Partida Rol por web

El pequeño de los Foster aguardaba, recostado en el interior  del Cadillac, que el vigilante se dirigiera en cualquier momento a su posición. Estaba seguro de que lo habia visto, y también de que había sido el tipo que los observaba quien le había avisado. Sin embargo,no tarda en incorporarse inquietado: para su sorpresa, el guardia se dirige sin vacilar directamente hacia donde Roger y Barry intentaban voltear la valla. Debía haberlo supuesto, el tipo le ha tenido que advertir también de que además de su vehículo aparcado, dos tipos intentaban colarse en la fábrica...

¡Mierda! -masculla abriendo la puerta del coche, y recogiendo las llaves del contacto. El motor, ahora apagado, deja de temblar, y un silencio todavía más incómodo se hace en la calle. Ese malnacido debe de estar regocijándose con su jugada... Al salir lanza el cigarro que apenas había empezado, sin preocuparse mucho de donde caia, y vuelve a cerrar la puerta. Ahora su única preocupación era alertar a tiempo a sus hermanos antes de que llegara el guardia, por lo que se encamina a paso ligero hacia donde se encontraban.

Ted marcha apresurado dejando la marca de sus pasos sobre el pavimento nevado. Avanza a zancadas acercándose hasta donde sus hermanos se hallaban escalando la alambrada, tenía que avisarles cuanto antes.

-¡Eh! ¡Eh! ¡Roger! ¡Barry! - cuchichea al llegar a su posición. -¡El guardia viene! ¡tenemos que largarnos!

Barry todavía esta luchando por trepar la alambrada, mientras sus manos resbalan en cada intento que hace por subir, mientras Roger lo hace sin mucha dificultad, llegando hasta la cima rápidamente, cuando algo les llama la atención y les hace detenerse.

Ven a Ted acercarse rápidamente y sin preocuparse demasiado en hacer silencio y pasar inadvertido, y lo que dice no es muy tranquilizador.

Ted se acerca lo suficiente como para darle las nuevas noticias a sus hermanos, pero no lo hace de manera muy silenciosa. Su voz se escucha mucho mas en medio de aquel silencio, ademas de que el guardia llega a verlo antes de alcanzar a sus hermanos. Pese a que la posición en la cual están ahora les permite mantenerse ocultos a la mirada del guardia, tampoco pueden verlo a él desde ahí, pero si logran oír su voz que exclama a la vuelta de la esquina.

- ¡¿Quien anda ahí?! - dice la voz seca del guardia, un hombre mayor que parece estar mas cerca de su jubilación a andar por ahí correteando a ladrones. Tras aquellas palabras el guardia asoma a la vista de los tres, iluminándolos con su linterna, atrapando con las manos en la masa a Roger, quien aun esta en lo alto de la alambrada, sin decidirse entre saltar a un lado o a otro, y a Barry y Ted debajo. Los tres se ven sorprendidos, la luz de la linterna les encandila unos segundos mientras el guardia, cuya silueta se dibuja varios metros detrás de la alambrada, dentro del complejo, los observa. No se demora mucho en dar la vuelta y comenzar a alejarse, lentamente, de nuevo hacia la caseta. El hecho de que no llevara una radio con él, y de no parezca estar en condiciones para hacerle frente a nadie, ademas de no llevar un arma, da a entender que va a ir por algun tipo de refuerzo.

El negro no se lo piensa sale corriendo detrás del guarda.

Eh eh, no corra hombre.

Esprinta para acercarse más pero cuando esta casi al alcance de la mano frena la carrera para mantenerse a su lado.
La estrategia de entrar a hurtadillas ya se ha ido al garete, ahora tendrá que probar otra cosa, y había cosas que era mejor hablarlas. Por mucho que quisiera vengar a su hermano, eso no iba a ser a costa de la salud de ningún buen ciudadano.

Disculpe es susto buen hombre, no tiene que tenernos miedo. Bueno, aunque seguramente pensara que somos una panda de chorizos.

El hombre no se paraba, miraba por detrás del hombro mientras corría, pues un hombre de color de casi dos metros le venía siguiendo la pista.

Caballero, no hace falta que se asuste se lo digo en serio. Si fuera un chorizo, ya le habría disparado o algo de eso.

Sus palabras no tenían efecto, así que corrió todo lo que le daban sus jóvenes y fuertes piernas para adelantarlo y ponerse delante de él. Así que durante unos segundos hubo una pelea de corredores de fondo luchando por llegar a la garita lo antes posible.

Barry se planta de golpe delante del viejo y este intenta esquivarlo, resbalando por la nieve y cayendo de culo al suelo.
El joven de color, encorvado tarda unos segundos en recuperar el aliento. Mientras sus pulmones buscan aire, que a aquella temperatura hace más daño que bien, levanta las manos con las palmas hacia afuera para que el señor vea que esta desarmado. Aunque tratándose de un hombre de su complexión eso era una verdad a medias.

Sé que no quiere escucharme, pero quiero que mire mi cartera. Uffff.

Resoplo mientras se saco del culo la cartera y la mostro a la luz de la farola cercana y la abrió. Luego se la tiro delante al hombre.

Sé que será difícil de creer, pero yo trabaje aquí. Soy hermano de Terry, el hombre que murió hace poco. Puede que no esté al tanto, pero mi hermano y mi padre trabajaron aquí durante toda su vida. No hemos venido a robar, tenemos un problema, y necesitamos su ayuda.

Se tomo otro momento para hacerse un poco para atrás y dejar espacio al viejo para que se levantara si quería, mientras Ted se acercaba ya a donde él estaba. Le hizo señas para que bajara el ritmo, pues no quería intimidar a aquel hombre más de lo que ya podía estarlo.

Ufff, mire tiene mi cartera, y no voy armado. ¿Digo yo que no será tan malo hablar conmigo un poco?

Esperaba la respuesta del hombre mientras nubes de vaho salían de su boca y notaba el sabor a sudor en los labios después de la carrera. Podía tener una oportunidad, o podía ser que el hombre no atendiera a razones, pero lo que Barry tenía claro que había cosas a las que no llegaría para conseguir la verdad.

Roger se acercó con cuidado, aunque abandonando ya del todo la intención de ser sigiloso. Iba tras su hermano Barry, intentando permanecer en un segundo plano, por lo que no dijo nada y procuró no parecer amenazante.

Lo que estaba haciendo Barry era peligroso. Muy peligroso, de hecho. Pero ya estaba hecho y lo que no iba a hacer Roger de ninguna manera era dejar a su hermano en la estacada, por muy mal que salieran las cosas.

No otra vez.

El hermano pequeño sale corriendo sin pensarlo mucho tras Barry. No sabe lo que su hermano quiere hacer, pero sólo espera que no sea ninguna locura. El pobre hombre que estaba de guardia no tenía por qué verse en problemas con ellos, hoy habían hecho cosas de las que quizás luego no se sintiera demasiado orgulloso, pero también sabía que había una línea que no tenía pensado traspasar. 

Se para tras el guardia, a poca distancia a su espalda. Al escuchar lo que su hermano le dice no tiene nada claro que eso no fuera realmente también otra locura ¿confesarle directamente quienes son cuando les acaba de pillar en un intento de allanamiento?... Pero ya está hecho, Barry lo acaba de hacer, y ahora sólo espera que el vigilante confíe algo en ellos, en la franqueza de Barry. Si alguien podía convencerlo era él.

No quería que las cosas se complicaran más de lo que ya estaban, porque lo estaban, y había algo que necesitaba decir a ellos dos. Al ver acercarse al mismo tiempo a Roger, aprovecha para murmurarle unas palabras en voz baja.

-Alguien ha avisado al guardia por teléfono, nos están vigilando desde un coche aparcado en la calle de arriba... -musita rápidamente a poca distancia de Roger, mientras su otro hermano intenta convencer al hombre 

La expresión pétrea de Roger se ve atravesada por un rayo, y musita atropelladamente.

-¿La pasma? Mierda, Teddy, mierdamierdamierda. Tú mira por si ves aparecer al coche, yo vigilo al guardia. Si le veo que hace algo sospechoso, me voy a abalanzar sobre él.

Ted no para de mover los ojos entre el guardia y su hermano, serio -¿La pasma? No se, no se, nonono no creo, antes de llamar al guardia me han llamado también a mi móvil amenazando para que dejemos de remover la mierda...

Sin embargo, asiente a lo que le propone su hermano. Tras las breves palabras camina unos pocos pasos, pendiente del guardia y Barry, alejándose en dirección a donde el coche podría aparecer. Se pasa una mano por la frente, sin saber qué pensar. No quería que a Roger se le fuera la mano...

El guardia de seguridad, un tipo claramente mayor, mas cerca de su retiro que otra cosa, y que esta en evidente desventaja respecto a los tres intrusos que tratan de colarse dentro de la fabrica, se hace a un lado cuando Barry intenta interceptarlo, pegándose junto a las alambrada y tomando la linterna con ambas manos, como si se preparara para asestar un golpe ante cualquier movimiento, aunque parece bastante consiente de la desventaja en la que se encuentra, no da la apariencia de ser muy flexible, parece dar mucha importancia a su trabajo.

Sin embargo escucha las palabras de Barry mientras lo mira fijamente, no sin dejar denotar cierto temor en su mirada.

Mientras tanto, Roger se acerca lentamente al lugar, aunque mantiene las distancias a la vez que habla con su hermano Ted, charla que el resto parece no llegar a escuchar.

Tras las palabras de Barry, el guardia no parece cambiar su reacción, sigue inmóvil y con su linterna en mano, aunque tampoco se mueve.

- No... - titubea – no me importa quienes sean, esto es propiedad privada, así que largo, o llamaré a la policía – dice de manera inflexible, sacando fuerzas de su cuerpo, cansado y tembloroso por el frío, aunque en aquellas palabras se puede notar que el viejo guardia se muestra generoso al dejarlos ir como si nada hubiera sucedido.

Tras las palabras del guardia, pueden ver como del otro lado de la cerca y justo detrás de él, por la calle, aparece un automóvil, un Ford Escort modelo 98, color ocre, el cual pasa lentamente por la calle frente a la fabrica. Los vidrios empañados y la oscuridad del lugar no deja ver cuantas personas van dentro ni mucho menos quienes son. Todos notan la presencia de aquel vehículo, todos salvo el guardia, que no deja de mirar a Barry tras sus ultimas palabras. El coche pasa lentamente por el frente de la fabrica, casi a paso de hombre, para luego acelerar y perderse de vista.

Barry levanto una mano frente a sí, para mostrar la palma vacía al guarda, y poder explicarse lentamente. No hizo, ni pretendía hacer nada que el hombre mayor pudiera interpretar como una amenaza.
Relajo el cuerpo, lo que pretendía era simple, quería convencer al tipo, que eran gente lega, intentar hacerle ver, que no eran delincuentes, que eran simplemente gente necesitada.

Tranquilo, ya le he dicho quien soy.
Yo trabaje en este lugar. Mire, sé que mi vida y la de mis hermanos no le importara lo mas mínimo, y puede que hasta no sepa quién era Terry mi hermano mayor. Es más, puede que el hecho de que sea negro lo tenga confundido. Soy adoptado si es lo que se le está pasando por la cabeza.

Nos iremos, no le quepa duda, y es más, no pretendemos hacerle ningún mal ni poner en juego su trabajo. Nos intentamos colar, eso es cierto, pero era para no meterlo en problemas, problemas que ya le estamos causando, y de veras lo siento.

Hizo una pausa tomo aire, y dio otro paso atrás.

Mi hermano era Terry Foster, el que está dentro de la valla, es Roger Foster, y ese de ahí, es Ted Foster. A Terry lo asesinaron ayer unos sicarios, delincuentes de poca monta que dicen que les encargaron liquidarlo, y eso solo puede ser por algo que tenga que ver con esta empresa. Porque en casa a dejado a una mujer y una niña pequeña sin un céntimo.

Señalo la fábrica mientras miraba recordando los días que había pasado allí. Recordando cosas importantes.

Yo trabaja aquí, si quiere mañana pregunte a Bob, el guarda de la mañana. Sé que tiene una esposa, y una hija en la universidad, y que su cojera no es por jugar al Football americano, sino de una caída intentando socorrer a una niña pequeña. No le miento, he vivido toda mi vida en este barrio, mi padre trabajo aquí, y lo mismo yo y mi hermano Terry.

Meneo la cabeza, no estaba seguro de conseguir nada, el hombre, a cada segundo que pasaba se quedaba más callado, y Barry empezaba a temer que no quisiera saber nada de ellos.

Bueno, mire, voy a ir delante suyo hasta su garita, con las manos en la cabeza, allí dejara salir a Roger, y nos iremos por donde hemos venido. Usted no tiene porque ayudarnos a averiguar quién mato a nuestro hermano.

Empezó a caminar, haciendo un gesto a Ted para que fuera a su lado. No le había pasado por alto el coche yendo despacio por la zona. No sabía si los tipos a los que habían dado la paliza podían estar siguiéndoles, no eso no podía ser cierto, seguramente empezaban a ver fantasmas en cada esquina.

Ahora lo importante era salir de allí, ya buscarían la manera de volver por la mañana y enterarse de lo que pudieran. Pero quedaba claro, que no eran ni delincuentes, porque algo tan sencillo para unos chavales como meterse en una fabrica vieja, no eran capaces de hacerlo. Y tampoco eran detectives, porque no sacaban nada en claro e iban dando palos de ciego.

Mientras su hermano continúa intentando explicarse de forma desesperada al guardia, Ted se acerca un poco a vigilar la calle. Tal y como temía, apenas ha comenzado a caminar, un coche no tarda en aparecer por la desierta calzada, pasando lentamente. El Foster queda inmóvil observándolo, con la respiración contenida. Estaba seguro de que quien estuviera en el coche también los observaba a ellos, estaba absolutamente seguro, y frunce el ceño intentando escrutar el vehículo.

No le gustaba nada ver que estaban siendo vigilados de esa manera, pero al mismo tiempo sabía que eso debía de ser porque a quien seguían tampoco le agradaba tenerlos a ellos detrás. Es el juego del ratón y el gato, y Ted lo va a seguir, sean las que sean las consecuencias.

Después de observar fíjamente cómo el coche atravesaba la calle, queda unos segundos pensativo, con la vista puesta en donde el coche acababa de desaparecer. Luego de girarse de nuevo, ve cómo Barry le hace una seña para que le acompañe. No responde nada y se dirige hacia él, aunque en sus ojos trasluce un poco de incredulidad ¿No les había dicho ya el vigilante que se marcharan?

El viejo guardia no dice una sola palabra tras el discurso de Barry, aunque lo escucha atentamente, o al menos con la misma atención que había mantenido hasta entonces, pero antes de que pudiera decir nada ya los esta acompañando hacia la salida, aunque manteniendo la distancia y sin dejar de alumbrar a los tres con la linterna en ningún momento.

Tras unos pocos metros, los tres finalmente se vuelven a encontrar fuera de la fabrica, del otro lado de la alambrada, frente al puesto de guardia y sobre el pavimento de la calle que lleva al estacionamiento del predio.

El guardia se queda a un lado de la casilla, aun alumbrando a los tres con la linterna y sin dejar de mirarlos.

- Vamos, largo de aquí, maldita sea, o llamaré a la policía – gruñe, mostrando que le da igual quienes sean y que hacen ahí, y que lo único que le interesa es que se larguen y dejen de molestarlo, algo bueno, después de todo, pues muestra mayor compresión de lo que podría haber mostrado otro guardia.

No hay rastro del vehículo, parece haber acelerado la marcha luego de su paso frente a la fabrica, y ninguno logró ver algo llamativo en él...

Salvo por Ted, quien logro divisar un detalle que, cuanto menos, le llamó la atención, y es el hecho de que el vehículo no llevara matricula.

Se les habían vuelto a torcer los planes de nuevo, pero Ted estaba decidido a continuar de todas las formas posibles. Mientras se acercaban afortunadamente al coche, ya lejos del guardia, comienza a hablar. Tenía unas cuantas cosas que decir:

-Tenemos las llaves y la dirección del hijoputa ese del negro ¿no? Yo digo que vayamos allá ahora mismo... Joder, sabemos que nos están vigilando- se gira hacia Barry- ¿has visto el coche ese que ha pasado? Pues iba sin matrícula, y han sido ellos mismos los que han avisado al guardia de que estábamos aquí, me juego el cuello, estaban aparcados ahí atrás... Joder, si también me han llamado al puto móvil justo antes amenazando para que dejáramos todo esto correr y que os convenciera de que no removiérais nada... ¿cómo coño habrán conseguido mi número?- se interrumpe preguntándose a sí mismo. -Yo no se vosotros, pero no pienso dejarlo correr... no, una mierda voy a dejarlo correr... Vamos a donde vivía el negro,  si no vamos ahora igual perdemos la oportunidad de encontrar cualquier cosa, a no ser que tengáis otra idea mejor... pero vámonos ya antes de que el viejo cambie de opinión... -dice lanzando las llaves del automóvil por el aire a Roger