Partida Rol por web

Ciertamente, la letra de la libretilla que enseña Everet, pequeña, apretujada y temblorosa, es visiblemente diferente a la de la carta encontrada, que se muestra más espaciada y de una factura mucho más grácil y redondeada.

Prudence que tras ese ataque gratuito y totalmente fuera de lugar contra su persona se había mantenido en silencio, fue la primera en levantarse e ir con el resto a registrar las habitaciones, incluso la suya propia para demostrar que no tenia nada que ocultar al resto de los presentes.

-¿Se dan cuenta verdad? No tengo nada que ocultar después de todo-Devolvió la mirada a ese niño caprichoso observando que él si tenia algo, pero igualmente era tan extraño como su comportamiento, por lo que no decidió decir nada, pues suponía que él mismo se estaba enterrando en su maraña de incongruencias.

Everet, déjalo ya. No es el hecho de que sea o no tu letra lo que indica que la carta es tuya. Cuando Yvette dijo que revisásemos tu habitación dejaste de inculparla inmediatamente para evitar justamente ese registro. Nadie de los otros se mostró nervioso y en ninguna otra habitación encontramos nada. Miró aquella carta y luego a Everet Sabías que encontaríamos algo si registrábamos tu habitación. Sabías que encontraríamos esta carta porque la has escrito tú mismo, con o sin tu letra. Si fuera una prueba incriminatoria puesta por otro no sabrías de su existencia y nunca te hubieses puesto tan nervioso cuando se nombró la posibilidad de registrar tu habitación.
Owen no tenía ya nada más que añadir a la violenta pataleta, típica de alguien cazado al vuelo. Para Owen, en aquel momento, aquel loco era su máximo sospechoso.

Al encontrar la nota, Wesley se une a Owen en su crítica. - Lo siento, Everett. Estoy con el señor Cray en esto. - Hasta el momento le había dado su voto de confianza, pese a mostrar ese comportamiento. Se cruza de brazos y no se muestra sagaz al hablar. Su voz refleja decepción, y a continuación retrocede unos pasos.

Tu y tu, dijo señalando a Bennet y Cray, tenéis problemas psicológicos, de verdad crees que no es importante quien escribió la puta carta?

Everet dejó su diario encima del escritorio, abierto para que todos lo pudieran ojear.

Creo que os ciegan mis problemas mentales y eso hace que no pilléis lo que digo, así que daré una explicación para tontos, bien? Empecemos pues.

Como de costumbre se subió encima de una silla, en este caso se quitó la camisa mostrando su espalda duramente maltratada y cicatrizada, cortes, quemaduras incluso marcas de cigarrillos adornaban su piel.

Lo primero es exponer y explicar el por que mate a mi madre, véanlo ustedes mismos, que aquí todo hemos matado, todos sois justificados, verdad Bennett, pero yo soy el único lunático por matar a esa zorra!!.

Punto dos, creo en la culpabilidad de Bennett, ella es asesina a sueldo contratada por Yvette, quiero que muera y si fuera por mi ahora mismo la lanzaría por la ventana, si si si, por la ventana y miraría como rebota en las piedras, es mas , lanzaría pan después de muerta para que se la coman las gaviotas.

Punto tres, no he dejado de pensar que el Párroco es culpable, sigo pensándolo, pero una cosa es pensar y otra es justificar, yo justifico a Benntte ya que es la única con pruebas, la única que he visto su habitación, salvo por la habitación de Yvette, eso nos lleva al punto cuatro.

Punto cuatro, Yvette, no es Yvette, es la Señora Owens, bien? No quiero que muera, ya que ella tiene la clave para detener todo esto, de momento bien? Repito algo? Seguimos….

Por ultimo la carta, bien , mi letra es la del diario, no he escrito ni dejado ninguna carta aquí, pero sabia que me inculparía la Señora Owens, tanto ha hecho este paripé para alejar de ella mis acusaciones y dejarme como un simple bufón loco, Señoras y Señores, si esa no es mi letra y según Owen no importa… díganme que importa, díganme quien escribió entonces esa nota, quien y por que si le estoy mostrando mi vida, mi diario, entonces que importa, la soez opinión de una que se hace pasar por francesa deslenguada? La opinión de un hombre que casi se ahoga de mansera inconsciente por salvar el cuerpo de un jodido violador? Yo estoy dando datos, lo hice por salvaros a todos y votare a Bennett y si pudiera yo mismo la mataba, pero eso no seria cortes según los nuevos cánones de los asesinos.

Estoy sumamente cansado, cansado de luchar por los demás y que solo me miren por mis problemas y no por mi corazón, ojala fuera yo el asesino y esto terminara aquí y ahora, pero no lo soy,solo soy alguien que busca por las habitaciones y he descubierto dos verdades absolutas y nadie las quiere ver, es como esa maldición griega de que intentan avisar y nadie le escucha, no se ahora el nombre, pensé sinceramente que me harían caso, que escucharían mis palabras para salvar sus mas o menos tristes vidas, pero veo que no, así que si sigo vivo al alba me guardare para mi mis cosas y si la muerte me busca, estaré en la cocina por la noche haciendo una bufanda.

Owen escuchó hablar a Everet y luego le respondió con calma. Quieres que no hagamos caso de esta carta, que creamos que alguien te la ha puesto ahí. Pero tú para nada quieres considerar la posibilidad de que alguien hiciese lo mismo con las pruebas que incriminan a la señorita Yvette y a la señorita Mercier y que solo tú has visto.
Owen negó con la cabezaIncoherencia tras incoherencia.
Si me disculpan voy a trasladar mis cosas de mi antigua habitación a la de Yvette.
Intuición, eso cuenta ahora. Fué su respuesta silenciosa a una de las preguntas que Everet había lanzado, la pregunta más importante de todas.

Señor Schuls. Quizás no escribió la carta, porque sería ridículo guardar en la mesita una carta incriminatoria escrita en un momento en que se sabe a ciencia cierta que no se podrá enviar. Tan ridículo como guardar un contrato incriminatorio firmado aceptando el encargo de matar a alguien o, ya puestos, formalizar legalmente en un contrato un acto claramente ilegal. Y esa es la clave. Cualquiera puede haber dejado esos documentos en esos lugares, pero ambos documentos levantarian sospechas, algo que usted debe entender mejor que nadie dada su desconfianza en Bennet debida a un documento tan absurdo. Bien, una vez hemos dejado claro que de existir esos documentos, incluso siendo falsos, despertarían suspicacias, entenderá que nadie ha visto el famoso contrato pero todos hemos visto la carta... ¿que la han puesto para incriminarle? es posible, pero aun con esto, debo decirle que también encabeza en este momento mi lista de sospechosos. No tengo motivos para desconfiar de nadie más que lo que desconfío de usted, (y no solo por la carta, también por su obsesión con el supuesto contrato que para usted es determinante cuando la realidad es que, de existir, es tan, o tan poco como prefiera usted, determinante como la carta).

Margaret participó de la búsqueda junto a los demás. No sólo para autorizar que se revisara su habitación sin problemas, si no para ver de primera mano lo que se encontraba en el resto de las habitaciones. En medio de los dires y diretes que los acosaban día a día, la mujer necesitaba ver con sus propios ojos, sentir con sus propios sentidos, buscar sus propias conclusiones antes de que las múltiples voces que iban a dejarse oír al finalizar las pesquisas taparan sus instintos.

Al descubrir la carta en la habitación de Schuls, al principio sus argumentos no la convencieron. Que las letras fueran diferentes bien podían indicar que ambos escritos pertenecieran a una persona con un claro trastorno de personalidad, algo que por demás parecía ostentar Everett.

-Sin embargo, mi madre siempre decía que los niños y los locos dicen siempre la verdad -murmuró para sí misma. Claramente el señor Schuls encajaba en el último grupo y su demencial defensa de los hechos la hacían dudar.

-Everett quisiera poder creerle, pero realmente la sucesión de hechos de la noche pasada tiran por tierra tus argumentos. Yvette fue atacada. Vemos sus marcas, tenemos la palabra de la señorita Cavendish, alguien en quién confío, de que interrumpió a los asesinos en medio de la faena... ¿Por qué los mismos se volverían en su contra? La única posibilidad que se me ocurre es que ellos no conozcan a quien los contrató y hubieran intentado acabar con la vida de la mucama por error, pero... en ese caso, ¿por qué el día de ayer la señorita Mercier intentó salvar al doctor? Si ella quería que los negritos murieran, hubiera permanecido callada, dejando que los argumentos de Cavanaugh calaran en los demás sin arriesgarse a que muchos de nosotros le creyéramos y salváramos su vida. Sin embargo... sin embargo no me cierra el hecho de que usted se hubiera expuesto de esta manera, acusando falsamente a Yvette de ser el cerebro de todo este asunto luego de que ella hubiera sido atacada y teniendo ella armas para desmentirlo falsamente.

Margaret tomó aire para continuar.

-En verdad, lo que creo, es que usted está firmemente convencido de que Yvette es la dueña de casa. En ese caso, yo estoy convencida de que estos asesinatos no fueron planeados por ella. Tal vez sólo quería gastarnos una broma, tal vez sólo quería parecer una sirvienta para comprobar quién de nosotros nos acordábamos realmente de ella y quienes sólo estábamos aquí por interés, pero el asunto se le fue de las manos y se encontró, al igual que nosotros, metida en un juego de muerte del cual tiene que participar para poder salir con vida. 

-Para resumir... no estoy segura de que usted sea culpable como tampoco de que sea inocente. Sin embargo su convicción acerca de la naturaleza de la señora Bennet así como la mención de miss Mercier de que también ella la cree una asesina me mantienen en mis trece. Y no me vale la excusa de que en el resto de las habitaciones no se ha hallado nada. Ya se ha establecido que los asesinos son 3 y en el único lugar donde hemos hallado algo fuera de lugar, ha sido en la habitación de alguien que justamente está arriesgando su cuello ante la opinión de los demás.

Mientras el debate continúa, Erasmo lo sigue como si fuera un partido de fútbol donde los presentes se lanzaban la pelota sin descanso.

Se mantuvo algo apartado, tratando de esclarecer sus ideas, y terminar con un objetivo claro como culpable, pero las acusaciones que recaían tanto en Yvette como en Evan eran algo difíciles de sostener. Sobre todo, le costaba creer que Yvette fuera culpable cuando había aparecido golpeada aquella misma mañana.

No creo que Yvette sea culpable murmuró Erasmo, asintiendo para sí.

Siguió a demás cuando fueron a revisar el cuarto, y se sintió algo extraño allí, mirando algo que no era suyo, ni tenía por qué curiosear.

Ante el encuentro de aquella carta, Erasmo, se limitó a torcer el gesto y a asentir con la cabeza. Las explicaciones que dio el implicado no le resultaron muy certeras, y, realmente, aquella persona con aquel comportamiento bien podría estar por las noches maltratando al servicio, y eliminando al resto de invitados.

No pinta bien para usted, Everet dijo Erasmo, chascando la lengua.  

Con las discusiones que se fueron formando, perdí la oportunidad de contestar al señor Cavanough. Realmente, no me oponía a que Yvette le revisase, simplemente negaba porque me parecía estúpido que casi le diese más credibilidad a las palabras de Everet que a las de la propia Yvette o mías.

Seguí a los demás de habitación en habitación. Y, aunque sorprendida por lo encontrado en la habitación de aquel enfermo mental, algo me decía que no podía creer algo así sin más pruebas.

- Aunque la mayoría de cosas que dice Everet no tienen ni pies ni cabeza, encuentro la nota demasiado obvia, así que de momento mi máxima desconfianza también cae sobre la señora Bennet. -Sin embargo, no aparté la mirada del joven loco.- ¿Por qué inventaste lo del contrato?

Hay algo que me extraña mucho. Supongamos que la carta es falsa, (cosa que no me parece descabellada como posibilidad). Nadie tuvo tiempo de escribir la carta falsa desde que el señor Schuls acusó hoy a Yvette y la señora Bennet, pero quien escribiera la carta falsa se aseguró de referirse a Everett directamente con sus iniciales y la mención de su madre. Pero ¿quién podía anticipar el ataque sobre ambas mujeres por parte del chico? Nadie. Incluso aunque la carta fuese depositada en el cajón durante las inspecciones cuando nadie miraba ¿quién habría tenido tiempo de escribirla mientras discutíamos? Nuevamente: Nadie. Por tanto si la carta es falsa no puede ser la respuesta a la acusaciones de hoy y por tanto no podría ser obra de Bennet ni de Mercier. ¿alguien rncuentra alguna laguna en mi razonamiento?

Según entiendo, ¿podría ser que la carta se preparase anoche después de la reunión con Everett? ¿durante el día anterior por algo dicho por Everett? ¿pura coincidencia con lo sucedido hoy? ¿Acaso la carta es real y Everett culpable aunque parezca absurda la idea de inculparse así? ¿a alguien se le ocurre alguna teoría al respecto?

Pasó su mano por la nariz para intentar contener las lagrimas de rabia e impotencia, volvió a vestirse con tranquilidad mientras que de fondo escuchaba una y otra tanda de tonterías sobre su opinión y persona.

No digo que sea culpable de matar Yvett, digo que ella es la dueña, simplemente y que a pagado a los asesinos, entre ellos la Señora Bennett, miren no voy a perder mas el tiempo por un imposible, que es salvar a gente, a ustedes, si me disculpan estaré en el salón tomando una copa para bajar los nervios.

Por cierto Erasmo…. Dijo con tono de asco, puede pintar mal para mi, fatal, es mas ya veo la guadaña de la muerte acariciando mi nuca, pero su opinión me resbala, llevamos días aquí, han muerto gente y usted solo habla ahora? Fíjese, fíjese que desconcertante es la estupidez humana o en su casa que bien queremos tapar a nuestros compañeros, cierto?

Everet se pone un dedo en los labios pensativo antes de decir sus ultimas palabras camino al salón.

Esto será lo ultimo que diga de aquí hasta las votaciones, yo votare a Bennet salga el sol por donde salga, bien?

Tomo aire, levantó la cara para intentar no llorar de impotencia y volvió a hablar con tono neutro y hablando despacio, modulando sus palabras e intentando controlar su a veces iracundo genio.

La Señora Owens bien, es Yvette, ella contrato dos grupos de asesinos, a Bennet por un lado y a el resto por otro, resto que creo que son el Párroco, Erasmo, quizás Owen, bien? Y no me diga Erasmo que esto lo digo por despecho, no caiga es esa estupidez.

Sigamos… Digamos que la Señora Owens le ha propuesto un juego a un grupo de asesinos, deben matar y ella orquesta todo, pero desde las sombras, aprovechando los entresijos ,pasillos y escondites de la casa, bien es sabido que el dinero es el mejor amigo , incluso para contratar a alguien para que te pongan los ojos morados, bien?

Yo he investigado a horas intempestivas, de noche más bien y averigüe lo dicho, la propiedad de la casa y el acuerdo con Bennet, tanto es así que quise quedar con Yvette para zanjar el tema, visto que era un absurdo me expongo a criticas e incluso una muerte segura y quizás poco digna, por que? Busco el suicidio? En fin, no voy a gastar mas palabras en oídos sordos, quien quiera mas en el salón estoy.

Si me disculpan…..

Señor Cavanough a su sospecha de la carta le dire esto, ayer cuando me subí a la silla agradeciendo al dueño de la casa la muerte del violador, puse a Yvete tras de mi y le indique por gestos que ella era la dueña,bien? después le susurre el verla en mi habitación,bien? a tenido todo un dia y una noche para ello.

En parte le sorprendía que la señora Cavendish no confiara en ella, después de todo ella si lo hacia con la periodista, pero estaba en su derecho después de todo, no era la única en tener dudas, a pesar de que salvo las palabras de Everett nadie mas tenia nada en contra de ella.

-¿Pero le están oyendo? ¿Osea que trabajo sola y hay otro grupo? Altera sus palabras según las necesita Everet, no tiene nada en contra de mi y menos de Yvette e inventa cosas como contratos y a saber de que trata realmente el juego de esa carta.-Se llevo una mano al broche de su madre para terminar de contestar al señor Cavanough.

-Así es, yo no tengo contrato alguno, no he firmado nada y seguramente pese a nuestros roces, Yvette estará de acuerdo en eso conmigo y evidentemente no, yo no e escrito esa carta, ni ninguna. ¿Como iba a saber que ese chico me haría el centro de su odio?-Busco un asiento para volver a sentarse y pensar con calma.

Observo impresionada la carta. –Me lo temía.

-Mon dieu. Primero me acusas de ser la señora Owen, después dices que no lo soy, que te habías equivocado y ¿ahora otra vez vuelvo a serlo?- Digo en tono de burla pero manteniendo las distancias con él- A ver si te aclaras.

-Tsk. Ojala fuera la dueña de todo esto. Vine a esta isla con una mierda de maleta en la que llevo todo lo que tengo. Todos han registrado mis cosas y nadie ha visto nada raro ¿Qué diantres has podido ver tú que te haga pensar  que yo soy la señora de la casa?- le digo en tono de burla- ¿Unas enaguas de repuesto? Por lo menos a Prudence la acusas con un contrato mágico que nadie más ha visto.

Me limito a bufar con incredulidad cuando ahora Everet se pone a llorar.

-Este tipo hasta hace poco sugería que eligiéramos al azar, tirando un dado, a quien ajusticiar y ni siquiera pestañeaba.  ¿Os vais a creer que ahora llora de impotencia? Si llora es porque empieza a verse acorralado.

-Si es tan listo cómo para organizar todo esto habrá previsto algo tan simple como no escribir con su letra habitual o simplemente ese diario es tan falso como su identidad.

Cuando oigo lo último ya no puedo dar crédito. Si el miedo no superara al enfado saltaría a arañarle la cara.

-Cada vez va inventándose cosas nuevas, sobre la marcha, para ir justificando sus propias contradicciones.

-¿Qué es ilógico que los asesinos trataran de matarme si soy la señora de la casa?-Digo con la voz cargada de ironía- Pues es porque unos me conocen y otros no. Claro. Unos son unos profesionales, a los otros los contraté en el mercadillo de segunda mano, a granel, y por eso se han equivocado y han tratado de asesinarme. Porque aparte los asesinos son mudos y tontos y ninguno de ellos pudo decirles al resto; “ Loco! no mates a esa que es la jefa".

-Tsk..

-¿Que no he tenido tiempo de prepararlo todo? Pues es porque me lo dijo ayer. Claro. Y si ayer no pude prepararlo pues anteayer. Puto lunático.-Le digo con desprecio.-

¡¿No será más fácil que tú seas el señor Owen!? Tú estás lo suficientemente loco cómo para organizar todo esto. Tú has jugado con nosotros desde el principio, no te has tomado esto en serio en ningún momento hasta que me descubrí al intentar salvar al Doctor. Intentáste sacarme de mi habitación para matarme, al no conseguirlo enviáste a los asesinos y al fracasar de nuevo, quieres desacreditarme. Sabes que soy la única que puede fastidiar tu “juego”.

Y por si fuera poco estás acusando a inocentes. No puedo hablar de los demás con certeza, porque no lo sé, pero estoy segura de que Owen Cray es inocente, no oculta nada y sin embargo Everet le acusa de ser uno de los asesinos. 

-Con todas las evidencias, quien no quiera ver es porque es ciego.

Chica, no se como te las arreglas, cada vez que abres la boca parece como si todas las evidencias a tu favor fuesen un montaje. Cuanto más tiempo pasas callada más confianza generas. ¿Será posible que solo oirte revuelva estómagos?... yo de ti me plantearía empezar a hablar por señas a ver si al menos así podemos sacar algo en claro...

Dicho esto, Everett, no resultas confiable