Partida Rol por web

"Oh, de nada, ¡eh!" Pensé. 

- Un placer.- Dije sin más. - ¿Hay alguien más por aquí señora Scofield? ¿Alguien preso que necesite nuestra ayuda? ¿Y su varita, se la han quitado?

Quise saber. No nos quedaba mucho tiempo por eso quería que me respondiera rápidamente. Y si tuviese su varita quizás nos serviría de gran ayuda, aunque no iba a arriesgar mi vida para recuperarla. Ya se compraría otra. 

Dejando un poco el lado de Vilma con adrenalina detrás, me pareció tierna la imagen de mi suegra la señora Scolfield con Max. Pero no quise ponerme a llorar y montar una escena, así que me erguí y miré hacia atrás, por donde habíamos venido por si había alguien. Luego inspeccioné un poco esa zona por si habían más secuestrados. 

Anwen masculló un improperio al ver que no le acertaba a su objetivo. Y al ser la explosión detrás ni siquiera había podido afectar a los otros que era la idea. Al superarles en número necesitaba hechizos que los afectaran a todos y no matarlos uno por uno.

La respuesta de sus enemigos le hizo entender que estaba en un error al apuntar al de la pistola. Una bala no tenía porque matarla si le daba...un Avada sí. No esperaba que utilizaran imperdonables. Con un Protego in extremis consiguió repeler el disparo y el hechizo. Contraatacó y esta vez no pensaba dejar que hubiera respuesta alguna.-Atacarnos todos vosotros desde el mismo frente ha sido un grave error.

-¡Bombarda Máxima!

No puede hacer nada para defenderse del desmaius. El golpe la ha dejado bastante atontada y a penas le da tiempo a echarse a un lado, con tan mala suerte que el hechizo le da de pleno.

- No.- negó varias veces- Estoy sola aquí. Mi varita... no sé dónde está.

Vilma recorrió con la mirada el lugar. No había nadie más por allí. La señora Scofield había pasado todo el tiempo de secuestro en soledad bajo aquel sótano.

La bombarda de Anwen fue tan potente que reventó la mitad de la casa, literalemente. Ya no había enemigo que valiera, pero desde luego ahora tenían ciertos problemas:

El primero era que lo que quedaba de la casa estaba a punto de derrumbarse, por lo que debían salir lo antes posible de allí.

El segundo que ya no había infiltración. Aquel ruido debía de haber alertado a todo el Oceans. Por suerte, ellos no estaban en ese edificio y contarían con la ventaja de salir corriendo antes de ser alcanzados.

El tercero era que Tabatha y Lucas estaban inconscientes en el suelo.

Amy:- ¡Tenemos que irnos cuanto antes!

Estaban en medio de aquel encuentro acompañado de huida cuando, a lo lejos...

La casa que había en los terrenos, que era donde vivía Tower, estalló en mil pedazo con un fuerte estruendo. Desde luego aquello había alertado sin duda al Oceans. ¡Debían darse prisa!

Miré a Eileen y sonreí aliviada. ¡Estaba bien! No sabía cómo me alegraba. Habiendo visto lo que nos habíamos encontrado nosotros temía lo que pudiese encontrarse el resto. Acepté su abrazo cómo pude, pues Tower pesaba bastante.

"Pero te pondrán a dieta en Azkaban, cabrón."

- Juro solemnemente que no voy a volver a tocar una escoba en mi vida. - le dije a mi amiga con absoluta seriedad. Había sido una medida desesperada y sólo la suerte había evitado que me abriese la cabeza.

Cuándo llegó Kegan le negué lo que me pedía. O bueno, lo primero.

- No. - no iba a dejarle cargar con Tower, ni mucho menos. No sólo por lo que me intentó hacer aquél día, si no porque mi desconfianza en todo el mundo era una realidad. Si no lo había dejado inconsciente para los aurores en el ático al cuál no podía acceder nadie sin la llave, no se lo iba a dejar a Kegan. No me fiaba de nadie, y por supuesto empezaba por Tower. Hasta que no le viese esposado y en un celda, no iba a separarme de él. - Lo llevaré yo. La escoba no sé por dónde ha caído. - le dije señalando unos metros por delante de mí, dónde calculaba que estaría el trozo de madera si no se había roto.

Fue en ese momento cuándo la casa de los jardines explotó y miré hacia allí sorprendida. ¿Quién había allí? No era Bella, lo que me tranquilizaba, pero fuera quién fuese estaría en peligro. La mierda era que ahora estábamos todos en peligro y ni siquiera podíamos ir a ayudar. fruncí el ceño mientras apretaba los labios en frustración.

Me deshice de un par de nudos, suficientes para poder separar el cuerpo inconsciente de Tower del mío, y después me aseguré de que sus manos quedaban bien atadas, igual que sus pies. Podía perder un par de minutos, pero estábamos lo suficientemente alejados cómo para poder permitírmelo. Después apunté a Tower con la varita.

- Mobilicorpus. - dije viendo el cuerpo de Tower elevarse. Miré entonces al resto antes de ponerme en marcha, buscando también a Sean y el ministro en el cielo. 

No discutió con Emily y le dejó el trabajo a ella, entonces, algo llamó mucho su atención y la de todos, se trataba de la explosión. Quienes fuesen los que habían ido allí se estaban metiendo en problemas… esperaba que al menos pudiesen salir vivos de allí todos.

Ya solo les quedaba salir de allí a sí que varita en mano, se quedó cubriendo a Emily y a Eileen, por si otro contratiempo surgía… que visto lo visto, ya podría pasar cualquier cosa.

La explosión fue tan brutal que Anwen cayó hacia atrás de donde estaba debido a la honda expansiva. Pero el plan de acción había salido a la perfección y la chica se permitió una media sonrisa triunfal. Pero esa forma de librarse de los enemigos había provocado otros problemas, como un edificio que estaba a punto de derrumbarse sobre sus cabezas.

Anwen necesito medio segundo para valorar la situación. Seguramente si no estuviera Greenbell delante hubiera abandonado a Lucas y Tabatha en pos de su propia seguridad. Además al fin y al cabo ya había cumplido con sus objetivos. Pero quizá el pequeño gesto le diera beneficios más adelante. Se dirigió a los desmayados y les dirigió sendos hechizos de recuperación...además de darle una hostia a cada uno en la cara.-Vamos maldita sea, que esto se nos viene encima.

Sin esperar más respuesta se dirigió al balcón para descolgarse y salir de allí lo más rápido posible.

Sonreí contento al ver que mi madre quedaba al fin libre. La abracé con fuerza en ademán protector, intentando calmarla. Por mucho que hubiera estado enfadado con ella... seguía siendo mi madre y eso era un vínculo demasiado fuerte. A pesar de que siempre apoyaba a mi padre en todo muchas veces había intercedido por mi, librándome de problemas en casa.

-Venga mamá, tranquila. Ya estás a salvo y ahora nos iremos de aquí para siempre.

Miré a Vilma sin dejar de sonreír. De no ser por ella y su intuición quizás nunca la habría podido rescatar.

-Venga... vámonos. -dije con decisión. Teníamos que recorrer el camino de vuelta si queríamos salir de allí cuanto antes. Quizás Bella podría indicarnos una forma de escaparnos sin peligro. 

- Sí, vamos a un lugar seguro.- Dije sonriendo a la mujer y especialmente a Max. - Por aquí no hay nada de interés.- 

Me pongo esta vez detrás de ellos. Max ya sabía el camino y yo dudaba que me perdiera... Vamos, tan solo era seguir los pasos de cuando habíamos venido pero... ¿Cuales eran esos pasos? Definitivamente, lo mejor era que me quedara detrás de Max y así lo hice, intentando no distraerme con nada...

- Os sigo eh... 

Max se había memorizado el camino a la perfección, pudiendo deshacer el camino andado hasta con los ojos cerrados. La señora Scofield se apoyaba en su hijo. Estaba débil y necesitaba una buena alimentación y descanso.

Señora Scofield:- Tú novia es muy agradable.

Le dijo entonces, mientras caminaban. Quería agradar a su hijo y lo cierto es que Vilma le parecía una chica perfecta para su hijo. Apenas la conocía pero... ¿no le había acompañado incluso a una misión suicida? Justo llegaron a la despensa, con la puerta aún cerrada, cuando se escuchó una enorme explosión. No parecía del interior del Oceans, pero sin duda acababa de alertar a todo el orfanato.

La puerta se abrió entonces, apareciendo Bella.

Bella:- ¡Algo ha pasado! ¡Todo el mundo sale a los terrenos! ¡Debemos unirnos y largarnos antes de que nos pillen!

No sabía si era por la vergüenza e ilusión que me hizo que la señora Scofield me dijera eso pero el caso es que se me olvidó dónde estábamos. Se me olvidó que era una misión de vida o muerte. Solo me imaginaba a Max, la Señora Scofield y yo en una barquita, comiendo dulces y remando por un lago con música agradable para los oídos. Y algo cursi también. Intenté prestar atención a Bella cuando hablaba y entendí lo que decía, pero la sonrisa no se me borró de la cara. Así que me limité a obedecer atontada y salí de ahí apresuradamente intentando que me siguieran para poner a salvo a madre e hijo y que se cumplieran mis sueños. Pero la cara de felicidad y la tontuna que llevaba encima nadie me la quitaba. De hecho, incluso me sorprendí a mi misma dando brinquitos al correr... Cosa que intenté parar. 

De pronto, despierta. Anwen los ha despertado a ella y a Lucas y, además, lo acompaña con una hostia... cuando, obviamente, no es necesario. Se frota la mejilla y se levanta. Comprueba que su varita está con ella. Se dirige al balcón, siguiendo a Anwen y a la directora, pero espera a que Lucas también los siga.

-¡Vamos Lucas!

La casa no va a aguantar mucho más. Se deben de haber enterado hasta en Inglaterra. 

Algo atontado, Lucas se levantó, segundos antes de que se le viniera encima la parte del techo. Desde luego Anwen les acababa de salvar la vida. 

La primera en saltar fue la directora, que lo hizo de manera algo torpe debido a su debilidad, pero logró llegar al suelo sin muchos rasguños. El siguiente fue Lucas, con el fin de coger a Tabatha una vez ella saltara. La Hufflepuff le siguió, saltando bastante distancia y cayendo en los brazos de su novio. Y finalmente fue Anwen con un salto perfecto, justo cuando la casa terminaba de venirse abajo*.

Desde lo lejos, los otros dos grupos que ya habían salido huían a toda velocidad por los terrenos hacia la zona de escape, a poca distancia ya de allí, oculta en el pequeño bosque de aquella zona. Pudieron ver a cuatro personas corriendo también, a lo lejos, pero no podían distinguir de quién se trataba. 

Finalmente, el grupo de Emily y de Kegan llegaron a la zona acordada, donde ya estaba esperando un grupo de lo más numeroso de aurores. Cogieron al ministro que les comunicó que estaba bien y empezaron a preguntar al resto. Viendo a Tower inconsciente, el jefe de aurores se acercó hasta allí, al igual que Jane Porcher.

Jefe aurores:- Quedan aún dos grupos, ¿no? Buen trabajo con Tower.

Jane Porcher:- Yo no he sido.- le estrechó la mano, pero dirigió su mirada a Emily, al igual que el jefe de aurores.- Ella y Pullap. Deberíais reconsiderar ciertas cosas, me parece.- le dijo, antes de dedicarle una leve sonrisa y apartar la mano.

Zoey, exhausta, permaneció al lado de Eileen. Bella no había vuelto y desde luego con aquel revuelo formado lo tendrían muy difícil.

Unos minutos más tarde llegó la avanzadilla de Anwen Rhys, con ella en cabeza y Greenbell. Enseguida comenzaron a inspeccionarla un grupo de medimagos, al igual que a Lucas y a Tabatha que tenían un aspecto algo pálido. Anwen, aparte de la suciedad - que incluso le favorecía- no parecía estar en mal estado. 

Líder aurores grupo 1:- ¡Mi grupo, el dos y el tres! ¡Conmigo! ¡Es el momento de atacar! ¡Cuidado con los chavales inocentes!

Y comenzaron a correr hacia el Oceans. Ahí empezaría una batalla peligrosa contra los seguidores de Tower, aún inconsciente y maniatado pero tirado en el suelo, al lado de Jane Porcher, el jefe de aurores y muy cerca de Emily y Sean. ¡La misión de los que estaban ahí acababa de finalizar con éxito! ¡Podrían volver a casa! ¡Habían cumplido su misión y había traído la paz al mundo mágico!

Si bien, no estaban todos. ¿Qué había pasado con el grupo de Vilma, Bella y Max?

- Más te vale.

Aquel había sido el comentario que le había dejado caer a Emily antes de que una explosión retumbara en su cabeza, haciendo que cerrara los ojos por instinto. Cuando los abrió, vio uno de los edificios en llamas.

- Joder - masculló con preocupación.

¿Y realmente no podían ir? Aquello no era una buena señal, aquello era obvio, y aunque Eileen no estuviera demasiado predispuesta en jugarse el culo por nadie, allí podía estar Bella y por ella lo haría sin dudarlo. Antes de que tomara la decisión, vio saltar a unos cuantos de sus compañeros y, en cuanto estuvieron lo bastante cerca, se dio cuenta de quienes eran. Bella no estaba entre ellos.

No tuvo tiempo de decir nada al respecto cuando llegó el regimiento de aurores y empezaron a felicitarse de lo bien que estaba saliendo todo, claro que a ella eso le importaba poco porque Bella no estaba ahí.

- ¿No podemos volver a por Bella? - la pregunta iba dirigida a Emily porque la opinión de los otros le importaba más bien poco. Claro que antes de eso tenía algo que hacer. Se acercó a Anwen, rebuscó en su bandolera y sacó a un hámster que puso en su mano -. Toma, tu padre.

Finalmente, llegaron a la zona acordada y allí los esperaban ya un grupo de aurores. Suspiró relajado al ver que ya habían completado la misión y entonces uno de los edificios explotó en llamas. Toda su atención fue a ese edificio y deseó poder ir a ayudar… ya habían acabado y obviamente ya había acabado también el tiempo de pasar desapercibido.

No dejaba de pensar en ello y entonces llegó otro grupo. Ya solo quedaba uno, el de su mejor amigo, Vilma y Bella y cuando uno de los aurores dijo que era el momento para atacar, miró a su madre.

- Estoy en perfectas condiciones, quiero unirme a la batalla, una varita más puede marcar la diferencia - aunque en el fondo lo que quería era ayudar a Max, esperaba ser capaz de convencer a su madre para que intermediara por él para poder ir.

Me sonrojé ligeramente cuando mi madre mencionó que Vilma era mi novia. La verdad es que había sido de lo más competente en el laberinto que había en el aquel sótano y a mayores también había sido muy valiente.

-No es mi novia. Vilma ya tiene novio mamá. -aún recordaba lo loco que se había puesto en navidad por los celos. 

Seguimos caminando de vuelta a la despensa y allí nos sorprendió aquella enorme explosión antes de que Bella nos informase. 

¿Quién se habrá metido en líos? Espero que estén bien.

-Manteneos juntos. Tenemos que salir de aquí entre el barullo de gente.

"Manteneos juntos". Habría sido una buena idea si todos lo hubieran llevado a cabo. Pero Vilma estaba en su mundo y se había alejado bastante de ellos, con sus pequeños saltitos y su sonrisa soñadora.

Todo el colegio había salido a los terrenos, varita en mano. Bella, Max y la señora Scofield estaban logrando mezclarse entre la gente, alejándose cada vez más del colegio y acercándose a las puertas exteriores. Debían llegar al punto de escape, a las afueras entre un pequeño bosque. 

Bella mantuvo la cabeza agachada. ¿Dónde estaría Eileen? ¿Y Emily? ¿Habrían logrado salir de ahí? Apretaba la varita con mucha fuerza. Justo llegaron a las puertas exteriores cuando se encontraron con un grupo muy numeroso de aurores británicos. 

Aurores:- ¡Llegad al punto de escape! Allí están el resto. ¡Buen trabajo!- les dijo uno de ellos antes de comenzar a correr hacia el Oceans. La batalla estaba a punto de comenzar.

Pero... ¿dónde estaba Vilma?

Vilma iba tan feliz... ¡tan en su mundo! Que ni siquiera se había percatado de su separación del grupo. ¡Y para colmo estaba sola entre toda aquella multitud! Multitud que descubrió.

???.- ¡Eh! ¡Esa quién es!

????:- ¡Será de las culpables! ¡Atrapadla!

De la zona de las puertas exteriores apareció un rayo rojo que pasó cerca de Vilma, acertando en uno de los Oceans que blandía la varita hacia ella. 

Auror británico:- ¡CORRE MUCHACHA! ¡CORRE HACIA AQUÍ!