Partida Rol por web

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

BIBLIOTECA.

De nuevo intentó hacer uso del sigilo en el que había destacado antes de que la niebla hiciera que se esfumara, pero otra vez falló estrepitosamente sin llegar a saber muy bien el porqué. Simplemente ocurrió: todas las armas que llevaba en ese momento, un porcentaje bastante importante del total de sus pertenencias, cayeron al suelo con gran estruendo. Al verlo Buscador no estuvo muy seguro de cómo reaccionar, más que nada porque por un momento se sintió personaje en una especie de comedia en la que se buscaba la carcajada fácil del espectador. Pero aquello no era una comedia, no. Por mucho que tuviera visos de ello, era una situación de tensión en la que la vida de los implicados dependía de todos y cada uno de sus actos.

Buscador se preguntó qué utilidad podía haber en ser sigiloso si muy probablemente caminando con naturalidad no corría el riesgo de hacer más ruido del que ya hacía por una torpeza derivada, al parecer, del excesivo celo por ser silencioso y ante la que nada podía hacer. Vamos, que el remedio fuera peor que la enfermedad, más cuando no se sabía si detrás de las puertas había algún oído atento a lo que ocurría en el pasillo.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

ANTES DEL MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Escuchó el movimiento de Anciano Sabio, dejándolo pasar para no estorbarlo en su avance hacia el silencioso pasillo. El dramaturgo, sujetando su ballesta, se quedó en la intersección de ambas direcciones ofreciendo apoyo tanto por un lado como por el otro. Después del estruendoso ruido de las dagas, el silencio reinó en aquel lugar, un silencio incomodo que podía presagiar cualquier desgracia.

Alexei afirmó a los gestos de Enterrador, dejando que él prosiga con su objetivo de escuchar algún sonido a través de las puertas mientras le cubría las espaldas.

<< Si nos cubrimos las espaldas y nos ayudamos podemos seguir todos vivos, tenemos que evitar separarnos por el bien de todos. Si hay algunos enemigos tras estas paredes y puertas nos habrán escuchado, puede haber múltiples hipótesis pero dos de ellas son claras; si son seres racionales prepararan algún tipo de trampa para aprovecharse del factor sorpresa y si no, significa que no hay enemigos aparentes en la zona o no lograron escuchar el ruido.  >>

En una distancia prudencial, cuando Enterrador pasó por su lado le susurró – Anselmo deberíamos ser sigilosos hasta llegar al objetivo que sería el despacho de la Administradora, si no hacemos saltar ningún tipo de alarma podríamos hacernos con la documentación y evitar enfrentamientos. Por otro lado, si el sigilo no es factible sería aconsejable mirar cada una de las habitaciones y evitar encuentros posteriores… o atrancar las puertas para que no puedan salir y no nos sorprendan – comentaba algunas ideas mientras se mantenía en la misma posición, ofreciendo cobertura por la retaguardia del grupo.    

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

ANTES DEL MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Durante largos segundos después del estruendo de Buscador, el grupo esperó algún tipo de reacción de las habitaciones contiguas. Mas nada pasó.

Enterrador optó por ir observando e investigando en las salas anteriores al despacho de la administradora Losandro. Era importante alcanzar los archivos, pero aun lo era más hacerlo con seguridad, sin dejarse peligros a sus espaldas. Lo idóneo sería avanzar estancia por estancia, asegurando la zona, antes de acceder a la sala de registros.

Indicando a Requiem que vigilara el pasillo izquierdo a partir de la puerta norte de la biblioteca, el vigilante se dedicó a afinar sus sentidos para tratar de percibir peligros en las habitaciones a los lados del pasillo que desembocaba en el despacho de Losandro.

Mientras inspeccionaba una puerta y contemplaba cómo al fondo del pasillo izquierdo, pese a haber sufrido un derrumbe, el pasillo continuaba a otra sala, sintió la presencia del dramaturgo. Este le susurró algo y Paddock no pudo por menos que esbozar una sonrisa irónica.

- ¿Ser sigilosos? - preguntó con cierta sorna -. Bueno, el factor sigilo se fue al carajo hace un minuto. Lo que nos aceche por aquí, si es que hay algo, ya nos debería de tener situados. Así que no me preocuparía mucho por ser sigilosos - sentenció, hablando en voz baja en todo momento, pese a lo afirmado.

- Y sí, lo mejor es que miremos las habitaciones antes de alcanzar la sala de registros. Y en eso estamos, Alexei. Pero antes aun de abrir ninguna, mejor tratar de percibir algo en ellas que nos ponga sobre aviso - apuntó -. Y en el momento en que lo hagamos, abrirlas de una en una y todos centrados en cada. No seamos como cabras, que cada una va a su peña, y atraigamos peligros simultáneamente - finalizó antes de proseguir observando las puertas, a excepción de la del fondo del pasillo izquierdo, junto a los derrumbres. Esa la dejaría para el final.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

ANTES DEL MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Por un momento parecía que iban a dispersarse y el Anciano Sabio sintió el impulso irreflexivo de acercarse a Tormento. Finalmente se reagruparon y comenzaron a examinar las estancias de forma ordenada.

La primera oficina a la que accedieron contenía, cómo no, dos cuerpos sin vida. Anciano Sabio apretó con fuerza el símbolo de Pharasma entre sus manos. ¿Acaso no había más que muerte y sin sentido en aquel lugar en el que parecía que hasta el objeto más insignificante conspiraba para acabar con ellos? Con un suspiro se adentró en la habitación para examinar los cuerpos y contrastar lo que pudiese apreciar en los cadáveres con la opinión de Enterrador.

-Déjenme pasar, por favor. Veamos qué podemos averiguar de sus muertes.

Y después de rezar una breve plegaria por sus almas, comenzó su análisis.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

ANTES DEL MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Réquiem se acercó al grupo para quedarse con sus compañeros y decidir los siguientes pasos a realizar. Ya hicieron una pequeña batida por el pasillo para investigar las puertas y por el momento no había pasado nada, ni había indicios de enemigos por la zona, aunque tenían que tener en cuenta el rastro que había en el suelo hacia una de las salas. El último paso que debían de realizar, era investigar cada una de las habitaciones para evitar sorpresas posteriores a la entrada de la sala de la administradora.  

Alexei afirmó a la idea de Enterrador, apoyaba dicha decisión y allí se encargó de cubrir con su ballesta, avanzando hacia la sala C10. Al abrir la puerta Réquiem se movió hacia un lateral para tener visión del interior y disparar la ballesta en caso de ver un enemigo, por suerte no había sido así. Los ojos del dramaturgo pudieron distinguir dos escritorios entre grandes archivadores y estanterías llenas de documentos. En los escritorios permanecían dos cadáveres y al escuchar las palabras de Anciano Sabio le dejó sitio para que así pudiera investigarlos, pero Alexei estaba atento por si se movían cargar contra ellos con la ballesta, pero no se movieron. 

Réquiem aprovechó la calma de aquel lugar para mirar los documentos que había por las estanterías y archivadores, la mayoría de ellos eran documentos que redactaban observaciones y protocolos del asilo, no encontraba nada destacable. Otros escritos eran evaluaciones psicológicas de pacientes, no había nombres ni ninguno le llamaba la atención.

- Todo es muy antiguo – murmuró mientras negaba con la cabeza.

Continuó rebuscando y detrás del escritorio pudo encontrar una vara de tejo, grabada con el símbolo de Sarenrae. Alexei se agachó y sujetó el bastón logrando encontrar una nota escrita y la leyó.

<< Una vara con la simbología de Sarenrae…  de un tal Mister Lantz.. ¿Le debieron de confiscar el bastó? O tal vez lo dejó escondido detrás del escritorio… >>

Sin perder tiempo se guardó la vara y se puso a rebuscar entre los archivos para ver si encontraba el nombre de Mister Lantz. 

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

BIBLIOTECA.

Con tres hombres poniendo sus respectivos pares de ojos al servicio de la ingrata tarea, aunque no en pocas ocasiones lucrativa, de revisar cadáveres y las que fueron sus pertenencias en vida, Buscador consideró que sumar también sus ojos no iba a contribuir a reducir en nada el tiempo que ya dedicaban sus compañeros, pues no era esta -la de mirar- una de esas labores en las que existía entre gente y tiempo una relación inversamente proporcional. Así pues dedicó sus esfuerzos a la tarea más pulcra y limpia -y con algo más de prestigio- de chupatintas, revisando unos papeles tras los que llegó la revelación -a quien fuera le dejaba juzgar si divina o no- de que no existe directa relación entre tiempo invertido y éxito en una misión.

- Al oeste mejor- respondió a Enterrador.

No olvidaba que en la puerta en aquella dirección comenzaba o terminaba el mucoso rastro del que se había percatado antes de la cacofonía armamentística de la que había sido autor.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

BIBLIOTECA.

Intrigado por los orificios en la base del cráneo, Anciano Sabio tomó al peso la cabeza de uno de los doctores y se dio cuenta de que faltaba parte del cerebro. ¿Por qué sería? Lo habrían devorado y ¿qué clase de criaturas? ¿serían gusanos dentados que seguían dentro, usando el craneo de madriguera? Por un momento imaginó que de los orificios saltaba desde la oscuridad hacia su ojo. Dio un respingo ante aquella visión y se dirigió al otro doctor. Ahora sentía la necesidad de verificar que no había una criatura allí dentro. Temeroso agarró el cráneo del segundo hombre con las dos manos, con los brazos extendidos y manteniéndolo lo más alejado posible de sí mismo. A pesar de su poca fuerza, el miedo le hizo apretar aquel cráneo que estalló como un melón podrido llenando la mesa y a él mismo de grisácea masa encefálica con coágulos de sangre. Anciano Sabio ahogó un grito de horror al sentir el contacto de aquella repugnancia blanda. Se limpió rápidamente horrorizado de que entre aquellos sesos hubiese gusanos que se quedasen en su barba o en su ropa. Y salió de la habitación consternado y tembloroso.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

BIBLIOTECA.

Alexei llegó a la conclusión que uno de los cadáveres era el señor Mister Lantz, ya que no encontró ningún registro de nombres entre los archivos y documentos que había en la habitación de los dos cuerpos que yacían sobre los respectivos escritorios.

- Curioso y tétrico… - comentó a las palabras de Enterrador sobre la información que había ofrecido Anciano Sabio . – Sea lo que sea… si nos los encontramos me preocuparé de mantenerlos lejos de mi cabeza – el joven dramaturgo tenía aquella idea bien clara.

Réquiem al finalizar la investigación en la pequeña habitación decidió salir del lugar para reagruparse con el señor Anselmo Padock. Una vez al lado de Enterrador, se giró para seguir cubriendo ambas partes del pasillo en la intersección.

<< Espera… ¡La vara! >>

Entre tanta concentración rebuscando  el nombre del propietario de la vara, se dejó dicho objeto encima del escritorio. Hizo un gesto a Enterrador indicándole que iba de nuevo al despacho. Avanzó por el pasillo y entró en la sala para sujetar la vara y guardarla. En su mente seguía la simbología de la diosa Sarenrae, aunque la nota dijera que ese lugar no era de fe, en esos momentos la fe era lo último que uno podía perder, se podría hasta decir que era el único camino para no perder la cordura y estar con los pies a tierra.

<< Será coincidencia o estaría escrito que me encontrara la vara… o mejor dicho, con la simbología que hay en ella. No me considero una persona de fe, pero… nunca es tarde para estas cosas. ¿Debería de sincerarme en creer en algo antes de que sea demasiado tarde? ¿Una posible redención de todo lo que haya podido hacer en mi pasado?  >>

Llegó junto al grupo y observó a los compañeros que se habían centrado en la intersección del pasillo.

- Si la última sala hacia el norte era el despacho de la Administradora, tal vez haya un tope, si nos abrimos hacia el oeste, puede que haya otro frente abierto sin ningún límite cercano. Propongo inspeccionar la parte del norte, abriendo todas las salas y luego abrirnos hacia el oeste – era su opinión, pero si decidían ir al norte no iba a oponerse, eran un grupo y debían de seguir juntos sí o sí.  

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Anciano Sabio estaba ya en el pasillo junto a Enterrador, terminando de limpiarse lo mejor que podía la repugnancia orgánica que le había salpicado, cuando Requiem volvió por una vara. El repentino aprecio que mostró el bardo por aquel objeto despertó la curiosidad de Anciano al que bastó una mirada para identificar la simbología de la Diosa Solar.

-Sarenrae, también conocida como La Flor del Amanecer, La Llama sanadora o La Luz Eterna. Una Diosa extranjera que hace siglos fue acogida por las gentes de Ustalav. No es una Diosa tan auténtica como Pharasma, pero comparte con ella su cruzada contra las abominaciones antinaturales de los no muertos y a quienes hacen que se alcen los que deben yacer en la tierra. Si no tienes inconveniente, será mejor que yo custodie la vara. Llegado el momento, el poder de Sarenrae será canalizado con más facilidad a través de alguien cuyo credo también consiste en combatir a los no muertos.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Réquiem escuchó las palabras de Anciano Sabio, es más, el joven dramaturgo atendió a cada una de las frases que dijo el hombre. Sujetó la ballesta con una mano mientras sacaba la vara con la otra y la inspeccionó en su plenitud, fijándose en la simbología de Sarenrae. Una mezcla de pena y duda se le veía en el rostro de Alexei, como si no quisiera desprenderse de aquella vara pero las palabras de su compañero tenían todo el peso de la razón y verdad.

Después de unos segundos de duda, alargó el brazo para extender la vara a Anciano Sabio y así ofrecérsela. – Tienes razón, seguro que estará mejor custodiada en tus manos que en las mías – su voz sonaba algo abatida, como aceptando una realidad que no quisiera que fuera verdad.

- Cuando acabe todo esto… o tengamos algún tiempo de paz. ¿Me podrías hablar más sobre Sarenrae? – esperó la respuesta de Anciano Sabio para proseguir con el camino.

Después de las palabras del hombre de avanzada edad, sujetó de nuevo la ballesta y se encaminó para cubrir los pasos de Anselmo Padock y Tormento de Tinieblas.  Se quedó a una distancia prudencial, fijándose en ellos dos para ver si hacían una señal que indicara que todo estaba tranquilo o tal vez que hubiera enemigos cerca.

El avance del dramaturgo era lento y cuidadoso, no quería ser una molestia y taponar el pasillo, se mantenía en un lateral para no estorbar y así inspeccionar el derrumbe. 

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

A Anciano Sabio le complació la reacción de Requiem cuando este mostró interés en el objeto y aceptó entregárselo entendiendo que estaría mejor en sus manos. Pero luego su petición le pilló desprevenido. -¿Hablarle de Sarenrae? ¿Para qué? Pharasma era la verdadera Diosa a la que todo hombre debía adorar por encima de cualquier otra. Pharasma, la que juzga a los hombres tras su muerte y acompaña sus almas al más allá.- Por un instante su rostro se torció en una mueca de desaprobación, pero enseguida recobró la compostura.

-Por supuesto. Te hablaré de Sarenrae si es lo que deseas.

¿Por qué no? Claro que podía contarle muchas cosas de Sarenrae y su iglesia. Requiem parecía despierto. Y a los hombres despiertos basta contarles la verdad para que ellos mismos tomen decisiones acertadas. Y adorar a Pharasma sobre todas las demás deidades era lo más sabio.

Tomó la vara y avanzó tras Requiem procurando, al igual que este, no ser una molestia.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

El mago nigromante había guardado silencio desde que las circunstancias le habían obligado a abandonar, sin más examen que un mero vistazo, aquella biblioteca. ¿Cuántos tesoros, cuánta información, estaban dejando atrás? Esa sensación se hacía más desagradable cuando pensaba en esa pequeña medio rata artera a la que habían perdonado la vida, a pesar que ninguna información les había dado. Si por él fuera....

Eso, Nigromante, si por tí fuera, ¿qué? ¿qué hubieras hecho? El pensamiento que había atravesado su conciencia con más fuerza que los ruidos causados por Gabriel. Al fin y al cabo trataban de algo en lo que no había podido pensar aun. ¿Quién era? El resto de sus compañeros iban sabiendo cosas sobre su identidad, pero él no tenía ningún dato de comparación. Por un instante hasta se planteó, seriamente, causarse un daño importante, por ver si él también "atravesaba" el velo, pero se contuvo, no por instinto de autoconservación (descubrió que quería vivir, y no le gustaba el dolor, pero que ello no era menor para él que su sed de conocimientos; curiosamente eso lo tuvo más claro que su bondad o maldad con la medio rata; y curiosamente tampoco fueron impostadas las dudas que tal circunstancia le provocó) sino por una mera prudencia. ¿Acaso no era posible que ese viaje perturbara de alguna manera los espíritus de los involuntarios viajeros, o más aún, que perjudicara la propia estructura de los planos? No había suficientes datos como para saber qué actuación era la idónea, con lo que debían esperar.

La vara, tomada por el Anciano, hizo que Nigromante saliera de su silencio, y le tocó el hombro al sacerdote de Pharasma.

- En algún momento tranquilo- le dijo en un susurro- si quieres puedes dejarme la vara y trataré de descubrir sus propiedades, si es que las tiene.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

- "Eh, Pie Izquierdo, socio. Esto no me gusta. Ese moco químico huele a formol o algo así. Por aquí hay algo que no nos va a gustar nada." -

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Las palabras de Hombro Izquierdo tensan al mago, de inmediato. Una amenaza que, sin duda, tiene relación con el rastro de limo que lleva al armario, y con olor que su familiar ha detectado.

- Cuidado- musita entre dientes de forma, quizás, algo innecesaria. No puede olvidar que tanto Anselmo como Tormento de Tinieblas han resultado ya heridos, y no quiere que vuelvan a exponerse. Aunque la verdad es que no depende de ellos.- Ambos habéis sufrido heridas- sigue diciendo en voz baja- Algo peligroso puede estar en ese armario, Hombro Izquierdo tiene razón. No creo que debáis ser vosotros los que os arriesguéis a abrirlo.

Mientras habla, con los sentidos en alerta, observa con cuidado la habitación y, especialmente, la zona cercana al armario donde termina el limo.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Enterrador se encogió de hombros laconicamente ante las palabras susurradas por Nigromante.

- ¿Acaso hay otra opción? - preguntó el vigilante en el mismo tono de voz. En efecto, estaba herido y Tormento también lo estaba. Pero posiblemente ellos, junto a Buscador, eran los más aptos para combatir al cuerpo a cuerpo. Y el que abriera la puerta del armario eso es lo que tendría que hacer.

A pesar de todo, el arcano tenía razón en una cosa que podía remediarse. Al menos en su caso. Su mano buscó en un bolsillo y extrajo un frasco, el último que le quedaba, lo abrió y se lo bebió. Esperaba que ayudase.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Pero él soñaba.

Quizás esa frase condensaba todo el sentir que, en ese preciso instante, cuando el recuerdo le atravesó como una espada, deslumbraba la mente de Nigromante, obligándolo a enmudecer, impidiéndole dar respuesta a las palabras de Anselmo, impidiéndole como había pensado encargarse él, tras quizás algún conjuro de protección, de abrir la maldita puerta del armario.

¿Qué te mataría a ti? La capciosa pregunta formulada por su mente. El olor a formol, y a otros productos químicos, que ahora, golpeaban su pituitaria como si se encontrara allí, como si...

No pudo reaccionar, no pudo decir nada. Inconscientemente, como si tratara de protegerse, agarró con su mano izquierda (en la derecha seguía asiendo la daga mágica) el amuleto de Pharasma. 

¿Quien soy? ¿qué soy? La pregunta siguiente, formulada por una mente bloqueada, una y otra vez.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

<< Todo esta derrumbado… ¿Qué debió de suceder aquí dentro? ¿Cuál es el origen de todos los temblores que ocasionaron todos estos desperfectos? ¿Qué les paso a todas las personas que residían en el asilo y no lograron buscar cobijo en algún rincón? ¿Quién está detrás de toda esta barbarie? >>

Alexei apretó la mandíbula a la vez que avanzaba por el pasillo, siguiendo a Anselmo Paddock y Tormento de Tinieblas con la ballesta alzada, cubriéndoles. Apuntó al interior de la habitación cuando abrieron la puerta y al ver que no sucedía nada se quedó cubriendo el pasillo a la espera de que fueran entrando sus compañeros.

Avanzó hacia el interior de la sala de conferencias, viendo como sus compañeros se centraban en un armario cerrado. Réquiem buscó una posición aceptable y apoyó la rodilla en el suelo, apuntando con su arma al armario. Se había colocado de tal forma que ninguno de sus compañeros le estorbara en un posible disparo hacia el mueble.

<<  Sarenrae… espero algún día poder escuchar más de ti… >>

Se quedó en silencio atento a cualquier ruido que hubiera en la habitación, centrado en el armario a la espera de que sus compañeros abrieran las puertas y así desvelar si había algo o no en su interior.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Su expedición al frente, hasta el despacho cuya placa había conseguido desentrañar en la distancia, se saldó con una ausencia completa de acompañantes con excepción de Anciano Sabio. Resignado, dio media vuelta para agruparse con el resto. Era muy consciente que la disgregación jugaría en su contra y que los debilitaría. 

-Hay que abrirlo. No hay más remedio, Nigromante. Este es un camino en una sola dirección, un camino en el que todos los obstáculos deberán ser vencidos o superados paso a paso, si queremos salir no solo con vida, sino de aquí. Pero tienes razón en algo. Debería hacer algo por mis heridas. Quizá como él beber alguna poción sanadora. De todos modos, debemos ser precavidos. Esa baba en el suelo, similar a la de una babosa quizá sea tóxica al contacto. ¿Alguien sabría determinarlo? -preguntó ante el recuerdo de los cadáveres recién vistos.

LOS MUERTOS NO SUEÑAN:

INVIERNO, AÑO 4711 RA.

SEGUNDO DÍA SIGUIENTE AL DESPERTAR. FECHA PROBABLE: 5 DE ABADIO.

MEDIODÍA.

PASILLO CENTRAL.

Anselmo giró brevemente su cabeza ante el comentario del recién llegado Tormento. Retornó su atención al armario, de nuevo, y habló en voz baja.

- Es desinfectante, creo - afirmó con cierta seguridad -. O un componente similar. Estoy seguro haberlo empleado muchas veces en el pasado, pese a que ahora no lo recuerde. Lo usaba para limpiar los lugares después de tratar los cuerpos. Puede llegar a ser muy corrosivo y... tal vez inflamable - terminó de decir lentamente hasta enmudecer, volviendo a girar su cabeza hacia atrás y mirando de nuevo a Tormento, significativamente.

- ¿Alguien puede encender una antorcha? Por probar.