Partida Rol por web

Mientras que son conducidos a la cabaña de Hagrid van pensando que castigo les tiene preparado McGonagall por haberlos pescado fuera de la cama y agradecen que no les haya quitado puntos a sus respectivas casas, pues de haberlo hecho la cosa hubiera sido mucho peor.

Al llegar a la cabaña McGonagall les ordena que la esperen en el huerto de Calabazas, el cual esta cupierto por una fina capa de nieve, el frío les cala hasta los huesos pero felizmente no deben esperar mucho, pues unos segundos más tarde la profesora McGonagall regresa en compañía del profesor Hagrid, quien los observa de hito a hito con una mirada compasiva.

Jóvenes, él es el profesor Hagrid y será el encargado de aplicarles su castigo el día de hoy, así que sigan todas sus indicacaciones o de lo contrario les aplicaré un castigo mucho más severo que el de hoy.

Que tengan buena mañana, espero verlos a todos limpios y aseados para el almuerzo en el Gran Comedor. - añade McGonagall antes de retirarse.
 

Buenos días jóvenes, el día de hoy van a ayudarme a limpiar el huerto de nieve, la profesora McGonagall me solicitó que lo hicieramos a mano, así que les recomiendo que vayan a ese arcón y cojan los implementos que necesiten, pues no quiero que se lastimen las manos a causa del frío o con los instrumentos de cosecha.

Cuando todos han cogido un juego de guantes y una cubeta, Hagrid les alcanza tres palas para nieve y cuatro carretillas, luego les muestra como realizar el trabajo.

Llego junto a los demás para cumplir el castigo, no tenía muchas ganas de hacerlo pero bueno es lo que pasaba cuando te atrapan afuera de los dormitorios de noche. Se podía hacer en grupo y me acerco a Hellen una chica de Slytherin, necesitamos hablar con otras casa.

quieres ser mi compañera para este trabajo?. Podía notarse que estaba sin ganas pero quien sabe si no me divertiría.

Seguimos a la profesora McGonagall hasta la cabaña del profesor Hagrid. Tenía suerte de haber cogido la capa, pues hacía mucho frío. Aún así mis mejillas estaban rojas y mi nariz congelada. Fuimos al huerto de calabazas a esperar como nos indicó y poco después vino con el profesor que nos lo presentó. Era un hombre simpático, por suerte.

Cuando nos dijo que tendríamos que limpiar el huerto a mano, sin magia, miré horrorizada el arcón donde estaban los utensilios. Nunca había hecho nada como aquello.

Resignada, cogí los guantes y las herramientas y presté atención a lo que teníamos que hacer.

- Vamos a hacerlo todos juntos, trabajando en equipo terminaremos antes - les dije a mis compañeros, acercándome a unas calabazas para limpiarla. 

Con esfuerzo, llené una cubeta y la llevé a la carretilla. Luego, tomé otra cubeta para llenar también.

Cogí otra cubeta y la volví a llenar. Estaba comenzando a cansarme, pero no quería parar todavía. Con esfuerzo, llevé la cubeta a la carretilla y cogí otra. Sin embargo, en esta ocasión ya no conseguí llenar la cubeta. El deporte no era lo mío y el cansancio me estaba pasando factura. Una vez más intenté llenarlo sin éxito, por lo que decidí sentarme un rato a descansar.

Unos minutos más tarde, volví a coger la cubeta con fuerzas renovadas y conseguí llenarla a la primera.

- Vamos, chicos, que falta poco - dije intentando darme ánimos a mi misma también.

Cogí la última cubeta y con esfuerzo lo llené. Me pasé la mano por la frente perlada de sudor y llevé la última cubeta a la carretilla. Hacía mucho que no hacía tanto deporte y se notaba. Definitivamente, los deportes no eran lo mío.

Tras cinco intentos Allison consigue tambien poner una cubeta de nieve en cada carretilla y empieza a animar a sus compañeros para que completen la difícil tarea

Mientras tanto Mérida si que la estaba pasando mal pues entre cuidar de no maltratar su pelo ni ensuciar su uniforme requirió del doble de tiempo para completar la tarea y luego se sento enfurrulada sobre el arcon de herramientas a arreglarse, pues detestaba estar desaliñada en público.

Katherin iba alegre a la cabaña del guardabosques relativamente motivada, he habia ido bien en astronomia y habia aprendido un montón de cosas sobre las estrellas. Pero la iniciativa inicial se volvió humo al ver que su castigo era trabajo fisico, su mayor debilidad. Si tenia miedo de tocar reptiles y cosas babosas, ahora le tocaba limpiar calabazas y quitar nieve, quitar nieve no era tan aterrador como limpiar calabazas-¿Y si hay babosas entre las calabazas?-Pensó asustada la niña.

Luego del susto inicial y de escuchar que tendrian protecciones para el trabajo Katherin recupero su optimismo, se puso sus guantes especiales debajo de los de trabajo y se pusó a trabajar alentada por el espiritu de su compañera Jane.

Al principio se le hizo sencillo, era solo quitar la nieve con la pala y meterla en el bote, así pronto lleno su primer bote y lo pusó en la carretilla. Confiada con su exito Katherin fue a seguir trabajando, pero mientras paleaba sintió como sus zapatos le fallaron al mantenerla firme en el suelo haciendo que resbalara en el suelo nevado. Este incidente casi hace que ella se pusiera a llorar pero recordó como su hermano se caia de maneras mas bruscas y crueles al punto de casi romperse un hueso y ni siquiera se quejaba ni un poco, en cambio a ella se le consentia y mimaba por la mas minima cortada o traspies generandole un leve rencor con su hermano.

Ella se pusó de pie con gesto serio y tomo de nuevo la pala entre sus pequeñas manos, mientras paleaba podia sentir esos ojos, no los ojos de los ahí presentes, no, eran los de su hermano que la veian con desprecio por ser la consentida de la casa, esa mirada no abandonaba su mente, podia sentir aún esos ojos, aún cuando llevaba con sus pequeños brazos un cubo enorme hacia una carretilla y vacio el contenido. Fue así que sigió con el siguiente cubo, paleando con fuerza mientras las calabazas perdian su manto invernal para ser visibles y mas tarde comestibles. El frio ya le estaba entumiendo las manos, tanto así que no noto que el mango de la pala ya le habia dejado ampolladuras en las palmas, pero seguia paleando, luego fue con su cubo de nieve hacia la carretilla y lo vacio.

Sintiendo que habia avanzado bastante Katherin se sentó en una piedra congelada en los alrededores para recuperar fuerzas. Mientras respiraba cansadamente miró a Jane que tambien estaba trabajando y le enseñó un gesto de pulgar arriba mostrando que estaba bien, tambien era un gesto especial que solo ambas entendian de otro modo, un gesto de confianza.

No podía creer que el castigo fuese un trabajo físico ¡y encima sin magia! Hellen estaba bastante desilusionada ya que las calabazas eran más grandes que ella pero justo en ese momento se acercó Freddy para ofrecerle compañía y eso la animó un poco. ¡Hola! Creo que nunca hemos hablado antes, me llamo Hellen y espero que podamos ser amigos.

Pesadamente, cogió uno de los cubos y empezó a rellenar la carretilla junto a sus compañeros. ¡La tarea era imposible! Solo pudo llenar dos cubos completos y ya estaba agotada. La mañana iba a ser muy larga... 

Como vio que ya habían dos carretillas llenas decidió probar suerte con ese otro ejercicio. Freddy, ayúdame aquí. Vamos a llevar la nieve fuera del huerto.

Arcturus llegó enfurruñado y con mala cara. No tenía ganas de estar ahí haciendo estos trabajos manuales tan poco dignos. El era un Stonewood no cualquier tipo de magucho de bajo escalafón. Así pues hacía su trabajo a desgana y sin mucho animo. Cosa que no se podía decir de sus compañeros que cumplían el trabajo con ahínco y casi ilusión.

Se giró hacía sus compañeros y se acercó a Freddy, ya que lo conocía, y a la chica de Slytherin.

- Acabemos esto cuanto antes. Porfavor. ¿Que puedo hacer?

La verdad no tenía ganas de pensar por sí mismo, así que se limitaría a hacer tal horroroso trabajo como le ordenaran sus compañeros. Maldito día que estaba teniendo. Esperaba un castigo con menos componente físico.

Estaba esperando a que me contestaran, tiro así a lo burro?

PD: Mañana por la mañana posteo en astrologia!