Sin saber por qué y siguiendo el caminar de tu hueste de roedores, llegas finalmente a la espesura de ruinas, que todos denominan como Oldland. Aquella ciudad maldita, donde las historias parece crecer hasta surgir entre pequeñas heridas hasta que la leyenda da vida a nuevos esquejes que cultivar.
Una tierra herida y muerta, que parece surgir entre ruinas, para dar cobijo a las alimañas, que como tú, se refugian buscando parte de aquella verdad.
Aquella tierra que siempre espera un pago, ofreciendo a cambio el poder o la absolución. Miras a tu pequeña legión y niegas con la cabeza aún sabiendo que aquel sitio puede ser un buen comienzo para ti. Pues aquella ciudad está muerta, y gracias a ellas y el tiempo que compartís, las ratas te han enseñado a ver vida donde la muerte parece querer vivir.
Ya sabes como pagar el precio, pues se avecina batalla, y con ella cuerpos heridos a merced de la mortandad... Serás el pupilo de la dama silente que despiece los secretos de los caídos. De nuevo aquellas pequeñas ratas, te nutren de una nueva oportunidad, como aquel día que te pretendía ajusticiar...
A llegado el momento de pagar tu deuda con carne, mientras sus diminutas huellas, te ayudan a avanzar.
Como ves... Tu Rol es Enterrador
Según tu rol... tu calendario es:
CALENDARIO
- LUNES:
- MARTES: Acusaciones
- MIÉRCOLES: Acusaciones
- JUEVES: Acusaciones
- VIERNES: Linchamiento + ROL
- SABADO: ROL
- DOMINGO:
* Cada noche podrás buscar entre los restos de los caídos, buscando su identidad. La experiencia a tus espaldas te hace darte cuenta del papel de los muertos... pero solo sabrás el papel de los muertos por linchamiento... pues los traidores nocturnos se ensañan con los cadáveres y muchas veces no queda más remedio que incendiar los restos o alimentarse de ellos... nada más.
Perfecto, me encanta.
Mientras la muerte se apoderaba de su alma, y justo antes de abandonarte a expirar, centrarse tu mirada en el centro de aquella sala, sobre aquellos símbolos escritos en un idioma que no llegabas a descifrar.
Eran como sellos, que ahora se alzaban del suelo y empezaban a danzar, como dispuestos a que tu alma los tocase, sin saber decir, cómo sabía que debías de aferrarte a uno, como si aquello fuera obligado, antes de dejarte marchar...
Debías de decir uno, ¿Pero cuál...?
I - II - III - IV - V - VI - VII - IX - X - XI - XII - XIII - XIV - XV - XVII - XVIII - XIX - XX - XXII
Entiendo que una vez muerto, no puedo usar mi rol.
Recibido... Sello III... ^^
Buenas máster.
Antes que nada pedirte disculpas por el toque de atención que me distes. Me pilló un fin de semana bastante ajetreado y con el móvil me resulta muy dificultoso escribir. No volverá a pasar.
Te iba a preguntar una cosa. ¿Puedo desvelar mi rol a modo de estrategia? No lo tengo muy claro, y prefiero preguntarte antes que fastidiar la partida.
Puedes hacer lo que plazca... decirlo, mentir, decir la verdad.... todas las estrategias son licitas... ^^
Máster, no me queda claro que es la escena Remiendos de Soledad en la que estoy con Rafariell y Yaiza. A ver si puedes aclarármelo un poco, antes de postear allí.
* Ahora la vida vuelve a ti… gracias al Nigromante la vida y el aire vuelve a llenar tu pecho… y corazón vuelve a latir…
* Los lacayos deben obediencia al Nigromante y deberán velar por la seguridad de su ama, con su participación en el linchamiento o con el resto de poderes que tuvieran en vida.
* Se fiel y enorgullece a tu maestro y puede que algún día aprendas las dotes que el un día aprendió…
Como pone en la escena Remiendos de Soledad, has vuelto a la vida gracias al nigromante. Por ello debes obediencia al nigromante y debes velar por su seguridad.
Perfecto, no lo tenía muy claro. Gracias de nuevo
Máster, aunque sé que no es necesario, me he puesto la condición de que mis ratas deben de probar la sangre del caído para saber su verdadera condición. Aunque sea una dificultad añadida, creo que es bastante coherente. Si te parece mal, házmelo saber.
No lo había tenido en cuenta. ¿Puedo usar mi poder después de haber sido revivido?
Que yo sepa no he dicho nada de que hayas perdido nada... ^^
La noche llegaba, y era un buen momento para esconder el paso de tus pequeñas, y encontrar aquellos secretos que su muerte quería esconder.
Secretos que parecerían ya olvidados para Oldland, pero no para alguien como tú...
Entre hoy y mañana puedes hacer uso de tu don si así lo deseas... ^^
Uso mi habilidad en el recién fallecido Diehuty. Aprovecho para comunicar mi ausencia durante el sábado y domingo. El lunes vuelvo
Tus pequeñas empiezan a alimentarse de los restos de Dyehuty, a la vez que unos recuerdos toman vida en tu mente...
Pisas con decisión la arena que recubre las ruinas de Oldland, dejando que esa misma arena sea parte de tu paso, como lo fue un pasado el desierto ya olvidado.
Tus pasos son seguros pero tu mirada, busca algo con lo que continuar. Muchas batallas han sucedido en tu vida, con victorias y derrotar que poder contar. Pero esta es diferente, pues sientes el aplomo que produce Oldland en tu respirar. Puede que sea la maldición de esta ciudad ya muerta o puede que sea que con los años y las batallas necesitas un nuevo empuje que te recuerde aquel vestigio que queda en ti, de lo que un día fuiste... de aquel guardían.
Metes la mano entre tus ropajes y encuentras en ellos aquella antigua pluma, que un día escribió los versos de la sabiduría de tu ya muerto amor, mientras que luego fue el recipiente de tu propia sangre, en tu primer gran error.
Aprietas con fuerza el puño sobre la pluma, llegando incluso a sangrar... deseando otro destino, otro nuevo caminar. Sientes como el lado de tu cimitarra te golpea a cada paso, animándote a encontrar de nuevo el oasis que os deje respirar.
Recuerdas que cuando aquella antigua pluma se bañó con tu propia sangre, todo parecía volver a caminar, pero ahora ya tu sangre no reacciona, parece que tu destino se ha empezado a olvidar. Será momento de encontrar nueva tinta para escribir nuevos destinos a caminar, sangre como tinta, y vidas que ocupar... Antaño fuiste un guardian... en el mañana el futuro sabrá.
Aquel sabor férreo se fijaba a tus labios mientras más recuerdos llegaban a ti...
Arenas del Desierto
Piensas en aquellas arenas, y en aquellos espejismos que a veces lacraban las vidas de los que se internaban en él, sobretodo aquellos que no vivían como parte de él. Sonreíste mientras pensaste en aquellos espejismos, y en como la perpetua calor del desierto, puede haceros ver cosas que no son... cambiando el resultado de todo, todo por una ilusión. Puede que fuera algo útil para usar en la batalla... algo con lo que contar.
Los recuerdos se iban agolpando mientras ibas comprendiendo cada segundo algo más...
Centras tu mirada sobre el papiro mientras escribes las primeras líneas de aquella continuación, a la vez que tu mente se sumerje en aquella historia al ritmo de un eco que parece despertar un destello olvidado en tí.
Un sonido cadente y rítmico como el de la sangre al caer... Una melodía que siempre acaba con la misma nota, mientras pequeñas gotas estallan en el suelo de un color carmesí.
Aquella vieja ciudad maldita había vivido mil y una historias, la mayoría enmascaradas en la palabra de la lealtad... Meras estupideces de aquellos que no quieren reconocer de verdad, mientras que sabes perfectamente que aquel mismo sentimiento te hizo perder a tu ama y señora, despertando el inicio de esta historia, otorgándote parte de tu identidad.
Malditos cobardes... nunca reconocerán que la sangre es la dueña de la historia, y aquella que demuestra quien es el vencedor en su arma, mientras el cuerpo del vencido queda tendido como otro recipiente roto a explotar.
Por suerte, has llegado a Oldland justo a tiempo, es hora de demostrar que la sangre vertida no es una maldición sino una cuna de poder, que hará renacer a nueva ciudad.
Otros pueden ver ambición y codicia en esa defensa... pero pronto callaran, cuando la justicia de tus manos calle sus gargantas. Es hora de mantener la posición y fiscalizar la sangre y su don...
Puede que este caso requiera de matanzas... pero nadie dijo que el trabajo no pueda ser algo placentero... una vez fuiste un guarda, ahora esa historia merece una continuación...
Cruzaste tus brazos mientras sentías otro sentimiento...
Sin saber ni cómo ni por qué... tras cerrar los ojos al ver la caída de la niña, vuestra mente vuela hasta un lugar oculto en Oldland... Un lugar oculto por la niebla donde la vegetación parece cruzar por todos sus extremos.
Un paseo por una zona oculta, donde la mirada de nadie más podría entrar.
Diferentes en origen, en legado y en forma de ser... Y sin saber cómo, Oldland os designaba ese nuevo espacio, para debatir y entrar en consenso con el contrario.
Puede que esta tierra maldita se encuentre a punto de morir y necesite de vuestra ayuda para resurgir... o puede que todo estuviese tan perdido que en un arrebato de locura, vuestras almas llegaran allí.
Vuestras miradas se adentran en aquella zona... como un pacto obligado a jurar. Un pacto de no violencia... el resto vuestras voces lo dirán...
Y un recuerdo final....
Mientras todo en Oldland parecía proseguir, sentiste una punzada dentro, como un sentimiento que te hacía mirar a otro lado, y al mirar allí, te encontraste en un bosque cercano a Oldland, sobre el que el rocío caía en forma de lluvia pobre, mojando el alrededor...
Un ambiente frío, húmedo, pero a fin de cuentas a salvo de la mirada de los demás.
Al principio te preguntaste porque estabas allí, y buscabas una razón, pero pronto de entre el follaje, una forma aparecía. La lluvia caía sobre sus hombros, mientras su cabeza estaba tapada por una capucha, ocultando su rostro...
Una sola mirada sirvió para saber que la traición era una herida abierta, algo que os uniría y os ayudaría en realidad.
Las ratas acabaron saciadas, al igual que tu de recuerdos y conocimientos. Sonreíste al saber que la muerte no había limitado su forma de trabajar... seguían siendo certeras y expertas en su quehacer.
Descubres que Dyehuty, ha sido en vida:
- Camaleón.
- Mago Previsor.
- Traidor
- Iniciado.
- Relación Oscura
Máster acabo de entrar para votar y estoy muerto, vaya faena. Mañana nonme voy a poder conectar y hoy estoy desde el mòvil. El sábado por la tarde vuelvo.