Partida Rol por web

Están en serios problemas jóvenes. No pienso quitarles puntos pero mañana deberán presentarse en la cabaña del profesor Hagrid. Cuando regresé los llevaré a todos a sus respectivas salas comunes y ni piensen en huir o serán expulsados del colegio en forma inmediata. - dice McGonagall bastante molesta mientras abandona la estancia cerrando la puerta tras de si.

No-no eres débil, no digas eso. Dice Hellen mientras mira con angustia a Artemis. La cena se le revolvía en el estómago al observar de cerca las heridas sangrantes del chico. Además, un ligero sentimiento de culpa le recorrió las venas. Si me hubiese quedado yo con la mochila, esto no le hubiese pasado a él. No se lo merece... Tu bisabuelo tiene razón, debes descansar. Nosotras vendremos después de clases a ver cómo sigues. Duerme bien, Artemis. Hellen se acercó un poco más al chico y le besó la frente como él había hecho ese mismo día.

Al salir, roja de la vergüenza, se dirigió a su profesora de transformaciones. Profesora, no toda la culpa es de Artemis. Yo también conocía la existencia del bicho y, si lo necesita, puedo darle mi versión de lo sucedido. Y... siento mucho haberme portado mal con usted, es que estaba preocupada. 

Allison contempló como sus compañeras mostraban afecto con Artemis, y por un instante se sintió mal consigo misma, le costaba dar ese tipo de muestras sin ponerse roja como un tomate o sin tartamudear. Lo pintan tan fácil, ojalá yo...

Dejó caer los hombros abatida sin terminar el pensamiento y antes de irse, posó su mano sobre el antebrazo del chico, asegurándose de no tocar una herida y lo estrechó con suavidad intentando transmitirle fuerza. - Pero, estamos bien Artemis, no te preocupes más, sólo fue un mal sueño... - dijo intentando apartar aquellos malos recuerdos de la aparente pesadilla que había sufrido su amigo. - Ahora tienes que descansar y recuperarte, ¿vale? - finalizó separando su mano del brazo del chico, mientras esbozaba una tímida sonrisa para intentar animarlo mientras terminaban de despedirse.

Una vez fuera de la enfermería, Allison se situó junto a la chica de Slytherin. - Hellen está en lo cierto profesora McGonagall, precisamente queríamos hablar todos nosotros con usted sobre el diablillo..  - añadió para intentar apoyar a Hellen ante la subdirectora, que aparentemente había vuelto a enfadarse muchísimo, lo que no llegó a comprender del todo es por qué querrían huir, y para qué tendrían que ir a la cabaña de Hagrid, ¿quizá como castigo?

Al salir de la enfermería se encuentran con Arcturus, Freddy, Janelle y Katherin

Hablaremos de eso mañana señoritas, justo antes de su castigo, por ahorra regresen a la enfermería y permanezcan allí hasta mi regreso y ustedes también pasen, el señor Flamel y yo no tardaremos en volver, vamos a la oficina del profesor Dumbledore por unos ingredientes que necesita para tratar a Artemis y al Director. - dice McGonagall mientras los hace pasar a la enfermería de una forma algo brusca. 

Notas un pequeño gesto en la cara de McGonagall que te indica que no está siendo totalmente sincera con ustedes, en definitiva la profesora puede mentir muy bien, pero esta vez no logró engañarte.

Sin embargo, algo te dice que es mejor no seguir poniendo a prueba tu suerte pues podría agotarse en cualquier momento.

McGonagall esconde algo, no sabes que es, pero en definitiva es importante.

La pelirroja no replicó mientras era prácticamente empujada hacia el interior de la Enfermería, bueno al final no se iban a librar del castigo, pero era evidente que al final sucedería. 

Que fastidio... Pensó, aunque de todos modos no se imaginaba que tendría planeado para mañana, tocaba esperar. En cierto modo Allison sentía curiosidad, la incertidumbre era fuerte, pero por más vueltas que le diera no sacaría nada en claro. Decidió invertir su tiempo en otra cosa, cayendo en la cuenta de los recién llegados. ¡Claro! 

- Hey, ¿vosotros también vinisteis para saber de Artemis? - preguntó con curiosidad, y luego miró a su alrededor buscando algo con lo que distraerse hasta el regreso de McGonagall. Fugazmente miraba hacia la cama dónde descansaba Artemis, para asegurarse que estaba en reposo y descansando.  Espero que se recupere pronto...

Notas un pequeño gesto en la cara de McGonagall que te indica que no está siendo totalmente sincera con ustedes, en definitiva la profesora puede mentir muy bien, pero esta vez no logró engañarte.

Sin embargo, algo te dice que es mejor no seguir poniendo a prueba tu suerte pues podría agotarse en cualquier momento.

McGonagall esconde algo, no sabes que es, pero en definitiva es importante.

El tierno beso de Hellen pareció calmar a Artemis que se quedó quieto en la cama.

Mientras veía a sus amigas y tomaba conciencia de su situación su leal Falcor voló desde la percha hasta la cabecera de la cama. Una vez allí empezó a observar a su amo mientras se acicalaba las desaliñadas plumas y extendía su cola con tab sólo dos plumas alnparecer alguien le había arrancado la tercera pero a la noble ave parecía no importarle.

Tras ver a Falcor dirijo mi atención a mis amigas y les digo.

Les juro que voy a protegerlas sin importar el costo. - digo con un brillo de determinación en mis ojos

Estábamos bueno, nos habían pillado y nos iban a castigar. Era el precio por desobedecer las órdenes, pero al menos había valido la pena por lo que habíamos descubierto. Bajé la cabeza ante el sermón de la profesora y esperé a que se fuera para poder hablar con mis compañeros. Cuando se fue, me acordé de la sugerencia hecha por la Dama Gris, pero era demasiado tarde para recurrir a ella.

- Sí, queríamos saber si la mochila que habían encontrado era de Artemis y terminamos aquí, pero nos han cazado también - respondí a Allison - ¿cómo está Artemis? ¿Qué le ha pasado?

Ese gesto... ¡Ese gesto es el mismo que hace mamá cuando miente! ¡La vieja esconde algo! Hellen, por Merlín, se más respetuosa con tu profesora. Aunque sea vieja... La joven empezó a pensar mientras se alejaba un poco de sus compañeros. Habían pasado tantas cosas el día de hoy y no quería sumar la expulsión a la lista, por muchas ganas que tuviese de seguir a la animago. También seguía en pie el plan de buscar el diario de Salazar Slytherin, lo que hubiese hecho hoy de no ser por la enfermedad de Artemis. Llegan a ser Allison o Mérida las que estaban postradas en cama y de seguro no hubiese ido a la enfermería después de la cena. Mi paciencia será recompensada...

Definitivamente no había sido una buena noche. Seguramente iba a estar castigado una buena temporada. Además que no había dormido demasiada y mañana tenía que ir a recuperación de adivinación y a la caseta de Hagrid. Menuda le esperaba.

Pero bueno, como parte positiva había encontrado a Artemis. Y lo más importante: McGonagall no había visto su burda imitación. Aquello si que hubiera sido desastroso. Sin embargo a veces la suerte le sonríe a uno.

Así pues con una tonta sonrisa se dirigió a los demás:

-Nosotros también salimos en busqueda de Artemis. Tenéis alguna pista de lo que le pasó? Nostros llegamos por pura...ummm... casualidad, si casualidad.

Se rascó la barbilla.

-Aunque sin duda aquí hay más miga que en la barba de Merlín.

La verdad es que sabiendo que Artemis estaba bien ya le valía, solo esperaba que se recuperará lo antes posible.

Notas un pequeño gesto en la cara de McGonagall que te indica que no está siendo totalmente sincera con ustedes, en definitiva la profesora puede mentir muy bien, pero esta vez no logró engañarte.

Sin embargo, algo te dice que es mejor no seguir poniendo a prueba tu suerte pues podría agotarse en cualquier momento.

McGonagall esconde algo, no sabes que es, pero en definitiva es importante.

Casi después de una hora de espera McGonagall regresa con Nicolas Flamel quien de inmediato se pone a trabajar en algo.

Luego acompañan a cada uno de ustedes a sus respectivas salas comunes para asegurarse que ninguno tome algún desvío no autorizado.
 

Allison se encogió de hombros ante la pregunta de Janelle y mm... ¿Arcturus se llamaba? Estaba casi segura, pero en ese momento no supo si era conveniente asegurarse. Y se apresuró en responder. - Ahora parece estar recuperándose por los cuidados de su bisabuelo y madame Pomfrey, pero... - hizo una pausa acordándose de las palabras de su amigo, y palideció un tanto, no se imaginaba que podía ser pero no era nada bueno. - No lo sabemos, no ha podido decirnos que pasó exactamente. - atinó a informar antes de que McGonagall los llevase a sus respectivas salas comunes.

Arcturus se encogió de hombros ante los comentarios de la chica. La verdad es que sospechaba que McGonagall les ocultaba algo. Y algo importante. Quizás el era un niño, pero ella no mentía tan bien como creía.

-Bueno, mientras Artemis pueda recuperarse todo esta bien. Eso sí, yo de vosotros vigilaría. No nos han dicho muchas cosas. Acabando la frase soltó un sonoro bostezo. -Con vuestro permiso, un servidor tiene recuperación de astrología mañana y algo me da que no va a ir muy bien. Sonrió encantadoramente. -Buenas noches aguiluchas.

Con todo esto fue a dormir, esperando a Freddy (al fin y al cabo había sido su fiel compañero) esperando que el día de mañana fuera tan bien como el anterior y que la noche fuera mucho mejor. Aunque bueno, tenía recuperación y castigo. Solo nubes negras sobre el horizonte.

Katherin toco la puerta de la habitación despacio para luego entrar teniendo cuidado con las palmas en sus manos. Se acerco a la enfermera con carita de perro regañado y le dijó:

-Disculpe Madam Pomfrey, me he lastimado las manos durante el castigo fisico de la Profesora McGonagar ¿Puede curarme por favor?

La pequeña dijó esto del modo mas educado posible, sin intentar sonar que estaba sufriendo mucho o para que la enfermera se compadeciera de ella, esa era la Katherin de antes. Ella queria cambiar y ser mas buena, quizas así Fred podria quererla un poco mas en vez de mirarla con desprecio.

Al llegar a la enfermería, Hellen empezó a correr hacia el encuentro de Artemis. A medio camino tuvo que disminuir el paso al notar la mirada desaprobatoria de Madame Pomfrey sobre ella. Ya junto a la cama de su amigo, la chica de Slytherin lo observó detenidamente esperando no encontrar ningún efecto secundario de los que había oído hablar. Solo con pensar en aquel ungüento de la sangre de unicornio le entraban ganas de vomitar.

Buenos dias, Artemis. ¿Cómo has dormido? ¿Te encuentras mejor?