Partida Rol por web

Chechu enmudeció con la escena que presenció, aquello superaba con creces cualquier cosa que hubiera imaginado. Era realmente como una película de terror solo que esta vez no estaría detrás de la pantalla, de verdad había alguien asesinando. Lo había visto. Lo peor es que sentía que tenía muchas papeletas para acabar como Salvatore o Luis. 

Casi por instinto se rodeó del resto hasta que todo pasó y dejó de temblar.

— Esto no puede estar pasando, esto no puede estar pasando... — susurró con la mirada clavada en el suelo. — No lo entiendo, ¿no érais vosotros investigadores? ¿Nunca habéis visto algo así? Preguntó a aquellos que se habían presentado de una forma similar. 

Casi parecía suplicar con la mirada que lo tranquilizaran.

Mientras algunos de los miembros de la expedición bajaron a los túneles de nuevo para recuperar la cámara, Kim se dirigió a su tienda para ponerse unos vaqueros y algo más decente para estar en público que un pijama. El joven cogió también un gorro de lana y sacó de nuevo su libreta, anotando cosas con el ceño fruncido. Aquello era extraño. ¿Será todo un montaje? Las heridas parecían reales, pero...

Cuando salió de la tienda vio que el grupo de valientes ya habían vuelto, así que corrió atropelladamente a ver el vídeo. Lo que vivieron entonces cuando el vídeo comenzó a reproducirse le dejó helado, casi más que ver los cadáveres por la mañana. Parecía una ilusión. Solo que no lo era, aquellas paredes eran reales. El fumeta lo demostró chocándose contra una de ellas.

Kim se acercó y palpó la estructura cristalina en la que estaban encerrados. Tenía una expresión perpleja y se notaba que le temblaban un poco las piernas, cosa que trataba de disimular.

Hasta ahora pensaba que estaba todo preparado - reflexionó en voz alta - Aunque me han impresionado, los supuestos asesinatos podían ser falsos. Pero esto no tiene sentido.

Se giró de nuevo y se acercó a Sasha, Janko y los demás investigadores.

¿Habéis visto las estanterías con los muñecos? Se parecían... se parecían a nosotros. Vosotros conocéis lo que pasó aquí hace tanto tiempo, mejor que los que somos más jóvenes - Kim parecía tan nervioso que le costaba parar de hablar - ¿Hubo casos de vudú? ¿Algo relacionado?

Andrea se sorprendió un poco de que Sasha no quisiese acompañar a esa nueva expedición. Con el equipo que el día anterior había usado, y todo lo demás, cualquiera pensaría que quería averiguar cosas tanto como Janko, o los otros. Aunque era evidente que aquella mujer valoraba un poco más su vida. Eso era bueno. Asintió a sus palabras sin decir nada, coincidiendo con ella en prácticamente todo lo que decía. Ya podían los valientes escucharla un poco.

Cuando Katia se dirigió a ellos Andy la observó durante unos instantes, y sus labios se apretaron en una línea fina mientras la miraba directamente a los ojos. Sin embargo tras unos segundos se forzó a sí misma a suavizar su expresión y hablar en un tono más o menos cercano. - No tienes por qué ser un estorbo. - Le dijo, sosteniéndole la mirada. - Creo que te subestimas, y que puedes hacer más. Y si no, Sally siempre puede echarte una mano. - Aseguró, dedicándole una sonrisa conscientemente forzada. Después de eso se puso en pie, aprovechando el momento en que su hermano también lo hacía, y se alejó algunos pasos. Necesitaba pensar. Aclarar algunas cosas. Y, sobre todo, marcharse de allí.

Unos minutos más tarde Andy ya estaba lista. Sólo había tenido que ponerse la mochila. Ahora sólo había que esperar a que los otros volvieran o la paciencia de algunos se agotara y considerasen estúpido esperarles, y se irían de allí. Sin embargo lo segundo sucedió antes que lo primero, y entonces todo se descontroló una vez más.

Los ojos de Andrea observaron toda la situación prácticamente sin parpadear, luchando por captar al mismo tiempo todo lo que sucedía. Demasiados estímulos, demasiadas cosas sin explicación, demasiado... Demasiado. En ese mismo movimiento terminó por soltarse del abrazo de su hermano, tomando su mano.

Cuando todo acabó la mano libre de la chica se encontraba apretada en forma de puño y la otra clavaba con fuerza la punta de los dedos en la piel de Salvatore. Todo su cuerpo estaba en tensión hasta tal punto que la podía sentir concentrarse en su mandíbula. - ¡Joder! - Exclamó frustrada. Estaba claro que tendrían que haberse ido en cuanto Salvatore pudo andar. - ¡Joder! - Repitió, soltando a su hermano para caminar, antes de posar su vista en Katia y observar su estado. De inmediato se acercó a ella y agachándose tal y como había hecho el día anterior, la miró fijamente a los ojos, poniendo un dedo en su barbilla para obligarla a alzar su mirada. - ¿Es por la caída, o es algo más? - Le preguntó señalando la sangre que salía de su nariz, sin rodeos.

A Sophia la idea de bajar de nuevo a las ruinas en ese momento tan sólo para recuperar una cámara y con la guía indispuesta le parecía sencillamente una locura. Miró a Sam, esperando su veredicto al respecto y al ver que no se apuntaba al plan, ella también permaneció en silencio. Cuando Katia las miró primero asintió con la cabeza, pero después dudó y volvió a fijar sus ojos en Sam, dejando que fuese ella la que decidiese por las dos si se iban o se quedaban. 

En cualquier caso, mientras los chicos bajaban de nuevo, ella decidió vestirse. Fuese como fuese no tenía intención de seguir todo el día en pijama, sobre todo si finalmente se marchaban. Se metió en la tienda y cuando salió de nuevo lo hizo con unos tejanos desteñidos y un jersey ancho de lana de color crema con algunos rombos en color gris. Le colgaba más de un hombro que de otro y de nuevo llevaba su broche prendido de él. Se había pasado un cepillo por el pelo y se había puesto el gorro de lana negro en la cabeza.

Cuando salió de nuevo vio que los aventureros habían regresado con la cámara y se acercó con los demás para mirar por encima de sus hombros, intentando no quedarse demasiado atrás para poder ver bien la pantalla. - Joder. - Fue todo lo que pudo decir entre dientes mientras contemplaba el vídeo. 

Y al sentir el aire levantando el polvo y girando a su alrededor, sus ojos atemorizados buscaron los de Sam mientras su mano recorría el mismo camino, hasta llegar a la de ella. Enredó sus dedos entre los de la otra joven y apretó con fuerza. No podía dar crédito a lo que estaban viendo, pero... Estaba ahí, delante de ellos. Un grito se ahogó en su garganta por el nudo que se había formado en ella cuando el hombre apuñaló la muñeca y el otro chico cayó al suelo. Las piernas le temblaban y si no hubiera sido por la mano de Sam que era como un ancla, se habría derrumbado allí mismo. 

Cuando todo terminó, miró a su alrededor, girando sobre sí misma con expresión incrédula. - ¿N-nos han... encerrado? - Preguntó al aire. Sin embargo, su pregunta obtuvo respuesta de inmediato cuando el chico con pinta de fumeta se estrelló contra el muro invisible. Sophia miró a Wyatt y Krysta, esperando algo por su parte. Alguna señal de que todo era una increíble puesta en escena con proyectores y hologramas, con muros de cristal que brotaban con algún mecanismo. Pero en lo más profundo de sí, ya no creía que fuese un montaje y eso la aterrorizaba. 

Se dio cuenta entonces de que Katia estaba en el suelo y sangrando. Soltó la mano de Sam lentamente y se acercó a la jovencita. - Ey, ¿estás bien, Katia? ¿Te has hecho daño? - Preguntó, agachándose a su lado, junto a Andrea que parecía haberse dado cuenta al mismo tiempo. Miró de reojo al chico fumeta y no pudo evitar un pensamiento absurdo sobre si tendría relación el golpe de uno con la sangre de la otra. 

Demasiada gente hablando, demasiados desconocidos, demasiadas conversaciones y sobretodo, demasiado miedo. Tras ver reaccionar a la hermana de Salvatore y recordar lo que le había sucedido a él mismo al bajar allí abajo junto a aquella muñeca, Goro no pudo seguir autoconvenciéndose de que aquello era falso, por bien que la idea no solo era tentadora sinó lo único que podía explicar aquello.
¿N-nos han... encerrado? dijo una chica cerca de donde él estaba y fue como si le lanzacen una bomba de pánico a los pies, solo el ver a Katia medio desvanecida, sangrando, le hizo tocar un poco de pies a tierra y moverse hacia ella. Aunque no acabó el trayecto, ya estaban atendiéndola y lo último que le faltaría ahora era que la rodeara demasiada gente.
Goro centrate, centrate, tu puedes con esto. Una vez, en algún lugar, Goro había leído que el humor y el horror tenían mucho en común, pues ambos nacían de lo inesperado. Intentó centrarse en esa idea, llevar aquella locura hacia terreno conocido... o acabaría perdiendo la cabeza.

Un poco dolorido, abrí los ojos cuando escuché al chino preguntarme.

-Si bueno, estoy bien..¿Sangre?-Me miré la mano que tenía en mi nariz-Creo que no.-Y se la enseñé por si quería confirmarlo el mismo pues visto lo visto, uno ya no puede fiarse de lo que ven sus ojos. Pero como decía su madre, "En ocasiones, es peor el remedio que la enfermedad." Así que no tenía pensado que el dejar de fumar fuese a curar aquellas cosas. Me levanté un poco aturdido. 

-¿Y no hay puerta?-Miré a mi alrededor. "Mierda, debería haberme callado, ahora pensarán que soy estúpido o algo por no pensar eso antes." Así que bajé la mirada de inmediato esperando que nadie lo hubiese escuchado, no fuese cosa que quedase mal.

Mientras esperábamos el regreso de los que habían vuelto a bajar a por la cámara, me entretuve en recoger mis cosas para estar preparada y marcharnos. La tarea de recoger me permitió pensar en lo que estaba pasando, al margen de la deficiente organización, lo que había sucedido no era normal. Ya fuera una intoxicación por algo de los túneles o por un montaje, nunca me había encontrado con algo que pareciera tan real. Las reacciones de Salvatore, Andrea y Luis me habían parecido muy reales, solo me quedaba al opción de la intoxicación. Si no era por eso… la alternativa me ponía los pelos de punta.

Cuando volvieron con la cámara estaban muy alterados y, al ver la grabación supe el motivo. Todo habría quedado en un gran susto si no hubiera sido por la jaula de cristal que creció en torno al campamento. Como Jessie demostró, no era una alucinación. Contesté a Kim cuando preguntó por lo sucedido en el hotel años atrás.

-Ese es precisamente el motivo por el que vine aquí, nadie sabe lo que sucedió en el hotel excepto los que estuvieron dentro. Las declaraciones que he podido encontrar fueron muy vagas y solo explicaron que el sobrino de la dueña se volvió loco.- Me acerqué a una de las paredes y la observé sin tocarla. -Ya dije que nunca había encontrado ninguna prueba, pero esto… No le encuentro una explicación racional, las paredes no surgen de la nada y la gente no muere y resucitan. Estaba convencida de que podía ser algo que respiramos, pero generalmente las alucinaciones no te hacen sangrar. En cuanto a lo que hemos visto, puede ser un reflejo de lo que pasó, hay algunas teorías sobre que los espíritus pueden repetir una y otra vez lo mismo. Lo llaman ecos.- Me agaché para revisar la unión de la pared con el suelo y luego me giré hacia la entrada del túnel.- No sé, tal vez podamos cavar y pasar al otro lado o entrar en los túneles y buscar otra salida. De cualquier forma deberíamos buscar la manera de salir de aquí.

Asentí a la propuesta de Andrea con una sonrisa. Luego me interné en las ruinas con los demás, en busca de la cámara.

Era fascinante volver allí, a aquel lugar en el que habíamos experimentado aquella especie de histeria colectiva o manifestación paranormal. A gusto del consumidor. Aunque, por mi experiencia, me inclinaba más por lo segundo.

De cualquier forma, siempre mantenía la mirada crítica de aquel que ha visto muchos montajes para llamar la atención y, aunque lo vivido allí se escapaba por la tangente, cuando vi que la muñeca no estaba lo primero que pensé no era que aquel juguete se había levantado por su propio pié y había subido a clavar un cuchillo de carnicero en los cuerpos de Salva y el cubano, pensé que quien estaba organizando todo esto habría bajado aquí a ocultar la muñeca.

Pero la sensación que desprendía aquel lugar era inquietante como pocas. Sólo en las casas más... cargadas... había percibido eso. Mis compañeros de expedición estaban realmente nerviosos, así que volvimos lo antes posible, con la cámara en nuestro poder.

Lo que sucedió después, era demasiado espectacular. El tipo de los petas sacó de dudas a todos al respecto de si aquello era una ilusión.

- Para ser una ilusión, es bastante firme. - Le dije al verlo rebotar contra la pared "imaginaria". - Pero se agradece la demostración empírica, chavalote.

En medio de todo aquel caos, me acerqué donde estaba Andrea. - Tú dirás. - Abrí los brazos señalando todo lo que nos rodeaba ahora. - Este es un momento tan bueno como cualquier otro. - Sonreí nuevamente. Luego busqué un cigarro. Me vendría bien.

Sam estaba dispuesta a seguir al grupo para marcharse de allí cuando de nuevo, algo trastornó los nervios de todos los presentes. Vivió aquel nuevo episodio espeluznante con miedo y ansiedad, sujeta a Soph, en actitud protectora, tomándola de la mano primero y finalmente abrazándola, conteniendo su propia reacción en parte, para sostener a su compañera. Y aún así, notaba que le temblaba el cuerpo.

Se sentía incapaz de creerse todo aquello, y cuando la actividad y el espectáculo macabro cesaron, miró alrededor, agitada, comprobando que estaban todos bien, y que sólo Katia había sufrido un pequeño percance. Pero Soph y la chica que le había soltado un par de ostias a Wyatt parecían tener la situación controlada, así que símplemente se mantuvo en su sitio, delante de las chicas, como si temiese que alguien fuese a acercarse a hacerles daño.

Con expresión a medio camino entre el enfado, la incredulidad y el miedo, habló, en voz alta- Venga va, ¿dónde está la maldita cámara oculta? ¿Muñecas que se parecen a nosotros? ¿Vudú? ¿Una prisión propia de película de miedo de serie B coreana? ¡Ésto no hay quien se lo trague, y hay menores de edad con nosotros! ¡Dejad ya esta maldita broma! ¡El showtime tiene sus límites!

El cámara junto a tres más decidieron bajar a por el cacharro del muchacho, yo por mi parte comencé a rebuscar en mis cosas en busca de algún cigarro que calmara mis nervios y mi mal humor, y aunque no fue fácil, terminé por sentarme al encontrar un par y disfruté de la nicotina mientras intentaba buscar una explicación a todo esto.

No fui capaz de calcular cuánto habían tardado en volver, pero las palabras de Wyatt me hicieron sonreír sin alegría alguna – y yo me lo creo porque….? – estaba claro que todo esto era una cámara oculta, una broma macabra, cualquier cosa menos una realidad. Mas lo que nos mostraron me revolvieron el estómago casi al punto de hacerme vomitar, aquello no era real, no podía serlo pero… negué con la cabeza repetidas veces. Los comentarios que se producían a mi alrededor me llegaban como susurros – esto no tiene nada que ver con el vudú – cuando escuché un comentario sobre ese tema – aceptar que es real?...Lo que tenemos que hacer es encontrar la manera de salir de aquí de una vez – el miedo, mas bien el pánico se había apoderado de mí, intenté no temblar, no mostrar debilidad, pero me estaba resultando terriblemente complejo. 

Kim se quitó el gorro y se pasó la mano por el pelo, echándoselo para atrás. La gente parecía igual de asustada que él. Sobre todo Andrea. A estas alturas, no creía que el tal Salvatore hubiese participado en el montaje haciéndose pasar por muerto, parecía demasiado unido a su hermana como para hacerle semejante guarrada. Y era obvio que la reacción de la chica había sido real. Y luego estaban las paredes. El joven no dejaba de darle vueltas a cómo demonios habían aparecido las paredes de la nada.

Alucinaciones colectivas - suspiró algo frustrado, mientras observaba a su alrededor. Al ver que Katia sangraba, no pudo evitar fruncir el ceño. No se acercó porque ya había gente comprobando que estaba bien y no quería agobiarla - Así que uno de los participantes de la expedición anterior se volvió loco, ¿no?

Algo así como nos está pasando a nosotros, porque o estamos alucinando, o... Se le puso la piel de gallina, no sabía si de terror o de emoción. Recuperando un poco su temple habitual, Kim volvió a ponerse el gorro.

Está bien. Los que no estemos demasiado histéricos, tenemos que intentar buscar una salida. Aunque haya que cavar, o lo que sea, me da igual. Salgamos de aquí.

La vitrina con las muñeas, una por cada uno de ellos, es lo que sin duda más llama su atención y le roba su tiempo, contemplándola. Una corazonada le dice que tiene todo que ver con el momento duro de ayer, cuando todos parecieron flipar de golpe y se miraban y buscaban extrañados. Rápidamente descarta la idea de que esto sea un montaje por parte de los anfitirones o que tenga que ver con algún rollo snuff chungo.

Chechu bajó, todo aventurero, entre los primeros, habiéndose ofrecido. Esto le sorprendió, pues creía que todas esas ganas y puntual inconsciencia se irían al ver a los dos muertos volver a la vida. Por otro lado, quizás era lo que necesitaban para aclarar un poco las cosas: lanzarse al problema. No pierde la ocasión de responder a Chechu por lo bajo. - En casa del herrero... - Se sitúa al lado de su amigo y le habla de nuevo, negando con la cabeza y cruzándose de brazos. - Trata de no darle muchas vueltas, tío... En plan, todo se aclarará. - Dice a Chechu, no muy consciente de que su frase ha sido, cuanto menos, vacía. No está tan tranquilo como pretende aparentar.

Al sentir la presencia de Andy y de Sophia, Katia pestañeó y sus pupilas se anclaron a los ojos de la primera. Negó con la cabeza y volvió a llevar el pañuelo a su nariz, comprobando que apenas había sangre. 

- No, no es nada, no os preocupéis - . Les dijo, volviendo su mirada hacia Sophia. - Me pasa muchas veces. Pero esta vez ha sido poquito - . Les enseñó el pañuelo, como si ellas tuvieran que saber como quedaba otras veces. - Ha sido sólo la tensión, que me ha hecho sangrar, no me he dado ningún golpe ni nada -. 

Se mordió el labio y miró hacia donde estaba Samantha. La escuchó y volvió a mirar a las dos chicas que tenía delante. - ¿Creéis que las muñecas las han hecho los de la organización? A mi me pidieron una foto... - Se quedó un momento pensativa, pero todo era demasiado extraño y aterrador como para que fuera una simple broma. Empezó a levantarse del suelo. Todavía estaba hecha un flan, pero si no volvía a haber otro temblor de tierra, creía que podría aguantar de pie. 

Al escuchar a Sam gritar enfadada durante un instante Sophia bajó la mirada. Sus dedos jugueteaban nerviosos con su broche. No le gustaba nada de lo que sucedía, tenía miedo, pero Sam tenía razón. Debía ser un montaje, o al menos en su interior Sophia deseaba que fuese así. Volvió a alzar la vista y asintió en dirección a Samantha. Después suspiró con alivio al escuchar a Katia y le dedicó una sonrisa de ánimo mientras le tendía la mano para ayudarla a levantarse.

- A nosotras también nos pidieron una foto con el formulario. - Respondió, asegurándose de que la jovencita no se tambaleaba o se caía. - Pero nunca habría imaginado que era para hacer unas réplicas o muñecas de nosotras. 

Miró hacia Kim y sus ojos buscaron a Sam, esperando alguna reacción por su parte para saber si le parecía buena idea. Finalmente, asintió en dirección al chico algo insegura. - Claro. Deberíamos buscar cómo salir. Una puerta o alguna junta entre las paredes. Y si no... ¿Qué podríamos usar para cavar un túnel? - Preguntó, apuntándose al plan, pero sin tener ni idea de por dónde comenzar. 

Su mirada se detuvo en Wyatt y Krysta y se endureció. Si era un montaje, ellos estaban en el ajo. Si no lo era, igualmente habían demostrado estar muy poco preparados para la situación. Quería increparles por lo que sucedía. Al fin y al cabo eran los responsables. Pero finalmente su voz salió menos firme de lo que le habría gustado, traicionada por su timidez. - ¿Vosotros tenéis palas o picos o algo del estilo?

Andrea escuchó la respuesta de Katia y asintió con el rostro serio. - Si necesitas cualquier cosa, avisa. - Le dijo con tono neutro, poniendo su mirada en los ojos de la chica. - Y vendría bien saber lo que tienes por si pasa cualquier cosa. - Comentó, pasando la mano de su barbilla a su hombro. Luego la acompañó mientras se levantaba, y una vez en pie emitió un suspiro cansado.

- La foto era algo obligatorio. - Recordó entonces. - ¿Creéis que alguien ha preparado esto? - Preguntó. La respuesta podía parecer evidente, pero aún así Andy estaba segura de que había dos grupos diferenciados ante ella: los creyentes como Janko y los escépticos, como prácticamente todos. - ¿Ellos? - Dijo luego, señalando con la barbilla a Wyatt y Krysta. - ¿O son sólo unos mandados?

Acto seguido Andy miró a Janko y luego echó un vistazo alrededor, indecisa. Finalmente hizo un gesto, abarcando todo aquel lugar con la mano.

- Era para preguntarte unas cosas, pero no importa. - Le dijo. - Ahora estamos encerrados. - Comentó, señalando lo evidente. - Además, no quiero asustar a los niños. - Explicó al final, sin esforzarse en formar una sonrisa. Luego dirigió su vista a Salvatore, y finalmente volvió a hablar a Katia.

- Acompáñame. - Le pidió. - No estás para cavar, vamos a ver las muñecas. - Propuso, mientras se acercaba a la estantería donde estas reposaban. Poco a poco fue pasando sus ojos por todas, estudiándolas de una forma analítica. - Espeluznante... - Susurró, mientras sus pasos se detenían ante una que se parecía especialmente parecida a ella. Durante algunos segundos la miró antes de extender sus dedos y empezar a tocarla con cuidado. Acto seguido dio un paso hacia atrás, ganando perspectiva, y buscó con los ojos la que se parecía a su hermano. Una vez la localizó no tardó en coger las dos y dirigirse a él con paso decidido. - Toma. - Le dijo, tendiéndole la suya. - Si esto es un montaje nadie va a tener nuestras putas muñecas. Y si no lo es no voy a arriesgarme a que estén a disposición de todos. - Afirmó con decisión.

-Bien, guardaré mis cosas- Dice Mona molesta al escuchar la negativa de Andrea, se levanta y les mira a todos -¡Es que acaso todos han venido de excursión? porque a mi me invitaron a este lugar a investigar. Los que quieran andar de paseo, agarrados de manos y dando brincos cual Candy Candy en la colina, bien; pero yo he venido a hacer investigaciones serias a este lugar. Dados los acontecimientos, no me queda de otra que creer que efectivamente algo raro está pasando aquí, y no esperaré por ustedes, niñatos, a que decidan madurar-  Dicho esto, da media vuelta dirección a su tienda a cambiarse de ropa.

Por estar molesta y luchando con su tienda en el suelo mientras buscaba ropa para cambiarse, ha perdido la oportunidad de bajar nuevamente a por muestras, así que se tendrá que conformar con observar el video junto a los demás. Lo que observa en el es completamente irreal, nada más verlo hace que se sienta mareada, y no puede evitar quedar boquiabierta al presenciar lo que está sucediendo alrededor suyo.

-Definitivamente, bien podría parecer un montaje- Dice al escuchar las opiniones de algunos, su lado científico le obligaba a pensar de igual forma, pero eso de una ilusión colectiva iba más allá de lo que se podía probar -Hipnosis colectiva, tal vez?- Piensa en voz alta, para tratar de dar una explicación más acertada a lo sucedido.

-La verdad es que estamos atrapados aquí, y dejarnos morir sin hacer algo al respecto me parece realmente inútil. Yo por mi parte, trataré de no desaprovechar ninguna oportunidad para investigar, tampoco deberían hacerlo los que han venido por las mismas razones que yo, así que si van a bajar nuevamente, esperen por mi, que necesitaré tomar muestras de ese polvo que hay ahí abajo, además de cualquier cosa que pueda encontrar-

Mona dice todo eso lamentando el hecho de no tener su equipo completo, todo a causa de la ineptitud de la aerolínea a la hora de tratar bien el equipaje delicado; tendría que ahora cargar con todas las muestras que pueda recolectar, anotar bien de donde las extrajo y a las horas... Ya tendría suficiente tiempo para armar el rompecabezas al llegar a su laboratorio.

Respecto a lo que sucede con Katia cuando le sangra la nariz, más que sentir lástima por ella, siente una ola de coraje; cualquiera de su equipo hubiera estado mejor en esa excursión. Sintió además, coraje por los organizadores de tal actividad; "¿Quién en su sano juicio aceptaría a una persona tan frágil?", pensó. Y no pudo evitar mirarla evidentemente enojada mientras pensaba todo aquello.

-Pero cómo pretendes que investiguemos como si nada de esto hubiera pasado!!??? - reaccionó Saoko automáticamente a las palabras de Mona, estaba muy alterada con lo que había pasado las últimas horas, muertes, resurrecciones y cosas que no podía entender.

No era normal todo esto, el video había les mostrado lo que realmente sucedía, lo que pasaría de ahora en adelante, el temblor, el maldito muro de cristal que los había puesto de cara con la muerte le había hecho revivir cosas que pensaba estaban en el pasado y en el olvido y no quería volverlas a ver en su cabeza, pero era demasiado tarde.

Debía quewdarme en Tokio!!!!!!!!

El vídeo no tenía sentido, no para él. Un hombre anclado en la vieja escuela, no imaginaba algo así. La idea de la ilusión se desmoronaba. no porque el joven se pegara un puñetazo a sí mismo y sangrara, eso era evidente que iba a pasar alucinaran o no, pero todos veían lo mismo y parecía muy real. Aunque, ¿muñecos de ellos mismos? Eso solo pasaba en las películas japonesas. Películas que a Richard le parecían absurdas.

-Mi investigación me llevó más o menos al mismo sitio- replicó cuando Sasha contó su historia. Necesitaba centrarse en algo o acabaría loco- pero no cuadraba demasiado. Por desgracia, ningún superviviente me dijo nada que explicara las lagunas, que eran muchas. Y me temo que tenías más razón que yo. Esto parece algo sobrenatural, no hay otra. Y si no salimos de aquí algo malo va a pasar. La próxima vez podría no resucitar nadie.

Abigael escucho a cada uno de los que señalo en un principio esperando que ellos supieran algo mas de todo aquello, pero no era así, ellos no sabían mas que ella o que otros y cuando escucho al hombre, sin quererlo, estornudo y recordó que aun estaba descalza, por lo que se metió en la tienda en busca de un calzado apropiado y algo mas de abrigo. Ahora son un plumas y un par de duras botas seguía al pie de su tienda escuchando. Algunos, como ella, seguían sin enterarse de nada otros, buscaban soluciones locas y los que menos, atacaban de manera gratuita al resto, pero no dijo nada la respecto, ella misma aun no sabia que pensar.

-Si queremos buscar una salida, puede que a lo mejor se encuentre haya abajo.-Señalo la entrada a los túneles.-Recuerdo que había mas puertas por las que no pasamos anoche y parece que es la única posible salida, antes de hacer un túnel o tirar esas paredes de cristal, ¿No seria mejor intentar buscar una salida por los túneles?-Se dirigió al colectivo, a quien quisiera escucharla, la verdad es que ella estaba un tanto asustada con tener que bajar de nuevo, pero era su idea y si se llevaba a cabo, seria la primera en ir, para dar ejemplo de que es consecuente con lo que dice.

En ese momento recordó el tema de las fotos y las muñecas.-Pensaba que la foto era en parte para que nos reconocieran si eramos seleccionados nunca pensé en las muñecas...-Y se acerco a la estantería donde ya había gente cerca, tocando la muñecas.-Son... increíblemente detalladas, no mentían los foros y las noticias...-Y acerco su mano, un tanto intranquila para tocar la muñeca que fuera la suya, olvidando por un momento su proposición de ir al túnel.

Saliendo un poco de su pánico Saoko pensaba en lo que acababan de decir su compañeros, pero...

-No creo que los túneles estén libres...creo que todo hace parte de este maldito show...no lo sé... si lo que sea nos encerró en estos muros de cristal, muy seguramente todo está resguardado también...no creo que haya nada que nos permita huir, ... es lamentable, pero de alguna manera nos tocará escribir sobre la marcha