Partida Rol por web

Mi búsqueda de algo relevante en aquella sacristía parecía no dar frutos. Recién había terminado de comer por lo que rechacé amablemente el bocata que me ofrecìa el policía y pregunté por lo que había mencionado.

- ¿Qué ha ocurrido cuando nos hemos ido del salón? ¿Por qué dices que Eider e Inara hubieran acabado con Renfri? Por lo que yo sé, solo le has dado el antídoto a la que ahora acusas y pese a que dijiste que las custodiarías...aquí estás. Eider e Inara estaban hace nada en el patio de cristal y ¿de Renfri? ¿La defiendes después de escuchar con tus oídos que ella asesinó al árabe tirándolo por la ventana? El suero de la verdad no miente, policía.

-El Árabe había sido electo para llevarlo a las celdas, y pese a que se lo comentaron; este mostró su chaleco bomba y amenazó con hacerse estallar junto a todos los presentes; los cuales eran los del Gran Comedor y los de las Habitaciones que había encima. Yo lo consideraría defensa propia.

-Inara Serra y Eider Relish son asesinas; al menos esta última tras hacer lo que hizo a Diana Lister. El envenenamiento fue cosa suya propia, no culpa de Renfri Dakota, aunque ella fue la que tenía los venenos. Yo por ejemplo tengo una pistola, y pese a que la tengo no he matado a nadie, Renfri igual.

-Le di el antídoto a Eider porque la Justicia es la que debe de juzgarla, no ninguno de nosotros. El hecho de poder vencer a aquella máquina del demonio para conseguir el antídoto, es lo que tenía que hacerse, y lo hice.

No entendía para nada a Luis Montoya, sus argumentos eran muy pobres.

- ¿De qué elecciones estás hablando? Estamos cautivos, sin poder salir de este castillo, y el barón ha dejado trampas y enigmas por resolver por doquier. Han habido asesinatos desde el primer día, no han acudido policías y estamos incomunicados con el exterior. No tenemos ni idea de qué está ocurriendo y porqué estamos aquí encerrados...todo me hace sospechar que estamos siendo sometidos a una cacería, como lo oye, del mismo barón. ¿Ha visto los trofeos del gran recibidor? Hay miles, todos con fecha y nombre de gente que murió ese mismo año...¿Y te importa una urna depositada por ese psicópata asesino? 

Siento serle tan franco, pero hágase a la idea de que si en verdad es policía...usted también está atrapado por ese loco como el resto. Su vida corre el mismo peligro. Personalmente no pienso dejarme encerrar aunque todos votasen en mi contra en algún momento...una celda implica la muerte. Hay asesinos en el castillo y ya ha habido muertes...algunas según usted involuntarias o en defensa propia...pero aún así, que yo sepa, deben ser juzgadas, ante un juez, en un tribunal. 

Sea honesto con su profesión, si realmente es policía, y arreste a Renfri y Eider, salgamos inmediatamente de aquí, y yo mismo seré testigo de lo ocurrido en cada caso. 

A todo esto... ¿Puede sacarnos de este castillo? 

-Si te refieres a las cabezas de venado que hay en las paredes del Gran Recibidor, son conmemoraciones que el Barón hace de los que asisten a su fiesta. No hay nada de extraño en ellas; ¿Algunas coinciden con la fecha de fallecimiento de alguien?. No es descabellado, hay miles de cabezas. Pero la gran mayoría no es así.

-No creo que el Barón haya hecho esto para matarnos, si así lo hubiera querido nos hubiera drogado la comida y nos hubiera puesto en las celdas para hacer esos viles instintos que dice usted que el Barón tiene.

-Yo soy un Policía, pero no tengo capacidad de arrestar a nadie por lo que dijera o dejara de decir una mujer que ha sido muerta, en parte, por su culpa, y claramente coaccionada y alterada. Ningún juez validaría una declaración así. Solo daré mi declaración al respecto.

-Por lo demás, es cierto que hay casos de asesinatos aún sin resolver, como es el de Tylor MacRury o el de Sean McOwen. Así como el cadáver del despacho del Barón... La pregunta: ¿Quién es el asesino o asesina?.

-Intenté contactar, pero la tormenta quita toda capacidad de comunicación con el exterior, y pese a que intenté salir por la puerta, parece que esta está cerrada o incluso bloqueada desde el exterior. Pese a ello, se puede salir del lugar sin mayores problemas si accedemos a cierta habitación.

Se escucha un enorme ruido, unas cadenas han caído al suelo, la puerta se abre lentamente.

Gustavo, ¿Te encuentras con fuerzas o prefieres ver cómo se desarrolla el debate? Eso de poder salir llegando a cierta habitación es sumamente interesante. ¿Qué habitación habla Luis Montoya? Y bueno, he de decir Gerard que me alegra que veas ahora el peligro de la dichosa urna. Siempre temí ese utensilio.

Desde su punto de vista, Gérard consideraba que el policía era demasiado optimista y favorable con el proceder del barón pero no quiso discutir más. Si era un buen policía realizaría una lista exhaustiva de los trofeos allí presentes y haría verificar si murieron en esa fecha o no. Para el sommelier, parecía claro que había habido distintas ediciones de la cacería y todos los muertos iban siendo colocados en aquellas paredes del recibidor. Eran los trofeos de caza conseguidos cada año, como haría cualquier cazador al cazar algún animal salvaje y disecarlo para colgarlo.

Tampoco coincidía en el proceder ante un asesinato u homicidio involuntario. Un policía no dejaría andar libre por ahí a una homicida que empuja a un árabe, aunque hubiese sido en defensa propia. O hacer la vista gorda con una mujer que envenenaba a otra frente al resto, siendo él mismo testigo. Pero no valía la pena discutir por discutir.

Al caerse las cadenas que impedían en acceso a la capilla el sommelier comentó.

- Parece que han abierto, sería interesante ver qué oculta la capilla y ofrecerle ayuda al que allí se encontraba encerrado. ¿Venís? Por cierto, señor Montoya. A mí también me interesaría saber de qué habitación está hablando. De ser posible, me gustaría salir de esta mansión de locos...

Después de hablar, avanzó empujando la puerta y accedió a la capilla.

Estaba totaente anonadado y con la boca abierta al oír tantas muertes que se habían producido. -Estamos cayendo como moscas, yo procuraría que se busquen un amigo. Así que se apellida como yo y se parece al hombre de esa cruz... 

bueno al caso, si quieres Jorge vayamos a la habitación de al lado y echemos un rápido vistazo, pero me gustaría descansar bien esta noche

Me parece bien, necesitas descansar Gustavo. dijo Maynard dirigiéndose hacia la capilla

Salgo hacia la capilla junto con Gustavo

Voy hacia la Capilla

aunque no sé que tenía el bocadillo de aquí mi pariente lejano que me siento como un toro!

Avanzamos pues no Jorge?

Todos se adentran en la capilla.

Gérard llega a la estancia, nada parece haber cambiado.

Gérard decidió acercarse hasta la pila bautismal y vertió el contenido de la jarra en el interior. Quería comprobar si algo sucedería.

Una vez que la pila estuvo llena, comenzaron a salir unas burbujas del interior de esta durante unos segundos, acto seguido toda el agua fue desapareciendo hasta no quedar absolutamente nada de ella. Acto seguido, el Altar que había en la zona se abrió, mostrando un pequeño armario secreto, en donde había una especie de rueda de vehículo.

Gérard tomó la rueda y sacó los clavos para darse espacio. Sabía que los clavos ya habían hecho su función para montar el trofeo de caza en el taller oculto. Los restantes, duros y sumamente afilados, los quería para herir a alguien. Llena ya su mochila, decidió que era momento de hacer uso de los clavos y dejarlos esparcidos cerca de la puerta que daba a la capilla para que cuando alguien irrumpiese, fuesen pisados y clavados en las suelas atravesando el cuero e hiriendo la planta del pie. Además, sabía que la mayoría estaban oxidados y eso podía correr en su beneficio. Los colocó con mimo entre las juntas de las baldosas para que no fuesen fáciles de ver a simple vista y punta hacia arriba. Probablemente alguno los pisaría al atarvesar aquella puerta. Sonrió con malicia.

Después de acercó hasta la cruz de madera pegada a la pared. Sabía que aquello era realmente extraño, normalmente sólo se colocaban sujetas sobre arandelas, que estuviese pegada podía implicar que escondía algo por lo que sacó su cincel y martillo, golpeando para sacarla del lugar. No sabía que encontraría.

La cruz se desprende sin muchos problemas, aunque no parece que te vaya a ser de mucha utilidad.

Gérard observó con detenimiento la cruz y el espacio que había quedado en la pared por si encontraba algo oculto. Después partió la cruz por la mitad por si en su interior tenía algo escondido, habiendo, eso sí, guardado antes la rueda en su mochila.

Enteramente es de madera y tras la cruz hay pared.