Partida Rol por web

Historias del Dominio

Bajo las estrellas

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02/07/2018, 23:14
Aldern Dayne

Aldern sintió un cierto desasosiego al llegar ante aquellas puertas. Sin embargo, mantuvo el tipo. Dejó que el soldado avanzase delante y avanzó con calma, dejándole el tiempo necesario para dar luz a su camino.

Las palabras de Allyria sacaron al muchacho una sonrisa un poco distraída, pues parte de su mente ya estaba pensando más en la cripta familiar y en la esperada y al mismo tiempo inesperada visita a los huesos de su padre. Aún así despegó sus ojos de las escaleras un instante para mirar profundamente a su prima.

—¿Mejor que yo mismo? —preguntó mientras su sonrisa se hacía más presente y se torcía un poco—. Ya te gustaría.

Después de eso sus ojos no tardaron en volver a la piedra. Siguió descendiendo aquellas escaleras, y al llegar a la sala circular no miró al guardia cuando esperó una señal para retirarse, sino que dedicó toda su atención a observar las estatuas que los rodeaban.

Los labios de Aldern se habían apretado un poco. Estaba acostumbrado a mostrar poco o nada de lo que sentía, pero también a no pensar mucho en su vida anterior. Durante años había digerido con acidez su frustración, convirtiendo su cariño en rencor y gangrenando sus esperanzas y deseos. Estar allí era como ver abierta una herida que llevaba años ignorando.

El muchacho llevó su mirada sólo unos segundos hacia la estatua de su padre. Después buscó a Ser Arthur, a quien siempre habían dicho que se parecía, y la bajó al suelo.

—Gracias, Ally —enunció en un susurro, aunque no llegó a precisar por qué. La rodeó con un brazo por el cuello, estrechándola contra él, y permaneció varios segundos así. Después se encaminó hacia el lugar que ella le había señalado.

Aldern no tenía mucha experiencia a la hora de hablarle a los muertos. Sólo había visto alguna vez a su padre hacerlo con su madre, pero él no la había echado realmente de menos. No había sufrido la ausencia de nadie hasta que llegó la guerra, y para ese momento no había tenido oportunidad de llorar a sus muertos más que en silencio y a escondidas. Aquella era la primera vez que estaba ante su padre y el chico ni siquiera estaba seguro de si debía quedarse de pie, sentarse o arrodillarse.

Al final hizo lo primero, con la cabeza baja en señal de respeto. Una parte de sus pensamientos iba hacia el pasado, otra hacia el presente y otra hacia el futuro. Y por supuesto, tal y como Allyria había dicho antes, se preguntaba qué habría hecho su padre en su situación. En ese lugar era inevitable esa pregunta.

Aldern pasó varios minutos en silencio y al final acabó arrodillándose. En parte por cansancio, sí, y también en parte porque era lo que siempre había visto. Pero también en parte para pedir perdón. ¿Por lo que había hecho, por lo que había pensado, o por lo que pensaba hacer? Era difícil saberlo incluso para él. Las emociones se encontraban, chocaban y se difuminaban sin que él supiera muy bien cómo procesarlas. No llegó a usar la voz por vergüenza, por no ser capaz de decirle a su padre según qué cosas en voz alta. Y allí, arrodillado, se preguntó qué habría pensado su padre de él. Si sería capaz de estar orgulloso.

El tiempo se volvió ligeramente difuso. Por primera vez en mucho tiempo Aldern no se preocupaba de qué mostrar y qué esconder. Notaba sus mejillas húmedas y sus puños apoyados en la piedra, ligeramente apretados. Su respiración aún era lenta, pero en ocasiones se entrecortaba un poco. Había llegado a la cripta de su familia con seis años de retraso, y todo lo demás había pasado a un segundo plano. No parecía tener prisa por marcharse.

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05/07/2018, 16:57
Lady Allyria Dayne

Allyria respondió al abrazo de su primo sin decir nada, manteniéndolo hasta que que Aldern se retiró, no sin antes dejarle como prueba de afecto un beso en la mejilla. Se retiró entonces unos metros para darle privacidad, aunque no se alejó en exceso. Desvió la mirada de su primo para conjugar aquella privacidad que le brindaba. 

Mientras Aldern se encontraba en el nicho de su padre, Allyria advirtió al guardia que había iluminado el camino. Intercambió con él unas palabras a las cuales éste asintió marchándose de nuevo. Su prima esperó pacientemente a que Aldern hubiese terminado para recibirlo con una sonrisa tranquilizadora, y sin mediar parabra, se dirigió a la salida de la cripta, tomando del brazo a su primo. Una vez fuera, el calor del verano abofeteó de nuevo el rostro de ambos. 

— Qué harás entonces, Aldern. ¿Te quedarás esta noche, o marcharás a Riverside?— 

La joven regente fue caminando hasta lo que había sido la sala de reuniones del lord, ahora bajo la responsabilidad de Allyria. Los guardias abrieron les abrieron paso, mientras ella tomaba asiento e invitaba a Aldern a hacer lo mismo. 

 

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05/07/2018, 20:32
Aldern Dayne

Aldern percibió la llegada de aquel guardia y en silencio agradeció la discreción con la que su prima se encargó del recado que le hubiera traído. Su mente estaba demasiado ocupada como para girar la cabeza, centrada sólo en lo que tenía delante de manera literal, y detrás de forma figurada. Sin duda no sería el mismo si su padre no hubiera muerto seis años atrás, y también era cierto que habría preferido una vida en la que Ser Samwell siguiera vivo. No había nada que compensase aquello: ni siquiera la venganza. Y él lo sabía. Pero eso no hacía más bajo el precio del perdón.

El muchacho permaneció allí casi media hora, como si quisiera recuperar parte del tiempo que había perdido. A lo largo de ese tiempo sintió su pecho anudarse y desanudarse varias veces, lloró manteniendo la respiración tranquila, maldijo mentalmente y hasta se permitió sollozar en algún momento. Había pasado mucho tiempo asumiendo la muerte de su padre, pero no había tenido que ver Campoestrella sin él. Sabía que había muerto, y su mente lo había incorporado a las certezas que uno tiene en su vida... Pero no era lo mismo que tener sus restos delante.

Una parte de Aldern se quedó en aquel lugar cuando se volvió a poner en pie. En ese momento no pensaba en Lord Everam, ni en sus hijas o su mujer, ni tan siquiera en Carellyn. Aunque para ella sí tuvo un pensamiento un poco más tarde, valorando cómo habría sido que ella lo acompañase a su casa, o que lo esperase fuera de la cripta. O incluso si se la mostraría algún día.

Para cuando el joven se dirigió a su prima ya había vuelto a recuperar la calma. Se había limpiado la cara con la manga de su camisa y llevaba una mirada triste en los ojos. Caminó en silencio, aprovechando el tiempo que les llevó salir para recuperarse poco a poco.

Agradecía la presencia de Allyria. En algún momento se planteó cuántas veces habría visitado ella aquel lugar, cómo de sola se habría sentido durante aquellos años, o si no había sido ella en cierta forma otro tipo de prisionera, quizá incluso con menos libertad que el propio Aldern.

Una vez fuera el chico suspiró. Escuchó la voz de Allyria y la miró entrecerrando un poco los ojos por la diferencia de luz. Apenas tardó uno segundos en contestar.

—Volver el mismo día que me marcho sería casi como despreciar el regalo del Lord —le dijo—. Aunque algo me dice que no tardaré mucho en volver a hacerte una visita.

—Pasaré la noche aquí, si te parece bien. Podemos cenar juntos, y si consigues un violín hasta puedo enseñarte lo que sé hacer con él —propuso. No estaría mal un poco de tiempo de distensión y entretenimiento en lugar de ser todo lamentaciones y planes.

—¿Rendell está en Campoestrella ahora? Podríamos darle una sorpresa —comentó—. Y al maestre Roderick.

—Otra cosa que creo que estaría bien es llevar algún regalo de agradecimiento a los Stronghorse para ir allanando el camino. Aunque acudas al funeral, parece probable que Lord Everam no esté presente. Estoy seguro de que disfrutará mirándote en cuanto te vea, pero así irá descubriendo que las estrellas pueden ser más dulces que ácidas cuando uno las trata como se merece.

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08/07/2018, 23:23
Lady Allyria Dayne

Los criados prepararán tu habitación.— Le dijo a Aldern asintiendo con afabilidad. —Esta noche cenaremos juntos.—

El maestre está por aquí, sí. Supongo que se nos unirá durante la cena. Rendell...no lo sé. Supongo que podría andar también por aquí si no se ha ido de patrulla. Siéntete libre de buscar a quien desees ver. Me temo primo que yo debo supervisar algunas cosas para el recibimiento de Lord Berric. Y pasarme a ver a Eric. No creo que tarde mucho en despertar.— Parecía algo desganada. No era en sí la llegada del lord, sino lo que suponía. Hablar con las cocinas, con los sirvientes para acondicionar su alojamiento, con los ofociales para preparar a las tropas...

Espero que Nora no tarde mucho en regresar. Es mi asistente.— Aclaró.

Balanceó un momento la cabeza mostrando duda sobre el tema de los regalos.

Puede que tengas razón, Aldern, pero ahora mismo la casa ha tenido que afrontar gastos importantes. Si crees que puedes encontrar algo significativamente más emocional que valioso, adelante. Pero si no, mejor esperar. No quiero acudir a prestamistas si puedo evitarlo, y menos para endulzar la boca del caballo.— Dijo ante aquella posibilidad que le agradaba tan poco.

Disfruta un rato de tu casa, Aldern. Con suerte puede que incluso antes de la cena podamos coincidir de nuevo. Mira, si quieres también puedes aprovechar y darte un baño en nuestra poza. Hice un pequeño canal desde el río para traer agua al interior y otro de salida para que se renovase el agua y mantener el nivel. Ahora tenemos un hermoso lago en los jardines. Podríamos cenar allí incluso. Es un lugar magnífico.— Propuso.

 

 

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09/07/2018, 02:40
Aldern Dayne

Aldern asintió a las primeras palabras de su prima. No se lo había planteado hasta el momento, pero realmente tenía ganas de dormir en su habitación. Su verdadera habitación, no esa que Lord Everam le había dado. Echando la vista atrás, probablemente fuese casi el cuarto de un crío... Pero eso apenas importaba en ese momento.

De lo que vino después, la mejor noticia fue, sin duda, la de cenar juntos. Era evidente que Allyria tenía mucho que hacer, y aunque a Aldern no le sobraba el tiempo no tardó en ofrecerse.

—No voy a pedirte que desatiendas nada, pero si hay algo en lo que pueda ayudarte, prima, sólo tienes que decirlo —enunció—. Es una lástima no haber sabido antes que iba a venir, así habríamos podido organizarnos mejor.

Después de eso siguió escuchando a Allyria, asintiendo con cierta gravedad ante la mención de Nora. Por lo que había entendido quizá no fuera sólo su asistente, sino también alguien como mínimo de confianza. Tras esas palabras de ella, cuando empezó a valorar el tema de los regalos, Aldern no tardó en pronunciarse.

—No te preocupes, Ally —dijo sin parecer en absoluto afectado por las malas noticias económicas—. Pensaba en que fuera más un detalle que otra cosa, nada económicamente significativo. Quizá una botella de buen vino que ya tengamos, un plato típico de aquí o alguna otra cosa. —Aldern dibujó una media sonrisa—. Sabré endulzarlo tanto que lo preferirá antes que algo que valga cien dragones de oro. También puedo llevar algún libro para el maestre, o un vestido para alguna de las hijas.

Finalmente el chico emitió un suspiro y miró a su prima con una sonrisa.

—Pasaré a ver el lago, pero no me tomaré el tiempo de bañarme hasta que no esté todo bien atado. Puede que hoy sea un día especial, pero si no es de descanso para ti no va a serlo para mí. Si no da tiempo antes, ya lo probaré después de cenar.

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09/07/2018, 23:10
Lady Allyria Dayne

Bastante que has venido.— Sonrió al primer comentario de Aldern. Desde luego era toda una sorpresa inesperada.

No te preocupes, disfruta mientras tanto. Sólo quiero causar buena impresión a Lord Berric. Que nada esté desatendido. Ya sabes que nosotros siempre somos más mirados que el resto.— Dijo tomando ambas manos de su primo. Final mente se despidió y se dispuso a marchar hacia las cocinas. 

En los jardines...no te olvides— Recordó antes de comenzar a caminar.

Notas de juego

Tú dirás

 

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10/07/2018, 03:56
Aldern Dayne

Aldern asintió ante las primeras palabras de Allyria. Después, cuando se explicó, el chico volvió a asentir. Sin embargo, había algo más que el hecho de ser escrutados como Casa.

—Atiéndele bien, sí —enunció—. Puede que nuestro estimado —pronunció esa palabra con clara ironía— Lord Everam ahora sea viudo, pero sería estúpido poner todos los huevos en la misma cesta.

Tras decir eso el muchacho hizo una inclinación de cabeza a modo de despedida, empezando a caminar en dirección contraria a aquella en la que se dirigía su prima. No tardó en darse la vuelta y comenzar a caminar con decisión. Su primera parada sería para ver el lago que ella había mencionado y después se dirigiría a la torre del maestre.

Notas de juego

Allá vamos. :)

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11/07/2018, 02:38
Director

Una vez que Aldern llegó a los jardines, pudo comprobar que el caluroso verano había sido generoso con las plantas y árboles del mismo. Los frutales desprendían un olor fresco, y algunos pájaros amenizaban el ambiente, dándole un aire idílico. Aunque aún no podía verlo, ya podía escuchar el sonido del agua más adelante. Dejando algunos árboles atras por el sendero, por fin pudo ver el lago al que su prima había hecho mención. Rodeado por los muros del castillo, Aldern pudo intuir que algún punto dentro del lago se había hecho la entrada de agua. Las dos salidas eran claramente visibles  a la altura del lago, expulsando por ellas el agua sobrante. El empedrado grisaceo hacía que se tornase azulado y que el agua nunca se enturbiase. No era difícil también ver algunos peces que habían concebido aquel recinto como su hogar.  

Unas columnas de madera cubiertas por parras, anunciaban la entrada de un techado con clara intención de dar sombra. Algunos cojines y finas mantas acolchadas junto a mesas de pata corta, antojaban el lugar como una zona de reposo apetecible pudiendo incluso tomar uvas con tan solo estirar el brazo.

Una vez se hubo acercado para observar el fondo, pudo comprobar, gracias a la claridad del agua, que el fondo era empinado, proporcionando distintas profundidades aunque no creyó que en lo más profundo, sobrepasase la altura de un hombre medianamente alto.

Sintió entonces un golpe, una embestida repentina y unos brazos que le atraparon como tenazas en el pecho, haciendo que saliese despedido hacia el agua. Al entrar los brazos lo soltaron y pudo salir del fondo sin problemas , para llegar a ver como el rostro de Rendell también salía del agua.

 

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11/07/2018, 03:01
Rendell

Wowwwwwww...¡¡¿¿Eres o no el hombre más afortunado del mundo!!??— Carcajeó mientras se echaba el pelo hacia atrás.

¡No me lo podía creer cuando Lady Allyria me lo ha contado!. ¡Que te han dejado salir!.— Rió contento. —Pues toma un poco de agua dorniense para quitarte el olor a caballo. ¡¡¡Woooowwww!!!— Salpicó a Aldern.  

—¿Ves lo que tengo que hacer por ti para cuidarte?...empapado estoy. — Volvió a reír mientras salía del agua. Hizo una mueca mientra arrugaba la nariz. —A ver cómo le explico esto al capitán. Como se entere que me he colado para verte y que me has tirado al agua me mata. — Aquello le hizo más gracia aún aumentando su risa.

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11/07/2018, 21:26
Aldern Dayne

Mientras atravesaba los jardines, al ver los árboles frutales, Aldern se sintió tentado de tomar una pieza de fruta y llevársela a la boca. No tenía hambre en realidad, Darlia le había alimentado bien, pero era una especie de impulso por sentir el sabor de Dorne en su paladar. No tardó en decidir que, si de verdad llevaba regalos para el Lord o sus hijas, le llevaría algo también a la cocinera. Quizá algunas frutas de ese lugar, o alguna especia que fue propia de Dorne.

Con esos pensamientos en la cabeza, el muchacho se acercó a aquel lago, verdaderamente asombrado con el aspecto del lugar. Sus ojos repasaron el agua y lo que la rodeaba, genuinamente impresionado de lo que su prima había conseguido. El muchacho dio algunos pasos reconociendo el lugar. Seguramente era ideal no sólo para descansar, sino para tener charlas amistosas incluso con los enemigos. Y quizá para algo más. Por un momento Aldern se imaginó allí con Carellyn. Quizá podría dibujar el sitio antes de irse para mostrárselo más adelante. Caminando de manera tranquila se acercó al agua, dispuesto a intentar comprobar a ojo su profundidad... Cuando algo lo atacó.

Aldern se puso a la defensiva de inmediato. Un pensamiento rápido cruzó por su mente: el Lord le había utilizado. Quizá había enviado junto a él un espía que se colase mientras a él le abrían las puertas, quién sabía por dónde, y aprovechase el rato en que Allyria estaba entretenida para reconocer el lugar. No llegó a elaborar tanto su teoría, desde luego, porque no le dio tiempo. En lugar de eso salió a la superficie, dispuesto a luchar por respirar si hacía falta.

Sin embargo, todo cambió al ver quién se encontraba frente a él. Aldern tardó un instante en terminar de comprender, y para cuando lo hizo le dedicó una mirada exageradamente furibunda. Un momento después estaba riendo a carcajadas.

—Maldito seas... —murmuró, aunque era evidente que no hablaba en serio. Le devolvió la salpicada antes de acercarse—. Eso será si no te mato yo antes —advirtó antes de agarrarle por los hombros para hundirlo con fuerza. Sólo entonces se apartó con una enorme sonrisa en los labios.

—Anda que... Tan tarado como siempre —dijo, aunque el muchacho había demostrado saber ser cauto cuando era necesario. Por ejemplo, en sus visitas a Riverside. Entonces Aldern miró un instante alrededor y luego a su amigo, pasando a olfatear después con insistencia.

—Es curioso —enunció—, parece que el agua de Dorne sí quita el olor a caballo... Pero no consigue hacer nada con tu peste a establo. —Hizo un gesto entonces con la barbilla, dejando ya las bromas de lado—. Me han dejado venir, pero no mucho tiempo —explicó sin hacer el más mínimo intento por salir del agua—. ¿Tú tienes que ir con el capitán ahora? ¿Tienes patrulla, o algo?

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13/07/2018, 21:08
Rendell

Tampoco hizo ningún amago o intento de abandonar el agua, aunque sí se quejó. —Mierda de cochino...cómo pesa la ropa— Sacudió la manos con desagrado para quitarse los guantes y los lanzó a la orilla.

No que va, he vuelto hace nada de patrullar.— Informó sonriente. —Lo que pasa que no he dado parte ni entregado armas.— Señaló hacia la entrada del jardín. —Mira, ahí las he dejado para que no me oyeras.— Rió recordando tu cara. —Vaya cara que has puesto— Dijo abriendo los ojos como el que ve a un fantasma.

Supongo que en un rato me arrestarán un par de días por ello.— Curiosamente no parecía muy disgustado por aquello cuando lo mencionó. 

¿Sabes lo que pasa? Que han puesto a una sirvienta que lleva la comida a los arrestados que....uffff...mira, se me ponen los pelos de punta— Mostró el antebrazo como prueba de ello. —Y otra cosa como tronco de árbol— rió. Aunque "lo otro" no lo enseñó.

Yo creo que el capitán la ha puesto ahí porque quiereee...— Hizo entonces un gesto un tanto obsceno. —Pero nada. Al único al que pone ojotos y sonríe es a mí. El hombre más bello de todo Dorne, que cuando sea un gran Lord tendrá mujeres a millares— Bromeó. Se detuvo en seco señalando con el índice a Aldern. —Ni se te ocurra acercarte que te conozco. Y yo llevo semanas comiendo arrestos para verla más tiempo... que te conooooozco. Además tu en Rivermierdadecaballoside, tienes ya lo tuyo— Dijo en ese tono amenazador divertido, casi como si ya le estuviese recriminando divertido. 

Por cierto...qué...bien, ¿no?...Las yeguas de allí ¿bien o mal?— Preguntó con picardía, casi con morbo incluso.

 

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14/07/2018, 23:41
Aldern Dayne

Aldern rió de buena gana ante las quejas de su amigo sobre el peso de la ropa. Él se lo había buscado. El Dayne, por su parte, se había acercado a la orilla lo justo para hacer pie sin problema, aunque por pura inercia movía los brazos como si se mantuviese así a flote.

El joven miró hacia donde Rendell señalaba cuando dijo aquello de las armas, y al oír el comentario sobre la cara que había puesto lo salpicó con fuerza. Después siguió escuchando, formando una sonrisa a medida que el otro daba los detalles sobre por qué no le importaba ser arrestado. Arqueó una ceja con exagerado escepticismo cuando Rendell se proclamó como el hombre más bello de todo Dorne, aunque en lugar de llevarle la contraria lo dejó seguir hablando, ensanchando su sonrisa cuando este continuó prohibiéndole acercarse. Al final se encogió de hombros, sin responder de momento al asunto de las yeguas.

—En primer lugar, ERAS el hombre más bello de Dorne —le dijo, remarcando con claridad aquella palabra. Luego hizo un gesto con el que no llegaba a señalarse a sí mismo, pero lo daba a entender—, pero ahora he vuelto, al menos por un día. Y, bueno... Supongo que tendré al menos que acercarme para conocerla, ¿no? —preguntó con cierta malicia—. No estaría ayudando en condiciones a mi prima si no conociera personalmente a todos los sirvientes nuevos. Y a los que haga falta conocer bien a fondo, pues oye... —Alzó las manos con un gesto de impotencia, como si ante aquello no tuviera más elección—. Se les conoce bien a fondo.

—Allí no me puedo quejar —comentó entonces, llevando su pensamiento un instante hacia Serah, que era a quien Rendell conocía, y poco más tarde a Carellyn. Llevaban unos cuantos días sin encontrarse, pero lo cierto es que las últimas noches habían sido más íntimas y cercanas que de costumbre—, pero eso está al otro lado del río, son dos cosas diferentes. Las yeguas del castillo... Una sí que huele demasiado a caballo, y la otra tiene la cara de uno, así que hasta que se tome a bien vivir con un saco en la cabeza no te creas tú que quiero pegarme mucho. ¿Sabes qué? —Hizo un gesto con la barbilla mientras se acercaba a la orilla—. Te dejo las dos para ti. Seguro que con esa cara de asno tenéis unos mulos maravillosos.

Aldern se aupó para sentarse en el bordillo y se miró a sí mismo chorrear. Agitó la cabeza para sacudirse el pelo y también sacudió los brazos.

—Joder, no he traído ropa para cambiarme —enunció—. Así que o me pongo la de cuando era un crío, o me dejas alguna tuya y me visto de pobre.

Aquello estaba dicho sin ninguna mala intención real, sólo por meterse con su amigo. Había otra opción, claro, pero Aldern ni se la había planteado: ahora que había crecido y sacado hombros, probablemente pudiera ponerse prendas de los hombres que vivían en esa casa no hacía tanto. Su padre, para empezar.

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15/07/2018, 16:13
Rendell

Según Aldern iba hablando, el chico iba haciendo extraños movimientos bajo el agua, hasta que sacó sus pantalones y los lanzó hacia la orilla. Lo siguió su jubón, el chaleco y la camisa. Solo se detuvo un momento para hace con su mano gestos como si ésta estuviese hablando a la vez que Aldern le contaba sus intenciones con aquella sirvienta y volteando los ojos con desidia.

Una bota y luego otra por los aires. Se zambulló un instante para que su pelo cayese hacia atrás y no le estorbase.

Viendo lo canijo que te has quedado, bien podrías usar la de cuando eras niño.— rió salpicando y tratando de pillar desprevenido a su amigo. 

Nada, no te preocupes. Deja la ropa sobre las piedras mientras nos damos un baño y en un momento está seca. Con este calor y la brisilla caliente que sopla, ni te lo vas a creer como se queda. El calzado...— Sopesó un momento.

Bueno, eso sí que tarda más, pero te dejo unas botas mías. Son para los pies. No las uses como barca, canijo— Bromeó. Pero tras aquello se acercó un poco a Aldern bajando el tono.

Pero cuéntame Aldern. ¿Te han liberado ya entonces? ¿Ya no tienes que volver?— Entrecerró uno solo ojo con suspicacia —¿O es que te casas?...porque escapar no te has escapado ¿no?—

Seguramente Allyria le habría puesto al corriente al menos del hecho de que le habían dejado venir a hacer una visita. Y seguramente también, no es que desconfiase de su palabra. Pero era lógico que el muchacho tuviese que preguntar varias veces para poder llegar a asimimarlo, creerlo.

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16/07/2018, 01:13
Aldern Dayne

Aldern se quedó esperando a ver qué pretendía Rendell con aquellos movimientos tan raros. Conociéndole era capaz de estar haciendo cualquier cosa. Al ver cómo sacaba sus pantalones el Dayne dio un par de pasos, alejándose de donde los había lanzado. Dibujó una sonrisa inevitable al ver cómo le hacía burla, y cuando su amigo volvió a hablar Aldern negó con la cabeza.

Lo cierto es que aquella nueva salpicadura lo pilló desprevenido, pero Aldern intentó que no se le notara. En lugar de eso, sin dejar de sonreír por sentirse de nuevo en casa, se la devolvió y empezó a quitarse la ropa después.

—Por el calzado no te preocupes —le dijo cuando Rendell le ofreció aquellas botas—. Paso de que llevar algo que haría caer a un dragón por el olor.

Al contrario de lo que Rendell había hecho Aldern comenzó por las botas, luego fue la parte de arriba y después los pantalones. Extendió la ropa sobre las piedras en lugar de tirarla, consciente de que secaría antes, y dejó el tramo más importante de la conversación para el final. Y también el que más iba a disfrutar, teniendo en cuenta que dejaba en evidencia a Lord Ingenuo.

—Me he escapado porque sabía que no podías vivir más sin mi —respondió en primera instancia antes de llevarse una mano al pecho, como si aquello le hubiera llegado al corazón—. Si tengo que arriesgar mi vida y el futuro de mi casa por lo mucho que me echas de menos... Pues lo arriesgo.

Apenas tardó en echarse a reír, genuinamente contento.

—En realidad no me he escapado, ni me han liberado. Le he puesto ojitos de pena al Lord y me ha dado algo así como un permiso especial por la guerra. Tengo que volver antes de que Lord Selwyn llegue, pero hasta entonces soy libre. —Una idea pasó por la mente de Aldern y alzó un dedo a modo de advertencia—. Ni se te ocurra hacer nada para que no vuelva a tiempo, que nos conocemos. Esto es importante.

—En definitiva, que el Lord ha decidido fiarse de que puedo venir y de que volveré a tiempo. Coño, si lo llego a saber se lo pido hace años. —Hizo un gesto con la barbilla para señalar a su amigo—. ¿Tú vas a ir a combatir, o ya se han dado cuenta de lo malo que eres?

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17/07/2018, 16:36
Rendell

Tantas cartas y secretismo para nada. Podías haber venido por tu propio pie.— Rió cuando Aldern se lamentó de no haberlo intentado antes.

Pero mira el lado bueno...me libré de muchas guardias y tareas por darme paseos por allí.— Dijo encogiéndose de hombros.

Y supongo que eso significa que Lord Everan considerará pronto que ya es momento de liberarte.— Asintió complacido. 

La verdad es que me alegrará volver a verte la cara por aquí, y también que por fin pueda haber algo de paz entre ambas casas. Ya es hora...— Dijo con cierto desasosiego. 

Cuando salió el tema de la rebelión y la pregunta de Aldern, negó con desconocimiento.

De momento no me han dicho nada.— Reconoció. —Supongo que dependerá de las compañías que destine Lady Allyria para ir a sofocar la rebelión.— Meditó un instante.

Seguro que ahora que no estoy en la infantería, me toca ir.— Dijo soltando una carcajada. —Lo normal es que fuese la infantería. Ya verás que ahora que soy explorador, nos toca a nosotros.— Predijo como si el destino fuese un bromista pesado.

Qué te parece...yo un explorador. Eso de las cartas y ser discreto le gustó a la señora. Y ahora mira.— Dijo contento, como si aquel puesto le gustase mucho más que cuando formaba parte de la infantería.

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17/07/2018, 23:51
Aldern Dayne

Aldern rió, asintiendo, cuando Rendell dijo aquello de que podría haber ido por su propio pie, y empezó a acercarse a su amigo mientras este seguía hablando. Luego se encogió de hombros cuando valoró las intenciones de Lord Everam.

—Yo he pensado lo mismo, pero vete a saber —enunció—. Lo primero será ver si me lleva a la guerra. A lo mejor se muere allí y ya no depende de él —expuso, sin hablar de la posibilidad de que fuera el propio Aldern el que muriese.

Después de eso, al oír sobre la posible paz entre las casas, Aldern frunció el ceño.

—¿Cómo están de verdad las cosas? —preguntó—. Allí de las cosas con la familia me cuentan más bien poco.

Finalmente, con el tema de las compañías y la rebelión, Aldern rió junto a su amigo, dando un par de brazadas antes de hablar.

—Pues me parece, para empezar... —empezó respondiendo al asunto de que él fuera explorador—. Que Allyria no sabe lo que ha hecho. Aunque hay que decir que te camuflabas bien el ambiente bebiendo como el que más. —Aldern hizo un gesto con la barbilla—. Me apunto entonces decirle que los exploradores son fundamentales en el frente, ¿no? Hay que ver... —Negó con la cabeza—. Si hasta cuando estoy fuera me necesitas para ascender. Y... He oído que la iniciación para los exploradores es follarse a un cerdo. ¿Tú ya lo has hecho, o aún no te consideran un explorador de verdad?

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20/07/2018, 17:03
Rendell

Rendell rebufó como si lo que Aldern casi dejó caer como un deseo, fuese muy poco probable, casi imposible. —Sí, seguro...si lo que dicen sobre que Lord Balon no tiene apoyo de nadie de Poniente que no pertenezca a las islas, eso va a ser un paseo. Y encima, aunque odie decirlo, Lord Everan sabe como mandar tropas.— Negó, aceptando que de morir Lord Everan, no sería en esa guerra de seguir las cosas como estaban.

Sonrió cuando alabó su capacidad de camuflarse y pasar inadvertido bebiendo como el que más. Se encogió de hombros irremediablemente. —No haberme enseñado a beber...— Dijo dotando a Aldern de gran parte del mérito de su capacidad de mezclarse con los más ebrios.

Sí, sí...tu llena los barcos de exploradores. Y de paso le dices a tu prima que lleve también caballería, que vamos a ser muy útiles— Respondió en tono burlesco.

Se quedó con la boca entreabierta con lo del ascenso, negando con la mirada de reproche como al que se agencia un mérito que no es suyo.

Seeeeehh. Menudo ascenso...La gente que sabe que nos conocemos desde niños se desternillan a mi costa. "¿Eres amigo de toda la vida del señor Aldern y sólo eres un soldaducho de mierda?". Callaaaaa, que todavía me sales caro.—

Negó ante la pregunta del cerdo con cierto escrúpulo. —Estás enfermo...— Sonrió con incredulidad. —Pero mira, sí...a unas cuantas cerdas más bien. Así que yo que tú, pasaría las chuletas de por aquí...— Respondió con un guiño.

Suspiró entonces con resignación.

Arrrg, Aldern. Si te digo la verdad, ni por todo el oro del mundo querría ir a esa guerra. ¿Qué se nos ha perdido con esos follacalamares?. Que vaya el rey. Estuvo bien listo para sentarse en el trono, ¿no?. Pues que ande bien listo para conservarlo y nos dejen tranquilos.— Protestó. —Tiene mucho más cerca a los Stark y sus vasallos, a los Lannister y los suyos. Y tenemos que ir los del sur a resolverle la papeleta.—

Resopló con disgusto. —Pero claro, a ver quién le dice que no...—

 

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21/07/2018, 23:38
Aldern Dayne

Aldern torció un poco el gesto al escuchar lo de que la guerra sería un paseo. Podía ser cierto, pero era consciente de que igualmente habría bajas en los dos bandos. Y tras hablar con su prima de verdad esperaba que Lord Everam no fuese una de ellas aunque, sobre todo, esperaba no serlo él tampoco. Luego se encogió de hombros con lo de haberle enseñado a beber, como si no fuera del todo culpa suya, aunque una nueva sonrisa apareció en su rostro. Cambió de posición mientras nadaba, moviéndose un poco hacia atrás sin perder de vista a Rendell, y volvió a sonreír al oír aquello de los exploradores y la caballería.

—Exploradores y caballería, sí, justo lo que había pensado —asintió—. Eso los pillará por sorpresa. Y que no se preocupe por el forraje para los caballos si hay un largo asedio, que he oído que las islas están llenas de granjas y caballerizas.

Después de eso Aldern rió de buena gana ante la respuesta de su amigo al asunto del ascenso, aunque no le dio una respuesta. Confiaba en él y también en Allyria: sabía que Rendell ascendería cuando lo mereciese, ni más ni menos. Aunque ya había demostrado ser de confianza con el asunto de las cartas, y eso era algo a tener en cuenta.

—¿Y qué quieres, ser capitán? —preguntó—. No tener por qué hacer guardias ni patrullar, decidir quién es arrestado en lugar de serlo tú... ¡No sabrías ni qué hacer con todo ese tiempo! Nada, mejor seguir como hasta ahora.

Una vez acabó de decir aquello Aldern nadó de nuevo hacia el borde del estanque.

—El Rey ha llegado adonde ha llegado gracias a levantarse precisamente con sus amigos del Norte, los leones y demás. Si ahora tiene que arriesgar tropas y flota... ¿Crees que iba a arriesgar sólo las de ellos? —Aldern hizo un gesto encogiéndose de hombros—. Sí, claro, para que aprovechemos mientras para devolver las cosas a su sitio y les esperemos en sus castillos cuando vuelva a casa. Nos guste o no, no es tan tonto.

Después de esas palabras se aupó con los brazos, sentándose ya en el borde del estanque y comprobó cómo de mojada estaba su ropa.

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26/07/2018, 16:04
Rendell

¿Capitán?— Preguntó con indignación. —Mano del rey por lo menos— Resopló como si fuese cierto. Sonrió entonces haciendo una mueca. —Naaaaahhh. Con lo bien que estoy como estoy, como tu dices. A mí dejadme así. Ahí tienes razón.—

Se encogió de hombros ante el comentario sobre el rey que le dio como respuesta Aldern. 

Pues yo pensaba que debe ser una demostración de fuerza y una especie de prueba para ver quienes están a su lado o quienes no. No había llegado tan lejos. Pero claro, tampoco soy un gran jugador del juego ese al que juegas...¿cómo era? ¿el stringan?...bueno ese, ya sabes.—

Un grito interrumpió la conversación. Un llamamiento a Rendell, de una voz masculina, marcial y malhumorada.

—¡El sargento!— Dijo dando un respingo alarmado, saliendo del agua a toda velocidad y tomando primeramente sus pantalones, mientras Aldern pudo comprobar que su ropa estaba algo húmeda, pero casi seca, como pronosticó su amigo. 

A trompicones se medio vistió y se dirigió a la puerta con el tiempo justo para terminar de ponerse las botas y tomar el arma, justo cuando aparecía el sargento. 

Sí, mi sargento. Disculpe, pero el señor Aldern, me requería para uno encargo de la casa. No puedo darle muchos detalles, pero llevará un par de días realizarlo y será menester la colaboración de una mujer que pueda hacerse pasar por mi esposa. Sura por ejemplo da el perfil. La de los calabozos. —

El sargento lo miraba como si estuviese a punto de darle un bofetón, pero al ver a Aldern, casi palideció incrédulo. Es probable que el sargento no se hubiese hecho eco de la llegada del joven, pues probablemente su turno fuese nocturno y hubiese aprovechado las horas anteriores para dormir. Aunque sin duda Aldern había cambiado mucho en este tiempo, es probable que los que llevaban años al servicio de la casa y lo habían visto toda su vida, pudiesen reconocerlo sin problemas.

Titubeó entonces un par de segundos. —Señor Aldern, no...no sabía que os habían liberado. Yo...eh...bienvenido a su hogar, señor. Y disculpe la interrupción, pensé...—

Sísísísí...— Casi interrumpió Rendell. —Deberías informar al capitán. El "asunto" es urgente.— Aprovechó para tutearle entre aquella confusión que le había dejado pasmado ante la presencia del pupilo.

Rendell regresó cerca de Aldern para recoger un plan de prendas más que no le había dado tiempo. Al agacharse miró sonriente a Aldern susurrando. 

En realidad mentí. Ser tu amigo, sí que tiene algunas ventajas. Pero sólo se notan cuando tú estás por aquí cerca.— Dijo guiñándole un ojo. 

Cuando vayas a regresar, pásate por la posada de Rico, que estaré de misión con Sura. Que me quiero despedir, y si necesitas algo, ya sabes. Sólo pide por esa boquita que los Siete te han dado.—

Sin llegar a incorporarse, se giró hacia el sargento. 

¡Voy sargento. El deber nos llama!.

Volvió a mirar a Aldern para esperar algún gesto o palabra afirmativo.

 

 

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29/07/2018, 23:58
Aldern Dayne

Más que reír, Aldern sonrió con tranquilidad cuando Rendell habló de ser Mano del Rey. Llevó la vista alrededor mientras la charla continuaba, revisando una vez más cómo había cambiado el lugar. Sin duda podría acostumbrarse de nuevo a vivir allí.

Acto seguido, cuando su amigo siguió hablando, Aldern lo miró a los ojos.

—Sitrang —lo corrigió mientras pensaba en lo que acababa de decir. Desde luego aquello era una demostración de fuerza por parte del Rey, sí, y una advertencia para aquellos que pensasen en sublevarse. Sin embargo Aldern estaba seguro de que más que comprobar quiénes estaban a su lado Robert Baratheon pretendía forzar a todos a combatir junto a él aunque sólo fuera por miedo a las consecuencias. Sólo había que ver a los propios Dayne. Ya habían perdido mucho, ¿qué pasaría si no apoyaban la causa real? Quizá hasta podrían perder Campoestrella.

Al oír aquel grito Aldern llevó la vista en esa dirección, y cuando Rendell empezó a vestirse él hizo lo mismo. Sin embargo, no se dio la misma prisa. Se acercó lentamente, escuchando las excusas de su amigo y sus posteriores mentiras.

Por un momento Aldern se planteó hasta qué punto era correcto apoyar el plan de su amigo. No estaban las cosas como para prescindir de nadie, menos precisamente esos dos días. Sin embargo llevaba años sin pisar su casa su humor era inmejorable y en el peor de los casos siempre podría retractarse después.

Ante la mirada del sargento Aldern estuvo a punto de inclinar la cabeza con respeto, como solía hacer con los capitanes de los Stronghorse. Pero allí él no era un rehén, ni mucho menos, así que se limitó a hacer un gesto con la mano para disculparle.

—No se preocupe —respondió—, no podía saberlo, y todos sabemos cómo es Rendell —afirmó con una media sonrisa, echando una mirada con aquella pulla a su amigo.

—De todas formas en realidad no me han liberado de momento, esto es algo así como un permiso especial. En cuanto al encargo... —desvió los ojos hacia su amigo, haciendo un esfuerzo por no sonreír al oír sus susurros—. Le he comentado a Rendell que haría falta un explorador joven para algo así, pero sólo será él si no tiene otros compromisos ineludibles con su compañía. Yo lo prefiero pues, como sabe, es de mi total confianza. —Con esas palabras palmeó el hombro de su amigo, esperando que eso sirviera para hacer creer al sargento que la decisión era suya, pero también que lo más inteligente era aceptar.

Aldern no quiso darle demasiadas vueltas a cómo Rendell había preferido aprovecharse de su presencia para escaquearse del trabajo junto a aquella Sura en lugar de aprovechar para pasar más tiempo con él. En el fondo conocía a su amigo lo suficiente como para no tomarse algo así a mal, aunque sí le habría gustado verle más en aquella excepcional visita.