Partida Rol por web

- Vaya, finalmente Viktor disparó a Claude, pero Nikolai movió su brazo y desvió el tiro. Le ha dado a Edmundo, creo que pronto lo tendremos por aquí. Julian intentó interponerse en el camino de la bala también. - Informa la camarera con tranquilidad. - La verdad es que este viaje es mejor que ir al cine. - Comenta entonces, con un cierto tono irónico. 

Después se vuelve hacia Manfred. - Cuando nos encontramos con el alien en el pasillo, el fuego del lanzallamas parecía mantenerlo a distancia. Lo necesitamos para reducirlos, las balas no les han hecho nada hasta ahora. Y no creo que haya un bazoka en la armería, ¿no? Creo que tendremos que esperar a votar para ver qué hacemos con Viktor. Por ahora parece que van a inmovilizarlo.

Finalmente se dirige a Evelyn tras echar una breve mirada a Katarina. - Supongo que por eso te querían viva los infiltrados, para utilizar esa capacidad a su favor... 

-"¿Me querian viva los infiltrados?... ¿Y entonces porque me mato el alien's?- Preguntó Evelyn a la camarera. 

- Cuando intentaron chantajear a Katarina le pidieron que te mantuviese viva. Supongo que para utilizar tus conocimientos. No sé por qué te mató el alien, pero bueno, también mató a Samantha que era una de ellos... Creo que el alien no mata sólo a quién ellos le indican.

-"Eso no lo sabia .. debí pasarlo por alto"- La Dra. Scott se quedo muy pensativa... -"¿Y como me utilizarian a su favor?... yo no estoy con ellos"- Se sentia un poco perdida... 

- La verdad es que no estoy segura de que eso se haya dicho aquí, Evelyn. Quizá lo dijeron fuera, pero es así, ¿no, Katarina? - Pregunta la camarera, girándose hacia la mujer con una mirada interrogativa. - También han dicho que tenías que mantener con vida a Bayley y al sacerdote.

Después se encoge de hombros. - Puede que pensaran chantajearte, como intentaron con Katarina, no tengo la menor idea.

- ¿Cómo va lo tuyo, Isabela? - Pregunta finalmente, buscando a esta con la mirada.

Edmundo aparece en el valhalla.

Nada, me insistio con el nombre...No se que responderle. comento insegura.

De pronto noto la llegada Edmundo, con tristesa murio por la misma persona. Aunque se aliviaba que lo tendrian apresado a Viktor.

- Viktor tenía un chaleco antibalas. Eso explica que no sangrase, aunque no explica que no se moviese ante el impacto de la bala. - Informa la camarera con tranquilidad. - Parece que lo van a llevar a las cámaras de hibernación en lugar de matarlo. 

Entonces se gira hacia Edmundo con una sonrisa de bienvenida. - Bienvenido al Valhalla, Edmundo Dinelli. Si deseas tomar algo para amenizar tu estancia aquí, sólo tienes que decírmelo.

Finalmente se vuelve hacia Isabela de nuevo. - Dile que no lo sabes, que has intentado sacármelo, pero no lo has conseguido. O dile que soy Iris, al fin y al cabo, Katarina sospechaba de ella. - Termina, encogiéndose de hombros.

La figura de Francesco aparece frente a vosotros.

Un rincón donde relajarse, donde olvidar los problemas de fuera y donde las consciencias por fin pueden descansar. Un rincón cargado de intimidad y calma. El pub Valhalla está lleno de ellos. El suelo de madera oscura hace juego con las paredes, forradas de bambú. Numerosas mesas bajas están repartidas por el local, acompañadas de sofás y cojines sobre los que recostarse cómodamente. 

Sobre cada mesa la luz de una pequeña vela acompaña, iluminando con calidez, las luces filtradas en tonos saturados, que tiñen de una forma onírica los avatares de las consciencias aquí recogidas. La música, tranquila y relajante, colabora a crear el ambiente apropiado al lugar.

Al fondo, una barra y tras ella una joven que recibe con una sonrisa traviesa a los visitantes del pub. Su pelo es rubio y largo y uno de sus ojos azules está tapado por un parche de cuero. Vestida enteramente de cuero negro, se apoya indolentemente sobre la barra, con un gesto tranquilo pero divertido.

Viktor aparece frente a vosotros, tiene la piel con un tono azulado de hipotermia, pero pronto regresa a un estado normal.

Un rincón donde relajarse, donde olvidar los problemas de fuera y donde las consciencias por fin pueden descansar. Un rincón cargado de intimidad y calma. El pub Valhalla está lleno de ellos. El suelo de madera oscura hace juego con las paredes, forradas de bambú. Numerosas mesas bajas están repartidas por el local, acompañadas de sofás y cojines sobre los que recostarse cómodamente. 

Sobre cada mesa la luz de una pequeña vela acompaña, iluminando con calidez, las luces filtradas en tonos saturados, que tiñen de una forma onírica los avatares de las consciencias aquí recogidas. La música, tranquila y relajante, colabora a crear el ambiente apropiado al lugar.

Al fondo, una barra y tras ella una joven que recibe con una sonrisa traviesa a los visitantes del pub. Su pelo es rubio y largo y uno de sus ojos azules está tapado por un parche de cuero. Vestida enteramente de cuero negro, se apoya indolentemente sobre la barra, con un gesto tranquilo pero divertido.

- Esto ha... Ha cambiado-dijo, mirando alrededor, fijándose en la camarera- Por favor, dile a George que no se aflija por mí. He hecho... Lo que debía hacer. Dios no tiene que ver en esto, ha sido mi propia decisión-suspiró, y tomó asiento. 

La camarera mira sorprendida a los recién llegados. - ¿Qué ha pasado, padre? - Entonces se da cuenta de su mirada hacia el lugar y le dedica una sonrisa. - Si le incomoda el ambiente puedo cambiarlo por algo más conservador. Y si desea tomar algo... Sólo tiene que pedírmelo.

Después se vuelve hacia Viktor mientras va preparando un vaso de base ancha con varios hielos grandes. - Bienvenido de nuevo, Viktor Hasarov. Vodka, ¿no? - Pregunta, con la botella en la mano.

- No se preocupe, señorita. Ciertamente este ambiente me supone un menor impacto. No es fácil para mí asimilar que estoy aquí.-se reclinó en su asiento- ¿Puedo tomar un capuccino? Un poquito de licor dentro no le vendría mal. 

Padre...lo saludo inclinado la cabeza. como se encuentra George? le pregunto con una mirada suplicante.

Le he dicho, el nombre de Iris. Pero... Mirando a Viktor No se si tenga utilidad ahora.

- Está asustado, como todos nosotros, pero además de eso, se encuentra bien-contestó, con tranquilidad- ¿Se comunica usted con Hasarov? 

- Puede llamarme Amy. - La camarera recibe la petición sin sorprenderse y tras llenar el vaso con vodka y acercarlo por encima de la barra hacia Viktor, se da la vuelta para dirigirse a la máquina de café. Mientras prepara el capuccino con un buen chorro de baileys sigue hablando hacia el sacerdote. - ¿Por qué ha vuelto a hacerlo, padre? El pequeño le necesita. - Hace una pausa y con una pequeña sonrisa le acerca el capuccino a Francesco. - El infiltrado contactó con Isabela. Parecía muy interesado en saber cuál de los tripulantes me controla. Por suerte Isabela se ha arrepentido de sus actos desde que llegó aquí.

-Sí, Vodka por favor. Empiezo a cogerle el gusto a este sitio... Debe ser por la luz. O por ti, guapa -dice Viktor guiñándole un ojo a la camarera.

Después se gira hacia el cura.

-Bueno padre. Este es sin duda el último lugar en el que le esperaba verle. Aunque todo sea "virtual"...

Escucho lo último que dijo Amy y la miro de reojo y soltando una carcajada digo:

-si... Claro...- y me sigo riendo mientras disfruto mi whisky virtual