Partida Rol por web

Antes de entrar en su tienda, Katia escuchó a la otra chica joven, parecía que estaba algo mejor y que ahora quería coger las riendas de lo que estaba sucediendo. Pero, si tanto decía que había sufrido maltratos, no lo demostraba y no se estaba mostrando nada empática con Andy. Se volvió a mirarla, con la sorpresa tiñendo sus pupilas y una suave mueca en sus labios. 

- No... No la agobies... - Le pidió y sus mejillas se sonrojaron violentamente. - A... Acaba de volver y... creo que necesita un poco de tiempo... - Terminó diciéndole, volviendo su mirada hacia Andy.

Abigael todavía no había respondido a su pregunta cuando de repente Andrea regresó a la vida, dejó estar la conversación de la muñeca para fijarse con más detalle en la resurección. — Increíble — susurró.

Más se sorprendió cuando a continuación dijo que la habían vaciado, que se había convertido en una muñeca sin más. — Andrea me alegro de que estes de vuelta — dijo mientras se acercaba unos pocos pasos hacia la tienda de Andrea. Ey... ¿Qué... 

No sabía que decir en una situación así, solo quería preguntarle por lo que había visto o sentido mientras estaba muerto. Sin embargo lo dejó estar, pensó que quizá merecía esperar a que se recuperase algo y lo explicase ella misma. — ¿Ninguno de vosotros se siente igual? — preguntó al resto de personas que habían revivido por arte de magia.

Andrea escuchó la bienvenida del periodista y de Erika. Sin embargo, sólo respondió a la primera con un pequeño asentimiento de cabeza. Después comenzó a buscar en su mochila, en silencio, con gestos menos decididos que de costumbre y la mirada ligeramente perdida.

Al oír a Jessie a su lado se giró hacia él, y mientras hablaba escudriñó en sus ojos, como si tratase de comprender algo que se le escapaba.

- Gracias. - Le dijo sin apartar la mirada con voz monocorde, tomando el porro para darle una calada rápida. Acto seguido, cuando Astrid llegó a su lado y comenzó con su vomitona verbal, Andy simplemente la miró de medio lado, sin plantearse siquiera responder a sus palabras.

- Joder, cállate. - Enunció, sin preocuparse por ser agradable, ni mucho menos. Y cuando Katia la defendió una pequeña sonrisa, como aquello si le hubiera hecho gracia de alguna manera, apareció en su rostro.

- Gracias, Katia. - Dijo. Luego le devolvió el porro a Jessie y se preparó para hablar. Pero antes se dirigió a su hermano. Odiaba ser clara con él, pero tenía que saberlo.

- Ni voy a estar bien, ni va a ser sólo un rato. - Afirmó. - Alguien me ha hecho algo mientras estaba... - Dijo, buscando las palabras, pero aquel esfuerzo por no herir sensibilidades no merecía la pena. - Muerta. Calcinada. - Expresó sin inmutarse. - Y a quien fuera, no le culpo. Si se sentía como yo me siento ahora, bastante tiempo se contuvo. - Expuso. Luego emitió un largo suspiro.

- Tengo tres peticiones personales, y una la haré en privado. Cada uno decidirá si las cumple o no. Y también tengo el nombre de tres asesinos. - Aseguró, dejando que sus palabras calasen en los presentes.

- Quiero que quien me quemó viva me lo diga. - Enunció en voz alta. - Me da igual si lo hace en voz alta, o si me escribe una de esas notitas con las que hoy todos estáis trapicheando. Quiero saberlo. Ni quiero ni puedo hacer nada al respecto, no voy a tomar represalias, ni intentar tomarme la justicia por mi mano. No estoy aquí para eso. Pero necesito saber por qué decidió que era buena idea hacerme lo que me hizo.

- La otra cosa. Quiero que quien me ha quitado lo que quien me ha jodido por dentro me lo haga saber. - Expresó. - Y en cuanto a eso tengo dos opciones: o me lo dice y le cuento los planes que tenía, y buscamos la mejor manera de hacer las cosas, o tendremos un problema. - Enunció sin alzar la voz. - Sin acritud. Seas quien seas yo ahora entiendo tu posición, creo que tú entenderás la mía. Tú sabes lo que me has hecho y quién soy. Sólo pido reciprocidad. Aprovecha el día de hoy.

- Eso es lo que quiero. Ninguna de las cosas me parece mucho pedir. Y al margen de eso ahora viene lo que sé con seguridad. Y no preguntéis: No voy a explicar cómo me he enterado para no poner en peligro a nadie. Si alguien ha de pagar las consecuencias, seré yo. - Expuso antes de girarse hacia Jessie. - Eres un asesino. Uno de los que por la noche andan matando en grupo. Ni un justiciero, ni un protector... Nada de eso. Un asesino. Sé que no me mataste a mí, y sé que no te puedo guardar rencor por lo que haces. No es algo que puedas evitar. Eres un chico majo, me caes y aunque a mi hermano le daría un infarto si se enterase, en otras condiciones estaría dispuesta a que tuviéramos algo. Pero ahora mismo sólo puedo esperar que esto termine cuanto antes.

Dicho eso no llegó a buscar a nadie más con la mirada. Siguió hablando al chico con el que había compartido varios porros con una voz tranquila, monocorde, como si aquello importara más bien poco. - También sé lo de Erika y Mike, asesinos los dos. Supongo que tú ahora lo negarás, y ellos también, pero ninguno conseguirá que me crea ni una sola palabra. Además sospecho que Aurél os echa una mano, y Mona también, aún no tengo claro en calidad de qué, pero me jugaría todo lo que hay en mi mochila a que ambos están de vuestro lado. Puede que con ellos me equivoque, - Afirmó, antes de negar con la cabeza. - pero no lo creo.

- De todas formas, poco importa. Mona morirá al atardecer independientemente de lo que hagamos los vivos. Así que a todos aquellos que pensasen en escogerla les invito a cambiar su elección. Y a quien pueda hacer llegar un mensaje a Luis, por favor, que le diga que he descubierto más cosas, que le cuente todo esto y que le pida que mantenga la elección que habíamos hecho. - Dijo en voz alta. Y una vez hubo terminado echó una larga mirada a Jessie una vez más, antes de pasar a Erika, a Mike, y volver de nuevo al primero.

- Podéis matarme si queréis, pero no lograréis nada. Todo lo que podía hacer contra vosotros se lo han llevado, y todo lo que sabía acabo de exponerlo. - Enunció antes de abrir los brazos a ambos lados de su cuerpo. - Yo no tengo nada que perder.

Michael, estaba dispuesto a bajar cuando aquel olor cambió. Casi por instinto miró hacia atrás, y vió com Andrea regresaba intacta...o eso pensó en un principio, pues su palabras dejaron constancia de que no fue así. Escuchó con atención todo lo que dijo, como tratando de comprender lo que significaba. Tras aquella exposición, la miró con seriedad. -Graves afirmaciones, Andrea. Muy graves para una situación como la que estamos viviendo.- Asintió con preocupación. -No sé por lo que has pasado, o lo que te ha ocurrido que a los demás regresados no, pero son vidas lo que hay en juego.- Reflexionó. -¿Estás segura de todo lo que dices?...- Su gesto de preocupación era proporcional al "bombazo" que la muchacha había dejado caer como si de una explosión de 70 megatones se tratase. Aún así, volvió a mirar hacia los túneles. Fuese o no verdad lo que había dicho, solo pensaba en salir de allí y no volver jamás a un lugar como aquel. Probablemente olvidar a todo y a todos...

Que me joda!!??  Jodete tu que estas muerta!!

Dice Astrid visiblemente enfadada.

Me preocupo por todos,por bajar y por solucionar esto!! y tu... tu vas y dices "quien sea malo que levante la mano", paso de ti ... Kentucky Fried Andrea! y si eres así de aguerrida para taparme la boca te agradecería que señalaras a los sospechosos, al menos que esperes que ellos mismos se pongan cara a la pared.

Andrea esperaba todo tipo de reacciones. Y a las que más atención prestaba era a las de los aludidos. Sin embargo las dos primeras no fueron de ellos, sino del escritor y la chica que parecía no tener filtro.

- Las cosas que he afirmado son certezas. Las que he dicho que son sospechas de momento no son más que eso, pero tengo bastante seguridad en ellas. - Afirmó antes de dirigirse a la otra.

Antes de volver a hablar, Andy la observó largamente, sin entender qué narices taponaba los oídos de aquella muchacha. Y antes de que ninguna palabra saliera de su boca un suspiro abandonó sus labios. Normalmente se habría enfadado, habría buscado dónde herir con su respuesta y no se habría cortado en profundizar en ello. Sin embargo no sentía esa necesidad. Lo único que sentía era un vacío denso e infinito.

- No sé qué tienes en la cabeza. - Le dijo con tranquilidad. - Pero no te he dicho que te jodieras, sólo que te callaras. Y estaría bien que lo hicieras, si esas son las cosas que vas a decir.

- Ya he señalado a los culpables. Si lo que he dicho ha sido demasiado largo como para que pudieras seguirlo, puedo ponerles una tarjetita rosa en la frente, para que los veas bien. - Se ofreció, manteniéndose completamente seria, sin el más mínimo sarcasmo en su voz.

Si tan segura estas dame un nombre y certificaré si es cierto, dijo Astrid mirando fijamente a su compañera, sus ojos mostraban sinceridad,mas no puedo decir y me estoy exponiendo a hacer o el ridículo o no ver mas la luz del Sol,si tan segura estas pongo mi vida en tus manos, hagamoslo y descubramos a los asesinos,pero no vuelvas a dudar de mi, no estoy loca, no estoy desquiciada, solo que no me estoy tomando mis hormonas, es todo.

De nuevo aquella discusión, atrajo la atención de Michael. Miró con la boca pequeña y los ojos abiertos a la fogosa y alterada Astrid y se acercó a ella. -Astrid, ¿verdad?.- Preguntó rozando su hombro para captar su atención para luego mostrar las manos abiertas en son de paz, por si se sentía amenazada.-Mira...eehh. Entiende que ha pasado por algo que no se puedo siquiera imaginar. Puede que aún no se haya ubicado o simplemente que esa experiencia la haya cambiado. No podemos culparla, ¿de acuerdo?.- Dijo con cierta afabilidad. -También es lógico que esté nerviosa- Dijo mirando a Andrea en clara referencia a Astrid. -Yo también lo estoy. Y asustado...y mucho. - Dijo volviendo a mirar a Astrid. 

De nuevo un rápido vistazo a los túneles le hizo pensar en lo único en lo que realidad, veía cierta posibilidad, para volver a dirigirse a Andrea con gesto neutro. -Andrea...no sabría decir si loq ue dices es cierto o no, la verdad. Pero aunque te creyese a fe ciega, sigo pensando que debemos bajar allí y buscar una salida. Y desde luego un linchamiento no se me pasa por la cabeza como opción.- Barrió a todos con la mirada. -Deberíamos bajar cuanto antes.- Afirmó.

-Wyatt, ¿cree que podría usted cuidar de la muchacha (Krysta)?. Si sufre algún tipo de sugestión (pareció no querrer pronunciar aquella palabra que producía tanto temor, posesión), podríamos ayudarle a atarla, si cree que puede llegar a ser un peligro para sí misma o para otros...-

Andy, tras escuchar las palabras de Astrid, se quedó unos instantes observándola, sin saber hasta qué punto lo que decía era en serio y hasta qué punto, aún siéndolo, era una demente.

- Jessie. - Le dijo. - Erika. Mike. - Enunció, enumerando de manera clara a los tres a los que había acusado directamente. - Si me dejas escoger, que sea Jessie, aunque creo que de ese ya sospechaban muchos. - Dijo antes de dedicar una larga mirada libre de reproches al chico..

Y luego, ante las nuevas palabras del escritor, no tardó en reaccionar.

- En ningún momento he hablado de linchamiento. - Le dijo. - Espero que no esté hablando de atarme a mí. - Continuó. - Yo ni siquiera he dicho que no vaya a bajar. - Le recordó, antes de hacer un gesto. - Si va Salvatore, yo voy.

Kim escuchó el discurso de Andrea tras verla volver a la vida. Y escuchó el enfrentamiento que vino después. En serio, ¿qué problema mental tiene la tal Astrid? Lo de las hormonas tiene que estar afectándole seriamente. O eso o está mal de fábrica. El joven negó con la cabeza para sacudir esos pensamientos. Andrea estaba viva. Había tardado más en revivir que los demás, ¿sería porque la habían calcinado? Quizás esa "magia" había tardado más en hacer efecto por eso. No lo sabía.

El joven anotó unas cuantas cosas frenéticamente en la libreta que llevaba en el bolsillo trasero de su pantalón y esperó a que los ánimos se calmaran un poco. Después, se acercó a Andrea y le dio una palmada en la espalda.

Hey. Me alegro de que estés bien - dijo simplemente. Tampoco sabía muy bien qué se le dice a alguien que acaba de volver de entre los muertos. Le dedicó una sonrisa algo insegura y después se giró hacia los demás - ¿Qué vamos a hacer con lo que Andrea acaba de decir? ¿Vamos a ir a los túneles todos juntos, como si nada, teniendo los nombres de los supuestos asesinos? Bueno, supuestos y confesos - añadió sutilmente mirando a Jessie de reojo.

Sam se había acercado un poco, para ver mejor quién había regresado, pero al ver quién era no quiso interrumpir el momento, así que símplemente, se ajustó los auriculares que llevaba colgados al cuello y retrocedió

Observó la vuelta de Andrea, alegrándose de manera visible, dedicándole una sonrisa conciliadora a Salvatore al ver cómo acudía al abrazo de su hermana. Se notaba que la había echado de menos, y no pudo evitar, al contemplarlos, mirar a Soph y suspirar, apretando una de sus manos entre las suyas. Pero Andrea parecía algo desconcertada, y notablemente cambiada, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño, con cierta preocupación.

Se mantuvo en silencio, escuchando lo que se decía, mirando a unos y a otros a medida que hablaban, y cuando la recién llegada dio su particular discurso no pudo evitar mirarla de hito en hito, ligeramente impresionada- Vaya. Hay que tener unos buenos cojones para hacer eso. No sé si tienes razón en todo lo que dices, pero eres una tia valiente, Andrea. -admitió, con franqueza, mirando a continuación a Erika, Jessie, Mike, Mona y Aurel- ¿Tenéis algo que decir al respecto? Se os acusa de cosas graves. Yo en vuestro lugar hablaría, porque en mi idioma, el silencio significa confirmación. 

A Richard Jessie le olía tan culpable de asesinato como el que más, aunque una cosa había de cierta, había muerto una persona menos la noche anterior.

-No es que no sospeche de él- señaló al fumeta- pero, antes de hacer nada. Hoy, con Luis muerto, ha habido una muerte menos. ¿Crees que es casualidad, que quizá Luis estaba detrás o hay otro ataque fallido del que nadie ha dicho nada?

También cabía la posibilidad de que Jessie simplemente no hubiera atacado a nadie por algún motivo, como el de no levantar sospechas, pero si era el que quemaba viva a la gente como otros afirmaban, Andrea habría sido asesinada por él. Y ella misma decía que no era el caso.

-Sea Jessie un asesino malo o no, ¿no cabe la posibilidad de que Luis fuera el que quemara a otros?

Las cosas eran tan extrañas que quizá el hispano resucitase y así verían si los incendios continuaban o no. Aunque al periodista no le gustaba que su teoría se comprobara, pues podría acarrear más muertes.

Saludé a Andrea a su regreso a este mundo de locura malsana, alzando la mano del cigarro y con media sonrisa. Yo sabía por lo que había pasado y qué era ese otro mundo, así que no se me pasó por la cabeza atosigarla con preguntas no con demás zarandajas. Quien buscara respuestas por parte de Andrea podía darse por satisfecho, pues no tardó más de unos pocos minutos en lanzar al aire todo lo que había tenido a bien.

Asentí con la cabeza hacia ella, aprobando lo que había hecho, pues a parte de ser un gesto valiente, sería el más sensato a la vez.

- Me alegra verte de vuelta. - Le dije, sinceramente.

Luego miré a Kim. - Por lo que parece, los espíritus asesinos que han poseído a algunos de los aquí presentes sólo actúan por la noche. Así que bajar de día no debería asustar a nadie. Por lo menos no por lo que llevamos con nosotros, por lo que nos encontremos allí abajo ya es otro cantar. Por mi parte, me fío de Andrea. Si ella dice que Jessy, Mike y Erika están poseídos por espíritus asesinos, lo doy por bueno. Los demás, pensad lo que os apetezca, que este es un país libre. O no. Pero da igual.

Tras decir esto, comencé a bajar. - Creo que ya hemos estado de cháchara suficiente tiempo. ¿Quién viene?

Goro se alegró de que Andrea que volviera a la vida, puede que no fueran amigos y que nisiquiera nunca llegasen a caerse bien, pero el hecho de que aquellos a los que mataban fuesen volviendo -incluso si estan en tan malas condiciones como estaba el calcinado cadaver de la chica-. Eso era buena noticia, les daba más esperanzas y posibilidades, aunque Goro esperaba no llegar a sentir lo que hubiese sentido esa chica.
He grabado todo lo que has dicho le dijo Goro a Andrea Si quieres que borre la gravación así lo haré, pero lo que estás diciendo parece muy importante
Los nombres de los tres asesinos resonaban aún en la cabeza de Goro, sobretodo el de Jessie: todo apuntaba hacia él.
Yo estoy preparado. Respondió a los que ya preguntaban sobre emprender el descenso a los sotanos.

Sophia percibió el cambio en el olor y miró alrededor, buscando la causa. Al ver cómo la tienda quemada se restauraba por sí sola sus ojos se abrieron sorprendidos. Se puso de pie para ver el suceso en todo su esplendor y sus dedos empezaron a jugar nerviosos con el broche que llevaba en la chaqueta al ver salir de ella a Andrea como nueva. Ladeó la cabeza frunciendo el ceño al escuchar sus palabras y ver que no parecía encontrarse bien, pero no dijo nada hasta que la voz de Katia junto a ella llamó su atención.

Entonces asintió, dedicándole una sonrisa de ánimo a la jovencita. - Nos encargaremos de que estés bien, verás como no te pasa nada. - Dijo con optimismo. Al fin y al cabo, acababan de ver cómo un cuerpo incinerado se recuperaba por completo así que aunque les pasara algo, estaba claro que todo tenía arreglo en aquel lugar.

Escuchó el discurso de Andrea y sus ojos recorrieron a las personas que la joven iba nombrando para finalmente detenerse durante un par de segundos en Jessie y fruncir el ceño recordando sus amenazas de la noche anterior. Dudó si decir algo más, pero no sentía que pudiera aportar nada a lo que ya habían dicho otros, así que se limitó a asentir a las palabras de Sam en silencio.

Finalmente se colgó la mochila del hombro y buscó la mirada de Sam antes de acercarse a los que estaban preparándose para la expedición. - Nosotras vamos y estaremos listas en cuanto vuelva Katia. - Afirmó, mirando a Janko.

Cuando nos estábamos preparando para bajar a los túneles, Andrea regresó. Observé el encuentro con Salvatore sonriendo sin poder evitarlo. Les quería dar un momento antes de acercarme, pero ella comenzó a informarnos de lo que había averiguado. Algunos nombres no me sorprendieron, pero en otros no se me había ocurrido pensar.

-Antes que nada, Andrea, me alegro mucho de que estés de vuelta.- Sonreí contenta de verla de nuevo.- Francamente confió en ti, algunos de esos nombres ya estaban en mi lista de sospechosos, así que no me sorprenden. Otros no se me habían pasado por la cabeza, pero esto es algo que debemos hacer. Hemos tenido suerte esta noche, pero puede que no se vuelva a repetir. Si no encontramos la salida estaremos en la misma situación y el ciclo se repetirá, tanto por la noche como al amanecer. Jessie ha confesado, pero no puede haber hecho todo esto solo, tenemos que intentar encontrar a los demás. Si no lo hacemos no saldremos vivos de aquí. Por mi parte no tengo ninguna gana de morir aquí.- Miré a Richard antes de continuar.- Que no hayan acertado esta noche no tiene nada que ver con Luis, él es inocente.  

Miró a Sasha, la del programa de televisión.

-Pero hasta ahora han habido al menos dos  muertes cada noche. Sabemos que el ataque contra Aurel, o contra quien haya sido esta noche- si Aurel mentía- ha fallado y supongamos que han sido los asesinos que ella dice- señala a Andrea-, pero, ¿por qué no ha habido otro como las otras veces? ¿también ha fallado? ¿no ha actuado ésta noche? La única alternativa a lo anterior es que el otro asesino esté muerto, y Luis es el único muerto, aparte de Andrea, la noche de ayer. Y no creo que Andrea se quemara sola.

Tanto si Jessie era un asesino como si no, podía haber matado a otro asesino que actuara por otro lado de casualidad, y por desgracia el periodista no tenía fe ciega en nadie. Deformación profesional, de los periodistas de los que quedan pocos ya, que investigan todas las vías antes de publicar. Por supuesto, puede que se diera el caso de que los otros asesinos que habían actuado las noches anteriores no lo hubieran hecho ésta o hubieran fallado. pero sin estar seguro no iba a declarar a nadie inocente de toda sospecha.

Bueno… con lo puesto no, todo el mundo parecía llevarse algo entre manos – Em… vale, si si… - se rasca la cara. Sin hacerse esperar, Phil corretea unos pasos rápidos hasta su tienda y se pone a rebuscar de rodillas… todavía estaba patas arriba, camisa para un lado, busca, pantalón para otro, rebusca, camiseta pa riba, y finalmente encuentra... un cinturón. Los pantalones no le quedaban flojos, pero si pasaba algo ahí abajo empezaría cinturonazos con todo lo que se moviese. Imitando a uno de los chinos, el hombrecillo busca una botellita de agua, iban a respirar polvo. Y entonces, se dispone a agruparse de nuevo…

Es... en resumidas cuentas, cuando ve a Andrea en pie ese momento en el que Phil pone una de sus caras raras, saca su reloj y empieza a darle cuerda, esta gente estaba burlando a la muerte. La chica había resucitado en un nuevo milagro, mas locura para el bote. Traía nombres y sospechas, bastante directa. Phil escucha y escucha. De seguir así… el hombrecillo echaría de menos el Prozac. Y las escaleras, que no se rompan las escaleras.

Presta atención a todo, a todos, nerviosillo se dirige al retratable hombrecillo con pinta de uva pasa - Emm... Richard, no te empecines mucho con Luis, independientemente de lo que sea, es inocente, o bueno, de los buenos... se entiende - terminaría pareciendo un disco rallado, pero insiste con la posición del cubano.

Por ultimo, sigue los pasos de Janko hacia la entrada, apretando y desapretando el tapón de la botellita.

Cuando fui el primer nombre que acusó, quedé de piedra, hasta se me cayó el porro que me había devuelto. Y quedé así un buen rato hasta que encontré un hueco para hablar con el follon que se estaba montando por todo lo dicho.

-Guau. No se que decir...¿Entonces...lo que me dijiste antes de lo de Mona...era una indirecta?-Torcí la cabeza enarcando una ceja.-Lo sabía, seh,-Empecé a dar vueltas sobre un pie y aplaudiendo y vitoreandome.-Yuuhuuu, oh yeah! Pues acuerdate del paseo a caballo, puede que cuando todo esto termine, cambies de idea, serán otras condiciones, te enseñaré mi mundo, ir de garito en garito, ser la chica del cantante del grupo indie numero uno, tener todo lo que quieras, con dinero pagado vendiendo marihuana, pero de la no tan buena, la buena para ti, y para mi..bueno, y un poco para Bob.-Suspiré intentando relajarme de tal excitación.-Bueno, solo puedo hacer una cosa, no despedirme sin soltar todo lo que tengo que decir...

Cogí una bocanada de aire exageradamente y la expulse, luego, empecé a hablar bastante de prisa, casi sin respirar, mirandoa quien nombraba.

-Janko, me caes mal, Astrid, tia, de verdad, fúmate algo, lo necesitas, tranquilizate un rato largo, te doy una parte de mi mercanciá que llevo en la riñonera, Aurel, me pones nervioso tío, Ekaterina, lo siento por ti, creo que tu destino es hacerte bolli y unirte con las dos preciosidades aquellas-señalé a las bollis-eso me lleva al siguiente, que es la razón por lo que te lo digo, Salvatore, tío, molas, es una lástima que seamos algo incompatibles, pero me mola tu rollo, y que sepas que comprendo perfectamente por que piensas así de tu hermana, yo también lo haría y te doy mi apoyo en lo que hacéis.-Le guiñé un ojo cómplice, pícaro.-Eres un crack. Goro jubílate, no preguntes por que. Kim, tío, eres un plasta, y harías buena pareja con Janko, mejor componle e una canción de amor, pero te lo digo con cariño, ostras, se me olvidaba el otro, Phill, tu...mm...no se-Puse mis manos en forma de pistola apuntandole.-¡PUM! ¡PUM!,Abuelete(Richard), pensaba que tu molabas más, Sasha, olvidate de Janko, no puedes conseguir nada con él. Y por último...bollis,...bolli uno, bolli dos.-Me tiré de rodillas como suplicando-Admitid que os gustan las cuerdas, por favor.

Las suplicas duraron apenas un momentitos, luego me levanté tan campate intentando que contestasen antes de eso.

-Bueno, y eso creo que es todo lo que tengo que decir, ¿Nos vamos de excursión a las oscuridades del subsuelo?-Dije totalmente contento.-Pero antes que eso, antes de bajar...-Metí mi mano en la riñonera y saqué otro porrete y miré Andrea con una mueca en los labios-¿Alguien quiere uno antes de bajar para quitar los nervios?-"Tenía que hacerlo, tenía que preguntarlo."-¿Tal vez tu...mi napolitana?

La voz débil de Ekaterina lo hizo mirarla de reojo, pero al verla salir hacia su tienda decidió que sería mejor dejarla sola. Era lógico que estuviera alterada al ver a Andy volver de la tumba, tanto porque era una, y aún no se acostumbraba a decirlo, resurrección, como porque sabía lo que ella significaba para él, y el flechazo de Katia con el británico era evidente incluso para él mismo. Claramente, no podría culparla. Difícilmente conocería a otro candidato tan bueno para cualquier fantasía que tuviese en su cabecita adolescente, pues había pocos en el mundo capaces de igualarlo, y aún menos de superarlo. La miró con ternura y sonrió, solo con un leve giro en la comisura de sus labios. La rubia torpe no estaba tan mal, dentro de todo.

Por supuesto, era natural que Astrid llenara de preguntas a Andrea. Tan natural como era que ella quisiera un porro tras revivir, y tanto como lo era que le dijera a la fanática de la moda que se callara de una vez por todas. Siguió su mirada hasta encontrarse con ella, reconociendo ese gesto en su rostro, señal de que tenía algo importante que decir, algo que no podía esperar. Así que guardó silencio. Aunque negó las palabras en que él creía firmemente, más por necesidad que por lógica, guardó silencio, y escuchó pacientemente, incluso dejando pasar la situación hipotética de Andrea y el simio como pareja.

De entre las sospechas, 3 nombres resaltaron. Aurél, Jessie y Erika. De los tres creía que fueran asesinos, puesto que todos ellos le habían dado razones para sospechar, en menor o mayor medida. De Mona… No tenía idea por qué decía que moriría hoy, pero si sabía Andy algo que él no, considerando que venía del salón de recibimiento para muertos sin hogar, más le valía hacer caso. No quería perder su voto en vano, aunque de todas maneras no hubiese pensado en aquel nombre.  Por último, Mike… ¿Mike? Fijó sus ojos en los del hombre por unos breves segundos antes de volver a los de su hermana. Confiaba en ella. Si decía que Mike era asesino, era porque lo creía. Ahora solo había que comprobarlo.

Si no fuese un caballero, a continuación de aquellos pensamientos lo siguiente que habría hecho  hubiese sido darle un guantazo pero bien dado a la joven malcriada. Ekaterina debía tener algunos años menos y se comportaba diez mil veces mejor. “Kentucky Fried Andrea”. Pedazo de mierda mal nacida. Sus ojos se desviaron a la quemadura permanente a la altura del cuello de su hermana, y luego se clavaron en Astrid, iracundos. De no estar aquí, de no estar pasando suficiente… Pero la memoria de Salvatore no era frágil, y recordaría aquel momento si ambos lograban sobrevivir. Ni siquiera hizo caso a lo que respondió Andrea, o a lo que volvió a decir la sombra de mujer. Por ese momento, solo un gesto de desprecio y un profundo asco fue suficiente para obligarse a conformarse y dejar de prestarle atención.

Dejó que la conversación siguiera su rumbo, solo buscando a Andrea con la vista para indicarle que él sí bajaría. Cómo había dicho que haría. Y con quién, si aún quería su compañía. Miró en dirección a la adolescente, esperando que se le acercara de quererlo con ella, y luego hacia Jessie, que parecía hacerle otra de sus estúpidas propuestas a Andrea, creyendo que el pequeño espectáculo de su hermana había sido una insinuación a él. Sencillamente inepto.

Aun así, probablemente hubiese soltado una carcajada de no estar en la situación que estaban al escucharlo soltar ese discurso con una sola bocanada de aire. Arranque de sinceridad, es lo que era eso. No iba a decirle lo maleducado que había sido con prácticamente todos, o la cantidad de ridiculeces que decía, básicamente porque no tenía sentido alguno desmentir o discutir rumores ahora. Pero ciertamente encontró cierta gracia en que le agradara tanto al vicioso cuando no había hecho más que mirarlo en menos y amenazarlo desde que se conocieron. Hasta coincidían en un par de opiniones, para su sorpresa. Quizás si no fuera un jodido asesino se replantearía sus malos sentimientos hacia él. Sin embargo, ahí iba y lo arruinaba de nuevo, regalándole porros a Andrea. Haciéndole ojitos, como si ella pudiese fijarse en él realmente.

“Mi napolitana” – pensó, soltando un bufido de risa. 

Se adelantó a la reacción de la chica y se acortó la distancia entre ellos dos, parándose frente a ella y tomándola de la cintura con suavidad con una mano, con intención de bloquearle la vista hacia Jessie. 

Vamos, ya deberíamos bajar. - sugirió, aunque no era tal, en voz suave.