Partida Rol por web

Observo atónita primero al anciano en su discurso. Finalmente estallo en carcajadas con sus últimas palabras. Limpiándome una lágrima de la risa lo miro. - Oh, Ferriel. Eres muy divertido. Creo que me gustará mucho que estés aquí. Opino como tú, pero tiene muchos seguidores y los ha logrado como te digo. Por algún motivo parecen estar ciegos en lo que a ella respecta... Y Sheph... Me gustaría tanto que fuera capaz de ver más allá...

-Yo creo que simplemente son conscientes de que Zyba va a protegerla a muerte, M también, Ayros también, ese dragón negro está vinculado con ella... ¿Acaso hace falta algo más para saber qué bando será el ganador? Están con ella porque quieren vivir por encima de otras cosas, pero la vida no es nada si uno se pierde a si mismo para vivir.

- Puede que sea así. Pero yo los he visto de cerca y no creo que sea eso. Sienten una especie de fanatismo hacia ella. - Me encojo de hombros. - Estoy de acuerdo contigo, pero... antes me preguntabas por qué no dejaría mi camino para sobrevivir con uno de los bandos. Es lo contrario de lo que dices ahora. Volver con ellos sería perderme a mí misma, y ya estuve perdida mucho tiempo por su culpa. - Aprieto los puños con fuerza. - Ellos me encerraron. Ella me encerró... Y tuve que renunciar a todo para poder escapar...

-Preguntar por algo no hace que se comparta la opinión de loq ue se está preguntando, no obstante, creía que al noestar afiliados a ninguno de "los grandes" simplemente podriás dejar que Zyba hiciese lo que quisiese con la amalgama y sobrevivi, sin oponerte a él pero sin aceptarlo tampoco. Por eso pregunté.

- Lo cierto es que desconozco ese detalle. Pero no me importa demasiado. Haré lo que tenga que hacer, y asumiré las consecuencias que traiga. Nunca me he preocupado de hacer estrategias, simplemente, sigo mi camino.

-Asumo que ha de ser bastante más satisfactorio vivir así, sin preocuparte por el mañana... pero algunos somo sincapaces.

- Nuestras aguas son diferentes, pero no hay nada de malo en ello. Nuestra unión será más fuerte precisamente por este motivo. Si fueran iguales, no nos equilibraríamos. El Bosque siempre ha sido fuerte por tener personas muy diferentes en él.

-No lo pongo en duda, pero te envidio, envidio que seas capaz de vivir por ti misma, de vivir viendo solo lo que tienes enfrente tuya sin preocuparte de lo que dejas atrás y de lo que no puedes ver. Las cosas serían más fáciles.

Ladeo ligeramente la cabeza, escuchándolo. - Para mí es muy sencillo. Simplemente me dejo llevar por la corriente. Pero no tienes nada que envidiar. Tu fortaleza y serenidad también podrían ser envidiables. Y en el momento en que debas dejar la estaticidad para fluir... Lo sabrás. Todo en tu interior te lo gritará y no podrás evitarlo.

Suspiro y niego con la cabeza.
- Tú buscas vivir, yo que otros vivan por mi y redimirme de mis pecados, son muchos, y por tanto me costará hacerlo.

- Tú también buscas vivir. Aunque no sea conscientemente, tus aguas lo buscan. Sólo tienes que fijarte en lo que sientes por Ehalli. Alguien que no desea vivir por sí mismo no podría sentir algo así.

Sonrio levemente.
- Ehalli... jamás creí que encontraría a alguien como ella...

Sonrío al ver su sonrisa. - ¿Ves? Apuesto por mi agua a que te sientes vivo a su lado.

- Jamás imagine que pudiese sentir algo así por alguien... No entiendo, si sientes tú eso por Sheph, como eres capaz de alejarte de él la verdad. Tienes mucho más valor que yo.

- Es doloroso. - Respondo asintiendo. - Pero por encima de todo le quiero libre. No podemos fluir si estamos atrapados... Y yo quiero fluir con él. Nuestros cauces discurren separados en estos momentos, y aunque espero que vuelvan a unirse, no sería igual de valiosa nuestra unión si alguno de los dos tuviera que renunciar a sí mismo. No es cuestión de valor, sino de libertad.

- Eres increíble, tienes una fortaleza sin igual para luchar por tu libertad, si todos pudiesen hacer lo mismo, este universo sería más sencillo.

- Pueden. Pero tienen otras prioridades. - Me encojo de hombros. - Cada uno debe tomar sus elecciones y utilizar su fuerza para ellas.

- Desde luego uno ha de luchar con sus fuerzas y por sus fuerzas.

- ¿Sabes? Nunca pensé al verte que pudiéramos ser amigos. Pero tu agua me resulta muy afín. - Anuncio al anciano con una sonrisa.

Me quedo unos segundos mirándo a la joven.
- Son muchas las cosas que me han llamado, pero nadie me habló de amistad. Nadie desea la amistad de un demonio.