Partida Rol por web

Cuando salen de la enfermería logran colarse por uno de los pasillos sin ser notados y logran ver como el enorme dragón de Flamel conjuntamente con un fenix plateado han logrado derribar al demonio y acorralarlo mientras Harry carga contra él con la espada a un lado.

Un par de segundos después, Harry termina con la criatura con un poderoso golpe de la espada, la misma que parece estar envuelta en flamas moradas, las mismas que ahora envolvían el cuerpo del demonio.

Sólo un par de segundos bastaron para que el demonio sea consumido por completo por el fuego que lo envolvía.

- Nunca dejaré de sorprenderme de lo que esta espada es capaz de hacer . - dijo Harry contemplando el arma que poco a poco iba asumiendo su forma normal.

- Si la mitad de lo que dicen sobre Godric Gryffindor es cierto, entonces no hemos visto ni la mitad de lo que la espada es capaz de hacer. - respondió Dumbledore.

- Albus, es mejor que continúen esta conversación en privado, pues algo me dice que hay ojos curiosos que no deberían estar aquí. Ahora si me disculpan voy a acompañar a la profesora McGonagall a ver si hay algún alumno herido en la sala común de Gryffindor. - dijo Flamel mientras señalaba hacia su posición con el pulgar.

Bueno, un enemigo menos. Dijo Freddy susurrando.

Quizá deberían continuar hacia su casa por si seguía habiendo problemas con los diablillos, pero salir corriendo en este momento se le antojaba una pésima idea.

Si no queréis que os descubra deberíais escabulliros cuando hable con él, igual quedan diablillos en la casa. Susurro con calma a sus amigos.

Se alejó un poco de sus compañeros y salió al encuentro del profesor tratando de girar su vista para que no pudiera verlos si se escabullían.

¡FIUUU! Este simulacro de protección contra las artes oscuras se ha ido de las manos profesor. Ese demonio ha herido a Kat. dijo apenado.

Primero un demonio, luego un dragón, y para rematar un ¡¿fenix?! Desde que ingresó en Hogwarts siempre había algo alocado que ver. Y para un chico de la calle, que hasta hacia pocos meses ni sabía que la magia existía, tales eventos todavía no dejaban de ser extraordinarios. Cameron quedó paralizado por algunos segundos ante la espectacularidad del combate y las bestias involucradas en él, cuando las palabras de Freddy le sacaron de su trance.

-Eh, eh, esto. Vamos.- El joven todavía estaba algo aturdido y lo único que entendió fue "escabulliros" y "casa". Por lo que sin pensarlo mucho intentó tomar de la mano a la chica que les acompañaba para seguir las instrucciones, "escabulliros a casa".

Joven Townsend, mucho me temo que esto no ha sido un simulacro ahora le recomiendo que regrese a su habitación a descansar mientras el señor Potter y yo nos encargamos del resto. - dijo Dumbledore en tono conciliador mientras se llevaba su varita a la garganta.

¡Exequatur! - dijo Dumbledore mientras empezaba a hablar con soltura.

El peligro ha pasado pero permanezcan al frente de sus casas por el resto de la noche, sólo por si acaso, hay una estudiante herida. Voy a verla en este momento.

La batalla terminó de una manera asombrosa. Me pregunté qué espada sería la que tenía el señor Potter, las llamas moradas parecían sacadas de algún oscuro conjuro o material extraño. La mención del fundador de la casa de Griffindor con respecto a la espada, llamó mi atención. ¿Sería la suya? Había oído hablar de la espada de Godric Griffindor, pero creía que se había perdido con el tiempo.

- Ups - tragué saliva cuando Flamel nos descubrió. Estoy destinada a que me pillen siempre, espero que esta vez no haya castigo y con suerte, nos contarán algo de lo que ha pasado.

Vi como Freddy salía al encuentro de los profesores y decidí seguirle la corriente. Sin embargo, el otro chico me cogió de la mano para escabullirnos. Me lo pensé bien, y al final pensé que lo mejor sería salir de allí. El director no parecía enfadado, y si nos quedábamos allí, no podría ir a investigar.

Le hice un gesto de ok, y salimos por un pasillo lateral tan sigilosos como pudimos.

Mientras ustedes intentan escabullirse hacia sus respectivas salas comunes ven como la señora Pomfrey se acerca al profesor Dumbledore y le decía algo en voz baja que pareció sobresaltar a Harry.

Tranquilo Harry, hace poco me pareció ver a un grupo de estudiantes que se dirigía hacia la enfermería, es muy probable que Connor se encuentre allí ¿Qué te parece si vamos a buscar a tu hijo en ese lugar?

Ante las palabras del director, el renombrado auror pareció tranquilizarse y asintió con la cabeza, mientras se encaminaba hacia la enfermería en compañía del director.

Viendo que la acción había pasado y que no teníamos más que hacer, decidí que lo mejor era volver a la enfermería para ver cómo estaba Katherin. No quería volver a ser castigada por nada y mucho menos perder puntos para Ravenclaw. Escuché que el director y el señor Potter también irían para la enfermería, por lo que deberíamos ir rápidos.

- Volvamos a la enfermería corriendo, antes de que lleguen , quiero ver como está mi amiga - le susurré apresuradamente echando a correr lo más rápido pero silenciosa que pude.

Luego de correr pocos metros, Cameron se percató de que sostenía la mano de Janelle. En el momento de escabullirse de los adultos el chico la había tomado casi por acto reflejo ante la premura de irse de ese lugar, pero ahora moría de la pena por ello. Soltó la mano de su compañera intentando disimular el hecho mientras miraba hacia otro lado con su rostro completamente enrojecido.

El recorrido a la enfermería lo habían hecho ya varias veces en muy poco tiempo, por lo que no les fue difícil llegar antes que los profesores. Una vez frente a la entrada, Cameron se detuvo.

-Yo.. Yo... Debo regresar a la sala común de mi casa. Espero que tu amiga esté bien.- Dijo sin mirar a la cara a la joven antes de intentar correr hacia su sala común.

Me quedé extrañada cuando retiró la mano de repente. Me miré la mano, pensando que tenía o habría hecho algo para molestarlo. O tal vez no le gustaba tomarse de la mano con las chicas. Yo solía ir con mis primos de la mano a veces, por lo que no me parecía algo raro.

Lo despedí con una sonrisa.

- Nos vemos, gracias por acompañarme - dije agitando la mano a modo de despedida y entrando en la enfermería.

Poco a poco el castillo va quedando vací y tras sus murallas sólo quedan aquellos que decidieron pasar vacaciones en la escuela. Libres para investigar el castillo, estudiar y practicar según su gusto.

Dos semanas sin clases y sólo con una regla, no violar el toque de queda.

Freddy aprovecharía las vacaciones. Tenía que estudiar hechizos nuevos y, si le era posible, encontrar al señor Flamel para que le enseñará a invocar un hechizo patronus. El dragón que había invocado le había encantado.

Además, también tenía que averiguar algo más sobre el demonio. ¿Cómo había entrado?. ¿Le había dejado pasar alguien?. Había atacado su casa y eso era extraño, teniendo tantos lugares para atacar antes de llegar allí. Era como si buscará a algo... O a alguien.

Fuera lo que fuese lo que sucediera estas vacaciones, no se iba a aburrir en una charla sobre Quidich.

Llegaron las vacaciones y con ello la escuela se vació casi por completo. Pasillos y salones completamente desiertos se extendían por el inmenso castillo. Cameron aprovechó el tiempo en muchas cosas. Primero quería averiguar todo lo que pudiera sobre su madre. Buscó en la biblioteca por viejos anuarios o documentos de ese tipo, recorrió todo el lugar entrevistando a los pocos profesores y trabajadores que quedaban en el castillo en cuanto a sus recuerdos sobre Jenna Blake, su madre.

Tampoco descuidaría sus estudios. El chico vio en estas semanas la oportunidad para recuperar algo de terreno con respecto a sus compañeros de clase, quienes eran mucho más versados en las artes mágicas que un joven recién llegado a este "mundo" como lo era él. Practicó día y noche hasta el cansancio. Siempre que no podía estar en la biblioteca o entrevistando a alguien sobre su madre, se dedico a practicar.

Además intentó acercarse más a la antigua mascota de su madre, Quentin. Aquel gato negro y testarudo que terminaría por cambiar su suerte al traerle a este lugar. Lo poco que recibía de mesada por el gobierno lo invirtió en alimento y juguetes para la criatura. Recordó cada día el colocar alimento cerca de Quentin, con la esperanza de que este le tomara confianza. Quentin y él no habían empezado de la mejor forma, pero joven creía que poco a poco podía mejorar su relación con el felino.

Si es posible investigar lo del armario evanescente en el tercer piso, junto con el incendio en la sala de menesteres también. Sería investigarlo justo el mismo día o noche del último desayuno. Pero me gustaría incluir de alguna forma a los chicos que se quedan claro ^^

Después de mandarle una lechuza a sus padres para contarles como le iba en Hogwarts, con los resultados de sus notas, los nuevos amigos que había hecho y ... no dando demasiados detalles sobre los peligros que acechaban el castillo para no preocuparles. Siempre haciendo hincapié en la gran labor de los profesores y el mismísimo Dumbledore que protegían y cuidaban de ellos en todo momento. 

Allison pasó el resto de vacaciones en la Biblioteca estudiando los mapas que la profesora Sinistra le había dejado, por las noches practicando el hechizo Astral Lucet Revellum, y en cada rato libre que tenía buscaba alguna piedra pequeñita para intentar dominar el hechizo Avifors de una vez por todas.

Cada día intentaba esforzarse todo lo que podía, incluso aunque alguna vez tenía que salir huyendo de una furiosa piedra voladora de intenciones erráticas, pero quería impresionar al profesor Longbottom y cumplir así su promesa.

Con ese pensamiento, intentaba buscar al joven aunque tan sólo fuera por verle desde la distancia. Sentía darle un vuelco a su corazón con la simple idea de avistarle.

Después de pocos días desde que empezaron las vacaciones de Navidad, Allison decidió mandar cartas a sus nuevos amigos, como Artemis, Janelle y Mérida, para contarles como iban pasando sus días en el castillo, ansiosa de volver a verlos a todos de nuevo.

Durante la primera semana te resulta muy difícil encontrar a Flamel, pues siempre anda recolectando hierbas en el bosque prohibido o reunido con Dumbledore y Slughorn en el aula de pociones, así que decides concentrarte en tus estudios y tu investigación.

Tus pesquizas te permiten concluir que el demonio ingreso por la fuerza al castillo derribando una las puertas del patio de transformaciones, ahora lo extraño es que no encuentras pista alguna de cómo es que el demonio llegó hasta allí, pues dicho patio no lleva al exterior del castillo.

Las intenciones del demonio no son del todo claras para tí, salvo por el hecho de que tu deducción de que aquel ser no llegó hasta la sala común de Gryffindor por mera casualidad.

Finalmente, el miércoles de la segunda semana, cuando ya habías abandonado toda esperanza de encontrar al viejo alquimista, te encuentras con Flamel en el patio principal, quien te enseña a usar el hechizo patronus, lamentablemente pese a tu esfuerzo no consigues lograr aprender el hechizo correctamente.

Sin embargo, Flamel te revela una gran verdad, la forma del patronus de un mago, revela mucho acerca de la verdadera naturaleza del mismo y el recuerdo que uso el mago para crearlo, en el caso de Flamel lo que daba fuerza a su patronus eran tres recuerdos muy significativos: La creación de la piedra filosofal, el día que rescato a su nieta de las garras de la muerte con la ayuda de la piedra y el nacimiento de su primer bisnieto.

Ese día comprendes, Flamel te dice que más importante que la forma del patronus es la esencia del mismo y te recomienda ir creando buenso recuedos con la suficiente fuerza como para poder crear un patronus poderoso.

Esas dos semanas hicieron maravillas en tu relación con Quentin, pues con el pasar de los días el gato se fue mostrando menos arisco y más cariñoso con Cameron, llegando incluso a compartir la cama con él y dormitar bajo la silla del joven cada vez que este iba a la biblioteca a investigar sobre tu madre.

Tras varios días de búsqueda, finalmente encuentras un viejo anuario, en el cual hallas una foto de tu madre, una mujer hermosa de cabello castaño:

Al parecer tu madre tenía un amigo llamado Víctor F. quien parecía quererla mucho.

Mi querida Jenna: Sinceramente lamento no poder viajar contigo a Bruselas, pero he sido admitido en la academia de Aurores, pero prometo ir a buscarte tan pronto acabe mi entrenamiento, eres la mujer más maravillosa que conozco.

Jenna, recuerda que el vínculo que nos une es tan fuerte que ni el tiempo ni la distancia podrá destruirlo. Te quiero con todo mi corazón, mi dulce estrella del norte y estré contando los días para poder volver a reunirme contigo.

Siempre tuyo

Víctor F.

 Tras invetigar un poco más sobre la genealogía de tu madre, dercubres que ella es una de los últimos descendientes conocidos de Baltazar Blake, discipulo favorito de Godryc Gryffindor y del mismo Merlín.

Freddy conjugaba su búsqueda de Flamel con sus estudios de hechizos y su intención de encontrar una explicación para el demonio.

Cuando el profesor le explicó que debía encontrar buenos recuerdos para poder conjurar su patronus se acordó de cuando su padre le había llevado a la mayor biblioteca del mundo. Donde los libros se movían e incluso algunos se dejaban acariciar. Cuando un libro sobre zorros se posó sobre su hombro para que él lo leyera fue el momento más feliz de su vida.

Pero no debía centrarse sólo en eso. Había muchas cosas para aprender y mucho que investigar.

Tendría que ver como un demonio podía aparecer en el patio de transformaciones, sin acceso al exterior. ¿Quizá una puerta secreta? pensaba para si mismo. Y quedaba también el hecho de que había ido a atacar a su casa. Quizá podría preguntarles a sus compañeros cuando volvieran todos de las vacaciones.