Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 6- Prisión de Piedra Alzada.

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21/11/2018, 15:38
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio se puso en pie. Aún tenía en la lengua el sabor característico de una poción curativa, con el que se había familiarizado en los últimos días a base de ponerse a las puertas de la muerte. Su plan había funcionado: encarar al Hombre Andrajoso para huir de él, haciendo que las Brumas se le llevasen bien lejos. No fue un acto noble. El Doctor Vandel no creía en la nobleza de luchar hasta morir, así que huir o esconderse nunca los consideró una cobardía. Pero en aquella ocasión sí que lo era, ya que al huir también estaba condenando a otra persona a sufrir el mismo destino que él pretendía evitar.

Hizo una breve inspección en su mochila para asegurarse que su botín seguía allí. La carne cruda de oneirogen continuaba en su frasco. Lo agitó, pero el filete estaba metido a presión, plegado mientras los restos de sangre habían supurado y resbalado hasta formar un poso de líquido rojo en la base del vial. Era su seguro de vida, mientras lo poseyese no le volvería a doler la espalda, al menos por motivos sobrenaturales, y el Hombre Andrajoso no le visitaría en sueños. También era la prueba de su cordura... Sí, de su cordura. Demostraba que lo que había pasado en el Otro Lado era real, y no el producto de una mente demente.

El Doctor Vandel volvió a guardar su frasco de muestras, tan bien como su lengua. Quería gritar de vitalidad, y reír de alegría, aunque aún le quedaban suficientes tornillos en la sien como para saber leer el ambiente. Los ojos de Alexei eran reveladores: los ojos de alguien que se dirigía a una muerte segura. Querio guardó silencio respetuoso de velatorio, esperando a que las Brumas Amarillas se llevasen a Réquiem. Eso tardaría en suceder más de lo que él pensaba. Después de todo, el suceso solo tendría lugar cuando el bravo Velkan fuese domado.

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22/11/2018, 22:32
SA: Los Eones son Extraños.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Réquiem se encontraba ya preparado cuando las nieblas vinieron a buscarle una última vez. Estaba claro que su poder, fuera éste cual fuera, se agotaba ya. Las nieblas se mostraban lentas, rutilantes, perezosas, y casi reducidas a débiles jirones.

El dramaturgo macabro se había despedido, entregando a Gruñido sus obras teatrales inacabadas junto con instrucciones precisas, y se encotraba dispuesto para un combate que tal vez sería el último, armado con dos dagas de filo argénteo.

Cuando las nieblas se dispersaron por completo, revelaron en su lugar el cuerpo sangrante y agonizante del bárbaro Velkan, sus tripas casi asomando por terribles heridas de garras gemelas en el vientre.

Notas de juego

// Sale de escena: Réquiem. - Sigue en: Asilo de Briarstone.

// Entra en escena: Velkan. - Procede de: Asilo de Briarstone.

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24/11/2018, 20:49
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio asintió complacido a la llegada de un Velkan a las puertas de la muerte. Miró su muñeca, como si en ella tuviese un modo de medir el paso del tiempo.

Uf, ya era hora. La puntualidad es la medida de la fiabilidad de un hombre. Alguien impuntual jamás podrá encontrar una esposa como es debido, y siempre llegará a destiempo incluso a su propia muerte.

Janos se agachó junto a Velkan, haciendo innecesario que lo hiciera otro. La cantidad de vidas que habría salvado el joven escudero en su corta existencia. El Doctor Vandel, sin embargo, no había podido sacar de la ignorancia ni una sola mente en toda su larga vida.

Habrá que ir pensando en marcharse. Alexei ya lo ha hecho, aprendamos de sus escasos aciertos. Los sectarios del Camino Susurrante seguirán aún en el pueblo, y nos queda un... Espera, ¿Alexei se ha llevado el consigo el libro del Hombre Salpicadura. Tsk... qué desperdicio.

Querio no era mago, y desde el punto de vista arcano poco interés tenía el arcanábulo, pero era criminalista. La idea de tener una muestra caligráfica tan extensa con la que sacar un perfil psicológico del Hombre Salpicadura era tan tentadora...

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25/11/2018, 05:33
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Cosmin es el nombre del hombre que pretende ser un cazador de monstruos. Sonrío al pensar que, si permanece con nosotros, puede que no necesite perseguir los monstruos pues ellos irán a él, tal como han venido a nosotros hasta ahora. Requiem parece estar listo para volver al Otro Lado e incluso les desafía para hacerlo ahora.

Las nieblas no tardan en responder, aun con la poca fuerza que parecen demostrar ahora y se llevan al dramaturgo para dejar en su lugar a un moribundo Velkan.

Me lanzo en su ayuda para estabilizarle y lo consigo hasta que Cosmin le aplica una poción que le devuelve la salud. Ahora el grupo está completo a este lado y sé por tanto que mi maestro no volverá en mucho tiempo quizás.

Gruñido decide dirigirse a Ravengro a buscar el carruaje y nosotros le esperaremos para que así el transporte de los heridos sea mucho más cómodo. Es peligroso transportar heridos de tanta gravedad y, si no tenemos cuidado, puede que sus heridas vuelvan a abirirse, para correr un peligro potencialmente mortal. Debe evitarse a toda costa y, esperar un poco más en este sitio, no parece ser realmente un precio muy alto. 

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25/11/2018, 11:45
CC: Caballo.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Tal y como prometió, Gruñido regresa con el carruaje y los caballos de Janos y Gheorghe en tres cuartos de hora, listo para transportar a todos confortablemente. También el cuerpo sin vida del detective Gabriel Alarico.

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25/11/2018, 19:43
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

No, no, no. No me abandones. Tú también no.

Konrad había aparecido, intercambiado por las nieblas. El hombre había recuperado su forma pero seguía inconsciente, y tras rebuscar desesperadamente en la mochila, fui consciente de que no me quedaban pociones. No podía ayudarle, así que me tuve que conformar con abrazarle, aún tumbado en el suelo.

No parecía un simple abrazo para sujetarle. Había en el gesto cierta sensibilidad, y en el rostro, preocupación.

No te vayas. No me abandones.

En aquel momento el único deseo que tenía era poder ayudarle, pero la única forma de hacerlo la había usado para curar a Janos. Por un momento, deseé no haberlo hecho, haber esperado, a pesar de que el escudero se lo merecía, quizás más que ninguno al haber curado él mismo tantas heridas, pero fue un instante muy corto, pues en seguida el deseo cambió, y pedí a Ithaqua poder hacerlo otra vez.

Consciente seguramente de ello, Tharath se acercó, y me miró de forma extraña. Parecía escuchar mis pensamientos (no sólo entender lo que yo sentía), y, de súbitamente, me sentí de nuevo capaz. Sentí poder en mis manos. Energía. Supe que sí, era capaz de volver a hacerlo.

Sin cesar el abrazo, sentí cómo esa energía pasaba a Konrad. No despertó, pero algo mejoró en él y supe que había funcionado. Quizás su corazón ya no latía tan débil. Quizás el color de su piel dejó de ser tan lívido. Pensé que al menos, estaría a salvo hasta que llegáramos a Ravengro.

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25/11/2018, 20:19
(CC) Velkan Matacambiantes.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Una pesadilla, una horrible pesadilla era lo que había vivido en sus carnes. Miedo, terror, pánico, sentimientos que un hombre como él jamás admitiría haber sentido, tuvieron presencia en su cuerpo y su mente. No recordaba casi nada del último combate pues para él todo había sido un macabro y loco sueño. Delirios de sangre y dolor que le habían provocado daños de los que posiblemente jamás se recuperaría. No pudo sentir las nieblas amarillas pues cuando ellas fueron a buscarle su cuerpo estaba ya tendido en el suelo y abierto en canal. La sangre manaba incesantemente amenazando con abandonar al bárbaro.

No fue hasta que Cazador le dio a beber una poción, que pudo escapar de la muerte. Con timidez comenzó a abrir sus ojos, pese al caldo recibido seguía dolorido e incapaz de realizar ningún gran esfuerzo. Con movimientos torpes y temblorosos el matacambiantes rebuscó entre su equipo portado pues notaba una ausencia de peso alarmante. No tardó demasiado en notar que ni su hacha de batalla, ni el escudo mágico estaban con él. Lo que provocó un gesto de dolor, todavía mayor, en la cara del bárbaro rubio.

Mis... armas...

Pudo llegar a decir, con no poco esfuerzo. Con dificultad y apoyándose en Janos, que se había acercado a comprobar sus heridas, Velkan se puso en pie con la mirada pérdida en el suelo.

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25/11/2018, 20:48
(CC) Cazador.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Tanto Konrad como el bárbaro cuyo nombre parecía ser Velkan descansaban ya estables cuando Gruñido llegó con el carruaje. Cazador había gastado dos de sus tres viales de curación.

-Me queda una pócima, les informó a los que ahora eran sus compañeros. -Prefiero esperar por si la niebla nos trae a otro en estado crítico.

Ayudó a subir a los heridos y el cuerpo de Gabriel Alarico en el carro.

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26/11/2018, 03:08
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

POR LA TARDE.

Velkan, en su inconsciencia parcial, pregunta por sus armas, pero ellas no vinieron junto con él. Niego con la cabeza y le respondo lo único que puedo decirle:

 - "No lo sé, amigo. Creo que quedaron en el asilo."

Bueno, el escudo pertenecía a ese lugar desde un principio así que quizás era demasiado pedir el traerlo a este lado. Quizás lo mejor es que quienes están en ese lado se queden con ese equipo pues están en condiciones mucho más malas que las nuestras. Estoy feliz también de haberles dejado todos los alimentos que tenía encima pues de seguro los necesitarán pues aunque consigan acabar con el Hombre Andrajoso, el hambre no será derrotada sin ingerir algo.

Cosmin indica que le queda una poción, pero creo que no es necesario usarla pues los heridos ya están a buen resguardo y completamente estabilizados. Le niego con la cabeza y digo que mejor la conserve. Nunca se sabe cuando se puede necesitar más.

Gruñido llega con los caballos y el carruaje, por lo que ayudo a subir a los heridos, para que puedan ser transportados como corresponde. 

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26/11/2018, 11:28
(CC) Doctor Querio Vandel.

La valía de un hombre no se mide por sus armas, Velkan...-dijo el que había lloriqueado por perder un libro que ni siquiera era suyo.

Querio había recopilado una buena colección de dagas, pero no le ofreció ninguna de ellas a Velkan. Seguro que el bárbaro lo tomaría como un insulto, por la longitud escasa de un cuchillo en comparación con la contundencia de un hacha. En cualquier caso, si salía de Velkan la propuesta, le daría la daga más sencilla para que pudiese sentirse seguro.

Sobre el Camino Susurrante, tengo una teoría: podemos descartar al Concejal Vashian Heartmount como miembro de la secta. Es el notario, y sabe que solo necesitaban esperar unas semanas para que nos marchasemos y pudiesen realizar sus actividades furtivas sin nuestra interferencia. Ops. Espera... No hubo ninguna actividad del Camino Susurrante desde que llegamos aquí.

El Doctor Vandel entró en la cabina de la carroza. Aprovechó para sentarse en sentido opuesto al movimiento. Era lo que más mareaba, así que había riesgos de vómito, y Querio prefería ser el regurgitador a que le regurgitasen encima. Evaluó el riesgo de vomitona mayor, por estar todos bastante heridos.

Me perdí el combate contra el Saltador. ¿Alguien me pone al día?

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26/11/2018, 19:25
Historias de Horror.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE.

Con el carruaje y los caballos, el grupo recorre el poco transitado camino que separa la Prisión abandonada del pequeño pueblo de Ravengro.

Notas de juego

// Salen de escena: Cazador, Doctor Vandel, Gruñido, Janos, Konrad, Sascha, Velkan. - Siguen en: Ravengro: Casa de Kendra Lorrimor.

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27/11/2018, 16:31
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA, TERRENOS DE LA PRISIÓN:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL SOL, 9 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE.

Varios instantes estuve sujetando la cabeza de Konrad, que no despertaba, pero me negaba a dejarle solo. Incluso cuando Alexei fue envuelto por las nieblas. Todos sabíamos lo que significaba eso.

Me quedé petrificada esperando ver a Velkan en mal estado, pues si las nieblas lo cambiaban estando Alexei fuera de peligro, era el salvaje quien lo corría. Por una vez le dí las gracias a esas nieblas. Sin embargo no imaginaba que aparecería prácticamente destripado.

Dejando a Konrad con cuidado, corrí hacia el kellido.

¿Volverá a funcionar? ¿Podré volver a usar mi magia?

Es posible que hubiera funcionado, de no tener una mente que, ardiendo, no era capaz de concentrarse y pedirle nada a los dioses. Así que, cayendo de rodillas por haber corrido y no haber frenado, despellejándolas, llegué junto a él y le sujeté igual que hice con Konrad. Las pupilas, extrañamente, apenas se movían, y estaban fijas en los ojos cerrados de Velkan, esperando que los abriera.

- ¡¡¡Velkan!!! ¡¡¡Velkan!!!

Le llamaba, totalmente bloqueada, y notar que Janos se acercaba tampoco me ponía las cosas claras. Pero miré al escudero, y le supliqué con los ojos. Y entonces Velkan curó. Y aconteció lo que hacía diez años que no veían mis ojos, ni los de nadie.

Rompí a llorar.

Pensaba que ya no era capaz, después de la última vez, aquella noche, apenas una después de conocer a Konrad, en el bosque, tras el ritual. Pero sí que lo era, tan capaz de derramar lágrimas equivalentes a diez años de sequía.

- Creí que no volvería a verte... Creí que morirías al otro lado... Pensé que las nieblas jamás te devolverían. Velkan... Hermano... Velkan... No vuelvas a dejarme. Quédate conmigo.

Las palabras, de significante igual a las pensadas para Konrad, que no podía escuchar, tenían diferente significado. Quería que Konrad no muriera, pero a Velkan le pedía intencionadamente que tampoco volviera a marcharse.

¿Aceptaría y se adaptaría a la vida de las casas de piedra de los hombres? ¿Volveríamos a vivir bajo el mismo techo, como antaño? De momento eso no importaba.

O sí.