Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Wamai)

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28/12/2015, 16:40
Ruth Williams

¿De verdad cree que sé llegar a Nairobi?

-No… Llegar no… Sé que estás en otro puto continentedigo atónita y me callo pues había soltado un taco innecesario. Sentía que decir algo era como romper la magia de haberme encontrado con él. Dentro de mí sentía que Wamai era algo puro y bueno, que mis palabras estaban corrompiendo con mi sucia lengua. Veo el gesto que hace, indicando que si puedo caminar donde está y no puedo sino sonreír, negando con la cabeza. –No, Wamai… No puedo llegar caminando a Nairobi. Hay…

… como un puto océano o dos de por medio…

… está lejos- sentencio sin describir más. Era una puñetera ignorante de la geografía, llegaba a saber que Nairobi estaba en África, pero nada más allá. No sabía exactamente qué separaba Australia de África, y siempre era mejor callar sin saber que abrir la boca y demostrar cuán ignorante era una.

Él ha visto a la misma mujer que yo, lo que me hace pensar muchas cosas. Estoy confusa, pero él en cierto modo me calma. ¿Sería casualidad que haya aparecido ante mí rodeado de aquello que calma mi interior? Parpadeo un par de veces cuando confirma que se quedará. No sé si saltar de alegría o gritar por la misma razón.

O irme a ver a Heather porque estoy viendo cosas y hablando con ellas… Que le den a Heather.

Trato de tomar su mano y guiarle al interior de mi casa. De la casa familiar donde vivo con mis padres, donde en su bajo hemos construido una de las tiendas más famosas de tablas de surf del país, que debería estar abierta con mi padre tras el mostrador o cerrada si era día de cuentas. –Ven… Mi madre duerme, pero pueden caer bombas alrededor que no se despertaría- sigo hablando entre susurros, mientras meto la llave en la cerradura y la hago girar. El tacto de la mano de Wamai es como tocar una madera noble recién pulida antes de dar forma a una tabla, era maravilloso, tranquilizante y me llenaba de una alegría indescriptible.

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03/01/2016, 06:35
Wamai Saád ú

Otro continente... oh! Alzo una ceja con algo parecido a una expresión graciosa... noto fuerza en sus palabras, o mas bien en su propia expresión! sonrío a su par ¿Cuanto... de lejos? me pregunto después, pero me quedo con la esencia del no, no estamos cerca de mi hogar, aun a pesar de que llegué caminando hasta pasmarme con los ojos de una brillante mujer blanca.

No tengo tiempo de pensar profundamente si me resulta del todo gracioso estar en otro... continente, ¿América? ¿Europa? Son blancos... sea como sea, Ruth no parece estar bromeando, y cuando me agarra la mano vuelvo a ese colapso de sensaciones positivas. Percibo un entusiasmo mutuo mientras sigo sus pasos hacia... hacia... donde me lleva - Yo no... - le digo - ...no había salido de Nairobi... - y por poco, casi no salgo de los al rededores de mi comunidad. Entre tanto, empiezo a pensar que quizá la mujer blanca que ambos vimos fue la artifice de toda esta magia... pero ¿porqué?. 

Ruth me guia hasta lo que puede ser su casa, observo cuanto puedo - Voy - le digo, expectante ante lo que veo, ¿un comercio?, su madre duerme, proceso lo que escucho mientras gira esa llave - Vale... te sigo, te sigo - repito, pero esta vez susurrando mientras realizo el propio gesto de silencio "shhh". Como mis incursiones con mi hermano. Semi- agacho la cabeza y aprieto la mano de mi nueva compañera. Confusiones soñadoras a un lado, desconozco las costumbres de este lugar, Tamarama, de su casa o de ella misma.

¿...Mi hermano habrá viajado también? ¿me estará buscando? ¿...?

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08/01/2016, 23:27
Narrador

El tacto de la mano de aquella mujer te aporta una sensación cálida. No es una cuestión de temperatura, ni mucho menos, sino como si por primera vez alguien fuera capaz de tocar tu alma con sus dedos. Vuestros pasos os dirigen hacia su casa, y a pesar de la forma extraña en que os mira la gente cercana puedes sentir la expectación creciendo desde tu estómago. Ella entra en la vivienda, pero justo cuando te dispones a seguirla sientes todo aquel mundo alejarse, como si verdaderamente hubiera sido un sueño, y algo estirase del hilo invisible que te une a esa mujer hasta desprenderlo por la tensión, dejándote una curiosa sensación de soledad.

— Wawa —un susurro lejano y familiar te atrae, arrebatándote de entre los dedos la piel de esa mujer. De Ruth —. Wawa. —repite esa voz, como si con pronunciar aquellas dos sílabas tuviera el poder de invocarte a su lado.

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09/01/2016, 00:04
Montu búh "Jimiyu"

En el momento en que vuelves a ser consciente de lo que te rodea lo primero que ves son los dientes. Tu hermano te contempla con una enorme sonrisa, aparentemente ajeno a lo que te ha pasado.

 Wawa —te llama, quién sabe si por tercera vez. Entonces, cuando lo que quiera que pase en tu mirada en ese momento le da a entender que le has escuchado, pone una mano en tu hombro—. Ya estabas otra vez —comenta sin darle importancia, ampliando su sonrisa—. Deberíamos decir que hablas con la tierra y con los dioses. Nos darían muchas gallinas.

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11/01/2016, 23:15
Wamai Saád ú

Wawa... escucho...

Pero... pero qué … aprieto los parpados – ¿Cuanto? ¿Que? ¿Lakini hii ni...? - aprieto mi mano, todo vuela en un segundo. Jimiyu está a mi lado, y sonríe, siento un enorme alivio por ello, e incluso necesidad de desmayarme, pero sonriendo también. Mukuru, pienso, ¿Que... que ha sido esto?. Amani.

Agito mi cabeza, observo a mi al rededor, todo está en su lugar. No hay equilibrio mágico, aquí debo cuidarlo. Niego y susurro... - Jimiyu - todavía delirando un poco de confusión – Cosas – suspiro una sonrisa de lo mas estúpida, tocándome las cejas con indice y pulgar, apretando los ojos – Wamai ve cosas – repito, todavía extrañado.

Levanto la cabeza e intento expresarme un poco, aprovechando que no hay nadie - Una playa, hermano, con un mar enorme – otro mundo, de muchos chelines e incontables gallinas. Gesticulo algo de confusión, y le susurro fuertemente – MAR! y una hembra de pelo brillante, y blancos, blancos por todos lados –enarco las cejas y abro las 2 palmas en su dirección, por un segundo, en gesto de afirmación, duda, o un sin sentido absoluto.

No se como sentirme, ademas de aliviado, pero con un vacio extraño... así que empiezo a dar algunos pasos* ¿Como era...? ¿Taramara? ¿Tamarama? Debo escribirlo en un papel, o se me olvidará ¿Y ella?, ¿Ruth? ¿significará algo?, se me pasó por la cabeza que fuese una brujita blanca, pero se ve que no, explosiones en mi cabeza, y otra mujer de sensaciones especiales en plena jornada. Definitivamente, necesito hablar con padre, pensará que he estado bebiendo Changaa en botella de plastico, pero creo que la tierra me está enviando mensajes.

Y... ¿Nyah? Apuro el paso.

Notas de juego

*LLevo intencion de caminar hasta casa

Changaa: Otra bebida muy popular en Kenia (y muy subrealista). En botella de vidrio es legal, en cualquier otro recipiente... es mas fuerte, suele estar adulterado, y mal elaborado.

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13/01/2016, 04:04
Montu búh "Jimiyu"

La sonrisa de tu hermano se amplía aún más al ver tu confusión inicial y una risa espontánea y alegre sale de su garganta. La risa de alguien que no cree que nada pueda ir mal. 

Sin embargo esa risa se detiene de inmediato cuando empiezas a hablar, dando cada vez más detalles de tu visión. Los ojos de tu hermano buscan los tuyos, y luego tu boca, y luego tus manos, como si tus gestos pudieran hacer que aquellas palabras encajasen un poco mejor.

—¿Una hembra? —pregunta al final. En ese momento está claro que tus palabras tienen su atención. Pero acto seguido comienzas a caminar, y Jimiyu detrás de ti. Lo hace caminando rápido para intentar ponerse a tu lado, como una polilla revoloteando al lado de la luz.

—Espera, Wawa —te dice sin detenerse—. A mí eso también me pasó —señala hablando desde detrás de ti—. Acuérdate cuando cogimos verduras del huerto de Jumanee y eran miraa —comenta, haciendo referencia a aquella noche, dos años atrás, en que él se había pasado más de cuatro horas hablándole a la luna por creer que ella le susurraba en respuesta—. O a lo mejor ha sido por el golpetazo de Muthengi —propone mientras consigue ahora sí empezar a caminar contigo. 

Cuando busca tus ojos puedes ver los suyos brillantes. —Aunque creía que eras más fuerte, Wawa añade al final, empujándote con familiaridad. Está claro en toda su actitud que realmente está tratando de evaluar la importancia de lo que cuentas, quitándosela ya de raíz para vivir todos más tranquilos.

Faltan sólo unos minutos para lleguéis a vuestra casa, y a esas horas lo más probable es que padre se encuentre escuchando alguna de esas canciones en la radio llenas de instrumentos que ninguno de vosotros vería jamás. Los blancos tenían la costumbre de tocar música que otros habían escrito cientos de años atrás intentando no cambiar ni lo más mínimo. Hasta escribían no sólo la letra —que muchas veces ni existía— sino también lo que había que tocar, en lugar de dejar que fuera su alma y su oído la que diera forma a cada melodía a través de la Madre Tierra.

Notas de juego

Miraa

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14/01/2016, 06:10
Wamai Saád ú

Escucho a mi hermano mientras me sigue, intento poner en orden mis ideas - no espera, espera... y si, eso, una mujer, digo... bueno, mas o menos - entre medias, liándome mientras me habla, pero sin llegar a interrumpirle, hasta que finalmente... cierro los ojos sin dejar de caminar - no, no es como aquella vez que masticamos hierbas – niego - Eso es lo que pasa cuando 2 babuinos dejan su equilibrio en manos del jugo de unas ramitas - Uno sentía que había un grupo de sombras inmóviles en la entrada de la comunidad, y también sentía que conspiraban contra el cafetal, pero no es lo mismo. No había mujeres blancas, o como decirlo: tenia mas ¿sentido? No, esa tampoco es la palabra adecuada, pero sentaba bien. 

Y no creo que se debiese al varazo de Muthengi, pero la sencillez de mi hermano me devuelve la mía - Mas fuer... - me empuja y doy 2 pasos erráticos hacia un lado, ya riendo. Me rindo tras empezar, la hembra de mar parecía un cuenco tribal de magia blanca, y no sé como explicarme, así que resoplo mil sonrisas incomprendidas. Abro las palmas mientras camino, como quien va a decir tantas cosas... que al final no dice nada, y lo empujo del mismo modo - ¿Que tal con Subira, hermano? – vuelvo al ahora - Parece que ese amuleto si que funciona – le digo asintiendo, pero rápidamente frunzo el ceño – ¿De donde lo has sacado?

De vez en cuando aprieto los parpados, a ver si pasa algo.

Notas de juego

Lakini hii ni... Espresión tipo pero que!? (Se me olvido adjuntar)

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16/01/2016, 02:07
Montu búh "Jimiyu"

La risa de tu hermano cuando os calificaste de babuinos había llenado el ambiente, y al disiparse en su rostro quedó aliviada la preocupación que podía sentir por tus palabras. Pasado aquel momento para él habíais vuelto a la normalidad, donde las cosas son cada día nuevas y al mismo tiempo iguales, pero sin alucinaciones.

En el momento en que le devuelves el empujón él se deja llevar por el intento algunos pasos, aunque no tarda en volver a caminar contigo.

— Más fuerte, sí —insiste con una sonrisa un poco bobalicona, como esperando que después de eso le empujaras una vez más. Y cuando le preguntas por Subira esa misma sonrisa vuelve a ampliarse mientras él se encoge de hombros —. Muy bien, Wawadice—. Es como un antílope negro —asegura convencido, a pesar de que nada en lo que habías visto o hablado con la chica recordaba a ese animal. Entonces empieza a asentir mientras frunce los labio —. Uno que Jimiyu tiene que montar.

— ¿Y tú, hermano? ¿Qué tal con tus propósitos? —pregunta después con una expresión cómplice, como si aquello sólo vosotros dos pudierais entenderlo—. Podemos hacer una Olimpiada a ver quién tiene antes el primer bebé —propone divertido.

Conoces su historial lo suficiente para saber que lo más probable es que no lleguen a estar dos lunas juntos, pero eso par tu hermano era tiempo más que suficiente para sentirse satisfecho. Luego, mientras empieza a tararear una canción que no tiene ningún tipo de sentido armónico, saca el famoso amuleto del bolsillo y lo alza sujetándolo con dos dedos delante de él, guiñando un ojo para ver a través del otro por su agujero.

— Vino a mí —asegura—. Estaba sentado en cafetal, con los dedos en la tierra, y cuando me levanté lo tenía en la mano —expone, y al mirarte alza ambas cejas, como si aquello fuera algo totalmente místico—. Y después me tropecé y no se me cayó ni un grano —te recuerda antes de acercarse el objeto a los labios, darle un beso, y volver a guardarlo en el bolsillo.

Notas de juego

Siéntete libre de llegar a tu casa cuando lo desees.

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18/01/2016, 23:10
Wamai Saád ú

Si él rie, es facil que yo ria. La alegría -o energía- que desprende Jimiyu es bastante contagiosa - Dame unas cuerdas, hermano... y uno solo arrastrará 3 rinocerontes. Mira mis boliceps - Bromeo con mi suma fuerza mientras fuerzo mi biceps, aunque no sé si es triceps, o quinticeps. Podría empujarlo de aquí al huerto de Jumanee, pero le revoloteo el pelo sin mas para seguir escuchándolo. Su arandela...  la observo entrecerrando los ojos, como sube, como baja... pero no ocurre nada - hmmm -.

Prosigo caminando - Antílope...ah? - enarco una ceja - A mi me parece una pantera, a ver como montas eso sin zarpazos – asiento con cara de chiste - Mis propósitos son llegar a casa, beber te, mucho te... y esperar a Nyah. Aun no podría inscribirme en la Olimpiada. Parece... - no lo sé - ...de cristal. Me gusta ella – pero cualquiera le mete mano a una leona malherida. Pienso. Lastima que esto se tome al pie de la letra, y muchas mujeres opten por malvender su libertad a las calles de Nairobi... en fin, Kenya. – Tengo mucho en lo que pensar... ¿En cual casa viven, Jimiyu? ¿lo sabes? - No creo que sepa de sus problemas mas de lo intuido, o lo que ella me dejó saber mientras caminábamos. Pero casi no tengo duda de que bien sabrá donde duerme Subira.

Entretanto, ya camino entre casas, hasta mi casa, y cuando llego a la vieja puerta, poso ambas manos en la misma para apoyar una oreja en ella. Escucho la música de la radio. Por rutina esto me dice mas o menos que hora es. Ha sido un largo día. Abro la puerta y observo el salón principal, que también es la cocina... y casi toda la casa. Nuestro chozo, hogar dulce hogar - Usiky mwema, baba* – doy las buenas noches* con un volumen bastante alto, y lo primero que hago es moverme hasta algún mueble buscando una tiza blanca, o cualquier cosa con la que pueda hacer algunas marcas.

Niego mientras rebusco. Mar. Sonrío como un idiota... ¿era Tararmar? ¿Tamrara?

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19/01/2016, 23:00
Montu búh "Jimiyu"

El comentario sobre tu fuerza y el mostrar tu brazo parece impresionar de manera fingida a tu hermano, que te mira de medio lado mientras camina. Su postura se ha encorvado un poco, como si buscase algo en el suelo, pero en ese momento vuelve a enderezarse.

—Arrastrar tres rinocerontes es fácil —comenta entonces, divertido, con esa expresión de cuando está a punto de soltar una broma—. Jimiyu lo hace desde que era así —asegura, poniendo una mano a la altura de su rodilla—. Tú usas cuerdas, yo un alfiler —dice después, riendo de nuevo—. Tú te cansas, yo me río de ellos.

Luego escucha tus siguientes palabras, y ya con la arandela de nuevo en su bolsillo te dirige un gesto cómplice. —Es que sin arañazos, Wawa, uno no quiere montárselo —añade antes de responder a tu pregunta. Sus ojos se pierden entonces en una dirección concreta, más allá de las casas que mira.

—Están en la que es verde y blanca —te dice, haciendo referencia a una que hace años se quedó a medio pintar, y que a pesar del tiempo ha permanecido así.

La casa en cuestión es más o menos del mismo tamaño que la vuestra, y está a unos cinco minutos andando o dos corriendo de donde vivís. La expresión de complicidad vuelve a aparecer entonces en el rostro de tu hermano mientras te mira de medio lado. 

—¿Ya quieres ir a visitarlas. Wawa? ¿Ya quieres ganar la Olimpiada? —pregunta con avidez—. Ten cuidado. El padre de Subira duerme con las orejas abiertas, y las tiene como un elefante —añade mientras llegáis a vuestra casa.

En el umbral Jimiyu se toma un momento fuera, dejando que entres primero. Aprovecha mientras para sacudirse la ropa, quitándose algo de polvo del camino, y al pasar lo hace con una sonrisa y —tras saludar— caminando directo hacia vuestro cuarto.

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19/01/2016, 23:44
Dohba búh

Una vez abres la puerta encuentras a Padre sentado sobre una silla de madera que ha visto tiempos mejores. Aunque probablemente si hubiera estado en mejor estado no habríais podido recogerla del camino. El hombre está recogido sobre sí mismo, escuchando con la música con su oído derecho —el bueno— y la calle con el izquierdo, lo cual es casi como decir que está ignorándola por completo.

En cuanto entráis sus ojos se dirigen a vosotros y asiente con la cabeza, complacido, como si os estuviera dando permiso para pasar a su hogar.

— Na tunaona alfajiri — responde con su tono grave y acento cerrado, como es costumbre en él al oír aquellas palabras.

Notas de juego

Na tunaona alfajiri: Y que veamos la luz del alba.

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22/01/2016, 00:31
Wamai Saád ú

Nada — una cabeza de chincheta, un tapón de botella aplastado, unos sobres, un chelin doblado... cierro este cajón y abro el de abajo, pero entonces se me ocurre algo ¿Y harina? Deberíamos tener harina. Suelo hacer “pegamento” mezclando agua y harina, aunque si le vuelves a echar agua una vez seco... se deshace. De pronto, también caigo en lo tarde que hemos llegado en el día de hoy, por lo que me giro observando a Padre, ahí... atento a la radio, y me doy cuenta de que tal vez haya que ponerle un par de clavos mas a esa silla.

Finalmente doy 3 pasos hasta el grifo de la cocina y me limpio las manos con ese agua color oxido. La odio, pero podría ser peor, podríamos no tener agua en casa. Pienso entonces, Nyah vive cerca, bien cerca. Esto me recuerda a aquella chica con la que tuve una relación hace unos años, ahora debe ser una mujer. Tenia largas trenzas y humor de lagarto. También vivía cerca, y tras el ligue de cafetal no pude quitármela de encima hasta que su familia se trasladó, nunca supe a donde. Hasta ese día pensaba que el ciclo me estaba castigando por haberme divertido pasado largas tardes tirando piedras a las aves.

Padre, ¿has cenado algo ya? — Entre el grifo, la música, su oído, y mi tranquilo tono habitual, no creo que me haya escuchado... aunque hoy estoy un poco mas inquieto. Cierro el grifo, y me seco con el reverso de mi propia camiseta para acercarme a él. Me pongo de cuclillas al lado de la silla, pero termino apoyando una rodilla en el piso. Tengo la mente un poco cansada — ¿De verdad, le gustan a uno estas músicas? — Intento captar su atención, y le pregunto — Padre... ¿conocemos buenos remedios para quemaduras? No para el sol, para quemaduras — me palpo la mano en toquecitos con 2 dedos. Espero que no se haya enterado del alboroto de esta mañana, tampoco veo necesario contárselo.

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22/01/2016, 23:38
Dohba búh

Los ojos de Padre, mientras rebuscas, permanecen casi cerrados. Su dedo índice sigue de forma casi mecánica el ritmo de la música, y sabes que si te quedas suficiente oirás un leve murmullo salir de su garganta acompañando la melodía. Probablemente ese mismo murmullo estaba ya ahí antes de que tu hermano y tú entraseis en la casa, aunque ahora se haya acallado.

No da respuesta a tus primeras palabras. El oído malo a veces puede ser muy bueno, pero aquella no es una de esas ocasiones. Probablemente sería distinto si dijeras alguna tontería. Una vez te acercas y te acuclillas delante de él sus ojos se abren un poco y se detienen sobre ti, mientras el gesto de su dedo crece hasta convertirse en una invitación a unirte a la escucha. Él oye tus preguntas, pero decide tomarse tu tiempo para responder a cada una, sin aplazar la primera sólo porque tu juventud haya lanzado otra después.

—El alma de todos los hombres es una sola, Wamai —te dice Padre en respuesta al asunto de la música—. Los blancos muchas veces lo olvidan, y muchos negros también, pero lo recuerdan cuando tocan música —asegura con un tono cargado de sabiduría—. No saben que lo recuerdan, pero algo aquí dentro lo hace —dice llevando la otra mano a su pecho, donde debe estar latiendo su corazón. Luego la sube hasta su cabeza, poniendo la punta de dos dedos sobre la sien—. Y aquí. —Finalmente posa la mano sobre su estómago, dejándola descansar ahí. — Y aquí. Harías bien en recordarlo. —expone antes de emitir un largo suspiro. Entonces sus ojos se enfocan un poco más en ti y se echa hacia adelante, abandonando el movimiento de su dedo por el camino.

—Los conocemos —asegura—. Té oscuro envuelto y con agua de la lluvia se lleva el dolor y empieza a curar —señala. Era una lástima que os encontrarais en la época más seca del año, aunque era raro que Padre no tuviera alguna botella con agua de lluvia guardada por alguna parte. En el peor de los casos, seguro que otro tipo de agua también serviría para aliviar, aunque no fuera lo mismo.

—Lágrimas de cebolla con leche de cabra fría hacen que el dolor se esconda, pero si después no se bebe vuelve —asegura antes de mirarte largamente. En ese tiempo no dice nada. Parece, más bien, estudiarte—. No te has quemado —sentencia entonces, volviendo a echarse hacia atrás, y sabes que esa es toda la explicación que te pedirá al respecto.

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25/01/2016, 19:15
Wamai Saád ú

Escucho, veo los tranquilos movimientos de Padre esbozando una pequeña sonrisa, casi sin caer en cuenta de mi propia expresión. Desde corazón, sien hasta estomago. Mi lectura, de algún modo, es que las melodias no solo alimentan nuestro ser, si no que unen a las gentes. O en otras palabras, si, le gustan estas musicas — Trataré de no olvidarlo — respondo mientras asiento. 

"El alma de todos los hombres es una sola"

Cuando me observa largamente, hinco la otra rodilla e inclino mi cuerpo un poco hacia atrás, hasta que siento mi trasero sobre mis piernas. Me observa. — No, no... — niego, no estoy quemado — No son para mi. Si no para alguien que creo, las necesita — le cuento.

Y sabemos de remedios ¿pero disponemos de ellos? — ¿Tenemos algo en casa...? ¿que pudiera utilizar? ¿Agua de lluvia? — pregunto elevando las cejas, aunque no creo basto difícil conseguír algo de agua, una cebolla, o encontrar una cabra lechera a la que apretarle las ubres un par de veces. Pero me entra una duda — ¿Lagrimas, o jugos? — Imagino que la esencia de la hortaliza, tiene su magia. Es bueno dormir con cebollas cerca cuando estas enfermo de frío, mas trucos tendrán. Pero siendo Padre, podría estar refiriéndose a la salada esencia de una lagrima de verdad. Aun así, ambas recetas me bastan para Nyah.

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26/01/2016, 23:41
Dohba búh

En el momento en que reconoces que esos remedios no son para ti Padre te observa con una sonrisa cada vez más ancha, claramente complacido. Él es de los que piensa que cada uno debe buscar y seguir su propio destino, pero que vayas a ayudar a alguien siguiendo de alguna manera sus pasos sin duda le satisface.

— Tenemos agua de lluvia —enuncia entonces, concediendo sin decirlo de manera explícita permiso para utilizarla.

Entonces te hace un gesto, como pidiéndote que te acerques, y un instante más tarde coloca una mano en tu cabeza. Sientes sus dedos sobre tu piel, y aunque no llega a explicarte el significado de aquel gesto parece como si te estuviera dando su bendición.

—Vamos a ello —dice poniéndose en pie y bajando el volumen de la radio hasta convertirlo en un zumbido similar al de una mosca.

— Wamai haría bien en mirar y aprender —asegura mientras se dirige a uno de los armarios.

De él empieza a sacar un bote tras otro. Son de distintos colores y tamaños, y mientras que unos contienen semillas de distintos tipos otros guardan polvo, líquidos o aparentan estar completamente vacíos. Sin embargo no sería la primera vez que Padre guarda lamentos o cosas tan pequeñas que cuesta verlas si no es con los ojos cerrados. Ninguno de ellos está etiquetado, pero él no duda ni un instante cuál es el que busca

—Acerca el té más negro —te pide sin mirarte.

Un instante más tarde de su garganta comienza a salir una especie de letanía. Apenas pronuncia las palabras, y en más de una ocasión has oído a Jimiyu decir que lo hace sólo por costumbre, aunque a él parece ayudarle a concentrarse.

Mientras tanto, fuera, puedes ver una sombra cambiar a través de la cortina. Es sólo un remache de tela tan fina que sirve más como mosquitera que para no ver o no ser visto. El sonido de dos pequeños golpecitos suaves, casi tímidos, llamando a vuestra puerta es lo siguiente que recibes, y al mirar un poco mejor puedes ver a Nyah esperando fuera.

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29/01/2016, 19:48
Wamai Saád ú

De algo disponemos.

Cuando me palpa la cabeza miro hacia el suelo, acciones de Padre, no pienso nada en dicho momento, se siente bien cuando viene de él. Ya van años, gestos propios, yo también los tengo, y Jimiyu también, aunque se base en una arandela, o lo primero que pille.

Nos ponemos en marcha con el remedio, pues... mas de lo que esperaba, veo como procede a sus tranquilos movimientos, y a bien... su respuesta a mi pregunta no es otra que los actos. Me levanto tras él, y cuando me indica que observe, asiento y me llevo el indice hasta debajo de un ojo — Wamai observa — Y observo... como manipula sus botecitos, creo que alguno llevará ahí 10 años, por lo menos, pero cada quien tiene sus bienes a guardar, y en este caso no pueden ser mejores que los de uno.

Ahá — abro una puertecita, estiro un brazo para alcanzar alguna de las bolsitas mas oscuras que veo. Normalmente tomamos los verdes, que se hacen rápido, así que están por delante. Pero, espera... frunzo el ceño, creo que se refiere a uno de sus propios botes, y con el brazo estirado, fijandome en ellos... no tardo en caer en la cuenta de que uno parece guardar no otra cosa que té, té oscuro.

Cierro la puerta, y alzo el que busca — ¿Este? — Quizá su anciana vista empiece a traicionarle. Y entretanto, la mía divisa como alguien llega a nuestro hogar a través de la cortina. Me me inclino para ver que no es otra que Nyah ante los cantos de padre, y me sacudo las manos — Yo voy — digo tras sonar la puerta, mientras guío mis pasos hacia ella.

Usiku mwema, Hodi tena, Nyah — Buenas noches, y hola de nuevo, Nyah. Le digo tras abrir.

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30/01/2016, 15:24
Nyah Baddhu

La chica levanta la mirada cuando abres la puerta y puedes ver que entre las manos lleva un frasco de cristal que contiene una pasta blanquecina y de aspecto cremoso. Ella eleva un poco el bote, explicando con ese gesto su presencia allí.

—Usiku mwema, Wamai, mwezi na utunzaji wa nyumba yako —dice, esbozando una pequeña sonrisa—. Te he traído el remedio. Escuece un poco pero curará el recuerdo de Muthengi con rapidez.   

Sus ojos se desvían un poco hacia el lugar donde la voz de Padre se ha convertido en un murmullo que evoca en tu pecho el sonido del mar que contemplaste un rato antes en su enorme magnitud. Sin embargo, la chica aparta la mirada de inmediato, reprimiendo su curiosidad demasiado rápido como para no pensar que ha sido castigada alguna vez por ella.

Entonces lleva la mano a su cuello, como asegurándose de que el pañuelo está en su lugar y tapa lo que debe ser escondido a los ojos de la comunidad. Lo palpa y vuelve a mirarte a ti.

¿Quieres que te ayude a ponértelo? —se ofrece entonces, todavía manteniéndose en el exterior de la casa.

Notas de juego

Buenas noches, Wamai, y que la luna cuide de tu hogar.

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01/02/2016, 16:17
Wamai Saád ú

Te esperaba - digo tras recibir sus palabras. Me quedo en el marco de la puerta, entre la calle y el interior de mi casa. Veo el frasco con la pasta cicatrizante mientras, a la vez, escucho los cantos de Padre, que entran por mi oído hasta denotar una extraña sensación en mi pecho. Mar... pienso por un segundo. Mukuru. Me rasco un brazo, pero reacciono rápido — Es mi Padre — le susurro ante su curiosidad, tapándome la boca para que mis palabras no vayan mas allá de donde deben — Habla con las plantas — susurro mas aún, bromeando un poco con ella. — Es para mi — indico hacia dentro.

— Y si, claro, ayúdame — asiento apaciblemente hacia Nyah. 

Es sabido que soplar haciendo aspavientos extraños disminuye (un pequeño algo) cualquier escozor, pero con ella delante uno tendrá que aguantar la postura. De todos modos, debo esperar a que Padre termine el remedio, que es para ella, así que me pongo de medio lado y estirando un brazo hacia dentro, pregunto — ¿Quieres entrar? — indicando que si quiere tome asiento. Caigo en la cuenta de que no abandona su pañuelo, no querrá que nadie se entere de su problema, al menos, de mas.

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03/02/2016, 01:58
Nyah Baddhu

Nyah asiente a tu explicación sobre el origen de aquel sonido y te dedica una mirada cómplice, como si ver que no solo habías leído curiosidad, sino que también le habías dado respuesta, fuera motivo de regocijo. Un instante más tarde, al decir que habla con las plantas, la sonrisa de ella comienza a aparecer de nuevo, tímida pero presente.

—¿Y las plantas le responden? —pregunta con tranquilidad, asintiendo a tu oferta y entrando en la casa.

Una vez da dos pasos la chica se queda quieta en el umbral, observando todo su entorno, y al posarse sobre tu padre le observa durante algunos segundos. En cuanto él dirige su mirada hacia ella la chica no llega a ver su rostro amable ni su gesto invitándola a entrar más, pues pronto evita todo contacto ocular, aparentemente por precaución.

—Usiku mwema, Baba wa nyumba —enuncia con respeto, como esperando saber qué se espera de ella antes de adentrarse más en vuestro hogar.

Notas de juego

Usiku mwema, baba wa nyumba: Buenas noches, Padre de la casa.

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03/02/2016, 02:18
Dohba búh

Al ver que tenéis compañía Padre no deja de cantar, aunque sí baja un poco el volumen con que su garganta llena la estancia. Continúa afanado en su trabajo, al que por lo que sabes no debe quedarle demasiado. Siendo sólo té envuelto y con agua de lluvia quizá podría tardar apenas un minuto en tenerlo listo, pero eso dejaría la preparación sin la solemnidad que merece.

Antes de las palabras de Nyah él dedica una sonrisa a la chica y mueve su mano, invitándola a acercarse. Luego te mira a ti, preguntando con sus ojos lo que no llega a preguntar con la boca. Y es al escuchar las palabras cuando abandona su canto para responder con voz grave y resonante.

—Usiku mwema, Wamai rafiki. Na akili yako kufuata juu. —le desea antes de dedicarle una sonrisa más amplia y repetir ese gesto.

Había algunos hombres que con mirar a los ojos a las gallinas sabían si eran capaces de poner huevos. Padre, en cambio, sabía leer el alma de las personas.

—No te quedes ahí como una desconocida —le dice entonces—. Pasa y siéntate — la invita, para acto seguido mirarte a ti de manera significativa y negar con la cabeza, como si aquello explicase alguna cosa pendiente—. ¿Qué traes ahí, niña?

Notas de juego

Usiku mwema, Wamai rafiki. Na akili yako kufuata juu: Buenas noches, amiga de Wamai, y que tu inteligencia siga encendida.