Partida Rol por web

GRUÑIDO:
Se ofrece a ir a Ravengro a buscar el carruaje del señor Konrad, en orden de que el viaje sea cómodo para los heridos.
Tardaría unos 45 minutos en volver, algo menos si aprieta el paso.

Propone volver a Ravengo y medita las posibilidades de llegar sin el carruaje, no se niega a la petición de Gruñido pero primero quiere asegurarse que sea una buena opción en tiempo y comodidad. 

JANOS:

- No, en esta ocasión los caballos se quedaron todos en los establos.

Cazador se queda junto a Konrad, dispuesto a ayudar a cargar con él si así se decide. Habla con Janos.

- Me acerco a Konrad y le abrazo, si me lo permite, con un gesto de amor y preocupación.

RÉQUIEM:

- Sientes el terror cerval de Velkan una vez más, aunque por un instante hubo un breve momento de calma.

- Ya no te cabe duda de que las cosas en el otro lado están yendo realmente mal.

- Tienes la inequívoca sensación de que pronto las nieblas te reclamarán una vez más y que muy pronto después de eso llegará finalmente el momento de tu muerte.

Réquiem se queda ausente, mirada pálida mientras acepta su futuro próximo. Con un semblante serio y carente de emoción entrega su manuscrito inacabado de obras de teatro macabras a Gruñido con una simple petición - "Si no sobrevivo, enterrarlo junto a mi madre. Cuidad de mi hermanastro." - fueron las únicas palabras y allí se apartó un poco del grupo. 

Con rabia contenida y mezclada con locura reclama a las nieblas amarillas su intercambio con Velkan, guarda su espada ropera y saca las dos dagas de plata. 

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

- Réquiem: Habla con Gruñido y le entrega sus obras teatrales inacabadas. El dramaturgo siente entonces un intenso dolor psicosomático, son las garras del Hombre Andrajoso, haciendo trizas las entrañas de Velkan. Se prepara, con ambas Dagas de plata de gran calidad en sus manos.

- Lentas, lánguidas, rutilantes, débiles, casi perezosas, y reducidas a unos pocos jirones. Las nieblas acuden una última vez para llevarse a Réquiem hasta el Asilo de Briarstone, dejando en su lugar en el suelo a un agonizante Velkan con el vientre abierto y las tripas casi saliendo por enormes heridas de garras gemelas.

GRUÑIDO:
Si la montura de Janos está disponible, Gruñido trataría de montarla para llegar antes al pueblo.
De no ser así, con un gesto de despedida y sorbiendo los mocos de emoción por volver a ver a su hermano, se aleja hacia Ravengro con un constante trotecillo en orden de ir a por el carro y recoger a los más y menos heridos.

Cuando ve el estado del bárbaro (Velkan), se acerca y le suministra una pócima de Curar Heridas Leves. -Ya solo me queda una, les dice a todos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

- Janos: Consigue estabilizar a Velkan mediante cuidados médicos.

- Doctor Vandel: Aguarda.

- Gruñido: Se despide de todos y les avisa que va a ir al pueblo a buscar el carruaje y les pide que esperen aquí. Después, parte a pie. Volverá aproximadamente en tres cuartos de hora.

- Cazador: Le hace beber a Velkan una poción de Curar Heridas Leves. - Tira 1d8+1.

- Velkan: Tras recibir la poción curativa de Cazador, está en 3 puntos de golpe positivos y poco a poco recupera la consciencia.

- Gasto 1 punto de héroe para recuperar el hechizo de uso diario de Curar Heridas Leves y lo lanzo sobre Konrad.

- Dejo que Cazador cuide de Konrad y me voy junto a Velkan.