Partida Rol por web

El camino no fue muy largo, aunque Constance notaba la tensión a cada paso que daban, no sabía donde iban, no sabía que ocurria y empezaba a inquietarse. "Son tus amigos, no te harán nada" Se repitió varias veces mientra bajaba peldaño a peldaño la escalera.

-¿D-onde vamos? -Insistió antes de alcanzar a ver un enorme arco en mitad de la sala. La estructura atrajo su atención sin razón alguna, ya que parecía un simple marco de piedra. Le asustó la voz de Peter, o al menos asumió que era él, algunas noticias sí había recibido. Estaba oculto en la oscuridad de la sala, alejado de todos, y no hizo amago de acercarse salvo para coger uno de los muffin de Effie, que Constance rechazó por tener el estómago revuelto.

Al contrario que con Effie y Amy, que se tenian la una a la otra, Dwen y Peter habían perdido a alguien preciado para ellos igual que Constance, lo que le hacia sentirse algo aliviada con su presencia. Todo estaria bien, ella sabía que eran leales. Peter parecia muy cambiado en el exterior, seguramente un reflejo de su interior, así que, Cinstance no pudo evitar sentir como se le encogía el corazón al recirdarlo de pequeño.

-Lumus -Conjuró, para que todos pudieran verse. Ahora si le fue necesario sacar la varita, arreglada por un profesional bastante despues de su marcha. Podia conjurar sin usarla, sin hablar, para fingir que no era una bruja, pero se seguia sintiendo unida a su magia.

-Eso tiene que parecer -Le respondió cuando mencionó verlas bien y se acercó a abrazarlo tras comprobar que no habia esta vez ningún niño que esparciera rumores.

-Pareces cansado -Dijo en voz baja, mirandolo a los ojos, intentando deducir qué ocurria. O más bien, sabiendo lo que ocurria -Por favor... decidme que no vamos a usar los poderes de medium de Nick... -No se sentía capaz de mantener la compostura, aunque... si aparecian de uno en uno tal vez no se rompiera otra vez. Apretó con fuerza su bolso, notando el tomo dentro, quería verlos pero no queria pagar el precio que vendría despues para su salud. No otra vez. Pero igualmente se quedó.

-Prometí que miraria... -Murmuró para si misma, perdida en sus pensamientos.

El abrazo de Constance le sorprendió. Y lo que le transmitió... ella estaba tan rota con él. Pobre, si jamás le hizo daño a nadie. Su sufrimiento... Los Walpurgis se debían estar regodeando por seguir torturándoles una vez muertos.

Peter le devolvió el abrazo, aún más fuerte. Es como estar malditos, ¿verdad? Le susurró al oído. A veces pienso qué sería de nosotros de no haber recibido aquella carta... dos muggles más. Peter estuvo a punto de llorar. Y no habían activado el Velo aún. Se soltó del abrazo para no perder la compostura, como Constance.

Dió un paso atrás, buscando a Nick con la mirada.

¿El Velo?

Effie miró a Amy con reproche.

Esto no me lo habías dicho... creo que no quiero esto. Ha pasado mucho tiempo y ha costado mucho asumir lo sucedido como para removerlo ahora.

No estaba conforme, pero estaba allí, al fin y al cabo.

Creo que venir ha sido un error.

Puede que pensaran que Effie no había llegado a perder nada aquella fatídica navidad porque se había dejado cada palmo de piel en mantener a los suyos con vida, pero Effie había perdido mucho. Casi todos allí habían perdido a una o dos personas importantes. Tan importantes para ellos como para Effie eran aquellos que había conseguido mantener con vida. Pero lo que había que entender de Effie es que mientras el resto habían perdido una o dos personas especiales, Effie había perdido a 20 personas ligeramente menos importantes que alguien especial. Ella siempre había abogado por la unidad de todos, por llevarle muffins a sus enemigos, por crecer juntos, por la amistad... en intensidad puede ser que hubiera salido ganando, pero en promedio, había salido perdiendo.

Por eso había renegado de Hogwarts y de la magia pese a ser tan buena estudiante durante 7 largos años.

Miaddora Mitchel había llegado al otro lado como si fuera un lugar físico en el que se había despertado, o como si de un sueño se tratara, un lugar en el que los asesinados habían llegado intentando llegar a una conclusión de lo que les había acontecido.

Como siempre había intentado les trató de ayudar, pero en cuanto fue consciente de su propio final y de que ella misma había perecido... Su mente colapsó totalmente y desapareció del lugar de repente y sin dejar rastro. 

El lugar en el que Miaddora Mitchel acabó no era un lugar agradable, era una especie de cuadro deprimente lleno de trazos irregulares, en constante cambio, en el que el caos reinaba por doquier, en donde las mentes de los olvidados y atormentados compartían sus dolores y sus traumas. Aquello hacía de aquel espacio una deprimente paleta de colores grises y negros que se combinaban para atormentar y deprimir sus mentes aún más, para así caer aún más en el pozo de la agonía infinita.

Era un sitio espeluznante hasta para las mentes lovecraftianas y por supuesto una sola mirada a aquel mundo podía suponer que una persona recibiría tratamiento mental de por vida, o aún peor, podría suponer que el abismo le devorase y lo integrase con el resto de atormentadas almas que componían la peor sinfonía de la historia del universo.

Sólo aquellos que se adentrasen en las más oscuras tinieblas de la depresión y la agonía, que se embarcasen hacia mares nigérrimos en donde los recuerdos de una vida que no había tenido ningún sentido mecía cada ola, donde ni la misma muerte se atrevería aventurarse, solamente de esa manera podrían encontrarla.

Nicholas McKellen bajó aquellas escaleras una vez más. Había pasado mucho tiempo desde que dejaran Hogwarts tras aquella catástrofe y ahora una carta le había llegado invitándole a reunirse con sus compañeros. Nicholas no era nada sentimental, no hubiera acudido de no ser por la insistencia que en la caligrafía se denotaba.

Alzó el candil, la tenue y titilante luz no podía competir con los lumos de las varitas de sus compañeros y sin embargo no era luz lo que Nicholas buscaba, sino las sombras que solo la luz natural creaba a su alrededor cuando trataba de interrumpir en la oscuridad rompiendo esa tela uniforme y negra.

El Velo de Hogwarts - No es que hubiera indagado especialmente en sus capacidades de medium tras salir de Hogwarts, pero había descubierto que el mundo de los vivos y los muertos estaban mucho más cerca de lo que se pensaba nadie, y que el fino velo que los separaba se rasgaba en ocasiones haciendo que fantasmas y poltergeists se colaran en su mundo y era en aquellas ocasiones cuando Nicholas había tenido que volver a recurrir a sus habilidades para guiarlos de vuelta a donde pertenecían.

Hola de nuevo, a todos - Dijo con la educación que su nombre, su familia y su condición de mago de sangre pura le exigían frente a aquella reunión de chicos tímidos. Porque seguían siendo unos chicos- No teneis que preocuparos, esto no es una maldición, no debéis temer a la muerte. - Nicholas se acercó a aquella puerta mirando al otro lado mientras frente a su presencia, un fantasmagórico velo empezaba a dibujarse entre aquellas enormes piedras - Es solo otro camino que ellos recorren ahora. Como siempre os dije, los que recorren la senda del sepulcro no tienen porqué estar de acuerdo con quienes estamos al otro lado, me enfrenté a sus mentiras y acertijos además de rebuscar también entre los vivos que estuvimos aquellas dos semanas aquí encerrados.

Ahora podeis acercaros al velo todos, si creeis en ellos podréis ver el otro lado.

Y si ellos así lo desean, acudirán a nuestra llamada - La varita de Nick de espino negro, corta y rígida se movió con suavidad encendiendo las montañas de cera y vela que había en aquel lugar. Montones de hierba que algún día pudieron ser flores estaban en aquellas escaleras. Las sombras empezaron a bailar y con una tiza Nicholas dibujó unas pocas runas en un lado del marco del velo 

A quien oiga mi llamada acudid, pues los aquí reunidos queremos deciros lo que tras vuestra partida ocurrió

Que vuestro sacrificio no fue en vano, y que la oscuridad ha sido desterrada lejos

Que os llevamos en nuestro recuerdo y que seguimos nuestro viaje gracias a lo que hicisteis a este lado

Gracias Fuye por esta segunda oportunidad y por haber sido la única que creyó en mí

Al fin estábamos allí los seis, dos Hufflepuff, dos Slytherin, un Ravenclaw y un Griffyndor, pero además de eso éramos 6 personas que había sobrevivido pero con ello también cargado el peso de toda la muerte. Y aunque fuera egoísta se me había ocurrido esto para buscar reconciliar los fantasmas que me perseguían a cada rato en cada pasillo con los verdaderas almas que como decía Nicholas ahora habitaban más allá del velo, una existencia misteriosa para nosotros, pero aún así seguían presentes al menos en mi vida en cada respirar.

Mire a Effie, a Constance y también a Amelia. No necesite mirar a Peter aunque sabía que las palabras también le llegarían a él.

Se que puede no ser esto lo que esperaban, y entiendo lo duro que es reabrir está herida. Pero creo que al igual que a mí, hemos vivido estos diez años con fantasmas rondando nuestras cabezas y creo que mejor poder encontrarnos con los reales que seguir rompiendo nos con las voces de muestras cabezas que nos recriminan los errores del pasado. 

No les obligare a quedarse, pero si les pido que confíen en mí y también permitan a aquellos del otro lado del velo saber que su sacrificio valió la pena...

Había otra razón pero no dejaría por nada que aquella duda se filtrara en mis palabras, prefería dejarla como una paranoia. La razón por la cual seguía noche tras noche recorriendo pasillos y escuchando voces que sabía ya no estaban allí, temiendo que algún día volvieran a levantarse.

El abrazo con Peter fue reconfortante, haciendo que Constance se arrepintiera de no abrazar a sus dos amigas para extender esa sensación. Cuando él mencionó que aquello era similar a una maldición, asintió, apretando el abrazo, pero enseguida sintió como Peter se tensaba y apartaba. ¿Había dicho algo malo? Tal vez había sido demasiado brusca. Se apartó limpiandose las dos pequeñas lágrimas que se me habían escapado. Solo con eso había entendido porqué su reticencia a ir, pero también la razon de que se sintiera tan a gusto ahí, no por el castillo o volver a estar entre magos, sino porque alli todos habian pasado por lo mismo que ella, todos la comprendian y nadie le haría preguntas complicadas que no podia responder.

Una nueva oportunidad surgio cuando Effie, al enterarse de que iban a usar el velo, dijo que era mala idea. Constance se acercó a ambas chicas y también las abrazó, con más fuerza que al resto, quitando el bolso para no hacerles daño.

-Os echaba de menos -Murmuró, dándole a su tejona un beso en la mejilla. Ella tampoco creía que fuera buena idea, y aún asi, no iba a irse. De todas formas, sabiendo quien era por ser quien faltaba, se puso alerta al oir a alguien bajar las escaleras. Fue... un poco incómodo para Constance, que no se sentía tan unida al medium como al resto pero le parecía injusto dejarlo de lado, ya que todos habian sufrido. Pero comenzó a invocar fantasmas y un escalofría la mantuvo alejada. No pudo levantar la vista, temiendo encontrarse con los ojos de uno de sus compañeros, pero agudizó el oido para diferenciarlos, si es que aún podia reconocer sus voces.

Aterrada por el dolor psicológico que iban a pasar, apretó la mano de Effie, intentando que se sintiera mejor, tal como había hecho frente al espejo de Oesed en mitad de la desesperación de perder la vida en aquella lejana batalla.

Vaya que se han tomado su tiempo... - digo mientras aparezco ante los vivos a través del velo. - Por favor díganme que aún tienen la condenada piedra, que muchos de nosotros partimos demasiado pronto.

Aquí no hay arriba ni abajo, sólo una existencia demasiado pacífica, aquella noche no pude protegerlos y lo siento mucho, pero fui asesinado por Malena en mi momento de mayor vulnerabilidad.

Mi estupidez le costó la vida a muchos y lo siento, si tan sólo hubiera incapacitado también a Malena. - agrego con amargura y evidente arrepentimiento.

William fue el primero en aparecer. Lucía el Adava Kedrava en su rostro. Después de tantos años, él seguía igual ... claro, estaba muerto.

No compañero, no cargues esa culpa. Peter quiso consolarle, pero no podía ni tocarle. Alice y tú hicisteis lo correcto aquella noche. Y fue una estrategia inteligente. Fue Malena quien provocó tantas muertes, no vosotros. 

Amelia incapacitó esa misma noche a Malena... pero el veneno hizo efecto después de atacarte. Finalmente fue Julius quien le quitó la vida a la mortífaga. ... Prefiero no entrar en detalles sobre cómo.

Fue decepcionante no encontrarse con sus padres ni con su abuelo, con unos lo entendía como que hacía mucho tiempo que murieron y ya no se acordaba de ellos, con el otro tenía la esperanza de que todavía seguía allí y estaría viviendo el resto de su vida feliz, como le recordaba. Los únicos que se dejaban ver eran algunos de sus excompañeros de curso en minifiestas que se le ocurrían a veces. Era increíble la de posibilidades que ofrecía este plano y la de aventuras que estaba viviendo con los que se apuntaban a medida que pasaban por sus mentes. Todos estaban invitados a jugar con Jeremy, si ya les perdonó y él ofreció lo mismo poco tiempo después de cruzar el velo. Incluido Julius, de hecho, a él le perdonó en vida, durante la fiesta de despedida. Siempre anteponiéndose a los acontecimientos. Salvo que algunos no tenían la energía para continuar hasta el infinito y en ocasiones necesitaban un respiro de sus propios asuntos.

El tiempo en este otro lado transcurría diferente. Bien podría ir demasiado lento cuando Jeremy esperaba algo de los vivos o bien demasiado rápido cuando se focalizaba en su nueva existencia. Parecido a como resultaba en vida, pero llevado a lo más extremo. En un abrir y cerrar de ojos ya habían pasado 10 años y él seguía siendo tal y como se le recordaba, pero con pequeños cambios. Hace tiempo se deshizo de su reloj sin horas y su libreta sin palabras que formaban parte de su vestuario espectral, entonces sin más uso. Era como si esperasen que se deshiciera de las cosas que le hacían recordar la vida y le dieran la oportunidad de elegir entre aceptar su nuevo ser o anclarse a los vivos, regresando al mundo como fantasma. Él eligió la aceptación, después de escribir unas cuantas páginas más con sus pequeños duelos, aquello que hubiese querido que escucharan tras su repentina muerte, antes de arrojar la libreta en el olvido.

Una voz vivaz resonó en cada rincón, invitándoles a asistir a su llamada. Se había desacostumbrado a este tipo de voz, le pareció que tenía una armonía terrorífica, como si un monstruo intentase perpetrar su hogar. No obstante, reconoció de quién se trataba y pensó que necesitaba ayuda para cruzar.

—¡McKellen! ¿Ya estás de regreso? Siempre con tus palabras místicas. Ven, que te ayudo a cruzar. Supongo que algo mágico te lo impide si ya moriste una vez. ¡Faye, ven, corre! Deshaz tu magia, que quiere morir. Ah, no, espera... —Al llegar, vio a los seis de pie, al otro lado de la cortina, muy vivos. No había muerto, sino que usó su truco una vez más, esta vez para llamarlos a todos—. ¡Ostris! ¡¿Pero qué ven mis cuencas?! Si sois vosotros y...  ¿Todavía quedan Caballeros? ¡Debe ser Hollman! ¡Peter Hollman es Caballero, estaba enamorado de Annabelle! Él os dio la poción envejecedora. ¡Yo le vi tonteando con Miranda Preston el día del baile, por eso la Walpurga se la cargó! ¿O solo hablaban del Quidditch? ¡Es él!

Estaban tan cambiados y él tenía tan poco control del tiempo que le costó comprender lo que sucedía. Gracias a los otros espíritus más sensatos acabó por entenderlo.

—Joder, ¿tanto tiempo ha pasado? ¡Estáis cambiadísimos! Menos mal que morí joven y guapo —sonrió y se le escapó una pequeña carcajada, no como las eternas que ahora estaba acostumbrado—. ¡Es broma, estáis rebuenos! ¡Joder, cómo os cuidáis! ¿Eh? Mi nuevo hobby son los chistes sobre la muerte, pero si os sentís más nostálgicos... ¡Cantaré una canción! ¿O un poema? Necesitaría ver las estrellas, este empedrado no me inspira.

De momento era el único que se lo tomaba con normalidad, le era imposible acudir de nuevo a los sentimientos negativos que desechó hace años. Esos sentimientos no formaban parte de él y los sentía como una de las enfermedades de estar vivo. Por eso, les miró con una sonrisa cálida, comprensivo por lo que estarían pasando de ver a tantos seres queridos a la vez.

—¡Contadnos, contadnos! —Miró a Peter y McKellen, aunque preguntó para todos—. ¿Qué fue de vosotros? ¿A qué os dedicáis? ¿Ese viejo demente Flitwick dónde está? ¿Asilo? ¿Azkaban? ¡Maldito loco! —Después miró a Effie y Amy, todavía unidas—: ¿Al final os casasteis o qué? ¿Y los niños para cuándo? —Luego a Dwenrigar—: ¡Mamma mía! Te has convertido en todo un sex-appeal. Como me provoques un poco más me quedaré como fantasma acosador, jajaja. —Por último a Constance—: ¿Y tus niños? Joder, todavía me alegro de que no murieras, ¡Julius tuvo piedad! Dime que eres feliz y regresaré contentísimo.

Valentina, salió tímidamente de detrás de Jeremy. La verdad es que hasta los fantasmas hablaban por los codos y aquello del "descanso" eterno... Bueno, en diez años aún no lo había logrado alcanzar. Miró a todos los presentes y sonrió. - ¿No tenéis algo para llevaros a Jeremy aunque sea en un tarro? Desde que lo mataron aquella fatídica noche, lo que se volvió fatídico fue el más allá. - bromeó, algo que quizá sorprendiera a los que allí se encontraban.

Me alegra ver que estáis todos bien. - decía ahora esta vez más enserio. - Aunque hecho de menos el sabor del té... Aquí no podemos beber, ni comer, ni dormir... No podemos hacer nada en general, excepto hablar entre nosotros. - se puso al lado de sus compañeros vivientes y ladeó la cabeza. - Al menos no envejecemos, como otros.

Finalmente volvió a acercarse a Jeremy, esta vez a su lado en vez de detrás. - También ando curiosa por vuestras aventuras, así que las escucharé encantada. Eso sí, luego haré un top tres con las mejores. - lo dijo tan en serio que resultaría imposible para los demás saber si bromeaba o no.

Tras las palabras de Mc Kellen y mías, pude ver un resplandor extraño en el velo. Un ligero reestallido de lo que bien podía tomarse por infierno y pronto el velo volvió a su normalidad y pude ver entonces a William, mi querido compañero, quien muchas veces había Sido sana competencia para exigirme más y otras consejero y sabia fuente donde abrevar. 

William, todo lo que has hecho para mal o para bien ha ayudado. La noche en que los hemos perdido a ti y a Alice al menos también se han ido unos cuantos de ellos. Ambos han sido vengados y hubo justicia.

En cuanto a la piedra, me temo que tampoco serviría de mucho traerlos de paseo por un día a nuestro mundo. Han pasado ya diez años y de momento la amenaza de los Caballeros Walpurgis ha sido nuevamente aplacada. 

Me esforcé en sonreírle para reforzar mi seguridad en que todo iba bien ahora. Y entonces apareció Jeremy Gonzo y la máscara de alegría ya no pude mantenerla. 

Le mire allí aunque fantasmagórico casi igual de jovial y bello como lo había sido en vida. No me animé a mediar palabra hasta que el me habló a mi. Intenté ser gracioso pero no pude, mi vos estaba ronca y mis ojos enrrojecidos..

Flitwick al fin se ha retirado de la enseñanza, ahora un nuevo profesor se encarga de impartir Encantamientos, la mayoría de los niños dicen que es demasiado estricto y le hacen burlas a sus espaldas, pero este nuevo profesor solo quiere que no sean tan tontos como para no entender la importancia de saber bien unos buenos encantamientos que podrían salvar la vida de muchos.

HIce una pausa y me limpie los ojos con el reverso de la mano. 

Espero estés divirtiéndote de aquel lado, pues aquí se hecha en falta mucho tu carácter. Ha sido difícil, saber que Rachel pago por lo que te hizo no me ha dado ningún alivio en todos estos años y cada día y noche imagino que te encuentro en los pasillos.  

No pude decir más me quedé mirando a Constance, temiendo que aquello fuera demasiado para ella, con la mención de Julius y dispuesto a darle un abrazo tangible que ahora Jeremy no podía brindar ni a ella ni a mí.

Y entonces apareció Valentina, y hasta se dió el lujo de bromear. Eso logro aligerar un poco la congoja que me había embargado y le dedique algunas palabras.

Valentina, me alegro que no dejes solo a ese pesado de Jeremy. Si que habla hasta por los codos pero supongo que ni del otro lado del velo habrá aprendido a decir las cosas importantes a tiempo. 

quiero decirte que en estos diez años no ha habido una nuevo pródigio como tú en la taseomancia, y aunque aún la nueva dirección no me ha hecho caso, llevo un tiempo pidiendo que le pongan tu nombre a la buhardilla donde se enseña adivinación. 

- Vaya vaya, mira quien nos honra con su presencia, Sir Nicholas McKellen, el que habla con los muertos, el que cruza al más allá, también conocido por estos lares como el cobarde, aquel que cuando tuvo que elegir entre salvar su pellejo o el de varios se eligió a sí mismo sin dudarlo ni un segundo.

Ante el comentario aparezco yo, la más maravillosa del mundo, dando vueltas alrededor de ellos como un hada traviesa

IWI, no seas tonto, así ya no puedes separarte de mí ni lo harás nunca, algo bueno tenía que tener esto. Ayer me puse a castañear los dientes al oído de Annabella, su cara de  horror era... maravillosa. Va a disfrutar de toda su existencia conmigo, ¿No era lo que ella quería? Si soy muchísimo más genial que Vicky.

Por cierto, Dwen, ¿comes bien? Parece que te hubiesen puesto cara de perro famélico, una pena no tener cuerpo físico. Effie, ¿a que viene esa cara larga? Seguro que es porque no me tienes. Ojala pudiese tener un cuerpo físico, y nos íbamos de birras tu y yo jijiji

El velo mostró ciertos cambios a las palabras de Nicholas, pero Constance estaba demasiado centrada en no apartar la vista del suelo. No quería saber cómo se veían, le daba miedo encontrarse a los fantasmas de sus amigos, era cierto, pero en realidad, lo que más temía era que mostrasen las heridas que tenían cuando murieron. Eso, sin duda, no lo soportaría.
El primero en aparecer fue William, que mostró más pesar que otra cosa. Seguía sintiendose culpable después de tantos años, como un reflejo de los que los supervivientes sentían, una aplastante culpa por haber salido de aquella monstruosa semana con vida, que seguía presionandolos cada día desde el momento en que los últimos walpurgis habían cruzado fuera de la protección. No se sintió con fuerzas de consolarlo, sería hipócrita decirle algo así y seguir anclada al pasado de esa forma, por suerte, Peter mantenía la mente fría para contestarle.

Al inicio fue una enorme alegría escuchar a Jeremy. Parecía que no había cambiado en absoluto, parecía que estaba vivo y lo tenían justo delante. Estaba confuso al inicio, pensando que seguian luchando por sus vidas, y un gemido ahogado se escapó entre los dientes de Constance, que procuró callarlo tapándose la boca. No quería revivirlo, no estaban allí para eso. Por suerte, alguien le explicó la situación que igualmente puso tensos a todos los vivos. Por más que en vida, su humor era agradable, la tensión crecía conforme el prefecto de hufflepuff más hablaba. Dwenrigar mantuvo la compostura todo lo que pudo, pero no lo suficiente, y con suavidad, Constance le dio la mano y la apretó intentando apoyarle mirándolo un momento, si necesitaba salir, podía irse un momento y ellos los distraerian. Pero Jeremy, por supuesto, tenía frases para todos, y la que le correspondía a ella la dejó helada. ¿Piedad? ¿Quién la había tenido? ¿La persona en quien confió y después murió luchando delante de sus ojos? ¿Por qué? ¿Por obligarla a sufrir por aquello durante diez largos años? Pretó los dientes intentando no empezar a llorar y miró lejos del velo y de todos sus compañeros, sabía que ellos también habían sentido como un puñal esa palabra. Apoyó la cabeza en el brazo de Dwen sin darse cuenta, aferrandose a cualquier cosa que le impidiera salir corriendo en ese momento. Iba a bromear y a enseñarle a foto del niño a Jeremy para explicarle aquella estraña situación que sin duda encontraría graciosa una vez explicada, pero con los ojos llenos de lágrimas, la garganta cerrada y mirando a otro lado, solo pudo decir con la voz rota.
-Cállate, por favor -No sabía si le había llegado a oir, pero agradeció la interrupción de Valentina infinitamente, dándole tiempo para recobrar la compostura, soltar a su amigo y limpiarse los ojos, pero manteniendo la mirada lejos, incluso si verlos tal vez borraria los ultimos recuerdos que tenía de ellos. Valentina también quiso saber sobre sus vidas, aunque pregutó de una forma mucho más agradable. Iwan, quien se había conseguido librar de todo el dolor y las pérdidas de hacía diez años, tan solo acusó a Nicholas de cosas de cuando todo era todavía un mal sueño. ¿Ibamos a ponernos al día asi? ¿En una reunión con todos nuestros amigos ya fallecidos? Eso era, ¿no? Una idea macabra y que sin duda no parecía buena idea. Y... ¿qué iba a contar Constance? ¿La dura verdad? ¿Una vida edulcorada para tranquilizarlos? ¿O una mezcla de ambas?
"Solo estás con los demás, no hay muertos mirándote" Se dijo ", son grabaciones del pasado, no están ahi" No servía de nada, seguía sintiendo sus presencias, escuchandolos hablar con total tranquilidad. Buscó una verdad que no doliera demasiado a nadie, que no le costase decir, al menos que así la conversación fluyera y no permitiera a Jeremy seguir hablando de temas como esos. Con la presencia de Alice, fue innecesario. Ella también parecía bastante alegre para su... estado. Fue incómodo.
-Esto ha sido una mala idea... -Murmuró Constance hablado solo a sus amigos todavía vivos, sintiendo como se volvía a abrir lentamente la herida que intentaba cerrar desde hacía una década. Ella solo quería saber qué había sido de sus amigos... para poder respirar tranquila, para dejar de mirar los periódicos constantemente.

  Las ultimas palabras de los vivos habían sonado tan melancólicas que no pude evitar tener que plasmarme al menos por unos instantes, a fin de cuentas me encontraba bastante tranquila al saber que unos cuantos tejones seguian caminando del otro lado.

     Si~Si, todo muy bonito con el re~encuentro pero.... ¿ y se acabo One Piece ? -preguntaba a los del otro lado con total tranquilidad - digo... a algunos de ustedes se les empiezan a asomar las canas... fijo que a pasado el suficiente tiempo como para que aquella historia por fin haya alcanzado puerto.

Solamente digo que si Nicholas hubiera elegido sacrificarse y haberme cedido a mi volver a la vida tu no hubieras atacado a nadie y se hubieran evitado muchas muertes. En ningún momento me he arrepentido de que estemos juntos, pero sí de no haber podido ayudar más, de ayudarte a ti, de haber evitado aquella noche en la que tantos... Cayeron.

Al ver el nerviosismo y malestar de Constance, me acerco hacia ella, no sin antes agradecer las palabras de Dwen.

Tranquila Constance, tu no tienes culpa alguna en lo sucedido, no es como si hubieras podido hacer algo contra esos psicópatas, del otro lado no se está tan mal, sólo que todo es demasiado tranquilo.

Aunque por suerte Olympe está a mi lado para hacer más agradable la eternidad. 

Al menos me alegro que los Walpurgos hallan sido derrotados. Arriba ese ánimo Constance, aún tienes una vida por delante, aprovéchala y no dejes que el dolor se adueñe de tu corazón. - digo mientras poso mi espectral mano sobre su hombro.

-¿Muy bonito el reencuentro? ¿Te parece que nosotros estamos contentos? ¿Nos estás viendo reirnos o bromear sobre lo que pasó? -El estallido de ira, tal como siempre, llego sin previo aviso -Os pensais que porque sobrevivimos seguimos adelante, ¡pero todos seguimos atados a lo que pasó de una forma u otra! Tenemos que vivir el día a día con el recuerdo diario de vuestras muertes, con las decisiones que tomamos, con cada uno de los errores que cometimos, con las pesadillas, el miedo, las sospechas y sin saber si podemos confiar en las personas que hay a nuestro alrededor por... por... -Y se le quedaron trabadas las palabras, la ira desapareció, como siempre, y solo quedó la tristeza y el vacio, que se derramaba como lágrimas descontroladas. No era ni siquiera capaz de odiarlos aún con lo que habían hecho, lo cual seguramente habría facilitado mucho las cosas.
Las pesadillas continuaban incluso diez años después al menos para ella. También las sombras en la periferia de su visión, el miedo repentino a que la persona que tenía delante fuera un caballero incluso cuando sabía que solo era un muggle que había ido a la editorial.
-No tienes ni idea de lo mucho que me está costando estar aquí... -Añadió todavía llorando cuando William intentó levantarle el ánimo.

Habían aparecido Iwan, Alice, Erika. Pero lo que temía estaba sucediendo y pase una mano por sobre el hombro de Constance ye quedé allí en silencio dejándola desahogar. Luego ya no le hable a ella sino hacia todos.

Se que es doloroso para nosotros y también para ustedes que han atravesado el Velo llevándose sus problemas y sin posibilidad de resolverlos jamás. 

Hice esta reunión porque necesitaba verles y despedirme, pedir perdón y también escucharles una vez más para saber que esas voces en mi cabeza no son las vuestras. 

Iwan, llevo diez años pensando como hubiera sido todo si no provocaba tu expulsión con mi arranque de irá. Hubieras sabido proteger a Alice, William no se hubiera puesto en riesgo. Miles de veces he pensado que quizá el giratiempos debía haberse usado para sacrificarme a mi en lugar de a cualquiera de vosotros. 

pero así son las cosas y así estamos, intento cada día hacer algo para que sus vidas perdidas se recuerden y sobre todo evitar que alguien más tenga que pasar de nuevo por todo esto. Llevo diez años temiendo y se lo he preguntado mil veces a Peter, que sucedió con el Horrocrux de Malena. 

Y También diez años deseando recibir una lechuza de Constance anunciando que había dejado el pasado atrás y formado algún proyecto que le hiciera sentir ganas de vivir. Hemos salido solos 6 de los 28 que éramos. Valentina como te gustan los múltiplos de 3 te dejo los números a ti. Y a veces somos tan fantasmas de este lado como posiblemente lo sean ustedes, yo solo quería por una vez más verles a quienes seguimos adelante en vida, y quienes ya no están aquí pero han tendió suficiente tiempo para perdonarnos, odiarnos o buscar el perdón.

me gustaría que ahora apareciera Anabelle, Julius, o incluso la maldita Malena y Rachel que tanto dolor nos han dado, para que pidan perdón por todo lo que hicieron.