Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Morgan)

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22/01/2017, 14:14
Morgan Laurent

Asiento y esbozo una ligera sonrisa por su imitación al gesto militar. Parece un chico alegre y activo, normalmente este tipo de personas me ponen un poco de los nervios (a la única persona que tolero con esa energía es a Lindsay) y no tardo demasiado en mandarlos a tomar por el culo, pero en esta ocasión, quizás se deba a esta extraña conexión... pero me hace gracia, me divierte.

Vuelvo mi atención a mi libreta y tomo un par de notas más de lo que me dice sobre Hyuun. Cuando dice que parecía esconder algún secreto, no puedo evitar soltar una ronca carcajada con los labios juntos, negando con la cabeza.

¿Y quién no tiene secretos?

De acuerdo... Si me topo con él, le diré-le prometo con un asentimiento de cabeza. Coloco el bolígrafo tras mi oreja y juegueteo con las esquinas de la libretita, con aire pensativo-. Si está en peligro, lo sentiremos, de eso estoy segura. No sé cómo, pero lo sabremos... Aunque espero que no se ponga en peligro, sinceramente.

Sí, sí, te llamaré... o iré yo. Ni te imaginas el dinero que nos ahorramos en viajes con esta mierda...-bromeo y me río-. ¿Que cómo son los demás? Bueno...-me recuesto un poco-. Solo conocí a Milka y a Wes. Milka... si buscas en el diccionario la palabra "madre" aparece su cara. Y Wes...  es un badass, un motero de California y bien orgulloso de su banda, es buen tío.

Tú hablas demasiado y yo demasiado poco... Curioso.

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24/01/2017, 20:06
Devendra Balabhadra

Suspiro de la emoción que me invade, un motero de banda no hacía más que mejorar la historia si era posible. - Esto no hace más que mejorar - comento justo tras pensarlo. - ¡Es la leche! - digo exclamando no demasiado fuerte, mirando a mi alrededor y señalando el local mientras me levanto. - ¿No te parece lo más? - digo enfatizando esa última palabra. - Piénsalo, somos como compañeros de una aventura más allá de lo normal. Hace un momento estaba en Cove, ahora estoy... - estoy algo desconcertado, no me ha dicho donde estamos, entonces aprieto los mofletes intentando no dejar escapar aire pero es que estoy a punto de reír - ¡no lo sé pero en un lugar muy sórdido desde luego!

- El caso es que... ya no volverá a ser nada igual - me llevo las manos a la nuca y suspiro profundamente de nuevo - En este y en muchos otros sentidos al menos mi vida no.

Me pongo en pie y miro al lugar sin moverme del sitio. - Podría ayudar a salvar a esa chica, quiero hacerlo, mi abuelo volvería a estar orgulloso de mi... - explico pausadamente mientras pienso que hacer a continuación. - Voy a concentrarme en su nombre, en Milka, a lo mejor funciona. 

Milka, Milka, Milka - Milka... Milka... ¿Milka estás ahí?

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25/01/2017, 01:40
Narrador

Mientras oyes a Devendra hablar una sensación imprevista empieza a crecer en ti. Parte de tu vientre, calentándolo a fuego lento, y poco a poco se va extendiendo con un ritmo pulsante. Es como si con cada uno de tus latidos creciera un poco hasta llegar a tus hombros, tus manos y tus piernas. Es un sentimiento agradable y lánguido, pero también firme y ligeramente salvaje. Se trata de un cosquilleo placentero que envía señales por tu cuerpo, uno que poco a poco se va volviendo más y más sexual hasta que tu respiración empieza a verse afectada, haciéndose más densa y pesada. Incluso puedes recrear con total precisión un aliento entrecortado jadeando en un contrapunto perfecto con el tuyo.

Estás caliente, vaya si lo estás. Ni siquiera hace un rato, con Paul, estabas tan excitada como ahora y no necesitas tocarte para saber que la humedad ha empezado a extenderse por tu ropa interior. Aún con todo lo que tienes encima sientes tus ánimos inflamados y probablemente si hablases tu voz sonaría incluso aún más grave de lo habitual.

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25/01/2017, 01:42
Narrador
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Al terminar de hablar una sensación imprevista empieza a crecer en ti. Parte de tu vientre, calentándolo a fuego lento, y poco a poco se va extendiendo con un ritmo pulsante. Es como si con cada uno de tus latidos creciera un poco hasta llegar a tus hombros, tus manos y tus piernas. Es un sentimiento agradable y lánguido, pero también firme y ligeramente salvaje. Se trata de un cosquilleo placentero que envía señales por tu cuerpo, uno que poco a poco se va volviendo más y más sexual hasta que tu respiración empieza a verse afectada, haciéndose más densa y pesada. Incluso puedes recrear con total precisión un aliento entrecortado jadeando en un contrapunto perfecto con el tuyo.

Estás caliente, vaya si lo estás. No recuerdas cuándo fue la última vez que estuviste tan excitado como ahora y no necesitas tocarte para saber que la tienes dura como una piedra. Sientes tus ánimos inflamados y una fina capa de sudor cubriendo todo tu cuerpo.

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27/01/2017, 21:37
Morgan Laurent

Me sorprendo por ese repentino ataque de emoción que tiene Devendra. Lo miro entusiasmarse y exclamar lo emocionado que está y lo emocionante y genial que debería parecerme esto... Definitivamente, si no tuviéramos este extraño vínculo "extrasensorial" de los cojones, ya lo habría mandado a la mierda.

Estamos en Manhattan, Nueva York... Más concretamente en TriBeCa, disfruta del lujo sobre el lujo y de los pijos pasándolo bien-le digo con una sonrisa. Es increíble, pero creo que me está contagiando su energía y casi su alegría. Coño, casi está haciendo que parezca entretenido estar metidos en una mierda tan grande como esta...

Bueno, bueno, relaja, Watson...-le digo, ahora mismo me siento un poco como la mítica pareja de detectives... El sieso y amargado (y alcohólico) detective, acompañado del sentimental ayudante.

Al principio atribuyo el cosquilleo que siento a la emoción que Devendra me está contagiando... Pero no. Desde luego no es algo que Devendra esté provocando. No puedo evitar gruñir por lo bajo y clavar las uñas en el asiento, cada vez más tensa. Cuando la sensación va aumentando, me pongo de pie de golpe, aunque tambaleo y me tengo que apoyar en la mesa.

Voy... a la barra-anuncio, con una voz más grave y entrecortada de lo que me gustaría.

Llego a la barra y casi dejo caer los codos sobre esta. Cruzo las piernas, como si me estuviese meando encima, pero es algo distinto. Miro al camarero y levanto la mano para que me atienda.

Un whiskey con hielo. Solo. Doble-indico levantando los dedos índice y corazón para indicárselo. 

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28/01/2017, 22:05
Devendra Balabhadra

Voy en un abrir y cerrar de ojos junto a ella y cuando llego me apoyo de espaldas en la barra, mirándola con cierta fascinación y malicia. No puedo evitar sonreír pero esta vez por otro motivo y de otra forma. Empiezo a perderme entre tanta hormona, de algo estoy seguro y es de que la tengo dura como la viga de un rascacielos.

- Fff...
- suspiro entrecortado, sin perder esa sonrisa que ahora ha desfasado en algo más lujurioso. - ¿No tienes calor? Termino por reírme un poco confundido hasta creer que entiendo qué sucede. - Alguien debe estar pasándoselo bien, realmente bien.

Me concentro entonces en la sensación, que venga, que venga todo lo que tenga que venir. ¡Mejor placer que borracheras y disparos!

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29/01/2017, 02:53
Morgan Laurent

Me sobresalto al verlo a mi lado en la barra. Por su mirada, sus comentarios y su manera de comportarse, diría que él también está pasando por lo mismo que yo. Genial. Suspiro y me paso una mano por la cara. Parece que él lo está llevando mejor que yo, desde luego. Mientras yo intento reprimirlo todo, él parece exudar esa potente energía, la canaliza y la hace suya. Sí, somos completamente distintos. 

Sí.-contesto, seca, a su pregunta.

Lo miro. Realmente no está mal, es guapo y tiene ese tipo de je ne sais quoi que llama la atención. Me cago en mi puta suerte, joder, ¿por qué teníamos que sentir esto LOS DOS? ¿por qué tiene que ser A LA VEZ? Jodidos sintientes, jodida conexión y jodida yo por empezar a mirarlo. No puedo evitarlo, se me van los ojos. 

Para. No eres tú, es otra persona.

Suspiro hinchando con los carrillos y vuelvo mi mirada a la barra. Joder. 

Alguien se está montando una fiesta y no nos han invitado-gruño e intento reírme.

Odio esta situación, porque no soy yo quien la siente, sino otra persona que no es del todo ajena a mí... pero sigue sin ser yo. Si fuese yo, Morgan, quien tuviese este calentón de tres pares de cojones, no me importaría para nada llevarme a Devendra al baño (si es que se puede, teniendo en cuenta que los demás no lo ven, creo), o presentarme en casa de Paul o incluso (y esto lo digo como ultimísimo recurso) aceptar una de las propuestas del capullo de Guillaume. Pero no soy yo. Esta no soy yo. No quiero hacer nada que yo no sienta... Joder, suficientemente jodido lo tengo como para saber qué mierdas siento a cada momento, como para encima intentar gestionar emociones que no me pertenecen. 

Espero impaciente mi copa, tamborileando con los dedos con nerviosismo. 

Elegí un mal día para dejar de beber... Al menos por hoy. 

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01/02/2017, 00:07
Camarera Black & White

La camarera se acerca a vosotros en cuanto detecta que Morgan quiere pedir algo. Su apariencia es tan impecable como su manicura o como la forma en que el vestido se pega a sus curvas, con un maquillaje perfecto y ni un solo cabello fuera de su lugar. Su actitud es, simplemente, profesional. Asiente con la cabeza al pedido y empieza a prepararlo sin intentar dar conversación a la chica. A pesar de ello, se le escapan los ojos sin querer hacia Morgan cuando ella habla con Devendra, como si pensara que tal vez se dirige a ella.

Enseguida pone el vaso delante de la joven, sobre un posavasos con el logotipo del bar estampado en su superficie en los mismos tonos arena y dorados que ambientan el local. Lo acerca con delicadeza hacia ella y entonces ladea la cabeza y habla con un tono comedido y educado mientras sus labios esbozan una sonrisa cortés.

—Son veinte dólares —informa, aunque no parece esperar que le paguen en ese mismo momento, es más como si creyese que tal vez Morgan querría saberlo antes de llevarse el vaso.

Guillaume no está demasiado lejos de allí, charlando animadamente en el otro extremo de la barra con una mujer pelirroja y exuberante que no deja de reír, aunque no parece haber percibido la presencia de Morgan por el momento.

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01/02/2017, 22:11
Devendra Balabhadra

Qué extraño, no sé si tomarme esto como una especie de prueba para demostrar mi amor por Alisha, o si por el contrario es poco más que una fantasía. No ha sido intencional y no es que pueda haber contacto físico de forma alguna, después de todo estoy a miles de kilómetros. Pero tampoco puedo ir por flirteando con desconocidas, ¿o si? Ya lo hago a menudo aunque sin maldad al saber que no llegaré a nada.

¡Qué dolor de cabeza y qué cachondo estoy! Arrrrgh!

- No sé que decir, yo... Yo quiero mucho a mi prometida, ¿sabes? - comenté apoyado de espaldas a la barra con una sonrisa socarrona. Tengo una clara intención cómica en mis palabras aunque en el fondo no esté convencido. Algo me dice que podríamos conectar pero a pesar de bromear me adelanto por si acaso. - Se llama Alisha, nos conocimos de pequeños pero nos encontramos de nuevo hace un tiempo, fue un flechazo, amor a primera vista lo llaman...

Mi mirada por la camarera también se agudiza llena de lujuria.

- Espero que no todos estemos sintiendo lo mismo, hay quien se las vería en apuros si empieza a encontrarse... indispuesto - explico.

- Lo de mi prometida empieza con mi abuelo, es una larga historia, puedo contártela si quieres - empiezo a ofrecerme con tal de distraerme del calentón.

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05/02/2017, 19:51
Narrador

A pesar de la situación y del coqueteo disfrazado de negativa de Devendra la cosa no se detiene. De repente sientes algo más, un creciente y frío camino que eriza tu piel, como si alguien estuviera recorriendo con un hielo tu pecho y tu ombligo hasta acercarse a tu sexo. Lo notas recorrer con lentitud cada centímetro, como si estuviera haciéndose de rogar. Y es tan extraño estar notando esas cosas como el hecho de sentir que no hay nada malo en ello. Tu mente parece dispuesta a apagarse durante algunos segundos, inundándose poco a poco de ese placer del que ni siquiera eres dueña.

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05/02/2017, 19:56
Narrador
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A pesar de la situación y de tu decisión de permanecer fiel a Alisha la cosa no se detiene. De repente sientes algo más, un creciente y frío camino que eriza tu piel, como si alguien estuviera recorriendo con un hielo tu pecho y tu ombligo hasta acercarse a tu sexo. Lo notas recorrer con lentitud cada centímetro, como si estuviera haciéndose de rogar. Y es tan extraño estar notando esas cosas como el hecho de sentir que no hay nada malo en ello. Tu mente parece dispuesta a apagarse durante algunos segundos, inundándose poco a poco de ese placer del que ni siquiera eres dueño.

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07/02/2017, 19:55
Devendra Balabhadra

Y pese a haber dicho todas esas palabras lo que siento ahora es muy distinto, ha ido en incremento hasta el punto de no importarme y no sentir culpabilidad alguna. Quiero a Alisha pero esto es distinto, trasciende mi amor hasta el punto en que puedo ver esto como poco más que un juego conmigo mismo.

Mi voluntad queda anulada y lo único que quiero ahora es follar, esto va de bien a mejor. Ella es la más próxima, es como yo, siente lo mismo y no se me ocurre mejor compañera ahora mismo.

Convencido de que no hay nada malo en ello pongo toda la carne en el asador, no sé qué pasará, si ella sentirá como yo lo hago o si será como en la escena final de Ghost. Como sea, dejo de apoyarme en la barra, me muevo en esos dos o tres metros cuadrados cercanos a la mujer hasta que soy incapaz de resistirme y cedo.

Tengo intenciones muy claras y sin dejar lugar a dudas, me acerco para primero apoyar mis manos en su espalda, rodearla con ellas hasta su abdomen y empezar a besar su cuello acaloradamente. *

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07/02/2017, 23:09
Narrador

Durante los siguientes segundos esa sensación, lejos de menguar, crece, elevándote a un estado que nunca antes has conocido. Puedes sentir la excitación inflamándote, pero hay mucho más. Esos detalles antes tan claros, como el del hielo recorriendo tu vientre, empiezan a difuminarse alrededor de todo tu cuerpo y es como si alguien acariciase cada pliegue de tu piel y de tu cerebro. Notas esos hilos indefinidos e invisibles que te han unido con aquellos desconocidos vibrar en sintonía, llamándote, y de alguna forma sabes que todos estáis sonando con la misma melodía.

No es sexo, o no es sólo sexo. Es una forma de sentir liviana, intensa y cargada de significado. Por más que recurras a tus recuerdos no has vivido nunca nada igual, y no es necesario que alguien te toque para que todo tu cuerpo vibre y sienta como lo haría aún más de lo que sería capaz en un sueño o en una película.

Tus ojos se cierran, sin que les des conscientemente la orden de hacerlo. Mientras en tu cuerpo todo es calor tú te sientes como si estuvieras suspendida sobre él, como si flotaras en una densa nube de profundo deseo hacia algo del todo indefinido. Algunas imágenes cruzan por delante de tus ojos.

Ves a ese chico de California, Wes, en la ducha. Su mano le ayuda a encontrarse y a inflamarse mientras el agua desdibuja todo tipo de formas sobre su piel. Y en ese mismo instante sientes los labios de Devendra rozando tu cuello, provocando en ti una especie de chispa eléctrica que sabes de sobra que él también ha sentido. No sabes por qué o cómo, pero sientes que ellos también te sienten a ti y eso no te provoca vergüenza. 

Y por último... Una chica rubia y de formas definidas que también entiendes como una más de vosotros. La observas sobre la cama de un elegante hotel a media luz. Está desnuda y sentada sobre un hombre también sin ropa. Sus movimientos son rítmicos, como si escuchase el latido de la canción del sexo. Con cada uno de los vaivenes de ella te notas cada vez más excitada y al mismo tiempo te sientes cada vez más cerca, hasta que llega un punto en que tienes la sensación de que sólo tendrías que extender una mano para tocarla.

Notas de juego

Seguimos en Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Ruth).

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08/02/2017, 00:42
Narrador
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Conforme pasan los segundos esa sensación, lejos de menguar, crece, elevándote a un estado que nunca antes has conocido. Puedes sentir la excitación inflamándote, pero hay mucho más. Esos detalles antes tan claros, como el del hielo recorriendo tu vientre, empiezan a difuminarse alrededor de todo tu cuerpo y es como si alguien acariciase cada pliegue de tu piel y de tu cerebro. Notas esos hilos indefinidos e invisibles que te han unido con aquellos desconocidos vibrar en sintonía, llamándote, y de alguna forma sabes que todos estáis sonando con la misma melodía.

No es sexo, o no es sólo sexo. Es una forma de sentir liviana, intensa y cargada de significado. Por más que recurras a tus recuerdos no has vivido nunca nada igual, y no es necesario que alguien te toque para que todo tu cuerpo vibre y sienta como lo haría aún más de lo que sería capaz en un sueño o en una sinfonía.

Tus ojos se cierran solos, sin que les des conscientemente la orden de hacerlo. Mientras en tu cuerpo todo es calor tú te sientes como si estuvieras suspendido sobre él, como si flotaras en una densa nube de profundo deseo hacia algo del todo indefinido. Algunas imágenes cruzan por delante de tus ojos.

Ves a un hombre joven y apuesto en la ducha, y sientes entre vosotros la misma conexión que con los demás. Su mano le ayuda a encontrarse y a inflamarse mientras el agua desdibuja todo tipo de formas sobre su piel. Y en ese mismo instante en que rozas con los labios la piel de Morgan se produce entre vosotros una especie de chispa eléctrica que sabes de sobra que ella también ha sentido. No sabes por qué o cómo, pero sientes que ellos también te sienten a ti y eso no te provoca vergüenza. 

Y por último... Aquella chica que te había visitado la noche anterior, Ruth. La observas sobre la cama de un elegante hotel a media luz. Está desnuda y sentada sobre un hombre también sin ropa. Sus movimientos son rítmicos, como si escuchase el latido de la canción del sexo. Con cada uno de los vaivenes de ella te notas cada vez más excitado y al mismo tiempo te sientes cada vez más cerca, hasta que llega un punto en que tienes la sensación de que sólo tendrías que extender una mano para tocarla.

Notas de juego

Seguimos en Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Ruth).