Partida Rol por web

El despertar tras los sucesos de la noche anterior no es agradable. El descanso de Paco fue, cuanto menos, una mierda. Toda la noche le dio vueltas al momento en que todo se descontroló y cada uno pareció vivir un pequeño horror particular. Sale de la tienda de acampada con la camisa abierta, la misma del día anterior. Está visiblemente sudada y él despeinado, ojeroso y evidentemente cansado. Chechu aún no debió despertar, o al menos no ha dado señales de ello y está remoloneando. Él siempre fue más madrugar, aquí y en casa.

Contempla primero en la distancia el alboroto que se está formando alrededor de lo que parecen ser los cadáveres del inglés cuyo rollo le molaba y el del cubano campechano. Algo completamente inesperado. Se une a la multitud y pega la oreja, realmente acojonado y con la mayor de las voluntades por hacerse con una idea clara de qué sucede, además de lo evidente. El comentario del cámara y no le pasa desapercibido y niega con una mueca, incrédulo. - Tú lo que eres es gilipollas. - Dice espontáneo, sin pensárselo mucho, recién salido del alma. Ganas no le faltaban por decir alguna palabra a Andrea, la hermana de Salvatore, pero no tenía muy claro el qué al no conocerla realmente ni haber hablado antes. Opta por quedarse cerca y estar atento por si pide algo. Lanza miradas tamién al cadáver de Luis, que parece más desatendido que el resto y le da pena, pues él con su ayuda a la hora de montar la tienda y su predisposición a cocinar para nosotros parecía un tío legal.

Sale de sus pensamientos sobre la vida y la muerte cuando una bocanada de aire, desesperada y vital suena de entre la gente y el hasta ahora muerto parece estar vivo de nuevo, al lado de su hermana. Paco siempre ha sido creyente, que no practicante, y presenciar algo así es más de lo que está preparado para soportar. Al menos, por ahora. Retrocede unos pasos con las manos en la cabeza, los ojos abiertos como platos y murmurando cosas indescifrables para quien no domine el español y las sutilezas del acento y expresiones de andalucía.

La resurrección, pulcra y eficiente como él mismo, había logrado eliminar casi todo rastro de su reciente defunción, de no ser por las múltiples cicatrices en su piel. Los pulmones le ruegan aire, y obediente, lo consigue en una bocanada que hacía parecer que en vez de muerto hubiese estado aguantando la respiración durante todo ese tiempo. Su respiración se ralentiza poco a poco. Sus ojos la encuentran, y la atención vuelve a sus heridas. Levanta ligeramente su desgarrada camisa y sus manos recorren su propio abdomen sintiendo la textura de las cicatrices reemplazar las heridas abiertas.

Con aparente tranquilidad, se resigna a permanecer recostado por unos minutos. Aparente porque, si fuera por él, ya habría estado de pie y buscando a Andrea, pero no sabía si sus renovadas fuerzas se lo permitirían. El primero en notar su presencia fue Phil, a quien asintió en silencio. Janko, para variar, lo trató todo como un espectáculo. Ya decía él que aquel no era el tipo más brillante… Mona, por otra parte, parecía aterrada. Pero él aún no estaba en condiciones de ayudarle. No tenía fuerzas para pararse el mismo, ni siquiera con el estímulo de sacudirse la tierra de la ropa. Como si morir no fuese suficiente, tenía que ensuciar su traje. Escuchaba susurros, gritos, algunos de ayuda, otros de temor. Incluso iba a agradecer al joven que incitó al resto a darle espacio para respirar, pero él mismo desaprovechó ese honor al poner a gritar como si su mujer fuera a dar a luz. No era para tanto. Gritar no les iba a servir de nada.  Lo admitiera o no, todas esas cosas lo distraían y su mirada no se había encontrado aún con la de su hermana, impedido por la confusión a su alrededor.

Al encontrarla, cuando Andy ya avanzaba hacia él, una sonrisa aliviada se dibujó en su rostro. Ahí estaba ella. Estaba viva. Estaba bien. Y sobria… No había dejado que el jodido de Jessie la llevara consigo. Aunque quiso levantarse, el abdomen aún le dolía tanto como cada puñalada sufrida durante la noche, y por más que lo intentó no pudo levantarse. La observó como si de una alucinación se tratara, disfrutando cada caricia y cada beso que le dedicaba. Tranquila, Lucy, estoy bien… - susurró mientras la mujer sollozaba sonriente, avanzando los besos hacia su frente. – Andrea, ya… - hizo un último intento por calmar sus muestras públicas de afecto, aunque tras eso ya se dejo querer en paz. La pobre lo había visto muerto y ahora resucitar. Claro que estaba afectada. Y no había libro de etiqueta que hablara de aquel caso. La abrazó por la cintura contra su pecho mientras ella seguía repartiendo besos por su rostro, sabiendo que a continuación cedería al llanto y perdería las fuerzas buscando refugio en él. La sostuvo así un buen tiempo, esperando que se calmara poco a poco. Y cuando ya sintió que tenía la fuerza suficiente, apoyándose en su codo y luego en su mano, se sentó sin dejar de sostenerla con su otra extremidad, manteniendo el abrazo.

Suavemente se separó un poco de ella y mirándola a los ojos, acarició el suave cabello de la mujer que reposaba tras su delicada oreja.

Estoy bien, Lucy. Estoy entero. – dijo con una sonrisa tranquila – Que no es lo mismo que se puede decir de mi ropa… - bromeó, arriesgando un golpe extra. 

Las conversaciones continuaban y mientras todo se desarrollaba, una extraña luz comenzaba a brotar del cuerpo de Luis, parecía calentarlo, cobijarlo, acunarlo mientras curaba las dos heridas que le habían causado la muerte. Primero, se trataba de su cuello, el cual se selló dejando a su paso solo una clara cicatriz, luego se trataba de su espalda, donde la herida que lo había hecho desangrarse también se cerró.

La luz comenzó a entrar por los poros de su piel, haciendo que recuperara el color y la fuerza, dejando a un Luis renovado y listo para vivir. El hombre se levantó despacio y tomó su habano para volver a disfrutarlo en vida, ahora que podía nuevamente.

Lo sucedido en la noche anterior fue por demás agotador, no tenía energía para armar la fogata que tenía pensado y al igual que todos, solo atiné escabullirme dentro de mi refugio. Temeroso, espectante y confundido por lo sucedido ahí abajo... Ella habrá visto algo?... habrá escuchado las voces?... Que le sucedió?... por el momento eran incógnitas dentro de mi cabeza; y perdido en ellas, me sumí en un sueño profundo. No pude quitarme ni el calzado, la mente estaba desactivada para cualquier acto tan simple, mi cuerpo estaba agotado y dolorido aún, ese chip de apagado se había activado.

Apenas empezaba a abrir mis ojos y traer de nuevo la escena vivida en la noche, esa mirada diabólica y aterradora, esos gritos ensordecedores... Que.... que pasa?... Me precipito a salir de mi sleeping al escuchar gritar a una chica. De forma muy torpe salgo de mi tienda de acampar y veo que algunos ya han arribado y están rodeando algo o a alguien. Me acerco a la escena, pero no alcanzo a ver mucho -Que ha sucedido?- digo, abriéndome paso entre los presentes para poder alcanzar la vista de algo que...¡¡Oh, por Dios¡¡... Me quedo estático al ver a dos de los seleccionados yacer ensangrentados en el suelo, mientras uno de ellos es llorado por quien parece ser su acompañante y un par de chicos y una muchacha están cerca de ella, supongo que tratando de brindarle consuelo, pero la escena es demasiado tétrica, es demasiado macabra, después de lo de anoche y esta es el despertar ?. Muevo mi cabeza mirando ambos cuerpos fenecidos y tirados como cualquier muñeca de las que hemos visto al llegar (destrozadas). Se escuchan murmullos y comentarios, algunos miran con recelo al cámara... porque? por alguna razón se encuentra avergonzado. Esos chicos fueron acribillados de forma muy salvaje... Que es lo que sucede aquí?... pregunto mirando al ayudante de nuestra guía; de pronto me percato que el chico de las monadas durante el trayecto, saca su cámara y pretende filmar la escena; con un tosco bramido, le digo - ¡¡¡CREES QUE ESTO ES UN JUEGO ?... ¡¡estos tios están muertos y tu sacas tu jugue...   De pronto me percato que todo, por un momento se ha quedado en silencio y todos miran hacia donde está la chica, vuelo la mirada al punto común y me erizo por completo al ver que la sangre del sujeto que está ahí, comienza a volver a su cuerpo, como si éste la succionara de vuelta y ella , obediente, enfilara camino hacia su refugio. Mi respiración se ha detenido y mi parálisis es total.

Después de un momento y de la efusiva bienvenida de su acompañante, reposa aun tirado hasta que débilmente procura sentarse y dice algún par de cosas, pero mi cerebro no responde... estoy congelado al reaccionar solo puedo dar ligeros parpadeos, y refregar mi rostro para ver si de verdad me he despertado. 

De pronto, recobro el sentido y pregunto al tipo -Como te encuentras?... Quien les ha hecho esto?. Mientras miro nuevamente al otro muchacho, que al parecer fue asesinado mientras fumaba y regreso la mirada al... resucitado.

Mona no podía quitar la mirada fija del cadáver de Luis, ni de mirar de reojo la escena con Salvatore y su hermana. Inmóvil como una roca, observó detalladamente como la herida del cuello de Luis se cerraba limpiamente delante de sus ojos, no podía crerlo, era irreal.

Cuando Luis empezó a moverse, y fumar su habano como si nada, Mona reaccionó.

-Necesito llevar muestras a mi laboratorio!- Exclamó mientras se ponía de pie en un solo movimiento; eso hizo que se mareara un poco al llegarle tanta sangre al cerebro de un solo golpe, se tambaleó un poco, miró a todos, y corrió rápidamente a su desarmada carpa, buscó entre sus cosas un maletín pequeño y regresó corriendo donde los no-muertos.

-Eh... Ya se que no es el momento apropiado, ni la situación... De hecho, creo que este momento ni siquiera debería estar sucediendo; pero necesito de vuestro consentimiento para sacar muestras de sangre, antes que vuelvan a estar cien por ciento normales-

Aún descalza y en pijamas, se quedó de pié, esperando por la aprobación de Salvatore o de Luis antes de siquiera sacar una aguja; pero en su rostro claramente estaba una mirada tanto impaciente como preocupada.

El miedo y la confusión que sentía en aquel lugar oscuro de pronto fueron reprimidos por una luz blanca, cálida, reconfortante. Una luz que le arrastró de las sombras, y que milagrosamente le trajo nuevamente a la vida. Porque no tenía duda alguna de que había muerto. 

Aquella luz le salvó, le lleno de nuevas energías y optimismo. Estaba alegre. No había lugar para la confusión ahora mismo en sus pensamientos, solo aquel deseo de llenarse de todo aquello que pudiese llamarse vida. 

Era tanto su jolgorio que empezó a gritar de la emoción.- ¡MI GENTE, ESTOY VIVO! - Y sus gritos fueron acompañados de saltos y fuertes respiraciones, mientras tragaba aire a montones. Incluso se dio el gusto de pegar un pequeño paso de baile para demostrar su alegría, poniéndose el habano en la boca así fumando al mismo tiempo, inconsciente de lo que el resto hacía en ese momento, ya que simplemente había demasiada dicha como para preocuparse de lo que los demás hacían.

Se paseo por todos lados, abrazando a algunos, a quien encontraba cerca de si, como a los españoles, a la investigadora, a la chica a la que había ayudado a armar la tienda, y a la japonesa con la que aún no había hablado, pero eso poco importo para que Luis en su dicha la tomara de las mejillas y le plantara un beso en los labios. Después de eso se dejo caer de espaldas, cayendo en la tierra mientras respiraba agitado, hundiendo sus dedos en el suelo para sentirlo, asegurandose de que estaba allí y que no era su imaginación. 

Poco a poco su respiración se iba calmando, y a su vez, la alegría daba paso a la realidad, y el recuerdo de lo que había pasado por la noche.

Con todo lo que ocurría, el chico parecía en shock, pues se quedó mirando a quienes habían vuelto a la vida perplejo, como si aún no pudiera terminar de creérselo.

Escuchó a Sasha y reaccionó tardíamente sobresaltado - ¡Vaya! Sí, sí, es cierto - sacó su móvil y trató de hacer una llamada pero el rostro de frustración se notó en su semblante. Parecía que algo no andaba bien. Se movió por todas partes tratando de buscar cobertura pero ya no era posible. Sea lo que fuera que había pasado, tendrían que quedarse allí para verlo.

Si algunos intentaban imitar el gesto, encontrarían que se trataba de un problema generalizado. Al parecer estaban incomunicados.

- Tenemos problemas, ya que estamos muy dentro del bosque y no podemos bajar por nuestra cuenta. El autobús no vendrá a menos que lo llamen, Dijeron que mientras menos pisaran esta tierra maldita, mejor - suspiró y rascó su cabeza desordenando un poco su cabello. Parecía comenzar a perder la calma y daba vueltas en círculos. No estaba seguro de decir lo que diría, pero no tenía opción.

- Verán, el motivo por el cual deseo ir por mi cámara es por las palabras de Krysta. Ella dijo que una mujer de cabello corto y vestido negro le dijo que debía tener cuidado, que había fuerzas oscuras instaladas en algunos de ustedes y dice que la mujer estaba justo frente a ella cuando todo comenzó. Debo tomar la cámara para ver si es real, para ver si encuentro una explicación a todo esto que nos está pasando. ¿Podríamos ir una vez más? Creo que abajo está la respuesta a este problema -.

Mike no daba crédito a lo que sus ojos estaban viendo. La otra persona muerta volvió a la vida como por arte de magia.... Los latinos eran gente pasional y este chico realmente lo era, bailando, y besando a la gente... pero qué demonios si él hubiese muerto y vuelto a la vida, también bailaría y besaría a la gente...

Sin duda aquel lugar tenía algo extraño y no eran leyendas urbanas o cuentos para atemorizar a los niños... aquello... aquello era real... Poco a poco su corazón y su respiración se fueron calmando y su cerebro pudo empezar a prestar atención a todo lo que sucedía a su alrededor... Aunque lo que escuchó no eran buenas noticias precisamente...

¿Estaban incomunicados? Mike no se lo podía creer...

¿Incomunicados? No puede ser...

Mike sacó su teléfono móvil y marcó el número de su mujer.... necesitaba saber que ella y los niños estaban bien o más bien, necesitaba escuchar su voz para calmar su propia ansiedad...

No había duda, o bueno… no, en realidad había muchas dudas, pero el tipo con clase para dar y tomar había vuelto a la vida en un acto de pura entelequia, dale! Cuando este asiente a su interrogación pasajera, Phil abre los ojos cuanto puede y más, frunce el ceño desmedidamente y su boca se convierte por unos segundos en lo que sería una perfecta estación para moscas. Susceptible, como cualquiera de los presentes. Responde con un tímido gesto de pulgar hacia arriba, y asiente también un par de veces... lentamente.
Es cuando su novia empieza a besuquearlo y abrazarlo, cuando se aleja, entre alborozado y en suspense, o asustado, o estupefacto… no sabe ya cual seria la mejor palabra para definir su estado. Se sienta en un montoncillo de pedruscos y saca su teléfono para navegar por los menús sin tan siquiera mirar la pantalla. En principio, seguía queriendo irse, eso seguro. La situación era para peritos paranormales y expertos prácticos, no para un retratista anónimo… pero tampoco era cuestión de empezar a caminar colina abajo, solo, remolcando su maleta de ruedecillas para tropezar con una verja cerrada. No estaba en el Stanley Park precisamente.

Momentos después, y cuando quiere darse cuenta... el fulano cubano está pegando brincos por el campamento. El hombrecillo canadiense traga salvia y levanta su culo de allí donde no había aguantado más de 3 o 4 minutos. Se lleva una mano al corazón, apretando. ¿El monte de las resurrecciones?. Si lo de Salvatore no lo había hecho...esto abre la mente de Phil, y a la fuerza. Pero estaba siendo demasiado.

Wyat, o Wayt… o como carajos se llamase el camarógrafo sugiere regresar a por su cámara entre trabas de cobertura. Phil da mas peso a sus cavilaciones de hombrecillo raro que a las palabras/intenciones del propio seudoguía. Su prioridad era largarse, pero aunque solo fuese por unos segundos y movido por la nostalgia, si en este monte, antiguo hotel, o ruinas en cuestión, había experiencias cercanas a la muerte, tal vez, y solo tal vez... pudiera volver a verlas.

De repente, un juego de luces empieza a emerger del cadavérico cuerpo del sujeto del habano y sus heridas, como por arte de magia comienzan a cerrarse, a pesar de lo crudo de la situación es un espectáculo hermoso y me quedo atónito y de mandíbula caída al ver lo que está pasando. Sin saberlo, estoy hiperventilando y siento como mi cuerpo se sobrecarga con tatas emociones juntas, caigo sentado en el suelo mientras mi mirada se va perdiendo en lo sucedido. El tipo del habano, se ha puesto en pié y sigue fumando su puro, como si nada... mi cabeza se siente atiborrada con todo esto.

El cámara responde a los reproches de forma muy razonable...Fuerzas oscuras?, pregunto al tio mientras trato de ponerme en pie nuevamente. Que haremos entonces?... porque... saben que hacer, verdad? Digo, dejando notar algo de preocupación, sin perder ni poco de la cara de asombro por el espectáculo visto en el instante.

Sam había despertado con la confusión y la angustia inherentes a escuchar gritos desesperados, y con el miedo casi palpable de que a Soph le hubiese ocurrido algo. Pero ella se encontraba sana y salva, para su tranquilidad. 

No era ella, sino dos de los hombres que las acompañaban en aquella excursión quienes habían sufrido un percance, ¡y vaya percance!. Sam no había visto un muerto en su vida, y al principio hasta pensó que se trataba de una broma y estaban dormidos. Pero el llanto angustioso de la que parecía la hermana de uno de ellos, y la agresividad que mostró hacia el cámara del grupo, terminaron por convencerla, y entonces tragó saliva, temblorosa- Están... Están muertos...- encontró necesario decirlo, aunque fuese obvio. 

Y aún así, quizá, ni siquiera pareciendo tan obvio, parecía ser algo definitivo. Pues antes de que pudiera hacer nada, como llamar a emergencias o tomarle el pulso por puro automatismo a alguien, ambos parecieron recobrarse de una manera que ciertamente daba escalofríos. Sam se quedó estupefacta al observar todo aquello. No sabía si todo había sido una broma. Si los habían drogado desde la noche anterior. O si realmente había pasado algo extraño y sobrenatural. 

Tuvo que alejarse unos pasos de los demás, y respirar hondo, asimilando todo aquello, antes de volver, algo más repuesta- Bien, a ver... Entonces... Tenemos dos casos de asesinato sin cadáver, ¿no? Porque básicamente ninguna de las víctimas sigue... Muerta. Así que, ¿de verdad queréis que llamemos a emergencias? Porque se van a reir de nuestra cara.

Tras ver como volvían a la vida el otro Goro suspiró aliviado Joder, como me la han pegado Realmente aquellos actores eran muy buenos, y los efectos especiales también. Más tarde revisaría la grabación para encontrar las pistas y los trucos, realmente aquello le había llegado a asustar pero ahora ya estaba mucho más tranquilo.
Dos resurrrecciones, claro, ¿y que más?

Durante un tiempo indeterminado Andrea siguió en silencio, simplemente abrazada a su hermano, mientras domesticaba poco a poco su respiración y la llevaba a la normalidad. No quería soltarlo. No iba a soltarlo. No había tenido tiempo de asumir ni su ida ni su vuelta, pero tenía claro que no iba a separarse de él de momento.

Cuando Salvatore empezó a incorporarse ella le acompañó, observándole largamente, repasándole de arriba a abajo para asegurarse de que lo que él decía era cierto. De que estaba bien. Y al escucharle hacer el comentario sobre su ropa la chica rió de manera nerviosa. Eran demasiadas emociones intensas en apenas unos minutos. Acto seguido le dio un suave empujón amistoso, y de inmediato se arrepintió. Buscó su mirada con urgencia, con una pregunta clara en el rostro. - ¿Te he hecho daño? - Preguntó preocupada, cuando la voz de una chica que se acercaba con un maletín la interrumpió.

- Ni de coña. - Le dijo directamente. - No vas a tocar a mi hermano, ni tú ni nadie, y menos con una aguja. Bastante habéis hecho ya. - Afirmó con severidad. - Y menos aún para llevarte muestras de su sangre. Si me dijeras que es para comprobar que esté bien tendría un pase, pero no va a ser tu cobaya. - Aseguró, Apretando entre los dedos la mano de Salvatore. - Y ya puedes empezar a explicar por qué traes material para sacar sangre a la gente a una expedición de este tipo. - Dijo al final.

No se quedó demasiado tiempo esperando la respuesta de la mujer. Con los ojos aún puestos en ella escuchó las palabras de Wyatt y le dedicó una mirada furibunda desde donde se encontraba.

- Si quieres ir a por la cámara eres libre de hacerlo. - Respondió. - Pero no esperes que te acompañemos. - Dijo antes de hacer un gesto hacia Goro. - Además, había más cámaras ahí abajo. Si sólo quieres ver qué se grabó, no hace falta que bajes. - Expuso antes de hacer una pausa. Lo que una de las bollis decía tenía sentido. Además, si podía evitarle a su hermano todo el circo que supondría explicar lo que había pasado, mejor.

- A emergencias no. - Le dijo. - Pero tendríamos que marcharnos. Si no hay cobertura para llamar a los autobuses, la buscamos. Y si no la encontramos, nos marchamos andando, me da lo mismo cuánto bosque haya. No va a ser peor que esto.

Al ver la escena de resurreción Salvatore, el ver como su hermana se le echaba encima, besuqueandolo, algunos dirían que estaba enfermo, pero a mi solo me vino una palabra al ver todo aquello. "Zombies e Incesto. ¿Dónde están las cámaras? Esto tiene que ser un reality show de esos o algo cojonudo." Miré a mi alrededor buscándolas."Coño, pero si esto está plagao de cámaras, el chaval pescador de sirenas, el chinotuber, y seguro que alguna delas otras también tiene vídeo."-No se si llamarlos genios o hijos de puta...-Dije para mi. Siempre le habían gustado estas cosas de terror y las sorpresas, esto hacía subir la adrenalina a la larga, pero vivirlo en primera persona, buff...

El chico del puro que no llegué a ver, pero que oí como lo decían os otros, también apareció revoloteando como un angelito en celo por ahí. Esto se me escapa de mi entendimiento. Y me ajusté el gorro bien por si el cubrir mi cabeza más iba a evitar ese escape. Di una calada y me frote la frente con la mano. Luego me tiré al suelo de espaldas, resoplando, mirando al cielo y fumando, intentando tanquilizarme, y acostarme de aquella forma al aire libre siempre lo había hecho.

-Menudo conjunto de emociones gente. Yo no soy un entendido de estos temas, los religiosos, ¿Es alguno de estos Jesús? ¿O hay que llamar a los Cazafantasmas? A mi por el momento dejadme un minuto así...

Para Saoko er bastante difícil salir del ensimismamiento que todo ese cuento le había producido, y volver al lugar de las tiendas le proporcionaba un poco de paz, comenzaban los recuerdos de su desagradable pasado a volver como lapsus de imágenes que le habían marcado para siempre, así que como pudo concilió el sueño en medio de sus pesadillas de muñecas demoníacas, aquellas que le sonreían desde el estante de su habitación cuando era una niña.

Un grito desgarrador fue lo que la despertóal día siguiente, así que rápidamente se incorporó y salipo de su tienda con las mismas ropas del día anterior, ya nada le daba confianza. Cuando se chocó con aquella imagen no pudo más que llevarse las manos a la boca "Nanda kore!!!?"* fue lo único que pudo decir, y una oleada de malos recuerdos le retorcieron las entrañas, su estómago dolía....aquel chico SAlvatore, como había escuchado que se llamaba, estaba muerto, tendido en el suelo con su vientre lleno de sangre y poco más allá el chico latino, el que rezaba  a sus espíritus también lo estaba..... no podía entender qué era lo que pasaba en ese lugar, definitivamente sí que estaba embrujado oalgo así, estaba totalmente segura de que eran las malditas muñecas, siempre la perseguían, siempre.

Todos estaban muy conmocionados por la escena, al igual que el camarógrafo que decía cosas no muy gratas para todos, bien podría ser una reacción al nerviosismo que provocaba lo que ocurría, lo único que esperaba era no pasase lo mismo que diez años atrás, no quería morir allí. "Alguien puede decirme qué pasa, por amor a Dios?".

d Pero en ese preciso momento sucedió algo que nadie podía esperar, por una extraña causa Salvatore volvía a la vida dando una gran bocanada de aire, "Cómo puede ser eso posible, kuso!..... acaso estamos en alguna cámara escondida, no quiero que suceda de nuevo" ; se acercó un poco, sólo para verificar con claridad que ese chico sí estuviera vivo, pero en aquel momento el chico latino también estaba respirando... "Sugoi!!!... esto tiene que ser una clase de broma de las malditas muñecas demoníacas...!!...estaban jugando de nuevo.." , no podía pensar otra cosa, y no pudo reprimir su asombro ante las desbordadas expresiones de felicidad, ni siquiera cuando este hombrecito le plantó un beso por sorpresa, ¡oh!, pero...! fue lo único que pudo decir, llevándose la mano a la boca y dándole al chico un golpecito en el hombro mientras sonreía, no mucha gente le da besos de sorpresa en la boca.

Pero las cosas no le cuadraban del todo, y ni loca volvería allí abajo, por lo menos no por ahora, su cabeza no le ayudaría para nada. Algunos se tomaban las cosas demasiado relajados y eso no lo gustaba para nada, no le parecía del todo normal, tendría que actuar con demasiado cuidado.

Geonwoo había quedado perturbado por lo del día anterior, y las muertes sólo hicieron que se incrementase su terror interior. Hasta que Salvatore primero, y luego Luis, volvieron inexplicablemente a la vida, Geonwoo no se relajó lo suficiente como para creer que había esperanza de salir con vida.

Lo de abajo fue chungo, pero las muertes se han dado estando aquí arriba. Así que yo bajaría abajo, donde parece que empezó todo, a ver si descubrimos como terminar con esto, a poder ser con todos con vida.

Entonces habló Andrea, y la miró tanto a ella como a Goro.

Pues si alguien aquí puede dar explicaciones, seré el primero en querer escucharlas. Sino, espero que separarnos no acabe siendo peor que quedarnos todos en un sitio u otro.

Estaba de acuerdo con los que querían marcharse, al fin y el cabo él también lo había dicho ya. Pero cuando el camarógrafo habló de recuperar su cámara intervino.

-Dudo mucho que comprender lo que haya pasado nos sirva para algo. Quizá todo ha sido una señal, ya que no ha habido ningún muerto real, para que nos larguemos de aquí. Mierda, si hasta puede que estemos alucinando y no haya muerto nadie en ningún momento.

Idea absurda, pero prefería creer en una explicación más racional como las alucinaciones en masa que la idea de algo sobrenatural.

-Por cierto, Luis, me alegro de que estés bien.

Saoko estaba allí expectante, pero no pudo reprimir una pregunta a Richard cuando escuchó lo que dijo:

- Señor Connors, pero qué cosa pudimos haber ingerido u olido en la noche para tener una alucinación colectiva como esta?....esto se sale completamente de la normalidad, ya lo sabemos, pero.... necesitamos una explicación..

Ahora la idea de bajar no le parecía tan loca....

Las dudas que le expuso Saoko eran sin duda alguna las mismas dudas que se preguntaba él mismo pero que quería acallar.

-Quien sabe, quizá flote algún tipo de espora en el aire y lo hemos respirado todos. Por supuesto, no voy a negar que es un intento de racionalizar las cosas. La alternativa me da más miedo. Muertes violentas, resurrecciones... cualquier otra explicación nos deja en una situación más extraña y peligrosa que si solo estamos experimentando alucinaciones.

Ni él mismo estaba convencido de su idea. Pero llevaba más de 50 años sin creer en los sucesos paranormales. No podía aceptarlo tan pronto, por mucho que la idea fuera cada vez más probable.

Y así fue. Tras la resurrección de Salva miré al chico cubano y éste también se alzó. Una lógica aplastante para un juego macabro o para un ambiente sobrenatural. Lo cual no nos sacaba de dudas a ninguno de los aquí presentes.

Vi al muchacho bailar de alegría. No era para menos. Aunque, en la consideración sobrenatural del asunto, esperé que los resucitados no se hubieran traído ningún regalito del más allá.

- Los polvos pica-pica de la manta que cubría la muñeca, por ejemplo. - Respondí a la mujer asiática. - Mucho polvo para un lugar cerrado, donde no entraba aire exterior y donde no había ningún humano habitando. ¿Sabéis que el 90% del polvo que se acumula en los muebles es piel humana?

Miré entonces a todos los demás. Una parte sustancial de mi yo deseaba que la explicación que yo mismo acababa de lanzar al aire no fuese cierta. La otra parte, con los pies en la tierra, deseaba lo contrario... pero rápidamente la mandé al rincón de pensar.

- Yo estoy dispuesto a bajar. - Anuncié, dando unos pasos adelante hacia el lugar por donde nos guió ayer la chica rubia. - ¿Quién se apunta? 

Las resurrecciónes me habían devuelto el optimismo. Habíamos venido hasta aquí para algo. Ese algo, esperaba ahí abajo.