Partida Rol por web

Historia de una Ascensión.

Primera Viñeta: Un Hombre Carismático.

Cargando editor
15/05/2019, 11:02
Docric Tangead

Aquel joven dio otros dos pasos atrás. Se notaba que estaba dudando. Miró la ballesta que todavía empuñaba. Miró a la niña y luego miró al cadáver. Se giró. La puerta todavía estaba abierta y en el exterior llovía a mares. Volvió a mirar al mayordomo, este se acercaba hacia él armado con el candelabro. El joven tragó saliva y apuntó a aquel hombre.

¡No se acerque...! - Exclamó, pero el mayordomo no hizo caso y dios tres pasos hacia él situándose casi encima suyo.

En ese momento se escucharon pasos procedentes del salón de baile y un gran revuelo de murmullos. Sin duda los gritos de la protagonista de la velada habían alertado a los asistentes y sin duda también a los guardias. Fue entonces cuando aquel asaltante apuntó con la ballesta al mayordomo y se disparó un virote que se clavó en el pecho de aquel hombre derribándolo. 

Yo... - Miró a Zanthea. - No quería... - Y salió por la puerta a la carrera.

Cargando editor
21/05/2019, 22:56
Zanthea

Zanthea volvió a gritar. 

Algo dentro de ella le instó a girar sobre sus talones y salir corriendo de todo aquel horror para lanzarse a los brazos de su madre. Pero, en cambio, un razonamiento frío como el hielo la detuvo en seco. 

El mayordomo era la única persona viva, aparte de ella, que había visto el rostro del asesino de su padre. Ella podía buscarlo, por supuesto, y reconocerlo si lo veía... pero lo más probable es que el bellaco huyera de la ciudad o se escondiera, al menos, durante un tiempo como para difuminar sus rasgos en su memoria.

Y ella necesitaba conocer su identidad.

—¡Ambrosio! —dijo arrojándose sobre el mayordomo—. ¿Quién era ese hombre? ¿Quién ha... 

No podía decir matado. No aún.

—... atacado a papá y a ti?

Cargando editor
22/05/2019, 17:32
Ambrosio

- Docri... - Hizo un gesto de dolor. - Docric, el hijo del conde... - Cerró los ojos y se puso de lado. Entonces escupió sangre por la boca. Ambrosio estaba en las últimas. - ...del conde... 

Cerró los ojos. Aquel hombre acababa de morir. Zanthea le agarró de la pechera y le zarandeó.

- ¿De qué conde? - Le preguntó a viva voz y muy angustiada.

Entonces Ambrosio abrió los ojos una última vez con expresión de sumo pavor. 

Tangead... el conde Tangead... - Y entonces volvió a cerrar los ojos, esta vez por última y definitiva vez.

FIN de la viñeta.