Partida Rol por web

His Last Hope

01 - Café Underground

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09/11/2022, 19:16
Director

Era sábado por la noche. El cielo estaba oscuro y la lluvia barría las calles de la ciudad. No era una lluvia refrescante en un día cálido, sino una de esas lluvias heladas que hacen que el frío cale hasta los huesos.

El café Underground está en el sótano de un antiguo edificio industrial reconvertido. Unas escaleras metálicas oxidadas que desaparecen en la oscuridad conducen al interior, iluminadas tan solo por el pálido parpadeo rojizo del cartel de neón.

Al llegar al fondo, una pesada puerta metálica se abre hacia dentro con un chirrido… haciendo sonar una campanilla que indica la llegada de un nuevo cliente al local. El espacio, aunque de estilo industrial, es más acogedor de lo que cabría esperar. La iluminación de pequeñas lámparas y velas juega con las paredes de ladrillo visto o cemento y el mobiliario de hierro negro y cristal, creando espacios íntimos en los que conversar.

Esa noche el local estaba vacío, salvo por la mujer de avanzada edad que esperaba tras la barra.

Notas de juego

Edito: he cambiado alguna cosa sin importancia al releerlo (había puesto interior tres veces seguidas XD)

Vamos a ver como funciona esto para hacerlo más real. En otra partida con una escena parecida fui dando paso a los jugadores poco a poco, pero en este caso voy a dejarlo en vuestras manos.

El primero que postee es el primero en llegar (obvio jaja) después van los demás. A partir del segundo tenéis libertad para postear a vuestro ritmo si queréis conversar un poco antes de que llegue el resto (y los que llegáis después podéis esperar si queréis para hacer vuestra entrada cuando mejor os parezca).

Tened en cuenta que hace más de una década que os visteis por última vez así que planteaos lo siguiente.

¿Cómo habéis cambiado en todo este tiempo?

¿Cómo os reconocen los demás?

Pensad también en cómo llegáis, entiendo que Miguel va en su coche. El resto como quiera cada cual. El café Underground está en una zona industrial de “la gran ciudad”. Llamémosla Lake Valley, vuestro pueblo (LakeSide), es un suburbio cercano a la cuidad. Esta al lado de un lago rodeado de bosques. Algo así como Hawkins de Stranger Things, o Winden de Dark. Un lugar en el que todo el mundo se conoce, con su instituto, comisaría, pequeño centro comercial…

He puesto vuestros nombres en castellano y dejado un poco ambigua la localización para que cada cual lo lleve un poco a su terreno… las historias de terror tienen más impacto cuanto más cerca estén de lo que uno conoce.

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10/11/2022, 16:42
Rafa

Rafa suspiró al abrir la pesada puerta del Café Underground y comprobar su interior, sabiendo perfectamente que iba a encontrar tras ella. Nada ni nadie le esperaba, solo la camarera y las sombras alargadas que se dibujaban sobre las paredes de ladrillo visto. Un leve recuerdo golpeó la mente del pelirrojo, un recuerdo en el que se veía a si mismo de niño sermonando a sus compañeros por llegar tarde mientras señalaba un dado rojizo sobre la mesa. Su camiseta era la que siempre se ponía cuando iban a jugar, esa que representaba a su superhéroe favorito con aquel copo de nieve en el pecho tan característico.

Poco a poco se introdujo en el local, dejando un chubasquero amarillo en el viejo perchero de madera que estaba junto a la entrada. Por suerte no se había mojado demasiado al bajar en la parada de autobuses, donde le esperaba el coche que le había traído y que había solicitado gracias a una de las tantas apps que utilizaba.

Tras varios segundos llenos de indecisión, comenzó a caminar a la barra. El frio no había llegado a calar en sus huesos, pero le apetecía un café bien caliente con una pizca de leche natural. Miró a la anciana que jugueteaba con un recipiente de cristal y tras tragar saliva y armándose de valor, levantó su dedo índice en señal que quería hablar.

— Disculpe… Me gustaría tomar un café con una pizca de leche natural y si disponen, azúcar moreno… ¿sería posible? Verá… Estoy esperando unos amigos, dejaré las cosas en la mesa mientras lo prepara y vengo, usted no se preocupe — intentó sonar amable.

Tras eso caminó dirección a una de las mesas. Ya la había visto al entrar, incluso había contado que tuviera las cuatro sillas necesarias. Estaba algo más apartada del resto, algo que Rafa agradecía.

Dejó la mochila sobre la mesa y rápido sacó un pequeño pin con un copo de nieve serigrafiado que colocó en la solapa de la americana. Nervioso volvió a engullir las manos en su mochila, sacando una pequeña caja que resonaba al moverse. Titubeante abrió la caja poco a poco agarrando algo de su interior tras buscar unos segundos. Con un movimiento enérgico colocó algo sobre la mesa, observándolo con un cierto aire de añoranza mientras entrelazaba sus dedos.

Perfectamente simétrico sobre la madera descansaba un dado rojo de doce caras, dejando el uno visible.

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10/11/2022, 19:18
Director

– Tranquilo encanto – le dijo, con una sonrisa afectuosa. –  Siéntate donde quieras, te lo llevo enseguida – Montse llevaba toda la vida siendo camarera. Si en todos esos largos años detrás de una barra algo había aprendido era a calar a la gente. Y a este lo había calado desde que entró por la puerta; camisa abotonada hasta el cuello, pantalones chinos color beige, zapatos de cuero, Rolex, gafas con montura al aire tras las que se ocultan unos ojos que evitan mirar directamente a los suyos… Un tipo tímido, educado hasta rallar el servilismo, un trabajador cualificado por su aspecto, seguramente en IT o algo por el estilo.

Cuando terminó de preparar el café y se lo sirvió en la mesa aún no había aparecido ninguno de sus supuestos amigos. Dudaba que fueran a venir, y que los tuviera siquiera...

Notas de juego

Si alguno quiere cambiar la ropa que detallé en las notas del personaje que me lo diga por privado.

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11/11/2022, 14:36
Gabriela

Un chirrido desagradable precedió el sonido de la campanilla de la puerta, y apareció Gabriela. Era una treintañera delgada y pálida con el cabello negro y largo recogido en una trenza, que sostenía en las manos una cazadora de cuero negro con aspecto gastado que goteaba sobre el suelo del local. Vestía una camiseta negra con la leyenda "Siouxsie and the Banshees" en letras estilizadas, vaqueros negros ceñidos y unas botas militares; y el atuendo era claramente insuficiente para el clima de la ciudad aquella tarde, porque la joven estaba temblando.

Camiseta que lleva Gabriela

Sacudió la cazadora, de forma que las hebillas de metal tintinearon unas contra otras y el suelo se cubrió de gotas, y saludó a la camarera con una sonrisa forzada.

Entonces, mientras se retiraba algunos pelos mojados de la frente, se fijó en Rafa, y entrecerró los ojos mientras hacía un esfuerzo para recordarle.

—Joder... — dijo por fin, mientras se acercaba con cautela — ¿Rafa? ¡Rafa!

Sus labios, apenas maquillados, dibujaron una sonrisa de oreja a oreja mientras se acercaba a su viejo amigo con intención de darle un abrazo. Estaba realmente emocionada, y se notaba.

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11/11/2022, 14:39
Gabriela
Sólo para el director

Pero no sólo temblaba por el frío: y aunque no se lo quería reconocer a sí misma, sabía por qué era.

En uno de los bolsillos de la chaqueta llevaba una papelina con unas micras de heroína y un par de jeringuillas, y en su pequeño bolso los accesorios necesarios: una pequeña cuchara metálica, un encendedor y cerillas, algodón esterilizado y un botellín con agua mineral.

Una vía de escape que pronto se había convertido en un hábito para terminar siendo una necesidad.

Sabía que algo así podía costarle incluso su trabajo, por lo que procuraba inyectarse en lugares discretos como los tobillos y así evitar que se vieran marcas de pinchazos en sus brazos.

En algún momento quizá tuviera que acercarse al baño, pero prefería esperar a que llegara alguien más para no dejar a solas a Rafa. No quería pincharse allí, pero al menos podría esnifar un poco para calmar el mono antes de que fuera a peor.

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11/11/2022, 16:49
Director

Notas de juego

Hazme una tiradita de 2d10 por víctima de una pasión pls. El post solo para el director. Por cierto, ¿qué llevas en la mochila? A parte del portátil...

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11/11/2022, 19:05
Úrsula

Durante ese día estuvo dando vueltas, indecisa y con una ansiedad que la hizo trepar por las paredes. Es que su tolerancia a la espera poco a poco se fue diluyendo entre sus momentos de trabajo, insultos y las cuentas a pagar, al punto que consideró seriamente el no asistir para echar más mano a uno de los motores que debía reparar para mañana. 

De todos modos decidió que lo mejor era dar un paso hacia delante, esto no significó que fuera un cambio en Úrsula significativo, más bien todo lo contrario ya que la resistencia siempre estaba delante de sus actos. Solo algo en su interior la instó a hacerlo, siguió su instinto, con todo lo que ello conlleva. 

Sin pensar demasiado en que ponerse, tras una rápida ducha escogió un atuendo que dentro de lo que era Úrsula, parecía bastante femenino. Era una camiseta verde militar con un escudo de las fuerzas aéreas que le había regalado un tío con el cual estuvo un tiempo, una chaqueta verde oscuro siguiendo el estilo y un jean con roturas en las piernas. La verdad es que pese a ser grandota no tenía feo cuerpo, quizás sus curvas eran acentuadas y solía esconderla en ropa grande para simular esas virtudes. 

Una vez estuvo lista, se dió cuenta de que su cabello estaba bastante desteñido y decidió ponerse una gorra que combine, nada demasiado excéntrico. Decidida a asistir abandonó el taller y tras un buen trayecto en auto, apareció allí mientras la lluvia le jodia los planes. Al ingresar buscó con la mirada a sus amigos, estaba un minuto retrasada y al escuchar que alguien dijo Rafa, rápido se dispuso a buscar con la mirada en dónde estaba. 

Tenía sentimientos encontrados con todos, pero más con él ya que cuando eran pequeños casi sucede algo entre ellos y siempre la espinilla quedó allí en el cajón de los imposibles. No obstante a paso seguro—para nada sensual—se acercó a ellos, incluso le alegró en demasía ver a Gabi. 

—Hey, que tal. Tanto tiempo sin veros—dijo en un tono nervioso, habían cambiado mucho—. Soy Úrsula, no sé si estoy igual a la pequeñaja molesta que era antes. 

Eso lo comentó en bromas, buscando algún comentario y reír un rato. Al menos le dió dos besos a cada uno y tomó asiento, ya pensando que decir, se quedaba corta de palabras. 

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12/11/2022, 11:55
Rafa
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Víctima de una pasión

Tirada: 2d10

Resultado: 16 [10, 6]

Notas de juego

En la mochila llevaría, a parte del portátil, un paraguas de esos compactos (hombre precavido, vale por dos), batería externa con un par de cables para el portátil y el smartphone. También había pensado en llevar esa pequeña latita con un par de dados que utilizaban de pequeños para jugar, y un par de cómics. Libreta con un par de bolígrafos.

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12/11/2022, 13:46
Miguel

Hacía siglos que no atravesaba la ciudad en busca de los placeres de la noche. Su trabajo como vigilante de seguridad le tenía acostumbrado a pasar los días sin ver un alma. No le molestaba, en el fondo era el mejor remedio para controlar su naturaleza irascible. Sabía que si se forzaba a vivir la vida que una gran ciudad tienta, acabaría rompiéndole la cara a algún gilipollas, esclavo de sus impulsos. A veces lo buscaba en desahogo. Esta vez no planeó que ocurriera así, a menos que la carta se tratara de una broma pesada. Todo aquello era un misterio: por más que consumiera su tiempo pensando en esos momentos de su vida, todavía tenía mucho que meditar; no tuvo los cojones para preguntarle a Rafa. La tenía intacta de frente en el salpicadero del coche para poder mirarla distraído en intercambio de cruces, en otras condiciones hubiese acabado arrugada. La carretera no era de su preocupación, sino el trozo de papel, aquello que no conseguía controlar.

Esperó al otro lado de la carretera con su Dodge Avenger Sedán plateado del 2007, un coche ya antiguo pero bien cuidado, respetando el dinero que le costó adquirir en su momento. Solo los reyes del asfalto consiguen que su coche sobreviva más de cinco años. Tenía las luces apagadas como un sicario, o como un escolta si todo salía como esperaba (igual que antaño), con vista plena a la entrada del Café Underground citado. No se andaba con tonterías: si no veía a nadie aparecer, se marcharía con las manos vacías, pero si se calentaba quizás tendría que repartir unas cuantas ostias. Por no adelantarse, llenó el coche de relajante y tranquilizador humo del tabaco más cargado.

El cielo oscuro y la lluvia helada actuaban de muro en contra de una vista con insomnio. Juró ver sombras entrando en el local, así que decidió dar el paso, salir de su coche, asegurarlo para que los malditos niñatos malcriados de ciudad no quisieran ponerle las manos encima; y bajar por las escaleras oxidadas, iluminadas por un atrayente neón, como una lámpara antimosquitos. Su desconfianza estaba impresa en su rostro. La pesada puerta no fue un impedimento para él y su chirrido se vio ahogado. Lo que hizo denotar su presencia fue la inevitable campanilla, seguidos sus pasos llenos de gravedad, escuchados por todos los rincones del local de lo vacío que estaba, a excepción de la mujer tras la barra y el grupo de amigos.

No sorprendió que ahora el hombre era del tamaño de la puerta: en la época de los Arcontes crecía 1 centímetro por mes. El tiempo sin verse le sirvió para crecer unos 15 centímetros más desde la última vez que se vieron. Otro rasgo que junto al anterior le caracterizaban se trataba del pelo zanahoria, ahora menos luminoso y con entradas en donde el pelo había desaparecido, para situarse en una atrayente barba masculina. Su figura hacía sombras gigantes a contraluz por una forma física en condiciones. Parecía un culturista, o un intento de ello, una persona que pasa gran parte del tiempo ejercitando su cuerpo. Iba vestido parecido a como le recordaban, con sus pantalones y botas militares, una cómoda sudadera encapuchada bajo una chaqueta impermeable, y unos andares desvergonzados. Su aire de desconfianza se tornó en una sonrisa cálida al comprobar que en esencia ellos eran sus amigos del pasado.

—Joder... Joder... Sí que sois vosotros... —Se acercó a ellas para saludar con dos besos llenos de emoción y a Rafa con un apretón de manos, procurando no hacerle daño, a diferencia de cómo le gustaba saludar a otros hombres para demostrar quién manda (en los Arcontes, el máster manda). Vio de pronto el visible dodecaedro posado en la mesa y lo entendió—. Llego tarde, como siempre... No fue mi intención, como siempre...

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12/11/2022, 14:05
Gabriela

Gabriela estaba tan delgada como cuando eran unos críos, y no pudo evitar un poco de envidia al compararse con Úrsula. Sonrió a su antigua amiga.

—No, no estás igual — dijo con una sonrisa — Estás estupenda, te veo genial.

Iba a decirle algo más a Rafa, cuando la campanilla sonó de nuevo: al girarse vio a Miguel, y se adelantó a darle un abrazo. La última vez que le vio ya era más alto que ella, pero ahora se encontró con un tipo corpulento y se sorprendió al notar cómo la musculatura era firme bajo la ropa.

A pesar de que sonreía, Gabriela tenía los ojos brillantes, así que parecía que estaba al borde del llanto: además, tampoco había disminuído su temblor.

—Bueno, lo importante es que hemos venido, ¿no?  Aunque Rafa sigue siendo el más puntual, y yo sigo siendo un desastre — dijo con cariño, posándole la mano en el hombro al que, efectivamente, había sido el primero en aparecer. Imitó a Miguel, mirando el dodecaedro de resina plástica sobre la mesa.

—Joder, llevaba mil putos años sin ver uno de esos...

Dejó su bolso junto a las cosas de Rafa, cruzó los brazos sobre el pecho, apretó los labios y tuvo un pequeño escalofrío.

—Chicos, voy un momento al baño, perdonadme. Eh... ¡pedidme un café solo, por favor! ¡Ahora mismo estoy aquí!

Y, con la cazadora de cuero aún en la mano, se dirigió a la puerta de los servicios.

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12/11/2022, 14:10
Gabriela
Sólo para el director

Se dio cuenta de que era raro que se llevara la cazadora, pero recordaba que el caballo estaba en uno de los bolsillos interiores, y no iba a sacarlo delante de sus amigos. Esnifaría un poco, lo justo para quitarse los temblores del síndrome de abstinencia hasta que tuviera tiempo de...  No quería pensarlo. Se quitaría el mono para poder ser un poco persona y, después, ya vería si podía aguantar sin chutarse o volvía a caer en la tentación. En el fondo, sabía que volvería a hacerlo.

Había empezado a consumir con Jerod, que incluso se lo exigía para estar "a tono" cuando él quería. Si Jerod quería estar colocado mientras se la follaba, ella también tenía que estarlo. Si él bebía, se emborrachaban juntos. Si Jerod tomaba cocaína para quitarse la resaca, ella tenía que hacerlo también. Él parecía capaz de controlar lo que tomaba, igual que controlaba todo lo que tenía a su alrededor, incluyendo a Gabriela. Ella, en cambio...

Se acarició el lugar del brazo en el que había tenido el tatuaje con su nombre. Tenía una sensibilidad distinta a la del resto de la piel. Tragó saliva, y tuvo que contener las lágrimas mientras abría la puerta de uno de los lavabos y buscaba el pestillo: no quería que nadie abriera la puerta mientras tenía abierta la papelina y se lo tirase todo al suelo. Ya le había ocurrido.

Tiró de la cadena. Así, con el sonido de la cisterna nadie podría escuchar cómo esnifaba. Se felicitó con ironía al darse cuenta de que se estaba convirtiendo en una yonki muy discreta.

Se limpió la nariz con un poco de papel, volcó parte del contenido de la papelina sobre el dorso de su mano, entre el pulgar y el índice, y aspiró con fuerza. En pocos instantes notó cómo una sensación de paz y gozo se extendía por todo su cuerpo: sintió un escalofrío recorriendo su espalda, entornó los ojos, sonrió y emitió un suspiro de placer. En la dosis adecuada, aquello era lo mejor del mundo. Mejor que comer, mejor que dormir: mejor que tener a Jerod dentro de ella. Pero, con lo que había tomado, le llegaba justo para comportarse como una persona funcional delante de sus viejos amigos.

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14/11/2022, 10:24
Rafa

Una ola de emoción, temor, nerviosismo y más sentimientos indescriptibles recorrieron el cuerpo de Rafa. No sabía nada de aquella nota y de si realmente sus compañeros de aventuras se presentarían, pero allí estaban.

Sus ojos se posaron en la chica que sonreía delante de él, sabiendo incluso antes de volver a escuchar como pronunciaba su nombre, de que se trataba de Gabriela. En la mente del informático sonó exactamente igual que cuando eran críos, el mismo timbre melódico de siempre.

— Gabriela… Gab… — pronunció su nombre, con algo de nerviosismo contenido. Incluso se atrevió a usar ese diminutivo que él utilizaba a veces, haciendo el amago de dar dos besos, pero sin llegar a darlos. — Si soy yo, pensé que nadie vendría, que sería una perdida de tiempo… Pero no… ¡Aquí estas!

Su amiga temblaba de frío, Rafa se había dado cuenta y rápido se quitó la americana que llevaba puesta, dispuesto a cedérsela. Pero en ese momento otra voz irrumpió el ahora no tan abandonado local.

Era una voz femenina que, aunque nerviosa, sonaba algo más decidida que la del informático. Ante los ojos de Rafa se acercaba una mujer de paso decidido y con un atuendo que podría llegar a conocer si se fijaba en ello.

— Úrsula, tu también hiciste caso a la nota… Hace muchísimo tiempo, sí— dijo en un tono un pelín menos nervioso que el utilizado con Gabriela. Estaba claro que se sentía algo más arropado con dos de sus tres amigos.

Pero ni tiempo le dio de reaccionar, aun con la americana en la mano, que una voz masculina, llena de decisión y fuerza, pisó cualquier iniciativa de Rafa por seguir la conversación.

Ahí estaba Miguel, grande y fuerte como siempre. Su porte era muy distinto al de Rafa, como cuando eran pequeños. Rápido le estrechó la mano al ver que su amigo se la lanzaba con decisión. Incluso pensó en soltar algún comentario de sus partidas en la web, pero el nerviosismo no le dejaba casi ni actuar.

— ¡Miguel! — dijo en un tono que copiaba cuando se dirigió a Úrsula, notándose menos nervioso que con las dos chicas. — Estamos todos. Da igual quién llegó primero, me alegro de volver a juntarnos de nuevo — sonrió a Gabriela al notar esos ojos brillantes y su sonrisa amable mientras le posaba la mano en su hombro. — Veo que os acordáis del dado… Este maldito estuvo mucho tiempo perdido en mi casa, pero lo encontré hace poco, como una premonición de esta reunión.

En ese momento sus ojos iban de un a otro, buscando esa complicidad que tenían de jóvenes, intentando recordar las millones de aventuras que vivieron juntos. Ahí estaba el cuarteto unido de nuevo, y todo por esa nota que llegó misteriosa.

Justo cuando iba a preguntar quién había mandado aquella misiva para volver a reunirlos a todos de nuevo, observó como Gabriela se marchaba al baño. Rafa miró su mano, que aun sujetaba su americana y levantó la mirada de nuevo a la chica de pelo negro.

— Si me disculpáis un segundo… — miró a Úrsula y Miguel con una sonrisa nerviosa. — Gab espera, toma… — dio un par de pasos, antes de que su amiga entrara al baño. — Me di cuenta de que estabas empapada y con frío, no la necesito, no te preocupes… — le tendió la chaqueta intentando aguantar su pulso para no temblar de nervios. Era una montaña rusa de sentimientos encontrados, de como la alegría intentaba pisar ese temor a meter la pata por los nervios del momento. — Te esperamos en la mesa, sin problemas.

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14/11/2022, 11:50
Úrsula

Quizás todo lo vivido hasta ahora fue un mero ensayo para esta situación, como una preparación minuciosa en dónde todas las piezas del puzzle allí se encontraban para encajar a la perfección. Tanto que pudo hacer poco cuando el saludo efusivo de Gaby se convirtió en un abrazo sentido, uno que habló de pasado y un presente tan lleno de incertidumbre que estar cerca de la morena le devolvió un poco de calor perdido, una chispa a la llama de su corazón que parecía debilitarse por la vida misma. Esas elecciones que se toman a la ligera y provocan consecuencias nefastas, solo por el impulso de seguir la corriente alocada de un instinto. 

Ya cuando fue Rafa quien la saludó, sonrió por primera vez y no supo que hacer para ayudar a su amigo, es que se notó el detalle de la chaqueta, pero la llegada de Miguel también robó su atención, sintiéndose identificada con aquel hombre, tan parecidos en más de un sentido. Por ello es que lo saludó animada, era como estar en casa, todos juntos de nuevo a las andanzas. 

—Y yo a ti, tenemos que ponernos al día Gab—dijo en un tono divertido, quizás complicidad entre chicas y luego miró a Miguel—. ¿Aún conservas el reloj de arena? Ese que te ayuda a llegar tarde. 

Le sacó la lengua divertida, metiéndose con él como siempre y ya cuando vio que Rafa seguía con la intención de ayudar a Gabriela, negó con la cabeza y fue a su rescate. 

—Tu si que no pierdes los modales, ya volverá. Venga, a ponernos al día que esta reunión me ha dejado sorprendida para bien— comentó tomando un poco la iniciativa —. ¿Fuiste tú Rafa el de la idea? Lo que si quiero es una cerveza bien fría, esto se merece una celebración. 

«Si Úrsula, un puto placebo para tu existencia. Venga que te sale de puta madre» pensó sonriendo, aparentando cuando se estaba poniendo su propia máscara. 

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14/11/2022, 16:02
Miguel

Las gotas resbalaban por su chaqueta impermeable, no tanto como las que se quedaron en su cabeza, dándole un aspecto más repeinado. Rápido se desvanecieron con los calores del local, contrastando al frío húmedo que los acechaba desde fuera. El dado fue un encuentro de miradas, aunque Miguel necesitaba un reconocimiento más íntimo.

—Madre mía, Gabi, se te reconoce desde lejos. Todavía llevas el estilo siniestro —le sonrió, con unos ojos cristalinos parecidos a los que presentaba la chica. Sus colores oscuros siempre le llamaron la atención, tanto como lo hacían ahora.

El pin del copo de nieve que llevaba Rafa también le trajo recuerdos variados. Era su símbolo nostálgico plasmado en su memoria que hacía recordarle cada vez que lo veía.

—Joder, Rafa, es que todavía no me lo creo... ¡Por fin nos vemos! Después de tanto tiempo sin lanzar el dado —más culpa de la dejadez e intermitencia de Miguel en los foros que por razones encontradas.

La segunda mujer no quedaba otra que se tratara de Úrsula. De lejos lo hubiese negado, ya que de pequeña se la conocía por tener gustos cambiantes y exóticos. Ahora de cerca, sus ojos la delataban, era ella. Se había convertido en una mujer muy bien formada.

—Sí, lo tengo aquí —hizo que agarraba algo de su bolsillo y la abrió cerca de su boca, en donde también asomó una lengua divertida. Se rio de la broma—. Me encanta tu camiseta militar; así me gusta, fiel servidora. —Ya sabían lo pesadito que se ponía Miguel con todo lo del ejército, interés que hoy en día seguía teniendo.

De pronto, Gabriela tuvo que ir al servicio y aprovechó que los demás se movían para dejar su chaqueta impermeable en el viejo perchero de madera que estaba junto a la entrada, junto al chubasquero amarillo de Rafa. Regresó con los dos que se quedaron y el dodecaedro en el centro de la mesa. 

—Que sean dos cervezas, entonces. ¡Ah! Y un café tan negro como el carbón para Gabi, para cuando regrese. —Miguel quedó esperando la respuesta a la pregunta de Úrsula, en todo momento también pensó que fue Rafa quien envió la carta, aunque no estaba seguro del todo.

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14/11/2022, 16:24
Gabriela

Gabriela rehusó con una sonrisa y un gesto la cazadora de Rafa. 

Había respondido con calidez a Úrsula sobre aquello de ponerse al día, y se encogió de hombros contestando a Miguel sobre su estilo: había cosas que para ella no pasaban de moda. 

Después de un rato, salió del baño, con la cazadora colgando del antebrazo y terminando de secarse la cara con una toallita de papel. Parecía que estaba mejor: ya no temblaba, e incluso su piel y sus labios tenían mejor tono. Sonreía con la boca y con sus grandes ojos castaños. 

—¡Ya estoy!  Perdonad, estoy un poco destemplada...  Se me pasará con el café. 

Ocupó un asiento frente a Rafa y se inclinó sobre la mesa teniéndole la mano con la palma hacia arriba. 

—Me alegro de que nos mandases esa carta. Es genial volver a veros a todos. 

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14/11/2022, 16:39
Gabriela
Sólo para el director

Sus ojos no sólo sonreían, y si alguien se fijaba vería que sus pupilas estaban contraídas, haciendo que el iris de sus ojos se viera aún más. 

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14/11/2022, 18:20
Director

En el tiempo que tardó Gabriela en regresar del baño la camarera se había acercado a la mesa con el café de Rafa. Se había equivocado en lo de que no tendría amigos; habían llegado uno tras otro y allí estaban ya los cuatro. Tras el chico tímido había aparecido una bonita rockera de aspecto algo enfermizo, demasiada fiesta, pensó Montse. El último en llegar había sido un tipo fuerte de paso enérgico y mirada dura – de esas que parecen presagiar problemas si algo no cuadra –. Anotó mentalmente tener especial cuidado con este. La otra chica era todo un misterio, imposible calarla. Se preguntó qué secretos escondería, esta y también los demás. Pues tras las bromas y las sonrisas todo el mundo guarda algo oscuro…

Les dio la bienvenida con afecto, pero sin resultar forzada ni empalagosa. Tomó la comanda y se volvió tras la barra a preparar las bebidas.

Notas de juego

Os cuelgo esto para cerrar el ciclo. Como el ritmo es medio tenéis 2 o 3 días para postear tranquilamente. Yo actualizaré el jueves, igual antes si todos estáis listos. 

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15/11/2022, 10:40
Rafa
Sólo para el director

¿En serio acaba de rechazar mi ayuda?

Yo que siempre estuve vigilando que estuviera bien, que desde las sombras borré todo rastro de sus humillaciones en la red. Las fotos que logré desviar con aquel idiota de novio que tenía y no las compartí con nadie…

Lo hice todo por ella y así me lo paga… ¿Abrazando a Miguel con efusividad y realizándome este desplante? ¿Creé que no me di cuenta?… Sería una verdadera pena que todos supieran la verdad…

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15/11/2022, 10:41
Rafa

Rafa sonrió mientras asentía con la cabeza al ver como Gabriela declinaba su ayuda para entrar de nuevo en calor, encogiéndose de hombros. El informático se pasó unos segundos inmóvil, pensativo, mirando a Úrsula que rápidamente se había colocado a su lado.

— Los modales hacen al hombre... Por cierto, bonita gorra, Úrsula… — le sonrió de forma divertida volviendo junto a su amiga a la mesa. La Úrsula divertida que tanto le gustaba de pequeño parecía que no se había largado, al menos en esos escasos segundos que habían vuelto a compartir.

Con un movimiento pausado se sentó en una de las sillas, mientras miraba a Miguel y Úrsula, desando que le acompañaran en la mesa.

— Hacía mucho que no cruzábamos dados, sí, pero aquí estamos de nuevo, los Arcontes…  Eso es lo importante ¿no? — sonrió a su amigo. Seguía igual de grande que la última vez que lo vio y por supuesto, también recordaba perfectamente la última vez que cruzó dados con su amigo, pero no dijo nada al respecto.

En el momento que salía Gabriela del baño, la camarera ya colocaba el café humeante que había pedido Rafa justo delante de él. El olor impregnó las fosas nasales del chico pelirrojo, disfrutando el momento que estaba viviendo, inhalando con fuerza, mientras se colocaba correctamente el Rolex de su muñeca.

Fueron las palabras de Gabriela las que hicieron que Rafa recordara la pregunta de Úrsula. Miró a la morena unos segundos mientras tendía su mano hacia arriba para, acto seguido, mirar a sus otros dos compañeros. En silencio agarró su mochila y comenzó a rebuscar en ella y tras varios segundos de incertidumbre sacó un papelito que colocó sobre la mano de Gabriela.

— Sería muy raro enviarme yo mismo una misiva, ¿no? — sonrió a sus compañeros, pero con cierto temor al cerciorarse que, supuestamente, ninguno había enviado aquella nota. — Yo recibí lo mismo que vosotros… Pensé que habías sido tú, Úrsula. Fuiste la primera que me vino a la cabeza…

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15/11/2022, 11:37
Úrsula

—Ya sabes, algunas cosas persisten— respondió divertida a Miguel mientras se quitó la chaqueta y lució aquella camiseta que le remarcó bastante los pechos —. ¿Has servido? Yo me lo pensé en un momento, pero al final no. 

Tras aquella confesión a su amigo, observó la situación divertida de Rafa y Gabriela, incluso se imaginó —demasiada vida sobre sus hombros —el hecho de que Gab tuviera frío y se fuera al baño. Tal vez se había colocado, no solo ella estaba rota al parecer y no supo que pensar, si alegrarse por saber que no era la única o estar preocupada. 

Lo bueno es que el comentario de Rafa le roba una sonrisa, haciendo que lo rodee con el brazo sobre los hombros sólo para dejar un beso en la mejilla. Incluso de niños, cuando él era el más pequeño de todos, Úrsula tenía esa costumbre de ser algo cariñosa con él en plan camaderia. 

—¿Te gusta? —preguntó y se la puso—. Úsala un rato... No tiene piojos. 

Bromeó con ello mientras se acomodó junto a Rafa con su cabello al costado, mostrándose amable con la camarera que los miró de forma curiosa. Ya cuando volvió Gab alzó una ceja, quizás confirmando lo obvio y después como si nada, mantuvo la conversación entre todos. Rafa no había sido y eso sí que le llamó muchísimo la atención. 

—Vaya, ahora sí que estoy sorprendida. No sé quién sería capaz de reunirnos, no recuerdo a alguien más cercano que nosotros. Esto si que es curioso, además nos conoce bien— comentó al observar la mano de Gabriela y el papelito que le puso su amigo —. ¿Yo? Ja, no. No es que no quisiera, es que realmente no se me ocurrió y creo que a ninguno de nosotros tampoco si no eres tú.