Partida Rol por web

Los ruidos y alborotos se iban alternando y formando un ambiente de miedo. Una inquietud me embargó a medida que nos acercábamos a los ruidos. Al llegar a la entrada Griffindor, observé atónita el estado del lugar y la cantidad de diablillos que se encontraban allí.

Oímos a Connor gritando y buscando a alguien, seguramente buscando a gente. Rápidamente, fuimos a ayudar al chico. Siguiendo el ejemplo de Kat, apunté a uno de los diablillos y pronuncié - diffindo. 

- Ni idea - le dije mirando para todos lados - acabamos de llegar también. Oímos un fuerte ruido y un alboroto, y vinimos a ver qué pasaba y a ayudar.

- Maldito Potter... metiéndose donde no le llaman... - refunfuñó la chiquilla en tono de murmullo al ver que parecía ir a por Alexander y sus diablillos. Lo observó durante un par de segundos desde un sitio en el que el chico no pudiera verla, asegurándose de que no interfería en los planes que se habían estipulado. 

Sólo hago notar que tu lo has seguido hasta campo abierto y aunque nadie te ha visto, en este momento Connor está dentro del campo visual de otras dos personas, te digo esto porque tu PJ lo ha escuchado hablando con dos chicas de Ravenclaw.

Pero si decides petrificarlo, vas a tener que huir rápido.

Al escucharlo hablar con dos brujas más, se dio cuenta de que estaría en minoría de número en caso de que la pillaran. -*Más vale que Alexander no falle.*- dijo tras un resoplido, y se quedó allí, asegurándose de que no la vieran, esperando a ver qué hacían Connor y las Ravenclaw. 

Escuchas dos voces que se acercan a tu posición una de ellas es la de Horace Slughorn y la otra no la reconoces por completo, pero parece la de una mujer ya algo mayor. 

Al escuchar aquellas voces, Samantha decidió salir de aquel lugar y se fue directa hacia su habitación. 

Te lo agradecería mucho

Cameron asintió ante el ofrecimiento del compañero. En cualquier otro momento el joven se hubiese negado al escuchar el ofrecimiento de ayuda, pero este no era el momento. El joven tendría que continuar trabajando en equipo como hasta ahora.

-Resiste, pequeña. Por favor, resiste.- Murmuraba muy bajo Cameron. Una y otra vez lo repetía mientras permanecía atento a sus pasos.

Ya sea por las buenas condiciones físicas de Cameron, o por la obvia diferencia de tamaños; Cameron maniobraba muy diestramente con la pequeña en sus brazos. Una vez empezó a correr, ya nada le detendría. Bajaba las escaleras de dos en dos y hasta de tres en tres en alguna ocasión; además de esquivar cualquier inoportuno obstáculo que pudiera encontrar. Tan enfocado iba el joven que ni siquiera se percataría de si el chico que ofreció acompañarlos seguía tras de él.

-¡¡¡Madame Pomfrey!!! ¡¡¡Madame Pomfrey!!!- Gritó Cameron una vez llegaron al primer piso de la torre de la enfermería. El joven se deslizo entonces sobre el pulido piso para quedar justo enfrente de Madame Poppy Pomfrey.

-¡Tiene que ayudarla por favor, tiene que hacer algo!- Dijo el joven todavía exaltado con la respiración entre cortada.

Kat no sabia realmente lo que estaba pasando, su cabeza daba vueltas y su percepción era muy escasa, debido posiblemente a la perdida de sangre. Intentaba manetenerse despierta, no queria dormirse ya que temia que no pudiera despertarse jamás. Mientras luchaba por mantenerse conciente pudo abrir los ojos y miro momentaneamente que ocurria: estaba siendo llevada en brazos por un chico que corria por los pasillos del castillo. Haciendo uso de la poca fuerza que aún tiene alcanzó a preguntar:

-¿Donde estoy? ¿Que paso con la bestia?

No alcanzo a responder, parecia que habian llegado a la enfermeria. Cuando volvio a abrir los ojos vió a Madame Pomfrey que la miraba muy preocupada, Kat solo pudo decir antes de caer inconciente:

-Madame Pomfrey, estan atacando el dormitorio de Gryffindor...........Quieren matar a Artemis.........Envie ayuda.........

El camino no fue tan largo como creí que sería, solo hubiera deseado evitar el ataque a Artemis pero ya era demasiado tarde para pensarlo, ahora solo necesitaba saber si Katherine estaria bien.

-Calma Kat, no te esfuerces y relájate que Artemis va a estar bien.- le dije a Kat con una tono de preocupación antes de que cayera inconsciente, en el fondo quería pensar que Artemis estara bien y eso espero pero ahora no es momento de pensar en eso, Kathy necesita atención médica y rápido.-¿Hay algo que pueda hacer para ayudarla?- le hable a la señorita Pomfrey mientras sostenía la mano de Kat esperando que aún estemos a tiempo de ayudarla a ella y al resto.

Mientras corren camino a la enfermería se cruzan con un anciano que los mira bastante preocupado y les hace señas con las manos para que sigan corriendo mientras el le cierra el paso al imponente demonio que fácilmente podría partirlo en dos si se lo propusiera.

Sin embargo, el anciano, sin pensarlo dos veces apunta su varita hacia la bestia.

¡¿Por qué no te metes con añguien de tu tamaño bestia estúpida?! - ruge el anciano con bastante autoridad mientras mueve levemente su varita.

¡¡¡Expecto Patronus!!!!

Tan pronto el anciano termino de recitar aquel conjuro un inmenso dragón plateado surgió de la nada y derribo al demonio de un sólo zarpaso con la misma facilidad con la que alguien apartaría una mosca de su camino.

Aquel patronus era simplemente imponente pues parecía medir al menos cuatro metros de alto y otros siete de largo.

El demonio que iba tras ustedes no tardo mucho en darse cuenta que esa sería una batalla que no ganaría así que se dio a la fuga con aquel poderoso patronus siguiendole los pasos.

Mientras continuan corriendo escuchan la voz del Director Dumbledore, la profesora McGonagall y Harry Potter:

- No lo dejes huír Nicolas. - dice Dumbledore en tono apremiente.

- ¡Sr. Potter detenga a esa cosa por cualquier medio posible!

- Estoy en ello profesora.

Como ustedes van de último, logran ver que tanto McGonagall como Dumbledore tienen sus varitas listas para entrar en batalla, mientras que Harry viene subiendo las escaleras a toda velocidad llevando una espada en las mano derecha.

Sin embargo, lo que más llama vuestra atención es la reacción del demonio al notar la espada, pues se detiene en seco sin saber que representa más peligro para su existencia, el inmenso dragón espectral que lo persigue o la espada que esgrime el auror en su mano.

Cuando vi al bisabuelo de Artemis conjurando el patronus y venciendo al demonio, un fugaz recuerdo acudió a mi mente. Una idea cruzó mi mente por un momento y tomé buena nota para cuando todo aquello terminara. Prestando atención a medias a lo que pasaba, pude escuchar lo que decían el director y los demás mientras desaparecíamos camino a la enfermería. 

Lo último que vi también llamó fuertemente mi atención. Mis ansias por investigar lo que fuera, me podían, aunque primero quería asegurarme de que Kat estuviera bien.