Muriendo, o traicionándome.

Mi mano derecha empieza a moverse ligeramente, con un pequeño tic.

- De acuerdo... Y supongo que tampoco es posible cambiarlo por un lugar vacío, ni hay ninguna forma de ir a un lugar con otra persona, donde ninguno de los otros puedan escucharnos, ¿no? - Una idea repentina ilumina mi rostro. - ¿Y si muriera Arya? ¿Se disolvería la unión de los integrantes del glaciar?

- ¿Qué pintas con ellos, Rienott? No saben nada de tus deseos y su agua está demasiado edulcorada para ti. Tú perteneces a la Profundidad y ellos se quedan en la Superficie. Así nunca lo vas a encontrar... Mierda, pensaba que Ayros podría ser Él, pero no. Está claro que no.

Es evidente mi nerviosismo, no ya sólo por el movimiento casi imperceptible de mi mano derecha, sino también por mi forma de mirar alrededor de un lado a otro, buscando una salida, sintiéndome atrapada en un lugar donde no creo pertenecer.

A veces, Rienott, debemos de aguardar para llegar a lo más profundo. Intenta sesgar su vida, si lo deseas, y entonces verás lo que sucede. O aguarda... Y verás algo increíble.

El movimiento involuntario de mi mano aumenta ante la escasez de opciones que se me presentan.

- No me importa tardar. No me importa desviarme, o recorrer largos caminos para llegar al final a la meta. Pero esta estaticidad me está matando. Necesito sentirme fluir en movimiento. Ahora mismo no puedo segar su vida, así que no me queda otra opción que seguir esperando. Pero eso no hace que me guste más.

- ¿Me habré equivocado totalmente en mi elección? ¿En mi juicio? ¿Dónde está ese constante cambio que se me prometió?

Si está estancado, haz que fluya.

- Zyba, me mareas y contradices. Hace un instante me dices que aguarde, que espere para ver algo excepcional. Ahora me dices que haga que fluya... No puedo fluir si me encierras en esa jaula de hielo. Si muero, al revivir vuelvo a estar allí. En cuanto a traicionarte... ¿Para ponerme a todos ellos en contra? Eso sí que sería sentenciarme. No, la verdad es que no me dejas muchas opciones por mucho que intentes fingir que sí.

Te equivocas, tú lo sabes, los opuestos son posibles. Al finalizar todo verás algo increíble. Si todo se estanca para llegar a ese final, haz que fluya. Vida y muerte... No influiré en tus decisiones.

- Ya has intentado hacerlo, ¿crees que no me he dado cuenta? Ya me has dicho que para ver eso tan increíble tengo que dejar a Arya vivir. Es una forma como otra cualquiera de influir en ellas, llámalo chantaje o soborno, pero la influencia es evidente.

Para ver eso tan increíble tan sólo debes de aguardar. De un modo u otro llegarás hasta las profundidades que buscas. No voy a negarte que deseo su supervivencia. Pero también deseo la tuya. Y la de todos los que me habéis escogido en el juicio. No obstante también deseo vuestra muerta, la de cada uno de vosotros. Con vuestra muerte algo nuevo vendrá. Está en mi naturaleza.

Para terminar se encoje de hombros.

Todo influye, todo está calculado... Pero tú tienes algo que ellos no. Tienes mi ingenio. Tienes mi moneda.

Sacudo la cabeza suavemente. - Tengo algo más. Tengo una intuición, un instinto. Y me dice que aquí hay más de lo que parece. Y que no debo quedarme en las apariencias. Ni siquiera contigo. - Hago una pausa para remarcar. - Sobretodo contigo. Estoy alerta, Zyba. Tenlo en cuenta. La loquita podrá ser dispersa, pero no es tonta. Y se está cansando de sentirse una marioneta.

Sé que no eres tonta. De serlo, no podrías abarcar el Don que te he podido brindar. Adelante con tu intuición. No será mi mano la que te detenga, puedo asegurártelo. Y haces bien al no confiar en mí... -sonríe irónico- cuando todo esto comenzó, dije que podríais llamarme el chico malo y que no deberíais temer equivocaros mucho.

- No me preocupa la maldad. En mayor o menor medida está presente en todos nosotros. Sin un poquito de ella disuelta en mi agua no podría fabricar mis pociones. - Me encojo de hombros. - Veremos qué pasa después de esta noche. Puede que el mundo se mueva.

Entrego la poción de Vida a Sheph.

Un susurro lejano cargado de secretos...

It'bure

Poderoso hechicero de los elementos... ¡Que tus enemigos se arrodillen ante tí! Todos creen que es un camino fácil... Todos creen que es una magia menor. ¿Por qué aprender a controlar el rayo cuando se puede cambiar el tiempo, la vida, los sueños?

¡Ignorantes todos! ¡Los elementos siempre están a tu disposición! ¡Puedes lanzar un rayo en menos de lo que tardaría un mago del tiempo en darse cuenta de que está muerto! ¡O una bola de fuego en menos de lo que tardaría en darse cuenta un mago de muerte que se le ha acabado el tiempo! ¡Eres versátil, rápido y letal! ¡Maldito sea aquel que no lo entienda! Además, existe un viejo truco...

Combinando todos los elementos, algo en lo que tú eres un experto... Puedes abrir portales a otros mundos, mundos llenos de conocimientos, de poder. ¡Y de aventuras! ¿No mencioné que eres un aventurero? Bueno, da igual, y eso a ti te encanta.

Viajaste dejando atrás a aquellos ignorantes condenados a saber demasiado, a ti te basta con saber cada rincón de lo poco que sabes, con eso es más que suficiente, y siempre descubres algo nuevo, algún camino, algún truco de un elemental de agua, la combinación del golem de barro, cualquier cosa... Tu mente lo absorbe todo, eres un genio del que dicen que malgastó su talento. De hecho, aún recuerdas a tu profesor, el viejo Rakedus, maestro de Planos y de Mentes, él siempre te dijo que podrías haber sido su perfecto aprendiz... ¡Y un rábano frito para él! Tú eres tu propio aprendiz y la vida tu maestro. Se enfureció, pero así le parta un rayo. Y si se lo lanzas tú... Mejor, ¿no?

Pero recientemente te has enterado, tu viejo maestro perdió la cabeza, casi sientes lástima por él. Él te pagó los estudios, fuiste para evitarlo, pero ya era tarde. Bueno, si era su destino... Y ahora hay una amalgama de planos, de elementos... ¡Esto promete ser divertido! Puedes escoger tu camino ¡Qué más da qué hagas luego con todo ese poder... lo importante es que quizá descubras nuevos... caminos ¡Y hasta tal vez algún amigo! ¡Chao chao Rakedus!

¡Oh! Espera... ¿Se me olvidó mencionar que en realidad eres una chica? Bueno... Supongo que no pasa nada ya...

Maestro Elemental: Al comenzar la partida podrás elegir una habilidad de entre las habilidades elementales que hay en juego, aunque no sabrás sus efectos hasta que la escojas.
Escudo de Piedra: Puedes escoger a un personaje en cualquier momento, una vez por partida. Hasta que pase un amanecer y un anochecer enteros, esa persona estará protegida frente a cualquier tipo de ataque o cantidad de ataques que atente contra su vida.

El gran hechizo: Cuando el que te busca te encuentre podrás aprender una nueva habilidad elemental al azar entre todas las disponibles en ese momento entre los vivos y los muertos, además, podrás cambiar de bando.
Agua Negra: Puedes devolver la vida a alguien que acabe de morir (24 horas) ó devolver a la muerte a alguien que acabe de volver a vivir (24h).

Vidente: Cada vez que cae la noche podrás escoger un personaje, entonces, al amanecer sabrás todos los secretos que ahonden en su alma, sean positivos, o negativos, y su Capacidad, lo cual puede ser un peligro, ya se sabe que la información es poder.

Del lado de Zyba, un velo descubierto en sus ojos. Guardián del Cementerio, habitante del Glaciar. Originalmente seguidor de Cell... Pero el gran hechizo lo cambió todo, cuando M lo encontró...

Para eso tienen que elegir recargarte la poción, después de declarar usarla. Y en cuanto a anular, primero tienes que anular y luego pedir una recarga.

- Vale, pues entonces... Hagamos una poción. - Saco la moneda con una sonrisa. - Cara: Vida. Cruz: Muerte. - Y la lanzo. - Cara. Vida será de nuevo.

- También quiero arrebatarle a Corey su poder. Hasta dentro de dos amaneceres. 

A Corey... ¿Seguro?

- Sí. Me ha amenazado y merece ser castigado por ello.