Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Wes)

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22/06/2016, 23:49
Narrador

Es difícil juzgar qué está pasando entre los dos hombres en la distancia. En ocasiones alguno de ellos hace un gesto tajante con la mano, en otras es el otro el que pone los ojos en blanco o niega con la cabeza. Ambos se mantienen en una postura reservada, sin ceder su terreno al otro.

Y, finalmente, cuando pasan un par de minutos, ambos empiezan a separarse. Rain extiende la mano en el aire, aun lado de su cuerpo, y luego la baja, en un gesto que para los miembros del club significa «calma». Mientras tanto, el negro levanta el brazo y gira la mano con tres dedos estirados horizontalmente. A esa seña, los Crips terminan de replegarse, regresando a las furgonetas y montando en ellas. T-Dun es el último en subir y en cuanto lo hace, los vehículos arrancan y empiezan a alejarse.

Mientras tanto, Rain se gira para regresar al interior del local y los dos guardaespaldas salen para recuperar su postura, a ambos lados de la puerta. Al parecer, han llegado a algún tipo de acuerdo.

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23/06/2016, 03:52
Zigzag

—¿Pero qué coño...? —espeta Zigzag entonces, incorporándose con el ceño fruncido—. ¿Y ya está? ¿Vamos a dejar que se vayan?

No es difícil percibir su incredulidad hacia esa resolución y, a pesar de que se puede notar cómo su interior rebulle oponiéndose, sus ojos se entrecierran al contemplar a Rain, como si estuviese convencido de que hay algo más detrás de esto y confiase totalmente en su jefe.

—Tío... —dice, buscando la mirada de Wes y negando con la cabeza—. No sé de qué va esto, pero no creo que las cosas se queden así.

En el aparcamiento y detrás del edificio del negrata están Vane y Tito, que parecen tan desconcertados con el desarrollo final de la situación como lo está Zigzag.

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23/06/2016, 20:55
Wes Brooklyn

Me uno al resto cuando la resolución de Rain y el jefe de los Crips parece ser un alto en fuego y ellos a su puta casa. ¿En serio? Por lo que yo había visto hasta ahora Rain era de la muy vieja escuela: te joden, les jodes el doble. Por ataques menores que este ha habido venganzas truculentas y contundentes, o al menos eso se escucha entre las paredes del club. ¿Serían los viejos tiempos? 

Ahora Zigzag también se expresa en alto, sin llegar a comprender que sucede. Niego con la cabeza con la mirada fija en nuestro Presidente y chasqueo la lengua lleno de dudas. - Estoy tan volado como tú. - Es lo único que digo y me encojo de hombros tras incorporarme, imitándolo. Guardo la pistola dentro del chaleco, y es pasar la acción a un segundo plano y reparar al instante en mi clavícula. - Arg... Joder... Que tengo un puto disparo... Cago en todo. Gruño en bajo y voy a tocar la herida con delicadeza, apartando algo de ropa para ver entre la sangre el aspecto que tiene. - Sé que todo esto es una movida, Zig, pero yo me quiero ver esto, echarle whisky y que lo zurzan.

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25/06/2016, 15:04
Morgan Laurent

Parece que se están retirando. Una parte de mí está aliviada de ver que el conflicto parece haber llegado a su fin... pero otra, la que aventurera y puesta de adrenalina hasta los topes me pide más acción, más intensidad, más peligro. Respiro hondo y suspiro. No sé qué más hacer allí... Parece que el peligro ha terminado. 

Pongo una mano sobre el hombro no herido de Wes.

Voy a intentar irme, ¿vale? Ya creo que estáis a salvo-antes de separar mi mano, le doy un apretón-. Y mírate ese tiro si no quieres que vuelva y te de una patada en el culo-le sonrío de medio lado y me separo de él.

Me siento en el callejón y vuelvo a la posición en la que estaba en el baño de Paul. Tomo aire de nuevo y lo suelto lentamente con los ojos cerrados, intentando recordar el baño de Paul: el lavabo, el váter frente a mí, la puerta cerrada y detrás Paul preguntando si me encontraba bien, el sonido de su voz y la preocupación en la que estaba impregnada...

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25/06/2016, 22:24
Narrador
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No tardas mucho en sentir que ese hilo que te une a Wes empieza a tensarse y, por un momento, te parece que está a punto de seguirte. Pero finalmente los sonidos de la calle se atenúan en tus oídos, el olor a gasolina se desvanece en el aire y el suelo que notas debajo de ti deja de ser rugoso hasta que notas el frío de los azulejos a través de los pantalones.

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25/06/2016, 22:34
Narrador

En cuanto Morgan toma asiento en medio del callejón, empiezas a notar cómo ese hilo que os une comienza a tensarse y, por un momento, te da la sensación de que podrías dejarte ir y acompañarla. Pero finalmente sientes como su presencia se escurre como un puñado de arena entre los dedos de tu alma y tras ella tan sólo queda esa amarga sensación de soledad que ya habías experimentado.

El olor de la gasolina, los sonidos de la calle, la presencia de tus hermanos que siguen reagrupándose... Todo cobra más presencia y el hombro te duele horrores. Empieza a entumecerse y cada vez te resulta más incómodo mover el brazo.

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25/06/2016, 22:38
Zigzag

Tu colega hace una mueca con tus palabras y después mira hacia el local antes de volver a mirarte a ti.

—Ya, tío —dice entonces mientras parece estar pensando rápido, valorando y descartando opciones en su mente—. Qué movida. No te puedes ir solo, eso seguro. Aunque pudieras conducir la burra no te puedes arriesgar a que te pillen los negratas dos calles más allá y ni siquiera te puedas defender. ¿No puedes aguantar un rato hasta que terminemos?

No espera respuesta antes de hacer un gesto con la mano, hacia tu hombro, pidiéndote que apartes la ropa.

—Déjame ver eso, anda. Si estás muy mal podemos llamar para que venga alguien del club a recogerte.

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27/06/2016, 20:15
Wes Brooklyn

Dedico una mirada sutil a Morgan para no alertar a Zigzag de lo que debe ser la última moda en patologías psicológicas: hablar con alguien que no está. Adiós, querida. Gracias. Pienso en mis adentros, deseando que me pudiese escuchar. Si un día yo tengo la oportunidad de ayudarla pienso hacerlo del modo que lo ha hecho. A lo mejor necesita un día que alguien la lleve en moto en una persecución, who knows. 

Vuelvo a la realidad, y cuando Zigzag me pregunta por la herida tomo aire forzando tranquilidad. - Supongo que minutos arriba o abajo no afectará mucho a esta mierda... - Paro a pensar unos instantes tras su razonamiento. No sería seguro irme yo solo a merced de esos negratas, y menos en moto con el hombro así. - Tienes razón, mejor esperar. - Luego se ofrece a verme la herida, y entonces me aparto el chaleco y con la mano buena me levanto la camiseta, sacando el brazo del hombro chungo por la parte de abajo. - Grr... - Me quejo con un gruñido ante estos movimientos, y entonces se lo ofrezco para que lo vea. Aprovecho para echarle un ojo yo mismo sin mi camiseta entorpeciendo.

- Esto es una liada muy rara... Pero realmente creo que habrá represalias en algún momento. Espero que lleguen antes por parte de Rain que del Príncipe de Bel-Air. - Le digo un poco de broma para aliviar la tensión, pero con un trasfondo de duda e inseguridad ante esta situación. - Y ahora ha vuelto a entrar a seguir con los negocios, como si nada. No sé, debe ser una mierda muy importante para no interrumpirla por esto, ¿no?

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01/07/2016, 23:10
Zigzag

Tu colega se acerca para echar un ojo a la herida que está dejando una buena mancha de sangre en tu camiseta y hace una mueca mientras murmura un «joder» entre dientes.

—No tiene salida, tío. Ya sabes lo que significa eso. —Y vaya si lo sabes. Significa que vas a tener que tumbarte encima de la mesa del club mientras alguno de ellos te hurga en el hombro con unas putas pinzas hasta que te desmayes o te cagues en todos sus muertos. Zigzag niega con la cabeza, disgustado con el estado de tu hombro. —Siéntate, John. Apoya la espalda en la pared y presiona la herida con la mano hasta que acabemos aquí. Si no lo mueves dejará de sangrar.

Lleva entonces sus ojos hacia la puerta del local y chasquea la lengua mientras se coloca en posición de alerta, listo para reaccionar de inmediato si algo vuelve a suceder. Sin embargo, todo parece tranquilo ahora.

—Se mueve un montón de pasta con este negocio —conviene, sin mirarte, esperando que hagas lo que te ha dicho si quieres, pero sin detenerse a comprobar si es así—. Mucha, mucha pasta. Puede ser el pelotazo del año si sale bien. Era de esperar que los negros quisieran sacar tajada, pero no creo que Rain no esté dispuesto a dársela.

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11/07/2016, 23:46
Wes Brooklyn

Hago caso a mi hermano y me apoyo contra la pared, presionando con la mano en la herida. Sus palabras ahora se quedan grabadas en mi cabeza en modo repeat. "No tiene salida". Lo que significa eso, por desgracia, ya lo sé, y no va a haber whiskey en la casa club suficiente para calmar el dolor. Van a rebuscar con unas pinzas roñosas hasta sacarla de ahí, así sin más. 

Lo miro con seriedad a medida que pienso en lo que me espera para quitarme la metralla del hombro, aunque también es por el tema de la pasta. - Ya... Desde luego no es lo que apostaría. - Digo con seguridad sobre el Presidente de los Hells, de quien no esperaría una bajada de pantalones frente a ninguna banda aunque fuese más grande o peligrosa. - Espero que merezca la pena, porque otra más de estas y la cosa puede torcerse más con facilidad... 

Me quedo callado ahora, pues hay poco que quiera decir y solo quiero quitarme esta puta bala del hombro y asegurarme de que no se infecta.

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15/08/2016, 15:17
Narrador

El tiempo va pasando y los negros no vuelven a enseñar sus feas caras por esa calle. El que no llega a marcharse es el dolor punzante que poco a poco se va extendiendo por tu brazo y torso, pulsante y lacerante, tan ardiente que en ocasiones sientes ganas de maldecir a grito pelado sólo por desahogarte.

Cuando finalmente empieza a salir gente del local tu frente está perlada de sudor y te sientes débil. No es la primera vez que te disparan, al fin y al cabo trabajas para el FBI, joder. Pero sí puede que sea la primera en que permaneces tanto rato esperando con la bala dentro y ya puedes decidir que es una puta mierda.

Los primeros en marcharse son los últimos que llegaron. El viejo y la maciza se montan en uno de los coches y los mercenarios que los acompañan a modo de guardaespaldas los escoltan hasta que todos se largan. Después salen los vuestros y se montan en sus motos. A ti te toca ir de paquete de Zigzag y luego alguno de los del club vendrá a por tu moto.

Durante el trayecto te cuesta mantenerte agarrado a Zigzag, y es una suerte que ni él ni vuestros compañeros vayan tan rápido como es costumbre. Es probable que se estén cortando por respeto a ti. Rain y Cash se adelantan, pero por la forma de los demás de quedarse junto a vosotros debe ser algo ya acordado.

Una vez llegas la situación es de celebración. Algunos —sobre todo Zigzag— están pendientes de ti, pero por la actitud general se diría que las cosas no podrían haber salido mejor. Lo cual sólo te hace pensar que hay algo que desconoces.

- Tiradas (1)
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15/08/2016, 15:32
Phil

Apenas cinco minutos más tarde estás ya tumbado boca arriba en una de las mesas del bar por orden de Rain. El médico llegará en breves. El jefe apenas te ha dedicado dos frases, pero fueron suficiente para entender que no cree que estés en verdadero peligro y que se siente casi agradecido con respecto al disparo que has recibido. Quizá ya sepa cómo has sacado a Zigzag del fuego enemigo.

Cerca de ti oyes las voces de unos y otros. Tanto Rain como Allen se han encerrado en la capilla para hablar y desde tu posición puedes ver a Cash echando de vez en cuando vistazos en esa dirección. Cerca de ti se encuentra también Phil con un brillo divertido en la mirada.

—La primera vez que me dispararon a mí te juro que creí que me moría —te dice con su voz rasgada—. Me dieron en una pierna, pero yo era tan idiota y me dolía tanto que creí que me quedaba en el sitio —explica, y no tarda en apoyar las manos en la mesa sobre la que estás para mirarte fijamente a los ojos—. Pero no ha habido bala más puta que la que me dio en el culo. Joder, no sabes qué mierda fue eso. Dos meses teniendo que sentarme en un flotador hasta para montar y aguantando las burlas de estos capullos.

—¿Y tú? —pregunta entonces, haciendo un gesto con la barbilla desde arriba—. ¿Primera vez que te agujerean?

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25/08/2016, 21:56
Wes Brooklyn

La vuelta al club se siente como una mezcla entre paseo en ambulancia y cabalgata del orgullo motero a partes iguales. Ese disparo que aún llevo dentro me recuerda a los otros que he recibido, pero esa zona de mi hombro estaba de estreno aún, y ya hemos jodido la garantía. Espero que quede bien luego... Algo de miedo me da el chamán que traerán para que me suture y toda la ostia, pero ahora es lo que toca. 

No puedo evitar que se mezclen sensaciones de orgullo por lo que sienta la banda por mi y vergüenza por lo que diría mi superior si supiese ahora que me chupado un tiro por un delincuente. Le explicaré que con esto mi integración en la banda está asegurada y no habrá problema... Todo mejor para todos.

Ya en la casa club que me tumben me sabe a gloria, y aunque mataría por un chupito me quedo con las ganas y con la atenta mirada de mi hermano de armas y motos. Sabe que le salvé el culo y ahora se preocupa por mi. Pena que estemos a lados tan opuestos de la ley. Veo como se reúnen en privado el Presi y el VP, y eso solo me recuerda el motivo de todo esto: los tratos que estoy investigando. ¿De qué coño iba esto? Tiene que ser lo que hace a esta banda tan grande en el panorama pese a que mis colegas de corbata les llamen  paletos que apestan a gasolina. 

Aparece Phil y corta mis cábalas con sus viejas historias de veterano. Una risa honesta y agradecida sale de mis labios, que ya llevan bastante cerrados. - Primera vez. - Le digo cuando me pregunta, y tumbado llevo el brazo bueno hacia el que ahora me cuesta mover y señalo una marca de bala en el antebrazo, por debajo del codo. - Creía que no podría volver a montar. - Digo de manera escueta, como si hubiese contado esa historia miles de veces. - Menos comprometida que la tuya, eso fijo. Hasta a mi me darían ganas de decirte alguna puya. - Sonrío con cabronería y aclaro con falsa timidez. - Solo un par.

Notas de juego

La tardanza no es justificada, pero mi corazón seguía en unas vacaciones absolutas de siestas eternas por la tarde y sueño lacerante by night.

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28/09/2016, 01:38
Narrador

En cuanto llega el matasanos la conversación se desvanece por sí sola. El tipo, por lo que llegas a deducir de las chanzas que le dedican los miembros del club, estudió Medicina, pero no llegó a graduarse. En su lugar puso una ferretería y en la trastienda instaló una consulta ilegal, aunque por suerte para ti, también parece hacer consultas a domicilio.

Toda la anestesia que te dan es una botella de whisky malo y fuerte y pasas la siguiente hora intentando contener alaridos de dolor, que en ocasiones se te escapan. Alguien te da un cinturón para que lo muerdas si quieres y en determinado momento Zigzag y Phil te inmovilizan sobre la mesa, sujetándote los brazos y el pecho para que no te muevas lo más mínimo.

Cuando todo termina estás mareado y tienes la sensación de que un par de veces te has quedado inconsciente por el dolor. El casi doctor te da una pastilla y recomienda reposo antes de largarse por donde vino. Casi ni notas que te llevan en volandas a tu cama y desde luego no podrías asegurar de quiénes eran las manos que te quitan los zapatos y te echan una manta por encima.

La oscuridad aterciopelada de tus párpados cerrados te envuelve ayudada del efecto sedante del somnífero que te han administrado. Flotas como en una nube, durmiendo sin sueños, durante un rato imposible de precisar. Hasta que en la duermevela la oscuridad empieza a teñirse de púrpura y una evocación cálida comienza a nacer en tu vientre. Al principio es un cosquilleo placentero que envía señales eléctricas por tu cuerpo, pero poco a poco la sensación se va volviendo más y más sexual hasta que tu respiración empieza a volverse más densa y pesada y puedes recrear con total precisión un aliento entrecortado jadeando en un contrapunto perfecto con el tuyo.

Cuando abres los ojos una fina capa de sudor cubre todo tu cuerpo. Estás caliente, vaya si lo estás. No recuerdas cuándo fue la última vez que estuviste tan excitado como ahora y no necesitas tocarte para saber que la tienes dura como una piedra. Sientes tus ánimos inflamados y tiemblas con una fiebre que no proviene de tu hombro, sino de tu vientre, estás a punto de explotar.

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28/09/2016, 23:28
Vane

—Me cago en la puta —dice entonces una voz socarrona desde la puerta—. Menuda tienda de campaña tienes ahí, colega.

Vane te contempla sin cortarte ni un pelo con el hombro apoyado en el marco y los brazos cruzados por delante del pecho.

—¿Te vas a aliviar tú solito o quieres que te envíe a una zorra para que te haga un apaño? —pregunta, enarcando ambas cejas.

Sin embargo, el momento de broma le dura bien poco, porque enseguida hace una mueca y se pone serio. Suspira y se endereza.

—Hay reunión en la Capilla, tío. Tienes que venir —hay algo en la forma en que pronuncia estas palabras, con sequedad, que despierta tus alarmas—. Esto no me lo esperaba de ti —añade, antes de hacer un último gesto y girar sobre sí mismo para marcharse—. No tardes. Te están esperando. Y no intentes escaparte o será peor.

Y dejando en el aire eso que ha sonado a amenaza, se dispone a largarse y dejarte ahí, con la respiración alterada y un empalme de tres pares de cojones.

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29/09/2016, 21:20
Wes Brooklyn

No tengo ni tiempo para explorar mi interior y adivinar qué es lo que me crea estas ansias en medio del sueño anestesiado por alcohol tras la operación. Solo puedo sentir el calentón que me invade y arde mis partes bajas. La respiración va tan rápido como ardiente está mi bajo vientre, y no dejo de sentirlo ni un segundo por intentar pensar. Entonces me despierta la risa del bocazas de Vane desde la puerta: lo ha notado, y como para no hacerlo. ¿Qué coño me han dado? 

Me incorporo rápido, dentro de mis posibilidades, y veo en la puerta al cabeza hueca de Vane. Mi respiración se frena de golpe para ir recuperándose poco a poco. El dolor del hombro también llega a tiempo para traerme a la realidad. - Mejor tráeme a una zorra, no tendrás tanta suerte. - Le digo con forzada chulería. Sin embargo, mi coña se esfuma un segundo después que la suya. ¿Por qué me habla así? Es decirlo y yo comenzar a levantarme de la cama y a sentarme al borde, preparándome para ponerme de pie. 

Continúa hablando e insinúa que no me escape. - No me voy a ir, memo. - Le echo a la cara con una mirada fulminante. Algo tiene que pasar para que habiendo llevado un balazo por ellos me diga eso. Tengo que estar fino. Moldeo mi cara en un rostro neutro recurriendo a mis mejores técnicas de actuación.

Vane ya se va y me deja solo con mi empalme. Ahora es lo que menos me preocupa, pero dudo muchísimo que hayan descubierto algo. Me pongo los pantalones, una camiseta de asas como sea capaz y sin mover mucho el brazo. Disimulo el empalme con el cinturón y me dirijo tenso a la capilla.

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30/09/2016, 22:26
Narrador

Con cada movimiento te haces consciente de que los calmantes están dejando de hacerte efecto y oleadas de dolor punzante atraviesan tu hombro y se extienden hasta el codo. Pero te apañas como puedes y poco después ya estás saliendo por la puerta y recorriendo el pequeño pasillo que separa las habitaciones de la Capilla.

Por el camino puedes notar que algunas miradas se detienen en ti y mientras que algunas parecen guasonas, otras son totalmente serias. Acodada en la barra ves a la zorra que lleva rondándote desde ayer. Sus ojos de gacela se entrecierran seductores en cuanto apareces y sus labios dibujan una curva llena de picardía.

Desde fuera ya puedes ver a través del cristal que todos los miembros están sentados alrededor de la mesa. Rain preside la reunión como no podría ser de otra forma y los rostros de todos se mueven en una gama entre el cabreo y la solemnidad. No tienes ni puta idea de qué, pero te parece claro que ha pasado algo chungo mientras estabas grogui.

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30/09/2016, 22:30
Rain

Todas las miradas se detienen en ti en cuanto abres la puerta y durante unos instantes te contemplan en un silencio tenso. Hasta que finalmente es Rain el que chasquea la lengua y hace un gesto con la cabeza hacia Tito y Vane, que están sentados cerca de la puerta.

—Que se quite la chupa —les dice con tono seco, sin llegar a dirigirse a ti, pero dedicándote después una mirada fría.

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02/10/2016, 21:28
Wes Brooklyn

Voy por el pasillo escoltado por Vane y no puedo evitar firmar en las miradas. Varían, siendo unas despreocupadas y otras serias y contundentes. Así las siento. Por mi cabeza pasan pocas posibilidades, y una de ellas no me deja de parecer dolorosa y realmente preocupante: me han cogido.

Ya entramos en la Capilla, reunida ahí toda la banda. Algunos sentados en la mesa como de costumbre cuando hay misa, pero no me gusta lo que veo siendo yo el objeto de atención de esta mierda. Es imposible que lo hayan hecho. Si me hubiesen pillado me vendrían a sacar de aquí mis superiores. No... No puede ser eso. Estoy tenso no, tensísimo. Aprieto la mandíbula justo antes de que Rain hable, y cuando lo hace mi respiración se corta. Estoy apunto de hablar y protestar, rebelarme, pero no. Simplemente no puedo. Es el Presidente y no lo puedo reprochar. Aunque no es realmente mi Presidente. No sé qué hacer entre este puto cruce de lealtades. Giro la cabeza y veo a Tito y Vane. Vuelvo a mirar al frente y busco a mi amigo Zigzag, para evaluar en un segundo su expresión, pero sea como sea, empiezo a quitarme la chupa. Me duele quitármela tanto por el hombro como por separarla, cuando ya es casi una piel más que me cubre. La dejo en una silla, y miro a los ojos a Rain, para luego repasar la del resto de miembros del Club. 

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04/10/2016, 23:47
Rain

Rain hace un gesto con la mano hacia la silla donde has dejado la chupa y Allen no tarda en estirar el brazo para cogerla y acercársela al presidente. Sin decir ni una palabra, se pone un cigarro en la boca y lo enciende con su zippo. No es hasta que está soltando el humo de la primera calada que empieza a hablar, sin mirarte directamente.

—A veces hay gente que me toca los huevos —dice, frunciendo los labios en una mueca—. Que me los toca a dos manos, como si no hubiera mañana. —Hace un gesto obsceno con la mano que en cualquier otra situación provocaría alguna risa a su alrededor, pero que en este, acompañado de la seriedad de su voz, tan sólo genera miradas incómodas entre los «hermanos». —Cuando esos cabrones me tocan los huevos, normalmente me encargo de que no puedan volver a molestar. Y a veces, pocas veces —Lleva los ojos hacia ti mientras hace una pausa para llevar de nuevo el cigarro a los labios—, esos putos cabrones de mierda se creen muy valientes y están más cerca de lo que deberían. ¡Incluso en mi puto club!

Estira la mano para coger tu chupa y acercarla al lugar donde está sentado, coge el cigarro de su boca y acerca la brasa al parche del pecho mientras te mantiene la mirada.

—¿Quieres saber qué hago con los cabrones que se atreven a colarse en mi club a tocarme los huevos, John?