Partida Rol por web

Bueno master al ver que Richard nunca respondió, tengo la siguiente duda ¿los diablillos son capaces de identificar que pociones son venenosas? Lo pregunto porque quizás su olfato podria identificar estas sustancia.

-.Entonces mmmm...-. Me quedo pensando mientras veo las opciones que mis esbirros han robado-. Vamos a ver-. Abro mi libro de herbologia para comenzar a buscar o identificar alguna poción, ordenandoles a mis diablillos que me ayuden con su olfato.

Mientras tu revisas un libro sobre la orden de los caballeros de Merlín, sólo para percatarte que es imposible que te acepten, pues sólo aceptan a personas que cuantan con un título nobiliario y que han prestado grandes servicios a la corona británica y al mundo mágico, tus diablillos se acercan.

- Mi señor, hemos acanbado con algunos animales y bicharracos sin importancia, pero durante nuestra investigación hemos descubierto a varios chicos muy torpes y descuidados. - dice Abel mientras se seinta frente a ti.

- Capturarlos será un juego de niños, siempre y cuando podamos aislarlos y luego arrojar sus restos en los lindes del bosque, pues así sus muertes se atribuirán a su propia estupidez, sólo uno de ellos podría ser una lata, es un Gryffindor de quinto año. - añade Caín

- Esperamos sus órdenes mi señor.

Escuché atentamente a mis diablillos, mirándolos, después de alimentarlos. Me paseé un poco por el lugar, y mirándolos les dije;

-Bien. Nos prepararemos. No atacaremos aún, cuando ataquemos, lo haremos Richard, yo, Samantha y Alexander, sus diablillos, todos en equipo, asegurándonos que esto resulte. Además, no solamente los mataremos, si no que los sacrificaremos para obtener mejores y más grandes poderes. Por ahora su más grande misión será, por las siguientes noches, seguir a este grupo en el bosque para averiguar hacia donde van, y de qué forma los podemos aislar. Me gustaría que averigüen lugares para ponerles trampas, venenos, todos sus posibles puntos débiles, de esa forma, estaremos listos para un gran banquete de sangre. Tienen una semana. Nos vemos en la tarde –Dije, mirándolos, para luego hacerles un gesto de despedida, a la vez que me iba a clase.

Después de clases, me dirigí al club, esperando que el resto del equipo llegara allí. Me había batido a duelo con Alexander, algo ciertamente de recordar, y ahora que teníamos tiempo libre antes de cenar, era hora de planear. Mientras llegaba el resto de mi equipo, me decidí a entrenar contra la pared, los conjuros del día;

-¡Incendio! ¡Gladii Elementum! ¡Impedimenta! –

La pared sufrió el efecto de varios de mis hechizos. Algunos salieron muy bien, otros estaban lejos de ser perfeccionados. Sabía que debería practicar día a día para poder lograr llegar a ser un gran mago, y si realmente quería hacer sacrificios en una semana más, debería practicar todos los días siguientes, hasta lograr, al menos, manejar los conjuros más potentes que conocía. Luego de eso esperé al resto del equipo que apareciera, para que pudiéramos conversar.

Samantha llego bastante optimista ese día al club de la oscuridad, la eterna morada de la maldad que habían creado en ese castillo, repleto de traidores y muggles. Observó a Eliphastus practicando contra una pared. Se acercó a sus diablillos y los alimentó, esperando que estuvieran entrenando de buena manera. Finalmente, se acercó a él, y poniéndose al costado de él, también se dedicó a entrenar;

¡Depulso! ¡Incendio! ¡Sectum!

Tres hondas de energía muy potentes impactaron de lleno contra la pared, haciéndola temblar. El conjuro, mucho más fuerte que Evertem Statum o Flipendo era un conjuro de segundo año que Samantha había aprendido hace muy poco, y ahora le estaba dando un buen uso. Las llamaradas también golpearon la pared, para finalmente, ya cansada por la diversidad de conjuros utilizados, solo una fina línea de corte llegara contra la pared por parte de su conjuro de Sectum. Samantha se arregló el pelo, visiblemente cansada, pero sin demostrarlo, se sentó de forma muy educada en una silla. Miró a Eliphastus unos segundos y le dijo;

Eliphastus, ¿Te hemos dicho que hemos invocado a un archidemonio? Se llama Bucón, y hemos hecho diversidad de pactos con él. Gracias a él tomamos este lugar, y así mismo, arrebató de mi alma el trozo de la vida del antiguo gran señor Lord Voldemort, esperando que pueda ser resucitado, una vez más. Creo que debes saberlo, ahora que eres parte esencial de nuestro equipo.

Dijo, mirándolo, esperando ver su reacción.

Escuché con atención lo que me decía Samantha, después de verla llegar y practicar de la misma manera que yo. Pero lo interesante no fue todo lo que ocurrió allí, si no lo que me contó. Ya sabía bastante de eso a causa de Ekiria, pero no tenía idea de lo que estaba pasando allí, pues hasta ahora, solo sabía de diablillos. La escuché con atención y le pregunté;

-No, Alexander no me había contado nada. Eso realmente cambia mucho las tornas…me pregunto cuanto tiempo tomara para que Lord Voldemort pueda recuperar su antiguo cuerpo. Creo que lo esencial, por ahora, es contar con una fuerza que sea muchísimo mayor que la guerra mágica anterior, y sobre todo, eliminar a sus más grandes enemigos con anterioridad…me preocupa que vaya a ocurrir un desliz como la vez anterior, y que Lord Voldemort termine muerto una vez más, y esta vez, para siempre. A parte de eso, Samantha, ya que eres la única aquí, he sabido de un grupo de niños bastante débiles, que juega en el bosque durante la noche, podríamos crear trampas, y en una semana atacarlos, y usarlos para hacer sacrificios y conseguir mayor poder demoniaco. Si el archidemonio que tienen aquí está de acuerdo, puede que podamos hacer un trato con él a cambio de esas vidas. ¿Por qué no me lo muestras, Samantha? –Pregunté, mirándola, esperando que me llevara al lugar a donde estaba Bucón.

-. Hablar con Bucon es algo muy complicado señor Emblordemwright-. Dije tranquilamente mientras entraba al laboratorio-. Como buen demonio es una criatura orgullosa que solo nos contactara si tiene algo con nosotros, pero podemos hacer un ritual para hablar con él o podemos usar esto…-. Saco un espejo de mi túnica-. Aunque no sé si funcionara, pero habría que probar jejejeje-. Sonrió desviando mis ojos hacia mis diablillos-. Lo de sacrificar a aquellos jóvenes me llama la atención, invocar a otro alto dominio del caos sería una buena distracción para nuestro enemigos mientras nos concentrarnos en nuestros objetivos principales-. Hago sonar mi cuello lentamente-. Por eso mismo… me gustaría demasiado si alguno de ustedes me ayudara a hacer un inventario sobre los objetos que mis queridos esbirros me trajeron hace ya varias noches atrás-. Ordeno a mis diablillos a que me traigan todas las pociones que robaron.

Miré a Alexander devolviéndole la mirada. Me rasqué la barbilla, pensativo y dije;

-Bueno, supongo que siempre podemos hacer un trato con él para intercambiar las míseras vidas que podemos llegar a capturar como sacrificio, ¿No? Debemos tomar la decisión que más nos fortalezca. Si pudiéramos transformar las vidas de esos malditos niños…en energía pura, y así aumentar nuestras capacidades…realmente sería espectacular. O bien, robarles todos sus conocimientos y pensamientos, así aprender tanto como todo lo que ellos saben. Necesitamos poder, y aliados, sobre todo aliados, así que todas las opciones por ahora me parecen buenas. Vamos, Alexander, yo te ayudaré a hacer el inventario. –Dije, mientras me ponía a ayudarlo.

Samantha sabía que Eliphastus tenía razón, y realmente no estaba en contra de ello, pero ciertamente, le molestaba, y le producía rabia recordar cómo había fallado la segunda avenida del gran señor oscuro. Debían armar un plan lo suficientemente bueno, lo más pronto posible, para acabar con los enemigos del señor oscuro, y así tener una buena oportunidad de arrasar el mundo mágico, al igual que el mundo muggle, de una vez por todas. Observó llegar a Alexander, y una vez allí, lo escuchó, al igual que el plan de Eliphastus, y añadió;

Creo que tienen razón. Por ahora lo mejor es preparar nuestros planes. Belphagor y Belestus, acompañaran a los diablillos de Eliphastus durante estos días, pues necesitamos que averiguen todos los lugares por el cuál pasen nuestros enemigos, tendremos que poner muchas trampas, para así poder detenerlos. Me parece un buen plan que intentemos perseguirlos, mientras uno aparece como detractor, diciéndoles hacia donde correr, para que finalmente caigan en una trampa, donde los podamos rematar a todos. Debemos ponernos a trabajar en eso. Creo que será buena idea usar los materiales que tenemos para hacer venenos y emplearlos en las trampas, por lo que los ayudaré a hacer el inventario.

Dijo, y tras eso, empezó a ayudar a sus compañeros para terminar el inventario.

Tienen suficientes ingredientes como para fabricar tres venenos.

La CD es 27, el veneno no es mortal, pero si incapacitante.

-.ohhhhh-. dije haciendo pequeños aplausos al detectar diferentes ingredientes de un viejo veneno paralizante que me había enseñado mi amoroso y tierno abuelo, una vez ordenado, pesado y detallado dichos ingredientes comienzo con la preparación de los venenos con ayuda de mis camaradas.

Minutos después teníamos 2 frascos y sonriendo me vuelvo a dirigir a mis compañeros-. Tenemos dos frascos… quizás deberíamos probarlos con la carroña que has detectado señor Emblordemwright-. Comento mientras le digo a uno de mis diablillos que invoque a un pequeño esbirro y lo amarre en la mesa-. Pero antes quiero probar algo-. Unto la punta de mi varita en el veneno y recitando, con una voz enferma y psicopata, Gladii pluvia, apuntando hacia la criatura invocada para ver si los efectos del veneno se podían transmitir usando magia…