Partida Rol por web

Al llegar a clase rápidamente cogí un cuenco de comida e intenté acercarlo a los Mooncalf para que comieran, pero los mooncalf se alejaron rápidamente de mi.....

En realidad debí dejarlo allí, pero no, mi obstinación me llevó a cometer el peor error posible, pues me acerqué al rebaño a intentar convencer a las criaturas de que comieran y fue entonces que todo se fue al traste, pues los mooncalf arremetieron contra mi.

¡Por las barbas de Merlín! - exclamé, mientras las enfurecidas criaturas arremetían contra mi siendo interceptadas por un beligerante Fenix que amenazaba con quemarlas, lo que a su vez desató la furia del profesor.

¡Ya basta! - rugió Hagrid irguiéndose amenzadoramente entre las criaturas y el fénix mascota de Artemis.

¡Ustedes por allá! - ordenó y los mooncalf retrocedieron.

En cuánto a Usted señor Flamel, 150 puntos serán restados a Gryffindor por su falta de buen juicio, si hubiera hecho caso a mis advertencias, nada de esto hubiera pasado, la clase ha terminado para Usted. - sentenció el docente fulminando al Gryffindor con la mirada quien pareció amilanarse ante el rostro crispado de furia del semi gigante.

Los demás denme un par de minutos para apaciguar al rebaño y continuaremos con la clase.

Algunos minutos después, Hagrid los invitó a pasar de nuevo al redil.

La pelirroja había llegado a clase con una tremenda ilusión, y cuando Hagrid les mostró las criaturas con las que iban a interactuar aquella noche, Allison se quedó mirando a aquellos animales con asombro. ¡Que monos son! ¡Y tenían pies como de pato! 

Pero a pesar de aquel aspecto adorable, tratar con ellos iba a ser más complicado de lo que pensaba... Sobretodo después del incidente de Artemis, por un momento pasó miedo de que fuera a salir lastimado pero gracias al fénix y a un furioso profesor, la cosa no llegó a peores. Si descontabas la regañina de Hagrid, claro...

Allison miró a Artemis con cara de preocupación por un momento, pero la profunda voz del profesor hizo que procurase centrarse aún más para no cometer errores. La clase continuaba, y era su turno. Con calma tomó uno de los cuencos con comida para alimentar a los Mooncalf, pero justo cuando se disponía a soltar la comida sobre la cabeza de una de las criaturas su cuenco resbaló de sus manos cayendo al suelo.

Su primer instinto hubiera sido agacharse para recogerlo, pero se quedó paralizada, no quería hacer un movimiento extraño para el animal y que este le propinase un cabezazo. - L-lo siento profesor. - murmuró entredientes con cara de pánico.

Así que muy despacio retrocedió un par de pasos, rezando para que el mooncalf no se cabrease por tirarle la comida al suelo.

Kat llegó a la clase relativamente temprano, las clases del profesor Hagrid eran muy divertidas y siempre se lo pasaba bien.

Ahora tocaba darle amor a una suerte de armiños gigantes, tomo un cuenco con alimento para los Mooncalf y se acercó a uno despacio, midiendo sus pasos poco a poco fue a uno de ellos y arrojó el alimento sobre la cabeza; este le encanto la comida y de inmediato se puso apasible lo cual la Rubita aprovechó para acariciar su enorme cuello mullido.

—Estas muy suave, es como acariciar el pelaje de las patitas de un gato.

Durante un buen rato no hizo otra cosa que acariciar el pelaje de Mooncalf, su pelaje era tan suave que era adictivo acariciarlos.

Jane y Merida también fallan en su intento de alimentar a los mooncalf, por lo que el profesor decide cambiar su enfoque.

Al parecer están teniendo muchos problemas con los mooncalf, creo que es hora de que probemos con una técnica un tanto más adecuada, voy a darle a todos una segunda oportunidad, sólo deben acercar el cuenco de esta forma y retroceder lentamente, es más un ejercicio de paciencia que otra cosa.

Señorita Keneth, por favor vaya a buscar al señor Flamel, supongo que debe estar llegando a la puerta del castillo en este momento o quizás en el patio principal.

Si tiene problemas en encontrarlo, pídale ayuda a Sir Nicolas o al Fraile, ellos lo ubicaran por Usted.

Jackie lo intenta de nuevo.

Algo más tímida, se acerca al animalito e intenta calmarlo. Sostiene el cuenco como dijo el profesor Hagrid. Y el Mooncalf se acerca rápidamente

"Asi... asi... Venga, acercate amiguito. La tita Jackie no va a convertirte en un cinturón"

Y el bichito se come la comida, y el cuenco.
¡Y a Jackie! ¡De pronto intenta picotearla, y comersela!
 

"¡Au! ¡Ayyyy! ¿Pero estos animales no eran pacificos!" Dice mientras huye por toda la sala, con el maldito bicho persiguiendola tratando de darle mordiscos, como una llama "¡Que no soy comestible, caray!"

Por suerte, tras casi un fracaso general de la clase en el intento de acariciar a los Mooncalf, el profesor Hagrid les iba a dar una nueva oportunidad. Allison estaba decidida a conseguirlo, porque de verdad que tenía ganas de poder notar el tacto del pelaje de aquel curioso animal.

Aunque sus ganas tendrían que esperar... Al oír como Hagrid le llamaba, dejó el cuenco de comida donde estaba y trotó hasta donde estaba el semigigante, escuchando su petición atenta. - ¡Enseguida profesor! - respondió con energía, asintiendo con la cabeza. - ¡Vale! - añadió ante el consejo de acudir a los fantasmas de las casas para ubicar al muchacho, era algo que no solía recordar a menudo, pero si que tenían su utilidad. 

¡Esperadme pequeñines que no tardo! Se dijo, echando un último vistazo hacia el rebaño de Mooncalf, antes de echar a correr por el camino que llevaba de vuelta al castillo en busca de Artemis.

Freddy volvió a intentar, de nuevo, acariciar al pequeño animal. Sin embargo no era capaz de concentrarse en la tarea y, finalmente, desistió de perseguirlo de nuevo. Parecía que esa clase no le saldría bien del todo.

Con cierta dificultad, Jane logró que los Mooncalf aceptarán la comida de su mano, pero pese a ello, las criaturas retrocedieron cuando intentó tocarlas, dejando a la Ravenclaw abatida en medio del redil.

A Mérida le resultó mucho más simple alimentar a las criaturas, pero pese a ello, los mooncalf no se dejaron acariciar por la Hufflepuff, quien abandonó el corral mientras Allison y Artemis hacían acto de presencia.

El Gryffindor parecía bastante más animado que cuando se fue mientras Allison caminaba a su lado sonriendo.

Sin embargo, cuando el Gryffindor iba a pedir permiso para probar suerte con los mooncalf, un ruido de cascos resonó por toda la zona, al tiempo que un centauro se acercaba a paso lento al profesor Hagrid, quien lo recibió con un saludo efusivo.

Muy bien Flamel, hazlo lentamente y con cuidado, si no aceptan la comida te retiras y es todo. - dijo el profesor a modo de advertencia.

Mientras el centauro conversa con el centauro, yo cogí un cuenco de comida y con mucho cuidado lo ubiqué entre los mooncalfs y yo, logrando atraer la atención de uno de ellos que se acercó dócilmente a mi.

Con cierto recelo intento tocar a la criatura que parece recular un poco, antes de estirar su largo cuello dejándose acariciar.

"Wow... lo ha logrado y  vaya si lo ha hecho bien!" dice Jackie, viendo como se ha superado. Del primer intento, a la maravilla que acaba de hacer.

Todo eso, mientras tres Mooncalfs siguen saltando encima de la espalda de Jackie, como si se creyesen Super-Mario.

Después de llegar con Artemis llegó el momento de la verdad. Tenía que conseguir entablar amistad con los Mooncalf o esa noche no dormiría tranquila. ¡Ahora veréis pequeñines! 

Después de tomar un cuenco inspiró hondo, visualizando el panorama encontró a una de las criaturas que se encontraba más rezagada del rebaño. Y se acercó despacio, con calma mientras con una mano agarraba un puñado de comida, para que el Mooncalf viera el alimento. 

Afortunadamente esta vez el cuenco no resbaló de su mano puesto que lo llevaba bien sujeto con el brazo izquierdo, mientras que con la derecha dejaba caer un poco de comida sobre el animal, que gustosamente aceptó la oferta comiendo a dos carrillos, mientras Allison seguía dejando caer pequeños montoncitos. 

- ¿Está rico? - dijo con voz suave mientras esbozaba una pequeña sonrisa. ¡Ya casi lo tenía! Ahora solo tenía que ser paciente y esperar a que le diera permiso.. Aunque aquel Mooncalf debía ser un glotoncillo, porque fue directo al cuenco, momento que aprovechó la pelirroja para acariciarle el cuello con suavidad de arriba a abajo. - Uala.. Que suavito estás.. - murmuró con asombro mientras seguía acariciando al animal. La sonrisa que tenía no le cabía en la cara en aquel momento.

Estando entretenida entablando amistad con el Mooncalf glotón, casi no se había percatado de la aparición de aquel centauro que ahora hablaba con Hagrid, de no ser por algunas caras de asombro del resto de alumnos.

Misma cara que puso ella cuando lo vio. Aunque aún estaba acariciando el suave cuello del animal, pero ahora su atención se centraba en aquella criatura de las que tanto había leído. ¿Que habría venido a tratar con Hagrid? Nunca se había imaginado que los centauros saldrían del bosque Prohibido con tanta tranquilidad, ¿habría pasado algo en el bosque tal vez?

Jackie se sorprende ante la llegada de la criatura

"P... profesor, los Cenutrios son ciudadanos mágicos ¡Son nuestros iguales! (Claro que nosotros podemos llevar zapatos elegantes, y pesamos menos de 90 kilos) ¡Es increible!"

"¿A que debemos esta encantadora visita, señor Cenutrio... o centauro? que nunca me quedó claro como se dice en inglés británico" dice muy, pero que MUY intimidada por el enorme ser. Que al fin y al cabo la reputación que tienen les precede ¡Y mucho!

Jackie se intenta acercar, MUY tímidamente, al enorme ser. Es a partes iguales intrigante y terrorífico.

"S... si...." dice medio hipnotizada por el profesor Fiorence, mientras que alguien (El que sea) se la lleve de ahi tirandode del brazo, de los pelos, o del collar mismamente.

En algún momento se pregunta "Por cierto ¿quien es el chico Mengele y la chica McGrigoair? Creo que no les he visto nunca, en ninguna clase"