Partida Rol por web

La Grovehn caminando con una sonrisa tras sus palabras, como si realmente estuviera imaginando a la mujer globo intentando ascender y a ella, desde abajo, intentando dar a la piñata. Y esa sonrisa se amplía cuando la chica del martillo interviene. La mira durante un instante, aparentemente divertida con su idea, y luego mira al chico de las cartas.

—Boticario —repite, y sólo esa palabra ya parece una invitación a hacer lo que la mujer ha pedido, o un reto a intentarlo.

Acto seguido escucha a la mujer del búho, sin detenerse en su recorrido de la linde aún cuando ella le está hablando, y sólo cuando termina de dar la vuelta completa una vez de manera poco fructífera vuelve donde los demás. A lo primero que la Eve ha dicho no responde: es evidente que no cree que merezca la pena hacerlo una vez más. Luego, cuando habla de lo suicida que ella pueda ser, simplemente se encoge de hombros, como si morir le pareciera tan natural como respirar. Ante lo último, sin embargo, la mira frunciendo un poco el ceño, como si no hubiera entendido nada.

—No dije eso —aclara—. De esa noche dije que vio a él —expone, aunque no se molesta más que en empezar el gesto hacia el chico de las cartas— atacar al panda.

Acto seguido, en cuanto siente a Sylvia colocándose a su lado y a su serpiente ascender por su bastón, Olenna dedica un asentimiento a cada una, y parece genuinamente impresionada. Apoya entonces la base de su arma en el suelo y simplemente la sostiene en vertical, sin seguir arrastrándola ni mover sus pasos. Sin embargo, cuando su compañera dice que le cuesta expresarse, la mira de medio lado, como si no tuviera claro cómo tomarse esas palabras. Y al final estalla en una sonora carcajada.

—Es gracioso —explica—. Porque dices eso, y él cree que se ríe de mí —comenta claramente divertida, haciendo un gesto con la mano libre hacia el rey de sofá—, pero todos me entendéis y me atendéis.

Tras ese momento de aclarar lo que le ha hecho tanta gracia mira a su amiga con un brillo en los ojos, como si pensase cómo recompensar las últimas palabras que ha dicho. Finalmente y como si hubiera dado con la clave saca una nueva galleta y se la tiende, satisfecha.

Y cuando un instante más tarde el oriental vuelve a intervenir Olenna le dedica una mirada que roza el escrutinio. Le observa durante casi tres segundos antes de decir nada y luego vuelve a hablar, repitiendo casi palabra por palabra lo que ya le había dicho antes por si él es una excepción a eso de que la entienden.

—No hay terceros titiriteros, ni nadie instiga ni controla. No voy a decir más ni explicar más. He dicho de los muertos porque es lo que él sabe, y para eso mejor saberlo todos —enuncia antes de hacer una pausa, como queriendo asegurarse de que  el tipo lo ha entendido. Sin embargo en su expresión es claro que está cada vez más de acuerdo con la chica del cocodrilo. Finalmente añade las mismas últimas palabras que antes—. Creer o no creer es cosa de uno.

Asiento agradecido cuando ahora es la compañera del búho la que me ayuda.

Pero tan pronto como me ayuda, el ritmo se vuelve trepidante y difícil de seguir, no sólo con la piedra brillante y una casi milagrosa resurrección, si no que además comienzan a volar acusaciones de uno a otro grupo, formándose bandos a cada instante más diferenciados. Apenas puedo limitarme durante largos minutos a mover la cabeza de un lado a otro intentando seguir a quién habla esta vez.

De lo poco inteligente que pasa por mi cabeza es adelantado por la versión femenina de Thor, así que apoyo todo mi peso en una pierna mientras sigo tratando de buscar fallas o historias que contar. Entonces mi sonrisa se amplía con cierta serenidad, como si mi mente estuviese algo más clara entre este caos.

En verdad... aunque la llegada a Oldland ha reavivado nuestra sangre, hay mucho más... los petroglifos que se muestran con cada muerte nos impulsan... creo que a cada uno de un modo distinto, quién sabe si incluso dándonos el poder de volver por nuestro propio pie de entre los muertos. Esto es Oldland, y nada es lo que parece... ni siquiera lo que sabemos sobre nosotros mismos.

Mi sonrisa se amplía un poco más, contando una historia que espero haya respondido a alguna pregunta no formulada. Miro entonces hacia Katalina con cierto orgullo.

¿Ves? Una historia siempre es mejor.

Pero el gesto de orgullo se desvanece rápidamente para que mi mirada baile de Olenna hasta Raffariel, pasando por Katalina y por el recién resucitado. Sucede entonces una intervención por parte de Olenna y la miro con toda la atención que puedo, realmente intentando entenderla, no es fácil.

Y sabiendo que no sabemos nada, y sabiendo la convicción con la que hablan, quizá y sólo quizá haya un espejismo, quizá alguien haya sido manipulado, engañado con los métodos más viejos. Es gracioso.

Digo, repitiendo cierta coletilla común últimamente. Y sabiendo que precisamente no es gracioso, si no más bien como lanzarme entre dos bestias peleando. Aunque bueno, esa ironía quizá sea la gracia.

Fiona miró a unos y a otros sopesando lo que allí se decía, como se notaba que llevaba años sin ejercer la abogacía... la buena vida le había vuelto perezosa, sin embargo estaba en juego tantas cosas que le merecía la pena estar atenta.

- Puede ser...- comentó para sí misma mirando a Olenna- posees información y has sonado convincente mientras que efectivamente la actitud de Katalina y Daeron son confusas- los ojos de la melknhar pasaron de unos a otros con evaluándolos, Fiona era la típica persona que sólo confiaba en lo que veía- estoy con lo que la mayoría habéis expuesto con respecto a Olenna... aunque hay demasiados interrogantes- añadió haciendo referencia a las últimas palabras lanzadas por Noi y Dyehuty

Nimay había permanecido nuevamente callado, observando. Los ojos de Vyka habían respondido a su pregunta mejor de lo que podría haberlo hecho su voz y desde entonces el hombre se había sumido en un silencio un tanto taciturno. Parecía más incómodo con su propia presencia en ese lugar a cada minuto que pasaba.

Haathee mientras tanto seguía a Theora, quedándose a su espalda, como una sombra enorme. De aspecto bonachón tal vez, pero dispuesto a protegerla si era necesario. 

El hombre escuchó las acusaciones y las justificaciones volar de un lado a otro, moviendo la cabeza para contemplar a los que hablaban en cada momento. La acusación de pedofilia que hizo Katalina sobre el tipo del panda lo asqueó y su ceño se frunció cuando sus ojos buscaron el cadáver de aquel hombre. Si esa repugnancia era cierta, se alegraba de su muerte. 

Sin embargo, al sentir la mirada de Olenna sobre él, asintió. 

—Me suena —respondió a la mujer del bastón, para después seguir escuchando.

En cambio, la resurrección del chico de las cartas sí que consiguió asombrarlo. Nimay contempló aquello con los ojos como platos. Eso atentaba contra todo lo que siempre había creído y algo en su pecho se revolvió creando dudas en sus creencias.

De forma inconsciente empezó a murmurar una oración de protección contra los malos espíritus y después de esa pequeña cesión a la superstición, su mirada siguió contemplando a unos y otros como si estuviese en un partido de tenis, intentando asimilar aquel exceso de información con que los bombardeaban. Tratando de comprender las aportaciones de todos, sus acusaciones y sus defensas. Intentando ver las intenciones más allá de las palabras.

—«Demasiados interrogantes», sí —repitió para sí mismo las palabras de la dama de fuego y luego la miró, ladeando un poco la cabeza con curiosidad.

Sin embargo cuando habló de nuevo no se dirigió a ella en concreto, sino que lanzó sus palabras al aire.

—Al final parece que todo va a terminar siendo una cuestión de confianza, ¿no es así? Tendremos que decidir a quién creemos y a quien no. Y confiar en no equivocarnos —terminó mirando a Olenna y esbozó una sonrisa de medio lado al citar sus palabras—. «Creer o no creer es cosa de uno».

- Por lo que sé, es posible que sea así durante varios días. Volveremos a sentir el ansia. Es como si la propia ciudad despertase nuestros instintos más primarios y primasen en ese instante la supervivencia y la visceralidad sobre la moral.-había respondido, a la pregunta de Nimay, alejándose del cadáver para dejar que lo colocasen.

Y poco después se formaba la algarabía y se sucedían las revelaciones, y Nora retrocedió, varios pasos, hasta tener una perspectiva de todos los presentes y asegurarse de que no quedaba nadie a su espalda. La mujer entrecerró los ojos, al igual que su felino, y observó, en silencio, a unos y a otros, mientras trataba de discernir los retazos de la verdad de entre tanta palabra y declaración.

Escuchó a Olenna con sumo interés, al igual que a Daeron y Katalina, y asintió, cuando la Grovehn rubia que respondía al nombre de Bethanny propuso a Daeron que probase su verdad con hechos fehacientes- No es mala idea. Que pruebe sus artes alquímicas sobre si mismo. -dijo, con aprobación, cruzándose de brazos, y comenzando a dar pasos alrededor de la multitud, fijándose en unos y en otros, tal y como lo haría una bestia que examina un nuevo territorio- Con respecto a la mujer... Podría ser parte de quienes nos acribillan bajo el velo de la noche, a escondidas. O incluso podría ser uno de esos semidemonios que acaban consumiendo la propia esencia de uno para apropiarse de sus fortalezas. Hay muchas de esas almas descarriadas perdidas en los parajes más recónditos. Mi padre, que vagó por el mundo durante mucho tiempo, así lo contaba. 

Las acusaciones iban y venían, de un lado para otro, mientras Vyka solo miraba cómo todo sucedía. Las palabras de Daeron eran sólidas, al menos a su juicio. Por esto, la joven dudaba de qué pensar. Miró a Olenna esperando que esta le diera una respuesta o un atisbo de una. Era cierto que ningún mensaje había llegado para ellas y por ello decidió decirle - Nosotras no sabíamos que podían contactarse con nosotros. ¿Cuáles eran los mensajes que nos enviabas? - le preguntó curiosa.

Dubitativa, miró a Smel cómo tomó su brazo y con los ojos bien abiertos, le dijo - Tampoco yo - a modo de asentimiento.

La verdad era que dudaba, dudaba mucho pero como había dicho Nimay, era cuestión de decidir en quién confiar. Era todo, una elección. Si bien las palabras de Katalina eran convincentes, no terminaba de creerle, así que se limitó a apretar los puños con fuerza. Al ver la reacción de Daeron contra Smel, le mira con reproche y se acerca al chico rubio con decisión y lentitud. Se acerca sin quitarle los ojos de encima y con la voz temblorosa y poniendo una mano en su pecho le dice - A ella déjala en paz. Por mi parte, tendrás tiempo - después de sentir el latido de su corazón, retrocede para luego escuchar las palabras de Nora.

Vyka se giró extrañada hacia la morena y la miró con detenimiento. Ella... Su madre... ¿Cómo sabía eso? Tal vez...

- Disculpa, Nora. ¿Por qué tu padre sabía aquello? ¿Acaso tu padre estuvo antes aquí? -.

Continuaba centrada en Katalina, pese a las discusiones que se generaban con los demás, pues la mujer flotante se atrevía a acusar de algo falso a Roy.

-¡MIENTES!...deja de decir mentiras de Roy, él era un hombre bueno, que no hizo más que prometerme que me cuidaría, así como lo han hecho Nimay u Oliver, ¿o es que a ellos también los acusaras de querer aprovecharse de mí?...no te atrevas a decir nada mas de Roy, él como yo fuimos unidos por Oldland, es cierto en un sitio en nuestras mentes, pero muy alejado de las intenciones que pretendes que creamos-

Wardjan continuaba mostrándole los dientes a Katalina y tras de mi podía sentir a Tyr y Haathee, pero cuando Olenna repite nuevamente lo de Daeron y la panda, giro mi vista hacia él y Wardjan se lanza en un ataque que nacía de mi interior impulsivamente, pero antes de que alcance al Grovenh con sus fauces estiro la mano deteniéndolo, el can gruñe y vuelve a mi lado, todo su lomo esta erizado, y comienzo a respirar más agitada, sin ser capaz de contener todo lo que siento, me tomo la cabeza y doy un grito, caigo de rodillas y Wardjan deja su actitud ofensiva y se acerca a cobijarme posando sus patas en mis hombros y yo abrazándole, tenia la mente confundida, dos debían pagar la muerte de Roy y Linda pero solo uno podría ser el elegido esta tarde.

_{-Son dos y esta tarde solo podremos acusar a uno…es injusto, este lugar juega con nosotros-} el can lamia mis orejas animándome.

Continuaba convencida de que primero debía caer Katalina, Daeron sería el siguiente si por la noche los cobardes no me atacaban.

-Olenna, Roy ya no es el Cultista, como dice ella, otro de los presentes ha tomado su habilidad, pero aún me cuesta confiar en esa persona, pregúntale si ha sentido el cambio…- me quedo en silencio un momento… -¿Es posible que Oldland cambie lo que ya ha entregado?- pregunto a Olenna.

- Así es.-respondió a Vyka- Siguió el llamado de Odland en la última ocasión en la que los legados volvieron a reunirse, en una noche de difuntos.-explicó- Todo lo que sé de él me lo contó mi madre. No llegué a conocerlo. Ella lo encontró enfermo, aquejado del mal de la selva que se lleva a todos los jóvenes débiles y ancianos de entre mi gente. Le brindó ayuda, y compartieron un tiempo juntos. Y antes de saber que la hija de Eve que lo había ayudado estaba embarazada, volvió a marchar, buscando respuestas. -suspiró- Decía que poseía recuerdos que no le eran propios, pero que en cambio había vivido en carne.-añadió, mirando hacia un punto indeterminado, mientras su expresión endurecía- Lo único que sé de él, además de lo que me contó mi madre, es que respondía al nombre de Trevor. -concluyó, mirando a la Melknhar, con quizá, un brillo esperanzado en la mirada- ¿Por qué me has preguntado? ¿Acaso tú también oiste hablar, por boca de algún familiar, de la última reunión?

Terminaba aquella pregunta, y Theora estallaba, acto seguido, llamando la atención de Nora, que la miró, en silencio, mientras consumaba aquel estallido de rabia infantil. Dedicaba a continuación un breve vistazo a Katalina- Deberías dejar esa estrategia, chica flotante. Sea verdad o mentira lo que dices, no te está ayudando. -expresó, alzando una ceja- En cualquier caso, está claro que ese hombre no llegó a tocarle un solo pelo a Theora. De haberlo hecho, su compañero canino le habría arrancado un brazo y habría destripado a su acompañante animal, acto seguido. -añadió, como si aquello fuera lo más lógico del mundo- Sé que eso es lo que haría Rakshasa.-finalizó, notando que la hembra jaguar restregaba la cabeza contra sus piernas, en un gesto cariñoso, ante el cual, Nora alargó la mano para rascar su pelaje por debajo de la mandíbula y tras las orejas, sin poder evitar esbozar una sonrisa al ver que el felino ronroneaba.

Las acusaciones continuaban siendo el tema principal de Odland, ya no podía escuchar al viento soplando en mi rostro ni la salvia de los árboles al correr por su corteza, nada quedaba ya, solo ruinas y palabras que era frías como el hielo, tan filosas como un cuchillo. Condenaban y declaraban ante los ángeles caídos su cruel veredicto.

Bajo la mirada un tanto extrañada mientras siento como la respiración se inquieta, aprieto la mano de Alastor con fuerza mientras la mirada va cambiando a una de enojo, la furia me carcomía, sólo que a él no intento transmitírsela por una razón que aún no domino. ¿Tal vez un sentimiento?.

Tyr protegía al lado Haathee a Theora mientras que yo podía percibir la ira de la situación en si, hasta que la pequeña colapsa cayendo al suelo tras un grito desgarrador. Suelto al Grovehn y corro hacia ella, al igual que Wardjan, la abrazo con fuerza por la espalda mientras que Tyr se posicionaba dispuesto a todo. - Tranquila... No escuches más nada pequeña, lo que sientas en tu corazón es lo que te llevará a tomar la decisión correcta. -susurro para tranquilizarla mientras intento incorporarla y así estar juntas de pie, sujetando su mano. 

Desde allí observo a todos, analizando cada una de las posturas. El chico de las cartas no podía morir de la misma forma, no creía que tuviera tantos viales para revivir por esa razón no digo nada al respecto. Su postura parecía razonable, aunque podía ser un buen mentiroso y ni siquiera notarlo. ¿Cómo saberlo? No había tenido oportunidad de cruzar palabra con Roy pero confiaba en Theora, ella lo conocía y lo defendía por una razón más que loable. 

Por ello, aguardo silencio. A veces intercambiando alguna que otra mirada con Alastor mientras acariciaba el lomo de Tyr. Al margen de todo, continuaba analizando en profundidad para sacar mis propias conclusiones. 

"No. Que el primero que investigue sea justamente un viola niñas no limita mi poder a ellos." dijo fastidiada ante su intensionalidad de malinterpretar el poder que tan abierto habia explicado a todos. Sin embargo decidio volver y señalar donde habian movido los cadaveres. "Yo los puedo investigar a ellos sin necesidad de hablar con estos y si que estos me puedan terminar mintiendo en la cara. Ya que la informacion que saco es generalmente precisa, excepto porque no sabia bien con quien estaba conectado el hombre hata que la chica lo admitio." volvio a explicar de nuevo y luego mostro media sonrisa. "Igual me alegro que ahora admitas que era un viola niñas cuando antes los veias como unos amigos con un espacio privado, siendo en verdad un culto."

Sonrio mas ante el comentario del Arabe. "Si pero parece no calar, supongo que al final tuve que contarlo antes." expreso con lamentacion pero solo por un segundo ya que no habia tiempo para ello.

Entonces intervino la mas joven de ellos de una forma que se habia esperado por su inocencia. "No, no puedo acusarlos de nada porque no se nada de ellos y no voy a averiguar nada de ellos a menos que mueran y yo posea una noche mas. Pero eso parece algo muy poco posible con cada hora." comento encogiendose de hombros antes de flotar mas cerca de la pequeña. "No se de donde sacas eso que no es mas un cultista, pero me alegra que ahora me estes dando la razon. Por otro lado yo lo revise ayer a la noche, asi que es posible que hoy alguien le sacara su poder."

"Decir la verdad y que finalmente ellas lo admitan como cierto no me ayuda?" pregunto a la morena alejandose de la chica antes que le lanzara al perro. "Eres aun mas inocente que la pequeña. Acaso te pensas que un hombre como èl no habria tratado de tocarla fingiendo una actitud amistosa en vez de amenazante? Ademas el tambien tenia un animal con èl un panda que si bien no se que tan guerrros son, podria bien darle una ventaja al ser dos contra un perro. Pero bueno ya sabes lamentablemente hay varias formas de acosar a una menor..." comento asqueandose ella misma mientras hablaba del tema y negando con la cabeza.

"Yo ya he dicho lo mio, ustedes pueden confiar en lo que diga Olenna por alguna razon que desconosco ya que esta ha dado siempre medias verdades y sus palabras parecen depender de los muertos que pueden llegar a mentirle, incluso ahora mismo se esta corrigiendo a si misma basado en cosas que le digo."

Cuando Katalina se acerco Wardjan reacciono de inmediato lanzandole mordiscos que la dama esquivo gracias a su habilidad.

-¡No te doy la razón!, ¡Mentirosa!, yo no pongo en cuestionamiento si tienes o no esa habilidad, pero se que Oldland a algunos los doto con dos, perfectamente puedes descubrir quien es quien, tras matarlos por la noche, como lo hiciste con Roy, seguramente les obligas a decirte que habilidad tienen mientras les arrebatas la vida...¡ASESINA!-

Ya no podía mas, mis lagrimas brotaban mientras con el dorso de mi mano las intentaba secar y entre lagrimas continuaba defendiendo a Roy y Linda -Ellos no son malos...- mire a Deidre... -ellos no son malos, ella miente...dile que pare mamá...- abrace a la pelirroja buscando el refugio de su pecho y brazos, mientras Wardjan cruzaba su vista con los ojos lupinos de la mujer.

Sentado en el Suelo, luego de que la mala copia de croupier volviera a la vida, miraba casi boquiabierto como todas loa acusaciones se daban cuenta y palabras como "cultista", "medium", "boticario", entre otras ocupaban parte de los argumentos para acusar o para tratar de defenderse.

miré al Muchacho que volvió a la vida y le dije:

- Que te hizo pensar esa idea que tuviste de matarte con tu propio veneno y luego volver a la vida, iba a hacer que confiáramos en ti?- luego me giré a la mujer que le propuso que se matara de nuevo y le pregunté:

- Realmente servirá de algo que se muera otra vez?, tampoco estoy diciendo que sea muy útil vivo, pues ya demostró que lo de pensar no es lo de él, pero bue- abrir mis brazos mostrando las manos- es lo que tiene; ahora bien- pare para escuchar a la pequeña mientras discutía sobre los dones que tendría cada uno, asi que luego que habló, continué esta vez hablándole a todo el grupo- como esta conversación esta muy enredada y hay algunos que dicen que Oldland le ha dado algun "DON"-hice las comillas con mis dedos- porque no decimos abiertamente que don tiene cada uno?, creo que mas enredado que lo que hay, no vamos a estar... hasta creo que se pondría divertido, como alguno se cazará con sus palabras, sino no puede demostrar el Don que dice tener- termine diciendo mientras trataba de ver la reacción de la mujer que flota y del propio tontin de las cartas.

Aún al lado de Sylvia, pendiente de ella y orgullosa de la serpiente enroscada en su bastón, Olenna sigue escuchando. Dedica una mirada al árabe cuando él dice eso de «Es gracioso» con una pequeña sonrisa, y luego atiende a la mujer de fuego.

—Que ellos tengan interrogantes es bueno —aclara entonces, marcando con más brusquedad la segunda palabra—. Aclararlos a todos haría más daño que dejarlos nadar.

Dichas esas palabras atiende al hombre elefante, y asiente en su dirección en dos ocasiones. Después responde a la chica de los gritos.

—Dio tres mensajes —enuncia con seguridad, como si realmente llevase la cuenta, y sus siguientes palabras están cargadas de escepticismo—. Ahora dices si alguno es importante. Que quién lo había matado. Que podían comérselo personas, no animales —y ante el siguiente una sonrisa aparece en el rostro de Olenna—. Y que quería ser resucitado antes que nadie —entonces ladea la cabeza en dirección al chico de las cartas antes de hablar con clara ironía—. Pero dices que tu muerte era falsa. No.

Acto seguido escucha con atención las palabras de la niña y la mira durante un instante, como si le costase entender a qué se refiere con «Cultista».

—Pregunto —asegura de manera seca. Luego parece a punto de decir algo más a la mujer globo, pero se detiene en el momento en que algo encaja en su cabeza y se dirige de nuevo a la niña—. No te fíes —añade entonces—. Pregunto, pero no te fíes.

—El cambio —contextualiza, refiriéndose a lo que ella acaba de explicar—. ¿Antes o después de ella llamando violaniñas a Roy? —cuestiona. Por su expresión parece que algo esté gestándose en su cerebro, pero que espera la respuesta de la cría antes de formularlo. Aún así pide algo más—. ¿Puedes señalar quién es? 

Tras esas palabras escucha a la mujer flotante y la mira una vez más, interesada. Desvía sus ojos un momento hacia Fyas, casi pidiéndole su opinión, o la opinión de Sylvia a través de los ojos del animal.

—Inventas —enuncia entonces en dirección a la mujer globo—. Sigues inventando, pero no convences. Yo no sé de poderes con nombres raros como tú, pero sé que eres asesina, y que Roy no hacía eso. Y no son palabras de muertos equivocadas para convencerme de tu culpa, sabía que eres asesina sin ellos. —La acusación de Olenna sigue siendo tan directa como antes, y cargada de la misma determinación. —Si hubieras estudiado a Roy habrías visto que lo que está muerto puede matar, o lo que le dieron las luces. Pero tú no has estudiado nada. Tú sólo sueltas tu lengua a recoger mierda y lanzarla, pero es todo mentira. —Entonces se encoge de hombros—. Tú eliges en qué usar el tiempo. ¿Prefieres hacer eso que flotar? Bien. Te llegará el palo.

Tras esa afirmación habla una vez más a la niña, observándola por un momento. Al hablar lo hace como si estuviera diciéndole algo importante, como cuando días atrás le explicó que correr la convertiría en presa.

—Los que disfrutan con la muerte disfrutan con las lágrimas —enuncia antes de entrecerrar los ojos—. ¿Quieres hacer ese regalo? ¿O quieres hacer con ellos lo que hicieron con Roy?

Aguarda entonces unos segundos, por si la cría quisiera responder, y al escuchar las palabras del negro no tarda en moverse un poco en su dirección. Son sólo un par de pasos, lo suficiente para arrastrar el bastón, serpiente incluida, y aprender del sonido de la piedra.

—Yo no digo qué sé, ni cómo sé —responde—. No lo pediré a otros. Tampoco quiero dar a los asesinos para elegir. Que vengan a por mí está bien, si se atreven. Si alguien devuelve vida —enuncia con un gesto hacia el chico de las cartas—, que vayan a por él, no.

Escucho con atención las casi interminables palabras de unos y otros mientras crujo mi cuello hacia un lado para estirarlo. La falta de ejercicio pronto comenzaría a pasar factura, por que la verdad es que las masacres del medio día no podían contarse como ejercicio. Poco a poco voy estirando y calentando el resto de músculos de mi cuerpo, como si dispusiera de todo el tiempo del mundo para prepararme para lo que está por venir. Sin embargo, cuando la flotante Katalina me habla alzo mi mirar hacia ella.

El tiempo es un don preciado... y limitado. No lo desperdicies.

Le indico, para acto seguido fijarme en la rabieta de la más joven de los presentes, a la que miro con cierta curiosidad y niego con la cabeza, acto seguido miro a sus protectores y, pese a todo, me encojo de hombros antes de hablar, con calma y serenidad.

En verdad, niña, le has dado la razón al decir que Oldland os unió en un sitio en vuestra mente, no un sitio físico. Ella dijo que te llevo aparte con él. ¿O acaso me equivoco, niña?

Pregunto, arqueando una ceja con curiosidad y quizá mi diccionario niño-adulto esté unos cuantos años desfasado  y por eso la haya entendido mal. Cuando el hombre de ébano habla, no necesito mirarle directamente ya que estoy estirando las piernas y eso requiere un mínimo de concentración, aunque sí que proyecto mi voz hacia él.

Probablemente para algunos sea difícil demostrar de qué son capaces. Imagina, por ejemplo, el caso de alguien capaz de matar con un veneno letal de verdad, no de esos temporales: ¿le pedirías que matase a alguien? Eso por no contar con las posibles mentiras y con la información que les estaríamos brindando a los asesinos.

Me levanto entonces y empiezo a estirar mis muñecas como parte del calentamiento.

Sí... esto me despeja -casi suspiro-. Preguntar es sano. Responder más.

Concluyo, al aire.

Todo aquello no llevaba a ningún lado. Los pocos que se pronunciaban apenas aportaban algo y el resto solo repetía lo mismo que antes. Todo era tan complicado.

-Al final sera un juego de confianza como dice el Grovehn y quien es mas efectivo a la hora de hablar. Katalina a mostrado saber algo de los muertos y aun se la sigue acusando sin complejos. A Daeron se le pone en duda ser el boticario y se le insta a soltar su ultimo frasco, en cambio a Olenna no se le pide nada. Es mas, hay gente como Silvia que no le importe que oculte información. Estoy confuso con todos ellos. Sigo pensando que estamos siendo manipulados y muy bien por cierto.-Tan solo hablo para poner sus dudas al aire. Las cuales ya todos sabían y por el momento no tenia mas que decir.

Olenna observa con curiosidad los movimientos del hombre árabe. Ladea un poco la cabeza mientras lo mira, y deja que una parte de su mente se imagine a sí misma haciéndolos también. Sin embargo, no se mueve, aunque probablemente lo haga más tarde.

Al escuchar las palabras que él le dirige a la niña la Grovehn frunce el ceño y no tarda en intervenir.

—Ella —enuncia, haciendo un gesto hacia la mujer flotante— dijo eso, pero yo dije antes —asegura. Entonces hace una pausa—. Dije que al llegar había encontrado a alguien para confiar. Que los traidores mataban, pero ellos se tenían juntos —recuerda volviendo a llevarse un dedo a la sien y golpeándola un par de veces, como si con ese gesto lo dejase todo claro—. Ella sólo repitió con otras palabras.

—Además, no fue él quien la llevó a ella. La mujer globo inventa porque no sabe. Ellos se encontraron allí. Los dos —asegura. Entonces desvía una mirada hacia la niña, esperando su confirmación—. Ella inventa porque no sabe —repite—. Si investigase de verdad diría que lo que muere puede matar, o lo que le llevaron las luces a Roy. Pero no sabe de eso, porque es todo mentira.

Tras estas palabras observa al oriental, y conforme este habla dibuja una sonrisa.

—Sí se me pide —enuncia de inmediato—. Se me piden mensajes, se me piden nombres, se me piden razones. Yo doy unas cosas, guardo otras. Pero la chica pintada ya ha dicho que es verdad. Y ella —enuncia señalando a la mujer flotante— no ha mostrado nada. Dice cosas que ya se habían dicho como nuevas, y las que son nuevas de verdad son mentira porque las inventa. Primero dice que Roy es oscuro, pero no dice más hasta que yo no digo que se junta con alguien. Y ella no dice con quién hasta que la niña no llora y grita y le defiende —Niega con la cabeza—. Así también demuestro poderes yo, cientos y cientos.

Y una vez parece que ha terminado de hablar le mira durante un instante más, fijamente, antes de repetir por tercera vez algo que ya ha aclarado al hombre antes.

—No hay terceros titiriteros.

- Basta Katalina...  Buscas excusas para no mostrar lo que en verdad eres.  Lo hiciste conmigo cuando Alastor se acercó a mi,  lo haces con Olenna y ahora te metes con Roy enfureciendo a la niña con calumnias. Cada cual sacará sus propias conclusiones, eso si...  No te metas con ella. - amenazo sin miramientos, como era de esperar protegiendo a Theora de aquella mujer. 

Ahora abrazando a la niña con cariño, acaricio su rostro y luego su cabello.  - Tranquila pequeña, aquí estoy y no me separaré de tí. - consuelo desde el cariño mientras que Tyr camina alrededor nuestro,  enfurecido pero sin atacar a nadie. Incluso cuando Wardjan me mira a los ojos,  extiendo mi mano para acariciar su cabeza. Era una Eve y no solo nos comprendemos sin hablar, habíamos aprendido a cuidarnos entre nosotros. 

Ya dejando entrever un suspiro,  alejo a la niña del conflicto hacia un costado. Le indico a Alastor que me acompañe  si lo desea, mientras mentalmente me preparaba para lo peor,  no iba a ser fácil lo que sucederá en cuestión  de horas. 

Al menos quería tener a las personas que quiero cerca para cuidar de ellas. 

Cuando la mujer del bastón habla, la escucho con atención, ya casi terminando mis calentamientos. Me siento bien y el aire fluye por completo a través de mis venas. Inspiro profundamente hinchando mis pulmones y exhalo lentamente.

Gracias, por la explicación.

Digo con sencillez anudando ambas manos tras mi espalda y estirando hacia atrás y hacia abajo, arqueando ligeramente para sentirme un poco más en forma.

Han pasado muchas cosas en estos días... y estoy seguro de que hay cosas que se nos han escapado, necesito recordar bien...

Murmuro en voz alta en el punto álgido de mi estiramiento, en el cual puedo escuchar un crack. Sin embargo, me siento bien, mejor que en bastante tiempo.

Creo que Dareon ya ha confirmado que ella habla con el otro lado. Sin embargo coincido en que hay algún espejismo, en algún lado... ¿pero cómo romperlo?

Pregunto, sin esperar una respuesta real por parte de nadie. Entre abro la boca como para decir algo más, sin embargo rápidamente la cierro y comienzo con los pasos finales de los estiramientos.

Enfoco toda mi atención frente a los ojos del joven Grovehn de las cartas, la verdad es que me tiemblan las piernas un poco, me veo en medio. Quón lo sabe, yo sé que no le gusta. Los 2 lo sabemos, y cuando se lo contemos a Vyka lo sabremos todos. Pero no sé cuan bueno o malo pueda llegar a ser que una semilla de la destrucción remarque mi posición mas allá de intentar sabotearla, lo diga Yaiza, o no. Pero no voy a dejar me pisen, que nos pisen.

Escucho a mi compañera, la verdad es que tras todo lo visto y escuchado confío en ella. Cuando me sostiene el brazo, respondo volviendo mi mirada a Daeron – Solo espero que no me haya tocado – aunque también engruño una arisca mirada hacia Katalina, y en todo caso... me entra un mal escalofrío. No quiero ni pensarlo.

Tras guardar silencio viendo idas y venidas con atención, frunciendo el labio superior, alzando una ceja, otra, cruzándome de brazos, y dejándolos caer con cierta frustración cada vez que marean a Olenna.... llevo mi tono de voz hacia el chico rubio - Hazlo Daeron, muestra tu poder – insisto - No tengo razón para callar - La suela de mi pie empieza a dar golpecitos contra el suelo – No puedes... ¿verdad? – arqueo lentamente una ceja mientras frunzo los labios – Y aunque puedas/pudieses, si fueses inocente no te haría falta mentir, ni tampoco que Nói te defendiese - reprocho a ambos, no me fío de ninguno. 

Están mareando a Olenna. Y ella dice la verdad -No le dije yo también te sigo para no llevarme un bastonazo. Alzo la mirada - Desconozco los rencores de Roy, pero puede que matara Daeron. No creo para nada que este se marchara por si mismo - enarco las dos cejas mirando hacia el hombre del desierto ¿Espejismo roto?

Apareció a un lado de Smel.-Yo no he defendido a nadie Smel. Solo he nombrado lo que uno y otro ha dicho. Aunque tal vez es cierto que me haya olvidado de algo, como muchos se olvidan de otras cosas. Por favor, no digas cosas que yo no he hecho.-Aclaro el vietnamita, quien no deseaba ser relacionado con nadie, por esa misma razón dudaba de las palabras de todos y le costaba postularse en un bando u otro.