Partida Rol por web

Cuando los alumnos llegan al aula del profesor Nash se puede sentir la expectación en el ambiente. Ya todos han oído hablar de este profesor que ha decidido que sus clases estarán centradas en la utilidad más que en la ortodoxia. Muchos empiezan a preguntarse cuál será la siguiente ocurrencia del recién llegado.

A la entrada les espera una sorpresa digna de sus preguntas, pues ninguno de los pupitres está presente y una única mesa les recibe en una de las paredes de la sala, junto a unos casos similares a los de los pilotos de aviación y lo que parece equipo para patinar. Rodilleras y coderas de varios tamaños descansan sobre su superficie cubierta del mismo acolchado que el resto de la estancia.

Buenos días – saludo, acompañado del eco que la ausencia de muebles provoca –. Esta será su sala de entrenamiento por hoy. Tendrán que aprender a defenderse en una situación que no sea perfecta, ya que por desgracia los seres oscuros no acostumbran a jugar limpio.

Señalo con un gesto la mesa en la que está el equipo.

Esos cascos les privarán de forma aleatoria de la visión, al menos en el espacio que ocupe la visera, y de la capacidad de oír – explico –. Por esta vez será solo de uno de los dos. En futuras ocasiones puede que sea de ambos. Tendrán que confiar en su buen oído cuando no puedan ver y su capacidad de intuir los hechizos de su oponente cuando solo puedan depender de su sentido de la vista para el combate. Por supuesto, los cascos protegerán vuestra cabeza y el resto del equipo evitará lesiones.

Todos se quedan mirando, sorprendidos por el planteamiento.

¿Voluntarios? – pregunto divertido por su estupor.

Eso que una profesora te tuviera ojeriza hacía que exagerara todo lo referente a uno.

-esta Oaktree debería añadir un toque de estragón o hierba de St John a sus infusiones a ver si se le calman un poco los ánimos – gruño el Hufflepuff según recorrían los pasillos del castillo en dirección a la clase del profesor Nash

Era cierto que el paseo desde los invernaderos, donde se impartían las clases de Herbología, hasta el aula de DCAO era largo pero nada que piernas jóvenes como las suyas no pudieran solventar con una buena carrera.

Lo extraño fue que, a pesar de no ser los últimos en llegar a la clase, al cruzar la puerta todos sus compañeros estaban esperando de pie. Alexander como buen curioso se hizo un hueco para ver que ocurría, acabando en primera fila para observar el vació del lugar. «¿pero que?...» Fue lo único que su mente pudo articular cuando el profesor comenzó con la explicación.

-yo mismo profesor – dijo con expresión decidida en el rostro

Sin esperar invitación se dirigió a la mesa donde descansaban las protecciones y se armo con ellas, dejando el casco bajo el brazo cuando se volvió a ver al profesor a la esperar de su oponente.

Noelle contuvo una carcajada debido a la ojeriza que parecía haber entre Xand y la profesora de Herbología, mientras corría con entusiasmo para ver cuál sería las actividades que le pondría el profesor Nash ese día. Hizo un pequeño gesto de celebración al ver que sería una actividad práctica, mirando con expectativa a la mesa y los objetos sobre ella.

Antes de ofrecerse como voluntaria, su compañero de clases se adelantó, caminando directamente hacia la mesa. Noelle hizo un mohín, seguramente el profesor escogería a otro voluntario de la otra casa. De todas formas levantó la mano de forma vehemente, viendo si tenía la suerte de ser escogida.

Me sorprende que en una actividad como esta, en la que se pide ingenio y una mente rápida no obtenga voluntarios de mi antigua casa.

Supongo que mucho a cambiado en Ravenclaw desde que me fui.

Señalo con un gesto a la segunda voluntaria de la misma casa para que salga a por su equipo.

Por cierto, el ganador obtendrá veinte puntos y el perdedor diez para su casa.

Un par de alumnos de Ravenclaw se miraron en cuanto el profesor Nash dijo lo de los puntos de la casa y levantaron la mano.

— Nosotros profesor. —

Eran unos hermanos mellizos, conocidos porque siempre hacían todo juntos...

No oculto su satisfacción al ver que fue Elle quien salió a continuación como voluntaria y justo cuando le tendía las protecciones, justo cuando los mellizos alzaban la mano al unísono.

-como no...cuando hay puntos en juego y todo es buena voluntad – compartí en confidencia con Elle y entonces se le ocurrió algo

Una vez que la Hufflepuff estuvo lista con su equipo se la llevo a un lado, dejando sitio a los mellizos de Ravenclaw para que se preparasen, y le susurró una palabras al oído.

-no hay nada imprevisible en un duelo...frente a frente, saludo, pasos y conjurar...busca lo imprevisible y vencerás – sus palabras volaban de sus labios al oído de la contraria, cerciorándose que no las escucharan ninguno de los presentes – cuando comience el ejercicio lanzaremos nuestros hechizos sobre ellos...Ravenclaw o no, dudo que lo vean venir ¿si?

Sus miradas se cruzaron divertidas y ambos asintieron, al final tomaron posiciones listos para el enfrenteamiento. A un lado del profesor Nash Hufflepuff frente a Hufflepuff y al otro lado Ravenclaw frente Ravenclaw.

-Listos profesor Nash - dijo en confianza el joven dispuesto a ponerse el casco y tomar su varita en cuanto el profesor diera sus ultimas instrucciones, si es que estas llegaban

Ante la respuesta de los alumnos de Ravenclaw rolo los ojos.

Seréis los siguientes - permito -. Aunque debo quitaros cinco puntos a cada uno. Si vuestra única motivación son los puntos nunca llegaréis a ser los magos que tenéis el potencial de ser. Un dragón no os dará puntos por evitar que os mate.

Me giro hacia los verdaderos voluntarios.

Cuando queráis - invito al tiempo que me preparo para evitar que haya accidentes.

Miró a Noelle y se encogió de hombros, adiós a la estrategia. Pero bueno lo justo, justo es. Nash le caía bien, era una versión joven de Vane y sus métodos poco ortodoxos y eso estaba bien; te hacía pensar con agilidad y out of the box, suma herramientas para enfrentar la realidad que no siempre era tan bonita como la podían pintar. Aunque eso era Hogwarts y viendo como había empezado el curso....

-¿preparada? - miró a su amiga haciendo el saludo reglamentario de los duelo, tal como le había enseñado su tutor y aunque no era un duelo per se trato de mantener cierta ceremonia

Cuando el profesor Nash le dijo a Charles que pidiera a la Sra. Norris un casco de guardián, el novel tutor no pudo más que sonreir. Aún recordaba la llegada la llegada de la Sra. Norris a la institución. Era una joven de 19 años de mirada felina y gráciles movimientos, que pasaba más por una estudiante que por staff de la escuela. Charles estaba en primer año, de modo que no había conocido al celador anterior. E incluso a sus tiernos once años, le había sido imposible apartar sus ojos de la hipnótica mirada de la chica. Eso que le pasaba a Charles parecía pasarle a todos allí. Hombres y mujeres, alumnos y profesores, nadie parecía poder resistir el encanto de esa chica. Rápidamente corrieron rumores de amoríos. ¿Con quién? Pónganle el nombre que quieran. Del staff posiblemente todos, e incluso con alumnos, y no necesariamente de los últimos años. Sin embargo nunca nada de eso se pudo comprobar, parecían ser mitos fantaseados por los propios estudiantes y docentes y no algo real. Un rumor que sí parecía ser más fundado era que Priskus le había dado un trabajo porque la pobre niña se había quedado sola tras la muerte en una situación muy confusa de toda su familia.

Ya con 27 años, los rumores y su efecto en los demás parecían ser los mismos. No se sabía si ella los conocía, pero si fuera ése el caso, no les hacía caso alguno. Era muy trabajadora y amable con todos, aunque prefería mantenerse apartada a menos que alguien necesitara ayuda. Nadie sabía bien en qué invertía el tiempo. Algunos creían que disfrutaba de ser un interrogante tan grande en la escuela y que ella misma era tan traviesa como los estudiantes más revoltosos. Charles incluso creía haberla cruzado en algunas de sus incursiones nocturnas pero no estaba del todo seguro. Eran más bien sombras, y cuando creía ver su rostro, ella, cual gato, demostraba ser muy hábil para escurrirse de las situaciones.

Esa tarde Charles se presentó con el casco que la Sra. Norris le había dado. Estaba ansioso por poder observar la clase del profesor Nash. Eran algo fuera de lo común, eso no podía negarse. Charles se quedó expectante a ver qué ocurría con Alex, Noelle y los mellizos, los cuatro voluntarios para la explicación del profesor.

Noelle casi había soltado una carcajada al escuchar a Xand sobre la triquiñuela para atacar a los Ravenclaw, pero al final el profesor Nash había evitado que pudieran llevarla a cabo. Igual le hizo un guiño a su amigo mientras tomaban sus posiciones. Y luego vio que movía los labios.

Pero no escuchó. -¿Eh?- Dijo. ¡Oh, ostras! Se puso en posición, intentando no ponerse a reir al darse cuenta que estaría sorda durante aquella pelea.

Los dos estudiantes de Ravenclaw parecían disconformes con la decisión de otorgar menos puntos, pero no pudieron más que suspirar. Al final el profesor era Nash. Alexander y Noelle por su parte se prepararon para el duelo...

A la señal de Nash, ambos apuntaron sus varitas hacia el otro. Noelle fue más rápida, y una sonrisa se le dibujó al imaginar una pluma haciéndole cosquillas a su contrincante. Llevada más por su imaginación que por recordar el movimiento correcto, las palabras se le trabaron en la lengua, haciendo que no ocurriera nada. -¿Eh...? Pero qu-- ¡Achis!- La estudiante se llevó la manga del uniforme para cubrirse la nariz, sintiendo un cosquilleo insoportable en su rostro. -Ostras, ostras, os--¡chís!- Sacudió la cabeza, intentando resistir las insistentes ganas de estornudar.

¿Que había sucedido? Difícil de decir, lo que estaba claro es que no iban a impresionar demasiado a profesor Nash. Su hechizo había alcanzado a Noelle solo porque se había despistado al comienzo del combate y su hechizo no había salido bien, y no se sentía especialmente orgulloso de ello, ni tampoco de la ejecución de su hechizo. Y aunque estos eran más incómodos que peligrosos, la verdad es que verla estornudar sin parar no le hacía sentirse muy bien consigo mismo. Cometió el error de buscar al profesor Nash con la mirada por si tenia algo que decir y cuando volvió a encarar a Noella allí no había nadie, se le había privado del sentido de la vista.

-ventus! - dijo con firmeza coordinando la verbalización del encantamiento y el movimiento de varita con la confianza que Noelle continuaría en su sitio, estornudando.

Una corriente de aire lo suficiente fuerte para tirar a una persona al suelo salió despedida de la punta de su varita en dirección a su compañera Hufflepuff, que entre estornudos trato de resistirse a la fuerza elemental del conjuro de Xand. Era una experta sobre la escoba y sabía que tenía que hacer para contrarrestar la fuerza de viento, pero su túnica ondeando salvajemente tiraba también de ella, hasta que finalmente la resistencia que pudo ejercer cedió por completo terminando el el trasero en el suelo tras dar una voltereta hacía atrás.

Charles no decía nada. Solo miraba atentamente con una sonrisa en su rostro. Lo cierto era que no entendía demasiado de lo que estaba sucediendo allí, pero le intrigaba cuál sería el desenlace.