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Historias del Dominio

El viaje

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04/09/2019, 13:04
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Cunado Carelly pudo sentir todo lo que su esposo le inspiraba, antes de que las dudas la embargasen, observó como desde debajo del duro hielo se alzaban flores que lo quebraban. Eran pocas pero muy hermosas. Lady Malora se agachó y tomó una, para colocarla en el pelo de Carellyn.

—Parece que debajo del hielo siempre queda alguna semilla.— Comentó mientras se la colocaba. —¿Lo ves? Eso lo has hecho tú. Te aseguro que no han sido mis emociones— Aseguró dando a entender, que a pesar de la cordialidad que podía haber entre ambas, ella no sentía afecto por Carellyn, como era lógico.

Notas de juego

Nueva habilidad de Care.

Puede hacer germinar semillas en cualquier ambiente aunque sea hostil. (No, no puede crear enredaderas, que te veo venir)

Procedimiento: un poquito de ternurita, amorcito, felicidad.

Gasto: Ninguno

Veces que puede usarlo: Ilimitadas si cumple las condiciones.

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04/09/2019, 13:21
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn se dio cuenta de lo que trataba de hacer la mujer para animarla. Al fin y al cabo, estaban en un sueño que ella controlaba. No habrían sido sus emociones, pero del mismo modo que le había mostrado a Ser Dwain en la batalla, debía poder crear lo que desease, las flores, en ese caso. Pero no quiso decirle que se había dado cuenta, así que se limitó a dedicarle una pequeña sonrisa. 

—Gracias, Lady Malora. ¿Hay algo más que deba saber? —preguntó entonces, suplicando en su interior que no le mostrase ninguna imagen terrible más.

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04/09/2019, 13:40
Lady Malora Hightower

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Dejémoslo por ahora. Lo importante es que nos hemos conocido. Hablaremos más veces...— La dedicó una sonrisa amable como agradecimiento por escucharla.

Ahora debes despertar del sueño...— Una sonrisa entre cómplice y burlona se dibujó en su rostro. 

— ¿O no lo es ...?—

Eso fue lo último que Carellyn pudo escuchar antes de abrir los ojos de vuelta a la habitación, con Arlo a su lado dormido. En su agitación inicial, notó como algo caía de su pelo. No tardó en comprobar que era la flor que Lady Malora le había colocado.

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04/09/2019, 13:50
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Los ojos de Carellyn se abrieron de golpe y en el mismo despertar se sentó en la cama, con la respiración agitada. Recogió la flor y la miró, estremecida, con los ojos como platos. Pero enseguida su mirada se fue hacia su esposo y lo contempló un par de segundos mientras dormía. La paz de su rostro atenuaba la velocidad de su corazón, pero tuvo que apretar los dientes y hacer un esfuerzo sobrehumano para alejar las imágenes aterradoras que había visto. 

Dejó caer la flor junto a la cama y se acercó a él, buscando consuelo en la calidez de su piel. Lo abrazó, pegándose a su cuerpo, y escondió el rostro en la curva que su cuello formaba con la almohada. Así, aferrándose a él, empezó a llorar en silencio. No iba a ser capaz de volver a dormir esa noche.

···

El primer despunte del amanecer la descubrió en la terraza, con una bata fina sobre los hombros y la mirada perdida más allá del mar. No había vuelto a pegar ojo. Cuando las lágrimas se le habían agotado, había permanecido despierta, acariciando con cuidado el rostro de su amor. Hasta que al final había terminado por levantarse y salir a respirar algo de aire puro. Por el camino había recogido la flor de Lady Malora y la había dejado sobre una mesita para no pisarla sin querer.

Escuchó el movimiento a su espalda, pero ensimismada como estaba no se giró hasta que no sintió los brazos de Arlo rodeando su cintura. Entonces alzó la vista para buscar sus ojos. Soltó la baranda que había estado aferrando con más fuerza de la que era consciente y giró sin separarse de él, para poder verlo mejor. Su expresión se suavizó hasta que sus labios se curvaron en una sonrisa, pero sus ojos estaban algo hinchados por el llanto. 

—Buenos días —murmuró, acercándose para besar su pecho y frotarlo después con su barbilla—. Hay algo de lo que tenemos que hablar. 

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04/09/2019, 15:48
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Arlo respondió a las atenciones de Carellyn con un beso por encima de su cabeza, en su pelo, sin dejar de abrazarla. Entrecerró un poco los ojos extrañado cuando le dijo que tenían que hablar, pues normalmente aquella expresión no solía traer nada bueno tras ella.

Sí, claro.— Accedió separándose de ella y tomando asiento en una de las confortables sillas de la terraza bajo la carpa arrastrándola junto a él con suavidad. 

¿Qué ocurre?— 

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04/09/2019, 16:13
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn llevaba horas pensando en lo que quería decirle cuando despertase, pero lo cierto era que no había dedicado ni un segundo a pensar en cómo iba a hacerlo. Era un tema que llevaba aplazando desde que estaban en Riverside, pero que en algún momento iba a tener que salir a la luz. 

En eso iba pensando mientras se dejaba llevar hacia los asientos para instalarse a su lado, cerca, donde lo tuviese al alcance de la mano. 

Es... Bueno, yo... Lady Malora... —No sabía ni por dónde empezar. Resopló por lo bajo y sacudió la cabeza—. Lady Malora me ha visitado en sueños, esta noche. 

Era plenamente consciente de cómo debía sonar eso, así que hizo un gesto con la mano, pidiéndole que la dejase hablar antes de decir nada y trató de reorientar la conversación.

—Creo que voy a empezar mejor por el principio y no por el final. Pero, por favor, no creas que estoy loca. —Bajó la mirada al seguir hablando—. Hasta hace unas semanas era incapaz de recordar el rostro de mi madre. Es algo que me angustiaba, pues nunca había sido capaz de dibujar un retrato suyo antes de olvidarlo. Tenía carpetas llenas de retratos de Padre, tuyos, de Daniel, de todos los habitantes de Riverside... Incluso tengo alguno de Lady Bethany y de Dara. Pero no tenía ninguno de mi madre.

Estiró el brazo para coger una de sus manos mientras seguía.

El Primer día de la Madre estaba dibujando unos gatitos en el jardín y llegó Ser Dwain. Ser Dwain Trant —aclaró—. ¿Lo conoces? Seguro que has oído hablar de él, al menos. Creo que es bastante conocido. —Esperó algún gesto afirmativo y continuó con su historia—. No había hablado nunca mucho con él, pero esa tarde quiso ver mis dibujos y terminé confesándole lo que me sucedía con mi madre. De algún modo sentí que me comprendía. Dijo que me iba a dar un regalo y me pidió que cerrase los ojos, así que eso hice. Entonces empezó a hablar y me pidió que dibujase y... no sé. No sé cómo explicarlo, su voz me hizo... algo. Desbloqueó algo en mi interior y me di cuenta de que ella siempre había estado ahí, conmigo. Todo, todos los recuerdos, todas las imágenes, vinieron a mi mente en tropel. Su rostro, la receta de sus panecillos, su voz. Todo, todo. Hice más de veinte retratos suyos esa noche, no podía parar. Aún ahora si cierro los ojos puedo ver su rostro con total nitidez, como si la tuviese delante de mí. 

»Pero el caballero me dijo algo más, antes de irse. Dijo que yo era el futuro. En el momento no me di cuenta, pero eso era algo que ya me habían dicho antes... eso te lo cuento después, ¿vale? 

Suspiró, buscando en su mente por dónde continuar. 

—Al día siguiente fui a buscarlo. Quería darle las gracias y, de paso, preguntarle por qué había dicho eso. Me dijo que debía buscar mi verdad, que debía seguir mis anhelos. Dijo que si lo hacía podría estar en mi mano salvar Poniente. Dijo muchas cosas. Algunas no las entendí en ese momento y las comprendo ahora, otras tal vez no las pueda comprender nunca. Dijo que mi día del nombre no era el correcto. Que había nacido el Séptimo día del Desconocido en el mes del Desconocido. —Apretó sus dedos con esa revelación—. Se lo pregunté a la tía Rhonda y se puso muy nerviosa, pero me lo confirmó. Sólo ella, Padre y mi madre lo sabían. Y pretendían que fuese un secreto incluso para mí, para siempre. Pero eso fue mucho después. Aquel día Ser Dwain me dio unos pergaminos y dijo que tal vez leyéndolos comprendería quien era.

En ese punto se puso en pie y le hizo un gesto para que la esperase. Entró en la habitación y rebuscó en sus arcones hasta encontrar lo que buscaba. Al regresar le ofreció los pergaminos manuscritos para que pudiera leerlos él mismo. 

—Ya te adelanto que en ese momento no entendí nada —le dijo, mientras esperaba con paciencia a que terminase. 

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04/09/2019, 17:02
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C

Arlo comenzó a escucharla y ya con su primera declaración, abrió los ojos confuso y negó, sin entender.Tal vez era demasiado temprano para que lo hiciese. Aún así continuó escuchando su relato y asintió respecto a Ser Dwain. Sin duda había oído hablar algo de él. 

La última apreciación de su esposa, le hizo coincidir con ella.

—Ni yo...yo tampoco entiendo nada— No se extendió más, atendiendo a lo que le contaban, consciente de que aquello aún no había terminado.

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04/09/2019, 17:27
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Era de esperar que Arlo tampoco lo entendiese, y así Carellyn asintió, comprensiva, para después seguir hablando. 

—Entre las cosas que dijo, habló de los Otros. Afirmó que se está preparando una guerra en el norte, más allá del Muro. Oh, no te creas que no sé cómo suena todo esto, Arlo —declaró, negando con la cabeza—, pero por favor, no juzgues hasta que termine. Esa misma noche, durante la cena, Ser Dwain tuvo un desencuentro con Lord Everam  y anunció que iba a partir hacia el Muro.  Así que después de cenar lo busqué para pedirle que no se fuese. Me dijo que en realidad no quería ir al Muro, sino más allá. Que quería comprobar lo que estaba pasando y buscar alguna forma de detener la Noche Eterna. Le dije que no entendía qué tenía yo que ver con todo eso y entonces dijo que soy vida y luz y que si encontraba el fuego podría vencer esa amenaza. ¡Yo! ¿Puedes creerlo? —preguntó, con un tono que parecía indicar que ella ya no lo creía—. Ahora sé que se equivoca conmigo, pero eso da igual. Él cree que soy esa espada de la leyenda. Dueña de Luz. No literalmente, claro, no soy una espada. Cree que soy una representación suya o algo así. Y que él estaba destinado a encontrarme.

Hizo una pausa y se puso en pie para servirse un vaso de agua y otro para él si lo quería. Bebió despacio y regresó al lado de su amado. 

—Ser Dwain tenía allí un pajarito muerto. Y no me cabe duda alguna de que estaba muerto. He estado aprendiendo con el maestre sobre curación y sé reconocer algo así —explicó—. Entonces me pidió que lo cogiese entre mis manos y cerrase los ojos. Volvió a hablar como lo hizo en el jardín, llevándome a algún lugar dentro de mí. Noté como un cosquilleo bajo la piel que llegaba hasta la punta de mis dedos y cuando abrí los ojos el pajarito estaba vivo. —Lo miró, seria, anhelando que no dudase de su cordura—. Salió volando por la ventana como si nada. Te lo juro por los Siete, Arlo. El pajarito había vuelto a la vida. Ser Dwain dijo que lo había hecho yo. Le supliqué que no se marchase al Muro y aceptó retrasar ese viaje para quedarse a mi lado y guiarme. También me habló del maest~ —se corrigió— archimaestre Paul, quien, al parecer, había sido el que había hablado al caballero de todo ese asunto en primer lugar.

Bebió un poquito más de agua, ordenando sus ideas para ver por dónde continuar. 

Así que la noche siguiente a que las tropas partiesen de Riverside, fui a hablar con el archimaestre. Ser Dwain ya le había dicho todo eso de la espada, pero le conté todo esto que te estoy contando a ti ahora, lo de mi madre, lo del pajarito... Y él me contó que cuando estuvo aquí en Antigua para visitar la Ciudadela había tenido un sueño extraño, uno en el que veía unos ejércitos de muertos en pie. Al huir de ellos se había herido y al despertar tenía esa misma herida en el pie. Me enseñó la cicatriz. Al parecer luego conoció a Lady Malora quien le dijo que ese sueño se lo había provocado ella, que necesitaba su ayuda para advertir al mundo cuando llegase el momento. El maestre, archimaestre, también me dijo que quería que volviese a probar lo del pajarito con él, pero Ser Dwain ya se había ido al frente y yo no me sentía capaz de hacerlo sin él. 

Suspiró. Ya no había marcha atrás en el relato y sus ojos escrutaron la expresión de Arlo, queriendo ver si ya se había convencido de que todos ellos habían perdido la cabeza, o aún podía forzar un poquito más. 

Después de que llegases a Riverside, esa primera noche en el jardín... creí que tal vez sí que estaba preparada para el experimento del archimaestre. Así que al día siguiente le dije que probásemos antes de partir hacia aquí y aceptó.  Esa noche fui a su torre y tenía allí un pajarito... pero lo tenía vivo. —Su voz sonó más frágil al llegar ese punto en que su pecho se encogía—. Y allí delante de mí le quitó la vida y me lo dio para que repitiese lo que ya había hecho una vez. —Negó con la cabeza, sintiendo de nuevo el sabor de la derrota—. Pero no fui capaz. Lo intenté con todas mis fuerzas, traté de repetir en mi mente lo que Ser Dwain había hecho... y nada. Al final desistí y el pajarito se lo di a la gatasombra de Helaena. Me hice muy consciente de que necesitaría a Ser Dwain si quería seguir ese camino. Y ahora es cuando tal vez te enfades conmigo, Arlo, porque antes de partir le dejé un mensaje para que se reúna con nosotros en Braavos. —Alzó una mano, pidiéndole que guardase silencio—. Pero si vas a enfadarte, espera. Al menos déjame terminar antes. 

 Tragó saliva y respiró lentamente. Se encogió de hombros.

—Lo siguiente lo sabes. Me abrazaste y empezaron a brotar flores. Y ya no volvió a pasar nada hasta esta noche. Esta noche sentí mucho frío, muchísimo, y al abrir los ojos estaba en un páramo helado. No había árboles, no había arbustos, ni luna ni estrellas. No había nada. Sólo hielo, en todas las direcciones. Y allí había una mujer que dijo ser Lady Malora. Me mostró... un caudal de muertos... q-q-que caminaban —se le dificultaba hablar de aquello, tan reciente y angustiante—. Y allí estaba Padre, caminando sin vida... Y estaba Daniel... Y estabas tú —Sus labios se fruncieron y notó cómo sus ojos se humedecían—. Y muchísima otra gente, todos ellos muertos, caminando sin voluntad alguna. Y me... me dijo que ese era el futuro si no hacíamos algo. Dijo que los que nacen en el séptimo día de la séptima semana del séptimo mes tienen un don, que representan un avatar. Eso no lo entendí muy bien. Dice que ella es el cuervo y que Ser Dwain es el avatar de un dios, del Kraken. Y dice que no saben cuál es mi avatar, pero que Ser Dwain se equivoca conmigo. Que yo no soy la espada esa, porque no soy lo suficientemente buena. Que he mentido y que he deseado que alguien muriese —Se calló un instante, guardándose para sí que la muerte que había deseado había sido la de Lady Bethany—... y que he arrebatado una vida. —Y al llegar a ese punto sus ojos se empañaron y su mano se detuvo sobre su vientre—. Con el té de la luna... —explicó, con un sollozo, aunque hizo de tripas corazón para seguir hablando—. Y dice que la espada de luz nunca habría hecho esas cosas porque es la esencia de la pureza y la bondad y que por eso yo soy un problema. Porque dice que Ser Dwain va a ir al norte antes de tiempo porque cree ciegamente en mí y va a morir por mi culpa y entonces ya no va a estar cuando lo necesiten de verdad para luchar. Y él cree que no importa que no esté porque estaré yo y podré vencer a la oscuridad, pero yo soy un fraude y no sirvo. Ni siquiera sé hacer nada yo sola, lo del pajarito fue por Ser Dwain y las flores fueron por ti. Todo se va a estropear por mi culpa, ¿entiendes? Porque el caballero cree en mí y yo no soy lo bastante buena. 

Tuvo que sorber por la nariz y se pasó las manos por los ojos antes de terminar. 

Y creo que lo que quiere Lady Malora es que mantenga con vida a Ser Dwain. Que lo retenga hasta que llegue el momento y que vaya a su lado cuando vaya a enfrentarse con el Rey de la Noche, que es la encarnación de toda maldad, y lo salve. Me puso una flor en el pelo durante el sueño —remató—. Cuando desperté, la tenía conmigo. Está ahí, en la mesita. 

Lo miró, con los ojos anegados en lágrimas y llenos de temor. No sabía cómo iba a reaccionar, si la creería loca o la rechazaría. Pero en ese momento se dio cuenta de que había algo más.

Y aún no te he contado lo de la vidente.

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04/09/2019, 18:41
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

El joven continuó escuchado y cada vez la miraba más fijamente. Aceptó el vaso de agua y le do un sorbo. 

Noche eterna y espada...vale. Sigue, sigue.— Pidió prestando atención.

Carellyn continuó con su relato y llegó el turno del pajarillo. Cuando trató de observar el rostro de su esposo, comprobó que tenía los ojos más abiertos de lo habitual.

El maestre...el maestre también.— Comentó asintiendo y negando a la vez, a ratos.

Mientras, Carellyn continuó con su relato y al ver que se angustiaba y comenzaba a casi sollozar, la tomó la mano para tratar de tranquilizarla. Al ver que no era suficiente, directamente la abrazó y besó con ternura, casi como si su mujer se fuese a romper si lo hacía con más pasión. Volvió a sentarse pero la arrastró y la sentó en su regazo asintiendo para que continuase con su historia, mientras la envolvía con su brazo por la cintura para que le sirviese de apoyo.

Cuando finalizó e hizo su última afirmación, Arlo tenía la boca entreabierta.

Ah, ¿pero que hay más?.— Se encogió de hombros asombrado. Luego agitó la cabeza para despejarse y centrarse y volvió a mirarla. —Mira, Lyn. Yo no sé nada de noches con muertos ni pajarillos ....ni mujeres locas que se te aparecen en sueños.— Dijo primeramente. —Pero, ¿sabes?, cuando estuve en la Isla del Oso con Ser Jorah, escuché historias de gente, que podía ver y sentir a través de los animales. Los llaman cambiapieles. Dicen que son muy pocos y siempre lo ha conocido el amigo de un amigo. — Explicó para luego encogerse de hombros. —No sé si eso tiene algo que ver con lo que me cuentas. La verdad es que no he entendido ni la mitad de lo que me has contado. Pero vamos...que eres una especie de bruja o algo así, ¿no?.— Preguntó con duda.

No sé que decirte Lyn.— Dijo sin dejarla tiempo a responder. —Pero yo te he visto hacer crecer flores y arbustos. Eso lo tengo claro. Y eso no lo hago yo. Si no lo haces tú que nos digan los Stronghorse qué abono usan para sus plantas y cosechas, porque el pueblo no volverá a pasar hambre nunca.— Sonrió tratando de animarla.

Yo te amo seas lo que seas, Lyn. Eso tenlo muy presente. Pero si te preocupa mucho todo esto que me cuentas, no sé, quizás tienes aún que comprender las cosas, como cuando yo comencé con la espada, que no daba una.—

Trató de explicar intentando encontrar algún símil

¿Por qué no intentas algo más sencillo?— Preguntó quitándose la venda de la mano en la que se había provocado un corte para manchar las sábanas la noche que compartieron en la torre de invitados. —Mira, ya está mucho mejor pero no ha curado del todo. Lo mismo esto es más fácil que devolver la vida a un pajarillo muerto. Como si fuesen los primeros movimientos que aprendes con la espada que luego se van complicando...¿no?—

 

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04/09/2019, 19:38
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Que no saliese corriendo en busca de ayuda fue un alivio. Sentir su cariño rodeándola mientras terminaba su relato la ayudó a dejar atrás el mal rato que había pasado mientras soñaba. Apoyó la cabeza en su hombro y asintió en silencio cuando preguntó si aún había más. Después lo escuchó hablar de esos cambiapieles y sintió curiosidad. Sonaba a algo que ella le podría haber contado a Daniel para ayudarlo a conciliar el sueño, pero lo que ella había estado diciendo no debía sonar muy distinto. 

Se incorporó para mirarlo con el ceño fruncido con extrañeza cuando preguntó si era una bruja. Iba a decirle que por supuesto que no, pero él siguió hablando y no pudo evitar devolverle la sonrisa, aún con los ojos llorosos y todo. 

Bajó la mirada hacia su mano cuando se desprendió de la venda y contempló la herida con ojo crítico, estudiando su color como le había enseñado el maestre. No se sentía muy animada para hacer más experimentos, pero lo que le pedía le parecía sencillo y a él no podía negarle nada, así que asintió. 

—Claro, lo intentaré si quieres. Pero no te decepciones mucho si no funciona, ¿vale? —le pidió—. Y no soy ninguna bruja, no hago pociones ni nada raro —aseguró, como si eso fuese algo evidente—. Abrázame fuerte, anda. 

Con esa petición, cogió su mano entre las dos suyas y cerró los ojos. No sabía muy bien qué tenía que hacer, así que simplemente se centró en lo bien que se sentía a su lado. En su aroma, en el tacto de su barba por la mañana y en la calidez de su piel, que notaba a través de la fina tela de la bata. Dejó que esas sensaciones fuesen formando un poso en su pecho que se entrelazaba con el amor que sentía y trató de enviarlas a través de sus manos. 

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04/09/2019, 20:17
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

No me decepciono. Con lo de las flores me conformo.— Sonrió. 

No tuvo que repetir dos veces que la abrazase y dejar descansar su rostro en el cuello de ella. Hubo un momento que rió extrañado. —Noto como un cosquilleo. Un calorcillo...— 

Y algo pudo notar también Carellyn, como si por sus manos fluyese, algo. No era un líquido, ni nada que pudiese explicar. Sólo una especie de calor, de latido... Cuando se detuvo, pensó que era el momento de mirar y se retiró. Arlo intuyó el momento por su movimiento e hizo lo mismo.

¿Ya?. Preguntó con curiosidad.— Cuando Carellyn retiró la mano, la de Arlo estaba intacta. Sólo un pequeño rastro de una cicatriz que debería haber sido mucho mayor de curarse por causas naturales. Arlo dio un pequeño respingo. Miro la mano, luego a Carelly, luego a la mano...Se frotó donde estuvo la herida como si pensase que debajo de algo volvería a aparecer. La abrió y cerro dos o tres veces antes de mostrársela maravillado.

¡Lyn, mira!.— Se señaló con el dedo y negó como si le hubiese dado un calambre. —Te juro que yo no he hecho nada.— Volvió entonces a mirar su mano. —Pero qué...cómo... ¡¿Que más puedes hacer?!.— No pudo evitar besarla sin ningún tipo de contención apretando mucho los labios contra los de ella, provocando un sonoro "muak" al separarse.

 

Notas de juego

Nueva habilidad desbloqueada: Curación

—Puede curar su CONx2 puntos de daño a otros por turno, si tiene contacto con la herida. Gasto: ninguno

—Puede curar  heridas leves en 8-su CON horas/cu. Gasto: ninguno

—Puede curar heridas graves en 8-su VOL días/cu. Mínimo contacto 8 horas al día (no han de ser seguidas). Gasto: 1 punto de destino. Una vez gastado puede curar todas las heridas graves del paciente de esa forma.

—????

 

 

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04/09/2019, 20:56
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

—No sé... —respondió, asomándose ella también con curiosidad. 

Miró la mano y luego se la cogió y la miró más de cerca. Tocó con el dedo donde había estado la herida. 

—¿Te duele? —alcanzó a preguntar antes de que sus labios se uniesen.

Se le escapó una risa y se abrazó a él para besarlo de nuevo. En los labios, en la nariz, por toda la cara. En un momento había sido capaz de aligerar todas sus preocupaciones y sentía que no podía quererlo más. 

—No lo sé —respondió, con sinceridad—. No tengo ni idea. Para eso necesito a Ser Dwain. —Se reclinó contra él, entrelazando los dedos de su mano con la suya y apoyando la mejilla en su hombro—. Lady Malora dice que podría devolverle la vida a alguien que me importe con un beso, pero creo que exageraba para animarme. Y además —señaló su mano—, esto lo he podido hacer porque estás aquí y me abrazas. Si me dejas sola ya no sé hacer nada. Así que sí que haces tú. Yo sólo... no sé. Lo oriento o algo así. 

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04/09/2019, 23:08
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

O sea, que yo sería como la comida que nos da fuerzas y tú la que come y hace el esfuerzo, ¿no?— Preguntó sonriente buscando la punta su nariz y besándola.

Continuó escuchándola y cuando mencionó lo de poder devolver la vida con un beso, abrió mucho los ojos. —¿De verdad?. Bueno...sea cierto o no, sólo espero que nunca tengas que comprobarlo, mi amor. Que nunca tengas que besar a alguien que te importe, porque está muerto. — Dijo sin soltar su mano,  abrazándola fuerte contra su pecho.

Pero sí que te digo una cosa...— Advirtió. —Aquí, sentada encima mía, con una tela tan fina, con esa bata que cuando te mueves...ehh...uff. Sí, tus besos resucitan y mucho.— Aseguró mirando a Carellyn y luego al lecho. Aunque luego arrugó la nariz de forma pensativa.

Una cosa quería preguntarte antes, porque de esta no te vas a librar, pero sí una cosa. Y de verdad que no es broma.— Anticipó.

¿Tu crees que...? bueno, quiero decir...lo nuestro...cuando tú y yo...eso. A ver...que si las cosas que puedes hacer y lo tuyo tiene algo que ver con que no me canse nunca y pueda estar toda la noche, parar a beber y seguir todo el día.— Logró soltar por fin. —Porque a ver Lyn, yo soy un hombre joven y sano. Y sé que puedo desempeñarme como un hombre en el lecho y ser cumplidor. Pero...bueno, contigo no sé que me pasa. No es normal. Es como si te amase tanto que no necesitara ni aire.— Reconoció. 

Y no te rías, que te veo venir y te vas a reír de mí. Que lo pregunto en serio. 

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05/09/2019, 00:39
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Al escuchar el paralelismo con la comida, Carellyn movió un poco la cara para morder suavemente su hombro, apenas marcando los dientes para hacer la broma. Y luego asintió con la cabeza, poniéndose más seria por un instante, pues ella también esperaba no tener que comprobar nunca si Lady Malora había hablado en serio o sólo trataba de darle ánimos. 

Pero al momento siguiente Arlo ya estaba diciendo tonterías y se rió. 

Tal es mi poder —dijo, al escuchar cómo le resucitaban sus besos. 

Y ya estaba empezando a moverse sobre él para mirarlo de frente, suponiendo que esa conversación había terminado por el momento e iban a continuar por otros derroteros más apetecibles, cuando Arlo dijo que quería preguntar algo y detuvo el movimiento a medias para escucharlo. 

La carcajada que soltó vibró en el aire antes de que se tapase la boca con la mano para no hacer demasiado ruido. Por mucho que su esposo le hubiese pedido que no se riera no podía evitarlo y tardó algunos segundos en poder hablar de nuevo. 

—Oh, por los Siete. Pues claro que no tiene que ver, ¿cómo va a tener que ver? —dijo, convencida, riendo otra vez—. A ver, ¿de dónde te has sacado esa relación? Eso es porque eres insaciable y porque me amas —explicó con sencillez—. Y yo te amo a ti y por eso podría estar amándote todo el día, con mis labios, con mis dientes y con mi cuerpo entero. —Lo besó con pasión incipiente—. ¿Quién necesita parar a respirar cuando puede alimentarse del amor? —Y lo besó de nuevo, entreteniéndose con sus labios. 

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05/09/2019, 01:57
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C

—Sí claro que te amo, pero...— Se detuvo ante aquel beso que le sedujo como a un insecto el polen. —Y ahí se acabaron las preguntas pues no hizo ni amago de ir hasta la cama. Allí mismo tiró suavemente del pelo de Carellyn hacia atras, para perderse en su pecho y deshacer la bata que lo cubría. No mintió cuando dijo que se sentía capaz de estar así día y noche con ella pues empezaba algo que estaba determinado a acabar.

Las manos comenzaron a despejar la tela que cubrían las piernas de su hermana y las abrió para que lo apresara y envolviese con ellas. Pudo sentirle entonces dispuesto por el roce que acariciaban sus cuerpos y sus sexos.

Unos golpecitos a la puerta de al lado se escucharon entonces. Una voz dulce y ya conocida se escuchó desde fuera. La voz de Lynesse.

Arlo, ¡buenos días!. ¿Estás despierto? ¿Puedo pasar?. Venía a mostrarte un sitio precioso para ver el amanecer y tomar el desayuno juntos.—

Casi inmediatamente se pudo escuchar otra voz igualmente reconocible. La de la tía de ambos.

Lynesse. ¿pero que haces tan temprano?. Anda deja que descanse que casi se le han juntado dos viajes sin apenas descanso....que sí...sí. Hale venga, vamos...si luego lo vas a ver, cariño. Que síiii... venga hija que pareces una yegua en celo. Ya podrías ser más discreta ¿no?, que te lo comes con los ojos....sí muy guapo, sí...uyyy sí y qué alto y qué brazos.— Se escuchó la voz alejándose.

Arlo negó ya hasta enfadado.

Es que no me va a dejar tranquilo...al final Lyn...te beso delante de ella. Ya verás...como siga así la invito a que mire aquí dentro y se vaya a paseo.— Al final se le escapó una sonrisa. —Tía Rhonda es como un perro guardián, ¿eh?.— Negó divertido. —Seguro que estaba despierta por Brandon o algo y se le debe haber quedado una cara al oírla o verla pasar...— 

Bueno...otra vez solos... —Sonrió con malicia, dejando claro que a él no se le había apaciguado el deseo.

 

Notas de juego

Bueno, pues en realidad te queda lo de la vieja y tirar para Sotodegold, no?

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05/09/2019, 02:33
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día de la Vieja. Mes del Padre. Año 289 A.C.

La respiración de Carellyn ya empezaba a agitarse cuando la llamada a la puerta de Arlo hizo que diese un respingo. Sus manos se apretaron sobre los hombros de su hermano y sus ojos se fueron hacia la puerta con incredulidad al escuchar la voz de Lady Lynesse. 

La voz de la tía Rhonda acudiendo al rescate le sacó una sonrisa divertida, más cuando escuchó lo que le decía mientras, sin duda, se la llevaba lejos de allí. Y al escuchar la indignación de Arlo se tuvo que reír por lo bajo. 

—Tal vez deberías decirle que no te interesan las mujeres —sugirió, apretando las mejillas para contener la sonrisa—. Hay hombres así —aseguró, asintiendo con la cabeza, aunque ella no conocía a ninguno—, eso he oído. Sobre todo en el sur. Me temo que va a ser el único modo de que te libres de ella, parece insistente de verdad. Y no creo que esté acostumbrada a que la rechacen —aventuró, convencida de que no se equivocaba en demasía—, cuanto menos caso le hagas, más insistente se pondrá. O tal vez podríamos adelantar el viaje a Sotodeoro. 

Tras esa perla de conocimiento femenino que se acababa de sacar de la manga y de los cotilleos llenos de sabiduría que había escuchado a las criadas de Riverside, volvió a mirarlo a los ojos y el resto del mundo se difuminó a su alrededor. 

No te imaginas las ganas que tengo de estar lejos para que dejemos de escondernos —murmuró, antes de inclinarse para besar sus labios, confirmando así que ella tampoco estaba dispuesta a dejar lo que tenían entre manos por la bruja. 

Notas de juego

Efectiviwonder. Pero lo de la vieja ya lo dejará para el día siguiente, para no saturar al muchacho. Esta tarde a la bruja le va a proponer que pose para ella para tenerla entretenida unas cuantas horas y que deje a Arlo en paz, se le va a pegar como una lapa en plan bff y que así el chico pueda respirar XD. Y a la tía Rhonda querrá hablarle en privado antes de irse, pero eso después de Sotodeoro. 

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05/09/2019, 03:29
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día del Herrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Habían aprovechado que casi todos en el palacio se habían retirado para descansar después de comer para escaparse a la playa que había al final del puerto para dar un paseo a solas. Carellyn se había descalzado al llegar a la arena y caminaba con los zapatos en una mano y cogida del brazo de su hermano para poder avanzar mejor. 

Por un lado le gustaba escuchar el rumor del mar y sentir la brisa en el rostro. Por otro, ya se le habían empezado a enrojecer la nariz y las mejillas por el sol y esa misma brisa no paraba de agitar sus cabellos despeinándola y poniéndola nerviosa. Caminar sobre la blanda arena era difícil y más cansado que hacerlo sobre tierra firme o césped. Si el balance era positivo sin duda era por la compañía. 

Llegaron hasta unas rocas y ahí se dejó caer para sentarse en ellas, agotada por la breve caminata. Su mano tocó el pergamino que llevaba en un bolsillo por fuera de la tela y sus ojos buscaron los de su esposo cuando comenzó a hablar. 

—Ayer al final no te conté lo de la vidente —comenzó, segura de que era algo importante—. Ven, siéntate conmigo y deja que te lo explique. 

Esperó hasta que él se acomodó cerca de ella y entonces siguió hablando. 

—Hace un par de años fui a la feria de la cosecha con Helaena para ver a una vidente de la que hablaba todo el servicio del castillo —explicó—. Era una anciana ciega que daba mucho miedo y nos leyó el futuro a las dos... Creo que deberías saber lo que me dijo, pues varias cosas de las que profetizó han comenzado a cumplirse. 

Dicho eso, sacó el pergamino de entre su ropa y se lo ofreció para que pudiera leer lo que había transcrito aquella noche al regresar al castillo. 

«Cerca de ti existe mucho odio. Cuidado, pues el odio es como una lengua de fuego que lo consume todo. Si cerca estás de él, acabará por engullirte. 

Tu futuro es una encrucijada. Tendrás que tomar una decisión, y no será una decisión fácil. La felicidad y el amor están en tu propia sangre. Si sigues el camino de la sangre, encontrarás la felicidad y como su sombra, más tarde la desdicha. El fuego lo consume todo. Si sacrificas tu felicidad, tendrás un matrimonio con un hombre que no te amará. Tampoco tú a él. Toda sombra proviene de una luz. Y más adelante la encontraras. Mellizos iluminarán tu triste vida.

El Renacido te mostrará un espejo en el que podrás mirarte y ver por fin quién eres. Sea cual sea el camino que escojas, ya nunca flaquearán tus fuerzas. Tú eres el futuro, mi niña.»

Esperó pacientemente hasta que él pudo terminar de leerlo y entonces se inclinó hacia delante para explicarle algunas cosas. 

El Renacido es Ser Dwain y con lo del espejo creo que se refiere a eso que me hizo cuando me devolvió los recuerdos de mi madre. ¿Y ves? Ella también me dijo eso del futuro, como él. Y lo de la encrucijada... Estaba determinada a no elegir ninguna de esas dos opciones, pero al fin lo hice, ¿no? Te escogí a ti, la felicidad y el amor. Y ahora tendremos que lidiar con la desdicha y ese fuego que todo lo consume. —Hizo una pausa y negó con la cabeza—. Quizá te parezca una tontería, pero creí que debías saberlo antes de que nos vayamos. Tal vez, si somos cuidadosos, encontremos el modo de escapar de la desdicha de ese destino.

Frunció los labios y agregó algo más. 

—Estuve buscando a la anciana cuando sus augurios comenzaron a cumplirse. Quería preguntarle cómo evitar esos finales que vaticinó. Me dijeron que seguramente cuando termine la guerra habrá festejos, tal vez un torneo, ya sea en Pyke o en el Dominio y que allí sería mi mejor oportunidad para encontrarla, si es que aún sigue viva, porque era muy vieja... Pero ahora ya no podremos buscarla.

Hizo una pausa y se lo quedó mirando antes de hacerle un gesto con la barbilla.

—¿Qué te parece a ti? 

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05/09/2019, 11:50
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día del Herrero. Mes del Padre. Año 289 A.C

Durante el paseo, Arlo imitó a Carellyn y se descalzó. Él sin embargo parecía disfrutar más de la arena y hundía con gusto los pies en ella divirtiéndose en ocasiones como un crío. Le hizo gracia ver como el sol había sonrojado el rostro de Carellyn poco consciente de que el suyo no andaba muy lejos. Contó que tenía un ungüento que Ser Jorah le había enseñado a fabricar para aliviar y protegerse de las quemaduras que provocaba el sol. Explicó también como anécdota, que cuando el sol brillaba sobre la blanca nieve, podía quemar tanto o más que en un caluroso día de verano.

Cuando llegaron a las rocas, pudo notar como estaba muy relajado y feliz. Daba la sensación de que se sentía colmado, que todo lo que anhelaba lo tenía; pasear junto a ella en la playa y poder conversar tranquilos, compartir las noches, reír con la naricilla roja  de su esposa y sin duda imaginar una vida junto a ella donde pudieran ser ellos mismos sin reserva alguna, como lo eran en aquel instante.

Tomó asiento junto a ella, muy cerca, y siguió con la mirada atento el pergamino que sacaba. Lo tomó y lo abrió sosteniéndolo cerca de ambos para que pudieran leerlo juntos.

Sin apartar la vista de la lectura salvo un par de veces para asentir a lo que le decía, lo revisó al menos dos o tres veces. Curiosamente no tuvo ningún gesto de sorpresa o extrañeza reflejado en su expresión.

Entiendo lo de la sangre, sí. Pero ¿a qué se refiere con que tienes cerca mucho odio?. Los Stronghorse no te odian o a mí no me lo ha parecido. Más bien lo contrario...te aprecian. Y advierte que si estás cerca de él te acabará engullendo también a ti.—

Dijo incapaz de entenderlo tras haberlo leído varias veces.

¿Y por qué Ser Dwain es el Renacido?. No comprendo por qué ese nombre. Quizás no sea él. Lo de tu madre...bueno, no veo que tenga relación con un espejo ¿no?—

Dudó sin ocultarlo.

Esperó sus aclaraciones u opiniones, para después añadir algo más.

Mira, dice que sea cual sea el camino que elijas, ya nunca flaquearán tus fuerzas.— Señaló con el dedo. —Yo creo que se refiere a que eres una mujer fuerte, Lyn. Y sea lo que sea que te auguran esas desgracias, podrás sobreponerte.— Miró entonces al mar un momento en silencio.

He estado pensando... y creo que nos esperan momentos muy difíciles como nos advirtió tía Rhonda. Pero también que son esos momentos los que nos hacen apreciar de verdad las cosas que tenemos...o que nos faltan.— Giró el rostro para volver a mirarla. — He pensado mucho en ti durante estos años, pero cuando más me he acordado de ti, ha sido en los peores momentos; cuando estuvimos cerca de morir congelados, cuando luché contra los hombres de las islas...— Suspiró con levedad. — Tal vez por eso aprecio tanto lo que tenemos, lo que nos amamos. Y creo que, por muchas desdichas de las que seamos presa, eso sólo hará que apreciemos más lo que tenemos y lo que hemos luchado y sacrificado por tenerlo. Nos unirá más si es que se puede.— Aseguró con ternura.

Así que que vengan si quieren todas las desdichas. Mientras esté contigo, no las temo.

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05/09/2019, 12:49
Carellyn Flores

Antigua. Cuarto día del Herrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Carellyn escuchó sus dudas con la mirada sobre el papel y luego la levantó para mirarlo a él, ladeando un poco el rostro. 

—Siempre he pensado que lo del odio se refería a Lady Bethany —reconoció, frunciendo los labios pues bien sabía ya que era un tema delicado para él—. Ella y Dara son las únicas personas que me odian, o eso creo. Y tiene sentido en realidad, porque si Lady Bethany descubriese algún día nuestro engaño querría hacerme arder. 

No quiso detenerse mucho en eso, para no herirle así que pasó enseguida al siguiente punto que había mencionado.

Cuando Ser Dwain tenía nuestra edad su padre lo condenó a muerte —explicó, buscando su mano para jugar con sus dedos mientras hablaba—. Le permitieron morir según sus creencias y lo arrojaron al mar, donde se ahogó. Pero entonces la Diosa Ahogada lo devolvió a la vida, según él para que pudiera encontrarme, y lo dejó en una playa. Por esto es el Renacido, porque murió y volvió a la vida. —Tras la explicación volvió a mirar hacia el pergamino—. Y lo del espejo es difícil de explicar. Pero cuando él me hizo eso en el jardín, lo de su voz, sentí como si pudiera verme a mí misma reflejada en ella. Pude ver su reflejo en mí, ¿entiendes? Desde ese momento me he sentido más fuerte, distinta. Por eso creo que se refiere a eso.

Lo escuchó después con atención y cuando habló de esos momentos en que sus fuerzas podrían haber flaqueado se acercó más a él para besar su mejilla con dulzura. 

Lo único que me da miedo —confesó entonces, volviendo a mirarlo— es que esa desdicha nos separe. Pues perderte es lo único a lo que no podría enfrentarme. 

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05/09/2019, 14:29
Ser Arlo Rowan

Antigua. Cuarto día del Herrero. Mes del Padre. Año 289 A.C.

Atendiendo a la primera explicación de Carellyn, el rostro de Arlo se tensó ligeramente. AUnque no parecía que de la misma forma que en otras ocasiones que pudiese haber salido el tema a relucir. Era como si ahora, entendiese que la verdad, por dolorosa que sea, no deja de ser verdad...pero por ser verdad, tampoco dejaba de ser dolorosa. 

Se limitó a asentir y dejar correr aquello, atrapando el salvavidas que Carellyn le arrojaba al no extenderse más en ello. Y como si de un gesto de agradecimiento se tratase, acarició el brazo de la joven, antes de continuar escuchando.

La revelación que luego escuchó sobre el caballero y que Carellyn soltó con total cotidianidad, sí que lo descolocó un poco. No era que no la creyese. Era más bien como que la aceptación de todo lo referente a lo que ahora rodeaba a su esposa, tuviese que ser asimilado en dosis más pequeñas. Aún así se limitó a asentir, quizás con algo menos de convicción de la deseada por Carellyn, pero no carente de confianza en sus palabras.

El gesto de la joven al besarle en la mejilla, le inspiró una sonrisa comedida. Y la palabras posteriores, que posara la mano sobre la de ella.

Sólo podría separarme de ti si la muerte así lo decidiese. Pero tengo tus besos, sin importar si eres o no una mujer con talentos...extraños— Sonrió al no saber bien cómo definirlos. —Tus besos siempre me traerán de vuelta...

Besó entonces sus labios. Un beso no dilatado en el tiempo, pero tampoco fugaz y cobarde. Un beso natural, de afecto y amor. Un beso que surge de forma espontanea entre parejas al darse los buenos días, al volverse a ver cuando uno regresa de haber estado comprando provisiones en el pueblo o al observar los primeros pasos que dan sus hijos.