Partida Rol por web

Historias del Dominio

Viviendo en el pasado

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19/05/2018, 01:39
Aldern Dayne

2º Día de la Doncella. Mes de la Madre. Año 286.

Habían pasado sólo unas horas desde el encuentro con Carellyn y Aldern apenas sabía qué pensar. Se encontraba tirado en la cama, con el violín apoyado a su lado y los dedos pulsando las cuerdas de manera inconexa. Hacía vibrar una y al momento posaba el dedo sobre ella, deteniéndola.

No era alguien acostumbrado a dejarse llevar por sus sentimientos ni por sus impulsos. Muchos de sus movimientos estaban cuidados, incluso preparados, y aunque en ocasiones se dejaba llevar durante los entrenamientos aquello había sido diferente. Normalmente él mismo buscaba ese momento en que su cabeza se apagaba, pero no había sido así aquella tarde.

Los encuentros de las semanas anteriores habían sido casi un juego. Una mirada aquí, unas palabras más alargadas allá... El chico creía que sabía qué fibras tocar para inflamar el pecho de cualquier muchacha. A veces la había esperado, aguardando hasta oír cómo se abría la puerta del pasillo para salir de la habitación y provocar aquellos momentos. Se le hacía divertido tensar la cuerda, dejando que el ambiente se cargarse de tensión, y alargar el momento hasta que parecía que la única solución era encontrarse o marcharse. Y probablemente habría podido estar así meses... De no ser por lo de esa tarde. ¿Cuál había sido el problema entonces? Lo inesperado, quizá. Aldern no se esperaba encontrarse a Carellyn caminando al lado del muro, ni tampoco caminar a su lado con sus ojos suspendidos en los de ella. Y la muchacha había dicho algo, ni siquiera recordaba qué, que le había erizado la espalda. Un momento más tarde bebía de su boca y estaban allí, contra la pared de piedra. ¿Había hecho bien? Aldern quería pensar que no había un bien o un mal, pero sólo podía esperar que la chica no se lo hubiera contado ya a las jóvenes Stronghorse.

Exhalando el aire de los pulmones se sentó en la cama y se frotó los ojos. Pasaba sólo media hora del atardecer, aún era temprano, pero no quería salir de su cuarto hasta que no supiera cómo iba a enfocar aquello. Sin embargo era complicado tomar una decisión sin saber qué pensaba ella. O más bien si iba a hablar. Si lo había hecho ya.

Acabó por tomar el violín y empezó a tocar. Había descubierto con los años que aquello lo relajaba y le ayudaba a centrarse. No hacía mucho que había oído una puerta, pero no estaba seguro de si había sido la de ella o la de Meredith. Dejó que los minutos pasasen mientras la música llenaba el cuarto y daba forma a lo más parecido que podía tener a un plan. A una prueba.

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19/05/2018, 02:14
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Una de las cosas que su padre había dicho siempre era que tenía que saber adónde miraban los ojos de cualquiera. Que si estaban pendientes de una mano, la otra podía hacer cuanto quisiera, y sólo tenía que mantener la primera en movimiento. Aquello se aplicaba a muchas cosas, desde luego, pero Aldern hacía años que iba más allá. Ya no importaba adónde miraban, sino adónde no. Y un lugar en donde nunca miraba nadie en aquel castillo era la torre de invitados.

De modo que allí se encontraban una vez más Carellyn y él. ¿Cuánto hacía que compartían esos momentos, año y medio? Y lo que había empezado como algo únicamente físico se estaba convirtiendo cada vez más en otra cosa. Esa tarde, por ejemplo, llevaban ya veinte minutos en la habitación y aún no estaban desnudos. Aldern, sentado en una silla, la dibujaba dibujar. Llevaba un tiempo aprendiendo, y cada vez se le daba mejor... O menos mal.

—¿Cómo vas tú? —preguntó, alzando la cabeza para intentar ver el papel de ella—. ¿Has acabado ya?

Uno de los grandes defectos que tenía Aldern como dibujante era la falta de paciencia. No era así con otras cosas, como con el sitrang, pero en el caso de los dibujos la perfección podía llegar a ser... Tediosa.

- Tiradas (1)
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19/05/2018, 02:41
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

La sonrisa se estiró en los labios de la joven cuando Aldern habló. Había estado esperando que la paciencia del chico se tambalease desde que se había sentado en el suelo para dibujar y le sorprendía que hubiese tardado tanto. Dibujó un par de trazos más antes de alzar la mirada hacia él. 

Sólo estoy haciendo un boceto —dijo, acercando el papel a su pecho para evitar que lo viese—. Lo terminaré después en mi cuarto. 

Una parte de su mente viajó en ese momento fuera de aquella estancia cuando trató de calcular qué estarían haciendo las chicas en ese momento y cuánto rato les quedaría todavía antes de que tuviese que regresar. Le resultaba sencillo apagar su mente en aquellos encuentros, pero siempre temía que el tiempo volase demasiado rápido. 

Se puso en pie y sacudió su falda antes de dejar sus útiles de dibujo sobre la mesa. Entonces se acercó a él y puso una mano en su hombro con una naturalidad que había ido creciendo con el paso de los meses pero que sólo mostraba en privado. 

Déjame ver, Day —pidió, al tiempo que se asomaba por encima de su brazo para mirar. 

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19/05/2018, 03:04
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Al ver la sonrisa en los labios de Carellyn Aldern sonrió de medio lado en respuesta. Quiso pensar que eso significaba que ya había terminado, que era una sonrisa triunfal o algo de ese estilo, pero no tardó en saber que no era así en absoluto. Que sólo estuviera en la parte del boceto demostraba lo terrible que podía ser aquello.

Aldern ni siquiera intentó ver lo que la muchacha escondía: daba por hecho que hasta que no estuviera acabado no iba a mostrárselo. Al ver que se acercaba dobló un poco la hoja, como queriendo taparlo también para ella, pero era inútil: era su mentora, después de todo, iba a insistir hasta que el chico mostrase su pésimo trabajo. De modo que se limitó a poner una mano encima de la de ella mientras la muchacha observaba lo que era un retrato ligeramente proporcionado de ella.

—Este no vale porque me estabas desconcentrando —aseguró, girándose para mirarla a los ojos. Sus ojos quedaron enganchados a los de ella un momento antes de acariciar con suavidad los dedos de su mano—. Dibujarte a ti es más difícil por eso. Pero dame cinco minutos y vas a ver.

Aquella promesa no era totalmente infundada. En cuanto a lo que dibujar respectaba, Aldern estaba a muchas leguas de hacerlo como Carellyn. Llevaba semanas recibiendo sus lecciones, pero parecía que faltasen años para que uno de sus dibujos fuera la sombra de los de ella. Sin embargo, el chico había descubierto que mientras que ella dibujaba mejor teniendo un modelo delante él tenía otro método para hacer retratos. Todo empezaba como ella le había enseñado, haciendo la forma del cráneo sin tener en cuenta el pelo ni ninguna otra cosa. Esa era una de las cosas que peor se le daba a Aldern. Y lo otro que se le daba terriblemente mal era copiar los ojos de una persona. Por eso con su nuevo método era lo que hacía primero. Una vez que ya estaban esas dos cosas sobre el papel sólo tenía que pensar a quién se parecía, y completar a partir de ahí. Añadir la nariz, la boca o el pelo en un rostro ya definido era bastante sencillo. La semana pasada, por ejemplo... Es verdad que había querido dibujar a su prima Allyria, pero le había quedado un Gerold bastante decente.

—Cinco minutos nada más —insistió antes de tomar su mano y llevársela a los labios, mirándola aún a los ojos—. Y si me sale bien me das un premio.

Aquello tenía otro beneficio, además. La mayor parte de las veces que hacía aquello acababa por dibujar personas que Carellyn no conocía. Así era fácil justificar cualquier tipo de asimetría.

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19/05/2018, 03:24
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Carellyn dejó salir una risilla con aquel amago de esconder su dibujo, pero ni siquiera le hizo falta protestar para que se quedase en sólo eso. Ladeó el rostro para contemplar el retrato con ojo crítico, intentando que el hecho de que fuese ella misma la retratada no le afectase. 

Sintió el cosquilleo que sus labios dejaban en sus dedos, distrayéndola del dibujo, recordándole lo que solía pasar cuando se encontraban a solas, pero por el momento no respondió a la petición de Aldern. 

¿Y qué se supone que hago exactamente para desconcentrarte? —preguntó en su lugar, llevando su mirada hacia la de Aldern por un momento, para después volver a mirar su dibujo—. No está mal, se parece un poco a mí y todo. Pero podrías probar a difuminar un poco más estas sombras... —Mientras hablaba se inclinó sobre él para frotar el papel con el dorso de su mano—. Así, ¿ves? Y creo que te ayudaría hacer las líneas del rostro. Si lo trabajas un poco más podría quedarte bastante bien.

Volvió a incorporarse para observar el dibujo durante un par de segundos y entonces giró el rostro para encontrar de nuevo su mirada. 

Cinco minutos, claro —dijo por fin, con una sonrisa—. Sorpréndeme y podrás pedir un premio. 

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19/05/2018, 03:41
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Mientras Carellyn respondía Aldern aprovechó para dejar un beso en sus dedos. Acto seguido, con su pregunta, la buscó la mirada y alzó una ceja, consciente de que no sería necesario responder a eso. Se lo había dicho una y cien veces, y no todas como excusa: su forma de mirarle mientras la dibujaba no sólo le desconcentraba, sino que muchas veces le obligaba a dejar el propio dibujo a medias y acercarse para marcar los trazos en su piel con los labios.

Atendió a medias a las indicaciones que ella le dio, y no se molestó en explicarle que ni siquiera era lo mismo cuando ella difuminaba que cuando lo hacía él. Le faltaba práctica, eso estaba claro.

Después de aquello dio la vuelta a la hoja de papel para utilizar el otro lado. Trató de no prestar atención a la muchacha mientras se esforzaba en hacerlo lo mejor posible. O más bien mientras se esforzaba en conseguir un resultado pasable en poco tiempo.

En cuanto comenzó el dibujo y miró los ojos severos de aquella figura tardó unos segundos en encontrarles algún parecido. Entonces continuó el trabajo. Normalmente solía hablar, pero en aquella ocasión el chico permaneció callado todo el tiempo. Trazaba y difuminaba ligeramente inseguro, usando en parte su imaginación y en parte su memoria. Para cuando acabó alzó la vista del papel buscando a Carellyn.

Aquellos ratos que pasaban a solas solían estar llenos de buen humor. Era sencillo cuando uno se perdía en un mar de besos como los de ella. Aldern dejaba atrás gran parte del rencor y del malestar, dedicándose únicamente a disfrutar el momento. Es cierto que no siempre hablaban de cosas demasiado personales... Pero es que Aldern no solía hacer eso, ni con ella ni con nadie. Sin embargo con aquel dibujo en la mano el tono de voz de él fue un poco más grave de lo habitual. Incluso se planteó no enseñárselo, arrugar el papel y pasar a otra cosa. Pero hubo algo, quizá el sitio donde se encontraban, que le hizo dar un paso adelante de manera figurada.

—Es mi padre —explicó sin llegar a tendérselo para que lo cogiera. Él mismo seguía mirándolo—. Tenía una cara parecida a esa cuando se enfadaba.

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19/05/2018, 13:27
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

La muchacha se separó algunos pasos en cuanto Aldern dio la vuelta al papel, dejándole espacio para que dibujase. Mientras tanto, ella se frotó las manos con un pedazo de tela para quitar los restos de carboncillo de ellas. Eso no le llevó mucho rato y terminó dando un par de pasos más para detenerse delante del espejo. Se contempló a sí misma y una pequeña arruguita se formó entre sus cejas al darse cuenta de que un mechón de cabello se había escapado del recogido. Echó una mirada de reojo al chico y empezó a corregir su peinado intentando no desmoronarlo del todo. 

Aquel día llevaba el pelo recogido en la coronilla, en un moño bajo que sujetaban dos trenzas que nacían de su frente, despejando su rostro y bordeándolo. En eso estaba cuando escuchó la voz de él y no supo si le sorprendía más el motivo que había escogido para dibujar o el tono grave de su voz. Se giró para mirarlo y dejó caer el mechón que estaba trenzando sin terminar lo que tenía entre manos para acercarse a ver el dibujo. 

En cinco minutos no se podía conseguir un gran retrato, por mucho que eso desesperase a Aldern, pero era suficiente para intuir algunos de los rasgos del rostro que había dibujado. En un primer momento guardó silencio, suponiendo que, como otras veces, el muchacho no querría hablar de la época en que su padre estaba vivo. Pero quería saber más y tras ese primer instante se decidió. 

¿Se enfadaba a menudo? —preguntó con suavidad, dejando una caricia en su mejilla antes de posar de nuevo la mano cerca de su cuello—. No lo conocí, pero es un buen boceto. ¿Te gustaría terminarlo?

Tragó saliva despacio mientras esperaba su respuesta. Aquel dibujo, o quizás ese tono en la voz de Aldern, había revuelto algo en su interior que crispaba las comisuras de su sonrisa. 

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19/05/2018, 14:06
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288. 

Durante el momento de silencio tras las palabras de Aldern el chico apenas levantó los ojos del papel. Miraba a los ojos a ese hombre con el ceño levemente fruncido, sin tener muy claro qué era lo que quería decir. La caricia de Carellyn le mantuvo cerca de la realidad, pero tardó unos segundos en responder.

—Sí, supongo —contestó, sin que quedase claro al principio si estaba contestando a la primera o a la segunda pregunta. Entonces separó la mano que sostenía el carboncillo del papel, como si esta acabase de darse cuenta de que no iba a proseguir por el momento. Entonces volvió a hablar.

—La verdad es que no recordaba haberle visto enfadado nunca —comentó entonces, reflexivo—. Era más de hablar las cosas con calma aunque fuera un crío. Pero algunas veces sí debió molestarse bastante, pensándolo bien.

Al seguir hablando Aldern lo hizo más lentamente, como si estuviera construyendo la frase al mismo tiempo que su memoria.

—Creo que una vez Ser Arthur estuvo de visita, e intenté colarme en su cuarto para coger a Albor. —El muchacho emitió un suspiro antes de hablar. Trató de quitarle importancia con un gesto de la mano, pero su ceño seguía fruncido y aún arrastraba un poco más las palabras—. Supongo que lo había olvidado.

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19/05/2018, 14:35
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Carellyn escuchaba en silencio cómo el muchacho iba desgranando sus recuerdos. Aquello era algo fuera de lo normal y no quería interrumpir el momento. Ni siquiera se movía, sólo se quedaba ahí de pie, a su lado. Sin embargo, sus dedos sí apretaron un poco más en su hombro con sus últimas palabras. De repente se notaba la boca seca y sus ojos fueron cayendo poco a poco desde el dibujo hacia el suelo. Se humedeció los labios antes de hablar. 

Debías ser un niño terrible, pequeño Dayne —dijo, forzando un poco su voz para que no se notase la tensión de su garganta. Hizo una pausa, contenida, antes de preguntar de nuevo—. ¿Qué más recuerdas de él?

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19/05/2018, 14:54
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Aldern no estaba acostumbrado a hablar de sí mismo. La gente que le rodeaba no solía interesarse por su pasado y con la familia Stronghorse era un tema que no se trataba. Por eso cuando Carellyn pronunció aquellas palabras se le dibujó una media sonrisa al pensar en el crío que había sido.

—El niño más bueno de los Siete Reinos —aseguró en lugar de protestar. Tomó entonces su mano y tiró de ella con suavidad, invitándola a rodearle y sentarse sobre sus piernas. Unos segundos más tarde volvió a hablar.

—Era un hombre bueno —aseguró, recurriendo a una generalidad antes de centrarse un poco—. Era el capitán de la guardia y sus hombres le querían. —Permaneció pensativo unos segundos—. Por lo menos un día a la semana siempre se sentaba alguno de ellos con nosotros en la mesa, y de vez en cuando era él quien comía con ellos.

Mientras hablaba, los ojos de Aldern estaban en los de Carellyn, aunque en ese punto se fueron su mejilla, donde dejó una caricia. Aquellos detalles habían sido fáciles, eran de los que tenía más presentes. Escarbar más en la memoria, sin embargo, sí le costaba más.

—Y decía que si salía desde los Jardines del Agua al anochecer podía llegar a a la cena en Campoestrella al día siguiente, pero nunca nadie le hizo demostrarlo.

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19/05/2018, 15:32
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

No fue necesario que Aldern insistiese, con el leve gesto de su mano fue suficiente para que Carellyn lo rodease y se sentase en sus piernas. Desde ahí lo miró, esperando a que siguiese hablando, y aprovechó su voz para centrarse en él y dejar ir poco a poco sus propios pensamientos. 

Movió un poco el rostro para alargar un poco más la caricia en su mejilla, pero con aquellas últimas palabras del chico, no pudo hacer otra cosa que reír. Carellyn no prestaba demasiada atención a las lecciones de geografía, pero incluso ella sabía que aquello era imposible.

¡Oh, por la Madre! —dijo entonces. —. Para eso tendría que haber tenido un dragón. Como mínimo. 

Sin embargo, nada de lo que Aldern decía realmente hablaba de sus propios recuerdos. No sabía si era una forma del joven de desviar el tema de sí mismo y por un momento estuvo a punto de dejarlo ahí. Pero ese remusgo en su pecho la incitaba a querer saber más y por una vez decidió ceder a la curiosidad. 

Parece un buen hombre —empezó entonces, apoyando con delicadeza los dedos sobre su pecho en una caricia ascendente que terminó en su cuello—. ¿Pero cómo era como padre? 

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19/05/2018, 16:58
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Al oír reír a su amiga Aldern la miró con el ceño fruncido, aún con su cabeza en el momento anterior. No pareció entender qué era lo gracioso de aquello hasta que ella no habló, y entonces lo que hizo fue limitarse a encogerse de hombros, relajando su expresión. Alguna vez se había planteado hacer él aquel trayecto sólo por comprobar cuánto se tardaba... Pero no dejaban de ser sueños de un prisionero.

Aldern asintió lentamente a las nuevas palabras de Carellyn, dándole la razón, y antes de contestar a su nueva pregunta se acercó un poco para besar sus labios. Lo hizo despacio, de una manera entre sensible y tierna, y después se quedó pegado a ella.

—Es el mejor que he tenido —enunció, intentando quitarle un poco de peso al momento a través de la broma. No tardó en proseguir con un poco más de seriedad—. De crío no me pedía que me preparase para ser caballero, ni Lord, ni nada parecido, sólo que fuese tan feliz como pudiera. —Hizo una pausa, llevando una mano al pelo de la muchacha y colocándoselo detrás de la oreja con naturalidad—. Recuerdo que una vez me dijo que ya tendría tiempo para ser adulto, que me preocupase sólo de aprovechar esos años y que las responsabilidades llegarían después. Aunque no creo que se referiese a esto.

El chico hizo entonces una pausa breve, separándose de Carellyn lo justo para buscar de nuevo sus ojos.

—¿De verdad te interesa? —preguntó sin maldad—. Para un rato que tenemos no me gustaría emplearlo en aburrirte.

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19/05/2018, 17:24
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Carellyn cerró los ojos para recibir los labios de Aldern y durante un instante se quedó con ellos cerrados, saboreando esa ternura que tan distinta era al ansia ardiente de los primeros besos. Le gustaba el cambio, aunque aún no se había acostumbrado y se le hacía extraño, como si las cosas fuesen a la deriva sin pedirles permiso. Quizá había llegado el momento de dejar de verlo una temporada, antes de que perdiese el norte, y en eso seguramente pensaría cuando estuviese después a solas en su cuarto.

En aquel momento, abrió los ojos despacio para contemplar los labios del chico mientras hablaba. Notó cómo él le colocaba los cabellos que no había terminado de trenzar y su mano siguió en un gesto automático la estela de la de él, con la inercia de arreglar algo que no estaba bien. La detuvo al llegar a su oreja y entonces se encontró con sus ojos de nuevo. 

Claro que no me aburres —respondió, frunciendo un poquito el ceño—. Es curioso imaginarte cuando eras pequeño. —Hizo una pausa y añadió algo más, bajando la mirada por un momento—. Pero no quiero molestarte si no quieres hablar de ello. 

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19/05/2018, 18:00
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

La respuesta de Carellyn no sorprendió a Aldern. Tenía la sensación de que aunque sí fuese un aburrimiento la muchacha no se lo diría. Habían pasado mucho tiempo juntos, pero ella seguía siendo tan correcta como el primer día. Sin embargo cuando siguió hablando entendió que quizá ese interés sí era real. Con el paso de los meses había asumido que cuando ella misma llegaba a comentar sobre algo significaba que de verdad quería saber más.

—No me molesta —aseguró sin especificar más, aunque una parte de sí aún quería retener toda palabra y comentario sobre su infancia. Entonces alzó una ceja—. Pero aún me debes un premio, no voy a olvidarlo tan fácilmente.

El chico tomó aire y cambió un poco su postura antes de continuar. Se colocó más erguido, quedando cara a cara con ella y rodeándola con los brazos.

—A mi padre... Creo que la vez que más enfadado le he visto no fue conmigo, sino con Gerold —comentó, intentando ubicar aquello en el tiempo. Tras tantos años las cosas se habían difuminado más que el carboncillo de los dibujos de Carellyn. Tardó un momento en hablar mientras trataba de recordar por qué había estado tan molesto su padre. Mientras tanto empezó dando un rodeo—. Él sólo quería jugar a dos cosas: o justas de caballeros, o peleas de espada. Aunque usábamos ramas, claro. Yo ni siquiera podía levantar una espada, imagínate cómo tenía que ser. En cualquier caso, una vez estábamos en la final de un torneo de justas cuando él apunto mal... O demasiado bien —dijo, y llevó una mano a su cara para pasar un dedo por su cicatriz antes de volver a abrazar a la muchacha—. Al ver cómo estaba mi padre creyó que iba a perder el ojo.

Aldern detuvo sus palabras un momento. Aceptar hablar de su pasado era una cosa y que fuera fácil hacerlo era otra bien distinta. Lo que sí notaba era que le costaba más cuanto más se acercaba al inicio de la adolescencia y, con ello, al momento de la muerte de Ser Samwell Dayne, de ahí que todos los recuerdos que rescataba fuesen tan tempranos. Antes de darse cuenta, sin embargo, estaba añadiendo algo más.

—Creo que nunca he visto a nadie que jugase al sitrang como él.

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19/05/2018, 18:44
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Sonrió con la mención al premio que pensaba había quedado ya en el olvido, pero no dijo nada al respecto por el momento. Se recolocó cuando Aldern empezó a moverse y lo miró en silencio mientras esperaba a que siguiese hablando. Con aquella historia sobre su infancia descubría también una cercanía con su primo que no conocía hasta entonces y un brillo curioso pasó por su mirada. 

Sus ojos se desviaron hacia la cicatriz cuando él la tocó y un momento después eran los dedos de ella los que la repasaban despacio, hasta detenerse en el pómulo cuando el chico habló de nuevo. Lo miró a los ojos entonces, creyendo entender de repente por qué le gustaba tanto perder horas y horas en aquel juego aburrido. 

¿Él te enseñó a jugar? —preguntó, soltando su mejilla para apoyar la mano en su pecho. Hizo una pausa, pero antes de que Aldern llegase a responder, añadió algo más, ampliando un poco su sonrisa—. ¿Y qué premio me vas a pedir?

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19/05/2018, 19:16
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Aldern aprovechó la caricia de Carellyn para ladear un poco la cabeza y besar su muñeca, pensativo. Volvió a mirarla con su primera pregunta, y con la segunda su expresión se relajó un poco

—Sólo a mover las piezas —contestó a lo primero. No era, por supuesto, lo mismo que jugar—. Intentaba que aprendiese más, pero me faltaba paciencia para quedarme tanto tiempo pensando.

Aquello era, quizá, lo mismo que le pasaba a la propia Carellyn. Y sin embargo era capaz de estar horas con un dibujo. Al demonio quien lo entendiese.

Aldern se pensó entonces lo del premio. Cuando lo había propuesto, al igual que cuando lo había vuelto a sacar a la luz, era con unos tintes bastante más parecidos a lo que tenía en mente al reunirse con ella. Un premio de esos que implicaba perder la ropa por el cuarto y los cuerpos entre las sábanas. Sin embargo en ese punto no estaba tan seguro de preferirlo frente a otras cosas.

—Que me cuentes algo de ti —dijo al final, aunque al oírle pudiera parecer que no sabía siquiera quién era la chica, de modo que especificó—. Algo de cuando eras cría.

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19/05/2018, 20:14
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

La muchacha movió la cabeza afirmativamente, entendiendo que al niño que había sido Aldern le aburriese el juego. Claro que eso era porque el juego era aburrido, no porque fuese pequeño o poco paciente. Después se quedó callada hasta que llegó una petición que quedaba lejos de lo que había esperado. Pestañeó, sorprendida de que él prefiriese saber algo sobre su infancia a quitarle la ropa, y se tomó un instante más en silencio. 

¿Algo de mí? —repitió, con un tono interrogativo que no parecía esperar respuesta en realidad, sino más bien una confirmación de que él quería algo tan poco interesante como eso como premio—. Oh, bueno... 

Apartó la mirada de él y sus ojos cayeron sobre el dibujo del padre de Aldern. Lo contempló valorativamente y entonces su espalda se tensó un poco. 

Yo no recuerdo el rostro de mi madre —dijo finalmente, apartando su mirada del papel para llevarla a algún punto indefinido de la estancia—. He intentado dibujarla muchas veces, pero no soy capaz. Simplemente, no lo recuerdo. Supongo que murió cuando era demasiado pequeña. 

Pestañeó de nuevo con aquellas palabras y suspiró entre dientes, como si reuniese ánimos para abrir una parte de sí misma que normalmente guardaba bajo llave. Entonces volvió a mirarlo, pero sus labios ya no sonreían. 

Adelante, pregunta. Te lo has ganado. —Se forzó a sonreír para suavizar el momento—. ¿Qué quieres saber?

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19/05/2018, 20:31
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

La sorpresa que tiñó el rostro de Carellyn, rompiendo su habitual imperturbabilidad, provocó un brillo en la mirada de Aldern. El chico asintió cuando ella pareció pedir una confirmación, y al sentir cómo su espalda se tensaba en sus manos la acarició mientras tanto.

Con lo siguiente que dijo la chica él se quedó observándola con una profundidad poco habitual en sus ojos. Los ratos que pasaban juntos solían ser más desenfadados, desde luego, pero eso no significaba que estuviera a disgusto. Más cuando ahora hablaban de ella y no de él.

No hizo ningún comentario sobre sus palabras. Toda respuesta fue un beso en su cuello. Y la verdad es que Aldern creía que aquello cerraba el ciclo de confesiones, pero Carellyn le ofreció ir más allá.

—Podemos hablar de otra cosa si lo prefieres —ofreció, tendiendo una salida a la chica—. Pero sí me gustaría saber cómo murió.

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19/05/2018, 21:02
Carellyn Flores

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Carellyn negó con la cabeza al ofrecimiento del muchacho, decidida a cumplir con lo acordado, pero sus músculos seguían tensos y su postura se había vuelto rígida. Y cuando llegó la pregunta, se movió, desembarazándose de su abrazo con cuidado, con la necesidad evidente de tener algo de espacio antes de responder. 

Así, sus pies la llevaron en silencio de vuelta hasta el espejo y sus dedos retomaron el trabajo que había quedado a medias poco antes. 

La envenenaron —dijo por fin, con ojos serios y tono monótono—. La  mujer de mi padre, Lady Bethany, la envenenó. 

No añadió más que eso y siguió trenzando en silencio el mechón que Aldern había colocado detrás de su oreja. 

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19/05/2018, 21:21
Aldern Dayne

4º Día del Herrero. Mes de Guerrero. Año 288.

Al ver cómo la muchacha se libraba de él Aldern la dejó ir. Apartó entonces el dibujo de su padre, dejándolo sobre la cómoda cercana, y se inclinó hacia adelante. Con los codos apoyados en las rodillas la observó mientras se peinaba.

La respuesta de Carellyn congeló la expresión del chico. Se quedó mirando su espalda, y cuando añadió incluso quién había sido la culpable creyó entender ciertas cosas. Tardó unos segundos en volver a hablar.

—Disculpa —enunció primero, antes de hacer una breve pausa. Ni siquiera puso en duda sus palabras—. Siento lo que pasó. De verdad. —Después señaló lo evidente—. No lo sabía. Si lo supiera no habría preguntado.

Después de eso volvió a guardar silencio. Quería preguntar más, pero estaba claro que la chica no se sentía bien hablando de aquello. Las palabras equivocadas, y la conversación terminaría.

—¿Hay algo más que tú quieras saber? —Se ofreció al final.