Partida Rol por web

Un dia mas en el Instituto Fujimi.

Te encuentras en la enfermeria del instituto. Ahora mismo estas tu al cargo de la enfermeria, ya que la enfermera jefe, Shizuka Marikawa, aun no ha llegado. No sabes donde esta, pero podrias jurar que esta dormida en cualquier sitio. Su caracter infantil y despreocupado hace que escenas de ese tipo sean tu pan de cada dia. Afortunadamente, hoy no hay ningun caso importante, por lo que puedes hacerte cargo sin problemas. El ultimo caso es el de un estudiante de primero que tiene un poco de fiebre, pero despues de darle unas medicinas y dejarle reposar un poco, se encuentra perfectamente. Tras darte las gracias, se marcha corriendo de nuevo afuera. Mientras observas como se marcha, te encuentras con que Kiyomaro esta en el pasillo... otra vez.

Esta escena tambien es muy frecuente. Kiyomaro esta colado por ti, pero no se atreve a decirtelo, por lo que normalmente puedes verlo escondido tras la puerta, observandote. De vez en cuando puedes ver como toma aire y da un paso decidido para entrar en la enfermeria, para acto seguido retroceder y marcharse.

Hoy puedes ver que parece hablar consigo mismo, y negando con la cabeza de vez en cuando.

Observo a Kiyomaro, irritada de que esté, como siempre, observando tras la puerta. Yo no sé si a este chico le pasa algo, o simplemente tiene mucho tiempo libre. Quizás solo sea un graciosillo...pero rápidamente mi buena voluntad se impone, y desecho esos pensamientos que no me llevan a ninguna parte.

Por si acaso, sólo por si acaso, abro la puerta de la enfermería con una gran sonrisa, y lo pillo in fraganti.

-Buenas, Kiyomaro-san, ¿verdad?¿Querías algo, quizás quieras pasar y contarme lo que te pasa?

Esto último lo añado, al pensar que quizás le dé vergüenza contármelo en público.

Kiyomaro esta visiblemente nervioso. Cuando le descubres se pone muy rojo, y cuando le ofreces pasar se pone a temblar de tal forma que no puede articular palabra. Lo unico que sale de su boca son tartamudeos inconexos, y no escuchas ninguna palabra que sea coherente. Despues de mirarte a los ojos, pega un respingo y hace el amago de irse, pero las piernas le tiemblan tanto que apenas le sostien y no es capaz de moverse.

-Pff- con un resoplido por tener que tratar con alguien que, siendo ya mayorcito, es incapaz de decirme sus problemas de salud, lo cojo con cuidado por los hombros, y gentilmente, lo llevo hasta la camilla, para que se siente.

-No tienes que contarme nada si no quieres, simplemente, soy enfermera, y si tienes algún problema, te puedo ayudar.

Sonrío al hablarle, con la cara que suelo poner al tratar a los niños miedosos, ya que él se comporta como uno, lo trataré como tal.

Kiyomaro se deja arrastrar hasta la camilla, pero cuando le tratas como a un niño parece armarse de valor, porque consigue que salga de su boca algo parecido a un lenguaje humano. Algo parecido a ¿quieresbebiralmaileconbigo?

-Eh...- por fortuna para él, después de tantos años escuchando a niños pequeños llorosos, una entiende el lenguaje a la perfección. Por desgracia para mí, ni siquiera sabía de qué hablaba - ¿Baile?Esto...¿hay un baile?¿De qué, exactamente?

El... el ba, el ba el ba...baile de fin dededede cursoso... Despues de decir estas palabras (lo cual parece un verdadero milagro en su estado) se ruboriza tanto que parece que este a 41 de fiebre. Parece que vaya a desmayarse en cualquier momento.

-Ah, no...no sabía que había uno - confundida, sacudo la cabeza. Empiezo a pensar que se me escapan algunas cosas de clase. No sabía qué contestarle, porque no puedo estar segura de que ese día no tengo que trabajar, pero al verlo tan rojo, me preocupo.

-Kiyomaro, túmbate - con cuidado pero firmemente, lo recuesto sobre la camilla, y me aseguro de que se queda bien quietecito.

Mientras miro de reojo que no se mueva, cojo un termómetro para medirle la temperatura, y cojo unos paños fríos para ponérselos en la frente.

Kiyomaro obedece como si estuviera hipnotizado. Aunque aun sigue nervioso, parece muy aliviado de haberlo dicho al fin, como si se hubiese quitado un peso de encima. 

Cuando finalmete le quitas el termometro ves que no hay nada raro. Puede que la temperatura sea un poco mas alta de lo normal, pero definitivamente no tiene fiebre ni esta enfermo.

Viendo que la temperatura la tiene normal, guardo el termómetro a un lado, aunque decido dejarle los paños mojados, nunca vienen mal. Es hora de afrontar el pequeño problema.

-Y...ehh...¿cuándo es ese baile, Kiyomaro? Porque...dependiendo del día, podría asistir. Aunque...ya sabes, una enfermera nunca descansa, quizás tenga que volver a curar a alguien de pronto...

Ve-veras. El baile es por la noche, el dia de la graduacion. To-todo el mundo va a asistir y...bueno..., todo el mundo asistira con pa-pa-pareja.

-Ah...¿y cuándo es el día de la graduación?

Con la conversacion parece que Kiyomaro ha ido cogiendo confianza y perdiendo los nervios... o quiza simplmente sean los trapos humedos. En cualquier caso, se nota que esta mas relajado.

La graduacion es dentro de un mes. Supongo que la labor de enfermera debe ser muy absorvente, porque si no no se como vas a olvidar tu propioa graduacion.

-Yo...supongo que no me atraen demasiado esas cosas. Me he acostumbrado al traje de enfermera - señalo mi vestuario para remarcarlo - No sé...qué podría llevar, la verdad.

Ahora soy yo la que se pone algo colorada por la vergüenza de admitirlo.

El rostro de Kiyomaro se ilumina al oir las palabras de Ariadne. Al fin y al cabo, no ha dicho que no. Entonces ¿Vendras? ¿Vendras conmigo?

-Err...sí, supongo que sí - Pero antes de que se emocione demasiado, añado - Pero si ocurre alguna urgencia, tendré que salir corriendo y atender al herido, ¿vale? Aunque... - miro el suelo, avergonzada. Algo extraño en mí cuando se trata de reaccionar rápido para tratar a un herido - ¿Qué se supone que debería ponerme? No tengo vestidos ni nada de eso...sólo algunas mini faldas y tal.

No-no creo que importe. Esta tan emocionado que se ha vuelto a poner nervioso. Tu estaras preciosa con cualquier cosa, no importa lo que lleves. Se pone de pie muy emocionado y sale corriendo. Cuando esta en la puerta se para, vuelve, te coje de las manos y exclama: ¡me has hecho el hombre mas feliz del mundo!

En el momento en el que sale de la enfermeria, casi choca con la enfermera jefe Shizuka. Esta se queda mirando extrañada al chico antes de entrar en la consulta.

Shizuka entra en la enfermeria muy extrañada por lo que acaba de pasar. ¿Ese no era ese chico que no deja de mirarte? ¿Que hacia aqui? Despues de pensar un rato, se lepone una gran sonrisa en la cara y te dice: ¡No puede ser! ¡No me digas que te has echado novio, Ariadne-chan!

Me quedo boquiabierta, al ver las reacciones de Kiyomaro. Apenas puedo reaccionar cuando choca con mi jefa,  y ésta entra.

-N-no, Shizuka-sama, simplemente...me ha pedido que vaya con él al baile, y le he dicho que...bueno.