Partida Rol por web

En el vestuario parece no haber nadie,pero al rato puedes oir unos sollozos en uno de los baños.

-¿Uh? - extrañada, me acerco en dirección a los sollozos, aunque intentando no hacer ruido. A la gente no le suele gustar que la sorprendan cuando llora. Quizás sea la hermana de Kiraku, o quizás sea otra persona, pero como puede estar herida...me acerco sin vacilar, con mi kit de enfermería bien sujeto entre las manos.

Cuando llegas al baño te encuentras con Miyako, que esta tirada en una esquina llorando. Cuando te ve entrar solo dice una palabra: vete

-Miyako, no me voy a ir - Es muy raro en mí, pero estoy bastante enfadada. Enfadada por haber tenido que perseguir a Miyako hasta el vestuario sin razón alguna, enfadada porque me hayan echado de la enfermería temporalmente, y enfadada porque Miyako esté llorando, y no me quiera conta la verdad. Así que mis propias palabras, transmiten esa furia que sólo siento cuando me hacen perder el tiempo.

- No me voy a ir...hasta que me cuentes qué es lo que te pasa. Lo tienes todo, amigos, un hermano que te quiere...y encima eres preciosa, no sé que es lo que te pasa, porque ni siquiera me lo quieres contar. Vale que las enfermeras a veces hagamos daño al curar, pero tampoco soy un monstruo, ¿sabes?

Me quedo a un lado de la puerta del baño, pero sin dejar espacio para que se vaya corriendo.

Al escuchar mis palabras se gira hacia ti con gesto de gran furia. ¡Mentirosa! ¡Fuera de aqui! ¡No quiero tu compasion! ¡No quiero compasion! ¡Dejame sola!

-¿Compasión? - mi irritación aumenta por momentos, exactamente igual que mi sensación de estar perdiendo el tiempo -¿Te crees que porque esté aquí significa que estoy compadeciéndote, y quiero que desahogues tus penas conmigo? Ni siquiera sé por qué tendrías que tener motivos para llorar. He venido aquí y te he preguntado, por si te pasa algo físico que yo pueda curar, que para algo soy enfermera. No conozco tus problemas, si acaso tienes algo que se podría llamar así.

Y a ti quien demonios te ha pedido que vengas a curar a nadie. ¿Quien te has creido que eres, estupida matasanos? ¿Alguien te ha llamdo? ¿Alguien te ha pedido ayuda? ¡¡NO!! ¡Si de verdad quieres ayudar a los demas, vete y no vuelvas! La niña se encara hacia ti, con la mayor expresion de furia que jamas hayas visto en una niña.

-Bien. Osea que ahora tienes que comportarte como una estúpida cría para sentirte bien. Te voy a decir una cosa: estyo aquí por tu hermano, él está preocupado por tí, y no quiere que te pase nada malo ni que estés triste. ¿Acaso también lo odias a él, y quieres que se vaya? Estábamos buscándote, pensando en si te había pasado algo malo. Hubiera venido él, pero esto es el vestuario de chicas, y no puede entrar.

Me cruzo de brazos, sin dejarme amilanar por palabras tan tontas como esas.

¡Pues vete! ¡Largate! Yo hablare con el cuando pueda. Tu no pintas nada aqui. ¡Deja de comportarte como si fuese superior a mi, porque no lo eres!

Enfadada, me doy la vuelta, y llamo a Kiraku para que venga a los vestuarios, diciéndole que su hermana está aquí.

Ya me dirigía al vestuario de las chicas cuando veo salir a Ariadne por la puerta y me lo confirma.

Su cara refleja que Miyako ha vuelto a comportarse mal. Como si tuviera siete  años y no los catorce que tiene. – Acompáñame por favor, – azorado, - sino pensaran que quiero colarme a mirar.

Dile a tu amiguita la barbie enfermera que se pieda. No pienso hablar con ella delante.

Me acerco a Miyako con evidentes signos de sufrimiento y preocupación en el rostro. – Miyako por favor cuéntame que te ha ocurrido desde que hemos entrado juntos esta mañana en el Instituto.

Señalándole a Ariadne. – Y no la emplees de excusa para eludir el tema ella no es el motivo. Cuando la has visto ya estabas alterada. Ya no eres una niña por mucho que mama te llame y trate como tal. Reacciona como una mujer y no busques bakemonos para echarles las culpas.

Ya te he dicho que no pienso decir ni una sola palabra en su presencia.

-No te preocupes, Kiraku, saldré fuera.

Me despido con una sonrisa, y salgo fuera del vestuario, a que me dé el aire. También podría encontrar a alguien herido  y curarlo...

Cuando sales del baño te das cuenta de que el teimpo ha pasdo volando. Hace ya mucho tiempo que saliste de la enfermeria.