Partida Rol por web

Vyka sonríe y le dice con un tono ácido en su voz - Lo siento, cariño. Soy una mentirosa patológica según tú y aquella con miles de espías eres tú. No yo. A estas alturas, ya debes saber el nombre de la última semilla. Yo personalmente, sospecho que nos escondes algo pero si lo digo, nadie me creería. Así que creo que no quieres decir el nombre de la semilla. Yo ya cumplí, el verdadero peligro no soy yo - y guardó silencio.

El ceño de Olenna se frunce un poco al escuchar hablar a aquella chica, como si no comprendiera lo que dice.

—No he dicho que mientas ahora —enuncia lentamente, intentando aún entender a qué se refiere—. Dije que mentías antes, y mentiste. Dos murieron por eso. Dos que ayudaban. Ahora sólo digo que si una semilla va a matar, es mejor a ti.

—Y que hoy no hayas metido aquí hoy no te convierte en buena —señala—. Significa que sabes esperar. Pero repito lo que dije: llega último día, quedan dos por meter. Semilla y no semilla. ¿No metes? —pregunta—. ¿Dejas que la semilla mate? ¿O metes a dos, salvas vida y construyes ejército?

—Si supiera nombre de semilla, diría. Quiero vivir. Dije el negro cuando preguntasteis, aunque prefería no para todos ir por ti. Yo no decido: cada uno decide. Cada uno, cada uno. Y antes de decir el negro, dije que sabía una semilla. Ahora no he dicho, porque no sé. Pero he dicho qué pienso.

Entonces guarda unos segundos de silencio.

—Aún no has dicho —señala—. ¿Quién mejor opción? —Se encoge de hombros entonces—. No puedes decir, porque no hay.

- Sí la hay, la última semilla. Solo que temes que el rubio cumpla su palabra y te mate, así que prefieres convencerle que sea yo porque, por obvias razones, le das más valor a tu vida que a la mía. ¿Por qué Nimay de vuelta? Es semilla, pero puedes convencerlo de ayudar o matarlo nuevamente. Lo mismo que con Deidre. Tú eres la mente maestra, tú averigua. Yo me dedicaré a mirar cómo lo haces ahora que te ves al vilo de la muerte. Sabrás lo que es. No quisiera que murieras si eres inocente, pero no me ofreceré a mí misma por ti. No después de casi morir por tu culpa - y calló.

Al escuchar la respuesta de la chica Olenna la mira, como esperando que siga hablando. Sin embargo cuando ella parece callar emite un suspiro, y realmente parece plantearse no contestar. Al final su voz sale directa y habla como si tuviera que explicar algo que ya ha dicho antes.

—Si digo que mate a la semilla no hará caso —dice abriendo las manos, como si fuera evidente. Luego frunce el ceño—. ¿Tengo que ver con que vuelva el hombre elefante? —pregunta de manera retórica—. Si yo puedo devolver, devuelvo a Yaiza, que ayuda. Devuelvo a la de cara pintada, que devuelve gente. Dices cosas idiotas.

—No casi mueres por mi culpa. Casi mueres por la tuya. Por meter dos cada día en tu cabeza y no decir a qué hasta que te acusan. Por mentir diciendo que era otra persona, y que esa persona sea inocente. Por engañar. —Afila entonces su mirada—. Hasta tu amiga te miró. No me culpes de tu culpa.

—Me llamas semilla, pero yo dije la que flota. Yo dije el de las cartas. Yo dije el árabe. Yo dije el negro. ¿Semilla? —pregunta antes de negar con la cabeza—. Si fuera semilla no habría dicho aquí que el de las cartas va a matar. Le habría dicho a él que matase a un inocente, y listo.

- Yo no dije que fueras semilla. Una vez más manipulas todo. Dije que escondes algo y digo que ya sabes quién es la última semilla, así como supiste el poder que el sello me había dado - luego agregó.

- Y casi dejas a una semilla vivir. La verdad, he cumplido. Si no quieres creer que he cumplido, es tu problema. Desperdicia tu oportunidad de cazar a una semilla - pausó un momento y siguió -, pero no me ofreceré a morir por la persona que casi hace que me maten. He cumplido y eso te atormenta -.

- Además, dudo que lleguen a quedar solo tres personas y dudo que esté yo incluida porque sé que cuando tengas la oportunidad, me condenarás a muerte otra vez, justo como ahora lo haces -.

Olenna emite un suspiro al ver que la chica otra vez vuelve con lo mismo. La Grovehn escucha sus palabras sin interrumpirla, y cuando ella termina la mira durante un par de segundos.

—No te ofrezcas —dice con resolución antes de encogerse de hombros, como si eso no fuera relevante—. Nadie te ha pedido.

Luego guarda unos segundos de silencio antes de hablar de nuevo, tranquila.

—Cumplir no es no meter un día. Cumplir es sacarnos de aquí y no meter a más. Sácanos, y todo bien —propone con convicción—. Mientras no saques, no esperes que te crea. No hacen falta que queden tres para tu ejército. Nosotras somos cuatro. Sólo necesitas meter a dos. Hace falta que queden seis —alza entonces los dedos para contar—. Somos nueve vivos —dice mostrando esa cantidad—. La semilla mata esta noche. —Retira uno—. El de las cartas mata. —Baja uno más, dejando siete—. Al atardecer cae otro. Quedan seis. Metes dos. Ganas. Mañana, si no hacemos algo.

—Yo no dejaba semilla vivir. Yo decía primero a ti, luego al negro. Delatar para dejar vivir suena raro, ¿no? —pregunta ladeando un poco la cabeza.

—Te enfadas porque no quieres morir —asegura—. Es normal. Nadie quiere, y menos ahora que todos saben qué haces. Dices tonterías por estar enfadada. En vez de eso harías mejor en calmar y ayudar. A lo mejor el de las cartas no te mata. A lo mejor decide ir por mí, o por otro. Pero si te portas así en vez de ayudar cuando alguien —Hace un gesto hacia Sylvia— ha pedido ayuda para decidir, no dudes: próxima vez que pase así y tenga que decir alguien, volverás a ser tú.

- Lo habrías hecho aún si no me hubiera enfadado y yo no puedo reversar mi poder, pero cuando aquellos que estaban aquí mueren, no regresan. Como Yaiza - dijo cruzando los brazos.

- Suena raro pero lo mismo que delatarle a él para revelar mi poder en el último momento y dividir las votaciones. Igual y será mejor que Nimay confirme si Fiona miente o no. Así no iremos a ciegas, aunque al ver que los asesinos actuarán esta noche, pues creo que depende de Sylvia. Para mí lo más sensato es esperar a que alguien de luces -. 

- Y ya di mi palabra -.

—Habría hecho —admite Olenna sin cortarse—, porque es lo mejor. Si el de las cartas va a matar, yo intento ganar tiempo. Pero si él decide que el tiempo se acaba y que quiere matar ya, es lo mejor.

Después de eso la mira por un momento, como si estuviera reevaluándola con calma.

—Dije lo tuyo cuando se confirmó —explica—. Dije que estaba entre dos. Necesitaba que Yaiza respondiera sobre la de cara pintada. Lo dije aquí. Le dije —Señala a la del martillo— que esperase que contestara, pero no podía. Yo no quería dividir votaciones —dice usando esa palabra con extrañeza, sin entender por qué llamarlas así. La Grovehn habla con claridad y sin cortarse ni un pelo—. ¿Para qué dividir? Yo quería ir por ti. Sólo dije al negro porque preguntasteis. Callar eso no estaría bien. Pero decide cada uno.

—Y tú has dado tu palabra, pero también una semilla la daría diciendo «no mato más». ¿La creerías?

- Hay una diferencia, las semillas sienten odio, yo no. Y yo lo he demostrado. Yo he cumplido - se comenzaba a irritar nuevamente.

- Sylvia y Bethanny me creyeron y tengo una enorme deuda de gratitud con ambas. Por ello, por demostrarles a ellas que decía la verdad, no he dado mi brazo a torcer. Por eso digo que lo mejor es decirle a Nimay que revele la naturaleza de Fiona. Eso es todo - respiró profundo al final para tratar de calmarse pero la situación con Smel la sacaba de quicio.

- Las semillas actúan en grupo y yo actúo sola. Una semilla lo es siempre y muere como tal. El mismo Oliver dijo que no podía revelar los nombres de los restantes por lo mismo. Sabía que si no moría en votaciones y delataba al último, este último lo mataría. Por ello apuntó al menor de los dos males, fingiendo arrepentimiento - tomó aire y continuó.

- Yo sé que no es fácil creerlo pero créelo, no miento. Me interesa muchísimo más salir de aquí que formar un ejército, porque realmente ese nunca fue el plan -.

—El de las cartas ha hablado —enuncia Olenna despacio—. Ha disparado a mi fuego—enuncia, y se toma un momento para mirar a los ojos a las que que comparten este lugar con ella—. Voy a morir.

—Tenía dudas de ti. Después de lo de la cara pintada, tenía —admite Olenna unos segundos más tarde mirando a la chica del martillo, hablando como si no quisiera irse sin dar un último mensaje—. Pero Sylvia dijo ayer eso, y sigue viva. Eso es bueno para todos, pero no para las semillas.

Resoplé resignada, aunque más por el hecho que tanto el chino como la vieja estaban muertos, y parecía que no había ningún cambio sustancial.

Voy a traer de vuelta a Raffariel. No sé si con ello traerá de vuelta al otro, pero no lo hago tanto por la culpa de haberla asesinado injustamente, sino por su don, el cuál es imprescindible para nuestra supervivencia. Aunque luego habrá que ver quien demonios nos la está jugando pero bien...

- Tranquila, Olenna. Te traeré de vuelta en cuanto pueda.

Hubiera abrazado a la chica si no pensara que para ella quizás el gesto podía ser incómodo.

—Aún intento convencer —dice Olenna con la voz monótona. No parece asustada, sino más bien decepcionada—. Pero todo le da igual —emite un suspiro.

Después de eso vuelve a mirar a Sylvia.

—Gracias —dice con sinceridad. Guarda entonces un instante de silencio—. Sé que a veces no funciona. Si no funciona... —Se encoge de hombros. Sin embargo, en lugar de terminar la frase, mira a la chica del martillo.

—No gastes en la cara pintada. La cara pintada no puede traer a más. Dijo antes de dormir. Guarda para ti. O para Sylvia —entonces se queda un instante en silencio y cuando vuelve a hablar lo hace despacio—. O por si no funciona lo de Sylvia —dice, y parece consciente de que eso es una petición—. Cada uno, cada uno, pero yo agradecería.

Estaba acariciando ya el mango de mi martillo cuando las palabras de Olenna me frenaron.

De acuerdo, de momento esperaré. - Entonces solté un suspiro, triste por cómo se podía desarrollar nuestro futuro inmediato - Nosotras 3 somos inocentes, y la pelirroja aunque no lo sea, tampoco es semilla. Y si aún queda una semilla por cazar, va a ser una jodienda descubrirla. - negué con la cabeza con algo de frustración. - Además, no entiendo porque matar al chino. Si él no era semilla, muchas miradas caerían sobre él, y más con la vieja muerta. Cosa que no podía predecir la semilla, cierto es, pero eran opciones a priori más sospechosas que la niña, el hombre elefante y la mujer cocodrilo...

Cuando Olenna da la noticia, Vyka no dice nada. No la critica, no la juzga, tampoco la consuela. Solo observa. El consolarla sería hipócrita de su parte y un poco ilógico, después de todo lo que la chica le ha hecho pasar pero también quería cazar semillas y eso era algo que valía la pena rescatar.

Cuando Bethanny dice lo de Nói, le dice - Creo que se debe a que está asociado con la niña - dijo tranquilamente.

- Quienes señalan a Theora salen ajusticiados y si alguien se atreve a hacerlo en los linchamientos, sería un objetivo militar, por eso creo que sería más fácil asesinarlo de noche. Aunque esto es solo una hipótesis, pero serviría saber si tal vez él es quien ha causado la muerte de Fiona - dijo. La mujer le había salvado aunque ya conocía su verdadera motivación para ello. Solo quería parecer inocente y que Vyka confiara en ella.

- Si bien es arriesgado, creo que lo mejor sería que todos revelasen todas sus habilidades. Es arriesgado y descuidado, pero podría ayudarnos a encontrar a la última semilla - dijo y miró a Olenna.

- Olenna podría confirmar con los muertos y sería más sencillo delatar a quien mienta. Aunque bueno, es solo una idea porque, al fin y al cabo, ya todos saben todo lo que yo puedo hacer -.

Y poco a poco la esencia de Olenna iba desapareciendo de allí...

Olenna se queda mirando a la chica del martillo cuando esta acepta esperar. Un nudo se forma en su garganta, dejándola por primera vez sin palabras y en deuda con dos de las presentes. Tarda en volver a hablar porque las palabras se le atragantan, y al hacerlo su voz suena menos hosca de lo habitual.

—Es sencillo por qué matan al viejo —enuncia con voz tenue, aunque va recobrando poco a poco su tono habitual—. El viejo sabe secretos de la que flota. La que flota sabe semillas. El viejo sabe semillas. No sé por qué no ha dicho hasta ahora, pero sabe seguro. A mí no me dijo en la cabeza, al volver tampoco. No sé si es semilla o protege aún a la que flota. Preguntaré. Si no estoy aquí y estoy de vuelta, digo fuera.

Después de eso emite un suspiro.

—Sabemos lo que hacen todos —recuerda—. Lo que se supone que hacen. —Se encoge de hombros. Y entonces parece darse cuenta de algo—. Pero una persona no puede demostrar, y no podemos pedir que demuestre. Una que dice que hay dos semillas o tres, pero eso es imposible. —Frunce un poco el ceño entonces, como si se estuviera dando cuenta de lo que dice al mismo tiempo que habla—. No digo que ella sea culpable, no sé. Tengo que pensar y preguntar. Escuchar vivos, escuchar muertos, escuchar piedra. Pero ella habla distinto a antes, confía en las personas que antes no, defendía a la de fuego.

En ese momento hace una pausa y observa durante un instante a Vyka.

—No te enteras de nada —enuncia—. Sabemos quién mató a la de fuego. Lo hizo por bien. Estás tan ocupada defendiéndote sin que te acusen que no escuchas —dice más constatando una certeza que acusando de nada—. Tienes que ayudar más. Escucha más, ayuda más. Olvídate de ti y ayuda.

Había vuelto Yaiza, pero el puto "botánico-jardinero" se había cargado a Olenna. Ahora sólo quedaban ellas 3 para terminar con esto de una vez por todas.

Esto estará complicado. Ahora mismo, si tuviera que apostar por alguien, sería la niña. Algo que a más de uno le tirará para atrás. Y más con la posibilidad de acabar contigo - dije mirando a Vyka - con la excusa de este lugar. - me rasqué la cabeza intentando ordenar mis ideas - ¿Que hacemos, y cómo lo planteamos?

- Podríamos hablar de su cambio de actitud, eso es siempre un buen argumento. Aunque creo que mi idea de hacerle revelar su poder no es tan mala pero no puedo ser yo quien lo pida, debe ser alguien de total confianza - miró a Sylvia y le dijo - Olenna te defendió y todos creen en ti. Creo que deberías ser tú - y luego miró a Bethanny - Aunque tú también podrías, pero Sylvia ha hecho más empatía con muchos -.