Partida Rol por web

Hoy no estaba de mucho ánimo. El tener que doblar la ropa de aquí al resto de mi vida no lo mejora. ¡De por sí me pegaron el grito en el cielo por mis calificaciones del año pasado!

Vamos, el siguiente tiene que salir mejor. Trato de moverla varita, decir el encantamiento y colocar la pieza...

¡¿Es que no puedo hacer nada bien?!

Muevo la varita con demasiada fuerza pero queda un asco de remedo. Me froto la nuca por segunda vez en el día.

Bien, parece que el humor sí afecta el como hacer un hechizo. Es la única conclusión a la que puedo llegar.

Primera clase del curso y primera toma de contacto con uno de los nuevos profesores.

Amy Pendragón, alumna del colegio hasta hace dos días, la perfecta estudiante al parecer, pero dudaba que entre esas asignaturas en las que había obtenido un "Perfecto" estuvieran Adivinación o Cuidado de Criaturas Mágicas, además esa perfección me hacía desconfiar de ella más de lo que lo había hecho con Slughorn.

- Bauleo.

Pronuncio el conjuro llegado mi turno con la familiaridad que me otorga haber intentado el hechizo ya el año pasado.

Pero a la hora de pasar a la maqueta, mi nueva varita mostró algo de reticencia a realizar el sacrilegio. Lo pude sentir antes de pronunciar la palabra "Epoximise" y, a pesar de que el encantamiento surtió efecto, me dejó entreveer que la varita prefería hechizos más contundentes.

Primera parte

Freddy atendió con curiosidad al primer hechizo. Parecía interesante, sobretodo cuando tenía que hacer alguna maleta para ir de viaje con sus padres. Cuando llegó su turno de lanzar el conjuro agitó la varita y pronunció con claridad la palabra mágica.

- Bauleo -

La ropa empezó a quedar ordenada en el baúl y Freddy sonrió contento.

Segunda parte

El segundo hechizo no parecía tan interesante como el primero, pero Freddy estaba entusiasmado por el resultado del primero así que se dejo llevar por la explicación y decidió probar para aprenderlo.

- Epoximise - Conjuró el joven Townsend todavía sonriendo.

El hechizo funcionó a la primera y sus ojos brillaron alegres.

Después de mucho tiempo tocaba ir a clase. Las explicaciones de la nueva profesora le parecieron interesantes, como si la profesora fuera una presentadora de un programa de Tv. Luego de una explicación rápida y sencilla tocaba intentarlo, fue a la maleta de práctica y tiro el contenido, luego apunto al desorden y conjuró:

-Bauleo.

La maleta en un abrir y cerrar de ojos, ante la sorpresa de Kat esta dio un brincoteo del gusto. Mientras regresaba a su lugar vio a Jane de lejos y dio un pulgar arriba en señal de éxito, demostrado que los estudios del verano habían valido la pena.

El profesor Flitwick dio su clásico monólogo explicativo sobre el hechizo a realizar, uno que parecía un hechizo de pegamento. Hecha la teoría ahora tocaba la práctica, fue a la maqueta y señalando una pieza con la varita conjuró:

-Epoximise

La varita reaccionó bien y la pieza quedo pegada en la maqueta. Satisfecha regreso a su sitió, tomo una hoja de su libreta y empezó a redactar una lista de hechizos, hechizos que le habían salido mal el año pasado, era tiempo de la venganza.

Allison llegó a clase de Encantamientos con gran entusiasmo, siempre le había gustado mucho esta clase, aunque sentía algo de tristeza al saber dentro de un tiempo tendrían que despedirse del profesor Flitwick. Con interés, escuchó a la que sería su nueva profesora, e intentó aprender el hechizo que les proponía. ¿Un conjuro para ordenar baúles? Bueno.. Supongo que ahorra tiempo. Va, probemos a ver..

- ¡Bauleo! - dijo mientras movía la varita, entonces los libros y la ropa vieja se introdujo en el baúl, aunque parecía que casi habían puesto resistencia para ordenarse. Allison frunció el ceño, pero se retiró para que el resto de alumnos siguiera probando. Casi se me resite, quizá no era tan fácil como lo pintan...

En la siguiente mitad de la clase, el pequeño profesor iba a enseñarles un hechizo al que no llegaba a verle la utilidad totalmente. - Disculpe profesor Flitwick. ¿Cómo dice que funciona Epoximise para atrapar insectos? - preguntó mientras alzaba la mano. Después probó suerte con dicho conjuro y esta vez si que logró rearmar las piezas de la maqueta que tenían ante sí.  ¡Bien!

Inundada por un entusiasmo imperceptible ingreso al aula de Encantamientos junto a Dorian y al ver el lugar, mis ojos se pierden en la inmensidad del espacio, los tonos marrones de los pupitres y ese aire lúgubre que tiene en general. - Nada mal... ¿verdad? - pregunto a mi mejor amigo al centrar la mirada en sus ojos y tras un efímero intercambio no verbal, nos ubicamos en el primer lugar disponible doble que encontramos. 

Una vez que la Profesora explicó el hechizo, automáticamente saqué la varita de mi morral y tras cerrar mis ojos para concentrarme unos segundos, los abrí y pronuncié: 

-Bauleo. - a través de un tono firme y decidido, permitiendo que en cuestión de segundos todos los objetos se guarden de forma automática en el baúl. Contenta por haberlo logrado, le dedico una sonrisa de satisfacción a Dorian y lo incentivo a que lo haga. - Es fácil, puede sernos útil. - desde ya que me ahorraría algunas horas, guardar la ropa resultaba ser muy tedioso para mi. 

Tras haber pasado unos minutos, el otro Profesor un poco más bajo, explica el siguiente hechizo. Ahora memorizando los movimientos de la varita y la pronunciación, apunto con la misma repitiendo el mismo proceso de concentración. - Epoximise. -  pronuncio denotando firmeza, segura de lo que estaba haciendo y como era de esperar, obtenía un buen resultado. Comenzaba a gustarme el mero hecho de aprender hechizos nuevos en este Colegio. 

Una vez que termino con la práctica, aguardo silencio y atenta a Dorian permanezco. 

Samantha asintió a la clase, nuevamente se podía ver claramente como ella continuaba teniendo sus cosas de la máxima calidad posible, he incluso, se notaba claramente que ella venía mucho más preparada que el semestre anterior. Cualquiera que la viera ocupar su energía mágica quedaría sorprendido, pues se notaba que ella estaba especializada a los hechizos de una forma casi ''sobrenatural''. Realmente eran extremadamente potentes, y se podía ver a lo lejos, al ver que hacer los conjuros que les enseñaban no le costaba ningún esfuerzo.

Juntos, tal y como era natural en ellos, Dorian entró junto a su amiga al aula de Encantamientos, un aula que aunque diferente  a lo que él ya conocía, tenía el encanto que solo el tiempo puede dar a las cosas, más aunque  perdido en los detalles de todo aquello que nuevo se mostraba ante él, fue la voz de su amiga lo que terminó por sacarlo del estupor en el que se encontraba – Mejor de lo que me imaginaba – respondió, y tras captar en su mirada la de ella, única persona con quien la comunicación verbal no era más que una forma de las tantas que tenían para entenderse, asintió casi imperceptiblemente con la cabeza para después, y dejando que fuese ella quien eligiese donde sentarse, acomodarse a su lado.

Prestando atención a las lecciones impartidas, desenfundó su varita y conjuró – Bauleo – pero nada pasó, fracasando en su primer intento pero sin que esto hiciese en él mella alguna, intentó con el siguiente – Epoximise – más el fracaso volvió a repetirse, y poniendo los ojos en blanco giró su cuerpo ligeramente hacia su amiga – Te has convertido en la bauleadora oficial de mi baúl – le comentó para después sacarle la lengua de forma divertida.

Y es que incluso habiendo fracasado, el humor del muchacho era difícil de diezmar, sabiendo o más bien esperando el poder recuperar la clase para volver a intentarlo. 

Buen trabajo jóvenes, veo que la gran mayoría de ustedes supo aprovechar muy bien sus vacaciones, los felicito, la clase ha terminado y les deseo la mejor de las suertes en este nuevo año escolar, aquellos que no han logrado aprender los hechizos, les ruego permanezcan en el aula para que la profesora Pendragón y yo podamos asistirlos. 

Aquí están vuestras notas, pueden retirarse

Una vez que el profesor termino de dar las notas, se dirigió hacia Allison.

Señorita Keneth, si usted usa Epoximise sobre un trozo de papel de esta forma. - responde el profesor mientras apunta su varita hacia un trozo de pergamino y realiza el conjuro. - Entonces tendrá una muy efectiva trampa para insectos.

Dependiendo del dominio tenga usted sobre el conjuro, con el tiempo podrá afectar superficies de mayor tamaño. 

Y su fuerza.

Deduzco para mis adentros mientras recojo mis cosas y me preparo para salir.

- Os veo en diez minutos en los jardines para la tarta.

Les aviso a todos los del grupo por si no habían llegado a enterarse, luego hago de tripas corazón y me acerco a los nuevos.

- Podéis venir si queréis.

Les invito pero tampoco pierdo tiempo esperando una respuesta, sin embargo, queda claro que hay varios a los que no les he dicho nada siquiera. Riddld, Jhonson, Mengele, Emblordemwright y Olson en concreto.

El profesor en su infinita paciencia me ayuda pero sigo fallando tan estrepitosamente que me veo doblando la ropa de aquí a la eternidad. ¡Rayos!

Tampoco se me da bien el reparar nada. Al final me rindo, cruzándome de brazos y mirando al resto de mis compañeros. Casi todos lo hicieron bien. Creo que la culpa es mía, por no concentrarme.

Pateo el baúl, desahogando mi frustración. La ropa no la voy a acomodar a mano de nuevo. Sigo moviendo la varita, repitiendo otra vez. Vamos... vamos...

¡Ah, por fin! Del montón de ropa en el suelo a prendas limpiamente dobladas sobre el baúl.

Al segundo no le pongo tanto empeño, pero aun así queda algo más decente. Y para alimentar mi ego está el baúl. ¡Me siento volar!

Al terminar la clase, sonrío ante el ofrecimiento de Hellen.

- Cuenta conmigo. Que hace mucho que no nos reunimos.

Y es verdad. Aunque he empezado a dejar de comer dulces, y probablemente apenas coma nada de tarta si como algo, me encantará poder estar de nuevo con todos mis amigos de Hogwarts, especialmente ya que parece que hay varias tensiones en el ambiente. Y Hellen parece un poco rara desde que volvimos de las vacaciones.

La fatiga de quedarme casi todos los dias leyendo por las noches hasta tarde, hacia que mi cuerpo se siéntese adolorido, sensación que de alguna forma sentía placida y reconfortante, en cualquier caso, llego tarde a clases y tengo que mirar al resto para poner en sintonía con esta clase, proceso que, raramente, no tengo ningún problema en completar.

Estaba hojeando el libro de encantamientos mirando qué íbamos a hacer aquel curso cuando el pequeño profesor entró por la puerta.

- Buenos días,  profesor Flitwick.

Lo cierto era que no me hacía mucha gracia el cambio de profesor, me gustaba mucho cómo daba clase el profesor Flitwick y tampoco me caía muy bien aquella ex-alumna, ya habíamos tenido un desagradable encuentro con ella el curso pasado. Con expresión seria, presté atención a lo que decía con cierta reticencia.

Primera parte

El hechizo para empacar parecía algo que debería saber cualquier mago desde pequeño, la de horas que me habría ahorrado de pequeña haciendo maletas, incluso antes de venir a Hogwarts. Mientras esperaba a que me tocara, estuve practicando el movimiento de varita y la pronunciación, por alguna razón se me trababa un poco. Cuando llegó mi turno, apunté al montón de objetos desperdigados y pronuncié bien alto - bauleo.

Las ropas y libros se recogieron con cierta lentitud y algo desorganizado, pero se metieron dentro del baúl como se esperaba. 

Segunda parte

Para la segunda parte de la clase presté algo más de atención, pues había estado algo ida la primera mitad. El hechizo me pareció menos útil, pero igualmente valioso. También parecía más fácil, por lo que no tuve ningún problema en realizarlo. Tras ver la demostración del profesor, me acerqué sin esperar a una de las piezas suelta - Epoximise - coloqué la pieza y esta quedó perfectamente encajada en su lugar.

Cuando terminamos, escuché la invitación de Helen y asentí.

- Yo también me apunto.

Allí estaré. Tienes mi palabra. - digo recogiendo mis cosas, entre las que se puede ver un libro que dice: "Thorin: El arte de las runas nórdicas y los círculos de invocación"

La oferta de la tarta era tartastica, pero Kat vio con pesar la lista de hechizos fallidos que había hecho. Fue con Hellen y le dijo:

-Perdona Hellen pero no podre ir,-muestra un papel con una lista-Tengo que prácticar algunos hechizos antes del almuerzo.

Se ajena dando una despedida de lejos y dice:

-Nos vemos en el almuerzo.

Un tanto preocupada por el resultado de mi amigo me acerco un poco más, mientras aprieto su mano al detenerme en la profundidad de su mirada. - Recién comenzamos, inténtalo de nuevo. No quiero ser quien ordene tu baúl... ¿Acaso soy tu Elfa Doméstica? - pregunto entre risas, haciendo caras graciosas para animarlo. Conocía a Dorian y era consciente de su potencial, un año a su lado practicando hechizos de forma eficiente, sólo faltaba concentración. 

- Mira que si no lo logras, te haré muchas cosquillas. - susurro en su oído envuelta a través de un halo travieso, que sólo él podía detectar con tal sólo observar mis gestos. Estábamos acostumbrados al error cuando se trata de practicar magia, pero a diferencia de Durmstrang, aquí parecían más comprensivos y menos hostiles. Una gran ventaja, debido a que estar en una celda húmeda por un día no era nada bonito. - Al menos aquí no te castigan por esto. - continúo conversando cerca de su oído, motivada por la libertad que Hogwarts nos brindaba en cierta forma. 

Sólo que la conversación se ve interrumpida por Hellen, al ofrecernos una invitación. - Gracias. - me limité a decir, obviando la respuesta dado a que me costaba comprender sus actitudes. Nos había tratado de forma muy hostil anoche y ahora se mostraba "amable", cada vez entendía menos las costumbres de aquí.  - En noruega esto no pasaba. - comento a mi amigo al encogerme de hombros. Él sabía a lo que me refería. 

Cuando la joven profesora escucha las palabras de Arae, se acerca a paso rápido. 

¿Quién sería tan idiota como para castigar a un niño por no lograr un simple hechizo en clase?

En definitiva aquí no hacemos eso, en especial porque entendemos que si el estudiante falla es más culpa del maestro que del estudiante, así que si quieres intentarlo de nuevo, aquí estoy para ayudarte pequeño ratón. - dice la profesora con una sonrisa amable.

Señorita Black, agradeceré que se una a la práctica, así saldrá mejor.