Partida Rol por web

Apenas has dado unos pasos en el bosque cuándo ya notas que el sol es mucho más débil y el aire más frío.

Sigues estando en el linde, que parece tranquilo y más iluminado que el resto (y seguro) pero cuánto más lejos miras más oscuro y amenazador parece todo.

-Brrrr.... -me tapo con mi túnica, la verdad es que ahora empezaba a hacer más frío. El bosque era muy tétrico y eso me daba una mezcla de miedo y curiosidad muy extraña.

-Tal vez debería haber venido con algo para alumbrar... aunque bueno, tampoco tenía pensado entrar.

Avanzo poco a poco hacia dentro del bosque, fijándome bien por donde paso y echando la vista atrás de vez en cuando para no perder el punto de entrada 

-Aunque bueno... es el único lugar por donde entra luz... no será muy difícil de perder... que haces hablando solo Duni?

Mientras te vas adentrando en el bosque, escuchas algunos crujidos de ramas a los que al principio no das importancia hasta que escuchas una risilla. Es muy baja y de un tono muy agudo, pero sin duda es una risa.

Aunque lo intentas, no puedes localizar de dónde viene la risa. De hecho, estás tan perdido en el asunto, que te parece que viene de todas partes. Mientras estás summergido en descubrirlo, algo salta por tu espalda y te golpea, haciéndote trastabillar y caer al suelo. Notas que te has rasgado las manos e incluso las rodillas a través de la túnica.

Cuándo te giras puedes ver al ser que te ha atacado. Tiene una cabeza enorme y un cuerpo menudo, aunque sus pies son bastante grandes para su tamaño de apenas 30 centímetros. El ser te mira con malicia y se rie con esa voz aguda señalándote con el dedo.

-Au! Eh tu enano! No te rías! Me has hecho daño! -Me levanto rabioso y voy corriendo hacia él, por un momento casi dudo, nunca había visto un ser así, pero... debía ser un ser mágico, medio lleno de ilusión y medio lleno de rabia me dirijo hacia él -Ven aquí! Cuando te coja te voy a pisar uno de esos pies enormes que tienes listillo! -Y con esa intención iba.

Atrapas al gnomo y le asistes tal pisotón que notás sus dedos crujir bajo tus zapatos. El Gnomo suelta entonces un grito agudo y extremadamente alto que debe haber resonado por todo el bosque e incluso el castillo. El bicho se encoje y se coge el pie dolorido, crees que llorando, si es que los gnomos lloran. Empiezas a escuchar ruidos algo amenazadores... Tal vez sea hora de acabar con tu exploración por hoy. Te parece recordar que tu madre decía que los gnomos vivían en grupos, familias.

Levanto el pie muy rápidamente después de ese alarido de dolor, siento como algo dentro mío me empieza a cargar de una culpa increíble. "Oh madre mía... que he hecho... pobrecito me he pasado!". Me agacho y le acaricio la gran cabeza, entonces, escucho un montón de pasitos como los que hacía antes él dirigiendose rápido hacia mi.

-Oh oh... has llamado a la familia eh... sí... yo también lo habría hecho... -me pongo en pie de nuevo y empiezo a caminar lentamente hacia atrás -lo siento mucho de verdad... -acelero el paso dándome la vuelta y me voy corriendo pues escuchó aún más cerca los pasos -te traeré algo para pedirte perdón algún día! Lo prometo!! -digo, no muy seguro de volver a tener una oportunidad como hoy para entrar al bosque, pero cuando prometo algo... al menos lo intento cumplir.

Cuándo llegáis al linde ya puedes notar que hace algo más de f´rio que en los jardines, pues la sombra os cubre.

- En realidad no podemos hacer esto... -dice Ellen con tono preocupado - Pero nadie mira. - añade con travesura antes de dar un salto y esconderse de miradas indiscretas entre las sombras de los árboles del bosque. - ¿Vamos? - te susurra desde las sombras.

Abroché mi túnica sintiendo un escalofrío por ese cambio.- Repámpanos... Que frío hace.-Exclamé. Tras eso seguí a Elle lo más rápido posible, primero pasé mis libros y después pasé yo, escondiéndome entre los arbustos de las miradas curiosas.- Sé que no está nada, nada bien... Pero si nadie nos ve, no rompemos las normas.-Cometé divertida. Recogí mis libros y la seguí hacia el interior, mis ojos viajaban de un lado a otro curiosos.-Vaya.. Es enorme este lugar, estoy segura que no solo habrá plantitas interesantes, si no que también debe haber multitud de animalitos... ¡Vamos Elle!.-La agarro por el brazo para que me siga, sin quedarse demasiado atrás. Sin perder el sendero camino tranquilamente.- Vamos, vamos.. No te quedes atrás.-Susurro. Cuando más bajo hablase mejor, las voces solo conseguirían asustar a los animalillos.

Os adentráis al bosque, dónde los sonidos se vuelven curiosos y en parte algo aterradores. De repente escucháis una risita, pero no sabéis de dónde viene. Aunque sin duda alguna está cerca...

No lo dudé, mis dedos rodearon el brazo de Elle mientras la arrastraba hacia unos matorrales lo suficientemente frondosos cómo para que nos ocultaran.- Shh...-Llevé mi dedo a los labios mientras me agachaba completamente, quedándome en completo silencio mientras observaba por debajo de los arbolillos a ver que era lo que aparecía y sobre todo ¡Quienes estaban en el bosque! ¿Y si eran duendes? ¿O hadas? Miré un segundo a Elle, cómo esperando que ella me dijese algo.

No llegas a verlo pero estás bastante segura de que viene de la derecha, de unos frondosos matorrales. Ha sido una suerte que te dieses cuenta, porque justo cuándo os giráis un "algo" sale disparado contra vosotras.

No es algo enorme, de hecho apenas parece ser lo suficientemente grande para ser mucho más alto que tus rodillas, pero sin duda se ha lanzado de cabeza contra vosotras.

No tienes mucho tiempo para obseervar, pues o haces algo o te va a golpear.

Ni siquiera me dio tiempo a nada. Intenté evitar el golpe del "bicho" o "cosa" pero cuando quise darme cuenta, estaba encima mío. Llevé mis manos hacia la cabeza, escondiéndome, no sentía miedo pues me encantaban los animales, pero de sobra sabía que el miedo les fortalecía, por lo que intenté mantener la calma. "Calma, Diane, Calma, Diane..." Me susurraba mientras permanecía quieta, aunque quería salir corriendo en alguna dirección.

Ellen suelta un gritito cuando el golpe te da, aunque por suerte tu posición te protege lo suficiente. Sin embargo te ha dolido. 

Cuándo levantas la vista ves la criatura incorporándose. Es un ser menudo con un cabezón enorme (ahora que lo ves puedes hacerte una idea de porqué te ha dolido el golpe), de un color entre verdoso y gris, con manos y pies grandes y nudosos, extremidades cortas y flacas y una expresión maliciosa. Crees recordar que es un gnomo. La criatura repite la risita antes de prepararse para tirarse encima tuyo otra vez. ¿Qué le habrá picado?

Me froté la zona golpeada, intentando aliviar el dolor, pero no servía de nada.-Elle...-Musité, intentando que no gritase de nuevo, eso solo conseguiría asustarlo y provocarlo. Al ver cómo se levantaba, me pensé lo peor pues su risita dejó claro que ese juego le gustaba ¡Y a mí no! Dios mío, que dolor..-Elle, aléjate... ¡Aléjate! Ese Gnomo está loco...-Intenté advertir a mi compañera a la par que me ponía en pie de forma lenta. Estaba claro que esa cosa volvería a atacarme.. O quizás no, pero era dudoso.

El gnomo se lanza de nuevo, pero esta vez parece que lo que quiere es darte una patada. PArece que te ha visto débil, asustada o desvalida... Sin embargo el resultado era de esperar: su piernecita, por muy gordos que sean sus pies, no tiene fuerza para hacerte daño. 

El gnomo te mira con el ceño fruncido y gruñe por lo bajo, señalando el símbolo de tu túnica: el tejón de Hufflpuff. ¿Qué querrá decir?

Pese a que me dolía una barbaridad el golpe, no pude evitar sonreír al notar ese "golpe" del Gnomo sobre mi pierna. Sin moverme lo observé en silencio, una de mis manos acariciaba la zona dañada, mientras que con la otra señalé mi escodo a la par que él.- ¿Qué ocurre? ¿Algún alumno te golpeó y por eso tienes miedo? Yo no pretendía  hacerte daño ¡al contrario! Adoro a las criaturas... Y Elle tampoco.-Mostré mi mejor sonrisa, mientras acercaba la mano a él, dejándola a una distancia prudente, dándole la oportunidad de tocarme si lo deseaba, para que viese que no iba a dañarlo, ni tampoco atacarle.- Tranquilo... No te haré nada, no tengas miedo y tampoco refunfuñes...