento a que habían ganado, estaba genuinamente preocupado por su estado físico—. Lo que han hecho ha sido bastante peligroso.

—¿Qué opina de este combate, Azazel-dono? —preguntaba el comentarista enérgico al ángel caído.

—Ruby Bathin decidió retirar a su pieza, una decisión algo precipitada. No obstante, puede que haya sido lo mejor. En el estado en que se encontraba la pieza, poco podía hacer para evitar su derrota.

—Esto le da la ventaja a los Belphegor, quienes aún tienen todas sus piezas completas.

—Es una ventaja, en efecto —dijo Azazel, asintiendo—, pero no es algo para confiarse. Se han visto muchos encuentros en donde solo un par de combatientes son suficientes para acabar con el equipo contrario.

Mientras los comentaristas seguían charlando, los gemelos, Arabelle y Yuu salieron al encuentro de Shiori y Sayaka. Se sorprendieron al ver la tensión entre ambas chicas. Nadie dijo nada. Apenas las felicitaron con un leve asentimiento de cabeza. Fue entonces que Itomi se hizo espacio entre todos.

La batalla había sido interesante. Aunque Sayaka y Shiori podían haberlo hecho mejor. Habían cometido muchos errores, y esos errores casi les había costado la derrota.

Me hice espacio entre todos los idiotas que rodeaban a Shiori y a Sayaka, algo molesto.

—Creí que les había dicho que no me diesen tanto trabajo —dije, indiferente, mientras me acercaba a Sayaka y extendía mis manos en su brazo. Debajo de mis zapatos plantas empezaron a florecer y un brillo verde, cálido, rodeo la herida más grande de Sayaka. Al poco tiempo la herida de Sayaka se había cerrado, así como también se habían curado todas los golpes que tuviese. Me volví hacia Shiori e hice lo mismo—. Fue una tontería no darle el golpe de gracia a la torre. ¿Esperabas que se rindiese, o que les partiese el trasero? Hay más de un cabeza hueca en este clan. No había forma de asesinar a alguien en el combate, por lo que la piedad era algo completamente innecesario.

Una vez terminé con Shiori y Sayaka, me volví a los sofá y me senté, sacando una pequeña libreta. Lo mejor era hacer apuntes; respecto a lo que habíamos visto, quizá podíamos predecir algo del clan Bathin, a futuro.

A pesar de la reacción de Gilridir y el comentario de Sayaka respecto a su decisión que debía reconocer fue egoísta, el semblante de Shiori estaba lejos de denotar tensión, pues reflejaba incomodidad, alivio, un deje de felicidad y frustración; todo arremolinado en su interior y expresado a través de sus ojos negros. Respiraba cansada, pero quien más estaba magullada era su compañera, agradeciendo que Itomi sanase a ella primero y no se sorprendió con el comentario de éste cuando le reclamó al no darle el golpe final. Y, lejos de mostrarse despreocupada o que no le importó... sonrió.

-Lo sé, fue arriesgado porque podía habernos dado la vuelta fácilmente. Tampoco era mi intención dejar que Sayaka-san lo hiciese-recordó en su momento aquella promesa que la sirena le había hecho de que le apoyaría cualquier decisión que tomase. Para Shiori fue importante saber que parte de su humanidad estaba ahí a pesar de que los Rating Games demandaban dar el todo por el todo; para la pelinegra aquella contienda fue lo más seria que podía, pues el hecho de enfrentarse a su hermano jugó bastante con sus sentimientos. 

Sin embargo, la determinación de ganar estaba ahí y al ver por ella misma que su voluntad seguía ahí a pesar de todo lo sucedido, fue un pequeño triunfo personal que posiblemente nadie más entendería. Ella nunca había matado a alguien con sus propias manos y eso le frenó un poco; no obstante, entender su propia determinación le hizo ver el cambio que ha tenido en estos dos meses.

-Si hubiese hecho algo la habría detenido. Y sí, no pensé en el clan cuando no la ataqué, por lo que les debo una disculpa-sanada y recuperada, Shiori realizó una reverencia para pedir perdón. Era la primera vez que lo hacía-. Sin embargo, espero que puedan confiar en mí de nuevo si peleamos-guardó su katana después de realizar el floriteo pertinente y así poder descansar-. También entiendo que estén enojados o decepcionados, no los culpo.

Su tono era sincero, y por lo mismo podía ver los ojos de la sirena aunque éstos pudiesen reflejar otro sentimiento que no correspondiese. Shoiri estaba acostumbrada a los malentendidos o ese tipo de situaciones; sin embargo, no se trataban de compañeros de escuela o vecinos. Era su nueva familia y por eso sabía que aunque le perdiesen respeto o le llamasen cabeza hueca, se sentía satisfecha con eso no por egolatría, sino porque ella misma les tenía confianza.

-En fin... -sacó la botella de fénix que se le había dado y se la tendió a Val-. Para quien la necesite mejor.  

Al ver que la torre seguía tratando de luchar, la mirada de Sayaka se tornó fría y estaba dispuesta a comenzar a darle patadas de ser necesario. Descendió despacio y al ver que la habían retirado, tocó el suelo otra vez. Desaparecieron y luego reaparecieron en el lugar inicial. El público no parecía poder creer el resultado, por lo cual ella sintió tanto alivio que no pudo evitar sonreír. Habían comenzado callándoles la boca y se alegraba de que Azazel estuviera allí, así fuera como comentarista.

Cuando Val se acercó, Sayakas comenzó a sentir el peso de sus heridas ahora que la adrenalina bajaba y al ver a Itomi y que este la curara, la sirena miró a su compañero alfil impresionada. Su poder era increíble. ¿Qué más podría hacer?

Entonces, los gemelos y Yuu se acercaron, pero ver sus reacciones reafirmaron su sentir y convicción. Las palabras de Shiori no hicieron sino que la pelinegra se molestara aun más. Eso pudo haberles costado la victoria. Era un momento crítico en donde ninguna de las dos podría aguantar mucho tiempo y era peligroso cualquier paso en falso. Si la torre se hubiera podido levantar, ninguna de las dos estaría allí de pie. Apretó sus puños con fuerza y mordió su labio inferior hasta que sangró.

- ¿Sabes? Siento que olvidaste lo que está en juego aquí. Los Bathin y los Belphegor están aquí porque no tuvieron opción, pero esto es mucho más que solo un circo de nobles. Aquí está en juego... - y miró a Val. Se detuvo de repente.

- Olvídalo. Si quieres mi confianza, tendrás que empezar a confiar en ti misma. Si eso vuelve a pasar, no te apoyaré y te dejaré perder - su mirada era fría. Ya había tiempo de generar lazos con los Bathin, pero ahora tenían unos juegos que era imperativo ganar.

Se giró a Itomi y con una reverencia, le dijo - Itomi-San, sé que es una molestia y es mucho pedir, pero ¿Podrías por favor curar a Kiki también? Gracias a él, Samuru-San no me partió en dos, pero él está mal. Por favor... - sus manos temblaban, su voz se quebraba y no quitaba la reverencia. Sabía lo terrible que era pedirle ese favor, pero estaba realmente preocupada por Kiki. 

Sayaka tomó su teléfono y escribió un mensaje. Conciso, pero directo al grano.

Azazel-sensei, quisiera hablar con usted cuando todo esto acabe... 

Sayaka había intentado invocar a Kiki. Un círculo de transmutación blanco apareció en el suelo, sin embargo... Kiki no se materializó.

El pelirrojo miró por encima de su libreta, para luego volverse a mirarla.

—No creo poder curar algo que no aparece —dijo, con indiferencia—. Moléstame para cosas que de verdad tengan relevancia. No creo que tu zorro haya muerto. De haberlo hecho estarías destrozada. Si el zorro no responde a tu llamado debe ser por algo.

Y se volvió a su cuaderno, a hacer anotaciones.

Arabelle fue la que explicó lo que sucedía.

—Kiki está descansando, Sayaka —le dijo, con una pequeña sonrisa, intentando reconfontarla—. Se pondrá bien pasado algunos días. Volvió a su habitad natural para sanarse.

La tensión que había entre las chicas que habían ganado el combate era palpable. Incomodaba a Val, quien no supo cómo responder. Tomó las lágrimas de Fénix y miró a Sayaka, luego a Shiori.

—¡Gracias por sus comentarios, Azazel-dono! Es hora de que pasemos a la segunda ronda —el público se emocionó ante el comienzo del segundo encuentro—. ¡Hagamos girar la ruleta! —la ruleta giró durante unos instantes. Cuando se detuvo apareció una vez más el número dos en pantalla— Vaya, otra batalla de dúos —dijo el comentarista, algo desconcertado—. ¡Reyes, giren la ruleta!

Val no tuvo tiempo de opinar sobre el encuentro anterior. Caminó hacia la ruleta y el proceso se repitió. Una vez las ruletas fueron giradas un par de veces, los participantes de la pelea habían sido decididos.

—Me toca contigo, Sora-chi —Yuu había saltado del sofá para aferrarse al brazo de Sora, emocionado—. Haremos un buen equipo —sonrió con cierta malicia, mientras veía la pantalla—. Estoy seguro de que ganaremos esta batalla.

-...- paso la batalla de las chicas con la mirada perdida. Estos días me he estado aburriendo como morsa todo el tiempo, no tenia nada que hacer y ya no tenia con que entretenerme. Estoy decaído a mas no poder, cuando siento que algo me agarra el brazo y me habla -¿Aaah?-

Digo despertandome un poco. Nos toca pelear..............No tengo ganas

Camino arrastrando los pies hacia donde se supone que tengo que ir. Apenas llego al lugar, parece que esta algo inestable, pues me tropiezo y caigo boca abajo al suelo con los brazos hacia abajo -Ow- apenas logro decir. No me levanto y me quedo ahi tirado. No tengo ganas de nada hoy. Quiero irme a dormir

—¡No lo aguanto más! —gritó Ikutsuki, señalando a Sora, con rabia— ¡Tómate esto en serio, imbécil! ¿Acaso crees que esto es un jueg-...? —Val puso una mano en el hombro a Ikutsuki, sin mirarle, para luego sentarse en el sofá, junto a Shiori.

El ojiverde se quedó mirando fijamente a Sora, limitándose a apretar los puños para contenerse.

Arabelle se sentó a un lado de Val, aparentemente desinteresada por la pelea.

—Eso es cruel —dijo Yuu, soltando un suspiro—. Mira que no alegrarte de luchar junto a mí...

—¡La segunda ronda empieza!

Y así, entre el anuncio del comentarista, Sora y Yuu desaparecieron de la tarima.

Cuando volvieron a abrir los ojos, una vez el brillo desapareció, Sora apareció boca abajo en lo que parecía ser agua... sucia. El lugar era oscuro, y no olía demasiado bien. Estaban en unas alcantarillas. La cara de Yuu se deformó del asco al ver que parte de sus piernas estaban sumergidas en el agua. Se movió sin cuidado... y terminó igual que Sora, empapándose del agua.

El eco de unas voces femeninas se escuchó a la lejanía, viniendo por alguno de los acueductos.

—¿¡Qué es esto!? ¡Es asqueroso!

—¿A quién se le ocurriría crear un espacio artificial así, nee-san?

—No tengo idea, ¡pero esto es desagradable!

No parecían estar muy lejos de donde Yuu y Sora se encontraban.

-Blurbrublrblrub- burbujas se forman alrededor de mi cabeza. -Esto apesta en mas de un sentido- pienso aun boca abajo. Levanto un brazo y busco un lugar donde no llegue el agua. Despues de buscar unos segundos encuentro un especie de vereda al lado y rápidamente, me estoy quedando sin aire, me impulso con el brazo y salgo del agua fangosa para poder volver a tirarme al suelo seco. Me quedo ahi -Me pregunto si tengo algo relativamente blanco por aquí- pienso en el suelo

A pesar de todo, Shiori suspiró para destensar sus hombros y tocar su traje que estaba hecho jirones, ensangrentado y mostrando más de lo que debería, como partes de su muslo y la propia cintura hasta poco debajo de la cadera. La tela brillaba al uso del poder demoníaco y en cuestión de segundos ya estaba con sus ropas originales y en buen estado como si fuese nuevo.

Para ese momento estaba sentada mirando que a Reyner y Nagayama eran los siguientes, dedicando una observación en silencio al comportamiento del otro caballo y limitándose a quedarse así para no comentar nada. Pensó en ofrecer reparar la ropa de Sayaka, pero viendo todo lo que ocurría ésta seguramente se negaría y no la culpaba.

-Si quieres que repare la ropa solo dime-comentó a la sirena y se recargó en el sillón para relajar su espalda y ver la pelea, pues aún debían examinar cómo combatían los Bathin. Recibió a Val y Arabelle en el sitio con una sonrisa de lado y pidiéndole a la castaña sus anteojos y móvil, pues ella los había estado cuidando en su lugar. 

—¡Mi ropa ha quedado hecha un desastre! ¡Mierda! —a Yuu se le salió la voz de hombre, mientras se levantaba del agua, soplando para que esta no le entrase a la boca.

—Nee-san, ¿escuchaste eso?

—Lo he escuchado. Viene de esa dirección, ¿no?

—¿Deberíamos acercarnos?

—No me quiero mover en estas... aguas.

—Lo mejor será volar.

—¡Sora-chi, Sora-chi! —Yuu también salió del agua y empezó a mover a Sora— Nos han detectado. ¿Qué haces ahí, idiota? —Yuu estaba en su modo macho.

—¡Ahí están!

Por fin tenían a la vista al enemigo.

Las gemelas señalaron a su dirección apenas los vieron. Estaban llenas de agua... de caca. Yuu chasqueó la lengua y pegó un alarido a Sora para que se levantase. La pelirosa extendió un brazo para atacar a Yuu y, sin cuidado, pegó a su hermana en la cara, haciendo que esta cayese una vez más en el agua.

—¡Nee-san, lo siento!

La peliazul gritó, con todo su vestido sucio.

—¡Pink, esto no te lo perdonaré!

Nubia no perdió el tiempo y levantó una mano hacia Yuu, estando tirada en el agua. Formó unas flechas de energía oscura sobre un círculo de transmutación. Estas se dirigieron hacia Sora a gran velocidad. Yuu no tuvo tiempo de usar otra maniobra defensiva más que la de ser un escudo, apretando los dientes, poniéndose delante del pelicastaño y cruzando los brazos. Las flechas hirieron su rostro, sus piernas y sus brazos. Sora no sufrió heridas.

—¡Con algo como eso no me tumbarán, pulgas!

El uniforme escolar de Byoko-sho se había desgarrado; si Yuu fuese una chica hubiese dado un buen espectáculo, pero considerando lo que era...

Al escuchar las palabras de Itomi, le hizo una reverencia - Gracias, Itomi-san - y luego se giró a Arabelle para agradecer su explicación con una reverencia más. Eso sin duda la dejaba más tranquila.

Ver cómo Sora acudía, ver su energía y ver cómo Yuu parecía tan emocionado, hizo que Sayaka suspirara bastante decepcionada. Al ver que Ikutsuki se enojó otra vez y Val lo paró, ella tomó a Ikutsuki de la mano y lo llevó consigo a sentarse. Sayaka no había ni siquiera reparado en el estado de su ropa hasta que Shiori le mencionó aquello y al verlas, sus mejillas se colorearon, pero primero sentó a Ikutsuki.

- Déjalo, Ikutsuki-san. Él hará lo que quiera, como siempre. Es su combate, él decide. Tú preocúpate por ti - su pecho estaba casi por completo descubierto, cortesía de Samuru, aunque lo importante permanecía intacto, mientras que los golpes de la rubia habían arruinado la falda de su vestido, rasgándola y ensuciándola de sangre. La verdad era que la perlada piel de la chica estaba muy al descubierto, pero no quería aceptar la oferta de su compañera. Seguía sintiéndose traicionada por ella.

- No ahora - moría de vergüenza, pero no quería aceptar su ayuda después de su actuación en la arena.

Levanto medianamente la cabeza al oír a Yuu gritar. Por el rabillo de ojo veo que me  esta cubriendo de los ataques de los enemigos -Aaaah que molestia- pienso mientras vuelvo a bajar la cabeza. Me pregunto como puedo hacer que deje de meterse -Mmmm, por eso prefiero pelear solo- me quedo un rato aun en el suelo, pensandolo. De repente, se me prende un foco y se me ocurre una idea para terminar esto rapido y que Yuu no intervenga mas

Me paro y me pongo detras de Yuu -Hai- exclamo mientras flexiono las rodillas golpeando la parte de atras de las rodillas de Yuu para derribarlo. Con el en el suelo me saco la chaqueta y amarro sus pies y manos en el centro de su espalda. Luego con un trozo de tela del uniforme que hay por ahi le tapo la boca para que no diga nada. Con un pequeño esfuerzo agarro a Yuu y lo deslizo con fuerza hacia atras para alejarlo del lugar. -Yoooshh- me paso el brazo por la frente.

-Ok- me volteo hacia las dos gemelas -Ahora ustedes- digo con un fiera sonrisa. -...-  -¿Como deberia hacerlo...? Mmmm supongo que lo mas simple sera mas rápido-

En un parpado levanto las manos y....

-Me rindo- digo con tono cansado

Nubia y Pink se miraron. El mismo Yuu, quien ahora se encontraba amordazado y amarrado miró con los ojos bien abiertos a Sora, quedándose petrificado.

—¡Esto es sorpresivo! Un participante de los Belphegor se ha rendido.

La confusión se adueñó de la gente en las tribunas. Azazel miraba con seriedad la escena, cruzado de brazos.

Un círculo de transmutación verde empezó a aparecer bajo los pies de Sora. Antes de que todos pudiesen reaccionar por completa, Reyner había desaparecido, entre un intenso brillo, dejando brumas de color verde en el aire.

—¿Qué es lo que acaba de suceder? —preguntó Nubia, mirando confundida a Yuu.

—Nee-san, ¿ahora qué haremos?

La peliazul mostró una expresión complicada, al ver a Yuu, absorto, sin mirarlas siquiera. Sus grandes ojos se habían quedado abiertos, viendo el lugar en el que Sora había desaparecido.

—Creo que lo mejor será acabar rápido con esto —dijo Nubia, apretando los labios. Ayudó a su hermana a alzar vuelo y ambas, con expresión complicada, extendieron sus manos hacia Yuu.

—Lo sentimos. No sabemos por qué tu compañero hizo eso. Puede parecer injusto, pero aún eres nuestro enemigo.

—Ya tendrás tiempo para preguntarle a tu compañero sus razones, en la sala de recuperación.

Después de decir eso, Nubia invocó un gran círculo de transmutación azul frente a ella. De él emergieron una vez más decenas de flechas, dirigidas hacia Yuu.

—Nee-san...

—¡Hazlo, Pink! —ordenó la peliazul, sudando, a su hermana.

La otra gemela cerró los ojos y invocó un círculo de transmutación color rosa. De él emergieron centelleantes rayos de color amarillo. Ambos ataques impactaron directamente con Yuu, sin que este pudiese hacer nada.

Las flechas de poder demoníaco se clavaron en sus brazos y espalda. Algunos impactos eran rasguños, otros, profundas heridas borboteantes de sangre. Podían ver el dolor de Yuu reflejado en su cara y en sus gemidos ahogados. Una vez el ataque de Pink impactó con Yuu, este terminó por colapsar. Sus ojos se volvieron blancos y se quedó inmóvil sobre el cemento. No pasó mucho hasta que el mismo círculo de transmutación que había sacado a Sora de allí lo hiciese con él, dando fin a la batalla.

Toda la arena se quedó en silencio.

Pink y Nubia, las ganadoras, fueron transportadas una vez más al lado de los Bathin. De la pantalla desapareció el espacio artificial y, en cambio, apareció la cara del desconcertado comentarista.

Val se levantó de golpe del sofá, con la cara completamente roja.

—...

Nadie parecía reaccionar.

Chisa se abrazó a Eizo, y este la rodeó con sus brazos. La peliblanca se había quedado con la boca abierta, mientras que Eizo ponía un gesto bastante difícil de descifrar. Arabelle lucía calmada a simple vista, pero sus manos estaban agarradas fuertemente a su falda. 

—Esto ha sido... una vulgar carnicería—fue lo único que salió de entre los ojos centelleantes del peliblanco.

—Azazel-dono... ¿t-tiene algo que decir?

—Absolutamente nada.

—¡B-bien! ¡Es hora de que giremos la ruleta para el siguiente combate! 

En las gradas apenas se escuchaba el ruido de algunas personas. El comentarista, con una sonrisa incómoda, se dirigió a la ruleta y la giró: el resultado fue el número uno. Por fin la gente pareció despabilarse un poco, volviéndose a escuchar los viroteos.

—¡Reyes, giren la ruleta!

Val, quien había recuperado su color palidezco en la cara, se dirigió con frialdad hacia la ruleta, girándola. En la pantalla se pudo ver a una Ruby bastante seria hacer lo mismo.

Una vez ambos lo hicieron los resultados aparecieron en pantalla:

—Paricipantes, por favor prepararse.

Val miró a Urena, aún afectado por lo sucedido en la lucha anterior. Se acercó a la chica y intentó sonreírle con afabilidad, sin conseguirlo realmente. El peliblanco aún estaba molesto, tan, o incluso más molesto que aquella vez que les había reprendido al volver de la ceremonia.

—Hazlo lo mejor que puedas, Urena-chan.

Chisa y Eizo también se acercaron a Urena; la peliblanco se abrazó a ella.

—Procura no ponerte en peligro, Urena.

No tenía palabras para describir lo que había pasado con Sora y Yuu, el mismo Sora podría haberse librado de las gemelas casi sin despeinarse, pero había optado por abandonar a Yuu a su suerte que había acabado fuera de combate.

Recuerdo llevarme la mano a la boca cuando las gemelas dieron el golpe de gracia al pequeño Yuu, al fin y al cabo estaba en total desventaja y no se merecía eso, aunque estuviéramos en una competición. Si tan solo le hubieran dado la oportunidad de retirarse. Podría haberlo hecho.

Estaba pensando en lo que había pasado y ni me enteré que Val y la Rey de los Bathin hicieron girar la ruleta. Cuando levanté la cabeza, mi nombre y apellidos aparecían en la gran pantalla que adornaba. Parpadeé perpleja, quizá porque no estaba ni concentrada en ello, solo en como se encontraría Yuu, física y anímicamente, y no pensaba que me pudiera tocar pelear.

- Val-buchou, intentaré que sufra si ... - miré a la pantalla - ...Violet quiere ganarme - dije en una pequeña reverencia.

Chisa se acercó con su hermano y me abrazó con una petición muy habitual para los campeonatos, pero en un tono bastante diferente.

- Como siempre, esperaré mi mejor momento defendiéndome para responder a su ataque - le dije pasando una mano por su cabeza intentando tranquilizarla.

—¡Que la tercera ronda comience!

Una vez Urena subió a la tarima, tras la preocupada mirada de los gemelos y Val, desapareció tras ser teletransportada por un círculo de transmutación.

Cuando Urena abrió los ojos se descubrió estando en el recibidor de una enorme mansión. Un par de escaleras enormes se erguían frente a ella hacia un gigantesco segundo piso. La mansión, de estilo occidental, contaba con decenas de habitaciones. ¡Era realmente grande! Estaba llena de cosas que parecían increíblemente valiosas.

A lo alto de las escaleras, mirándola desde arriba, se encontraba una pelinegra. Su mirada carecía de cualquier emoción. Urena pudo reconocerla al instante.

Sin decir siquiera alguna palabra, la pelinegra levantó la mano, apuntando directamente a Urena. Invocó un círculo de transmutación... Pero algo falló, el círculo se rompió. La pelinegra chasqueó la lengua y empezó a correr hacia una de las habitaciones del segundo piso. Había perdido su oportunidad de ser la primera en atacar.

El primer ataque fallido me pilló por sorpresa, por supuesto, ella estaba más preparada que yo para atacar, pero algo había sucedido que le había hecho fallar en el ataque.

Sin darme demasiado tiempo a reaccionar, salió corriendo, entiendo que con la pura intención de intentar evitar que me acercase. Invoqué el Ru-Yi-Bang con la facilidad a la que ya me había acostumbrado y puse una de sus puntas en el suelo. Casi sin ordenárselo como si ya supiera lo que quería este comenzó a alargarse con suficiente fuerza como para impulsarme en diagonal hacia el segundo piso en dirección a la trayectoria que la carrera de Violet.

Mientras "volaba" por el aire, el bastón volvió a su tamaño original para que mi cuerpo comenzase a descender para interceptar a mi contrincante. Iba a encontrarme con ella en un punto especifico en el que "chocaban" mi trayectoria y la suya, en el momento en el que estuve comenzando a caer justo antes de llegar al suelo, cuando pude tenerla lo suficientemente cerca, blandí el bastón en su dirección para golpearla ayudándome de la inercia que llevaba junto con la caída.

Puse el pie derecho haciendo tope a mi caída en el suelo para lograr frenarme y colocarme entre el objetivo que presentaba la huida de Violet y esta y así mantener el combate en el cuerpo a cuerpo tanto tiempo como pudiera.