Partida Rol por web

Sé lo que puede parecer... pero nada de eso es mío. Se lo quité a la cocinera cuando la llevé a los calabozos. Ya saben que las esposas no implican solo encerrar al votado, sino despojarle de sus pertenencias. Pregúntenle si no me creen. De hecho, también tenía flores: ricino, adelfas... pero yo no sé qué hacer con ellas y las dejé -explica la mujer con ojos llorosos.

-Lo siento, pero no te creo. En la bolsa se hallaba la sábana ensangrentada que, como has dicho, quitaste antes, el cabello rubio tuyo en el cuerpo, el traje... No puedo -comento firme y seria-. ¿Queréis hacer algo con ella? Vigilarla, amarrarla para que no se escape... -suspiro tensa-. Además, tu comportamiento hacia el summier... te pusiste agresiva...

- La verdad es que no se que pensar de todo esto... Comenté visiblemente sorprendido al ver el contenido de la bolsa. Desde luego el sommelier agradecía no haber acompañado a la señorita Lister hasta el calabozo esposado. No sabía cómo podría haber acabado todo aquello si llega a esposarle. El traje de McOwen, que justo estamos investigando, en su poder, una manta ensangrentada, veneno que podría haberse usado para envenenar a McOwen y después destrozarlo para no levantar sospechas, usted con evidencias de estar ensangrentada, fue la primera en llegar, no tiene gente que respalde su coartada sino que viene directamente de descansar, estuvo presente en las últimas votaciones y tenía las esposas...demasiado arroz para tan poco pollo, creo yo. En verdad pensaba que lo prudente era atarla o hacer algo al respecto, como comentaba la señorita Eider.

- Sin embargo, queda un cabo por atar...¿cómo le causó esas heridas? Pensaba que encontraríamos un arma ensangrentada, algun objeto romo y contundente para machacar así y esparcir los sesos. ¿Nos puede decir dónde lo ha colocado? ¿Quizá lo encontremos en el calabozo? ¿Seguirá la señorita Renfri Dakota con vida? Muchas dudas me asaltan a la cabeza...pero bueno, le haré una oferta que no podrá rechazar, señorita Lister.

Entonces, sujetándola en un abrazo protector, tomé el cincel con mi mano derecha y le golpeé en la cabeza para dejarla inconsciente.

Diana Lister cae inconsciente por 5 turnos ^{(Hasta el Lunes)}

- Bueno, parece que la muchacha tenía sueño. ¿Y ahora que? ¿La encerramos en el calabozo? No tenemos ninguna cuerda ni nada con que esposarle...comenté depositando la joven en el suelo y apartándome para ir a apoyarme en la pared y reflexionar. Todo se había complicado demasiado y pensó que iba a ser difícil encontrar una solución al problema. Lo que sí sabemos es que esta joven es peligrosa y que aún queda por encontrar el arma que usó para reventar el cráneo del viejo. ¿Que sugerís? ¿Alguna idea? Creo que ir al calabozo sería esencial para saber el estado de la señorita Dakota.

Chasqueo la lengua, se me ha adelantado.

-Gérard -le comento aplaudiéndole-, lo mejor es tomar la justicia por nuestras manos. Ojo por ojo, diente por diente. Por cierto, mi coartada era atrapar a Diana, desde el minuto uno he sospechado de ella... Lo siento -suspiro realmente arrepentida-. Ahora, si me lo permitís...

Aprovechando que Diana se encontraba incosciente, me acerco a los tarros de venenos que se encuentran en la bolsa.

-Sois todos cómplices -con el ceño fruncido , le abro la boca-... Memento Mori, has matado a uno de nosotros... El karma te atrapa, compañera.

Vierto ambos líquidos por su boca, echándole la cabeza hacia atrás para que corra hacia su garganta. Los líquidos no tarda en hacer efecto y una espuma emana de ella.

-Y ahora... -comento quitándole los ojos a la joven- debemos encontrar indicios que nos lleve a Renfri como posible asesina. Tenéis dos opciones -miro a Gerard- o nos enfrentamos a los asesinos o... morimos.

El sommelier no se esperaba la jugada de la señorita Relish. Matar la asesina con su propio veneno, guau. Lo que sí que tenía claro el sommelier es que en aquella casa de locos, quién se distraía...la palmaba. Y el no estaba dispuesto a aquello.

- Pues nada, muerto el perro, se acabó la rabia. ¿No dicen eso? Dijo aún sorprendido por el proceder de la señorita Relish. En fin, sea como sea...yo no voy a culparla. Había evidencias suficientes para saber qué era la culpable, vaya, como que dos y dos son cuatro. ¿Que hacemos con los cadáveres? Siempre he querido ver cómo la gente hace puenting...no se si me entendéis...

Esperó la aprobación de la señorita Relish. Si dejaban los cadáveres allí solo se iban a podrir y hacer insostenible la estancia en el castillo. Que por otra parte, esperaba que fuese lo más corta posible...

Diana Lister estaba inconsciente por el golpe que había recibido en la cabeza, estaba en su propio mundo onírico donde al fin estaba fuera de aquel maldito Castillo y hacía lo que más le gustaba, diseñar ropa y estar junto a su querido esposo. Aunque la presencia de este no la había alertado que estaba en un sueño, plácido pero irreal. Algo la hizo despertar.

Media atontada, sentía como un líquido caía por su garganta, no tenía ningún sabor, pero aún así notaba que estaba cayendo por su lengua y bajando por su esófago hasta su estómago sin que nada ni nadie se lo impidiera. Pese a que estaba consciente y de vuelta en aquel maldito castillo. No podía moverse, ni siquiera abrir los ojos, pues seguía adormilada.

Las voces que estaba escuchando estaban distorsionadas, eran irreconocibles para sus oídos. Pese a ello entendía a la perfección lo que estaba escuchando en aquel lugar. Pese a que seguía sin poder moverse, podía articular toscamente palabras.

Diana, por el poder divino del veneno, se me concede tres preguntas que te formuraré , pues no puedes mentir:

-¿Quién es la dueña de los venenos?

-¿Mataste al señor MacOwen?

Mientras le pregunto estas dos, pienso en la tercera.

Eider Relish al abrir el segundo frasco que tenía entre sus manos e intentar verter el líquido sobre la boca abierta de Diana Lister, de aquel frasco no salió absolutamente ninguna gota. Pese a ello, una nube invisible seguiría su camino hacia arriba, chocando contra el rostro maquiavélico de Eider Relish, entrando más y más con cada inhalación que esta mujer tomaba.

Al ver que no pasaba nada, Eider decidió leer la inscripción de ambos venenos, en el primero que echó parecía ser un suero de la verdad combinado con un veneno mortal y por desgracia para el segundo, este era un veneno gaseoso invisible con efecto retardado de 24 horas, por suerte para ella estaba implícito que había una cura. Solo hacía falta encontrarla, pues ella sabía que se había envenenado a sí misma.

Atontada y, medio adormilada, podía escuchar desde el suelo una voz (¿o eran varias? ¿mamá?) que le formulaba varias preguntas. Notaba la lengua pastosa dentro de la lengua, pero había algo que le obligaba a responder sinceramente a aquellas preguntas.

(Jo, mamá, déjame dormir un poco más...)

-Qui...qui...quité esos venenos a Renfri Dakota. Dakota. La cocinera. Ella los tenía.

(Sí, cariño... esta noche llegaré tarde a cenar. Tengo una reunión importante...)

Una segunda pregunta se le había formulado a Diana y volvía a sentirse obligada a contestar con la verdad.

-No. Yo no lo maté. Cuando llegué ya estaba muerto sobre la mesa. Muerto. Yo no fui.

- ¿Viste a Renfri Dakota asesinar al árabe?

Al escuchar el nombre de Renfri, me pongo de pie, tosiendo.

-Chicos, voy a buscar a Renfri... ¿Me acompañas, cómplice? -comento divertida en dirección a Gérard, aunque apurada de tiempo-. Si muero por el camino, quiero que sepas que tu vino es el mejor que he probado en la vida.
 

La tercera pregunta había sido formulado, aunque esta vez parecía proceder de otra voz diferente. (¿papá?)

(You're poison, running through my veins... You're poison)

-Sí. Aquí mismo. Por la ventana. Árabe.

- Creo que después de usar el veneno de la verdad me siento un poco mal... O el veneno era del todo a cien, o creo que nos hemos cargado a una inocente... La verdad es que me asaltaban las dudas. ¿Podría ser cierto que la joven había estado en el lugar y el momento equivocado? Fuese como fuese...era tarde ya para reparar los hechos.

- Esperé señorita Relish, me gustaría escuchar primero su respuesta...