Aquel escobero era un lugar pequeño y apestoso, lleno de humedad y productos de limpieza. Tan solo tenía una única puerta que conducía a las escaleras superiores. Más que un lugar que el Barón frecuentara, parecía que tan solo los miembros de la limpieza, así como las criadas, usaran para dejar o recoger productos y herramientas para poner en orden el resto del castillo.
Parece ser que alguien ha removido la zona, hay una caja cerrada a cal y canto que parece ser de especial interés. Tiene un pequeño hueco, en el cual está incrustado un guante hacia el interior (se puede meter la mano y manipular el contenido usando ese guante. Además de una de las caras tiene cristal, capaz de ver el interior.
En el interior hay 2 secciones bien diferenciados, uno vacío y otro lleno de fichas cuyas caras son azules y rojas, todas completamente idénticas. Echando un rápido vistazo podéis ver que hay 10 puestas por el lado rojo, en cambio el resto parecen ser azules, de todas formas, son demasiadas para contarlas.
-HABILIDAD: Secretos del Castillo-
En una esquina hay una plancha de metal que se puede levantar, directamente sobre el calabozo, en concreto la "Celda III".
Debido a su posición, este camino solo sirve para ir al Calabozo, y no viceversa.
Que concurrida la celda 3 XD
Gérard busco y rebuscó con detenimiento alguna llave, objeto último similar por el viejo escobero.
Ten cuidado Gerard, me fio muy poco de mi marido.
Con mucha cautela, rebusco en la habitación.
No hay nada de valor por ningún lado. Al parecer un viejo escobero era tan solo eso, un viejo escobero.... pero de pronto, veis una caja metálica escondida en una de las esquinas, tras unos cuantos productos de limpieza.
La caja está cerrada a cal y canto. Tiene un pequeño hueco, en el cual está incrustado un guante hacia el interior (se puede meter la mano y manipular el contenido usando ese guante. Además de una de las caras tiene cristal, capaz de ver el interior.
En el interior hay 2 secciones bien diferenciados, uno vacío y otro lleno de fichas cuyas caras son azules y rojas, todas completamente idénticas. Echando un rápido vistazo podéis ver que hay 10 puestas por el lado rojo, en cambio el resto parecen ser azules, de todas formas, son demasiadas para contarlas.
Parece ser uno de los puzzles del Barón, aunque no hay forma de saber qué quiere hacer con ello, ni para qué sirve. De todas formas, lo que sí que parece obvio, es que hay que meter una mano en el guante para poder manipularlo, pese a que la obviedad esté ahí, por algún motivo, ambos os encontráis dudosos a la hora de arriesgar un miembro de vuestro cuerpo.
suspiro.
¿Tienes algo que te atrevas a meter ahí?
Por si acaso aviso...
Cosas que pueden ser metidas ahí:
-El brazo Derecho.
-El Brazo Izquierdo.
-El Brazo Derecho de OTRO.
-El Brazo Izquierdo de OTRO.
He tenido un momento de inspiración divina. ¡Usemos la mano de un muerto!
El sommelier escuchó a la baronesa, sonrió y comentó divertido.
- Mientras el muerto no sea ninguno de nosotros dos, estoy de acuerdo. Me da mal rollo meter la mano dentro...
La baronesa simuló que escondía algo detrás de su espalda.
¿Uno de nosotros dos? Jejeje. Que gracioso. Jejeje. No sé por qué lo dice
Y le guiña un ojo.
Miró a la baronesa, se acercó y le besó en los labios. Un beso breve pero cálido. Le sonrió y le dijo.
- No lo pude evitar... Le guiñó el ojo cómmplie y le habló con dulzura. Vayamos al inernadero, coloquemos las cuerdas del piano y tratemos de resolver el puzzle de los jarrones, ¿Te parece bien?
No sabía cómo reaccionaría, pero esperaba que bien.
- Vayamo para allá...
Divho esto, el sommelier salió en dirección al invernadero. Esperaba que Alice le acompañara..
La baronesa le sonrió con complicidad.
Cada vez que me descuido va usted a más, señor Mercier. No sé si quiero saber qué será lo siguiente. Pero tenga cuidado...
Me acerco hasta la caja del puzzle y la levanto para guardarla y llevarla conmigo. De paso se la enseño.
He encontrado un cinturón de castidad para protegerme de tipos con las manos largas que le irá como un guante.
Guardo la caja y voy tras el sumiller.
La Caja es demasiado pesada como para poder moverla.
Gérard observó que la baronesa estaba molesta por lo que se disculpó y emprendió el camino al invernadero un tanto incómodo.
- Lo siento, no volverá a suceder...
Vaya, esta caja pesa demasiado. ¿Vamos a tener que arrastrar un muerto hasta aquí?
Cuando se gira el sumiller ya se está yendo.
¿Pero qué? ¿Será posible? ¿Desde cuando mi sonrisa ha perdido su gancho?
Comenta en voz baja mientras sale detrás del sumiller.
Ambos salen de la estancia en dirección al Invernadero
- Espero que con una mano sea suficiente. ¿Brett seguirá pudriéndose en la cocina?
Comentó el sommelier volviendo a recuperar la sonrisa. A veces era difícil interpretar las reacciones de Alice pero parecía no estar molesta como habia pensado en un principio.
- Su sonrisa sigue siendo tan encantadora como siempre, el problema es que yo a veces soy muy corto para pillar ironías y también entiendo que está situación es lo suficientemente grave como para que todos desconfíen de todos. Sea como sea, espero que sigamos ayudándonos mutuamente.
Después reparó en algo que no le había confesado.
- Se dónde hay lilas para el puzzle del invernadero, en la sacristía. En la capilla había otras blancas...no recuerdo cuales eran.