Partida Rol por web

Hogwarts Express: El Secreto Tras el Silbato

Capítulo 3: Locomotora

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15/08/2025, 23:02
Gonsito

Pasajeros míos…

El rugido ha cesado. La noche se ha retirado con su ejército de sombras, y las ruedas, aunque fuera de las vías, descansan al fin. La máquina sigue viva, y en su latido lleva vuestros nombres, porque ya no soy solo un tren: soy testigo y guardián de vuestra hazaña.

Habéis enfrentado más que peligro. Habéis mirado a la oscuridad y no habéis retrocedido. Habéis unido vuestra magia, vuestra voluntad y algo que ningún libro enseña: ese pulso invisible que nace de la confianza y del afecto sincero. Es esa magia —la más rara y antigua— la que ha sellado mi coraza y ha salvado a cada alma a bordo.

Recordad lo que habéis logrado:

— Dispersar la niebla y forzar la retirada de los bodachs.

— Ganar el vínculo eterno con los Duques de Cornualles, cuya esencia se mezcló con la vuestra.

— Convertir la profecía en un eco roto que ya no os persigue.

Sé que algunos precios han sido altos. Lo que habéis perdido quedará como cicatriz, y lo que habéis protegido como juramento.

Pero escuchad bien: aunque esta parte del viaje haya terminado, la historia que lleváis dentro acaba de empezar. El hilo que nos une —ese leve compás bajo la piel— seguirá ahí siempre que lo busquéis. Si cerráis los ojos, me sentiréis: tum… tum… respuesta y promesa.

Ahora entramos en el epílogo.

El peligro ha pasado, pero quedan palabras no dichas, miradas que buscan respuestas, preguntas que solo vosotros podéis cerrar. Este es el momento de dejar que vuestros personajes respiren, se encuentren, se despidan… o preparen la próxima aventura.

Yo, Gonsito… y también vuestra narradora, os agradecemos cada gesto, cada idea y cada instante que habéis regalado a este viaje. Me habéis hecho más que un tren. Me habéis hecho historia.

El horizonte está claro.

El andén os espera.

Y más allá… siempre habrá otro destino.

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16/08/2025, 01:48
Malvina Halliwell

Al final, nos salvamos. El tren se detuvo, no con violencia, sino con un estremecimiento suave, como si el mismo Expreso de Hogwarts hubiera decidido protegernos. La oscuridad que nos perseguía se desvaneció poco a poco, igual que la bruma en la mañana.

Respiramos, reímos nerviosos. Algunos lloramos en silencio. Pero estábamos vivos.

Yo, Malvina, comprendí entonces que no era débil ni estaba sola. Había enfrentado lo imposible, y lo había hecho con ellos: Colton, Helia, Argus, Amelia… cada uno había dado algo de sí, y juntos habíamos tejido una fuerza más grande de lo que jamás hubiera imaginado.

Mi confianza ya no era un espejismo, sino una llama verdadera. Mi amor por mis compañeros de Hogwarts se había reforzado, y ahora brillaba como un juramento silencioso: pase lo que pase, mientras nos tengamos, siempre habrá esperanza.

El tren volvió a ser un tren.
Y nosotros, volvimos a ser estudiantes.
Pero ya nada sería igual.

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17/08/2025, 10:33
Colton Garrick

No se lo creía. El tren ya no se movía, había parado del todo, no iban a morir, al menos no de eso. La sonrisa débil y cansada de Colton se ensanchó un poco. Había hecho su parte, así que ya se podía desmayar tranquilo sin que nadie le molestara. Levantó los brazos como si hubiera metido un gol de tijereta en el patio de su colegio y le dirigió un pulgar hacia arriba a Eddie, pero pronto se le cayeron de puro cansancio. Convocar dos patronus, parar un tren, pelearse con Amy, pelearse con Argus, ser pellizcado por Helia..... No podía más. Se empezó a dejar caer, buscando un sitio que le pareciera blandito para dormir cuando alguien llamó su nombre. Trató de enfocar los ojos para ver quien era, y la reconoció, Amy. Se enderezó y cuando la chica empezó a disculparse negó con la cabeza, suavemente.

Lo entendía, entendía que el miedo te hiciera hacer o decir cosas. Solo sonrió y cuando ella se acercó le temblaron las rodillas. Era una pasada de guapa, y pensaba que no la iba a ver más. Sonrió

- ¿Has visto? No he hecho ninguna locura sin ti..... Todo esto ha sido rutina....

Pero Amy no tenía ganas de hablar en ese momento y le estampó un beso. Uno de los de verdad, de esos que te dejan con mariposas en el estómago sin saber que hacer o que decir. Colton se sonrió y dijo

- Si lo hubiera sabido descarrilo el tren antes.... - Pero Amy tenía razón, no era lugar ni momento. Sin el hechizo protector no habría servido para nada. Él estaba más allá de cualquier esfuerzo, su magia agotada, su fuerza.... Había que salvar a todo el tren, entre todos. Amy empezó a repartir instrucciones, indicando como se tenían que colocar, y Colton trató de obedecer con una sonrisa idiota y tocándose el labio, que le lanzaba oleadas de cosquilleante placer.

Todo consistía en que debían mostras su afecto y confianza, los unos por los otros. Empezó a mirar a su alrededor. Confiar en Amy, Helia y Malvina era muy fácil. También creía que Jess era de fiar, pero María había demostrado estar un poco loca, Eddie le había traicionado y Argus era un Slytherin. Suspiró. Tampoco había confiado en Rowle y les había salvado. Eso quería decir que muchas veces se equivocaba, que su criterio no era perfecto y que podía hacer el esfuerzo, el esfuerzo de creer, de tener fe ciega en gente que también se habían jugado el pellejo por todos los del tren

Creo en ellos, creo en ellos, creo en ellos, son mis mejores amigos....creo en ellos....

- Circum circulus, cor meum defendo - Dijo con fe, esperando que se obrara el milagro, otro más después de conseguir parar el tren.

El suelo tembló, la runa brilló, y entonces lo sintió, el vagón, porque él se negaba a usar aquel nombre tan chorra de gonsito, les hablaba. Los Duques de Cornualles brillaban, y Coltón alargó una mano para tratar de jugar con ellos, sin lograrlo. Su huargo, su huargo desapareció, y le dedicó una última mirada de agradecimiento. El mal parecía desilacharse, habían vencido, no sin sacrificios no sin cicatrices. Se dejó caer al suelo, exhausto, con una pequeña sonrisa.

Gonsito, podía llamarlo así, aunque fuera solo por una vez, les recordaba lo que habían hecho pero Colton estaba demasiado cansado para prestar atención.

- Amy, ¿Puedes venir? Te necesito....

En cuanto la chica se sentara a su lado le diría

- Luego hablaremos, pero ahora si no te importa me voy a desmayar. 

Apoyó la cabeza en su regazo y se dejó ir. La oscuridad le envolvió pero cualquiera que mirara a Colton vería una sonrisa de felicidad.

Dejémosle dormir, dejémosle soñar en aventuras, travesuras y besos de una chica. Se lo ha ganado.

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18/08/2025, 17:57
Eddie Farnwood

Eddie, todavía con la varita temblando en su puño, levantó la vista hacia la filigrana que se deshacía en el aire. Un nudo en la garganta le apretaba tanto que apenas pudo tragar.
—¿Ya-ya está? —dijo, casi sin voz, como si necesitara confirmarlo en palabras. Nadie respondió al instante, excepto un segundo latido en el pecho, justo al lado de su propio corazón. 
Se frotó los ojos con la manga manchada, sin preocuparse de ocultar las lágrimas, o de la suciedad que pudiera tener.
—Lo o-o-í, lo juro… G-Gonsito todavía está. N-nos… nos va a cu-cuidar.
La lágrimas caían por sus mejillas enmarcando una sonrisa triste. Pensaba en Thistletuft, su lechuza. Le había preguntado por ella a Colton, pero su silencio sólo podría haber significa una cosa. Volvió a mirarlo otra vez, pero el chico solo tenía ojos para Amy.

Los miró a rodos.

A Colton, a Amy, a Helia, a Argus, a Jessamine, a... Esa chica de cara tiznada ¿Era Malvina? Y claro, a María.

En cierto modo todo había comenzado con ella. 

Sus rodillas cedieron y hubiera terminó sentado en el suelo si no hubiera sentido el deber de acompañarla. Tomó aire y volvió a secarse las lágrimas y avanzó por encima del círculo, por encima de aquella runa que hace unos instantes refulgía en rojo, como la sangre que había ocupado para dibujarla.

—¿E-estas b-bien? —le preguntó con una mano en el antebrazo. Con el pie desocupó un espacio de escombros en el piso—P-puedes s-sentarte si q-q.. si quieres.

La ayudó a bajar y el mismo se sentó también a su lado. Su vista volvió a barrer la escena deteniéndose sobre aquella mano cortada. Volteó a ver a Helia y a Argus. "¿Quién?" Preguntó solo moviendo la boca para no espantar a María.

Cuando alguien le contestó que era de Lysander sintió que algo le oprimía el corazón y le cerraba la garganta. Todo lo que habían dicho de él le pesó en el alma y sintió que las lágrimas se le agolpaban en el pecho. 

¿Qué pasaría ahora? ¿Cómo podrían siquiera aguantar este nivel? 

Entonces María dijo algo. Que escuchará. Eddie levantó la cabeza y así lo hizo. 

Un débil chillido de lechuza, cansado, lejano... Conocido. 

Eddie se levantó lo más rápido que sus cansados miembros le permitieron y corrió hacia una de las ventanas. La abrió con premura y miró afuera. 

—¡THISTLETUFT! —Gritó al ver un pequeño punto gris en la lejanía.

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18/08/2025, 19:05
Narradora

Notas de juego

Os recuerdo que tenéis al maquinista, totalmente inconsciente y sangrando por un oído. Eso no suele muy buena señal...

Por si a alguno se le ha olvidado. Los zarandeos que le dieron hace un rato no mejoraron mucho su estado de salud :P

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18/08/2025, 21:53
Malvina Halliwell

Malvina respira con alivio al ver al grupo entero, vivos, enteros, juntos. Pero al girar la cabeza, ahí sigue el maquinista, tirado, como si nada hubiera pasado.
—¿En serio?. Murmuro, con las cejas arqueadas. —Después de todo esto, ¿vas a seguir durmiendo la siesta?

Con un resoplido, me arremango ambas mangas del saquito, ajusto bien la varita bajo el brazo y me acerco decidida.
—Muy bien, señor conductor… Suspiro teatralmente —Esto le va a doler más a mí que a usted.

Y sin más preámbulo, le suelto un par de buenas bofetadas, tan sonoras que hasta en Hogwarts nos van a escuchar.

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21/08/2025, 12:49
Helia Grint

El círculo brillaba, y Helia, aunque temblaba de pies a cabeza, se obligaba a no apartar la vista. La quemadura ardía, un latido paralelo al de la esfera que acababan de crear, pero no lo soltó: se dejó arder con ella, como si su dolor fuera parte del conjuro. No estaba de pie a pesar de la herida: estaba de pie por la herida, porque en ese ardor había una promesa que se negaba a romper.

Sintió cómo las manos enlazadas transmitían algo más que calor. El pulso de Malvina, la respiración contenida de María, la fuerza bruta y callada de Argus. En medio del dolor, en medio del miedo, Helia se descubrió anclada en ellos. No sola. Nunca sola.

Y entonces, cuando Gonsito despertó, lo sintió como un abrazo imposible de nombrar. Una ternura tan antigua que casi la hizo llorar. Cerró los ojos, un instante apenas y en ese instante le pareció oír un aullido lejano. No el del lobo que Colton había invocado, sino otro, más hondo, más íntimo. Su propio eco. Su parte más escondida latiendo al unísono con aquel patronus que ya se apagaba. No dijo nada. Guardó el secreto para sí. Lo abrazó en silencio, con los dientes apretados.

Cuando la niebla se deshizo y la oscuridad se retiró, sus rodillas casi cedieron. El vendaje en su brazo estaba empapado y cada respiración era como atravesar cristales. Pero respiró. Por primera vez en horas, respiró de verdad.

Miró a los demás, uno por uno. La risa entre sollozos de Eddie. La calma rota de Amy. La sonrisa cansada de Jess. Colton dejándose caer, aún aferrado a su luz interior. María, frágil y luminosa. Argus, inclinado apenas, con un gesto más honesto que cualquier palabra. Malvina, firme, como si sostener manos pudiera sostener mundos.

Helia tragó saliva y no habló. No había nada que decir todavía. Todo estaba dicho en ese silencio lleno, en ese tum… tum que aún sentía bajo la piel. Y por primera vez en mucho tiempo, no tuvo miedo de quedarse quieta dentro de ese silencio.

No sabía qué vendría después.
No sabía si el dolor en su brazo le dejaría dormir esa noche.
No sabía cómo iban a seguir adelante.

Pero sabía esto: habían vencido.
Y en algún lugar profundo, bajo piel y cicatriz, ya había empezado a crecer otra cosa.

Un comienzo.

Echó un vistazo hacia Malvina que se encargaba del maquinista - Hum... no sé yo si es la mejor manera... - miró a Eddie por si podía echar una mano - Tenemos que intentar cortar la hemorragia

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24/08/2025, 14:58
Eddie Farnwood

Eddie estaba abrazando a su Mochuelo cuando notó la mirada de Helia requiriendo de su atención. Volteó y solo entonces reparó en el hombre que yacía inconsciente entre los escombros. Sorprendido dejó volar a Thistletuft y caminó a paso rápido junto a ella. 

—¿É-Él e-está... —un rápido vistazo le dió a entender que no, que no estaba muerto. O al menos no aún, miró preocupado la sangre en su oreja—Yo... N-No s-sé si una v-venda sirva en este caso. N-No s-sé si el hechizo irá t-t-tan p-profundo como p-para c-cubrir s-su oído.

La varita de su madre se retorcía en sus manos. Thistletuft voló de regreso y se apoyó en su hombro. Si es que había cumplido la misión que se le había encomendado era algo que solo unas pocas personas sabían. La mirada de Eddie se clavó en la muñeca de Helia y torció el gesto. ¿Iba a dudar de esto, después de todo lo que habían pasado?

—B-Bueno.. no p-p-pasa nada p-por intentarlo. 

Levantó la varita y apuntó a la cabeza del maquinista. Por un momento, fugaz, se le pasó por la cabeza lo irresponsable que era poner unas armas mortales en las manos de unos niños sin criterio aún, pero por su edad fue una idea que se esfumó tan rápido como había llegado. Haciendo solo que pensará en que eso no se sentía bien. 

Bajo su varita y se descolgó la mochila. Mientras buscaba dentro explicó a Helia y Malvina.

—Hay un hechizo q-que enseñan en c-cuarto —dijo hojeando uno de sus libros—. Lo m-mencionan b-brevemente en el c-capítulo de hechizos s-sanadores. Aquí está: Episkey.

Les mostró el texto y las indicaciones.

—S-si lo int-intentamos juntos, c-como c-con los p-protego.

Volvió a alzar su varita, con más confianza que antes y, esperando que Malvina y Helia le ayudarán, tomó aire y conjuró el hechizo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*me gasto otro punto de suerte para hacer algo que no sé. 

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25/08/2025, 03:27
Malvina Halliwell

Malvina cierra los ojos e intentra pronunciar el conjuro al mismo tiempo que Eddie, con tartamudeo y todo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Jeje marco punto de exp. y espero consecuencia severa.

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29/08/2025, 16:05
Amelia (Amy) Scardford

Al fin todo había acabado. Quizás aun no entendía todo lo que había pasado, e igual Dumbledore tenía que aclararnos mucho, pero siendo que daba igual aquello, simplemente me relajé por todo lo que había acontecido. Habiamos protegido el tren. Casi todo mi cuerpo estaba quitandose la tensión cuando escuché a Colton, el cual me había correspondido al beso.

Me senté a su lado dejando que el muy gamberro se aprovechara de la situación y de hecho le acaricié la cabecita una vez estaba tumbado. Desde luego este chico me volvía loca.

Algo al contrario que Eddie. El pequeño sacaba esperanzas de donde no podían y a mi me agradaba seguir adelante y protegiendolo, e incluso apoyar sus ideas como era en aquel momento. - Tenemos que ayudar a todos... Incluso a los que han salido peor parados - Alcé mi varita, probablemente con mis ultimas energías. 

-Episkey - Apoyando la magia de quien consideraba mi hermanito

- Tiradas (1)
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30/08/2025, 07:47
Narradora

El maquinista sigue inmóvil en el suelo, como si todo su cuerpo se hubiera rendido. Sus párpados no se mueven y la piel empieza a perder color. La respiración es espesa, semejante a un ronquido, con pausas que se alargan demasiado. Cada vez que toma aire, un gorgoteo húmedo se escapa de su garganta.

Del oído herido vuelve a manar un hilo oscuro, que baja por la sien y gotea al suelo con un ritmo irregular. El olor metálico de la sangre llena el espacio, pegándose a la lengua y al estómago de quien respira demasiado cerca.

Entonces, tras el último intento fallido de magia, el cuerpo del hombre se arquea en un espasmo repentino: brazos y piernas se tensan de golpe, para luego caer otra vez como un peso muerto. El silencio posterior es insoportable: solo se oye el golpeteo rítmico de la sangre contra la madera y los ruidos contenidos de quienes lo rodean—tragos nerviosos, respiraciones agitadas, un quejido ahogado.

Las pausas entre sus respiraciones son ahora tan largas que parece que el tiempo mismo se detiene en el vagón. La sensación de que se os escapa entre las manos es ya imposible de ignorar.

El silencio pesado apenas se había asentado en el vagón cuando un chasquido seco de cerradura quebró la atmósfera. La puerta se abrió de golpe, dejando entrar un soplo de aire más fresco que chocó con el hedor metálico que impregnaba el lugar.

En el umbral apareció Lysander Rowle, erguido como una sombra de otro mundo, con esa calma inquietante que lo rodeaba siempre. Pero había algo distinto, imposible de ignorar: de su brazo derecho pendía un aparatoso vendaje, empapado en sangre oscura, donde antes estaba la mano. El vendaje estaba ceñido con una firmeza casi cruel, un torniquete improvisado que todavía rezumaba. Aún así, se mantenía en pie, sereno, negándose a abandonar su puesto hasta asegurarse de que los alumnos a su cargo estaban bien.

A su lado, imponente en su porte y con la insignia reluciente en la túnica, el Premio Anual avanzaba con paso firme, irradiando autoridad y seguridad. Tras ellos, Cedric Diggory se abrió paso, el gesto grave impropio de su juventud, la mirada fija en la escena.

Los tres se detuvieron al ver al maquinista convulsionar un último instante antes de desplomarse inerte. Rowle alzó una ceja, evaluando la situación con un silencio cortante, mientras el Prefecto y Cedric ya se inclinaban hacia adelante con intención de actuar.

El contraste era brutal: vuestras manos temblorosas frente a la entrada súbita de figuras que parecían encarnar control, experiencia y esperanza. Y en medio de todo, la sangre fresca de Rowle recordaba que incluso los adultos podían sangrar, pero que algunos preferían sostenerse en pie para no dejaros caer.

El Premio Anual no perdió un segundo. Sacó la varita con un movimiento seguro y apuntó hacia la garganta del maquinista.

Anapneo —murmuró, y de inmediato el ronquido húmedo que asfixiaba al hombre se despejó en un estertor brusco. El aire volvió a entrar en sus pulmones con un sonido libre, aunque débil.

Sin perder compostura, extendió la otra mano hacia vosotros para impedir que os acercarais más.
—No lo mováis. Ni un centímetro. Nosotros nos encargamos —ordenó, con una voz firme que no admitía réplica.

Mientras tanto, Cedric Diggory se arrodillaba al otro lado del cuerpo, el gesto grave y la varita ya en alto.
Stasis Collum —entonó con cuidado, proyectando un aura azulada que se extendió alrededor del cuello y la parte alta de la espalda del maquinista, una suerte de férula mágica que lo inmovilizó sin presión física, como suspendiéndolo en un colchón de calma invisible.

El Premio Anual, con movimientos rápidos y precisos, dejó que la sangre siguiera drenando del oído herido sin intentar taparla. Observaba con la intensidad de quien sabe exactamente qué buscar: la frecuencia, la cadencia de las gotas, la palidez de la piel.

—La hemorragia es grave e interna. No podemos pararla aquí —sentenció.

Cedric, con la mandíbula apretada, asintió sin levantar los ojos del paciente. Y entonces alzó la voz, dirigiéndose al aire, a la madera del vagón mismo, como si confiara en que el tren lo escuchara:
—¡Conexión inmediata al sanatorio! Necesitamos neuromagia avanzada.

Como respondiendo a sus palabras, las paredes vibraron levemente, un crujido profundo recorrió el vagón, y se sintió la promesa de un desplazamiento mágico, de un desvío en el destino.

Notas de juego

Dictamen de Urgencias (tono rolero)

Identificación
Paciente: Maquinista del Expreso.
Hora de hallazgo: in-game, inmediatamente tras los zarandeos previos.
Mecanismo lesional probable: impacto craneal + sacudidas posteriores.

A — Vía aérea
Respiración presente pero irregular/roncante, compatible con obstrucción parcial por caída de lengua/vómito. Riesgo alto de aspiración.

B — Ventilación
Patrón irregular con pausas breves; posible hipoventilación secundaria a TCE grave.

C — Circulación
Sangrado unilateral por oído (otorragia) que reaparece tras intervención fallida. Sugiere fractura de base de cráneo; riesgo de fuga de LCR. No taponar el oído en ficción: dejar drenar.

D — Neurológico (GCS estimada < 8)
Inconsciente, no responde a estímulos; tras hechizo fallido puede presentar convulsión breve y postcrítica. Pupilas potencialmente asimétricas (anisocoria) y signos de hipertensión intracraneal.

E — Exposición
Sin otras lesiones mayores visibles descritas. Prioridad absoluta: cráneo/neurológico.


Diagnóstico probable (ficción coherente con medicina)

  • Traumatismo craneoencefálico grave.

  • Fractura de base de cráneo con hemorragia intracraneal y/o edema cerebral.

  • Insuficiencia respiratoria inminente por depresión neurológica.

Evolución tras acciones del grupo (ya ocurridas)

  • Bofetadas/zarandeo: agravamiento secundario → ↑ presión intracraneal; riesgo de re-sangrado.

  • Episkey: mejora engañosa del sangrado externo, sin efecto en la lesión interna.