Partida Rol por web

Asiento y la sigo, bien de cerca. Para, cuando hemos avanzado una buena distancia, poder sujetarla de un hombro. Al detenernos quedamos bastante cerca, no es un accidente. No llevamos luces y pese a la iluminación del lugar la visibilidad tampoco es perfecta. Quizá sea una tontería, la mayoría de criaturas que dependan de las vibraciones para localizarnos tendrán más que suficiente con las que provocamos al nadar, pero prefiero hablar lo mínimo ya que a saber quien está escuchando...de ahí la cercanía, para que no tenga problemas en ver como me llevo un dedo a los labios pidiendo silencio. Me señalo los ojos e indico alrededor.

^{_{-Homenum revelio.-}} susurro, bajito.

Y miro alrededor, buscando signos de vida que puedan amenazarnos.

Aquello debía de ser una pesadilla. Lo tenía claro. No podía ser que lo que había sido una prueba más de los juegos del Colegio se hubiera convertido en una batalla campal entre diferentes partes de la escuela. Me despertaría de un momento a otro, estaba segura. Sin embargo, no había cama, ni sudores fríos, ni la confortable habitación donde todas las chicas dormíamos. Era la maldita realidad, y cuanto antes me enfrentara a la realidad, mejor.

Suspiré, mirando a todos los rostros que me rodeaban, y sentí un vacío en mi interior, como si me faltara algo, pero no sabía precisar exactamente el qué. Sólo me quedaba seguir a los demás, y permanecer callada, seguir la corriente a aquellos que realmente sabían. Al fin y al cabo, yo sólo era nueva, acababa de llegar al Colegio, y cogía la película, como los muggles decían, por la mitad, por lo que me perdía en algunos aspectos. ¿Y si aquello no era tan nuevo? ¿Y si había ocurrido ya antes, pero la gente no se había percatado de los detalles? Quizá, hubo un ensayo hace un tiempo, y ahora era el espectáculo real, la noche del estreno. Los actores preparados, las luces brillando, y el maquillaje dispuesto. Y se levanta el telón.

-Vale, yo me quedo con él- asentí con la cabeza, deseando suerte a Zoe y a Brad, alzando los pulgares.

Tragué saliva con dificultad, y miré hacia arriba, hacia lo que podía vislumbrar de la superficie, y me pregunté cómo estarían las cosas allí arriba, y si estábamos mejor allí, o deberíamos de salir, y descubrirlo. 

Aelia y Zane se alejan y les perdeis de vista. Un par de personas siguen vigilandoos varita en mano, pero la mayoría ha parecido perder el interés y se alejan. En pocos minutos escucháis que una nueva persona sube al barco, pero es distinto. En este caso no son maniatados, sino que son recibidos con vítores. Podéis ver que se tratan de Saana y Kristoff, a quienes Joni mira con absoluto odio, y Peter Pettigrew.

- No queda nadie en el lago, podemos irrrnos.

La información va pasando de unos a otros y en menos de un minuto el barco empieza a moverse.

Zane te lleva a la parte baja del barco, que sin duda está construido con magia ya que en cuanto empezáis a descender ves que la arquitectura interior es imposible. Hay una sala enorme con sillas dónde seguramente se rúnan y docenas de puertas. zane te indica una de ellas y entráis. Es un camarote doble y allí encuentras a la persona que te faltba en el puzzle: Debbie, sentada, leyendo.

La chica te mira con una sonrisa, cómo si no hubiese nada extraño en la escena. 

- Vaya, hola, cuánto tiempo.

Zane se quita la máscara y puedes ver que no ha cambiadonada, excepto... excepto tal vez que ahora luce con aùun más arrogancia su sonrisa de suficiencia y no esconde la malicia en su mirada.

- Siéntate, tenemos mucho de lo que hablar. - dice mientras guarda tu varita bajo llave. Después con un gesto de su propia varita, te desata. - Así mejor. Bueno, Aelia, nunca has sido idiota, así que ya te imaginas qué está ocurriendo y qué quiero proponerte.

No tardáis en quedaros a solas y entonces Severus deja soltar la frustración que sentía desde hacía un rato.

- Mierda, mierda, maldito Aldryn... - murmura mientras se pasa los dedos por el pelo, pensando. - No podemos ir a ningun sitio si él está ahí... Pero tampoco podemos hacer nada sospechoso, nos delataría...Aghhh... - dice rascandose la cabeza con más fuerza mientras cierra los ojos. 

Severus sabía que sus posibilidades de distraer a Brad y huir sin que se percatase eran casi nulas, o al menos los tres. Y la opción que le habrían sugerido segun quienes no le gustaba, no le gustaba nada...

- Tenemos que cruzar la ciudad y cruzar el río subterráneo hasta salir. Allí hay un barco, pero no esperará eternamente... El resto debería haber tomado el castillo ya, pero no quiero unirme a ese grupo.

El conjuro no revela ninguna presencia humana cerca.

Veo que Brad pide silencio, igual que Snape antes. Ya me estaba cansando de guardar tanto silencio, pero era comprensible por lo que estaba pasando. La situación requería silencio. No me quejaba tampoco, en fin ¿Quién era yo para quejarme? Así que hice el mínimo ruido posible.

Vi a Brad conjurar un "Homenum revelio", pero al parecer no había ninguna presencia cerca. Por lo que le hice un gesto con la cabeza, dándole a entender que podíamos avanzar. 

Volvemos a avanzar tras un asentimiento a Zoe.

Me intriga mucho que puede ser esa columna oscura. Y qué la causa, por lo que más que a lo que asciende, miro al suelo, al posible origen de todo eso, para ver que es.

Acompañé a Zane al interior del barco, en completo silencio. Como no podía ser de otra manera, la pomposidad surgía a borbotones cada vez más evidentes a medida que te adentrabas en el mundo mágico. Lo mismo sucedía con Hogwarts. Había estado buscando a Debbie en el barco de forma disimulada pero no esperaba que se me apareciera ante mí. Todo aquello tenía un tinte de artificial tan grande que, de no haber estado esposada en el momento de ver a Debbie me habría pellizcado con fuerza para ver si estaba durmiendo.

Pero no estaba durmiendo, estaba en el interior del barco con dos de las personas a las que más había querido y posiblemente había sido a la persona a la que más daño habían hecho con su marcha. Parecía que ellos, por lo menos, lo habían olvidado. Se me borró la sonrisa ante las palabras de la chica. No trataba de ser descortés, pero las palabras de Debbie se perdieron en algún lugar dentro de mi cabeza antes de que pudiera darles sentido. Me la quedé mirando, incluso después de que Zane me pidiera que me sentara, hasta que terminé por esbozar la más tímida de las sonrisas en su dirección. Las ganas de abrazarla se habían juntado con las ganas de maldecirla por haberme abandonado... y tras una espera extrañamente larga no hice ninguna de las dos. Me senté en la silla, cruzando las piernas con delicadeza, manteniendo así mi compostura.

Me notaba pegajosa por el agua del mar, me molestaba el pelo y la ropa húmeda en mi piel y mi aspecto era de todo menos agradable en aquellos momentos. Notaba el entumecimiento desde las puntas de mis dedos hasta la mitad de los brazos, en parte por el frío y en parte por la restricción, y cuando las ataduras desaparecieron mis manos se dirigieron presto hacia mis propias muñecas, apretándolas con un poco de fuerza para desentumecerlas con rapidez y recuperar el tacto. Luego, y de forma involuntaria, se dirigieron hacia mis costillas. Me apreté los costados, cerrando un poco los ojos al notar un dolor casi placentero, parecido al que se puede disfrutar tras las agujetas.

Antes de que las palabras del joven adulto llegaran a mis oídos ya tenía la sensación de que este momento llegaría de un momento a otro, y de que iba a precipitarse tarde o temprano. Zane había sido cercano a mí y sabía que para él aquello era una oportunidad que me ofrecía, y que no estaría dispuesto a ofrecer a mucha más gente, menos aún a repetir la propuesta. —Ay, Zane —comenté, para mí mismo más que para mi compañero—. ¿Qué vamos a hacer contigo? —pregunté de forma retórica. —Sabes que estas decisiones no pueden tomarse de forma precipitada, aunque supongo que la coacción y las amenazas podrían ayudar a una más rápida toma de decisión, por lo menos, en este caso —argüí mirando de forma distraída el recipiente que ahora contenía mi varita—. Sé la pregunta que quieres hacerme. Mal vas si esperas que me haya vuelto idiota, o que se me hayan olvidado las cosas de repente —sonreí de forma sincera, pese al dardo que le había lanzado al joven. El rencor se había diluido como una pizca de sal en el océano, pero el recuerdo de cómo podía haber borrado mi memoria por hacerse el valiente durante una clase práctica de Defensa contra las Artes Oscuras permanecía. Al fin y al cabo mis recuerdos eran una de las cosas más preciadas para mí—. Sabes que voy a hacerte preguntas, ¿no? Acabemos con esto rápido. No me malinterpretes, no es que no me alegre de veros —comenté, restando formalidad y seriedad a la conversación apoyando uno de mis puños en mi barbilla.“aunque en estas circunstancias, quién sabe lo que realmente debe sentir o incluso hacer”—, pero digamos que lo de estar preso en un barco por culpa de unos matones no es la mejor manera de reencontrarnos. Yendo estrictamente al tema: En primer lugar, ¿tengo la opción de negarme, Zane, Debbie? ¿Tengo la opción de decir que no? ¿Qué conllevaría una y otra? ¿Qué requisitos deben tenerse, y qué sacrificios deben hacerse? ¿Qué beneficios esperados obtengo yo de ello? Por ejemplo, yo no tengo pensado abandonar Hogwarts. Quiero terminar los estudios allí —añadí, pensando en la cantidad de gente que dejaría atrás si se me obligaba a abandonar mi vida anterior, y no sólo del mundo mágico—. Segunda: Sabéis que estoy buscando a una persona. Por desgracia mi búsqueda no ha dado ningún tipo de resultado hasta ahora. Está en proceso. No pienso abandonar eso tampoco. ¿Qué hay de mis compañeros? Charlotte... London, Anne, entre otros, Ryan, por ejemplo... aquellos que estén y no estén en el barco y no se fueron, ya sabéis a qué me refiero —comenté como si no tuviera ninguna importancia, aunque era evidente que para mí sí la tenía. Esperaba que no se hubieran olvidado de mi carácter sarcástico sin mala intención tras ese lapso de tiempo, pero la verdad es que me estaba arriesgando a que me trataran bastante peor que como me estaban tratando. “¿Y qué hay de Debbie? Seguro que la pobre quería acabar sus estudios en Hogwarts, y se ha visto recluida a un camarote o a una habitación sin más compañía que la de Zane y la de algún mago poderoso que los visite de vez en cuando. ¿Se habrán casado?” me pregunté de repente, tratando de observar algún signo que me diera esa confirmación, sintiendo un pinchazo en el pecho de un tipo muy diferente al que me habían ocasionado los tritones al recordar los compromisos entre magos poderosos y pensar en Charlotte. Quizá ellos se habían dado cuenta de que la había mencionado en primer lugar, por delante de a cualquier persona, y quizá también se habían percatado de la omisión de gente como Mia a propósito. Sabía que el mencionarla, siendo hija de muggles, iba a ocasionarme más perjuicios que beneficios.

Asiento a la profesora, pero de nuevo se me olvida que no me ve. Cojo a Diane de la mano, un acto raro en mi. En estas circunstancias no pensaba en nada más que sobrevivir e intentar ayudar como fuera posible. -No te preocupes, profesora. Le daré el mensaje cueste lo que cueste. Tenga cuidado, por favor.- 

Acto y seguido voy hacia el bosque intentando arrastras a Diane conmigo. -Debemos encontrar a Remus, Diane. Lo mejor sería que te volvieras invisible... Al parecer aquí hay gente de la que no te puedes fiar. 

La tensión podía respirarla, y casi sentía que bien me daría un maldito ataque al corazón. Estaba nerviosa, atemorizada por esa nueva situación tan extraña, echaba de menos la seguridad y el confort de mi habitación allá arriba en el castillo. Quería irme cuanto antes, pero tampoco deseaba dejar a Severus solo.

Lo contemplé por el rabillo del ojo, y lo miré con la cabeza ladeada mientras sacaba toda su frustración a relucir. Me alegraba saber, al menos, que no era la única que estaba pisando terreno desconocido y no lo tenía todo controlado.

Lo escuché con atención, y entendí poco a nada. Fruncí el ceño, y dije:

-No sé de qué va todo esto, salvo que hay dos bandos, y una especie de guerra campal, pero me gustaría que fueras un poco menos críptico llegados a este punto- dije, juntando el pulgar y el índice-. Sirenas y tritones también están en el ajo, compañeros nuestros, amigos, alumnos del colegio...- enumeré-, profesores...

Fui bajando la voz, mientras veía los puntos distantes que eran ya Brad y Zoe. Me pregunté si los volvería a ver. Me pregunté si me perdonarían alguna vez.

-Snape, vámonos de aquí- dije-. Olvidemos bandos, amigos o enemigos, marchémonos como podamos, y veamos cómo avanza la tormenta. Saber qué es lo que de verdad se está cociendo.

Lo miré, expectante, sin pestañear.

-Sobrevivamos, y si hace falta, ya nos haremos los héroes cuando toque.

No tenéis que llegar demasiado cerca a la columna para ver que es. Cuándo os cercáis veis que la ciudad está en ruinas, y lo que veiais son columnas de arena... y sangre. Hay cadáveres y heridos entre la gente del agua del lago de Hogwarts, y el chaos se ha apoderado de la ciudad. sin embargo no veis más ataques, con lo que probablemente ha terminado ya todo.

Una sirena joven se acerca al veros y le dice algo a Brad que Zoe no entiende.

- Bratt! Donde estabas? Os intentamos traer usando a los Grindyllows, pero vinieron sin vosotros... Pensaba que os habrían cogido también.

Diane asiente y se desilusiona al lado de Irina. LAs dos, de la mano, se encaminan con prisa al bosque mientras la profesora Dekkers observa el castillo. Cuando ambas llegan al umbral del bosque, la profesora empieza a caminar hacia el castillo. Pronto las chicas la pierden de vista, cón sólo árboles rodeándolas.

Cuándo el bosque empieza a tornarse oscuro, Diane detiene a Irina.

- No parece que haya nadie por aquí, deberíamos intentar llamarles... A no ser que se te ocurra una mejor manera de encontrarlos.

Pongo una mano en el hombro de la pequeña sirena y la aprieto, contento de verla pese al estado del resto de la ciudad

-Me alegra que estés bien *. Todo ha pasado muy rápido...y no termino de entenderlo. ¿Por qué pasa esto? ¿Qué pretenden? Los Grindyllows dejaron de hacernos casos por lo que nos soltamos. No sabíamos que pasaba ¿Erais vosotros entonces? Lástima...Pero dime ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué sabes? ¿Necesitas ayuda para algo?

Comienzo a hablar con la sirena, emitiendo pitidos y gorgoteos curiosos. Aliviado pero a la vez preocupado por lo que se puede ver en la ciudad...tanta muerte...

Mantengo una mano en el hombro de la sirena. Con la otra cojo la de Zoe.

- No tantas preguntas de golpe - te dice Nerly*levantando las manos, después empieza a hablar rápidamente. - Supongo que recuerdas al mensajero... Resultó ser más bien un *piiiuurloow*. Había venido a convencer al pueblo a unirse a una causa, pero nosotros érmaos fieles a Dumbledore.... O bueno, casi todos. Algunos nos traicionaron y cuándo vuestra competición empezó, empezaron los ataques y las explosiones en la ciudad... Aparecieron los Brellows cargando con magos vestidos de oscuro y atacaron a todo el mundo. Muchos huyeron, sobretodo con los niños, otros intentaron pelear... Pityr y yo llamamos a los Grindyllows para traeros con nosotros y poder hacer algo, pero soltasteis las riendas... Pensábamos que os habían capturado, o peor... Dónde están tus amigas? - te  pregunta aparentemente preocupada, a pesar de que las facciones de esta raza son difíciles de leer al igual que la entonaciónen sireno.

Zane te escucha a medida que su sonrisa se ensancha, pero no es una sonrisa amable. Está llena de malicia.

- Está bien, vayamos por partes. Aquí nadie te está amenazando Aelia - dice abriendo las palmas de las manos -  Te he desatado e invitado a nuestro camarote, cómo aligos. El hecho que yo vaya armado y tú no es una mera precaución. Ser precavido es la clave. - se reclina tomando una posición más relajada, dado que al menos estás abierta a escuchar. Era lo que habrá esperado de ti, pero tanto tiempo sin contacto podría haber cambiado las cosas. - Segundo, por supuesto que puedes negarte. Eres libre de tomar tus propias decisiones, pero no te lo recomendaría. En esta situación si no te unes a la causa estás en contra, lo que te devolvería ahí arriba, atada junto a esos perdedores, y con un futuro... incierto. Unirte a nosotros conlleva poder, alzarte sobre el resto y estar en el lado vencedor: te entregarían lo que quisieses - dice recalcando esa última frase -  pero también conlleva enfrentarte a gente que tal vez hayan sido amigos tuyos en el pasado. Si no te unes... bueno. - dice engogiéndose de hombros - ya te he dicho que tu futuro será incierto. No puedo prometer tu seguridad ni la de ninguno de los tuyos, porque esto no es algo que yo decida. Lo que si que puedo asegurarte es que escojas lo que escojas no estudiar´s en Hogwarts. - dice riendose al final - Está a punto de empezar una guerra, Aelia, creía que ya te habrías dado cuenta.

Se detiene para dejarte pensar en lo que ha dicho y aprovecha para servirse un vaso de agua y otro para ti. Debbie os observa todo el rato en silencio.

- Charlotte está bien, y estará bien. Ryan y Anne son sangre limpia, cierto? Tal vez se les proponga unirse también, pero dudo que acepten. - eso parece ser suficiente respuesta en los ojos de Zane - London... - Zane parece pensar un rato, cómo si el nombre le dijese algo. Finalmente cae en la cuenta. - Ah, la hija de los Lancaster. A ella le ofrecerán con seguridad la misma opción, si no lo han hecho ya. Creo que su hermano James ya había sido avisado y está de nuestro lado. Los sangre sucia no tendrán la opción de elegir.

Zane se detiene, dando un sorbo de agua, y después te mira con intensidad.

- Entonces, qué me dices Aelia, estas con el Señor Tenebroso o contra él?

-¿Piiiuurloow? No entiendo.- debe ser algo como embajador o diplomático pero igual hay otro matiz. -Siento mucho que haya pasado esto...no sé que pasa arriba, pero aquí abajo no dejaré que os pase nada más. Mis compañeras, una ha subido preocupada por su hermana. La otra se engancho a uno de esos Brellows y la arrastró...no sé a donde. Pero ellos también son amigos míos.- Indico a Zoe, y más atrás a London y Severus. -¿Alguna idea de en que podemos ayudar? ¿Qué necesitas más?

Miro a Zoe.

-Esta es Nerly. Una amiga mía. Me está contando que ha pasado aquí. no desesperes ¿Ok? Díselo a London y severus. -asiento animándola.

Vuelvo a atender a Nerly.