Partida Rol por web

Ambas logran salir del castillo sin complicaciones y llegan a los jardines en donde el profesor Firenze os espera.

El centauro lleva consigo una aljaba de flechas y un arco largo, pues sabía que estaba por jugarse la vida en esta empresa, dado que él era un proscrito entre los suyos.

Tras dar esquinazo a Filch la pelirroja consigue salir fuera, permitiéndose dar un hondo suspiro de alivio mientras siente el frío aire nocturno en las mejillas. Se ajustó bien la coleta y se cercioró de llevar bien cerrada la sudadera, nada más mirar a su alrededor pudo ver la silueta del profesor Firenze y no muy lejos estaba Hellen.

Allison no perdió tiempo y se apresuró en acercarse hasta ambos. - Profesor, siento la espera. - le saludó y seguidamente miró a Hellen esbozando una corta sonrisa. - Bueno, ya estamos todos. - añadió mientras echaba otro vistazo rápido a su alrededor, no sabía muy bien por qué pero temía ver al señor Filch aparecer de la nada para darles un susto de muerte.

Muy bien síganme y no se aparten de mi, la manada está consciente de mi presencia, pero no están nada conformes con la misma.

Si se apartan de mi lado, entonces estarán por su cuenta ante la manada, lo cual es muy peligroso.

No venía tan animada como Allison, más bien al contrario, y la perspectiva de entrar al Bosque Prohibido de noche era lo que menos me preocupaba. El quid de todo era el centauro, bueno no, únicamente el profesor Firenze, a quién se la tenía jurada desde que estuvo a punto de patearme, por lo que tener que caminar junto a él y confiar en nos protegiera del resto de centauros o criaturas del bosque, era algo difícil de digerir.

- Yo tampoco estoy contenta por tener que depender de usted, pero ella tiene prioridad.

Le replico con total descaro dejando claras mis lealtades. Por otro lado, si los centauros en verdad guardaban la varita de Helga, entonces tampoco podían objetar nada a la hora de devolverla, o más bien más le valía no hacerlo.

Allison obedeció las indicaciones del profesor y se apresuró en un par de zancadas a alcanzar al centauro. Caminó en silencio mientras observaba sus alrededores, como iban dejando el Castillo atrás y se iban acercando más y más al Bosque Prohibido. El día había llegado y estaba algo nerviosa. Además de que se sentía mal de no haberle dicho nada a Mérida, al menos no tenía que haberle mentido a la cara ni nada parecido. Esperaba de corazón que todo saliera bien... Ya bastante tenía al saber en el peligro que estaba poniendo a Hellen y al profesor Firenze.

Helga cuida de nosotros por favor. Que salgamos sanos y salvos de esta aventura.

La voz de Hellen la sacó de sus pensamientos, le apenaba ver que se llevasen tan mal pero no tenía los medios para solucionar sus diferencias, quizás tras aquella noche las cosas cambiasen a mejor. O eso quería pensar. 

- Espero que todo salga bien, profesor. Puede echarme la culpa ante ellos por haberle arrastrado hasta aquí. Les haremos ver que no queremos traer ningún mal a sus tierras. - dijo en un intento de elevar los ánimos, aunque sabía que aquello era harto difícil, siempre quería ver el lado positivo de las cosas. Por complicado que fuese. Con empeño y cabezonería lo lograrían, estaba segura.

Al despertar se encuentran en la glorieta de los jardines atrapados por un círculo rúnico, mientras un imponente ser se erguía ante ustedes, un demonio hecho de sombras.

Bien antes de que la noche llegue a su fin dos diablesas habrán nacido y una nefilim habrá muerto, a menos que descubran como borrar mi marca. - dice el demonio bastante excitado por la idea de ver incrementado su poder.

Las veré al amanecer mis diablesas. - añade el ser antes de desaparecer.

"¿Que?" digo abriendomeun poco mi camisa y viendo la extraña marca

"Se supone que...no debería de poder marcarnos así como así ¿No es cierto, Hellen?"
"Somos un Griffindor, una Ravenclaw, una Slytherin... y escoria Hufflepuff. Uno de cada casa"

Nuevamente habían pasado de la sartén al fuego, otra vez los demonios querían destruirlos y otra vez estaban prisioneros. Ahora con una maldición y una cuenta de tiempo. Cuando se fue el demonio Kat suspiró con frustración.

—Uff, sin duda conoce al profesor Bane.—Ay Tío, de aquí sacaste tus métodos dementes de entrenamiento— Pensó

Rápidamente fue con sus amigas y se puso a revisar las marcas malditas en sus pechos.

—Denme un momento, voy a ver que son estas marcas.

"Demonios" pensó Freddy mientras buscaba algo a su alrededor que pudiera serles de utilidad. Sabía que la marca debía poderse borrar de alguna forma, pero no era un experto en el tema... "¡Rayos! ¡Ni siquiera soy un neófito en el maldito tema!" pensaba mientras veía como, una vez más, el demonio estaba un paso por delante.

-¿Qué se os ocurre?-pregunto el joven Townsend mientras preparaba su varita y meditaba que podían hacer, quizá algún hechizo pudiera sacarlos de allí y borrar las marcas.

Por mi parte, tambien trato de recordar -algo-. De rebuscar entre lo que se y lo que no se ¿Que me revela esta marca, y como protegerme... o anularla?

Y de nuevo me veía envuelta en esas absurdas batallas con demonios, cuando iban a comprender que yo no quería tener nada que ver en eso.

Mire la marca que tenía en el pecho y a los demás que se hallaban conmigo y pregunte:

-¿Por qué he tenido que llevarme yo el regalito de ese maldito demonio….?- después escuche a Jackie-tranquila, para él somos todos iguales…carne humana a la que poder dominar-

Katherin se acerca a Jackie y a mí intentando inspeccionar mi marca:

-cuidado, Darling…no querrás mirar más allá de lo necesario-bromee, lo hacía para molestar a la Ravenclaw y para quitarle hierro al asunto.

Es una marca de posesión existen tres formas de deshacerse de ellas:

1.- Destruir al demonio que las puso

2.- Purificar el espíritu del marcado - Un ritual que requiere de doce horas y varios litros de agua bendita, que no tienen.

3.- Un círculo de contención, grabado con una estela consagrada y luego quemar la marca con un bastón de plata al rojo vivo. (Esto es lo que les toca hacer)

El problema es que la corrupción de la marca va a avanzar lentamente hasta adueñarse de su voluntad y convertirlas en demonios con todo lo que ello implica.

Bane tiene una estela consagrada en su despacho. ¿Llegarán a tiempo?

De pronto el círculo rúnico que los detenía desaparece y los arbustos a su alrededor empiezan a crecer hasta formar un enorme laberinto el cual amenaza con tenerlos atrapados durante toda la noche.

La oscuridad en el laberinto era casi total y cualquier cosa podría estar acechando en sus pasadizos, más que dispuesta a devorarlos o simplemente mantenerlas incapacitadas hasta el amanecer que la oscura magia de la marca se expandiera por todo su ser transformándolas en algo muy distinto a lo que eram y si la transformación se completaba, pues Freddy sería su primera cena.

"Gentes, necesitamos hacer un ritual, un círculo de contención y Un círculo de contención, grabado con una estela consagrada"
"Una de dos, o vamos al despacho del profesor D. Magnus Bane, y tomamos prestada una de sus estelas... eso, o algún otro Nephilim se saca una estela de donde sea, y la consagra aqui mismo"

"Pero como no se si..." entonces veo a Freddy.
El estúpido y sensual Freddy. Con ese cabello tan intenso, tan denso y con ese rizo en la frente, que parece lo mejor de los héroes de la antigüedad y de los héroes de nuestro siglo.

El cuello, los hombros... ¡Y hasta la misma careta! parezco enrojecer de pasión

"Esto... ¿Me ayudarías, Freddy? No quiero ser una esclava. Al menos no del demonio que me ha hecho esto" digo abriendo bastante la camisa.
Mientras tanto, una parte mia, la parte más lógica y racional, ha sido encadenada y encerrada por una bestia de las hormonas, y grita "¡No Jackie! ¡No! ¡¡¡No sucumbas a la adolescencia!!!"

Freddy bufó. No le gustaba nada lo que estaba sucediendo, pero debían salir de allí lo antes posible e iban a perder mucho tiempo si las chicas perdían el control.

-Debéis luchar contra la marca-dijo a su compañeras-. Yo solo no puedo atravesar el laberinto...

Desde el ataque de la súcubo el romance estaba lejos de su intención y, aunque Jackie le parecía interesante, no le gustaba para nada esa situación.

"Quizá deberían empezar con arrojar un poco de luz", pensó mientras sacaba la varita.

-Lumus solem- pronunció sin dudar, esperaba que la luz se hiciera.

"Y alguien que nos saque de aquí"

-Expecto patronus- siguió mientras ordenaba a su zorro que les guiara fuera del laberinto.

Acercanfome y tocandole el.pecjo a Freddy sigo de forma sugerente un "Hummm... ¿Y me ayudarias tu?"

Entonces dacudo la cabeza, tratando de intentar mantenerme con sentido comun pese a lo... Evidente de mi situación

"A ver ¿Y como luchamos? ¡No quiero volverme una victima de mis hormonas!"

Viendo que aquella marca maldita tenía una solución Kat sonrió, no era fácil pero era una solución.

—Tenemos suerte, sólo necesitamos una estela de Consagración y un cetro de plata.

De pronto el círculo de contención se esfumó y todo se hizo un caos, un imponente laberinto oscuro se alzó y amenazó con aislarlos de la salvación. Kat se mantuvo calmada*, no lograría nada con ceder ante el miedo.

Cruzó los brazos meditativa, tenía que hacer algo paliativo para contener la infección demoníaca o sino Freddy podría ser devorado, literal y figurativamente. De pronto se le prendió el foco.

—Tengo una idea.

De su bolsita de mano sacó su Estela de Raziel y fue con sus amigas afectadas, dibujó un círculo alrededor de la marca maldita y grabó las runas "Poder Sagrado", "Resistencia" y "Restricción" alrededor esperando que esto retrasará la maldición.

Definitivamente la cosa no podía acabar peor si no que el círculo que llevaba en el pecho desapareció y un enorme laburito apareció ante nuestros ojos, estaba claro que no era un buen primer día por lo que en un primer momento saque mi varita por si acaso era necesario defenderse.

-lumos-

Una gran mecha salió de mi varita y me dejo ver lo que tenía delante, a Jackelin intentando ligar con Freddy, puse cara de asco y pregunte:

-¿creéis que ahora es el momento para esto?-

Lo mejor era que Katherin intentaba aislarlas metiéndolas en unas runas mágicas, por lo menos estaba haciendo algo al contrario que Freddy que procuro que brevemente se hiciera la luz y dejo que su patronus nos guiara por el recóndito laberinto.

-¿podemos movernos, por favor?-pregunto ansiosa.

El pequeño zorro plateado no tardo en cumplir las órdenes de Greddy guiándolos por el laberinto, sin embargo, vuestro avance era lento, porque Jackie estaba muy pegada a Freddy, lo que hacía que el joven Gryffindor avanzara casi a la mitad de su velocidad.

Para empeorar las cosas una feroz esfinge apareció ante ustedes y al verlos los acorraló.

Si quieren pasar resuelvan mi acertijo, si fallan los mataré.

¿Qué es aquello que todos dan por sentado hasta que se les ha agotado? - siseo la criatura mientras os observaba con malicia.