Partida Rol por web

Primera Parte

El profesor Longbottom ingresó con el semblante un tanto más serio que de costumbre, pero conforme se iban acomodando

Buenos días jóvenes, el día de hoy vamos estudiar dos hechizos muy importantes en el campo de la herbología, pero antes de empezar podrían decirme ¿Para que se emplean los hongos abisinios en el cuidado de plantas mágicas?

Una vez contestada la pregunta el profesor Longbottom se para  frente a un pequeño huerto y sonriendo les dice:

Muy bien niños, ahora presten atención, este hechizo es bastante complicado, pero puede reducir significativamente el tiempo de cultivo de una planta. Observen detenidamente el movimiento de la varita.

Tras realizar un sútil movimiento de muñeca, el profesor Longbottom apunta su varita hacia la tierra y con voz firme dice:

- Herbivicus.

Acto seguido, donde había sólo un monton de tierra, empezó a crecer una enorme sandía.

Segunda Parte

Muy bien chicos, lo han hecho genial, pero el cuidado de plantas requiere mucha dedicación, pues las plantas necesitan de muchos cuidados para crecer y fortalecerse, pero el principal cuidado que debemos darle a una planta es el riego y para ello contamos con el hechizo: Aguamenti.

Observen bien y no pierdan detalle. - dice el profesor mientras agita su varita y dice: - Aguamenti. - al tiempo que un pequeño chorro de agua sale de la punta de su varita y empieza a bañar las plantas.

Muy bien ahora ustedes.

La clase de herbologia, una de las mas pesadas para ella, pero mejor tocaba darle dedicación y olvidarse de malas y pegajosas experiencias desagradables.

La clase era interesante, más como estaba pensando en esa libélula de la esquina alzó la mano y dijo sin pensar:

-Los hongos se cosen y se hacen sopa, por eso saben ricos.

Las risas de todos la devolvieron a la realidad, ahora si tocaba ponerse sería.

Ahora tocaba hacer crecer a una planta, Kat fue con un retoño de calabaza del pequeño huerto y conjuro:

-Herbivicus.

Dicho esto el calabacín se volvió una gran y jugosa calabaza. Feliz con su hazaña brincoteo de gusto. Ahora tocaba regarla, imitando el giro de muñeca del profesor conjuro:

-Aguamenti.

De la varita brotó un chorrito de agua potable, otro gustazo de éxito.

Viendo que ahora estaba haciéndolo bien con la jardinería decidió que a su calabaza le faltaba un poco de sol, apunto arriba y conjuro:

-Lumos Solem.

Un cálido resplandor solar iluminó el invernadero, un poco de sol para las plantas y así crecieran sanas y fuertes.

Primera parte.

Había llegado confiada tras acabar todas las tareas pendientes para el inicio de la mañana, tanto que ni siquiera me preocupaba el hecho de que fuera a enfrentarme al horror que me suponía Herbología.

Así fue que en cuanto el profesor Longbotton pregunto sobre los hongos abisinios levante la mano y respondí a toda celeridad.

- ¡Los hongos sirven para eliminar todo el agua de la tierra si son plantados en las noches sin luna!

Respondí toda convencida y permanecí así un buen rato a pesar de las respuestas del resto dejaban claro que no tenía razón en absoluto. ¡Y es que juraría haberlo leído en algún lado!

Luego el hechizo no fue mucho mejor, o mejor dicho, no pudo salir peor y en lugar de acelerar el crecimiento de la planta ésta no tardó en marchitarse y morir, demostrando que este año también iba a seguir siendo un suplicio el asistir a esta asignatura.

Segunda parte.

Ya estaba temblando cuando comenzó la segunda parte de la clase y me temía lo peor en cuanto iba viendo cómo se acercaba mi turno para probar el hechizo de agua, y seguro que no era la única que esperaba mi siguiente fiasco.

- Aquamenti.

Pronuncié y no pude evitar sentirme aliviada conforme la fuentecilla de agua aparecía en el extremo de la varita.

Primera parte

Había oído hablar el motivo por el que se empleaban los hongos para las plantas mágicas en algún libro, sin embargo, las dudas eran tantas que sus reflejos no fueron demasiado buenos a la hora de responder. Vaya fastidio, por una vez que se lo sabía...

Cuando comenzó el turno de lanzar los hechizos su confianza creció. Era la parte que más dominaba.

- Hervicicus - pronunció claramente mientras apuntaba con su varita hacia la tierra. Una calabaza comenzó a crecer de allí.

Segunda parte

Cuando llegó el momento de conjurar el segundo hechizo Freddy sonreía. Era un buen hechizo para regar las plantas y podría ahorrarse mucho tiempo en los jardines.

- Aguamendi - conjuró mientras apuntaba a la calabaza. El agua broto de su varita alimentando el vegetal.

El día comenzaba bien.

Primera Parte

Al verlo tan serio tuve que morderme los labios para no reír, imaginando el porqué. Estoy de un humor inmejorable, tengo que decirlo. Levanté rápidamente cual Ravenclaw más sagáz para contestar a la pregunta. ¡Esa sí la sabía! Hellen también la contestó, pero no importa. Al contrario, siento orgullo.

Lo seguí con la vista al huerto. Dibujé el movimiento de la varita, y el hechizo. Ya me ha pasado que hago un desastre por no decir la palabra correcta.

- Herbivicus.

No sale la sandía. ¡Rayos! Vuelvo a hacer el giro, pero sigo haciendo algo mal. Miro detenidamente la libreta, buscando el movimiento correcto. ¡Ah no, ahora tengo que completar esa sandía a como dé lugar!

Segunda Parte

 - Aguamenti.

Fue tan natural estavez, que rápido salió el chorro de agua. ¡Genial!

Sonrío cuando volvemos a entrar en el invernadero, la primera vez desde las vacaciones. Después de estudiar tanto sobre plantas este verano, la verdad es que es como si un nuevo mundo se abriera a mis ojos, y lo aprecio mucho mejor. Aunque mi interés sea más bien practico.

Cuando el profe pregunta sobre los hongos, sonrío confiada y levanto tranquilamente la mano. Justo estuve leyendo acerca de ellos un par de semanas antes de volver a Hogwarts.

Y cuando nos habla de los hechizos. Mi ojos brillan cuando nos explica el Herbivicus. Necesito aprenderlo.

Pongo todas mis ganas, apunto al suelo.

- ¡Herbivicus! - y del suelo crece rápidamente una flor azul, a la que miro alegre.

Este hechizo será muy, muy importante para mi proyecto.

El siguiente, también promete ser útil y, nuevamente, me aplico al máximo.

- ¡Aguamenti!

Y la varita empieza a regar las plantas. Mmmm... Supongo que también podría usarse para apagar fuegos. Interesante.

Una vez dentro del invernadero Allison sonrió para sus adentros, después de varios meses, volver a los invernaderos le provocaba un cosquilleo en el estómago entre nervios y alegría. Todo seguía igual de bonito, cuidado y... Bueno, mejor sería centrarse en lo que tenían entre manos. Este año no pensaba rendirse y daría lo mejor de sí en la asignatura, por algo era una de sus preferidas, a pesar de que no siempre le fuera bien. - ¡Buenos días profesor! - saludó una Allison sonriente, que no se dejó amilanar por el semblante serio del hombre. ¡Venga céntrate y da lo mejor de tí!

Primera parte

Puede que estuviera algo distraída, porque cuando el profesor preguntó sobre los hongos abisinios, la sonrisa de la pelirroja se torció un tanto. ¡Me cachis! Eso voy a tener que apuntármelo para buscarlo después. Se dijo mientras tomaba una pequeña anotación en un trozo de pergamino.  

Cuando tocó probar con los hechizos enseñados, Allison se paró para mirar a Mérida, esbozando una sonrisa cómplice. Una vez llegó el turno de la pelirroja, tomó su varita y apuntando a uno de los cultivos intentó replicar el hechizo crece cultivos. - Herbivicus..! Agh... Casi parecía que lo tenía. - protestó viendo como un pequeño trozo de tierra parecía temblar, como si de un momento a otro algo fuera a brotar, pero nada ocurrió. Allison miró al suelo cabizbaja mientras dejaba paso al resto de alumnos. No te rindas, puedes hacerlo, de aquí no me voy sin lograrlo. 

Segunda parte

Ahora tocaba otro hechizo de lo más práctico, seguro que iban a sacar mucho provecho de la lección que tocaba. Cuando le tocó el turno a Allison, miró al profesor durante un momento, luego al parterre que tenía frente a sí. Concentrándose, movió la varita con suavidad al tiempo que conjuraba. - ¡Aguamenti! - de pronto, de la punta de su varita surgió una fuentecilla de agua que comenzó a regar la tierra. Sonriendo por haberlo logrado, Allison levantó la mano, llamando la atención del profesor para acercarse a hablar con él.

- Profesor Longbottom, d-disculpe... ¿Sería posible que me ayudase con el giro de muñeca de Herbivicus? Por un instante pensé que lo había dominado... Me gustaría volver a intentarlo. - preguntó, mirando al mago casi aguantando la respiración. Mientras se esforzaba por no ponerse nerviosa, al menos había logrado articular una frase sin ponerse a tartamudear, ¡hey, eso era casi un logro!

Primera parte

El profesor no parecía muy contento cuando entró en clase y me pregunté si el alboroto del comedor tendría algo que ver. No había estado presente cuando pasó pero había oído a algunos de los alumnos mencionarlo entre sonrisas. Me senté en mi lugar mientras el profesor Longbottom comenzaba la clase con una pregunta sobre hongos. Algo tarde, levanté la mano para contestar.

- Para que el suelo no pierda la humedad y que las plantas crezcan más saludables - contesté pensando en lo que podían hacer unos hongos.

Después, nos acercamos a un pequeño huerto y el profesor hice crecer una sandía. Abrí mucho los ojos, había visto a mi tío hacer ese hechizo alguna vez con sus tomates y siempre había querido aprenderlo. Me acerqué a Kat para murmurarle.

- Esto sí que es útil. Que queremos comer manzanas mientras damos un paseo, pues sólo tenemos que llevar semillas de manzana en el bolsillo y ¡ebualá! Un árbol de manzanas - dije muy animada.

Me acerqué al huerto, moví la varita con soltura y pronuncié - Herbivicus. - Una hermosa sandía salió de la tierra lista para ser comida.

Segunda parte

El siguiente hechizo también era muy útil, aunque por mi mente pasaban otras utilidades a parte de la de regar las plantas. Con una pequeña sonrisa, miré como el profesor realizaba el hechizo y lo intenté yo también.

- Aguamenti - un chorro de agua salió de mi varita directa a mi sandía.

A medida que va terminando la clase, me junto con mis amigos antes de salir del invernadero.

- ¿Tenéis planes antes de ir a comer? ¿Alguien se anima a ir al lago a practicar el Patronus?

La verdad es que tengo muchas, muchas ganas de aprender ese hechizo. Y tras aprender el Herbivicus hoy, me siento en racha.

Asiento a su pregunta sonriente.

- La verdad es que tenía un plan mejor y creo que os gustará. Por cierto, le dije a Dominique que podía venir si quería.

Les informo por si alguien tenía que objetar algo, lo cual dudaba.

Había sido una buena clase, con todo y que ahora podía cultivar y cosechar ricas frutas y vegetales en un día.

Mientras guardaba sus cosas Mérida propuso algo bueno pero Hellen propuso algo mejor a lo que Kat asintió animada.

-Claro que voy, así podre practicar un par de conjuntos .

Así dijo por el Wadi-washi, era un hechizo que quería dominar. Por un segundo se imaginó que podía arrojar lo que fuera con ese hechizo, como si fuera una catapulta humana.

- Me uno, sirve que alguien me apoya con los Episkey.

¡Pero que vergüenza! sigo sin poder mirar aun a la mesa de los profesores...

¿Un plan mejor?

- Aunque sea lo que sea suena interesante. ¿Nos dás una pista?

Pensé un momento, yo también tenía algo planeado para antes de la comida, pero tal vez pudiera dejarlo para la tarde.

- Tal vez podamos hacer todo, primero uno y luego el otro - dije pensativa. Luego, miré a Hellen - ¿qué es lo que tenías pensando, Hellen? 

Debíamos saber qué planes tenía para organizarnos y saber qué hacer.

Habría sido un momento ideal para hacerme la interesante, pero preferí no hacerlo.

- Una especie de hechizo sin varita, aunque más parece una técnica como las posturas de duelos.

Explico bajando aún más la voz.

Miro a Hellen cuando nos propone practicar algo que suena muy interesante.

- Parece guay. Y, como dice Janelle, igual nos da para practicarlo todo. Que se venga Dominique, así vamos conociendo a los nuevos.

Y es que con lo recelosa que suele ser Hellen, si la invita es que ha debido ganarse ya mucho su confianza. Algo que no es particularmente sencillo.

Abrí los ojos interesada ante la propuesta de Hellen.

- Suena bien, podemos practicar todo y a ver cómo nos sale - dije asintiendo - Freddy y yo podemos enseñaros el patronus, aunque a ver si me acuerdo, porque sólo lo hice una vez y casi de casualidad - dije un poco insegura.

Primera parte

Cuando el profesor realiza la pregunta, levanto rápidamente la mano y respondo.

Profesor, tengo entendido que los hongos abisinios se usan para preparar abono. - respondo con cierta duda.

Luego de responder la pregunta, observo con detenimiento el hechizo mientras espero mi turno, imaginando los cientos de usos prácticos que puedo darle al mismo. Una vez llega mi turno me paro frente a mi zona designada en el huerto y apunto mi varita al suelo.

¡Herbivicus! - digo con decisión mientras una sandía empieza a crecer frente a mi. - ¡Genial lo logré!

Segunda parte

Al iniciar la segunda parte de la clase, presto mucha atención al nuevo encantamiento, el mismo que me parece un tanto más sencillo comparado con el anterior, por lo que me apresuro a intentarlo.

Sin embargo mi exceso de confianza me lleva a sujetar mal la varita, lo que provoca que esta resbale de mi mano justo en mitad del movimiento.

Lo siento profesor, no fue mi intención. - me excuso mientras voy a recoger mi varita.

Ante la aceptación de Mérida y la falta de negativas, termino por llamar a la niña francesa con la mano.

- Dominique, ven. Hemos quedado en el lago cuando termine la clase, ¿vale?

Pregunto para saber si se ha dado por aludida.

Bueno chicos, lo están haciendo muy bien, voy a evaluar vuestro desempeño, aquellos que por alguna u otra razón necesiten practicar un poco más los hechizos que hemos visto hoy en clase, por favor acérquense, los demás pueden retirarse después de recibir sus notas.

Cualquier duda que tengan estoy aquí para ayudarlos.

Al finalizar la clase, Longbotton volvió a darnos la oportunidad para dominar los hechizos y, pese a la tirria que ya le tenía a la asignatura, debía quedarme e intentarlo antes de ir al lago.

- Yo voy a intentarlo profesor.

Le dedido imaginando cómo un "¡por las barbas de Merlín!" pasa por su mente. No podía culparle por ello, pero ahora había visto a casi toda la clase lograrlo, así que algo había aprendido.

- ¡Herbivicus!

Pronuncio y ésta vez no seco ninguna planta. En su lugar, de una planta comienzan a crecer dos calabacines que pronto adquieren un buen tamaño.

- ¡SI!

Estallo alegre antes de salir pitando tras el resto.